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II



Ha estado dando vueltas en la cama al menos dos horas, pensando, primero en lo que dijo Padre y luego en lo de Nigel, su cabeza es un caos. Hace doce horas estaba seguro que si lo viera le partiría el rostro y le demostraría cuán fuerte es ahora, pero esa noche todo había cambiado

Aún a veces veía a Wallabee o a Hoagie, se sentía orgulloso de ser más alto y más fuerte que ellos, de recordar a sus amigos además de poder burlarse de ellos, pero allí frente a él estuvo Nigel Uno. Se veía casi de su altura, bien entrenado y sonriente de confianza, con sus recuerdos, pero, aun así del lado de Padre. La idea le molestaba pero le irritaba más pensar en cómo Cree se le había pegado, de chicos siempre lo ignoro aun cuando él era de su sector, para él Uno era importante, no estaba seguro cómo pero cuando todavía era un recluta ya había llamado su atención

Incluso con el problema de sus padres le resultó agradable su compañía y reconfortantes sus palabras, por eso cuando fue Nigel quien descubrió su plan de eliminar a varios sectores encontró frustrante tener que enfrentarlo, además de perder, ese día tenía la impresión de haber perdido contra él más veces de las que podía recordar, entonces ¿A qué venía lo que dijo hoy? tantas veces se interpuso a sus planes y ahora ¿Venía a pretender ayudarlo? A Chad le gustaría pensar que eso era lo único que le perturbaba pero sabía que de vez en cuando sus pensamientos sobre Nigel se iban en otro sentido.



Cree baja a la cocina para desayunar, anoche durmió estupendamente aunque se quedó pegada al celular hasta tarde dando pistas a sus amigas sobre su nueva adquisición, y como siempre ninguna supo de qué se trataba — ¿Y Abby? — preguntó al ver solo a su madre en el desayunador

— Salió temprano, creo que tiene examen hoy — le contesto la animada adulta, tratando de recordar

Cree lo duda — ¿Papá la llevó? — preguntó al fin mientras se servía su desayuno

En lo que su madre recorría la habitación, al parecer buscando algo — No, él no vino anoche, está de guardia, otra vez — se quejo está, sin detenerse

Ella se sentó a terminar su alimento mientras pensaba cómo se lo diría a Abby, era un asunto delicado en especial porque tiene una idea de lo que su hermanita sentía por él "En serio que está lindo ahora" pensó a punto de terminar su jugo, aunque sí tiene razón debe decirle a la menor lo antes posible, no obstante recordando lo de Maurice no estaba segura de querer hacerlo "¿Qué tan malo puede ser esperar un par de días?"



El aula es puro desorden, varias chicas agrupadas hablan ruidosamente mientras algunos chicos discuten acaloradamente, otros ven sus celulares unos con audífonos y muchos a todo volumen, la puerta se abre de golpe y todos toman asiento apagando sus celulares cuando el profesor entra — Hey tu — dice señalando a un estudiante al frente — ¿Ya pasaste lista? — cuestiona extendiendo su mano listo a recibir el papel

— Sí — logra musitar el adolescente mientras se la entrega

— Siéntense y cállense — continua el maestro aunque ya todos están sentados y en silencio — Tengo un nuevo alumno y más les vale no cabrearme hoy — les amenaza, el resto se miran extrañados e incómodos pero Cree sonríe, sentada en la tercera fila al centro, — Pasa de una vez — grita el desganado adulto

Y por supuesto Nigel Uno entra al salón, confiado y tranquilo sonríe yendo junto el profesor, esa actitud y los lentes oscuros le dan un look despreocupado al punto de que incluso parece altivo, algunos parecen reconocerlo pero la mayoría pasa de él — Toma asiento quiero terminar pronto — ordena el profesor, señalándole que continúe

— Gracias profesor — responde el chico calvo, con tono indiferente, caminando directo hacia Cree, tomando asiento en un lugar cercano, ella le sonríe pícara mirándolo de reojo, él hace lo mismo pero apoya la cabeza sobre su palma con el codo firme en escritorio, casi aburrido mientras la clase continua.


—¿Te estas durmiendo? — pregunta dulcemente una chica rubia, pequeña a comparación de él

— Sí, lo siento ¿roncaba? — responde Nigel sonriendo amable

— No, solo que termino la clase — ríe ella — Soy Sally Green, tu vecina de enfrente — bromea presentándose amable

— Nigel Uno — él estrecha su mano, cortes

Ella le sonríe más interesada — El profesor se enfadara si te ve durmiendo — le advierte

— Lo sé, para eso son los lentes — bromea Nigel pero antes de poder explicar más Cree lo jala del brazo

— Vamos cariño te enseñaré el colegio — la morena es casi dulzona mientras lo lleva fuera del aula

— Ok, Darling — le responde él — Bye, Sally — se despide de la pequeña rubia

Cree camina con Nigel del brazo por el pasillo central, él la sigue o es llevado por ella tranquilo, sin embargo la morena va muy molesta y en silencio, hasta que llegan al área externa de la cafetería — ¿Qué fue eso? — le pregunta enfadada

— ¿Qué? ¿Sally? — duda el menor, extrañado

— Exacto, ademas de que no te sentaste detrás de mí, te dije claramente ayer que te sentaras ahí — ella está bastante irritada, exigiendo una buena explicación

— Ah claro pero ¿No crees que todos se preguntaran como es que recién llegue hoy y nos llevamos tan bien ya? — el británico intenta exponer su idea pero

— Cariño — Cree presionó sus labios con el índice, un poco más calmada — Esos tontos no piensan, solo haz lo que te digo ¿Ok? — pronto pasa su mano sobre el cuello del chico, hasta llegar a su rostro, palmeando su mejilla suavemente, en lo que podría ser una caricia

Nigel no lo sabe pero cambia el tema — ¿En qué clase va Chad? — pregunta mirando a su alrededor

— Aun va en primero ¿A quién le importa? — ella responde con indiferencia, mirando alrededor asegurándose que no hay nadie oyéndolos — Vamos, aún hay tiempo para mi siguiente clase — agrega tomando la mano del chico entre las suyas

— Lo siento — dice él — Pero la mía es en dos minutos — sonríe ligeramente aunque pronto se torna algo traviesa e insinuante mientras la mira — Igual podemos darles un buen uso — le acaricia el rostro y toma por la nuca, acercándola, ella debe ponerse en puntillas para rozar sus labios sin embargo él la besa cálidamente, chupando suave e intensamente sus labios, apasionado y húmedo va profundo cuando ambas lenguas se mueven en perfecta sincronía, Cree no piensa nada no es que le falte el oxígeno sino más bien que se siente derretir ahí mismo

Nigel la afirma por la cintura dejándola totalmente apoyada a su pecho, mientras le juguetea una a ella, apenas si acaricia su blando pecho pero ella siente toda su piel enchinarse deliciosamente, perdiéndose entre sus labios, su corazón late acelerado y sus piernas tiemblan pero él rompe el beso, dejándola deseosa de más — Nos vemos después — dice tranquilo, yendo a buscar su salón

A Cree no le da tiempo responder, su cuerpo aún vibra exquisitamente, trata de calmarse y respirar normalmente, tan pronto lo logra va a su siguiente clase "Esto no es tan malo ¿Debería ir menos en broma?" Se pregunta a sí misma camino al aula pero en la entrada está Chad, que con solo verla hace una ligera mueca 

— ¿Qué harás en la tarde? — pregunta él, secamente

— Aw, ya tengo una cita, bebé — dice ella burlona

— ¿Con Nigel Uno? — insiste el rubio claramente molesto

Cree lo observa un segundo y sonríe maliciosamente, se acerca lentamente divertida con su irritada mirada y recién llega a él lo toma por el hombro, inclinándolo a ella — Por qué no solo vas y te le confiesas — le susurra al oído — Sería más fácil — ríe soltándolo algo brusca, entrando en su salón

Chad en cambio permanece allí, con la cara roja de frustración, porque sabe que aun cuando quisiera gritarle muchas cosas allí mismo quedaría en vergüenza si ella insinúa algo en voz alta, aunque tampoco es que pueda ganarle en combate, ella aun es muy ágil y cada vez más tramposa, aprieta sus dientes mientras avanza por el pasillo. Sigue molesto y recuerda lo que Nigel le dijo "¿Hasta cuándo piensas estar por debajo de Cree?", "¿No debería ser Yo quien comande Nexus?" se pregunta, es cierto que ella lo formó pero ya ha fallado mucho y eso los ha hecho quedar muy mal.

Suena la campaña por los pasillos, los estudiantes salen bulliciosos de los salones y entre ellos va Nigel Uno acomodándose los lentes obscuros, supuestamente recetados por un daño visual que él dice sufrir, un par de chicas caminan a su lado haciéndole preguntas mientras Chad lo observa apoyado en los casilleros, desde otro lado del pasillo, preguntándose "¿Cómo es posible que siendo el menor de toda la escuela sea lo suficientemente alto para pasar por uno de segundo? ¿Y peor aún que algunas chicas se dejen apantallar por él?". No sabe si está molesto por que está adquiriendo popularidad aun siendo calvo o porque habla tan tranquilo y animado con esas chicas, lo mira otro par de minutos, mas, en cuanto una de ellas le acaricia el brazo Chad sale directo hacia ellos — Hey, Nigel — lo saluda sonriendo con falsa tranquilidad — Como te va — las chicas y el menor lo voltean a ver extrañados, logrando que el rubio se cuestione si sonó muy raro

— Genial, me han invitado a tomar algo a un nuevo café ¿Vienés? — el chico calvo contesta sonriente, tanto que él traga saliva impactado

Está por contestar cuando las chicas ríen — Fuiste tú quien nos invitó — dice la castaña, ligeramente sonrojada

— Sí — asiente la pequeña rubia aun sonriendo, divertida

— Vamos, el capitán del equipo y el chico nuevo las invitan — responde Nigel tomando al mayor del hombro mientras lo acerca a él

— Sí, claro — acepta Chad, manteniendo su fachada a la vez que toma la oportunidad

Pero las chicas se miran entre ellas — Lo siento — sonríe la castaña, claramente cohibida — Mañana hay examen — se excusa

— Genial, estudiemos juntos — propone el británico y ambas chicas parecen considerarlo

Sin embargo, Chad toma a Nigel del brazo y lo lleva hacia el camino contrario — Para nada pienso estudiar más hoy — exclama molesto — Ven, debo hablar contigo, salimos otro día chicas — se despide de ellas sin prestarles atención, ambas solo ven cómo se lleva al nuevo por el pasillo entre los demás estudiantes

No obstante, tras algunos pasos el menor zafa su brazo del agarre, rudamente — ¿A dónde me llevas? — le reclama mirándolo fijamente, desafiante sin importarle los pocos oyentes

Él se detiene apenas viéndole — A tu casa — contesta sin mucho interés en su actitud o en los confundidos chicos a su alrededor, solo camina a la salida en silencio aunque en este momento quisiera gritarle de todo, que no puede invitar a cualquier chica, que Padre estará furioso o incluso que Cree hará un escándalo si él continúa así pero va en silencio con Nigel a su lado. Es un poco más bajo que él y unos años menor pero aun así no puede evitar chequearlo nervioso, sus labios tienen una hermosa tersura brillante, rosados y suaves, puede recordar el casi perfecto azul de sus ojos, que aún bajo de los viejos lentes podía divisarse en cambio estos lentes no le permiten verlos

Llegan al estacionamiento y Chad no sabe qué decirle, no quiere alterar más la situación con un reclamo o un grito, solo quiere... decir algo — ¿Y qué pensaste sobre lo de hoy? — dice al fin Nigel, rompiendo el silencio

Él lo mira pero contrario a lo esperado este solo presta atención a su celular — Sobre eso — exhala llegando frente el auto de su padre y abriendo la puerta para entrar — Yo... te ayudo — decide al fin, es serio y lo mira decidido mas al notarlo atento a él desvía un poco la mirada

— Perfecto — Nigel sonríe, entusiasta — ¿Puedes llegar tarde a casa? — le pregunta

Y él le da la espalda al instante — Ayer llegué a las 12 ¿No soy un niño sabes? — le grita, casi molesto — Eres tú quien debe llegar temprano — agrega menos alterado

Nigel ríe por lo bajo yendo a la puerta del copiloto — Eres fácil de picar Chad, me gusta eso — riendo un poco más alto, entra y se sienta a su lado, Chad no sabe cómo tomar eso pero realmente le gustó como sonó — Pero no te preocupes mis padres no vuelven hoy, salieron de viaje a ver a un tío — aclara el chico calvo, aun divertido

— ¿Tienes la casa para ti? genial — pregunta el rubio emocionado

— Se lo que piensas — de inmediato Nigel detiene al mayor — Pero Padre se enojaría mucho — continúa con una sonrisa algo vacía y el rubio no sabe qué pensar de eso aunque tampoco tiene tiempo — Ah por cierto voy a casa de Padre por favor, las instrucciones te las doy ahí ¿Te parece? es más seguro.

— Sí, claro — responde Chad ahora un poco incómodo, arranca y salen de la escuela pero esa sensación inquietante no se le quita, de hecho pasa bastante antes de que vuelva a hablar — ¿Dónde estuviste? — pregunta inseguro, mirándolo mientras el semáforo cambia

— Lo siento, Chad — responde el chico calvo, viéndolo directo a los ojos — Te preocupe demasiado ¿Verdad? — su voz es seria

Y él se ruboriza todo, no esperaba esa respuesta — ¿Qué? Claro que no — exclama repentina y nerviosamente, el semáforo cambia y él acelera un poco — Solo me preguntaba dónde estuviste todo este tiempo, diablos — está asustado pero no frena aún cuando pasan la casa de Padre

— La haz pasado — susurra Nigel, casi triste de dejar la mansión atrás

— Lo sé — gruñe Chad yendo de reversa, solo han sido pocos metros pero no está para nada tranquilo, se detiene junto el enorme portón y antes de poder decir algo este se abre así que entran con el auto

Frente de la mansión se encuentra Jenkins esperándolos — Bienvenido joven Uno — saluda parco, abriendo la puerta del auto para que el menor salga — Ya puede retirarse señor Dickson — se dirige al otro adolescente al cerrar la misma

— Él también viene — Nigel es muy serio, puede que incluso frío cuando lo dice u ordena, pues ha sonado más como una orden

— Pero el Señor dijo... — el mayordomo quiere refutar cuando

— Él viene, Jenkins — insiste el autoritario chico calvo, sombrío y tajante

El anciano traga saliva nervioso — Sí, adelante — acepta e invita al rubio

Chad no está seguro pero incluso le parece que el viejo está más pálido, aún así sale del auto dejándolo por primera vez aparcado frente la mansión, sigue a Nigel dentro de la casa pasando junto a Jenkins que luce más asustado que molesto, tal vez por la futura reacción de Padre, en cambio el menor va muy seguro por los pasillos hasta llegar a la estancia donde se sienta en el sillón principal, extremadamente confiado — Ven siéntate, te diré lo de la misión — le dice, señalando el lugar a su lado, él no responde e inseguro solo lo mira, totalmente calmo — Vamos no tengas miedo — insiste palmeando el sitio a su lado — Es muy cómodo —

— Vamos Chad, realmente es cómodo — exclama Padre a espaldas del rubio, que se asusta tanto que pega un brinco al frente haciendo al más chico soltar una carcajada demasiado escandalosa para él — ¿Qué hace él aquí? — pregunta el adulto haciendo caso omiso de sus risas

— Dickson me ayudará — responde Nigel rápidamente

Sin embargo, el adulto lo mira con disgusto — ¿Necesitas ayuda? — cuestiona observando a ambos

— Claro, pero confía en mí, tendrás ese módulo — responde el chico calvo, sonriendo confiado, Chad lo mira embobado y toda esa molestia de hace un minuto se va, pues él también sonríe casi olvidando que el malencarado adulto sigue ahí, a un metro de él

— Más vale que no falles — ordena Padre, amenazante y abrupto, Chad siente un terrible escalofrío por toda la espalda

— No te preocupes — contesta Nigel, tranquilo — Tengo a todos en sus puestos solo necesito un adelanto de mi mesada — agrega animado, el mayor está sorprendido no solo por con su confianza al hablar con Padre sino más por lo absurdo de pedirle algo

— De acuerdo, cuanto — responde Padre, buscando su cartera

— Veinte dólares — contesta el menor levantándose rápidamente frente al adulto, mirando como este saca un billete de su cartera para dárselo — Gracias Padre — la voz del chico es sombría incluso monótona

Y el adulto sonríe satisfecho — Estaré esperando buenas noticias, jóvenes — dice al fin, mirando a ambos, casi burlándose, Chad lo siente así y se aguanta un gesto de disgusto

— Sí, Padre — sonríe el chico, aniñado y dulzón, en una voz tan sumisa que el rubio lo voltea a ver desubicado ¿Cómo es posible que hace unos segundos estuviera todo confiado ante Padre y de repente todo obediente? duda mirándolo unos segundos más, mientras el adulto dejaba la habitación — Bueno este es el plan — exclama Nigel volteando a verlo, sorprendiendo a Chad con su repentina voz enérgica y animada.

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