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Parte 2: Un mal sueño

Nota de autora: ¡Sigo viva perras! Pero la cuarentonta me tiene perezosa como para escribir de forma constante :3

Hay un montón de cosas que algún día voy a escribir en Snowed Under que viene a ser la precuela de esto. Así tendrán más contexto en otro momento.

...

I wake up, it's a bad dream
No one on my side
I was fighting
But I just feel too tired to be fighting
Guess I'm not the fighting kind...

A Bad Dream — Keane

.

9:51 AM

Dentro de todo, tuvo una buena noche de sueño después de perderse en el sendero de los recuerdos, lo cual le dio un pequeño rayo de esperanza respecto a que las cosas estarían bien. Solo tomaría un rato y un poco de paciencia para que todo regresase a su lugar...

Tim se sentó al borde de su cama y estiró sus brazos y espalda ampliamente, tratando de despertarse del todo, entonces se puso de pie y estiró las piernas hasta que todo su cuerpo tronó, haciéndolo gruñir de placer. Ahora, ¿qué debía hacer? Oh sí, agarró su teléfono y buscó el número de su hija Lilac, quería hablar con ella y Anna primero como no pudo hacerlo el día anterior. Entonces les dio la llamada, el teléfono sonó una vez, dos veces...

Nadie respondió. Intentó de nuevo, pero no... eso lo entristeció un poco, tal vez estaba ocupada... sí, ese debía ser el caso... Solo llama a Ellie, llama a las chicas después antes de irte. Le dijo su mente, Deben estar ocupadas. ¡Eso es! Eso... era... sacudió su cabeza, estaba por llamar a su novia de nuevo, en vez de eso intentó una vez más...

Uno, dos...

¡Hola papá! —sus ojos azules se iluminaron con un brillo de felicidad a la vez que sus labios se curvaron y abrieron ligeramente en una sonrisa feliz —¿Cómo estás?

—¡Hola cariño! —trató de mantener un pequeño gemido de emoción adentro. Dios, a veces podía ser un desastre — ¿Cómo estás?

Una de esas pocas cosas que lo hacía feliz siempre eran sus hijas, Lilac y Anna eran como un rayo de luz en un día lluvioso. Siempre les dio todo lo que quisieron incluso después del divorcio, una cosa que a Jayne no le gustaba porque las encaprichaba, algo que no podía evitar; en un par de ocasiones, Jesse le había preguntado si tendría o no algo que ver con el hecho de querer compensar el daño causado por la separación... «Tal vez...» él le había dicho, en el caso de Flint, él había afirmado lo mismo que Jesse con toda la seguridad del mundo.

Habló con ellas por cosa de diez minutos, contándoles que tenía algunos recuerdos y otras cosas para darles, diciéndoles de todo lo que habían visto hasta ahora; y una cosa buena era que estaban interesadas en conocer más sobre otros países a la vez que las hizo interesarse en esas cosas desde que eran pequeñas... entonces llegó la hora de colgar, no quiso, pero también tenían otras cosas que hacer como la tarea.

¡Adiós papi! —escuchó a Anna decir al otro lado — ¡También te amamos! —joder, sintió su corazón hundirse un poco. Las extrañaba tanto...

Antes que fuese asaltado por dolorosos recuerdos llamó a Ellie, quien regresó a Inglaterra unos días por un pequeño asunto familiar que requería su atención. Con suerte estaría disponible en ese punto... en verdad quería hablar con ella y–

La sensación zumbante regresó, diciéndole que había algo malo en curso que no podía ignorar. Era una rara sensación guiándolo a dónde ir, un cosquilleo, difícil de explicar... despacio salió al pasillo, abriendo la puerta despacio, escuchó las voces de Rich y Tom hablando afuera, aparentemente llegando a un final... lo último que escuchó fue al baterista decir «Si necesitas hablar con alguien, puedes hablar conmigo cuando quieras.» Y eso era un hecho.

Una vez que oyó la puerta de la habitación de su amigo cerrarse, salió y silenciosamente llamó al baterista, quien fue a él a la vez que entraron, se veía... preocupado, un poco más de lo usual. Aún no podía ser tan malo como creían, ¿cierto?

—Buen día, Rich —dijo Tim —. ¿Qué te dijo?

—Parecía que no durmió mucho anoche —respondió —. Se ve más cansado que antes, ni siquiera quiere hablar conmigo tampoco...

Si no le dijo nada al baterista, entonces sí era malo, un grado más profundo – a menos que estuviese exagerando y dramatizando. Aún así, al mismo tiempo, el hecho que alejó su mano la noche anterior ya era una alerta.

—Tim, no necesito telepatía para leer tus pensamientos y saber que ya marcaste algunas cosas —acertado, nada más —. Creo que estaba llorando.

— ¿Llorando? —preguntó algo confundido —La noche anterior parecía igual... lo oí sorbiendo la nariz como si estuviese llorando y... —quiso decirle del zumbido que saltó ya un par de veces pero aún no lo entendía.

— ¿Estás bien amigo? —no, para nada, honestamente — ¿Hay algo de lo que quieras hablar?

—Yo... — ¿era realmente el momento para hablar de ello? No, tal vez en otro momento — ¿Te dijo algo más?

—Solo dijo que no es nada y que solo era un resfrío que lo hacía lucir cansado, pero a juzgar su reacción la noche anterior no tengo idea en qué pensar. Pero creo en lo que dijiste —si eso se supone debía ser confortante, honestamente se sintió... vacío. No era su intención aunque no lo pudo evitar —. Te entiendo, Tim. De verdad lo hago.

Rich le dio unas palmadas en el hombro en señal de apoyo, Tim sintió sus emociones: tristeza, preocupación y en algún lugar del medio, un pequeño rayo de esperanza asomándose, eso lo tranquilizó una vez más, levantando su ánimo, entonces se quedó solo en la habitación mientras que el mayor del grupo fue por el desayuno. Se sintió mejor ahora, con la sensación que las cosas podrían tomar un mejor rumbo en cierto punto.

Ahora, para apartar sus pensamientos hacia otro lado lejos de los problemas empezó a empacar todas sus cosas de nuevo, A este paso necesitarás hacer algo de lavandería o terminarás usando la misma maldita ropa por varios días más. Pensó por un momento. Con suerte si había servicio de lavandería en el próximo hotel porque realmente lo necesitaba... ¿No estás olvidando otras cosas?

Aún tenía que llamar a Ellie, cepillarse los dientes, arreglarse e ir por el desayuno.

Pensar en Ellie lo hizo feliz, era una brillante luz iluminando el camino, un rayo de luz en medio de una tormenta, su gracia salvadora desde la primera vez que la conoció en un café. Le atrajo su personalidad magnética, su optimismo, jovialidad y belleza por dentro y fuera; trajo el color de regreso a su vida luego de haber caído hasta lo más bajo, y no tomó mucho antes que le pidiera ser su novia. Todo era menos mierda con ella.

No tardó mucho para que contestara, al parecer estuvo pendiente de su llamada en cualquier momento... diez minutos después colgó y fue al baño a limpiarse, otros diez minutos más tarde y ya estaba listo para ir a comer algo como su estómago gritaba por comida. Tenía que ser lo suficientemente rápido para regresar y asegurarse de tener todo en orden como perdió mucho tiempo y deberían irse al aeropuerto en cualquier momento, tres horas más temprano como era lo usual para evitar problemas en Aduanas y cosas así.

Al mismo tiempo que salió de su habitación, vio a Tom hacer lo mismo del suyo, aún con esa aura rodeándolo pero sintiéndolo un poco menos comparado la noche anterior... Tal vez... ¿tal vez se sentiría mejor para hablar?

—Buen día Tom —saludó con una sonrisa suave, parecía que no lo había visto, se veía distraído —. ¿Cómo te sientes amigo?

—Oh, hola Tim —sonó un poco ansioso —, estoy bien, me siento... mejor... —le dio esta pequeña sonrisa suave también.

—Bien... —respondió sin estar totalmente convencido pero alegre de estar siendo sincero —Vamos por el desayuno, ¿sí? —el ex-rubio asintió en respuesta, intentó darle una palmada en la espalda, pero se alejó — ¿Tom? ¿Estás seguro que estás bien?

— ¡Claro! ¿Por... por qué no lo estaría?

El pianista solo entrecerró los ojos ligeramente, él... no sabía qué decir para nada, de verdad no tenía nada que decir; a pesar de eso, quería saber por qué no le dejaba tocarlo, porque eso significaría que realmente tenía un problema... No, aún no es la hora... le dijo su cabeza, Tal vez en otro momento...

—Nada, olvídalo.

Silenciosamente ambos entraron al elevador en lados opuestos, con el cantante viéndosele distante, como si estuviese perdido en pensamientos, Lee su mente, ¡es más fácil! ¡No! No iba a hacerlo, quería que tuviera la suficiente confianza para decirles cuál era el problema. No sucedería en cualquier momento, igualmente tenía esperanzas en ello... Eres realmente ingenuo, Tim... alejó la molesta voz en su cabeza por un momento, haciendo que se ganara una mirada confundida de su amigo.

¡Ding!

La puerta se abrió dejándolos salir e ir por algo de comer: panqueques, tostadas, y cualquier cosa que quisieran incluyendo cosas tradicionales. Recogiendo su comida en bandejas, se dirigieron a la mesa donde Rich y Jesse estaban sentados para entablar una charla tranquila con chistes malos y buena onda por un rato. Se irían al aeropuerto en alrededor de una hora. «¿Ya tienen todo listo?» preguntó el querido baterista.

—Ya empaqué todo ayer. —dijo Jesse

—Estoy ordenando algunas cosas antes de empacar —dijo Tim, Jesse lo miró sorprendido —Necesito poner todo en orden con algunos recuerdos, mi valija está casi llena.

—Estoy por ahí —dijo Tom —, poniendo todo en orden después de echar mi valija anoche...

—Vaya, qué raro. No eres de la clase ordenada. —el bajista consiguió un puntapié por parte de un molesto Rich — ¡Auch!

—Nos iremos de aquí en una hora, nuestro vuelo se irá más o menos a la 1:00 PM y estaremos en Paraguay a las 4:30 PM. —lo mejor de Rich era quien les mantenía al tanto de todo como su hermano mayor de otra madre (y el más maduro de todos)

— ¡Ya quiero ver los árboles de lapacho púrpura! —su bajista exclamó con emoción a la vez que los otros solo sorbieron sus respectivas bebidas. Nadie dijo nada.

Una vez que terminaron entre bromas malas que daban risa y otras cosas, todos regresaron a sus habitaciones de hotel por sus cosas. Como dijo el pianista, aún tenía que arreglar sus cosas antes que su valija explotara; todo entró apenas y solo porque fue perfectamente simétrico pero eso no significaba que no tenía espacio. Mierda, ya necesitaba otra maleta... no era de su agrado arrastrar tanto... bueno tenía su mochila con un libro por el camino, más o menos sabía español así que no sería tan difícil de leerlo, ¿no?

Entonces llegó la hora de irse, con todas sus cosas, y cuidando que no se le quedó nada salió de ahí y fue abajo a ir a las camionetas, alzando sus maletas, ellos mismos y de ahí al aeropuerto esperando la hora de pasar por Aduanas entre bromas malas, comentarios aleatorios, el hecho que ni Tom ni Jesse dejaban de decir "Wuzzeh" a cada rato sacándoles risas y luego terminar cada quién encerrados en sus propios pensamientos hasta que finalmente les tocó abordar.

Desafortunadamente para el pianista, su amigo de la infancia se sentó un par de asientos más atrás con Jesse, en todo caso no hubiera sido bueno teniendo en cuenta que hacía un esfuerzo enorme por evadir contacto... y realmente apestaba mucho más de lo que querría. De alguna forma se sintió como si regresaron a esa época una vez más, solo que sin los gritos ni las discusiones, sin ninguno de los dos siendo idiotas e intentando seguir así. Decidió que lo mejor era sacar su libro y comenzar a leer antes de dejarse acumular por los problemas y las dudas asaltándolo, no llegaría a ningún lado de esa forma.

Tres horas después llegaron al aeropuerto, nada más salir se encontraron con un montón de fans (como cincuenta personas) esperándolos afuera de Aduanas con felicidad y un montón de regalos. Cada uno de ellos intentó saludar a la mayor cantidad de fans que podían, firmando sus álbumes, hablando un poco con algunos, encontrando a personas interesantes como a esta joven que huyó de la universidad después de un exámen que le importó un carajo que Tim conoció.

—Entonces, ¿escapaste para venir? —le preguntó

— ¡Sí–! ¡Digo no–! Bueno, algo así. Una amiga me dijo que estaban viniendo y terminé mi exámen lo más rápido que pude para venir y no tengo ni idea de cómo llegué aquí justo a tiempo. —le causó mucha gracia, notándola tanto emocionada como nerviosa

—De todos modos —dijo, mirándola a los ojos y sonriendo —, me alegro que hayas logrado llegar aquí.

— ¡Gracias Tim! —exclamó bastante alegre

Se tomaron una foto juntos para luego moverse hacia otros hasta que la situación se volvió insostenible; miró a Tom por un breve momento viendo cuán saturado se sentía, cuán cansado se sentía desde la distancia... ¡joder! Juró que su amigo estaba a nada de desmayarse ahí mismo donde estaba parado si es que tenía la oportunidad de hacerlo. Trató de ser educado y dirigirse afuera hacia las camionetas, aún seguido por todo el mundo. Por un momento en su salida pareció vislumbrar una chaqueta negra con brillos en la multitud...

En fin, sin perder más tiempo cada quién fue a su camioneta; y algo de lo cual todos estuvieron de acuerdo en sus mentes (con ayuda de telepatía de parte de Tim) era que les hubiera encantado comerse algo de helado en esa tienda al lado de la salida si es que no había nadie esperándolos... amistoso recordatorio que estaban algo hambrientos.

Por cierto, esto no está relacionado a nada pero, ¿alguno de ustedes vio a Alice en el aeropuerto o solo fui yo? —preguntó Tim en su mente a los otros mientras miró afuera, el día era una mezcla de gris y azul, más o menos las cinco y un poco más de la tarde. El tráfico comenzó a embotellarse, lo que significaría tardarse un poco más en llegar a destino.

Había demasiada gente, no estoy seguro. —Jesse respondió en su mente, también mirando para afuera, al lado de Tim. No decían nada en voz alta solo para no llamar la atención del conductor ni el acompañante del frente —¿Acaso la viste?

No estoy seguro, aunque creo que vi la chaqueta negra de espejos por ahí, pero no pude ver de quién se trataba realmente. —respondió, aún algo perdido en la vista de afuera

Debió ser ella —habló Tom con bastante confianza desde la otra camioneta, varios autos más atrás —. Le di esa chaqueta para resaltar de todos —sonó bastante orgulloso, genuinamente orgulloso —. ¡Para brillar en la oscuridad con estilo!

Hubo un breve silencio por un minuto.

Entonces tampoco la viste —Rich habló —, ¿o sí?

Conociéndola, probablemente se escondió en la multitud —finalmente respondió —. No sería sorpresivo si no se acercó a nosotros para no llamar la atención de nadie del club de fans, aunque no descarto que quiso acercarse gritándonos.

¡Qué milagro! ¡Tom está usando su cerebro! —el bajista respondió sarcástico —¡Va a llo–!

Antes que comenzara una pelea sin pies ni cabeza, Tim cesó la conexión haciendo que su amigo ahí a su lado gruñera al darse cuenta, también haciéndolo quejarse en voz alta preguntando por qué lo detuvo. Por supuesto que el oji-celestes no quiso escucharlos pelearse por un comentario estúpido una vez más, y mayormente porque el enano del grupo inició. Aún estaba algo cansado, no quería escucharlos para nada. Punto.

Para su gracia, no tomó más de una hora y algo para llegar a su hotel luego de tomar unas cuantas rutas alternativas; su hotel se localizaba en el centro mismo de la capital, en una calle bastante conocida y transitada. La fachada exterior tenía una pinta colonial de color salmón/rosa con un aire elegante y familiar que adoraron al llegar.

Hicieron el check-in y todos fueron primero a sus habitaciones para sacar algunas de sus cosas, como la ropa sucia (al menos una parte, lo suficiente para sobrevivir los días restantes de la gira). Cinco minutos después que Tim se fue del cuarto de lavandería, Tom bajó con sus cosas listas para ser lavadas; escogió una lavarropas vacía con todo lo que necesitaba usar y siendo cuidadoso de no mezclar sus cosas.

—Sip, definitivamente va a llover —escuchó a Jesse a sus espaldas, se dio vuelta para encararlo, con un rostro serio — ¿Qué? Sabes que solo estoy bromeando, viejo —solo tuvo la misma mirada en respuesta, para luego voltearse sin regresarle los comentarios —Muy buen, no estás de humor para esto.

—Lo siento, me siento un poco mal hoy... —finalmente respondió algo cansado, una cosa que todos notaron en su momento.

—Han sido un par de días intensos después de todo con la clase de público que la gente latina es —aún le parecía una locura la energía de los fans latinos y su carisma —. Todos estamos cansados...

No hubo respuesta otra vez; se dio media vuelta hacia su compañero, perdido en pensamientos, tranquilamente esperando que su ropa estuviese lista. Durante todo ese proceso notó lo apagado y perdido de su mirada haciéndole preguntarse qué cruzaba su mente (ya quisiera la telepatía de su amigo)... hasta que sus cosas estuvieron listas, llevándolas a la secadora...

—Oye Jesse —finalmente dijo —, ¿sabes dónde cenaremos?

Bueno, evidentemente su estómago era quien le habló en ese momento.

—Aún no. ¿Por qué no vas a comer algo a la cafetería mientras tanto? —preguntó, Tom se encogió de hombros en respuesta —Por cierto, ¿aún no hablaste con Alice?

Levantó un poco la mirada sin voltearse.

—No. Puede que ya llamó o algo pero aún no estoy en la red WiFi, ¿por qué? —Jesse hizo un sonido de curiosidad —¿Hablas por lo que dijo Tim? No, aún no, pero no tengo dudas que fue ella. Ahora estamos en su territorio. —ahora se volteó a medias para verlo con una sonrisa, haciendo que el bajista respondiera del mismo modo.

—Realmente te cae bien —hubo una risilla suave en respuesta —. Ella realmente llegó a ese lugar suave en ese corazón negro de piedra que tienes, ¿eh? Aún no puedo creer que tengas un punto suave por alguien que no sea tu familia o tú mismo —el vocalista solo negó con la cabeza un poco aún con una mirada cansada y una sonrisa pequeña, notando que su humor se levantó un poco más —En fin... a estas alturas estoy seguro que todo el mundo te hizo ya la misma pregunta así que iré directo al punto: si hay algo que te molesta, todos estamos dispuestos a escucharte. No necesitas esconderlo de nosotros, queremos ayudarte de alguna manera... incluyéndome.

Notó sus hombros subir un poco, como si eso le llegó a su endurecido corazón... tal vez lo pensaría, no iba a presionarlo, nadie lo haría, solo quiso hacérselo saber.

—Estoy bien, solo hambriento. —rió de nuevo bastante suave, aún cansado, Jesse no dijo nada más, solo entrecerró los ojos un poco y siguió con su ropa.

Una vez que las cosas del vocalista estuvieron listas, el mismo regresó arriba con ropa en manos, sintiéndose a punto de...

¡Ding! El elevador se abrió.

Caminando a su habitación simplemente se sintió extraño y el ambiente frío y raro como su estado de ánimo, estando solo en una de las plantas más altas del edificio del hotel, con una linda vista de la Costanera y el Río Paraguay, Freya amaría la vista desde aquí sin dudas... pensó con esta pequeña sonrisa en su rostro. Sacó su teléfono y llamó a Natalie, sintiendo la urgencia de escuchar a su princesa en el teléfono en ese momento, buscando ver su hermoso rostro otra vez... necesitaba verla, escucharla, extrañando tanto a su princesita... agarró su teléfono y videollamó a Natalie... tal vez aún seguía despierta...

Esperó un rato, la conexión era algo lenta y eso solo hizo el sentimiento de ansiedad un poquito más intenso que antes, como si estuviese a punto de perder la cabeza... Mierda, por favor respóndeme Nat... quiero ver mucho a Freya... Su princesita, su rayito de sol, su mayor razón para vivir... mierda, realmente quería y necesitaba verla de alguna forma, ¡Por favor responde! ¡Responde! Pensó algo más ansioso, entonces...

Hola Tom —escuchó, suspiró hondo un poco más calmado —, ¿cómo te sientes? —preguntó Nat sonriendo.

—Hola Nat, estoy bien, llegamos a Paraguay un par de horas atrás. Solo... nos tomó un rato llegar al hotel, había mucho tráfico y llegamos algún rato atrás. Hice algo de lavandería y...

Antes de terminar la oración escuchó chillidos alegres que llenaron sus ojos con lágrimas de felicidad a la vez que su pequeño rayo de sol se acercó al teléfono feliz, llenándose de pura emoción al escuchar su voz al otro lado, viéndola por el videochat. Habló con ella por un rato, con Freyita contándolo todo lo que hizo en el día enegética, haciéndolo reir suavemente. Todo en su interior comenzó a calmarse con ella llenando sus oídos, con su ansiedad disipándose por el momento... la pequeña ya estaba vestida con su hermoso piyama de unicornios, lo cual solo fue un recordatorio que ya era tarde por su natal Inglaterra, así que siguió aprovechando otro rato para seguir hablando.

— ¿Cuándo vas a volver, papá? —preguntó con sus enormes y brillantes ojos verdes —¡Te extraño mucho! ¡Quiero volver a abrazarte papá! —habían pocas cosas capaces de suavizar su corazón endurecido, Freya era una de esas.

—Papá volverá la próxima semana, cariño. ¡Y tengo muchísimos regalos para ti! —la pequeña comenzó a chillar de alegría una vez más con mucha felicidad —Ahora es hora de ir a dormir pequeña. Es un poco tarde y mañana tienes escuela —Freya puso mala cara en respuesta, no quería irse, haciéndolo reir suavemente una vez más. Parte suya quiso que se quedara otro rato, del otro lado, debía suceder —. ¡Descansa bien princesa!

Su pequeña le tiró este enorme y hermoso beso, para luego bostezar, Nat rió un poco en el fondo a la vez que la conexión terminó, dejándolo solo en su habitación una vez más... ese era el momento donde necesitaba y deseaba volver a casa, arropar a su princesa, contarle una historia para dormir o cantarle o lo que fuera hasta que se quedara dormida... era su pequeño rayo de sol, su más grande razón para vivir, básicamente su todo... Joder, ¿qué haría sin ella? Jamás se lo perdonaría si algo le pasara...

Ahora solo... debía calmarse, tomar una ducha y relajarse un rato, esperar a la hora de cenar... tal vez ver televisión, distraerse en su teléfono por Twitter o Instagram... cualquier cosa para que no lo alcanzara de nuevo... necesitaba comida y también algo de paz, aclarar su mente, cualquier cosa mientras que eso significara no dejar que su lado depresivo regresara una vez más...

Habían pocas veces donde eso sucedía, algunas veces su tristeza venía de la nada tomándolo con la guardia baja, siempre lo odió... era un algo que nunca se fue. Su familia estuvo siendo ese algo que lo mantenía alejado de esa oscuridad y tristeza hasta que comenzó a aprender cómo mantenerse estable por su cuenta... pero últimamente se sentía... triste.

Aún no estaba seguro si se sentía presionado o si su lado depresivo comenzó a tomar ventaja de su cansancio de los dos últimos días – mierda, sin importar lo mucho que amaba a la multitud y demás, quería tirarse a la cama pero... Solo diles lo que sucede realmente, Chaplin... pensó, entonces sacudió la cabeza, No... no es nada... solo pequeñas estupideces de las cuales no deberían preocuparse... O mejor dicho, cosas de las cuales no quería que se preocuparan, que eran solo suyas.

Sí, tenía una mejor conexión con sus amigos —sí, incluído Jesse— ahora que terminó con sus adicciones, tenía un mejor manejo de todo lo que era parte suya como sus fortalezas y debilidades – aunque otras eran más... complicadas de deshacerse, como su enorme ego —el cual en muchas ocasiones hizo que se ganara comentarios de Alice— y su estúpido orgullo, cosas que usualmente lo entorpecía a la hora de conectar con otros, comportarse cual imbécil otras veces... y mantenerlo dentro de su estúpida burbuja... una cantidad contada de gente llegó a conocer al verdadero Tom Chaplin, aquel que iba más allá de lo aparente, el que solo disfrutaría de sentarse y tomar una buena taza de té, la versión no-sarcástica y genuina de sí mismo... el que haría chistes tan malos y tan ingleses que pocos entenderían y a nadie le daría risa, ocasionalmente haciendo fromas a sus amigos...

Carajo, ese era el momento donde más quería compañía...

Suspirando profundamente se puso de pie y sacó algunas ropas limpias y darse una ducha larga con tal de calmarse y relajarse... ¿tenía el hotel una habitación de spa? Su espalda y todo lo demás lo amaría... o tal vez ponerse fitness y hacer algo de ejercicio en el gimnasio...

No, todo de sí gritó para relajarse y procrastinar.

Así que agarró una toalla y entró al baño, comenzando a desnudarse, para luego voltearse un momento al espejo, viendo por un momento a su viejo.. yo...

Algunas veces veía a ese joven rubio, semi-obeso hombre depresivo con su cabello rubio largo hasta sus hombros, ese hombre que todos llamaron "un ángel" por su voz y apariencia... ese hombre que no supo cómo lidiar con la fama, ni sus demonios ni él mismo... esa persona que constantemente gritó por ayuda a todo pulmón pero siendo incapaz de aceptar la ayuda que otros le ofrecían, casi siempre empujándolos lejos de él con miedo y desconfianza, destruyendo todo en su camino como a...

Sacudió la cabeza con ojos cerrados sin querer pensar más en eso, dándole su espalda al espejo e intentar de concentrarse en sus actividades actuales en vez de ahogarse una vez más con la misma mierda... entonces entró bajo la ducha e intentó enfocarse en todo lo otro, como el público animado esperándolos al día siguiente, el viaje a Loma San Gerónimo... iba a disfrutar todo eso de verdad esta vez, no lo iba a cagar de nuevo ni hacer tonterías otra vez – mierda realmente esperaba que nadie le pidiera firmar sus pechos ni otras partes del cuerpo...

— ¡Mierda! —murmuró molesto — ¡¿Por qué carajo siquiera hice eso?! —nunca olvidaría la ira de su esposa cuando volvió a casa, la forma en la que discutieron — ¡Puta mierda! ¡¿Por qué tuve que ser tan estúpido?! —y se le ocurrió echarle la culpa a Tim por ello cuando en realidad fue Rich quien lo delató.

Aún sentía culpa por todas las estupideces que cometió...

Suspirando hondo apagó la ducha y salió sin atreverse a mirar al espejo, secándose y vistiéndose una vez más con algo ligero. El sol aún estaba fuera pero bajo cerca de tocar el horizonte; era casi las 7:15 PM, la cena sería alrededor de las 8:00 – 9:00 (la verdad lo había olvidado, pero no sería muy tarde seguramente) PM así que tendría tiempo para descansar un rato antes de irse... tiró su espalda a la cama para descansar, sintiendo cómo su cuerpo le agradeció de tantas maneras distintas... aunque su deseo de caer dormido era enorme, no lo haría. Al menos, no aún...

Si necesitas hablar con alguien, sabes que siempre puedes decírmelo...

Recordó las palabras de Tim la noche anterior a la vez que se dio vuelta con un rostro sombrío... no era algo fácil de hacerlo – no que no confiara en sus amigos, solo eran cosas tontas, personales de las cuales no deberían preocuparse, cosas de las que no debían preocuparse... y muy en el fondo supo que esperaban a que se abriera y hablara con ellos porque siempre fue difícil hacerlo cuando vivió toda su vida en una caja, aún cuando confió en otros unas contadas veces en el pasado, personas con quienes fue capaz de conectar con su oscuridad y dolor, quienes lo conocían mucho más que nadie.

Toc, toc, toc.

El sonido de la puerta le hizo caer en cuenta que casi cayó dormido, sin siquiera haberse dado cuenta del momento en el que cerró sus párpados, tal vez fue muy profundo en algunos pensamientos para siquiera darse cuenta de eso... al menos, aún no quería quedarse dormido.

Se levantó a revisar quién era, viendo que se trataba de un roadie avisándole que se prepare para salir a cenar cerca de ahí, un lugar llamado... Bolsi, algo así. Sí, estaba hambriento; no, no esperó que la hora llegara tan rápido. De todos modos, puso sus pensamientos a un lado para cambiarse a por algo más de calle que de interior, incluyendo ponerse sus zapatos blancos y jeans. Nada pretencioso, nada para llamar tanto la atención... sabía que habían fans esperando afuera, tal vez algo de prensa, no le importó esta vez mientras pudiera mantener sus pensamientos a un lado lo más que podía y permanecer estable con su mierda... tal vez distraerse de esa forma y resolverlo luego.

¿Por qué a alguien le importarían mis problemas...? Pensó por un segundo, para luego sacudir su cabeza, sosteniéndola con una mano, ¡A ellos les importo junto a mis problemas! Pensó otro segundo, Pero esta vez son solo cosas tontas... Fue su conclusión, No... ¿por qué debería molestarlos con pequeñas cosas como esas? No era algo con lo que quería hacerlos desperdiciar su tiempo, y aún no quería que Tim...

¡Ya no quiero ser parte de esta maldita banda nunca más! Recordó que le gritó a la persona que fue su hermano desde que nació, ¡Y mucho menos tu estúpida marioneta!

Tomó una bocanada enorme de aire al mismo tiempo que retrocedió contra la pared al costado de la puerta sintiendo cómo toda esa oscuridad de sus errores pasados comenzaron a subir despacio sobre su piel —literalmente—, desesperado intentando controlar su angustia; juró que podía sentir eso clavando su piel y enraizando de arriba a abajo, cubriéndolo de a poco incluyendo sus brazos tornándose negros, consumiéndolo como un parásito ergulléndose a su anfitrión. ¡Mierda! No podía dejar que eso sucediera, no era el momento de perder el control para nada y mucho menos en un lugar donde pudiera comprometer la vida de otros...

Carajo, estaba perdiendo el control. No.. pensó, Saldrás de esta, cálmate... todo estará bien... todo... todo estará...

Knock, knock, knock.

¡¿Tom?! ¡Tom! ¿Estás bien? —escuchó a Tim llamarlo con una angustia que claramente intentó esconder, como si pudiera sentir desde la distancia algo sucediendo —Por favor, respóndeme... — ¿por qué aún le importaba? —TomCH, por favor... si algo está mal sabes que puedes hablar conmigo... —le hizo tanto daño, y aún así solo... le importaba... ¿por qué? —TomCH... por favor... déjame ayudarte...

¿Cuántas veces fue que le dijo lo mismo a lo largo de toda su vida? ¿Cuántas veces le dijo esas mismas palabras de tantas formas distintas con el simple motivo de saber lo que le molestaba? ¿Por realmente preocuparse de la forma más genuina posible de su bienestar...? Tantas veces se lo dijo, siempre rechazándolo por más por miedo que por orgullo, por miedo a que lo hiciera de lado o que pensara que solo exageraba las cosas o algo así por más consciente que estaba que su amigo no era así. De pocas palabras, sí; hermético también, pero era una personas sensible que se preocupaba por sus amigos...

Respiró profundo, haciendo que todo se deslizara para calmar sus ansiedad, haciendo que las sombras retrocedieran de vuelta bajo su ropa antes de poder consumirlo por completo a la vez que comenzó a sentirse mejor, ya con la angustia en un nivel menor, emocionalmente agotado, también como algo que no quería mostrarle. Había aprendido a dejar que todo solo fluyera hace tiempo gracias a mucha terapia y ayuda de otros amigos, lo cual mejoró su estabilidad de manera notoria; a veces era fácil hacerlo, y otras... no tanto. Hace tiempo aprendió a vivir con ello y aceptar que podía ser así...

Y sin perder más tiempo fue a la puerta y la abrió, Tim estaba ahí parado con un brillo de preocupación en sus claros ojos azules mientras que su expresión facial era suave, escondiendo sus emociones fácilmente como era de costumbre... era la misma mirada que siempre le dio desde que podía recordar: una suave, tierna mirada de un niño joven quien siempre estuvo ahí aún durante su adolescencia e incluso lo que iba de la adultez... le dio su mejor cara intentando no preocuparlo otra vez.

Realmente no te merezco...

Sí, tuvieron roces en el pasado. Sí, ambos hicieron un montón de estupideces; pero dentro de todo, Tim nunca fue un buscaproblemas, y aún cuando discutieron en múltiples ocasiones en el pasado, el que siempre comenzó la gran mayoría de las peleas no fue nadie más que él...

Y aún así ahí estaba, esperando por él, importándole... con un álbum entero en manos bajo la excusa de "querer comenzar una carrera solista" después de no haberse hablado por casi dos años... ¡puta mierda! ¡Ni siquiera supo que lo arrestaron meses antes que le tocara finalmente tocar fondo con todo el puto asunto de sus adicciones hasta que un entrevistador le contó sobre eso! Richard lo sabía, Flint claramente lo sabía... ¡mierda! ¡Por supuesto que Jesse tenía razones para no agradarle e incluso odiarlo! Todo lo que siempre supo fue... destruir... todo en su camino como na tormenta...

Pero estás saliendo de eso, y eso es lo importante...

—¿De verdad crees eso...? —preguntó suavemente a esa memoria de ella diciéndole esas cosas cuando se sentaron al borde del arroyo cerca de su casa.

Todos cometemos errores, ya sean grandes o pequeños... eres un buen hombre...

Se lavó el rostro de nuevo tratando de ponerle una pausa a sus pensamientos y descansar por otro rato; agarró su peine, comenzó a arreglarse el cabello para lucir menos desastroso... suspirando hondo y cerrando sus ojos, se sintió ligeramente mejor que antes, algo hambriento, con la necesidad de salir antes de volverse loco... cuando abrió de nuevo los ojos, se vio otra vez a mediados de sus veinte, con su cabello largo, enrulado y rubio usando largas ropas negras y viendo cómo gritó por ayuda. Rápidamente sacudió la cabeza se dio media vuelta y se dirigió hacia la puerta, el ascensor y de ahí al vestíbulo...

Ningún pensamiento se pasó por su mente en su camino para abajo, y era lo mejor, ¿no? Era lo mejor mantenerlos apartados de su cerebro por un tiempo hasta que pudiera encontrar una forma de calmarse y disfrutar del resto de la gira con la banda... estaría bien...

Cuando llegó al vestíbulo, Richard y Tim se encontraban esperando, sus dos amigos de la infancia esperaban a Jesse que bajara, lo cual era de hecho divertido considerando que siempre estaba a tiempo para cualquier actividad. Preguntaría, aunque al mismo tiempo no lo vio necesario, sabiendo que estaba en camino...

Tim se le volteó con una sonrisa suave como era costumbre, mientras que Rich se veía algo impaciente – lo cual viniendo de él era normal, después de todo él era el padre de un adolescente y dos niños, de los cuales, uno de ellos estaba retrasado y por ende eso puso al baterista un poco más irritado de lo usual.

—Bueno, parece que no estoy retrasado por primera vez. —bromeó con sus manos en los bolsillos — ¿Dónde carajo está Jesse?

—Hablando con su familia —respondió Tim —. Lo escuché antes de bajar hablando, así que supuse que es con su familia.

—Lo averiguaremos en un par de minutos —habló Rich aún irritado.

Y como diez minutos después, Jesse finalmente bajó con ellos con una expresión algo confundida en su rostro, como procesando informaciónen su cabeza de una forma u otra. Antes que el mayor del grupo pudiera quejarse por tardar tanto, el menor del grupo lo interrumpió rascando su nuca un poco.

—Así que... —habló, alargando un poco el "qué" —mi hijo vio este juguete en la televisión y lo quiere para Navidad, el problema es que es un poco caro, y quería preguntar si alguno de ustedes le compraría un juguete claro a sus hijos si se lo pidieran... (2)

Si pudo ser completamente honesto, realmente esperó desde lo más profundo de su corazón que al menos uno de sus amigos le dijera que no; en vez de eso, Tom, Tim y Rich dijeron "Sí", "Por supuesto" y "Absolutamente" en ese mismo orden, por lo tanto, aparte de quedar aún más confundido en su futuro accionar decidió que lo resolvería directamente con Julia porque era evidente que eran bastante consentidores con sus respectivas hijas (y en el caso de Rich, hijo), por lo que decidió que lo mejor era dejarlo para otro momento y tomar el descanso en un lugar elegante llamado "Bolsi" o algo así, cerca de ahí.

Otro rato después de firmar cosas para fans, sacarse fotos y subir de nuevo a las camionetas, ya estaban en el restaurante, ubicado en una esquina, una calle más arriba (aunque debieron dar una vuelta por ahí para poder subir) a cinco cuadras del hotel. Por fuera el lugar parecía pequeño, pintado de color crema, asientos para afuera cercados por barras de madera, patrocinados por Heineken y mucha gente comiendo. Por dentro lucía más grande y rústico, con el aroma a comida inundando las fosas nasales de todos, mezclándose bastante el olor de lo cocinado como carne asada, algo de cerveza y una buena cantidad restante de confites en una vidriera...

Mucha gente iba y venía de adentro para afuera en el lugar, algunos con bandejas de comida y otros con cosas para llevar, para su sorpresa algún que otro comensal los reconocieron, acercándose de forma amable por algún autógrafo antes de sentarse a comer (y joder, el hambre que tenían en ese momento era casi insostenible). Fuera de esas cosas, buscaron algo que comer, llenando los platos de comida, con Rich quejándose bastante que casi no habían opciones realmente vegetarianas (que hizo que Jesse reconsiderase de nuevo el volverse vegano) mientras que los otros rieron un poco, para luego tenerlo desvariando un poco respecto a por qué deberían al menos considerar el vegetarianismo como un estilo de vida por billonésima vez; sabían que no podía hacer nada más que reafirmar su posición de activista.

Hubo este pequeño punto donde Tom sintió necesidad de usar el baño un rato, algo que hizo; cuando se miró al espejo después de salir del cubículo y mientras se lavó las manos todo lo que vio fue a ese hombre joven relleno – casi gordo de rizos dorados que solo sabía cómo devorar, beber hasta el hartazgo y volar como cometa... por supuesto que cuando parpadeó un par de veces, la imagen se fue y su reflejo regresó a la normalidad. Comenzó a lavar su rostro de nuevo de forma compulsiva mientras que su cerebro repitió "Estoy bien" una y otra vez porque ¡no era la primera vez!

— ¿Tom? —se sobresaltó un poco al sentir una mano sobre su hombro y la voz de Rich detrás, sin haberse percatado el momento en el que entró al baño —Tom, ¿qué sucede? —lo miró preocupado, viéndolo claramente detrás de sus ojos celestes reflejados en el espejo

—Está... está bien... — respondió, desviándose para agarrar algunas toallas de papel y limpiar su cara, sintiendo su mirada sobre su cuello —Solo me duele la cabeza... —muy en el fondo le quemaba, al mismo tiempo que no quiso seguir preocupándolo con pequeñeces —Estaré de vuelta en un momento.

—TomCh —Rich también solía llamarlo así de vez en cuando, más cuando su lado paternal salía a la luz —, ayer te dije que que puede decirnos cualquier cosa si lo necesitas. No tienes que guardártelo todo porque sabes lo mucho que duele... cualquiera sea el problema, estamos ahí para ti —puso su mano sobre su hombro y lo apretó gentilmente —. También somos tus amigos y queremos estar ahí para ti...

Se le formó este nudo en la garganta que tuvo que tragarse agriamente, intentando con todas sus fuerzas no quebrarse frente a una de las personas que más hizo sufrir en el pasado, quien procedió a abrazarlo de manera paternal y protectora. Por dentro no pudo dejar de agradecerle por... apoyarlo tanto, a alguien tan mierda como él... Cálmate, cálmate, cálmate... Se las arregló para mantener las lágrimas dentro y forzar una sonrisa, con su amigo dejándolo solo para esperar afuera – lo cual le permitó lavarse otra vez para calmarse... había... había demasiado, y no quería pensar en todas esas cosas otra vez ahora que no estaba en el hotel y mucho menos perder el control de todo.

Así que cuando se sintió mejor se unió de nuevo a sus amigos en un intento de disfrutar de lo que fuera que quedara de su estadía ahí y tener un buen rato antes de regresar al hotel, bromeando por un rato hasta que regresaron, cada quien a sus habitaciones como temprano al día siguiente tenían la prueba de sonido, aunque en vez de ir a su habitación, cuando se encontró solo decidió ir a la terraza, pensando que tal vez necesitaba solo un poco de aire para pensar con mayor claridad en algún otro lugar que no fuera su habitación, algún lugar donde pudiera explotar al cielo sin miedo o simplemente estar solo con sus pensamientos mientras que los sonidos de la ciudad le hacían compañía.

La terraza estaba prácticamente vacía, había una piscina a su izquierda, elevado más o menos un metro y tanto con una pequeña escalera de cuatro escalones que dirigían a las sillas de sol, detrás de las mismas había una pared de tres metros de alto decorado con enredaderas, y mirando para el frente vio los autos yendo y viniendo a lo largo de la enorme Costanera asuncena y se sentó, finalmente recostándose en una de las sillas mientras miró al cielo buscando que sus pensamientos se liberaran salvajemente, dejar su cabeza más tranquila...

En vez de eso, hubo silencio...

Oh no... no necesitaba eso para nada. Necesitaba sacar todos esos pensamientos ahora que estaba en un lugar tranquilo, en un lugar abierto con una linda vista del horizonte...

Su mente se llamó al silencio – lo cual era extraño como siempre estaba pensando en algo, cualquier cosa, absolutamente cualquier cosa, pero ahora estaba en blanco, vacío, silencioso, sin pensamientos cruzándose... así que se quedó ahí, callado sin moverse de su lugar con su mirada perdida en el cielo nocturno con solo algunas estrellas asomándose... lo cual al final resultó ser refrescante a ese punto; tal vez solo necesitó un lugar abierto para no terminar abrumado por su mente yendo de cero a cien kilómetros por hora en menos de tres segundos en vez de estar solo en su habitación donde el espacio era cerrado y era más propenso a que sus mierdas personales lo torturaran más fácilmente.

De alguna manera se sintió mejor estar solo en un espacio abierto que en una habitación y más con sus pensamientos rampantes que de pronto desaparecieron... suspiró hondo intentando traerlos de regreso para solucionarlos ahí mismo, en vez de eso siguió en absoluto silencio tanto por dentro como por fuera lo cual hizo que sintiera molestia de un lado y calma del otro a sabiendas que en algún momento regresaría cuando menos se lo esperara... algún punto donde todos los malos pensamientos cuando tuviera la guardia baja, cuando estuviese en su mejor momento...

No estaba totalmente seguro si nada vino a su cabeza justamente por esperar a que suceda, para venir y atacarlo sin piedad alguna; podía ser una razón, no sabía, no por completo. Mientras tanto, prefirió estar ahí, en silencio y calmado, disfrutando el fresco (y húmedo) ambiente, intentando mantenerse con los pies en la tierra, pensar cómo disfrutar una asombrosa estadía en una tierra extraña con sus amigos...

Sus amigos...

Tim...

Vaya, vaya... no esperaba encontrarte aquí afuera... —una fémina voz dijo

Levantó la mirada hacia la cima de la pared tras él sin moverse de su asiento, viendo a esta joven sentada arriba, sonriendo enormemente... cabello corto y marrón, ropa negra con shorts negros y una chaqueta con espejitos incrustados alrededor de su cintura... le sonrió, para cerrar sus ojos y relajarse en la silla.

—Pensé que no aparecerías por aquí... —dijo sonriente —Gusto en verte Alice.

Una cosa que tenía clara desde hace mucho tiempo es que ella era su karma en muchos sentidos: un desastre, irreverente, oscura, con un sentido del humor parecido (aunque no entendía los chistes que ya eran "muy ingleses") y cosas de su pasado que solo un contado número de personas sabía... cuatro personas de hecho. Y era también una de esas contadas personas que tenía un lugar en su oscuro, retorcido y endurecido corazón – el cual se la ganó con todas las reglas al punto de considerarla su caótica hermana menor.

—Sí, lamento la demora, viejo —sonrió y bajó, aterrizando con gracia a su lado —. Oh veo que encontraste un buen lugar para estar.

—Bueno, debo decir que es un buen lugar para quedarse, y la vista es muy bonita debo decir —respondió, poniendo sus manos tras su cabeza —. ¡Incluso tengo la vista del río en mi ventana! —ella se sentó a su lado —El atardecer es muy bonito por el río, ya sabes, con la luz del sol reflejado sobre la superficie con todos esos colores vibrantes...

—E increíblemente el clima pasó de jodidamente caluroso a este clima fresquito y algo húmedo —rió un poco —, solo espero que no llueva mañana...

—Apuesto que harás que las nubes se vayan de todos modos. Sé que lo harías para no aruinar tu primer concierto oficial – como parte del público, digo —ella rió un poco tímida, aparte de una amiga era una fan que probó ser leal una vez que alguien se gana su amistad —Estoy seguro que estás emocionada por ello, ¿no? No pudiste venir al show la primera vez que vinimos en el 2012, ¿cierto? Flint dijo que estuviste ocupada con otras cosas.

—Sí, estando jodidamente deprimida... —respondió seca —Al menos para cuando vinieron aquí, ya dejé de intentar matarme.

—El duelo de una pérdida puede ser muy difícil de todas formas —la joven lo miró por un momento —, y dentro de todo lo que pasó, eras muy joven... —ella desvió la mirada un poco

—De todos modos —habló en un intento de desviar el asunto —, sí, primer concierto oficial como parte del público y no mirando desde la distancia —rió un poco —. Y tampoco observaré nada como una roadie. ¡Seré totalmente parte del público! —ambos rieron de nuevo, haciéndolo sentir mejor —Lo cual es, ya sabes...

— ¿Emocionante? —preguntó, ella asintió —Puedo ver que estás emocionada.

— ¡Por supuesto que lo estoy, tonto! —rió con ligereza — ¿Cómo no estaría feliz de ver a una de mis bandas favoritas de vuelta al ruedo? Vamos, no seas idiota, sabes lo emocionada que estoy por ello. —él rió en respuesta, recostándose de nuevo.

—Sé que lo estás, Liz —rió otro poco —, en fin, ¡hora de las preguntas! —la miró, ella cruzó las piernas con una cara de presumida — ¿Qué pasó ayer? Escuché que hubieron... problemas.

Hizo la historia lo más corta posible: súbitas y torpes decisiones de la disquera, súbita mini-gira imprevista por el dinero que traería, demasiados "invitados especiales" y muy pocos fans... en resumen, se armó el infierno.

— ¡¿Puedes creer que los idiotas de seguridad empezaron a tirar los tickets sobrantes a una multitud ahí afuera solo para ver cómo se peleaban entre ellos?! —era obvio lo enojada que estaba —¡El sesenta por ciento ni siquiera eran fans! Todos eran influencers y gente que no sabía nada, ¡se sintió como todos fueran muertos vivos! —tomó una pausa y respiró hondo —Para resumirlo: estuvieron desalentados durante el concierto aún cuando siguieron lo mejor que pudieron... e imagina cuando se enteraron de lo que pasó afuera... —suspiró un poco en respuesta, pensar en ello hizo que su cabeza palpitara un poco —Sí, fue así de malo —muy en el fondo estaba feliz de no ser tan famosos como lo fueron una vez, realmente le hizo pensar que podría recaer en viejos hábitos de esa forma —. Y por supuesto que se quejaron de eso... tristemente no estuve ahí. —terminó con un tono algo... molesto.

—"Oh, lo sentimos Alice, no puedes venir porque no queremos una masacre el día de hoy." —dijo fingiendo una voz grave, burlándose de Chris —¿Fue algo así? —rió como niño pequeño, ella lo miró mal.

— ¡No iba a matar a nadie! —respondió enojada, él rió más—¡Maldito hijo de puta! —exclamó ofendida

—Oh, ¿no ibas a hacerlo? —preguntó de nuevo, aún riendo

— ¡Por supuesto que no! —exclamó otra vez rodando los ojos —Bueno, no iba a hacerlo esta vez. ¡Igual no iba a hacerlo! —él solo rió más incluso. Con lo de matar gente, iba en serio, era totalmente capaz de hacerlo si quería —¡No me hagas golpear tu inmensa frentesota con mi zapato, idiota!

—Ay vamos, es solo una broma Liz —sonrió traviesamente, ella entrecerró los ojos, él rió un poco —No te lo tomes tan en serio, sabes que solo estoy bromeando contigo.

—Lo sé, pero no intentes joderme de nuevo, ¿está bien? —esta vez la risa que salió fue una alta — ¡Chaplin! —rió incluso más que antes, —¡Vete a la mierda! —exclamó irritada, no pudo parar de reir por un rato hasta que comenzó a calmarse, —¿Ya terminaste de reirte, idiota? Porque si empiezas de nuevo ¡te juro que voy a golpearte con mi zapato!

El canoso respiró hondo sin dejar de sonreir como un niño travieso aún cuando sabía que ella no dudaría ni un mísero segundo en golpearlo directo en la cara o en su frente... si había alguien que podía ser diez veces peor que él e incluso aumentado a niveles insospechados era ella: jodidamente caprichosa, una completa reina del drama que no dudaría en darle a alguien un buen puñetazo en la cara sin importarle las consecuencias... mentalmente inestable y más oscura que él con el mismo sentido retorcido del humor junto a otras cosas.

Bueno, los otros también creían que ella era su karma. Él estuvo de acuerdo.

Al mismo tiempo, era su mejor amiga y una hermana menor.

Cabe destacar que tanto Tim como Flint se arrepentían de vez en cuando que ambos finalmente terminaron conociéndose, mucho más con las bromas que solían plantarles, ya fueran chistes o bromas dignas de un niño de kindergarden, además que una era mucho peor que el otro ya fuera en personalidad o en temperamento... no por nada se llevaban bien.

Ambos comenzaron a charlar un rato con malas, horribles bromas, algo de chismerío y otras cosas hasta que le ofreció escaparse un rato para hacer algo de turismo alrededor – aún cuando algunos lugares estaban cerrados, no le importó, significaba que se moverían más rápido por la capital, al menos pasar por los puntos de interés.

Nadie más supo que dejaron el edificio desde atrás, riendo como niños pequeños planeando travesuras sin supervisión y disfrazándose un poco para pasar desapercibido; hubieron algunas paradas cerca de ahí como el centro cultural de la Manzana de la Riviera a un par de cuadras más abajo (detrás del hotel, de hecho) donde se quedaron a ver una obra de teatro improvisado por una hora donde su amiga le tradujo los diálogos que no llegó a entender, después de eso, media cuadra más abajo se encontraron con la casa de gobierno del país que era el patio trasero del Palacio de los López, siendo comentado que la fachada frontal miraba hacia el río.

Luego de ahí se movieron algunas cuadras hacia el este (estando del lado oeste de la ciudad), pasando por la imprenta del diario Última Hora, media cuadra de ahí encontrándose el Congreso de la Nación —a juzgar por la falta de ganas con la que mencionó el nombre del lugar aparte que una parte vieja fue un seminario, hablando de eso con más interés que por el edificio legislativo, se notaba que nadie de ahí le caía bien, así como la realeza le caía mal a Richard—; tres cuadras más lejos de ahí llegaron a la Casa de la Independencia, la cual estaba cerrada y se notaba el estilo colonial de la época... era complicado no hacerle caso cuando le contaba de historia, viéndola bastante apasionada con ello.

—Entonces, ¿me dices que fue una revolución pacífica? —preguntó mientras rodearon la casona, la cual estaba en una esquina — ¿Sin derramamiento de sangre ni muertes?

—Prácticamente sí —respondió —, sin muertes ni derramamiento de sangre. El único lugar en toda América Latina donde el proceso de independencización no incluyó una guerra ni muertes, y sucedió todo en una noche de dos días diferentes.

En lo poco que diferían en personalidad, era que ella nerd y él no, tanto que compartía de vez en cuando cosas con Tim como lo eran recomendaciones de libros, curiosidades de esto o aquello, alguna historia apasionante... entre otros; además, escucharla tan apasionada por los temas hizo que fuera sencillo hacerse una idea visible de lo que pasó.

—El Parlamento estaba algunas cuadras atrás, ¿no? —ella asintió —Bueno es un poco raro... ya sabes, que no hayas intentado un golpe de estado —Alice desvió la mirada — ¿Qué sucede? —preguntó riendo ligeramente

—Bueno... no es que no quiera hacerlo, pero mamá no me deja... —replicó cruzando los brazos y un puchero —Tampoco los otros... —su rostro enrojeció —No quieren que haga nada estúpido aún cuando tengo billones de planes para que el país deje de ser una pocilga... —luego pareció algo irritada —Y no quieren que el poder se me suba a la cabeza por todo el lugar... —él comenzó a reir, ella se dio media vuelta con los brazos cruzados

—Oh, vamos Liz, no tengo dudas que levantarías este lugar como un imperio y que seguro contratarías a Martin y Richard para tu gabinete —ella se le volteó un poco, aún con una expresión irritada —. Solo no enloquezcas con el poder ni tampoco te dejes llevar —se aguantó unas risillas —, sabiendo que...

Algún grupo de personas, indigentes y policías del área vio cómo Tom corrió tres o cuatro cuadras intentando escapar de una furiosa joven que intentaba darle patadas en el trasero (algunos quisieron intervenir, pero muy en el fondo, un instinto primitivo de supervivencia les dijo que era mejor no hacerlo sin saber por qué, por lo que todos decidieron hacer de la vista gorda y pretender que no pasó nada), bajando una cuadra y llegando hasta la catedral donde le pidió algo de piedad y que le mostrara los alrededores. Cruzando los brazos más una mirada algo crispada, siguió haciendo el tour alrededor; al lado de la catedral había un edificio con una fachada bastante vieja que hacía de actualmente una universidad, la primera universidad del país de hecho.

Todo el recorrido por esos alrededores terminó en el techo de una escuela fundada en 1880 —lo cual no era gran cosa comparado a otras escuelas en el Reino Unido como la Secundaria Sherborne en Dorset— como un colegio para niñas —el cual también era una contraposición a la secundaria previamente mencionada, siendo un internado exclusivo para hombres— que también era otra parte de la universidad, ubicado detrás de la catedral. Era un poco triste ver la parte antigua caerse en pedazos de a poco, ella dijo que era prácticamente la forma en la que la filosofía y las ciencias humanas tenían junto a una administración asquerosa.

—Pero —habló a su lado, ambos con una vista más cercana a la Costanera y el río —, hay mucha gente buena aquí. Nadie muy pretencioso, solo... gente siguiendo su verdadera vocación contra lo que todo el mundo piensa o cree —tomó una pausa, luego lo miró —. Aquí Humanidades es una rama bastante infravalorada, e incluso hay gente que cree que es innecesaria o inútil aún cuando es exactamente lo opuesto.

—¿Por qué? —preguntó curioso

—Treinta y cinco años de dictadura dice mucho. Indirectamente culpa de la Guerra Fría —explicó —. Intelectuales siendo perseguidos, torturados, ejecutados, desaparecidos o exiliados, cualquiera con pensamientos liberales eran y aún son llamados comunistas, erróneamente por supuesto; mucha gente viviendo en la ignorancia sin saber su izquierda de su derecha, ni conceptos ni nada.

—Vaya... eso es mucho... —ella asintió regresando la vista a la Costanera, por lo que copió la acción —Supongo que la gente aquí vino a entender mejor el mundo desde... una perspectiva más humanizada... —asintió de nuevo —Y... ¿qué te trajo a estudiar Sociología me dijiste una vez? —Alice lo miró de nuevo, él sonrió un poco.

—Bueno, me encanta Humanidades más que otras ciencias —rió un poco de manera traviesa —, y encontré esto muy interesante... —volvió a reir —Y aún no estoy segura si debería tomar alguna especialización al terminar o si tomar otra carrera después de terminar. Historia, Comunicación y Ciencias Políticas son tres opciones interesantes... oh y Filosofía.

Él rió un poco en respuesta, con una sonrisa.

—Aún tienes muchísimo tiempo, Liz —rió otro poco —. Al menos tú terminarás tu carrera, yo ni pasé del primer año —ella rodó los ojos con algunas risillas —. ¿Y por qué no hay clases?

—Siempre acaba dos semanas antes de los exámenes finales. Empiezan el lunes de la próxima semana —respondió sonriendo un poco, luego se puso de pie, el canoso entendió que era hora de seguir —. En fin, ¿quieres comer algo? Hay un restaurante a un par de cuadras de aquí, sobre calle Palma... o si quieres también hay tres heladerías alrededor en caso que quieras.

Sin chistar un segundo se puso de pie y la siguió, bajando del techo mientras se saltaron la seguridad del lugar por obvias razones para subir un par de cuadras a pie cuando Tom comenzó a sentirse más orientado en el área, preguntando si sabía la historia de uno de los edificios (abandonados) más altos de la zona: un edificio gigante con todas las entradas y ventanas tapiadas. Todo lo que ella sabía es que la mitad de la manzana pertenecía a una tienda llamada La Riojana que cerró seis años atrás en el 2013 después de declararse en bancarrota, más allá de eso no sabía nada aparte que habían muchos murciélagos y a veces hacían fiestas underground en los pisos superiores.

Si volviera en el futuro ya fuera con la banda o por su cuenta, le prometió que entrarían a buscar algún cadáver o algo. Por supuesto que la posibilidad era algo nula pero aún así la idea de hacer algo de "turismo extremo" (que bien podría traerles problemas con las autoridades por estar en un espacio privado) podía ser gratificante para su niño interior – además de romper un poco con el protocolo por más que luego terminaría sermoneado por Richard por escaparse así como así.

Al doblar por la esquina de la antigua tienda de La Riojana caminaron una cuadra y media en dirección a esta heladería llamada Doña Ángela por un par de conos (curiosamente, a media cuadra de distancia habían otras dos, uno llamado Grido y otro Amandau) y matar las ganas de helado que tuvo desde la tarde; pasando por una farmacia que mencionó fue de un par de hermanos donde la parte de arriba fue la casa de la familia (actualmente un estudio de teatro) y lo de atrás el viejo laboratorio; un poco más adelante el Panteón Nacional de los Héroes, al frente mismo Lido Bar, un par de lugares que anotó para otra ocasión; entonces siguieron caminando mientras vio lugares y negocios – bastantes negocios de todo tipo... y también fans que le preguntaron qué hacia recorriendo solo, diciéndole que no era muy seguro andar a sus anchas. Era capaz de defenderse solo, así que no tenía miedo e incluso menos con su amiga.

En cierto punto cuando se aseguraron que nadie miraba en su dirección, saltaron a un techo para regresar de esa forma al hotel de techo en techo, entrando por el mismo lugar donde salieron, ir al elevador y finalmente llegar a su habitación de la forma más silenciosa posible para no llamar la atención de los otros. Mucho menos la atención de Rich.

—Bueno, realmente disfruté del tour, Liz. ¡Fue muy divertido! —rió alegre, preparando su llave —Y muchas gracias por el helado también. Nos hubiera encantado comer un poco en el aeropuerto pero habían muchos fans y queríamos llegar —ella rió en respuesta —. En fin, ¿nos vemos mañana en la prueba de sonido?

—Nos vemos en la prueba de sonido —sonrió lista para irse, Tom abrió la puerta y estuvo por cerrarla cuando entró —. Oh y Oliver —él la miró un momento —, si necesitas hablar con alguien puedes contar conmigo; no necesito ser Sherlock para saber que no te sientes bien, de otro modo no encuentro una razón para estar solo en una terraza aparte de algo molestándote... no estás solo, no más...

Todo lo que hizo fue sonreírle un poquito en respuesta, para luego cerar la puerta en cuanto la vio irse... esa sonrisa se fue en cuanto se encontró solo de nuevo, comenzando a sentirse triste... aún no era tan tarde, tal vez podría tener una noche decente de sueño.

Realmente sentía mucho cansancio con toda la actividad de los últimos días e incluso habría mucha más actividad el próximo día más algunas cosas y puta mierda, estaba muy cansado como para mantenerse despierto un rato más y esperó quedarse dormido sin sueños algunos si fuera posible. Así que la cosa que hizo rápido fue cambiar su ropa a unos pijamas, preparar su ropa del día siguiente más sus zapatos, un par de calcetines limpios más su ropa del escenario; con todo eso listo se metió bajo las sábanas listo para quedarse dormido...

Mierda, sentía que nunca se quedaría dormido, sintió siglos pasar en la cama mientras esperó, sintiendo su cabeza comenzando a saturarse una vez más con un montón de pensamientos intrusivos que intentó apartar y tener una buena noche de descanso de alguna forma, moviéndose de lado a lado muy incómodo – aunque la cama se sentía bastante cómoda. ¡Mierda! Pensó, ¡Solo quiero dormir! La frustración creció, se sintió algo enfermo, entonces en algún punto se quedó dormido.

Más tarde esa noche despertó sintiendo dolor de cabeza y algo de mareo aparte de algo... raro pasando. Eran las 2-y-algo de la madrugada según el reloj digital al lado de su cama; intentó moverse y seguir durmiendo, para entonces quedarse observando al techo por un largo, largo rato hasta cerrar de nuevo sus ojos lentamente... tal vez se quedaría dormido pronto, eso era lo que más quería por la noche: dormir.

Oh Tommy, ¡parece que no puedes dormir! Escuchó en la penumbra, causando que abriera los ojos de par en par en sorpresa cuando la voz habló... sonaba idéntico a él Oh, ¿aún tienes miedo cariño? Intentó moverse sin éxito alguno, sin poder sentir su cuerpo ni poder mover sus labios, ni siquiera podía intentar emitir sonido alguno como si estuviese totalmente apagado a la vez que no. ¡Oh! ¡Estás tan feliz de verme que no puedes moverte! Quería gritarle bastantes cosas que tenía en mente y se quedaron ahí para su gran desgracia; entonces se encontró con un par de brillantes ojos verdes brillantes (literal, eran dos enormes orbes brillando en la oscuridad) viniendo de una silueta alta, oscura y familiar, Por supuesto que sigo aquí Tommy. Voy adonde quiera que vayas. Dijo de forma soberbia y burlona.

Allí conectó los puntos en su cabeza y entendió que era un mal sueño – otra vez. Cada vez era distinto, la última vez se lo comió un tiburón en algún lugar del Mar de Hierro. Hizo el esfuerzo de esforzarse para despertar de alguna forma aunque cada vez que lo intentaba, nunca sucedía hasta que se volvía demasiado estrés para aguantar... era algo doloroso y como una especie de tortura en todo sentido posible al sentirse atrapado en su mente sin ser capaz de cambiar las cosas sin importar cuánto se esforzara.

Y eso era lo que escondía de sus amigos, ese era el gran problema, lo que tanto estuvo atormentándolo por días: pesadillas – bueno, pesadillas del tipo realista. Cosas que no sabía cómo decirle a sus amigos, cosas que tal vez rebajarían a algo que solo los niños deberían temer... y mantener eso fuera del conocimiento de sus amigos lo hizo sentirse... solo... solo en los rincones más oscuros de su mente, lugares a donde hace tiempo dejó de bajar al ser capaz de soltar todo lo que le hacía daño y vivir una vida mucho más estable con familia.

Así que sí, era solo eso: unas cuantas pesadillas muy realistas y muy estúpidas como para que a alguien le importara...

Estaba a merced de su oscuridad, su mente lo suficientemente débil para dejar que entrasen, incapaz de hablar, moverse e incluso despertar todas las putas veces. Era lo más cercano a la parálisis del sueño, pero en sueños; tal vez incluso estaba paralizado en la vida real, tal vez no, aún no podía averiguarlo, no hasta que su mente decidiera dejar de torturarlo tanto.

El par de ojos verdes se movió fuera de su vista pero sin salir de su línea de visión, moviéndose al otro lado, incapaz de moverse como si un millar de manos sostuvieran su cuerpo contra la cama imaginaria al mismo tiempo que el par de ojos verdes volvieron a estar sobre él... todo lo que el cantante quería era que lo dejaran en paz.

Una mano fría acarició su cabello despacio con cierta soberbia en sus ademanes, bajando despacio sobre su rostro acariciando su mejilla que luego de golpe bajó a su cuello, agarrándolo fuertemente al punto que comenzó a ahorcarlo, aún sin poder hacer que su cuerpo respondiera a voluntad aparte de ser capaz de dejar salir algunas lágrimas de sus ojos sintiéndose tan... impotente estando cautivo en su propio cuerpo.

Veo que no puedes moverte... habló la silueta sentándose a su lado, presionando su cuello con más fuerza, Qué patético eres Chaplin... Escuchó un chasquido en la oscuridad y las paredes cayeron, desapareciendo en polvo a la vez que la habitación se volvió enorme, infinito y aún algo oscuro a la vez que de alguna forma ahora podía ver a la silueta mucho mejor: alto como él, con un poco de sobrepeso usando ropas oscuras y largas... al carajo, era él mismo, quince años más joven agarrando su cuello fuerte; la única diferencia con su versión real era la esclerótica negra con brillantes pupilas verdes brillando y el cabello negro en vez de rubio.

Su yo oscuro lo levantó en el aire sin soltar su cuello para luego estamparlo contra el suelo del inexistente lugar con brutalidad.

Y sí, sí era capaz de sentir eso en sueños.

La gente decía que no eras capaz de sentir dolor en sueños. ¡Patrañas! Él podía y dolía.

Al mismo tiempo al fin el agarre de su cuello se soltó, el sabor metálico de la sangre llegó a su boca, escupiendo algo en lo que intentó ganar fuerzas para ponerse de pie y moverse, temblando por el esfuerzo, en su lugar tosió con brusquedad tanto en sus sueños como en la vida real, escupiendo más sangre que limpió con su manga, tomando un paso atrás mareado junto a su visión borrosa por el golpe y la falta de aire.

— ¡Déjame en paz! —gritó — ¡Solo déjame en paz! —había miedo en el fondo de sus ojos que intentó esconder de su otro yo (?), listo para pelear — ¿Pero estoy listo...? —pensó en el fondo —¡Déjame en paz tú...!

¿Yo qué? Interrumpió abruptamente, ¿O querrás decir tú mismo? El suelo sobre los pies del rubio canoso comenzó a temblar, hizo todo lo que pudo para mantener su cabeza en alto pero sintió su seguridad fallar, Soy parte de ti, Chaplin. ¡Yo soy !

Sacudió su cabeza tratando de luchar contra ello, forzarlo a irse y seguir descansando como lo necesitaba mucho, necesitaba no dejar que siguiera rompiéndolo más de lo que ya estaba, suspirando hondo y encarándolo algo molesto.

—Yo no...

Ahí se dio cuenta que su otro yo se parecía a él – su versión actual con el cabello corto plateado sin perder los rastros de maldad presentados anteriormente; Tom entonces se miró así mismo, sus manos eran más grandes y rellenas, sus ropas eran oscuras en lo que notó que su cuerpo se sentía más pesado, cayendo en cuenta que volvía a tener sobrepeso además de un par de mechones rubios a los lados de su rostro. No... Sintió el suelo temblar con más violencia que antes al darse cuenta que lucía como ese desastroso hombre en sus veintes-casi treinta años...

¡Ese eres tú! El Tom oscuro dijo, ¡Así es como luces realmente! ¡Y eso nunca cambiará sin importar cuánto trates de cambiar tu apariencia! El verdadero Tom sacudió la cabeza y cerró los ojos intentando recuperar el control de su cuerpo, mente y despertar...

Bueno, al menos deseaba estar despierto.

Al abrir sus ojos estaba en su vieja casa de hace trece años frente a una mesa con polvo blanco esparcida por toda la superficie dándose cuenta qué era... intentó alejarse de ahí pero de nuevo su cuerpo no respondió, privado de nuevo de su propia autonomía. Su mano derecha tenía su tarjeta de crédito separando la mitad de la carga a un lado, enrolló un pedazo de papel en un pequeño tubo para su más grande desesperación, sintiendo sus lágrimas comenzar a salir de sus ojos meintras intentó de nuevo sin éxito de detenerse, buscando correr y despertar. En vez de eso, aproximó el rollo de papel a su nariz y su cabeza a la pequeña pila de polvo.

—No... no quiero... no quiero hacerlo... —chilló a la vez que comenzó a inhalar, recordando claramente las sensaciones y otras cosas de esos días más memorias, sintiendo lívidamente los efectos de la droga subiendo por su nariz haciendo cambios en su cerebro.

Tenía los ojos cerrados con fuerza incapaz de ver lo que volvió a hacer sin importarle que fuera un sueño y de algo que ya no dependía. De igual modo se sentía horible de hacer todo eso de nuevo por más que fuera una maldita pesadilla: inhalar, olfatear, repetir con una botella de alcohol a un lado de la pila para contrarrestar los efectos del consumo, luego seguir hasta terminar y empezar otra pila sin dejar de soltar lágrimas en silencio como si fuera lo único que podía hacer en ese momento: llorar.

No tenía autonomía para irse sin importar cuánto lo intentase, aún atrapado en su propio cuerpo de forma cruel, aún con los ojos cerrados para no ver sus acciones, para no ver su mierda e intentar mantener en mente que todo era una pesadilla.

Entonces escuchó a alguien boquear con sorpresa que lo hizo abrir los ojos y voltearse en dirección a dónde vino eso para darse cuenta de dos cosas: estaba en la sala principal de su actual casa y la persona que hizo ese sonido era Nat, quien recién llegó con Freya tras sus piernas, ambos mirándolo asustadas junto a una mano sobre su barriga a la vez que sintió su cuerpo recuperando su autonomía para tirar el tubo al suelo, poniéndose de pie.

— ¿Mamá? —preguntó su princesa — ¿Qué estaba haciendo papá...? —tenía lágrimas en sus preciosos ojos verdes, Nat la tomó en sus brazos.

—Tu papá está haciendo algo estúpido otra vez —respondió decepcionada —. Vamos cariño, vámonos...

—Nat por favor no te vayas... —dijo en tono de súplica queriendo acercarse

— ¡No! ¡Estoy cansada de esto Thomas! —gritó furiosa — ¡Quiero el divorcio!

El suelo comenzó a temblar una vez más bajo sus pies a la par que no pudo procesar lo que dijo, básicamente olvidando en ese preciso que todo era un sueño, sintiéndose demasiado real en ese punto, incluso más con esas palabras que hizo que su mundo comenzara a caerse dolorosamente rápido.

—Por favor no te vayas... —suplicó — ¡Por favor no te vayas...!

Ella cerró sus ojos y se dio media vuelta con su princesa en sus brazos y otra en su vientre, haciendo que intentara ir tras ellas aún sintiendo sus piernas débiles y el suelo temblando con intensidad. Cuando alcanzó la entrada fue muy tarde, ambas estaban en el auto, con Freya en el asiento de atrás claramente confundida mientras que su madre tenía una expresión preocupada/desconsolada junto al dolor en sus ojos. Tom intentó detenerla, la puerta estaba trancada para mantenerlo afuera mientras él le suplicó que por favor se quedara con él, no queriendo quedarse solo ni asustado en una casa enorme con todos sus demonios...

Ella no lo escuchó, retrocediendo a la calle algo rápido, ignorando sus súplicas para quedarse y refugiarlo... entonces solo se alejó conduciendo lo más rápido que pudo, con él corriendo todo lo que sus piernas pudieran llevarlo tras su familia, incapaz de alcanzarlas, viendo cómo se alejaron de su alcance llevándose todo su mundo de paso al punto que todo se derrumbó a nada más que escombro de escombros... entonces giraron a la derecha...

Las perdió de vista...

Su familia se fue...

Cayó sobre sus rodillas con la mirada perdida en la distancia donde su esposa, su hija y futura princesa desaparecieron de su vista intentando comprender qué pasó – cómo pasó tan rápido... era todo una pesadilla, ¿por qué le dolía tanto? Nada era real, nada de lo que veía era real pero aún así el dolor en su pecho era indescriptible, como si fuera que destruyó a su familia en la vida real, No lo hice... no lo hice... no lo hice... ¡No lo hice...! Se repitió una y otra vez sin parar para tener en claro que solo era una pesadilla, no la vida real, ¡Esto es solo una pesadilla! ¡Una puta pesadilla!

Entonces abrió los ojos una vez más, encontrándose frente a un accidente de tránsito contra un camión que chocó de lado contra un auto que lucía como...

No... no eran...

— ¿N-N-N-N-Na... Nat...? —tartamudeó — ¿F-F-F-Fr... Fre-y-y-ya...? —Sus piernas temblaron horriblemente con su estómago totalmente revuelto a punto de vomitar por la impresión: su esposa, su hija y su princesa no-nata estaban... —No, no, no, ¡NO! ¡¡NO!!

Y finalmente estaba de regresa en el hotel jadeando pesadamente cubierto de sudor y lágrimas bajando por su piel, teniendo dudas de cuán real era su estado actual – ¿estaba realmente despierto o regresó al inicio? Era difícil hacer una diferencia entre la realidad y la ficción cuando tenía esas pesadillas persiguiéndolo algunas veces, apareciendo cuando menos se lo esperaba para torturarlo con un montón de cosas que creyó resueltas en el pasado pero...

Era difícil de cooperar con su núcleo a veces, de cooperar con el hombre que fue en el pasado y que creyó haber dejado atrás para siempre. Ese rubio de largos cabellos rubios hundiéndose en la miseria, pensando en matarse ocasionalmente, dejando todo atrás para volver a casa y encerrarse en casa de sus padres, llorando por horas y otras irse de noche una vez que se dormían para seguir drogándose y bebiendo como loco... todas esas veces que Tim fue a verlo para intentar hablar...

Creyó estar en términos en el pasado después de pasar por una tonelada de terapia psicológica sobre sus propios demonios pero... meses atrás, conocer a Alice y tener una vida entera reflejada en su relación con Flint... comenzar a probar un montón de cosas nuevas – incluso yendo mucho más allá para entrar al Mar de Hierro (2) lejos, lejos, realmente lejos de casa solo para sacarla de la oscuridad y ver a su yo joven reflejado en cada superficie del lugar fue... un enorme evento extraño que lo marcó.

De ahí en adelante cada vez que miraba atrás no podía dejar de ser más que consciente de todo el caos que causó por años y muy en el fodno no tenía la fuerza real para perdonarse, intentando muchas, muchas veces de alguna forma reparar una pequeñísima fracción de todo el enorme daño a todos sus amigos, seres queridos y seguir adelante.

Y aún no quería molestar a nadie con sus pesadillas ni su mierda interna aún cuando ya se dieron cuenta que algo lo molestaba. Sabía que les importaba pero... tenía mucho miedo de dejarlos entrar.

Siempre muy asustado de dejarse ayudar.

No era su estilo hacerlo, muy en el fondo aún era muy orgulloso y desconfiado de las intenciones de los otros, con miedo a que lo traicionaran o lastimaran su confianza lo cual era normal después de todo el desastre que llegó a pasar en su vida al punto de dejarle cicatrices emocionales en muchos lados, aún le costaba abrirse a otros con más naturalidad por más que las personas con las que se encontraba rodeado no le harían daño según sabía... igualmente, su cabeza en reiteradas ocasiones no dejaba de recordarle una y otra vez un montón de cosas tanto las cosas malas que pasaron como las que hizo.

Muy en el fondo creía no merecer el cariño ni la compasión de nadie, así como no merecer que se preocuparan por alguien podrido. Muy en el fondo esos eran sus pensamientos aún cuando en más de una ocasión intentaron hacerle ver que las cosas eran distintas y que también cambió de verdad...

Bostezó hondo en lo que revisó sus sábanas a ver si no llegó a mancharlas, viendo que solo tosió sangre en sueños pero no en la vida real dándose cuenta que efectivamente estaba despierto para su buena y feliz suerte; Mierda, debí tomarme una pastilla para el sueño... pensó junto a un gruñido largo de resginación ya que las pastillas usualmente inhibían cualquier sueño incluyendo las pesadillas, acostándose otra vez de lado un tanto pensativo...

Fue solo un sueño, su familia estaba a salvo en Inglaterra: su princesa seguro ya fue a la escuela por la diferencia horaria entre Paraguay y Londres (sonrió un poco al pensar en ella usando su uniforme, con el cabello suelto y volando libremente), Nat fue a trabajar de su lado mientras cargaba a una princesa creciendo en su vientre... Piensa en eso, pronto tendrás a otro motor en tu vida Chaplin... pensó, con su corazón ablandándose ante la idea de volver a ser padre. Tendrás a una razón más para vivir, estarás ahí para ella, cambiarás sus pañales, le darás leche, la verás dar sus primeros pasos... estarás ahí...

Tal vez podía ser un puto desastre en una mayor medida, un desastre sin remedio alguno incluso, más eso no significaba que no amara ser padre de familia, de hecho hasta era lo mejor que le pasó en toda su vida: casarse, sentar cabeza y tener una hija era mucho mejor que cualquier otra cosa, incluso más que la fama o el dinero; era lo más sagrado que pudo tener en toda su vida y quería cuidarlas con su vida si era necesario...

Oh y su princesa... a ella le bajaría las estrellas con tal que tuviera una vida feliz.

Pensando en esas cosas que lo hacía feliz y ablandaba su corazón volvió a quedarse dormido, viendo a su hermosa princesa corretear por ahí en el campo muy alegre y feliz...

Con todas sus fuerzas y por instinto se aferró a eso. A esos recuerdos felices, a todo lo que le hacía feliz, lo que le daba fuerza...

Solo así fue capaz de mantener sus demonios a raya...

Ya sería otro día, ¿no...?

...

(1): Esto es más un rumor pero al parecer Tom tuvo otro bebé en esta cuarentena, se habló mucho de eso pero nadie sabe si es verdad o no, y como me pareció tierno pues... uwu.

(2): Como una aclaración graciosa, cuando Keane vino por Paraguay, en una entrevista con una periodista llamada Lucía Sapena, Jesse comentó que cuando estaban en el hotel (un día antes del concierto) su hijo le pidió un juguete bastante caro y no sabía si comprarle, así que les preguntó a los otros y todos dijeron que sí.

Aquí la entrevista completa de esa vez.

https://youtu.be/Xd5EY1vXBW8

Por cierto, le pregunté por Instagram si llegó a comprarle el juguete o no. Me dijo que no se acuerda y me sigue dando risa (so please stan a Jesse Quin ahre).

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