Su mirada viajo por todo el rostro de Jasper, admiro con determinación el vitíligo que ocupaba parte de la piel de su hermana, a decir verdad, ellas no se parecían en nada. Jasper era muy alta y musculosa, su piel era morena, con algunas partes más claras que otras, tenía labios gruesos y ojos pequeños, además, tenía una cabellera tan larga, que casi llegaba a sus tobillos.

En cambio, peridot, era de estatura muy baja, demasiado delgada y sin musculatura, piel pálida y ojos verdes, además de un cabello rubio y corto, pero sobre todo, lo que más marcaba la diferencia entre ellas o así lo pensaba peridot, es que, su hermana, era una persona normal, ella no estaba descompuesta como peridot, ella conseguía amigos fácilmente y todo el mundo tenía una buena relación con ella. Pero, peridot era todo lo contrario, ella no podía ser capaz de tener una vida social, ella, no sabía entablar una conversación, no podía mirar a los ojos de otros y cada vez que alguien le tocaba o trataba de hablar con ella, sus piernas temblaban y su pulso se aceleraba. Ella en comparación con su hermana, solo era un ser más en el mundo, sin un propósito y de alguna manera, sin una vida.

¯Listo – Jasper se levantó de inmediato, había una pequeña sonrisa en su rostro. – tus cordones están bien atados.

Para peridot, el atarse ella misma los cordones era un trabajo difícil y aunque podía hacerlo en muchas ocasiones y con mucho esfuerzo, cuando su hermana se ofrecía para atarlos, peridot no se oponía, pues ver aquella pequeña muestra de afecto por parte de su hermana, hacia que su existencia se sintiera querida. – gracias – miro a Jasper. – de verdad, muchas gracias.

Jasper no dijo nada más, ella simplemente dio una sonrisa y salió de la habitación.

Peridot amaba cuando Jasper estaba en casa, peridot amaba cuando su hermana estaba junto a ella, peridot amaba las cosas buenas que de vez en cuando la vida te regala.

Pero, las cosas buenas nunca son para siempre.

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Sinceramente, había olvidado una pequeña parte de su tristeza, había comenzado a ser feliz de vez en cuando, incluso se había permitido sonreír con sinceridad. Pero ahora, todo lo que quería en ese momento, era destruir esa felicidad, ella no necesitaba ser feliz ahora y fue entonces que se permitió llorar, no fueron lágrimas de tristeza, de dolor o de una depresión, no, fueron lágrimas de odio.

Fue un par de horas atrás, cuando aún a las dos de la madrugada, Lapis, en su intento fallido de consolidar el sueño, fue sorprendida por el sonido de la puerta de su habitación siendo abierta y su madre sentándose a un lado de ella. De nuevo, Lapis fingió estar dormida.

Fue el beso en su frente y un “te amo”, por parte de la mujer, lo que le hacía estallar en llanto, pues, por más que intentará odiar aquel acto, no podía y lo único que podía sentir su corazón después de eso, fue calidez.

Se deslizó de la cama y tomó el libro que zafiro le había regalado hace días. A decir verdad, el libro no era bueno, pero tan poco malo, sin embargo le había ayudado a escapar de sus pensamientos, sobre todo, en los días malos.

Después de unos minutos, sintió como aquella chiquilla se colaba dentro de la habitación y se sentaba a un lado de ella.

-Me alegra tanto saber que si lo lees después de todo – zafiro observó el libro entre las manos de Lapis. – ¡y estas en el final!.

Lapis paso la lectura y volvió su mirada a su hermana. – sigo sin entender, el porqué adoras este libro. Cerró el libro y leyó en voz alta el título. – And she was like an indie rock ballad, es algo simple y la escritora es un tanto,tonta y cursi.

-Pero, las historias de amor siempre son simples – zafiro sonrió hacía el libro – tal vez algunas sean más felices que otras y otras cuantas, sean más trágicas, pero al final, todas comparten el mismo sentimiento y eso, al fin y al cabo, las hace simples, además Percy y Sam, son mis personajes favoritos y cuando insultas al libro, también los insultas a ellos – zafiro se acercó más. – ahora lee en voz alta aquel párrafo, es mi favorito.

Lapis simplemente rodo los ojos y sonrió, comenzó a leer.

"Cuando baje la ventana de mi auto, pude sentir el olor a sal del océano, mire hacía la ventana, el atardecer pronto acabaría.
Prendí la radio del viejo coche y como si ella aún estuviese presente conmigo, subí el volumen de la radio al escuchar aquellas estrofas.
Y no pude evitar pensar que, bueno, And she was like an indie rock ballad."

Lapis cerró el libro y cuando zafiro por fin había salido de su habitación, se preguntó, si tan solo Paulette y Percy se hubiesen conocido en una vida distinta, ¿Ellos seguirían siendo el uno para el otro?

Cerró sus ojos y negó con la cabeza, un sentimiento extraño se había apoderado de ella desde que leyó aquel libro, de alguna manera, sintió que había vivido aquella historia en carne y hueso. Pero que tontería, “Las vidas pasadas no existen, ¿o sí? “ pensó.

Se levantó de la cama y camino a su escritorio, tomó una hoja y lápiz y comenzó a escribir una carta para Leone.

“Tengo pensamientos que necesito sacar de mi cabeza, Leone, ¿alguna vez has leído un libro que…

Aquella carta sería tan larga como una vida.