Johansson
La noche llegaría pronto y ambas chicas caminaban con extraño nerviosismo entre ellas.
Buenas noches Johansson.
Leone rompió el silencio.
¿Cómo?
Mi casa, es esta.
La pequeña rubia señalo su hogar.
Está bien, mi casa queda cerca, buenas noches a ti también.
Y Lapis camino de manera rápida con Leone en su mente. Se asustó cuando sintió que alguien tiraba de su mochila, haciéndola frenar de manera inesperada, volteo para encontrase con la pecosa .
Yo, me preguntaba si tú. La vergüenza se notaba en la rubia. Quiero decir que, por favor nuevamente, mañana tome un helado de vainilla en el parque conmigo.
¿Leone le estaba pidiendo una cita?, la mente de Lapis estaba alterada, sentía que su cerebro eran pequeñas versiones de ella haciendo un caos por completo, y algo dentro de ella decía solo una cosa, acepta, acepta, acepta y tartamudeo un par de veces hasta que por fin dejo de enredar su propia lengua.
¡Si, acepto!
¡Bien!
¡Buenas noches Leone!
¡Buenas noches Johansson!
Y ambas corrieron hasta sus casas, con la ansiosa espera del día de mañana.
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La tarde había comenzado bien, era un sábado algo frio, la idea del helado había sido descartada y en su lugar prefirieron ir a una cafetería, Lapis conocía la condición de Leone, así que ella le pidió que esperara en una mesa fuera de aquella cafetería, mientras que ella pedía un par de tazas de café.
Cuando finalmente obtuvo su pedido, se plantó tomando asiento frente a la pecosa , llego a pensar que el ambiente entre ellas llegaría a ser incomodo, pero no fue así, mientras bebían café una plática comenzó, tratando varios temas, de cómo a Leone le gustaban las naves espaciales, de cómo la pasión de Lapis era la natación, de cómo las metas de ambas eran totalmente diferentes, pues Leone quería ser ingeniera en electrónica y Lapis una bióloga marina, de cómo Leone le mostraba su móvil, en la cual tenía fotografías y fotografías de bono su adorada tortuga.
El atardecer llegaría pronto, y ambas se encontraban recostadas en la arena de la playa, que de alguna manera no resultaba molesta para ninguna.
Pararon de hablar por un momento y se sentaron para observar el inicio de la puesta de sol.
¿Crees que haya vida después de la muerte ?, quiero decir, ¿terminaríamos en alguna parte ?
Lapis rompió el silencio.
Bueno no estoy segura de que si la hay, puede que después de morir haya una felicidad eterna para nosotros.
La voz de Leone sonaba tan calmada.
Una especie de limbo, en el cual todo sea perfecto. Lapis suspiro. Si te dieran la oportunidad de quedarte en ese eterno lugar, ¿te quedarías?.
Y Leone miro directo a esos profundos ojos azules, abriendo su boca para tratar de dar una explicación.
La vida, puede ser difícil de explicar. Leone habló con su mirada en la puesta de sol. – Llegar a la muerte y vivir en un lugar lleno de las cosas que te gustan, un lugar donde puedes conseguir todo lo que desees sin ningún problema y no haya otro sentimiento que la felicidad, puede sonar tentador para muchos. Estiró un poco sus manos. – Pero, todo eso no es nada más que una falsa felicidad, el sudor de tu frente, el dolor de tu arduo trabajo y todas las cosas difíciles que una persona llega a pasar en su vida, todo eso, es esencial para forjar tu camino, para que al final, cuando tu cuerpo este a punto de perecer, pienses, “Yo he logrado todo esto, he dado lo mejor de mi, he vivido una vida llena obstáculos y metas, estoy realmente feliz de haber logrado todo esto con mi esfuerzo “ y después morir en paz. Así que respondiendo a la pregunta, yo preferiría no quedarme en ese lugar.
Lapis sintió un nudo en su garganta y tras escuchar las palabras de Leone, pensó que probablemente en un futuro, cuando ella estuviese a punto de morir, las palabras de Leone llegarían a su cabeza y eso, probablemente le ayudaría a irse de la forma más calmada.
Con un ligero movimiento y un pequeño salto, la de piel canela se levantó, tendiendo esa suave mano en ayuda para la rubia.
Tenemos que volver.
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¿Qué hacemos en la parada de autobuses?
Esperar al autobús para después subir Leone.
No creo que sea buena idea.
¿Por qué?
Hay mucha gente y demasiado ruido, no quiero tener un ataque de nuevo.
Lapis miro con melancolía a la pequeña rubia y la tomó de la mano.
Nada malo pasara, tranquila, yo estaré contigo, además, en estas horas el autobús está casi vacío, te dejare el lado de la ventanilla.
Cuando el autobús finalmente llego, ambas chicas subieron y pagaron y tal como la había dicho Lapis no había más que dos personas a bordo, así que la pecosa tomo asiento y la morena junto a ella.
Leone, mira por la ventanilla.
Leone obedeció y tan pronto observo, se quedó maravillada a tal vista, el autobús viajaba lentamente y le permitía observar la cuidad en la oscuridad de la noche adornada por aquellas luces neón entre los edificios, esos carteles publicitarios, personas sonriendo y pasando un buen rato, algunas lágrimas se asomaron sobre sus ojos, era la primera vez que hacia esto.
Miro a la peli azul, a esa chica que le regalo tantas primeras veces, su primera vez comiendo un helado de sabor a vainilla, su primera vez retratando el rostro de una mujer hermosa, su primer buenos días, su primer sonrisa de alegría, su primer cita, su primera vez en hacerle sentir nerviosa, su primera vez tocando el agua salada del mar, su primera vez yendo a una cafetería, su primera vez que alguien le escuchaba por horas, su primera vez en un viaje en autobús, la primera vez que tenía esta vista y quizá sin que Leone lo supiera, su primer amor.
Muchas gracias por todo Johansson.
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