Era el inicio de verano, el sudor en los cuerpos era frecuente, beber agua fresca se había vuelto una necesidad y las ventanas en los salones, permanecían abiertas hasta el atardecer. Ese día Lapis abandono aquel saco escolar y pese a esto, el calor en su cuerpo no desaparecía, faltaba más de una hora para el descanso y entre la agonía de la peli azul, su mirada se dirigió hacia Leone, ese día Leone tendría prácticas durante el descanso y tal como la escuela lo establecía, llevaba cada prenda caliente del uniforme deportivo sobre su cuerpo, en perfecto estado y acorde.

La peli azul se sorprendió tanto al no ver ninguna incomodidad en la rubia, de hecho, dudaría que alguna gota de sudor se corriera por su cuerpo.
Leone parecía tan fresca, como cualquier otro día.

-Muy bien jóvenes, como saben hoy y mañana, son los últimos días de clase y se da inicio a las vacaciones de verano, sin embargo algunos de los talleres, tendrán actividades durante una semana, al final del día, vayan a sus talleres ahí les será darán más información. Y sin más que decir, la coordinadora salió del salón.

La clase continuó, sin embargo la mente de dos chicas se encontraban ajenas a ella.

Por segunda vez Lapis y Peridot tuvieron el mismo deseo.

"Espero que el club de manualidades sea uno de esos talleres".

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Esa tarde, los susurros en el club estaban en lo alto, claro, con el cuidado de no molestar a Leone, todos se preguntaban sobre la tutora, pies hacia más de veinte minutos que había sido llamada a la dirección del instituto y aún no regresaba.
Todos contaban con energía, sobre lo que serían sus vacaciones de verano, salidas con amigos, fiestas, viejos o incluso la tranquilidad de su hogar.
Lapis permanecía sentada en un rincón del aula, teniendo una pequeña charla con sadie y secretamente miraba la figura calmada de la rubia, dibujando diferentes líneas en aquel cuaderno de dibujo y en ocasiones una pequeña sonrisa se formaba en el rostro pecoso.

Lapis pensó, que ese sería su momento favorito del día.

Los susurros pararon y el aula quedó atenta a las palabras de aquella tutora que reunía papeles entre sus manos.

-Tengo noticias. La mujer acomodo sus anteojos. - Nuestro club tendra actividades en las vacaciones de verano!, nos alojaremos en uno de los campos de la institución.

Y aunque muchos quedaron decepcionados, algunos corazones comenzaban a latir en felicidad tras escuchar aquellas palabras.

Y entre esos corazones, habían dos que anhelaban verse en aquellos días.

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El camino en auto era un poco largo, los días de escuela terminaron y en su lugar, comenzaban las actividades del club. El pequeño grupo se dividió en dos, Lapis, sadie y amatista partían en el asunto de la madre de sadie.
Mientras que Peridot, Steven, otros dos chicos, partían en auto de la tutora.
El viaje no fue desagradable para nadie, todos hablaban con armonía, incluso había momentos de silencio agradable. Todo era perfecto.

Los primeros en llegar al lugar fue el primer equipo, Lapis ayudaba a llevar las maletas dentro de un edificio escolar, sadie preparaba la comida y amatista, bueno ella dormía. Habían pasado más de tres horas y el resto de personas aún no llegaban.

Y de alguna manera Lapis se sentía preocupada por Leone.

El sol estaba por descender, la peli azul tiraba de las últimas maletas en el auto, mentiría si dijera que el escalofrío en su cuerpo no se presentó, si aquella voz no le hiciera temblar un poco y sobre todo si esa mirada no había hecho que su rostro mostrará un pequeño sonrojo.

-Buenas noches Johansson.

El sol desaparecía de su vista, las estrellas comenzaban a llenar el cielo y sus propias sombras ya no estaban.

-Buenas noches Leone.

Tal vez ese día, sus corazones se extrañaron un poco, tal vez ese día se sintió un poco solitario, pero fue durante la noche que se encontraron cuando se dieron cuenta de algo.

Sus días de verano, se tornarían de azul y verde.