Fingir.
Pov Harvey:
Esto me había dejado de pasar hace mucho tiempo, de hecho pensaba que ya lo había superado.
Pero ahí estaba yo, con el sudor frío cubriéndome el cuerpo, con los ojos recién abiertos mirando al techo y con lágrimas en ellos, impidiendo que llegara a enfocar del todo, con una presión en el pecho que me impedía respirar.
Pensaba que lo había superado, pero el pasado nunca vuelve solo.
[...]
Aún habiendo pasado semejante noche, en la que dormí a duras penas dos horas como mucho, fui igual al instituto pero no conseguí aguantar ni las tres primeras horas completas antes de irme alegando encontrarme mal cuando en verdad solo me encontraba vacío. Pero eso no era un motivo para irse, y hubiera sido difícil de explicar, habría sido algo cómo:me voy a ir a casa no porque me encuentre mal sino porque me encuentro vacío, aterrado y perdido, eso impide que duerma por las noches y hace que las pase llorando hasta el punto de hiperventilar. Produce que me despierte y siga con ansiedad por las pesadillas que tengo por la noche, pero las cuales no se las he contado a nadie, ya que no quiero preocuparles y como se me da tan bien fingir porque llevo años haciéndolo pues la gente no se da cuenta de que no estoy bien. Pero no me malinterprete no quiero que lo sepan, porque si lo saben pues me quejare con ellos y sufriré delante de ellos y no quiero que me vean así y tampoco quiero arriesgarme a echarles la culpa por si no sale bien y acabó peor.- no era plan decir eso, era mejor decir que me dolía la tripa y la cabeza y fingir que había desayunado y me había sentado mal en vez de decir que desde anoche no comía.
Cuando llegue a mi habitación y me tire a la cama a intentar dormir, probando suerte y retando a las pesadillas y al insomnio, por si estos no aparecían de día.
Parecía haberlo conseguido cuando me desperté de golpe y mire mi reloj para ver si había conseguido dormir algo o solo me lo había parecido.
Dos horas.
<<Hoy ya llevaba cuatro, todo un logro.- me dije a mi mismo con ironía>>.
Me levanté con un leve bostezo de la cama y dolor de cabeza, y fui a la cocina a ver si mi estómago me permitía comer o si decidía dejarme en ayuno todo el día.
¡Cómo no!, beber casi me supuso ganas de vomitar por lo que una simple fresa fue lo único que conseguí comer antes de tener una arcada.
Mi día estaba siendo tan memorable como para apuntarlo en el calendario: hoy viernes 20 he dormido cuatro horas salteadas, he bebido un vaso de agua y me he comido una fresa, (junto a una carita feliz y el genial mensaje motivacional de: después de esto solo puede mejorar, sigue así.)
Subí las escaleras con pesadez y cansancio para sentarme directamente en el escritorio y abrir el ordenador, revise mi gmail y envié mis últimos trabajos mensuales. Luego me salí y comprobé que me habían hecho el ingreso para yo poder hacer la transferencia a mi abuela, cuando lo hice abrí el word y comencé a escribir a partir de las ideas sueltas de la libreta junto a los pequeños textos que las completaban.
[...]
En sus ojos casi del mismo azul del mio, algo más cristalinos, podía ver toda la felicidad que no llegue a alcanzar.
Porque no eran los ojos, ni era el color, era ella.
Ella era mi felicidad, pero la perdí, la deje marchar, como quien pierde un partido sin ni siquiera haberlo jugado.
Porque quizá me deje vencer demasiado rápido, pero quisiera o no era necesario mantenerse alejados aunque no siempre supiera cómo sobrellevarlo.
Pensé que podría soportar el dolor de perderla, pero lo que no sabía, es que lo que más me dolía era no haberla tenido nunca.
Ni nunca poder tenerla.
Empezábamos bien, fuerte y directo al corazón, sin nada que lo haga menos doloroso.
La había terminado de cagar y ahora tenía que sufrir su desinterés completo hacia mi.
Me lo merecía.
Solo esperaba que pudiera solucionarse.
O que sirviera para algo.
No iba a rendirme.
Pero si iba a darle el espacio que necesitaba.
Aunque me doliera a mi por el camino.
El otro día cuando lo termino todo, sin más opción que esperar a que fuera nuestro momento o eso quería pensar, la estaba escuchando, realmente la estaba escuchando pero no podía evitar pensar que debía besarla.
Ya que posiblemente fuera la última vez que podría hacerlo, y visto lo que pasó después no me faltó razón.
Ella misma había reconocido que saldría con Daniel oficialmente si seguían por el mismo camino y él se lo pedía. No lo había dicho literalmente, pero ese había sido el mensaje.
Y sabiendo eso yo no podía ignorar que estaba parada enfrente mía hablando con decepción y dolor pero a la vez notaba que no podía odiarme de verdad.
Intente de verdad no hacerlo, pero caí, mire sus labios e inmediatamente a sus ojos y luego de un momento a otro guiado por lo mucho que quería hacerlo y lo consciente que era de que sería mi última oportunidad la bese.
Y eso, terminó de joder todo, como pasaba siempre que me dejaba guiar por mi impulsividad, pero no era capaz de aprender.
Cerré el word y escuche como se abría la puerta, hora de fingir.
Pov Verónica.
Llevaba diez minutos esperando a que Daniel llegará, puesto que íbamos a ir al cine, pero se había encontrado atasco y todavía no había llegado.
Harvey se había ido esta mañana del instituto porque se encontraba mal pero al llegar a casa cuando le pregunté me dijo que ya estaba bien y aunque no sonaba muy convencido decidí creerle.
Cuando llegó Daniel les grité adiós a los chicos y cogí la chaqueta antes de salir para abrir la puerta y de meterme en el coche con Daniel y saludarle con un beso.
[...]
Aunque hubo un poco de atasco para llegar y tardamos en aparcar pudimos llegar a ver la película a tiempo sin perdernos el principio.
Estábamos a mitad de la peli, con todo el cine en silencio y suficientemente vacío como para no molestar si besaba a Daniel de la nada, ya que eso era lo que pretendía hacer.
La verdad es que la película no estaba mal por así decirlo pero no era mi estilo, demasiado independiente para mi gusto y tan retórica respecto al arte que se perdía el concepto y eso era bastante complicado.
Daniel estaba prestándola atención pero se notaba que en algunos momentos preferiría estar durmiendo, y lo comprendía perfectamente. Creo que lo único que quería hacer era entenderla pero era imposible, yo ya había dejado de intentarlo.
Habíamos entrado a una sesión en la que no sabías que película pondrían, nos había parecido una buena idea por probar y en internet tenía buenas críticas, pero no había sido una buena idea para nada, menos mal que el cine era bonito con su toque vintage y no muy caro que si no habría sido un tremendo fracaso.
Le toque la pierna a Daniel con el dedo para que dejara de mirar cansado a la película y cuando me miro le sonreí mientras me acercaba a su cara, cuando noto mis intenciones se acercó y me dejó besarle sin problema, haciendo más entretenida la cita evitando que nos durmieramos.
Al separarnos nos reímos por la escena que estaba saliendo, bastante absurda por los comentarios, y una señora nos mandó a callar y nos tiró palomitas. Lo cual hizo que nos riéramos más.
[...]
- ¡Que horror de película!- me quejé nada más salir de la sala, mientras íbamos a la salida andando con el brazo de Daniel por mis hombros.
- Y que lo digas, era absurda, como que querían que fuera demasiado culta y al final, ha terminado siendo idiota.
- ¡Exacto! Cuando la señora daba esas charlas yo no sé cómo los actores que hacían de alumnos podían evitar reírse.
- Es la gracia de ser actores, que consiguen evitarlo.
- Que gracioso, pero esos actores no son de oscar, por lo que hubiera sido normal si reían. Eran más bien aficionados.
- No te creas, yo he visto a otro en varias y es bueno.
- Pues no se como ha acabado en esto.- salimos del cine y le dijimos buenas noches al de la taquilla con una sonrisa incómoda.
Ya caída la noche, con las luces del cine y las de la calle iluminandolo todo, fuimos hacia el coche de Daniel temiendo no encontrarlo porque ninguno estábamos seguros de saber en que calle estaba.
Después de dar vueltas y casi caer en desesperación lo encontramos, y cuando lo vi pensé en que si hubiera estado con Jev nos habríamos abrazado y emocionado como los dramáticos que bien orgullosos éramos.
Mientras volvíamos y veía a Daniel conducir solo pude sentir tranquilidad y paz que me daba, porque con Daniel todo era sencillo y relajado. Con él podía volver a ser aquella Verónica despreocupada que tanto echaba de menos y a la que parecía que había perdido la pista hacía demasiado tiempo.
Con el todo era fácil y dinámico, todo iba solo, no había que darle vueltas a las cosas ni preocuparse por lo que se decía o se hacía.
Con Daniel me reía con facilidad por sus absurdas bromas y su humor.
Estando juntos me podía permitir sonreír como una idiota, disfrutar de los primeros pasos sin preocuparme por el futuro o el pasado. Podía contarle lo que quisiera sin sentirme obligada a contar de más o cuando me decidía no me sentía obligada a parar por si cambia el rumbo de la conversación a un punto más nostálgico.
Con Daniel podía ser sin preocuparme de que hacer.
[...]
- "Una obra maestra del cine independiente con grandes influencias del artístico francés y con una gran utilización del concepto central de la película. Además el cine con su aire vintage hacía de esta una experiencia única."- leí la crítica en alta ya parados en la puerta de casa.- La crítica seguro que es de la señora que nos mandó callar.
- ¿Cuál es el concepto principal de la película?- me preguntó Daniel con una mueca de no entender.
- No lo sé.- le conteste riendo.
- ¿Y qué se supone que es el "artístico francés"?
- Se referirá al cine francés de ese tipo, digo yo.
- En lo de experiencia única tiene razón, es decir, nunca he visto algo tan raro en mi vida.
- En fin, creo que hemos visto otra película porque si no no lo entiendo.
- Teniendo en cuenta que a la mitad has decidido aprovechar el tiempo de otra forma, no habremos pillado el mensaje por eso.- dijo con su mano en mi muslo.
- He conseguido mejorar la película, y no acepto que digas lo contrario.
- Ni se me ocurriría. ¿Por cierto, te acuerdas del apartamento de mis padres en el centro?
- Si, me hablaste de él el otro día.
- Pues verás pregunté y mis padres no están así que lo tengo de martes a jueves.
- ¿Y con eso a dónde quieres llegar?- le pregunté con una sonrisita y jugando con el bajo de su camiseta.
- Déjame acabar Verónica por favor.- se rió y cuando iba a hablar me puso un dedo delante de los labios para que no hablara.- ¿Te gustaría que el miércoles, fuera a recogerte al instituto pasáramos la tarde juntos, y te quedaras a dormir?- bajé la vista hacia su dedo para que lo quitará y pudiera hablar.
- Me encantaría Daniel.
- ¿Ves como no era tan difícil estar callada y dejarme explicarlo?
- Estas haciendo que me arrepienta.- empecé pero no me dejo acabar porque fue directo a mis labios.- Buen método para que deje de hablar, lo reconozco.
- Y con esta gran despedida te dejo irte, nos vemos el miércoles.
Entre en casa y cerré la puerta, me apoyé en ella y vi que no había nadie cerca lo que me pareció raro, y deje que me diera un calambre de nervios en la tripa porque tenía la sensación de que el miércoles pasaría algo.
Algo bueno.
O por lo menos eso esperaba.
***
Solo quiero abrazar a Harvey, y decirla a Verónica que lo está haciendo bien.
Nos vemos en el próximo capítulo, os quiere oldspirit9.
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