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¿Dos minutos?

Viernes, 4 de octubre:

Hoy era el día, el esperado primer partido de la temporada, el partido de inauguración. Lo cual significaba un gran ambiente festivo durante todo el día en el instituto, acompañado de los nervios y cuchicheos sobre cómo sería el primer partido de nuestro equipo y como empezaría la temporada. No importaba si no te gustaba el fútbol americano, todo el mundo estaba pendiente del partido, que iba más allá de lo estrictamente deportivo.

Daba comienzo realmente al curso, el primer mes había sido para coger ritmo y volver a acostumbrarse mientras nos olvidábamos del verano pero a partir de ahora venía tanto lo bueno como lo malo.

Venían las celebraciones como el baile y los eventos deportivos pero también los periodos eternos llenos de exámenes y trabajos acompañados de excursiones que nos enseñaran algo de una manera más lúdica que en clase.

<<¿Estamos realmente seguras de que estamos preparadas para ellos?- me preguntó mi conciencia pero la respuesta era obvia: un rotundo no.>>

Y ahí estaba yo, sentada en las gradas rodeada de gente y ruido esperando a que dieran comienzo el partido y pudiéramos ver a nuestro equipo ganar o perder, aunque preferiblemente queríamos verles ganar.

Ya no era verano ni mucho menos, con sus días interminables y calurosos, y tampoco septiembre con su brisa cálida y su todavía sabor a verano. Estábamos recién entrados en octubre que aunque no significaba que hiciera un frío horrible que te quitará las ganas de salir sí que indicaba que a la hora que era necesitabas una chaqueta como mínimo.

La mía me estaba dando algún que otro problema, puesto que iba en conjunto con la falda militar, en tonos tierra, ajustada que llevaba para la fiesta, que iba acompañada con un top y una camiseta negra de telilla, estaba haciendo que cuando venía más aire de lo normal todos los pelos se me pusieran de punta, aún llevando medias en las piernas. lo unico bueno, los botines, por lo menos hacían que una parte de mi cuerpo estuviera caliente.

El ambiente, como ya había dicho antes, era festivo, de hecho ya no cabía ni un alma en ninguna de las gradas que estaban ocupadas por el instituto visitante y el nuestro. Estaba junto a Raven, Taylor, Noa, Jev, Harvey y Elliot; quienes estaban hablando de algo a lo que no podía prestar atención, ya que estaba perdida en mis pensamientos mientras parecía que miraba expectante al campo de fútbol.

Al final gracias a Pol hablé con Daniel para invitarle pero no había podido venir, puesto que ahora estaba terminando un trabajo de la universidad con unos compañeros, y por lo que me había ido diciendo intentaría llegar lo antes posible a la fiesta de Pol.

Diferencie la voz de Harvey de entre los demás pero no entendí lo que dijo sin embargo hizo que mis pensamientos tomaron un rumbo distinto.

Había pasado casi una semana desde lo que yo llamaba la "confesión de Harvey", no podía sacarme de la cabeza aquella frase tan sincera que había soltado sin titubear y sin imaginar siquiera la explosión que iba a provocar en mi interior. En el momento en el que me lo dijo me quedé sin palabras y hasta ahora seguía igual, mi cabeza todavía no entendía como podía haber dicho eso de manera tan sincera basándonos en nuestra extraña relación de              <<¿Relación de qué...? Cómo no sabemos la respuesta sigamos dejándonos llevar por nuestros pensamientos.>>

Harvey siempre, en la tónica general, había sido distante y reservado pero había momentos, momentos increíbles, que era diferente. Casualmente los momentos donde lo había pasado peor o simplemente muchos de los momentos más importantes hasta ahora habían contado con la presencia Harvey, la primera noche se quedó conmigo hasta que me acosté llorando, el día en el que pintamos mi habitación en el cual disfrutamos como niños, cuando dormimos juntos, nuestro primer beso... todo aquello resultaba muy lejano.

Habían pasado demasiadas cosas desde el día que llegué aquí, por ejemplo ahora estaba con Daniel aquel chico que vi por primera vez en el avión que me trajo hasta aquí y que pensé que no conocería nunca. Ahora no tenía un hermano sino cinco, aunque Harvey no sé si le podría contar como un hermano exactamente.

<< No olvidemos que Scott te oculta algo delante de tus narices, y mira que pensábamos que eso ya lo habíamos superado.>>

Harvey era importante para mí, no lo podía negar porque me preocupaba por él entre otras cosas, pero en cierto modo le veía como a un rompecabezas que nadie había conseguido resolver y yo estaba luchando por hacerlo de la forma correcta.

Aunque yo estuviera con Daniel no podía mentirme a mi misma pensando que no me hubiera gustado que todo hubiera sido un poco más común, por así decirlo. Me hubiera gustado poder haber hablado con él desde un principio y poder haber ido conociéndolo poco a poco, pero Harvey no era normal y en cierta forma eso era lo que me atraía de él.

Pero lo tenía claro, me iba lo difícil.

Tenía la necesidad intrínseca de conocer hasta el último detalle de su mente y de su alma, debía conocerle mejor que nadie y eso haría. No sabía cuánto tardaría en conseguir mi objetivo pero resolvería el enigma de los ojos azules del chico reservado que solía estar a unos 15 metros de mí.

Lo que más me sorprendía de todo esto era una cosa, Harvey había mostrado debilidad al decir lo que dijo. Y eso tanto a Harvey como a mí nos carcomía por dentro. Éramos iguales, ninguno se mostraba débil delante de nadie pero sorprendentemente nos volvíamos indefensos delante del otro.

A mí no me verías mal casi nunca, normalmente me mostraba fuerte y confiada, pero Harvey me había visto en poco tiempo demasiadas veces mal, muchas más que otras personas que conocía de años, como para que me parara a contarlas.

Por lo demás la semana pasó "tranquila", Yasmine no dio mucho por culo aunque siempre intentaba llamar la atención de todo el mundo con alguno de sus trucos, pero poco a poco me iba acostumbrando.

<< Más que acostumbrarte en sí evitas escucharla.>> Bueno eso era totalmente cierto.

 - ¿Verónica?- salí de mi ensoñación algo aturdida, ya que me había distanciado tanto del exterior que ni me había dado cuenta del ruido que había, me gire y vi a Raven llamándome.

 - ¿ Qué?

 - Que pensábamos que te habías perdido,- dice bromeando.- estabas en tu mundo y no hacías caso.

 - Eh sí lo siento.- musité empezando a centrarme de nuevo.

 - No pasa nada pero ya van a salir, las animadoras están a punto de terminar.- me dijo Elliot.

¿Animadoras? Gire la cabeza hacia el campo y vi a las animadoras dar los últimos saltos de la coreografía, era obvio que iba a ver animadoras pero parecía que mi cabeza no creía que fuera tan obvio.

Me sorprendió no ver a Yasmine capitaneándolas, en fin, parece querer ser un cliché andante y ser animadora la hubiera ayudado a serlo al completo.

Terminaron el baile entre aplausos que incrementaron junto a los vítores cuando empezaron a aparecer los jugadores de nuestro equipo, corriendo por la pista para lucirse minutos antes de entrar al campo. Ryan iba a la cabeza con una sonrisa confiada y saludando a todo el mundo, se le daba bien ser el centro de atención.

- ¿Ryan es el capitán?- pregunté girándome hacia Jev que estaba sentado en una fila más arriba, detrás de Raven.

 - Es el segundo capitán, pero ya conoces a Ryan, consigue que todas las miradas acaben en él.- asentí y antes de que pudiera darme cuenta empezó el partido.

[...]

Ya íbamos por algo más de la mitad del partido, el cual estaba ganando nuestro equipo, y yo estaba con mi cabeza apoyada en el hombro de Raven prestando atención y riendo de vez en cuando por los comentarios que hacían.

De repente me empezó a vibrar el móvil indicándome que estaban entrando mensajes a la vez, lo saqué del bolsillo y lo encendí metiéndome directamente en WhatsApp.

Tenía quince mensajes sin leer y no dejaban de entrarme más, y todos del chat de Daniel, y curiosamente todos eran fotos. decidí esperar con el móvil encendido a que dejara de petarme la galería antes de abrirlo.

Dos minutos después tenía 27 fotos sin abrir causándome bastante intriga.

Abrí el chat y subí hasta la primera, eran fotos de las camisetas de los jugadores, de la espalda más concretamente, me pareció extraño así que le di a la primera para ver que era.

Estaba la espalda del jugador y solo se veía una letra, ya que las otras habían sido tapadas, seguramente con el pincel de Instagram, para que no las viera.

La primera era una Q.

Seguí bajando.

Las primeras siete fotos formaban la palabra quieres.

Las tres siguientes eran un "que".

Baje y baje hasta la última para volver a subir y formar la pregunta: ¿quieres que vaya al baile contigo?

No pude evitar sonreír como una idiota al móvil nada más leerlo.

Salí de las fotos dispuesta a contestar pero había otro mensaje.

Daniel:

- Pensaba pedírtelo allí si hubiera podido ir, pero he tenido que improvisar y sobornar. Chris para que hiciera las fotos. No es la mejor forma ni la más romántica pero por lo menos es original.

Espero que me digas que sí, si no estaré muy triste en la fiesta.

¿Bueno que dices?

Yo:

QUE SI.

Daniel, claro que quiero que vengas conmigo, no tendría sentido si no quisiera.

Daniel:

Me alegro mucho de que tu respuesta haya sido afirmativa, si no me habría preocupado.- no pude evitar sonreír tímidamente porque me lo imaginé haciendo algún gesto.

Nos vemos en un rato, disfruta del partido.

Yo:

Y tú termina el trabajo.

Apagué el móvil con una sonrisa y volví a apoyarme en el hombro de Raven.

[...]

Tanto Ryan como Scott habían marcado varios puntos y habían ayudado para que marcaran otros, de hecho había sido bonito verles ir corriendo hacia el otro cuando habían conseguido meter uno entre ambos.

Pero ahora no era todo tan bonito, Ryan y el capitán del otro equipo se estaban empezando a acercar enfadados mientras se gritaban, Scott estaba por detrás intentando tranquilizar a Ryan mientras que el otro solo se acercaba cada vez más rápido.

Y esto era lo malo del fútbol, de los deportes en general, que acabaran así por faltas de respeto y de deportividad normalmente.

El tiempo seguía corriendo, mientras el árbitro iba lo más rápido que podría hacía donde estaban pero no lo suficiente, ya que el contrario de un momento a otro empujó a Ryan, Ryan le empujó de vuelta pero con tanta fuerza que le desestabilizó y si no fuera por sus compañeros habría acabado en el suelo.

Los cascos de ambos acabaron tirados en el suelo, y aunque muchos intentaban controlarles otros tantos solo provocaban que el enfado fuera a más, haciendo que el público casi enloqueciera por querer ver algo más violento que el fútbol en sí.

No sé cómo ni cuándo pasó, pero el puño del otro chico fue directo a la cara de Ryan que fue sujetado por Scott, desde donde estábamos no se podía ver bien que estaba pasando lo que hizo que Jev, Harvey y yo nos levantáramos de repente alarmados.

Elliot nos pidió que esperamos, que tendrían que separarles ya, y que si íbamos todos solo empeoraríamos las cosas pero Elliot no contaba con que Ryan fuera el siguiente en estampar el puño en la cara del otro.

A partir de ahí todo se volvió un lío, se veía desde lejos que Ryan estaba muchísimo más cabreado de lo que alguien pudiera imaginar y eso le dificultaba pensar con claridad.

Elliot se quedó con las chicas porque era mejor que no fuéramos todos, mientras Jev y Harvey se hacían paso por delante de mí y yo iba pidiendo perdona a todo el mundo.

Ya casi había llegado a las escaleras cuando unos chavales, de un curso menor, decidieron que no tenían nada mejor que hacer que hacerse los graciosos pero lo que no contaban es que estaba cabreada y preocupada y no era la única.

 - Lo siento guapa pero no me apetece que te vayas tan rápido, podemos hablar antes.- dijo con su mejor intento de impresionar, << si eso era lo mejor que tenía no quería descubrir que sería lo peor.>>

 - Mira chaval, o levantas las piernas o te las levanto yo sin ningún cuidado y si de casualidad te hago en algún momento daño me va a importar lo que viene a ser una mierda. ¿Todo claro?

 - ¿Por qué tan ruda?

- Porque se me la real gana.- comencé a acercarme dispuesta a darle un golpe en la pierna para que la levantara cuando vi como el chico se levantaba, bueno lo levantaban. Harvey le había cogido de la sudadera y le había hecho ponerse de pie.

 - ¿Puedes dejar de ser tan gilipollas y aprender a tratar a las mujeres igual que a los hombres? Porque no recuerdo que a mi amigo y a mí nos hayas puesto ningún problema para pasar, así que de aquí en adelante vas a saber que igual que a los tíos no les dices nada a las tías no las incomodas. ¿O es demasiado difícil para tu cerebro comprender el mensaje?- le dijo irónico soltándole con fuerza la sudadera haciendo que se desestabilizara un poco.

 - Sí, sí.- musito asustado.

 - Me alegro y agradécelo, ella cabreada es peor que yo. Y si te hubiera dado una ostia, que hubiera sido bien merecida, la habría estado aplaudiendo desde donde estaba.

 - Pase sin problema sin ni siquiera mirar al chico y cuando llegue a la altura de Harvey le di las gracias a lo que él me respondió que no era nada.

 - ¿Por qué crees que Ryan se ha puesto así?- le pregunté a Jev mientras bajábamos las escaleras corriendo.

 - Creo que se conocen, desde que le había visto me ha dado una sensación de que ya le conocíamos ambos de antes y no creo que me equivoque.

 - Espera,- dijo Harvey.- ¿no puede ser aquel amigo de Ryan de aquella familia o si?

 - Ahora lo sabremos.

La pelea ya no estaba al final del campo si no que aunque les hubieran separado y estuvieran ahora en el banquillo se seguían gritando aún teniendo a demasiada gente entre ambos incluidos los que intentaban curarle las heridas.

Nos hicimos paso y llegamos al lado de Ryan quien estaba fuera de sí.

 - ¡Ryan!- exclamó Jev llegando a este él y sujetándolo para que le mirara.- Para, ya está.

 - Ese cabrón.- siseo Ryan.- Ha venido solo a joderme, es él.- no terminó cuando Jev le estaba abrazando consiguiendo que Ryan relajara un poco los hombros. Cuando se separaron y me acerque pude ver como del labio de Ryan seguía saliendo sangre y en la ceja ya solo quedaba el rastro de sangre que era acompañado de una pequeña brecha con algo de sangre todavía.

 - Oh dios Ryan, alguien tiene que curarte eso, no puedes estar así.- le regañe poniéndome a su altura.

 - Oh que tierno Ronnie, estás preocupada por mí.- dijo bromeando y acercándome a él para abrazarle.

 - No seas idiota.

 - Soy tú idiota.- asentí y dejé que me abrazara casi llegándome a aplastar, ya que él seguía con el equipamiento y este no era lo más cómodo.

 - ¿Cómo te encuentras?- le preguntó Harvey.

 - Con ganas de estamparle más de un puñetazo.- dijo con una sonrisa que luego sustituyó por una mueca cuando le obligue a sentarse y alguien vino con una gasa llena de alcohol y se la colocó en la brecha de la ceja. Puse mi mano en el hombro de Ryan mientras el sanitario le limpiaba las heridas y Ryan puso su mano encima de la mía dándome una sonrisa dulce.

- ¿Empezó él?- siguió preguntando Harvey.

 - Claro, soy idiota pero no tanto.

 - ¿Pero quién es?- pregunté confusa porque de nuevo estaba perdida.

 - Mira princesa, ese pedazo de mierda era mi vecino cuando era pequeño y un supuesto amigo que cuando creció se encargó de recordarme todos los días lo mierda que era mi padre y lo maravilloso que era el suyo. Osea yo sabía como era mi padre no necesitaba que un niñato me lo dijera, y desde ahí empezamos a llevarnos mal y lo extrapolamos a otras cosas. Tuvimos varias peleas pero nunca llegaron a nada, hace años que no le veo y si no hubiera sido por él esto no hubiera pasado pero parece que odia que siga siendo mejor que él en fútbol además de seguir resentido. 

 - Parece un crío de doce años.- le digo después de escucharle.

 - Lo es, creo que quería volver a sentirse como cuando a los once me hacía daño con lo que me decía.

 - Maldito cabrón.- dijo Jev antes de irse.

<< Oh no, esto se va a poner aún peor.>>

 - ¡Jev vuelve aquí! !No hagas ninguna jodida tontería!- le gritó Harvey siguiendo a un Jev, fuera de sí, al que tampoco había visto nunca así, que buscaba al responsable de todo. Miré a Ryan preocupaba mientras a él le terminaban de curar. De un segundo a otro volvieron los gritos y los reproches, de los cuales era Jev responsable de la mayoría.

Jev y Ryan eran mejores amigos desde que tenían uso de razón, y estaba claro que si alguien hacía daño a uno el otro no iba a tardar en ir a por él. Y por lo que parecía ese chico había hecho mucho daño a Ryan. Pero aunque admiraba su amistad no quería que ambos acabaran en el hospital.

Había empezado a chispear algo, haciendo que el pelo se me pegara más a la cara y que las puntas se volvieran algo más onduladas, me lo aparte de la cara viendo como Harvey cogía a Jev y tiraba de él trayéndolo a rastras.

 - Relaja tu puto temperamento Jev, ya tenemos suficiente con el de Ryan.

 - Harvey ese tío ni debería estar aquí, se suponía que estaba en otro jodido estado y aparece y no pierde el tiempo en tocar los cojones. Lo siento si no lo dejo pasar. 

 - Pues siéntelo mejor y deja de ir a decirle de todo, todos sabemos que es una mierda de persona pero piensa fríamente por una jodida vez en tu vida. ¿O quieres que esto llegue al director y os castiguen de alguna forma? ¿Es que quieres eso?- le regañaba Harvey verdaderamente enfadado, siendo el único que pensaba las cosas con claridad.

 - Claro que no quiero joder pero...

 - Pues deja tu maldito culo quieto Jev.

De repente apareció Scott, algo alterado y preocupado, con el pelo mojado cayéndole en los ojos y haciendo que se viera más oscuro.

 - ¿Qué tal estás Ryan?- dijo nada más llegar. 

 - Bueno he vivido mejores momentos, pero creo que me hace aún más atractivo la brecha de la ceja.- le quitó importancia.

 - Me alegro, hemos ganado el partido, puesto que lo han finalizado pero no todos son buenas noticias.- comentó Scott pero hizo una pausa antes de continuar.

 - ¿Qué pasa?- le apremio Ryan.

 - Te han suspendido, dos partidos, no podrás jugar hasta el mes que viene.- lo soltó de golpe, Harvey se llevó las manos a la cabeza viendo lo que venía, Jev empezó a maldecir conmigo por lo bajo y Ryan parecía extrañamente tranquilo y eso no podía traer nada bueno.

 - ¿Dices que el partido ha terminado, no?- le preguntó a Scott sereno.

 - Sí.

 - Es decir, ahora todos podemos irnos con los puntos ganados y podemos ir a la fiesta sin problema, ¿no?

 - Si, claro. 

 - Entonces, ¿por esa regla de tres puedo ir y patearle el culo, no?

 - Ryan no.- dije yo antes de que cualquiera contestara, Ryan me apretó la mano, ya que la suya todavía estaba encima de la mía. 

- Ronnie, no va a venir a joderme y hacer que me suspendan los siguientes dos partidos con todo lo que eso me va a suponer en muchas cosas como para irse sin mínimo la nariz rota. Como mínimo.- Ryan se levantó y se quitó parte del equipamiento antes de ir, tranquilo, a donde estaba yéndose el susodicho.

Esto no podía estar pasando, no podíamos estar toda la noche así.

 - ¿Alguien le para o dejemos que se maten?- pregunta Scott.

- Deja que le rompa aunque sea el labio.- contestó Jev. 

 - Cómo no le dé mínimo un golpe a parte de estar insoportable el otro se habrá ido de rositas.

 - ¿Dos minutos de margen antes de acercarnos?- pregunté yo.

 - Dos minutos. - contestaron todos.

Solo esperaba que la fiesta mejorará algo la noche, lo cual era bastante sencillo, pero a lo mejor la empeoraba.

***

Sinceramente amo este capítulo, me hace gracia los chicos matándose y yo siendo espectadora y me gusta también el rumbo de los pensamientos de Ronnie.

By the way, cuando estaba escribiendo este capítulo iba con la idea de que sería tranquilo, sin mucho drama, y acabé escribiendo una pelea, en fin mi hipocresía.

Nos vemos en el próximo capítulo, os quiere oldspirit9.

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