Capítulo 24.
Pov Raven:
Me levante bostezando algo cansada después de quedarme viendo una película hasta tarde, aún siendo lunes, y por eso estaba más cansada de lo normal.
Cogí el móvil para ver la hora y me encontré con un mensaje de mis padres, no acostumbraba a que se preocuparan por mi así que no me hice ilusiones, y menos mal.
el mensaje, bueno más bien la foto, era de ellos, felices, en uno de sus ostentosos viajes que hacían entremedias del trabajo de mi padre.
Mientras ellos se iban de viaje, y me lo restregaban sin preocuparse por cómo me sentaba, tenía que estar viviendo con mis tíos que por lo menos me prestaban algo de atención real, pero aún así no estaba en mi casa y ni en mi ciudad, pero eso a mis padres no les importaba.
Desde pequeña había vivido rodeada de niñeras, ya que mi madre aún estando en casa no se había preocupado nunca de mí, solo me prestó atención para pasearme de fiesta en fiesta, de evento en evento y de cena en cena de negocios.
Me había sentido una mujer florero desde niña, por eso, tal vez, no permitía que ningún tío me exhibiera como una pieza de museo, como si fuera suya.
También, después de ver el ejemplo de mi madre, una guapa rubia que solo se dedicaba a gastar dinero y que tenía el instituto de milagro, me esforzaba tanto por obtener las mejores calificaciones.
Como para demostrarme a mí misma que no acabaría como ella.
No había sentido un cariño real, un amor puro, si no me había sentido más como una carga y por eso ahora me costaba tanto pensar que alguien pudiera querer estar conmigo.
Cuando terminé bajé las inmensas escaleras y fui hacia la cocina donde estaban mis tíos riendo mientras Lexa se hacía el desayuno.
Mi tío también trabajaba en la empresa con mi padre, legado familiar, aunque hace años había sido absorbida en gran parte por otra más grande. Pero a diferencia de mi padre él había elegido un puesto que le permitiera quedarse con su familia siempre, Lexa en parte tenía suerte.
Porque mis tíos no eran perfectos, eran agradables y me querían, sobretodo se notaba que se preocupaban porque estuviera bien, pero eran demasiado antiguos y conservadores por lo que había que andarse con cuidado con lo que se decía.
Si yo llegaba a decir que me parecía una chica guapa porque me atraía ya saltaban todas las alarmas para ellos, queriendo llevarme a la iglesia para que hicieran algo con aquello que no estaba bien conmigo, ya ni hablar de reconocer que no ni una ni dos veces me había enrollado con alguna. Si lo decía, no creo que dudaría en ponerme de patitas en la calle para acompañarme a un centro que me volviera normal, y eso que estábamos en el 2019.
Por eso y más entendía porque Lexa era tan reservada respecto a sus opiniones, gustos y pensamientos, si se salían de lo "normal" debía mantenerlos ocultos por lo que ya estaba tan acostumbrada a hacerlo en su casa que lo hacía en todos sitios.
Les di los buenos días con la mejor de mis sonrisas y acepté el café que me tendió Lexa.
- Están destruyendo América, mira esto cariño, esos invertidos no hacen más que tomar nuestras calles y atentar contra nuestras creencias cristianas. Aparte de enseñar sus despropósitos a los niños de la comunidad. - se quejó mi tío enseñándole el periódico a mi tía, si, leía todas las mañanas el periódico.
Yo era atea, Lexa también pero ella no lo mencionaba delante de sus padres, yo no pude ocultarlo. Yo no iba a aceptar ir a la iglesia, porque era algo en lo que no creía y sobretodo estaba en contra, pero a Lexa no le habían dado opción. Y me daba miedo saber que clase de cosas decían allí.
- Rezaré por su salvación, ¿te has enterado de lo del hijo de Rose?- mi tío negó con la cabeza mientras Lexa y yo escuchábamos sin hablar desde la barra.- Dice que la terapia le ha ido bien, que ha vuelto a ser un chico normal dentro de su edad y ha dejado el mal camino. De hecho creo que le están buscando esposa por si cae en la tentación de volver a ser de esa forma se sienta mal por su esposa.- cuando mi tía lo dijo, con el asco claro en su tono Lexa se tensó a mi lado e inmediatamente apartó su plato de ella como si se le hubiera revuelto el estómago. La entendía, escuchar este tipo de cosas por la mañana no era la mejor forma de empezar el día.
- Pues ayer un negro intentó atracar a John en el centro comercial, la policía le dejó semiinconsciente y se lo llevaron preso. Menos mal que todavía nos defienden.- ahí fui yo la que casi quise vomitar por la imagen que se me proyectó, note que Lexa me tocaba la mano y me hacía un gesto con la cabeza para que nos fuéramos ya. Yo me levanté y esperé a que Lexa se despidiera de sus padres con la misma sonrisa forzada que yo.
Nos metimos en el coche sin decir nada, ambas estábamos intentando digerir la tan común escena antes de recoger a Yasmine como todos los días.
- Lexa, esto no puede seguir así, no pueden pensar así e intentar que nosotras lo hagamos a estas alturas.
- No van a cambiar su forma de ser y de pensar, lo intente de pequeña pero ya ves que mi opinión y mis disputas no han hecho que cambie nada. Tu solo finge y no digas nada, y haremos con nuestra vida lo que queramos o podamos.
- No es solo eso, nunca podremos traer a Taylor a casa cuando estén ellos, incluso a Scott y a Verónica no podremos dejar que digan que su padre era español y su madre estadounidense sin decir un comentario de mierda. Y nosotras no podremos ser nosotras mismas ni decir lo que pensamos.
- Lo se pero lo he intentado y solo he conseguido que con la única que me dejen salir y ser su amiga es con Yasmine, no voy a arriesgarme a que ni me dejen estar en el mismo grupo que Taylor por su color y su origen, el cual a ninguno nos importa. Raven, estoy acostumbrada a no ser yo misma, sale natural.- iba a contestarle porque me preocupaba que dijera eso de no ser ella misma pero en ese momento Yasmine abrió la puerta de atrás y me callé porque no iba a tener una conversación importante con Lexa estando Yasmine presente.
[...]
Cuando sonó el timbre anunciando el tercer cambio de clase fui a la taquilla a cambiar mis libros despidiéndome de Scott con la mano, viendo como se fue corriendo porque tenía una práctica o algo por el estilo.
Antes de que cerrara la taquilla llegó Jev apoyándose en la de al lado y dándome esa sonrisa que no podía decir que no me gustaba.
- ¿Qué tal? Hoy no nos toca ninguna clase juntos, ¿nos vemos por la tarde?
- No se si podre, depende de unas clases si puedo te aviso y te espero después de tu entrenamiento.
- Perfecto. Por cierto luces cansada.
- No he tenido un muy buen comienzo de día.
- Pues espero poder ayudarte a que por lo menos termine bien.- sonreí porque por lo menos aunque no quisiera nada serio con Jev, porque no buscaba nada que pudiera distraerme más de lo necesario y que me hiciera preocuparme por alguien más, sí que tenía a alguien que se preocupara por mi.
Pov Taylor:
- No puedes dejar que tu hermana pequeña se haga cargo de todas tus movidas siempre, y te que te esté ayudando constantemente. Siento decirte que debes madurar y valerte por ti mismo.- me queje y regañe a Isaac, mi hermanastro.
- Taylor en serio, necesito que me lleves esta tarde, tuve que dejarle el coche a mi amigo por varios problemas. Solo será esta vez.
- Siempre dices lo mismo, papá te acabará echando de casa metiéndote en la academia militar.- eso hizo se riera y que ambos nos relajaramos un poco. Al final quede en ir a buscarme, no me quedaba otra si no quería dejarle tirado y que pudiera meterse en algún lío, salí del cubículo del baño donde me había metido a hablar antes de que terminara la clase.
Sonó la campana y salí lo más rápido que pude antes de que se llenara, me fui directa a clase y me senté en un sitio sola ni muy adelante ni muy atrás. No era mala estudiante cuando me centraba, así que me solía mantener en las filas del medio para enterarme bien pero no agobiarme.
Antes de que pudiera apartar la vista de la puerta la vi entrar y la seguí con la mirada sin que se diera cuenta, no quería volver más incómodas las cosas, sobretodo como cuando estábamos a solas.
El otro día lo note, que estando cerca y sin una conversación inofensiva como las que podíamos tener en clase se tensaba, y eso no sabía si era bueno o malo.
No pude evitar suspirar, interiormente, o eso esperaba, al verla, daba la sensación de ser de otro mundo y ni siquiera parecía ser consciente de ello.
Siempre era la sombra, siempre estaba opacada, cuando la única que debería resaltar era ella.
Y no solo la opacaban sino que ella misma se resguardaba del mundo, se aislaba de tal forma que era imposible acceder a ella y eso que lo había intentado.
Pero se negaba a dejarme conocerla.
Y yo me negaba a nunca llegar a conocerla.
Pero tendría que esperar, porque ante su negativa no tenía mucho que hacer, más que observarla, esperando el momento en el que pudiera alcanzarla.
En medio de mi embelesamiento me sonrió y lo más rápido que pude la correspondí, pero solo me pude fijar en sus ojos, que siempre me habían llamado demasiado la atención, los cuales podrían llevarme al paraíso, * verdes "like the american money".
Alguien se estaba sentando a mi lado mientras yo volvía a la realidad, gire mi cabeza y me encontré a Chris con una sonrisa, y juro que era la última persona que esperaba que se sentara a mi lado.
- Hola.- dije cortada y con cierto grado de desconfianza.
- Hola, he visto el sitio vacío y me he sentado.- soltó alegre, Chris era raro y su extraña alegría me lo estaba confirmando.- Me he dicho: llevamos muchos años yendo juntos al instituto y hemos compartido clases y aún así no nos conocemos el uno al otro. Si no que nos dejamos llevar por lo que dicen los demás del contrario.
- ¿Eso lo dices por mi gesto? Es que sinceramente me ha sorprendido que te sentaras.
- ¿Mejor, no? El efecto sorpresa, simple pero efectivo.
- Eh si, no se que decir la verdad.
- Podrías empezar con algo tipo: Chris, me parece bien eso de conocernos, podríamos haberlo hecho antes o Chris me gusta tu idea, es realmente original. Y ya en un futuro podrás decir: Chris no eres tan capullo como dicen.
- ¿Aspiras bastante alto, no?- le pregunté mientras entraba la profesora.
- No aspiro, espero conseguirlo.- y con eso giró su vista al frente con una media sonrisa prestando atención a la profesora mientras que yo le miraba sorprendida antes de volver mi atención a la clase.
*Green like american money.- American Money ( Borns).
Pov Noa:
Estaba esperándole a la salida del gimnasio porque me había pedido ayuda para estudiar, además de poder pasar un rato solos y estaba bastante nerviosa.
Mi enamoramiento por él había sido casi instantáneo desde la primera vez que le vi, pero siempre pensé que sería un crush al que no llegaría a conocer de verdad y al que solo podía mirar desde lejos.
Pero estaba claro que las cosas habían cambiado.
Habíamos hablado un par de veces gracias a Scott, ya que él y yo estuvimos tonteando un tiempo pero en realidad fue como que sin darnos cuenta quisiéramos forzar las cosas para llegar a ser algo más cuando en realidad estábamos genial como buenos amigos.
Así que le conté lo de mi enamoramiento y Scott siempre intentó que coincidiéramos, para darle un empujón a la cosa, lo cual se lo agradecería siempre.
Y gracias a esos pequeños encuentros fuimos hablando más por mensajes y seguimos coincidiendo en verano muchas veces sin llegar a nada más que pequeñas conversaciones un tanto incómodas y simples comparadas con las que manteníamos por el teléfono.
Mire la hora en el móvil con el estómago revuelto, ya que sería la primera vez que pasaríamos tanto tiempo a solas, después de la fiesta y lo que pasó en ella.
Cuando ya estaba casi por morderme las uñas le vi saliendo entre risas con sus compañeros de baloncesto, cuando reparó en mí y me dedico aquella sonrisa e hice lo mismo por inercia.
No podía negarlo, Elliot me gustaba.
Y no solo como un amor platónico
[...]
Salimos de la biblioteca y Elliot me acompañó hasta la parada del autobús aunque no paraba de intentar convencerme de llevarme.
Habíamos terminado un poco más tarde de lo que pensaba porque nos habíamos quedado un rato hablando y se nos había echado la hora encima.
- ¿Quieres que te lleve?, En serio Noa, que no me cuesta nada.- puso sus manos en mi hombro mirándome con esos bonitos ojos verdes azulados y esa sonrisa angelical que intentaba ocultar.
- No, no te preocupes, mi casa queda a la otra punta de donde vives. Déjame coger el bus, además aprovechare a leer un par de cosas de clase antes de llegar a casa.- le dije riendo porque se negaba a dejar que me moviera.
- Esta bien, por esta vez, la próxima te llevo por mucho que te niegues. Nos vemos mañana.- cuando por fin apartó las mano de mis hombros y fui a ponerme a la fila del bus tiró de mi brazo sin ser demasiado brusco y me dio la vuelta, haciendo que quedáramos frente a frente.
Elliot bajó la cabeza y me robó un beso, una leve caricia, pero me lo robo sin pensárselo, para después abrazarme.
>> Era para que me des suerte mañana, por si no te veía antes del examen.
- Pues espero haberlo hecho.- le dije con una sonrisa demasiado tonta, pero la suya no se quedaba corta tampoco.
[...]
Me quité la mochila y me puse a buscar las llaves porque no sabía donde estaban, tuve que sacar todo lo que tenía en un bolsillo para encontrarlas y poder abrir la puerta de casa.
Abrí la puerta y después de cerrarla deje las llaves en la entrada y me quite los zapatos, cuando entre al salón me encontré a mi padre trabajando en el ordenador.
- Cariño, ¿qué tal las clases? Se que es muy tarde pero estoy terminando este proyecto y no he podido hacerlo, ¿puedes bañar a Danna y preparar la cena de las dos?- deje la mochila y me acerque a darle un beso en la mejilla a mi padre.
- Esta bien, voy a encargarme de la pequeñaja.- subí las escaleras y me encontré a mi hermana de cinco años jugando con unos coches en el suelo del baño, cuando me vi los dejó y vino corriendo hacia mis piernas para abrazarme e impedir que andará. Podía "cansarte" algunas veces tener una hermana tan pequeña pero nunca me aburriría o cansaría de llegar a casa y que me recibiera así.
Mientras bañaba a mi hermana y escuchaba todas las cosas que la habían pasado no podía evitar pensar en lo bien que había estado con Elliot, sobretodo lo bien que me había hecho sentir. Era un chico dulce, gracioso además de espontáneo, y todo lo que descubría de él me iba gustando.
Cuando por fin termine de dar de cenar a Danna y pude terminar yo me despedí de mi padre y subí a mi habitación.
Estaba muerta y por lo que decidí no ponerme a estudiar, pero no iba a quejarme por no poder hacerlo.
Mi padre podría decirse que desde hace cuatro años era padre soltero, desde que mi madre se fue y se volvió a casar. Por lo que desde ese momento empecé a tener que ayudarle si quería que mantuviera su trabajo, por lo que lo hacía sin rechistar pero había veces, como hoy, que me cansaba más de la cuenta y que echaba de menos que mi madre estuviera aquí, con nosotros. En vez de solo verla cuando se quedaba con Danna algunos días y me saludaba con un abrazo y demasiado entusiasmo para decirme siempre lo mismo, que cuanto había crecido.
La echaba de menos porque ya no la tenía pero no podía hacer nada.
No siempre se tenía todo lo que se quería, por eso, había que cuidar de aquello de lo que sí se disponía.
***
En este capítulo podemos conocer un poco más a Raven, Taylor, Noa; y no puedo negar que me encanta escribir sobre las tres porque son súper distintas y cada una tiene una historia diferente que contar.
¿Habrá uno de los chicos? Sin ninguna duda.
Nos vemos en el próximo capítulo, os quiere oldspirit9.
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