El primero en caer.
Domingo 8 de septiembre:
No quedaban más de cinco minutos para que Harvey llamara a mi puerta y nos fuéramos en el coche a donde fuera que me quisiera llevar.
Era raro el hecho de que el viernes termináramos de la forma en la que lo hicimos, cerrando la puerta a cualquier relación entre ambos y al día siguiente Harvey estuviera en mi puerta disculpándose y yo no dudara ni un segundo en darle una segunda oportunidad.
Porque así éramos Harvey y yo, demasiado pasionales y cabezotas, pero a la vez ambos estábamos demasiado dolidos y enfadados con el mundo, pero no podíamos evitar ir de vuelta a por el otro. Aunque supiéramos que eso pudiera hacernos más daño, pero éramos imprudentes en el buen sentido. Ya que pecamos de buscarnos de más, sin darnos tiempo casi ni para reflexionar.
Yo no sabía que podía salir de todo lo que parecía que estuviéramos creando Harvey y yo, porque a lo mejor no terminaba en nada a lo que poner etiqueta pero estaba claro que ahí había algo. Lo que no sabíamos era si sería bueno o malo, si tiempo después lo recordaremos como algo maravilloso o como un error fatal.
Para eso solo había que esperar.
Cogí mi bolso mientras le escuchaba llamar a la puerta, esperaba que no hiciera mucho frío luego, ya que no llevaba más que un vestido blanco, no era muy de vestidos pero la forma en la que este se ajustaba por debajo de mi pecho y de ahí caía ajustado hasta mis muslos, además de no terminar de ser de tirantes sino que tenía unas pequeñas mangas que cubrían mis hombros; hacia que lo amara.
- Hola Harvey.- le sonreí nada más abrir la puerta y verle recostado contra la suya mirando el móvil, con sus vaqueros pitillos y su ancha chaqueta vaquera.
- Hola Verónica.- dijo subiendo la vista y viéndome.- Guau, estás genial.
- Gracias, lo mismo digo.- fuimos bajando las escaleras y nos despedimos con un simple adiós de los demás del salón. - ¿ A dónde vamos? - le pregunté mientras me ponía el cinturón de seguridad y él ponía la llave en el contacto.
- Ahora lo descubrirás.- me dijo guiñandome un ojo antes de poner el coche en marcha hacía las calles de San Francisco.
[...]
No sabía a dónde íbamos pero estaba claro que no sería al centro, mientras hablábamos observaba como Harvey a veces fruncía el ceño cuando algún conductor hacía algo mal o cuando algún ciclista intentaba meterse por la carretera secundaria por la que estábamos yendo.
- ¿ Puedo poner música?- le pregunté mientras él asentía con la cabeza.- Veamos que es lo que escucha el reservado Harvey Smith.
- Oye, no inspecciones mi móvil.- dijo con falsa molestia a lo que me reí.
- Solo mirare la música, lo prometo.- me metí en su playlist y empecé a ver que había.- NF, Nirvana, Guns N Roses, algo de The Neighbourhood; nada mal, me gusta todo pero ¿ un poco deprimente,no? Tienes buen gusto pero déjame ponerte a los maravillosos 5 seconds of summer. Oh no Harvey no me pongas esa cara porque sabes que los pondré igual, así que mejor disfrútalos y escucha algo alegre y de calidad. - se quería hacer él molesto por poner algo que no escuchara pero en cuanto se pensó que no le miraba mostró una pequeña sonrisa.
Baje las ventanillas y subí el volumen mientras Harvey conducía por la carretera de la costa, el viento me daba en la cara produciéndome que a veces se me pusieran los pelos de punta mientras hacía que se moviera mi pelo.
Era extremadamente relajante la música de fondo, el viento entrando por la ventanilla, la playa de fondo y Harvey conduciendo a mi lado. Aquí es donde quiero estar en estos momentos.
- Me gusta, no está mal.- dijo Harvey haciendo que saliera de mi ensoñación.
- ¿ El qué?- pregunté distraída.
- La canción.- se rio.- Better man.- contestó después de mirar al reproductor donde salía el título.
[...]
Llegamos a una playa preciosa y que curiosamente estaba casi vacía, era espaciosa y tranquila. Cuando bajamos del coche Harvey me indico que le siguiera.
Dejamos atrás el aparcamiento y fuimos hacia una zona rocosa un poco apartada de lo que era la playa en sí. La arena era fina y un tanto más oscura que la del resto de la playa, esta zona estaba vacía ya que había que pasar por unas cuantas rocas para subir a ella. Al lado de donde estábamos, si en vez de subir a un muro seguíamos por las rocas daba como una pequeña calita, apartada del mundo, donde podías pasarte horas ignorando todo lo demás simplemente contemplando el mar.
- Pues este es mi sitio favorito.- Harvey se colocó en medio de este abriendo los brazos y enseñándomelo, antes de subir al muro y sentarse.- Ven y siéntate conmigo.
- Es precioso.- señale al sentarme, intentando que no se me subiera el vestido y a la vez que tampoco lo manchara.
- Y tranquilo.- apuntó Harvey, teníamos la playa al lado pero se sentía como si estuviéramos en otro lugar diferente, aislados del mundo solo él y yo, sin escuchar nada más que el eco del mar y olvidando el odioso ruido de los coches.
- ¿ Y cómo se convirtió en tu sitio favorito? Si no te importa contármelo.
- No es una gran historia, pero sí que es cierto que este lugar me ayudó a distraerme del mundo en muchos momentos. Hasta que me mude con los chicos el año pasado he vivido siempre en casa de mi abuela, la cual está a unos cinco minutos andado, o un poco más, pero no lo sé, porque casi siempre venía aquí corriendo. Siempre me ha gustado escribir, ya que para mi era un respiro de la realidad, y en mi casa no podía simplemente perderme en mis pensamientos, siempre estaba pensando en algo más o siempre tenía que estar con algo más, ahí nunca tenía paz.
>> De pequeño una de las veces que me escapé de casa, creo que la segunda vez que lo hice, para no seguir viendo o escuchando cualquier discusión o problema que hubiera, vine corriendo a la playa cuando ya era de noche y sinceramente no se como tope con este lugar al que todo el mundo ignora. Era un niño seguramente vi las piedras y pensé que no había mejor idea que subir hasta aquí siendo de noche. Me pase horas aquí tumbado alternando la vista entre las estrellas y las olas, cuando volví me regañaron mucho, nunca podré olvidar ese momento, ya que sin yo buscarlo había conseguido que mi abuela se preocupara demasiado.
>> A partir de ese momento siempre que podía me escapaba de casa para venir aquí a escribir o simplemente a perderme del mundo. Era como mi lugar seguro, donde nadie podía venirme con la mierda que tenía que soportar cuando estaba en casa, era mi refugio, donde podía olvidar el eterno recordatorio de que nada iba bien.
- Pues a mi me parece un gran historia, un tanto melancólica y triste pero una gran historia. Y aunque lo siento por él como encontraste este lugar y el uso que le dabas al final ha dejado algo bonito. No me mires como si estuviera diciendo una locura, solo digo la verdad, ¿ sabes por qué me ha gustado tu historia? Porque es real, porque me has contado un recuerdo en parte triste y en parte feliz, pero un recuerdo tuyo al fin y al cabo, además de enseñarme un sitio importante para ti por el significado que tiene. Tú eres el escritor, tú más que nadie deberías saber que las mejores historias son las que vienen de algo real. La realidad por muy dura y cruel que pueda ser es lo que nos da mayor inspiración para crear. ¿ O no son las mejores novelas aquellas que están cargadas de drama y realidad?
- ¿Sabes siempre que decir Ronnie? Siempre tienes la respuesta perfecta para todo lo que digo, incluso cuando a veces me pierdo en mis pensamientos tú sabes que decir para hacerme volver al mundo real.
- Será que tengo suerte y consigo que mis palabras tengan efecto en ti.- conteste con una sonrisa tímida mirándole a los ojos.- ¿ Alguna vez te encontraron aquí?¿Tienen idea de que es aquí donde siempre venías?
- La verdad es que no.- dijo riendo.- Después de la primera vez que vine les dije que solía ir a la playa pero nunca les dije a que zona y tampoco es que vinieran a buscarme. Cuando tuve móvil lo único que hacían,si era demasiado tarde y se empezaban a preocupar, era llamarme. Al no decírselo me aseguraba que siempre sería mi lugar seguro, porque nadie más lo sabría.
- ¿Alguien a parte de mí ha venido contigo aquí alguna vez?
- No, eres la única persona a la que he traído.- dijo tirando una piedra al agua.
- Que gran honor, me haces sentir especial.- intente bromear para que no fuera tan obvio el hecho de que creo que me ha dado un vuelco al corazón.
- Lo eres, si no no te habría traído.- la forma en la que Harvey podía decir cosas como estas como si fuera lo más normal del mundo me sorprendía, como si no fuera a causar ningún efecto en mí.- Ahora cuéntame algo de ti, ¿cómo eras de pequeña?
- Era un trasto, tenía a mis padres y a Scott locos, Scott se paso toda mi infancia corriendo detrás de mí porque yo de repente echaba a correr como si nada. Además de ir bailando por todos lados, escaparme del carrito, creer que los CDs eran patines... Así era yo de pequeña, ahora dentro de lo que cabe soy más tranquila. Aunque sigo con esa vena de no poder estar tranquila nunca, a lo mejor no me estoy moviendo pero estoy pensando continuamente.
- Me hubiera gustado verte hacer todo eso, pero no siendo Scott claro está.- contestó riendo mientras ambos mirábamos al mar.
- Hay videos de eso, no se donde están pero se que los hay. Mis padres no dejaban de hacernos fotos, decían que era importante tenerlas para cuando fuéramos mayores y poder verlas todos juntos.
- Verónica no les des vueltas a eso ahora, es una mierda que ya no puedas hacer esas cosas pero piensa en que tuviste la oportunidad de vivirlo, eso es lo importante.
- Tienes razón, tuve la suerte de tener unos padres maravillosos y aunque fue poco tiempo disfrutar de ellos. Pero eso no quita que a veces cueste recordarlos- Harvey me miró y asintió como con pesar, me apoye en su hombro y el paso su brazo por los mios, mientras seguíamos hablando de cómo éramos de pequeños, Harvey también era un niño inquieto según él su pasatiempo favorito era creerse mago o algo por el estilo e ir lanzando hechizos por la calle, y que era normal que la gente le mirara raro y acabaran cogiéndole de las mejillas diciendo lo mono que era.
- Aunque yo tampoco era un niño tranquilo por lo menos no me escapaba del carrito y echaba a correr como si no hubiera un mañana, yo no me escapaba.- le di un pequeño golpe en le brazo provocando una sonora carcajada por su parte.
- Ah no eso tu lo hacías después, y venías aquí.
- Golpe bajo.- se rió y ambos giramos las caras para quedar mirándonos a los ojos. Mirar a los ojos de Harvey era como perderse en el mar que tenía a mi izquierda, pero aún así no pude evitar mirarle a los labios, fue un impulso, pero era lo que me faltaba para decidirme. El otro día le había dicho que no era solo él quien decidía que pasaba entre nosotros, que no tenía únicamente el control de si dábamos un paso más o no y haciendo honor a mis palabras ahora iba a ser yo la que decidía que iba a pasar. Respire hondo mientras Harvey me sonreía, parecía como si el tiempo se estuviera ralentizando cuando acercaba mi cara a la suya sin esperar ningún tipo de reacción por su parte hasta que pegue mis labios a los suyos. Comencé a besarle como si solo fuera una leve caricia antes de alejarme y medir el impacto de lo que acababa de hacer tampoco quería arriesgarme y joderlo todo de nuevo, no quería volver al punto de inicio.
Pero no fue así, no tuve tiempo ni de llegar a separar nuestras caras cuando Harvey me cogió de la cara con sus manos y volvió a presionar sus labios contra los míos. Estos al principio se sentían fríos pero no me importo, no me importaba nada, por fin estaba pasando y no iba a pensar en nada más. El corazón me iba a mil por hora mientras dejaba que la lengua de Harvey se abriera paso en mi boca y perdiera la noción de todo disfrutando del beso, mi primer beso con Harvey, y el que deseaba que no fuera el último.
Cuando nos separamos no dijimos nada, solo nos miramos con una sonrisa en el rostro de ambos y volví a apoyar mi cabeza en su hombro, mientras que nuestras manos instintivamente quedaron una encima de la otra.
El beso no había sido ni rudo ni acelerado, había sido lento, desestabilizador y cargado de sentimiento por parte de ambos, me había dejado embriagada de la típica felicidad que te invade después del primer beso, ya que a partir de ese momento sabes que seguramente no sea el último y en ese punto ya has perdido el miedo y lo único que quieres es seguir adelante, sin importar lo que puedes dejar atrás.
[...]
Después del beso Harvey me ayudo a bajar de donde estábamos hasta volver al coche e ir por último a Balmy Alley con sus paredes llenas de coloridos grafitis. A estas horas estaríamos solos porque estaba anocheciendo, pero con el cielo tan negro como estaba, las estrellas y las luces no había mejor momento del día para ir.
Fuimos paseando solos viendo los murales con su brazo por mis hombros manteniéndome pegada a él mientras que mi brazo estaba por su cintura.
Podría perderme en la risa de Harvey, era un sonido maravilloso, y esta tarde lo había escuchado más que en todos estos días juntos, se estaba dejando llevar y me alegraba ser yo la única que podía verlo y la única que lo había conseguido.
Estuvimos hablando de todo y de nada a la vez pero eso daba igual, seguramente en un tiempo no me acordaría de que fue lo que nos dijimos pero nunca olvidaría esta tarde y todo lo que sentí.
Mientras Harvey me contaba una de las veces que le mandaron al pasillo castigado de pequeño al no poder quedarse callado porque un profesor no estaba explicando algo bien comenzó a llover de la nada y con bastante fuerza,la forma de la naturaleza de despedir el verano. Harvey me cogió de la mano y nos metimos en un portal para resguardarnos. No había pasado ni dos minutos que estábamos ambos calados, pero eso nos dio igual y no nos impidió volver a besarnos pero esta vez sí fue acelerado y sin dejarnos tiempo casi ni para respirar, pegándonos el uno al otro, al tener el vestido calado las manos de Harvey colocadas en mi cintura hacían que su calor traspasara la tela y pudiera notarlo directamente en mi piel.
Harvey al notar que mi piel estaba de gallina no dudo en separar nuestros labios y quitarse su chaqueta vaquera y ponérmela a mi, porque aunque esta estaba algo mojada por lo menos impedía que mi vestido se me terminara de pegar al cuerpo como una segunda piel.
- ¿ Harvey no decías que amabas la lluvia?- le pregunté.
- Si, ¿ por qué lo dices ahora?- contestó con claro desconcierto.
- ¿ Entonces por que nos quedamos aquí pudiendo seguir con esto bajo la lluvia?- me miró y tire de él cogiéndole de la mano y quedando en medio de la calle, él y yo, solos bajo la lluvia.
Me puse de puntillas y el agacho su cabeza besándome de nuevo, y en ese momento conseguí un maravilloso beso bajo la lluvia, el beso que todos soñamos que nos den un día, digno de una película romántica.
Y a la vez también conseguí el mejor beso de mi vida, por todo lo que este significaba y me hacía sentir.
[...]
Harvey y yo íbamos corriendo de la mano hacia el coche intentando no resbalarnos y terminar tan calados que mañana ni pudiéramos ir al primer día de clase al estar ambos malos.
Cuando llegamos al coche con la respiración entrecortada no tardamos ni un segundo en mirarnos y empezar a reír antes de que Harvey pusiera la calefacción y dejáramos que esta hiciera su efecto.
Nuestra última noche de libertad, antes de mañana volver a la vida real, la habíamos pasado juntos.
Adiós verano.
Hola último año.
***
Me declaro muerta y enamorada de estos dos, no tengo más declaraciones.
Nos vemos en el próximo capítulo, os quiere oldspirit9.
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