Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Todo el mundo tiene una historia

                            [ 3 ]

[Capítulo editado]

Cuando llegamos a casa Elliot me ayudó a dejar las bolsas en mi habitación mientras que los demás cogían lo que habían comprado y hacían la cena.

Elliot dejo las cosas y se bajó a ayudar a los demás mientras que yo me cambiada de ropa y me ponía una camiseta larga y unos shorts, y me recogía el pelo en un moño descuidado.

Bajé trotando las escaleras, gire la curva pasando las escaleras que suponía que daban al sótano y llegue a la cocina. Allí estaban todos discutiendo sobre algo.

- ¿Qué hay de cenar?- pregunté hambrienta, ya me estaba empezando a sonar la tripa.

- Eso estábamos discutiendo, se han pasado toda la tarde al lado de un supermercado y a ninguno se le ha ocurrido hacer la compra. Por lo menos podríais haber comprado la cena.- les recriminó Harvey.

- ¿ Es en serio?- pregunté intentando ocultar la risa, no podían ser más tontos.

- Si, acostumbrate porque esto no es la primera vez que pasa.- me contestó Harvey girándose para mirarme.

- Muy bien chicos, habrá que pedir algo de cena,¿no?- dije acercándome a uno de los taburetes que estaban colocados en la isla de la cocina, me senté en el único que quedaba libre.

- Hasta ahí habíamos llegado, nos ha costado pero hemos podido, ahora estamos en la segunda fase de la discusión: ¿Qué pedir?- explicó Ryan.

- Yo voto por comida china, ¿ votos a favor?- levantaron todos la mano menos Elliot.

- Joder siempre igual, ¿ no puedo comerme las sobras de la pizza?- preguntó haciendo un puchero.

- Sí.- dije yo mientras que todos los demás gritaban no al unísono.- ¿ Por qué no puede?- pregunte extrañada.

- Es una especie de regla, lo que decide la mayoría es lo que se hace, sin excepciones.- me respondió Ryan.

- Pues esa regla estúpida va a ser retirada ahora mismo, Elliot claro que puedes comer otra cosa si no te gusta la comida china.

- No lleva ni un día y ya tiene más autoridad que tu Ryan, acojonante.- se rió Harvey dándole una palmada en la espalda a Ryan. Mientras que este último me fulminaba con la mirada y yo le sonreía triunfal.

- ¿Puedo ya llamar para pedir la cena?- preguntó mi hermano que se había mantenido aparte del tema.

- Ya estás tardando.- le recriminó Jev.- Me muero de hambre.

Pasó casi una hora hasta que nos pudimos poner a cenar, al principio directamente fuimos a atacar nuestra comida cada uno sin mediar palabra, era increíble el hambre que teníamos aún habiendo merendado rato antes.

Mientras disfrutaba de mis deliciosos fideos chinos me di cuenta que estaba viviendo el sueño de cualquier chica, me había convertido en la protagonista de una novela cliché de la famosa aplicación Wattpad.

Yo por mi parte todavía no le había dado gran importancia, como había dicho Harvey no llevaba ni un dia.

Los nervios que sentía esta mediodía se habían disipado al rato de conocerlos, era muy fácil sentirse cómoda con ellos. Me habían acogido en pocas horas haciéndome sentir una más inmediatamente, contaba con la ventaja de que estaba Scott y eso lo hacía todo más fácil y natural.

Aunque claramente fueran los chicos más populares del instituto no iban lo pregonando cada vez que tenían ocasión, eran naturales, alocados, y graciosos. Habían conseguido sacarme más risas en medio dia que mucha gente en una semana. Me sentía liberada con ellos, sin una presión constante de mostrarme afectada, claramente lo estaba, pero podía permitirme volver a ser yo sin que se me juzgara. Me estaba acostumbrando demasiado rápido a esta sensación de libertad y de felicidad, que esperaba que se mantuviera. Desde que entré por la puerta cargada con las maletas había tenido una sensación familiar, como de pertenencia, instintivamente mi cuerpo había reaccionado positivamente a ellos y a la casa como si me estuviera indicando que ese era el lugar correcto, el lugar donde debía estar.

Salí de mi ensoñación a causa de mis pensamientos y decidí empezar una conversación después de que ya todos habíamos dejado de estar hambrientos.

- ¿ Y tu Harvey? no has dicho nada de ti.- le pregunté interesada.

- No hay necesidad, no hay nada que contar.- respondió pasota.

- Todo el mundo tiene una historia, y tu no eres menos.

- La cuestión es... que mi historia no te interesa.

- Déjame decidir a mi si me interesa o no.

- No creo que tengas ocasión de poder decirlo, bonita.

- De nuevo con los apelativos " cariñosos".- le dije acercándome más a la mesa.- Diría que parece que quieres impresionarme.

- Banalidades, no pierdo el tiempo en esas cosas.

- ¿Temes acabar con el corazón roto? o peor aún, ¿ tienes miedo de no volver a recuperarlo?

- ¿ Qué insinúas, Verónica?

- Nada, pero visto que te ha afectado, por lo que creo he dado en el clavo. ¿Qué es lo que escondes detrás de toda esa fachada de pasividad y desinterés? Eres mucho más complejo de lo que pareces a simple vista.

- Nunca has oído la expresión de quien juega con fuego acaba quemándose, pues tú estás apunto de ser engullida por las llamas.

- No me asustas, sino lo contrario, consigues que tenga más interés en descifrarte.- Desde el comienzo de la conversación era como si nos hubiéramos transportado a un espacio en el cual solo estábamos él y yo, la intensidad de nuestras miradas y palabras conseguían hacernos olvidar que no estamos solos. Sino todo lo contrario, todas las miradas estaban puestas en nosotros, y no se oía ni un solo murmullo haciéndolo todo más intenso y en cierto modo incómodo.

- Te deseo suerte, nadie ha logrado descubrirme, siento decepcionarte pero no creo que seas la primera en conseguirlo.- se burló Harvey mientras se levantaba de la silla y salia de la cocina. Efectivamente había dado con el talón de Aquiles de Harvey, su pasado.

-No te conviene retarme.- eso fue lo último que dije mientras él comenzaba a subir las escaleras, cuando Harvey ya no podía oírnos los chicos soltaron el aire contenido ruidosamente y empezar a hacer comentarios sobre que nuestra tensión podía ser cortada con un cuchillo o incluso una espada y que parecía que estuvieran viendo una película.

- Verónica, le das emoción a nuestras vidas, eres demasiado intensa.- rio Elliot.

- Solo lo justo y necesario.- le conteste guiñándole el ojo.

- ¿Ahora entendéis lo que he tenido que soportar durante toda mi vida?- bromeo Scott.

- Pobrecito, debía de ser una tortura. "Niño pequeño sufre una cruel tortura continua ejercida por su hermana menor".- se burló Ryan.

- No se quien es peor, el caso es que yo siempre soy el perdedor.- bufo dramáticamente.

- ¿ No te has planteado escribir los culebrones que te montas? Scott te harías inmensamente famoso, incluso hasta rico.- me burlé de él, con cariño, siempre con cariño.

- ¿ Queréis que me suba como Harvey?- se indignó poniendo los brazos en el pecho y poniendo gesto de enfurruñado.

- Ven aquí tonto, si es que me echabas muchísimo de menos.- le dije levantándome y acercándome a él para abrazarle y apoyar mi cabeza encima de la suya.

- Solo un poco, bueno tal vez más de un poco.- me separe de el y volvi a mi asiento.

- Una pregunta, ¿ los cambios de humor de harvey son normales? Es que no entiendo cómo puede cambiar tan rápido de comportamiento, ¿he hecho algo que le pueda molestar?

- Harvey es así, no sabe cómo gestionarse a sí mismo. Es como una bomba que puede explotar en cualquier momento, y más con ciertos temas.- confesó Jev.

- ¿ Y nadie ha intentado ayudarle? ¿ O hablar con él? - Ryan se rió secamente al escuchar mi pregunta.

- Conozco a Harvey desde que éramos pequeños, cuando cambio Jev y yo fuimos los primeros en intentar ayudarle pero ni siendo un niño se dejó ayudar. Llegó un punto que dejamos de insistir para que no nos sacará de su vida, como hizo con otros. Al fin y al cabo es nuestro amigo desde que eramos crios, ambos - Ryan miró a Jev de reojo.- creímos que era mejor no intentar ayudarle a sanar a niveles tan profundos sino que nos quedariamos a su lado intentando ayudarle en las cosas que pudiéramos, o nos dejará.- termino de decir Ryan con dolor en sus ojos.

Estaba claro que lo que le pasaba a harvey no era tan simple como pensaba y que tampoco se había dejado ayudar por sus mejores amigos de la infancia, ¿ como iba a permitir que una desconocida quisiera conocerle?

- ¿ Pero qué es lo que le pasa? ¿ Le rompieron el corazón o algo así?- la curiosidad me estaba ganando y no podía evitar no preguntar más de la cuenta.

- Podría decirse que le rompieron el corazón, pero es mucho más que eso.- dubito Jev.

- No recuerdo que Harvey haya tenido una relación como para que acabase con el corazón roto. Además, desde que paso no ha permitido que nadie se acerque a él como para tener novia. - declaró Ryan.

- La sola idea de imaginarme a Harvey con novia se me hace estúpida.- rio Elliot.- No me pega ni en la misma frase.

- Pero... ¿ hace cuánto pasó aquello que le cambió?

- No me acuerdo exactamente, creo que 6 años.- pensó Jev.

- Era un niño.- me imagine a un Harvey mucho más pequeño y dulce con sus preciosos ojos azules llenos de lágrimas por culpa de aquello que desconocía, se me partio el corazon solo de imaginarlo.- ¿ Qué fue lo que paso?- dije con un nudo en la garganta, por el miedo de lo que pudiera salir de sus bocas.

- Verónica, no es algo que debamos decirte nosotros. Si en algún momento Harvey te lo cuenta solo escuchale, pero no andes preguntandole porque conseguirás lo contrario y se cerrará en banda contigo.- me aconsejo Scott.

Justo cuando le iba a contestar se oyeron los pasos de Harvey de vuelta, así que no hice otra cosa que fingir para que no sospechara y no me volviera a hablar.

- Entonces, ¿ vemos una peli, no?- dije con falso entusiasmo.- No es por nada pero como es mi primer día creo que debería elegir yo... además como sois tan buenos anfitriones no pondreis pegas.- les mire a todos, incluido a Harvey que se estaba llenando un vaso de agua.- Genial, nadie en contra, pues la película que veremos será La ladrona de libros.

- Pero si siempre acabas llorando.-afirmó Scott.- aunque yo no me niego a verla

- Y tú, pero me gusta muchísimo, es que es super bonita.

- Me parece un poco masoquista que la queráis ver sabiendo que vais a acabar llorando- dijo Elliot.

- ¡ No exageres!- le gritamos Scott y yo a la vez a Elliot- voy a hacer una pregunta clave, ¿ Quiénes de los que habéis visto la peli no lloráis con el final?- Ryan y Jev levantaron la mano.- Si no vais a apoyarme no hagáis nada.- les dije fulminandoles con la mirada.

- Yo no opino porque no la he visto, pero no creo que lloré mucho, si es que llego a llorar.- comentó Harvey levantando los hombros para mostrar indiferencia.

- Pues como Harvey no la ha visto no hay discusión que valga, tenemos que verla. Sin protestar.-

- De acuerdo Verónica, tu ganas.- reconoció Elliot.

Bajamos al sótano para ver la peli ya que estaríamos más cómodos. El sótano era una especie de sala de juegos donde tenían un proyector para ver películas y jugar a videojuegos, además de varios sillones.

Mientras Ryan buscaba la película en el ordenador los demás nos fuimos a sentar, al final nos sentamos Harvey y yo juntos en un sillón más pequeño, en el otro estaban los demás menos Scott que se sentó en uno individual.

Cuando la peli ya llevaba un rato empezada Harvey me tocó el brazo con el dedo para que le prestara atención, gire mi cara hacia él mientras que se acercaba para susurrarme al oido y asi no molestar a los demás.

- ¿ Puedo apoyar mi cabeza en tus piernas?- susurro, con una sonrisilla.

- Claro.- le dije devolviendole la sonrisa.

La imagen de ver a Harvey con la cabeza apoyada en mi regazo, con el cuerpo girado y al vista fija en la película era una de las cosas más tiernas que había visto en mi vida.

Poco después comencé a hacerle caricias en el pelo, no había sido capaz de resistir la tentación, y en cuanto lo hice se formó un sonrisa en su boca.

Deseaba que este momento fuera eterno, o que en el peor de los casos se repitiera muy a menudo.

[...]

- ¡ No es justo! no tenía que haber muerto. Deberían haber podido vivir su historia de amor.- protesto Jev al terminar la peli.

- Vaya mierda, ¿ para qué vemos la peli, para acabar todos llorando?- se quejó Harvey, incorporándose de mis piernas.

- Porque... porque es demasiado bonito.- sollocé, no había dejado de llorar aunque ya hacía 10 minutos que la película había acabado.

- Y triste.- finalizó Scott.

- Yo me voy a ir a la cama, mañana hay cosas que hacer.- dijo Ryan despidiéndose de todos, y dándome un beso en la mejilla.- Deja de llorar Ronnie, no te ves tan guapa como de costumbre. Acabo de descubrir algo que odio, verte llorar así que, ¿puedes hacerme el favor de dejar de hacerlo?- término sonriendome, soltó un risa y le di un abrazo.

Después de un rato ya se habían subido todos a sus habitaciones, incluso Harvey que se había despedido de mi con un abrazo y limpiandome las lágrimas. Pero ahí seguía yo, en el sofá lloriqueando con el corazón roto en mil pedazos.

Había sido una idiota, en ningún momento había caído en que en el final la ladrona de libros la chica perdió a sus padres, y ahora estaba sufriendo las consecuencias.

Durante todo el dia habia estado olvidando el tema, ya que los chicos se habían esforzado en mantenerme entretenida, pero al llegar la noche todas las cosas que ocultaba durante el día salían a la luz.

Intente calmarme, y funciono, estaba tan cansada que no tenía ni ganas de llorar pero tampoco tenía ganas de levantarme e irme a la cama asi que ahi me quede sentada en el sofa.

Hasta que oí a alguien bajando la escalera del sótano, me di la vuelta y vi a Harvey acercándose a donde estaba. Se puso de rodillas delante de mí y me cogió la barbilla para que me mirara a los ojos.

- ¿ Qué haces todavía aquí?- me pregunto tranquilo, intentando sacar algo de información de mis ojos llorosos.

- No lo sé, no podía levantarme, no tenía fuerzas.- le dije casi en un susurro. Por la forma en la que me miró supe que había entendido a que me refería.

- Venga levanta, que es tarde. Yo te llevo arriba.- me dio su mano y la cogí para ayudarme a levantarme. Fuimos subiendo las dos escaleras que separaban el sótano de mi habitación cogidos de la mano, a paso lento pero sin soltarnos del agarre.

Me gustaba este lado de Harvey, me gustaba Harvey mas de noche que de día. Se dice que de noche las verdades salen a la luz, y Harvey por la noche dejaba ver facetas de el mismo que por el dia nunca hubiera imaginado ver.

Abrió la puerta de mi habitación y me hizo pasar, soltó mi mano y se acercó a mi cama, preparándola para que yo me pudiera meter dentro. Cuando terminó me hizo un gesto para que me acercara y me metí en la cama. Una vez dentro Harvey me tapo con las sábanas, y me dio un beso en la mejilla de buenas noches.

- Intenta descansar, no le recomiendo a nadie pasar la noche en vela llorando. Buenas noches Ronnie.- se alejó y cerró la puerta con cuidado.

Mientras yo me quedé tumbada mirando al techo, con las lágrimas volviendo a rodar por mi cara. No aguante mucho tumbada y empecé a moverme por la habitación, llorando y tirando de la camiseta.

Al final caí rendida contra la pared, pasándome las manos por la cara.

La calma solo me había durado unos minutos. Mi llanto era uno desgarrador, uno que estaba provocado por el terrible vacío de la pérdida y la soledad que se había incrustado en mi interior.

Había estado una semana casi sin parar de llorar, y sin ganas de nada, pero en esa semana había tenido el apoyo de mi mejor amiga, la cual ahora estaba a más de un día de distancia de donde me encontraba, y eso lo hacía todo más difícil.

Ahora, por fin tenía a mi hermano de vuelta, el cual ahora era mi única familia. El iba a ser mi ancla en mi tormenta interior. Era quien impediría que me hundiera por completo, sin arrastrarlo a él conmigo, daba gracias de poder tenerlo de nuevo a mi lado.

Luego también estaban los demás, cuatro desconocidos con los que tendría que convivir, no tenía ni idea de que podía pasar. Podría ser una de las mejores experiencias de mi vida o hacerse una pesadilla. Quería encajar en esta locura que iba a ser mi vida, pero no sabía cómo. aunque este primer día había sido genial, y me había sentido muy cómoda, no sabia como seria la convivencia con ellos. seguramente no serían todos los días como hoy.

No quería despertarlos, pero no podía dejar de llorar, y sabía que posiblemente estaría haciendo mucho ruido, pero o lloraba o el dolor que tenía dentro estancado acabará conmigo. y si lo dejaba ahí dentro acabaría con cualquier rastro de alegría o felicidad que conservará, o simplemente acabaría con lo poco que quedaba vivo en mi interior.

Estaba perdida, no sabia que hacer y tenía mucho miedo, no sabía que es lo que tenia que hacer ni como comportarme, me sentía completamente inútil y fuera de lugar pero aunque sintiera eso no tenia mas sitios a donde ir.

Además había algo que no solo me daba miedo, más bien me aterraba, y era olvidarles. No quería recurrir al olvido como método para librarme del dolor, no quería hacer como si nunca hubieran pertenecido a mi vida.

Porque no, porque esa no era la solución. Esa no era la forma de superar su muerte.

Muerte, una palabra tabú en nuestro vocabulario. Una palabra de la que no se podía hacer absolutamente nada bueno de ella, y que cuando llegaba no había vuelta atrás. había gente que tenía una religión, y esta le ayudaba cuando alguien moría a superarlo, Ya que para ellos estaba en un lugar mejor. Pero yo no tengo ni ese simple consuelo, porque para mi dios nunca había existido, y desde hace una semana mi concepción de él había caído a niveles infernales.

Y en ese mismo momento me di cuenta de que no tenía nada, ni una simple excusa a la que agarrarme en el huracán que era mi interior.

- ¡ No tengo nada!- no grite consciente por lo que no pude evitar no despertarles a todos, lo cuales estaban dando a los interruptores de sus respectivas habitaciones. Pero yo solo quería que viniera mi hermano a consolarme, no quería a nadie más.

Como si me hubiera leído el pensamiento Scott entró por la puerta de mi habitación dando un portazo mientras venia corriendo hacia mi para darme un abrazo.

Empecé a llorar sin contención sobre su pecho mientras le daba golpes, me sentía como una niña pequeña, insegura y rota.

- Scott.- murmure.- Han muerto, nunca vamos a volver a verlos. se han ido para no volver, eso no era lo que papá había planeado. Ellos tendrían que estar conmigo en Chicago pero no les han dejado. No están en un lugar mejor en estos momentos, están muertos.- solté sin dejar de llorar con la respiración entre cortada.

- Verónica, llora todo lo que quieras, da igual cuanto si es lo que necesites. No des la espalda al dolor, con eso solo conseguirás que te destruya por dentro hasta que no puedas dar vuelta atrás.¿ Pero crees que a papá y a mamá les gustaría verte asi? Tirada en el suelo, muerta de miedo por el futuro, tienes 17 y tienes una gran oportunidad de empezar de 0 y poder volver a ser feliz y ¿piensas desaprovecharla porque ellos ya no están? Ellos nunca lo permitirían y yo tampoco.- se separo de mi, poniéndome las manos en los hombros y mirándome a los ojos.- No se te ocurra dejar de hacer algo por lo que ha pasado, al final te arrepentirás si lo haces.

<< No te voy a mentir, te va a doler, nos va a doler a los dos muchísimo, y siempre podrás tener algún momento malo pero no debemos tirar la toalla. Tenemos que aprender a sobrellevarlo a vivir con ello, no nos queda otra que seguir viviendo pero tenemos que hacerlo mejor. Ambos tenemos que conseguir que cuando los recordemos las lágrimas se conviertan en sonrisas.

Aunque ahora te cueste creerlo, somos afortunados de haber tenido el amor de nuestros padres durante todos estos años,siempre lo tendremos aunque no estén presentes. Mientras que hay gente que nunca ha recibido un simple te quiero por parte de sus padres, o que ni conoce a sus padres. Así que aunque cueste mucho pensarlo hemos tenido mucha suerte de haber podido tener unos padres tan maravillosos, aunque se hayan ido antes de tiempo.

Tienes 17 años, recuérdalo, no desperdicies tu último año, ni tires tu vida por la borda. Haz que se sientan orgullosos de la mujer en la que te estás convirtiendo. Porque eres genial, Verónica, y yo estoy orgulloso de poder ser tu hermano.- cuando terminó de hablar me tiré a sus brazos y estuvimos abrazados unos cuantos minutos. Me ayudo a levantarme y me metió en la cama. Se sentó a mi lado para que pudiera dormir, yo no tenía ganas de hablar y él lo supo porque no insistió en que le diera una respuesta, al poco sentí como me perdía en los brazos de morfeo, mientras me acompañaba el suave sonido de la puerta tras la salida de Scott.


Papá y mamá gracias por todo. Os quiero y siempre lo haré. espero estar a la altura.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro