Adelanto
-¿Te irás? - preguntó mientras le miraba con profunda tristeza.
-Es inevitable.
-Volverás, ¿cierto?, promete que lo harás.
-No puedo prometer algo como eso.
Entonces, su cuerpo cruzó la puerta y lo último que vio, fue su triste espalda partiendo con el viento frío del invierno.
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