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A Couple of Drinks

¿Pizza?

Desde que Naruto se enteró de lo de Sakura e Itachi, su cerebro no había parado de dar vueltas sobre ellos, la pelirosa había sido su primer enamoramiento de niño, quedando deslumbrado por la belleza de la niña de ocho años.

Naruto apenas estaba aprendiendo el significado de muchas palabras en aquel tiempo cuando creyó que la palabra "femenina" le iba como anillo al dedo.

También notó que había más de una Sakura: la niña fuerte y decidida que siempre se paraba frente a Tsunade; la gritona que pasaba discutiendo con su prima Karin; la consentida que siempre obtenía todo lo que quería de su hermano Sasori y finalmente su favorita: la Sakura que era frente a su padre, Naruto nunca había conocido a una princesa, pero sí existieran seguro tenía que ser como esa Sakura.

Él no le había conocido muchos novios, ni siquiera uno al que ella aceptará tan abiertamente como lo había hecho con el hermano mayor de Sasuke, y a pesar de que ya llevaba un par de copas aquel día, no se había perdido un solo detalle.

Sasuke también había sido arrastrado en aquella locura del rubio, Naruto había aprovechado que Sasuke tenía malos despertares los fines de semana y lo llevó a rastras hasta su coche y después al departamento de Sakura.

Cuando llegaron la pelirosa no tuvo tiempo de decirle que no, ya que derribó la puerta y entró hasta la cocina donde dejó dos cajas de pizzas que compró por el camino y que olían delicioso.

─Me di cuenta que hace mucho que no convivimos, Sakura-chan ─ dijo, buscando en la pantalla una película para ver.

─Nos vimos la semana pasada, Naruto. ¿y porqué Sasuke está dormido en mi sofá?

─Es que es muy temprano para él. Acostumbra despertarse más tarde los sábados.

─Él y todo el mundo, Naruro. ─Le regañó, señalándose a sí misma, aún con un pijama puesto y el cabello desordenado.

─¿Por qué hay tanto ruido? ─ preguntó Itachi, saliendo de la puerta que Naruto sabía, daba a la habitación de la pelirosa.

Naruto conocía a Itachi de muchos años, pero jamás había visto al perfecto hermano de Sasuke con menos que  ropa con la que no pudiera estar sobre la plataforma de una pasarela en Milan, verlo con solo unos jeans y el cabello suelto y muy desordenado era una imagen que estaba seguro difícil podría volver a ver.

A sus veintitantos años, Naruto veía a Itachi con la boca abierta y apuntado de Sakura a Itachi con una mirada acusadora.

La vista de Itachi pasó del molesto rubio mejor amigo de su hermano a el propio Sasuke, que estaba dormido en el sofá de Sakura, sin entender muy bien qué pasaba ahí.

─¡TU ESTAS AQUÍ! ─gritó Naruto despertando a Sasuke, que desorientado solo veía de un lado a otro sin entender dónde o porqué estaba fuera de su cama.

─Ya eres un adulto, Naruto. ─sentenció Sakura, desesperada y con un aura asesina dispuesta a matar al rubio un sábado a las siete de la mañana cuando ella apenas se había dormido hace tres horas haciendo... bueno, estando ocupada en su habitación... con Itachi.

─¿Qué demonios? ─preguntó Sasuke con un aura homicida al entender que no estaba en su habitación. Donde debía de estar durmiendo tranquilo hasta las dos o tres de la tarde.

─¿Pizza? ─ofreció, poniendo cara de perro regañado al darse cuenta que ninguna de las personas en la habitación era madrugadora.