Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

v e i n t i c i n c o | El ritmo cardíaco 🖤

—Creo que me gusta Se-young —confiesa Hoseok en la hora del almuerzo. Todos lo regresamos a ver sin asombro alguno porque cada uno ya lo sospechaba—. ¿Jae-beom aún tiene algo con ella? —su pregunta va dirigida a Jimin, Jisung, Sol y Minji.

—Solo son amigos —contesta el pelinegro con una sonrisa que le transmite seguridad a Hobi—. Su relación quedó atrás hace tiempo, pero aún se siguen queriendo como familia.

—¿Y cómo puedo conquistar a Se-young?

—Ella sigue siendo una niña —esta vez contesta Minji—. Le gusta todo lo dinámico. Ve a un parque de diversión con ella, invítala al cine o al karaoke, o cómprale dulces; el algodón de azúcar es su favorito. Que no te engañe su forma de vestir. También puedes intentar regalándole peluches de animales, como los ositos cariñositos.

Supongo que estamos llegando a la segunda temporada más romántica del año. Octubre ya está acabando, en unos cuantos días es Halloween y muy pronto llega el invierno con sus decoraciones navideñas. Canciones pop inspiradas en esta época van a empezar a sonar en las radios e inspirará a los románticos a encontrar a su pareja ideal para pasar unas lindas fiestas de fin de año. Aquí tenemos a Hoseok, por ejemplo, confesándonos que le gusta una chica mayor que él por cuatro años. Por otro lado, y aunque quiera ocultarlo, Sol también se está contagiando del romance junto a Taehyung.

En contraste a ellos dos, quedamos aún los solteros como Jimin, Jisung, Songyi y yo. No sé qué decir sobre nosotros más que guardarnos nuestro recelo de no poder estar en una situación similar a la de ellos.

—Aquí solo falta que Jimin o Soo-hyun digan que gustan del otro —esa es Sol metiendo su bocaza. Paro de comer y finjo una sonrisa.

—Claro, lo haremos con todo gusto cuando tú oficialices tu romance con Tae... —Sol me pone una mano en la boca para que pare.

Jisung y Hoseok se ríen antes de pedirle a la otra que me soltara. Finalmente ella queda avergonzada y decide no hablar más del tema; aunque para eso es muy tarde, porque los demás sienten curiosidad por las cosas que ella hace con Taehyung cuando están solos.

—¡Solo vemos películas! —Espeta ella, fastidiada.

—¿Segura que ven la película o la película los ve a ustedes? —se burla Minji por lo bajo. Esto provoca que la pelirroja le envié una mirada asesina para que se calle.

—¡Ay, basta ya! —responde Sol, intentando mantener la compostura, aunque sus mejillas se sonrojan visiblemente—. No somos nosotros los que estamos en cuestión aquí.

—Lo sé, lo sé. Solo bromeaba —dice Minji, levantando las manos en señal de rendición, aunque una sonrisa traviesa sigue en su rostro.

Jimin se ríe, y su risa es contagiosa. Miro a mi alrededor y noto cómo todos están relajados y disfrutando del momento. Esta camaradería es una de las cosas que más aprecio del nuevo grupo que tengo, a pesar de que existan ciertos disturbios de vez en cuando cuando se trata de Minji y yo.

—Volviendo al tema de Hoseok y Se-young —interviene Jimin, tratando de devolver la conversación a su cauce—. Minji tiene razón, Hobi. Solo sé tú mismo y haz cosas divertidas con ella. No la presiones, deja que las cosas fluyan naturalmente.

Hoseok asiente, pareciendo más decidido. Es bueno verlo así, tomando la iniciativa en algo que realmente le importa.

—Gracias, chicos. Haré mi mejor esfuerzo —dice, su voz llena de determinación. Seguido, Jimin le da un fighting mudo.

Mientras seguimos hablando y bromeando, no puedo evitar pensar en las palabras de Sol. La idea de que Jimin y yo pudiéramos gustarnos parece haber dejado una huella en la mente de todos, aunque ninguno lo dice abiertamente. Yo misma no puedo dejar de pensar en ello, aunque sé que Jimin y yo solo somos amigos. Aun así, la semilla de la curiosidad ha sido plantada.

—Bueno, ¿y cuáles son los planes para Halloween? —pregunta Jisung, cambiando el tema con entusiasmo—. ¿Alguien va a hacer una fiesta?

—¡Yo, yo! —responde Songyi, levantando la mano con entusiasmo—. Mi familia siempre hace una gran fiesta en Halloween. Todos están invitados. Habrá comida, música y un concurso de disfraces.

—Eso suena genial —dice Jisung, animado—. Me encantaría ir.

—Cuenta conmigo —agrega Jimin, sonriendo—. Ya estoy pensando en mi disfraz.

La conversación sigue en esa línea, con todos compartiendo ideas y planes para Halloween. Por mi parte, me limito a solo escuchar sus ideas de posibles disfraces; yo no sé aún si me gustaría ir. De todos modos tengo el permiso asegurado, porque sé que o mis padres se quedarán en casa entregando dulces o Blake llevará a mi padre a una de esas fiestas a las cuales la invitan.

Mientras siguen hablando, Jimin se inclina hacia mí y susurra:

—Entonces, ¿qué piensas del comentario de Sol? ¿Nos ven como una pareja potencial?

Me encojo de hombros y sonrío, tratando de restarle importancia.

—Quién sabe. La gente siempre busca romances donde no los hay.

—Sí, supongo que tienes razón —dice, aunque su expresión muestra que sigue pensando en ello.

La hora del almuerzo sigue su curso hasta que se toca la campana para marcar su fin. Me despido de Jimin y de Jisung antes de irme con mis amigos hacia nuestro salón. Por un momento, dejo de preocuparme por lo que los demás piensan y simplemente disfruto del tiempo, del presente. Al final del día, eso es lo que realmente importa.

Entramos todos al mismo tiempo que la maestra de anatomía. Esta se veía un poco apurada para iniciar la clase, por lo que dio pocos minutos de tolerancia para que nosotros nos ordenáramos. Luego, escribió en letras grandes el tema de hoy: el sistema cardiovascular.

Hice mi pequeña apreciación sobre el corazón humano y la gran tarea que este tiene en nuestro organismo. No por nada en la actualidad se le atribuyen muchas cosas. Muchos dicen que del corazón nace el sentimiento más sincero y puro que el ser humano puede sentir, y el que difícilmente puede fingirse; es decir, el amor. Incluso Aristóteles junto a otros filósofos y médicos de la antigüedad creían que el corazón era el órgano responsable de generar dicho sentimiento y las demás emociones.

Tomo nota de lo que dice la maestra sobre la clase. Pareciera que estuviera en dos mundos distintos: el de la clase y el de mis pensamientos. Intento concentrarme en uno, pero me es imposible y eso hace que de vez en cuando me pierda cosas importantes de la clase.

***

Papá y yo llegamos a casa para encontrarnos con Blake terminando de cocinar. Ambos nos miramos asombrados, pues ha pasado un largo tiempo desde el último almuerzo que mamá ha hecho.

Papá la ayuda con los utensilios mientras que yo me encargo de preparar la bebida. Exprimo unos cuantos limones dentro de una jarra con agua y termino por echar un poco de azúcar.

Minutos después, nos tres nos sentamos en la mesa. Los dos adultos se centran en las cosas que tengo por decir de la escuela o de mis amigos. Les cuento sobre la fiesta de Halloween de los padres de Songyi, mamá sin dejarme terminar me da el permiso y me pregunta sobre lo que me iba a disfrazar; por otro lado, papá se siente ofendido de ser excluido de esa decisión e intenta llevarle la contraria a su esposa.

—Solo quiero ser incluído en las decisiones, ¿es poco pedir? —reniega el pelinegro. Pero se calma al instante una vez que mamá besa de su mejilla y le pide perdón—. Entonces, ¿de qué te disfrazarás?

—No lo sé aún. Sinceramente, no me llama la atención ir, pero mis amigos asistirán, así que... —lo único que hago es encogerme de hombros antes de llevar una cuchara de arroz con kimchi a mi boca—. ¡Oh, cierto! A Hoseok le gusta una chica.

—¿Al fin le declaró su amor a Songyi? —inquiere papá. Algo que Jungkook creía fielmente de mi grupo de amigos era que o Sol o Songyi iba a terminar con Hobi; yo no participo dentro de sus opciones por ser su hija.

—En realidad, le gusta Se-young. Se han estado conociendo y creo que está decidido a invitarla a salir.

—¡Eso es muy bueno, cariño! —Blake dice con entusiasmo. Luego, mira de reojo a mi padre y se muestra un poco tímida—. Y... ¿Qué pasa entre tú y Jimin?

Papá deja de comer, tira sus cubiertos y se cruza de brazos para escucharme hablar. Por lo visto, parece que ellos dos también piensan como mis amigos y están interesados en saber si el rubio y yo estamos en una relación que va más allá de la amistad.

Mamá sostiene el brazo de Jungkook enfrente de mí. Veo que le soba la piel en lo que yo respondo.

—Pues... No sucede nada, en realidad. ¿Por qué la pregunta?

—Tu padre y yo consideramos que hacen una buena pareja. ¿Verdad, cariño? —Blake mira hacia Jeon, él arquea sus cejas, como si no se sintiera identificado con las palabras de mamá.

—Yo jamás he dicho eso —confiesa. Las caricias que antes Blake le daban en el brazo se convierten en un fuerte pellizcón. Papá abre su boca para quejarse silenciosamente—. Yo lo que dije fue... Que tu amigo no era lo pensaba. Que es buen chico. ¡Pero yo jamás dije que... Au, Blake!

—Deja de mentir —habla entredientes mamá.

—Está bien. Tu mamá y yo creemos que ustedes son están juntos. Si lo están, bien por ustedes; invítalo a cenar una noche para que yo pueda darle una severa charla sobre los riesgos que corre al estar contigo, como tenerme de suegro...

—¡Jungkook! —reniega Blake ya cansada de papá.

Aplano mis labios para no reírme de lo que estos dos señores hacen enfrente de mí. Me llevó una cuchara de comida a la boca otra vez mientras sigo viéndolos discutir un poco.

—Solo queremos que nos digas lo pasa en tu vida y las relaciones que tienes. Listo —termina de hablar papá.

—Bueno, la verdad es que Jimin y yo somos solo amigos. No hay nada romántico entre nosotros —digo con sinceridad, esperando disipar cualquier malentendido.

Papá y mamá intercambian una mirada antes de asentir con una sonrisa comprensiva.

—Entiendo. Solo queremos que sepas que estamos aquí para ti, sin importar qué —dice mamá, colocando una mano sobre la mía con cariño.

—Entiendo —respondo, sintiendo un cálido alivio al aclarar las cosas con ellos. Pero aún así mi lado diabólico quiere fastidiar a papá—. Pero en el caso de que me guste Jimin, ¿sí me lo permitirían?

—¡No!

—¡Síí!

Adivinen quien dijo él "sí" y quién dijo "no". Una adivinanza que ni Einstein podría resolver.

—No le hagas caso a tu papá, Soo —dice Blake, tomando la mano de papá—. Si te llegas a enamorar de Jimin o de cualquier otro chico nosotros estaremos feliz por ti siempre y cuando sea bueno contigo.

—Bueno o malo lo odiaré.

—Gracias papá —contesto. Papá sigue con su comida al igual que yo y mamá.

Cuando termino de comer, agradezco y recojo mi plato para llevarlo a la cocina y lavarlo antes de subirme a mi habitación.

Me dedico a hacer mis tareas una hora después de haber descansado y ver una serie policíaca en Netflix. Inicio con los deberes de matemáticas para luego pasar a dar un ligero repaso de la clase de hoy; después continúo con historia, que aquí tenía que hacer un informe sobre lo que fueron las revoluciones americanas y la revolución francesa. Esta tarea fue la que me tomó más tiempo. Entre buscar la información, verificarla y parafrasearla a la misma vez que respondía las dudas de mis amigos con respecto a ella, terminé ese deber a eso de las siete y media de la noche.

Me estiro en mi silla antes de pararme para seguir estirándome. Mamá entró segundos después para avisarme que iría a su paseo nocturno con papá. Aprovechó para preguntarme si deseaba que me trajeran algo, no perdí la oportunidad y les pedí que me trajeran un pastel de chocolate con crema y fresas.

Mamá asintió con una sonrisa y me aseguró que no se olvidarían de mi encargo. Salí de mi habitación para despedirme de ellos, agradeciéndoles nuevamente antes de que salieran por la puerta. Luego, me dirigí a la cocina para tomar un vaso de agua y noté que la casa estaba tranquilamente silenciosa, algo que siempre encontraba reconfortante.

Decidí volver a mi habitación para organizar mis notas de historia y revisar si había algún detalle que se me hubiera pasado por alto. Mientras revisaba mis apuntes, mi mente vagaba ocasionalmente, imaginando cómo sería estar en esas épocas revolucionarias que estaba estudiando.

Tan pronto como terminé mi tarea de historia, decidí darme un baño relajante para distraerme un poco. Puse un poco de música en lo que esperaba a que el agua se entibiara. Minutos después, salgo a mi habitación para colocarme la pijama más abrigado que tengo, me seco el cabello con una secadora, hago mi rutina facial y termino por amarrarme el cabello en una cola alta.

Otra vez me planto en mi escritorio. Esta vez paso a estudiar anatomía, lo que haría ahora son las diapositivas de clase de este fin de semana para Jimin mientras que a mí se me iban ocurriendo las analogías para él. Transcribo mis apuntes y voy investigando información adicional. De paso, me pongo a repasar el tema del corazón y las pulsaciones que este tiene.

—Cuando una persona se encuentra en reposo sus latidos varían entre los 60 a 100 por minuto. En caso de que el cuerpo haya estado en un movimiento constante, haya consumido algo o esté bajo estrés o ansiedad, los latidos pueden elevarse hasta 130 beats per minute —recito para memorizarme la lección—. O también puede pasar si se está enamorado —leo la pequeña nota que me dejó Sol en la esquina de mis apuntes. A un lado estaban las siglas “PJM & JSH” que ya sabía a quienes hacía alusión.

Elimino ese garabato innecesario y procedo a continuar con mis asuntos. Incluyo un poco de música a mi sesión de estudio. Esta la dejo en aleatoria para que de ese modo no me estuviera encargando manualmente de ir buscando canciones una vez que la que suena termine.

Convenientemente, y como si mi vida estuviera escrita por un guionista o, peor aún, un mal chiste del universo, suena una canción llamada Grand Prix de una banda de chicas. La canción habla sobre el amor y cómo es que este es similar a una carrera de autos para ganar el premio mayor. En esta misma canción también mencionan las pulsaciones por minuto y cómo estos corren muy rápido.

La coincidencia me saca una sonrisa irónica. Apago la música por un momento, pensando en la ironía del destino y cómo incluso una simple canción puede recordarme el tema de las pulsaciones elevadas y el amor.

Intento concentrarme nuevamente en mis apuntes, sumergiéndome en la complejidad del sistema cardiovascular. A medida que estudio, no puedo evitar que mi mente divague de vez en cuando, recordando la nota de Sol. Esta curiosidad está yéndose muy lejos y no sé si soy la única a la que le pasa.

Después de un rato, decido tomarme un pequeño descanso. Me recuesto en la cama y cierro los ojos, dejando que mi mente se relaje. Por suerte, mi mente se vuelve en blanco y solo soy yo yéndome al más allá.

Cerca de las nueve de la noche, escuché la puerta de entrada abrirse y cerrarse, señal de que mis padres habían regresado. Bajé las escaleras con rapidez, con la esperanza de encontrarme con el delicioso pastel de chocolate que había pedido. Mamá estaba en la cocina, sacando un paquete de una bolsa.

—¡Aquí está tu pastel! —anunció con una sonrisa, extendiéndome el pequeño paquete envuelto con cuidado.

—¡Gracias, mamá! —respondí, tomando el pastel y notando que papá también había traído algo más—. ¿Y eso qué es? —pregunté, señalando una caja más grande que sostenía.

—Es una sorpresa —dijo papá con una sonrisa traviesa—. Algo que pensamos que te gustaría.

Abrí la caja con curiosidad y descubrí un par de libros que había mencionado en algún momento que quería leer, junto con una nota que decía: "Para que sigas explorando el mundo a través de las páginas. Con amor, mamá y papá".

—¡Gracias! —exclamé, emocionada, abrazando a ambos con fuerza—. No tenían que hacerlo.

—Lo sabemos —respondió papá, devolviendo el abrazo—, pero quisimos darte un pequeño regalo. Te lo mereces por todo tu esfuerzo.

Pasamos el resto de la noche en la sala, disfrutando del pastel de chocolate y charlando sobre los libros y los temas que había estado estudiando. Aunque mamá no estaba tan entusiasmada por hablar sobre lo que pasa en los libros, debido a que estos son de criminología, de igual modo hace su esfuerzo por pasar un buen rato conmigo.

Finalmente, me despido de ellos y subo a mi habitación, sintiéndome agradecida por tener mis primeros libros de criminología.

De vuelta en mi habitación, doy por concluida mi noche de estudio. Antes de ir a la cama, pongo a cargar mi iPad para mañana junto a su lápiz. Pasó a mi baño y me lavo los dientes mientras que con una mano reviso mis mensajes nuevos.

Una vez lista, apago las luces de mi habitación y me meto bajo los edredones de mi cama.

***

El fin de semana llegó, y con él, la rutina de estudiar se relajó un poco. Me levanté más tarde de lo habitual, aprovechando el tiempo extra para disfrutar de un desayuno tranquilo con mis padres. Luego, pasé la mañana revisando mis apuntes y preparando las lecciones para la tarde.

Después del almuerzo, me dediqué a ordenar la sala. Moví algunos muebles para hacer más espacio y preparé la mesa de centro con todos los materiales necesarios: libros de texto, mis notas, una pizarra blanca y marcadores de colores. Encendí una lámpara de pie para asegurarnos de tener buena iluminación y abrí las cortinas para dejar entrar la luz natural de la tarde.

Decidí vestir algo cómodo pero presentable: unos jeans ajustados de color oscuro, una blusa blanca de manga larga y un cárdigan suave en tono gris claro. Completé el conjunto con unos zapatos planos y me recogí el cabello en una cola alta, dejando algunos mechones sueltos alrededor del rostro.

Cuando todo estuvo listo, me senté por un momento en el sofá, revisando mentalmente la lección sobre el sistema cardiovascular y las analogías que había preparado para facilitarle la comprensión. No pasó mucho tiempo antes de que el timbre sonara.

Me levanté rápidamente y abrí la puerta, encontrándome con Jimin, que estaba de pie con una sonrisa amistosa. Llevaba una sudadera gris y unos vaqueros oscuros, con su cabello rubio ligeramente despeinado, lo que le daba un aire casual pero encantador.

—Hola Soo —saluda con una sonrisa de lado—. ¿Lista para estudiar?

—Eso debería de preguntarte yo a ti —le respondí, abriéndole más la puerta y gesticulando hacia la sala—. He preparado todo para que podamos empezar de inmediato. Creo que el tema de hoy te puede gustar.

Nos sentamos en la mesa de centro, y Jimin sacó su cuaderno y bolígrafos de su mochila. Le expliqué brevemente el plan para la sesión de estudio y comenzamos a repasar el sistema cardiovascular. Para hacer la lección más interesante, decidí usar la analogía que había pensado: comparar el sistema cardiovascular con una carrera de autos.

—Imagina que el corazón es como el motor de un auto de carreras —comencé, dibujando un coche en la pizarra blanca—. La sangre sería el combustible que necesita para funcionar. Las arterias y venas son las líneas de combustible y el sistema de escape.

Jimin asintió, siguiéndome con atención.

—Entonces, cuando el corazón late, está como acelerando el motor, enviando el combustible a través de las tuberías para que el cuerpo pueda moverse y funcionar —continué, dibujando flechas que representaban el flujo sanguíneo—. Las arterias llevan la sangre rica en oxígeno desde el corazón hacia el resto del cuerpo, como si fueran la energía química que tiene el combustible y que necesita el motor para convertirla en energía mecánica.

—¿Y las venas? —preguntó Jimin, interesado.

—Las venas son como los tubos de escape —expliqué—. Llevan la sangre de vuelta al corazón para que pueda ser reabastecida con oxígeno en los pulmones y luego recircular. Las válvulas de escape se abren y el pistón se mueve nuevamente hacia arriba, expulsando los gases quemados del cilindro hacia el sistema de escape. Aquí el ciclo se repite como en el corazón.

Jimin sonrió, claramente disfrutando de la analogía. Continuamos repasando cada parte del sistema cardiovascular, utilizando la metáfora del auto de carreras para aclarar conceptos más complicados. Me aseguré de hacer pausas para que él pudiera tomar notas y hacer preguntas.

Después de un rato, hicimos un pequeño descanso. Le ofrecí algo de beber y nos relajamos unos minutos antes de continuar con la sesión. La tarde avanzaba rápidamente, pero me sentía satisfecha viendo cómo Jimin entendía mejor cada tema que discutíamos.

—Entonces estuviste estudiando ingeniería mecánica también para esta clase —bromea el rubio.

—Hice un gran trabajo investigando en internet —respondo orgullosamente. Jimin sonríe a la misma vez que pasa una de sus manos por su cabello para llevárselo hacia atrás—. ¿Seguimos estudiando? Ya falta poco.

—Enséñame.

Lo siguiente que le enseño son los latidos del corazón cuando el cuerpo está en reposo y cuando está en movimiento o cuando hay un estímulo que lo hace reaccionar para que acelere sus latidos.

—Cuando estamos en reposo, el corazón late como el ralentí de un motor, manteniendo un ritmo constante pero bajo, listo para responder cuando se requiera mayor potencia.

Jimin asintió, demostrando que seguía mi explicación.

—Pero cuando estamos en movimiento, ya sea durante el ejercicio o en situaciones de estrés, el corazón aumenta su frecuencia cardíaca, al igual que el motor de un automóvil se acelera para proporcionar la potencia necesaria para mover el vehículo a una velocidad más alta —continué, emocionada por compartir la analogía.

Jimin sonrió, impresionado por la comparación. Creo que de verdad se está asombrando de que sepa mucho de autos en estos momento; pero qué puede esperar él si me ha tenido en cada una de sus carreras escuchando a Se-young hablando de los mejores motores de autos que hay en el mundo como el ahora enamorado Jung Hoseok. Algo bueno he tenido que sacar de ello.

—Entonces... Ahora tú y yo, que estamos en reposo, nuestros latidos deben de estar entre las 60 a 10 pulsaciones por minuto —le explico—. Pero si tú ahora corres por toda la sala unas diez vueltas con la mayor rapidez que te es posible, tus latidos se dispararán a más de 130. Otras razones por las cuales el corazón late fuerte es cuando está en situaciones de estrés o está sufriendo una severa taquicardia.

—Mientras que el corazón late a estas pulsaciones, en la autos la velocidad a la que llegan es entre los 60 y 100 kilómetros por hora cuando va a una velocidad promedio; pero si se acelera, metiéndole todo el pie, llegaría a los 250 kilómetros que serían sus 130 pulsaciones por minuto —habla Jimin intentando averiguar si ha podido captar la idea. Yo solo le sonrió con dulzura y asiento muy orgullosa.

—De hecho, ayer me apareció una canción que lo explica todo.

Hago una pequeña broma y coloco la canción que me apareció la vez pasada. El rubio se pone a escucharla mientras que yo lo miro y bebo de mi vaso con agua. De vez en cuando lo veo reírse, lo cual hace que me contagie y me una a él.

Minutos después, Jimin no para de reírse. Se apoya en mi brazo para esconderse a pesar de que lo siga viendo.

—Lo peor de todo es que me gusta el ritmo de la canción —comenta él con sus ojos luchando por mantenerse abiertos. Da las últimas carcajadas y se recompone—. Va ir directo a mis canciones favoritas.

—Sí... —ahora que la diversión se fue, me pongo un poco pensativa sobre lo que me ha pasado esta semana desde que la curiosidad ha ido incrementando en mí—. Oye, ¿te parece si hablamos un momento?

—¿Sobre qué? ¿Kyungyoo te habló? ¿Ya hablaste con tus padres?

Cierto. Estuve tan ocupada dándole vueltas al asunto de Jimin y yo que no le acordaba de ese pequeño detalle. Como sea, aún tengo tiempo.

—De hecho, es más sobre lo que han estado diciendo los chicos sobre nosotros está semana —finalmente lo digo. Si Jimin antes estaba con una cara de preocupación e inquietud, ahora está peor—. ¿Tú qué piensas sobre eso?

Jimin frunce el ceño mientras procesa mis palabras, y luego suspira profundamente.

—Bueno, creo que es normal que la gente especule o hable sobre cosas como esas, especialmente cuando somos cercanos y pasamos mucho tiempo juntos —responde con cautela, sus ojos buscando los míos en busca de alguna pista sobre cómo me siento al respecto.

Asiento lentamente, reconociendo su punto de vista.

—Sí, entiendo. Pero algunas de las cosas que han dicho han sido un poco... insistentes, ¿no crees? —pregunto, sintiendo la necesidad de aclarar mis propios sentimientos sobre el asunto.

Jimin asiente, su expresión reflejando una mezcla de incomodidad y preocupación.

—Lo sé. Y lamento si eso te ha hecho sentir incómoda o presionada de alguna manera. Esa definitivamente no era mi intención —dice con sinceridad, su voz suave y comprensiva.

—No me incomoda —suelto una vez que lo escucho hablar. Me repongo en mi sitio y me acerco más a él—. Ya estuve en una relación antes, sé cómo es esto. No sé cómo es por tu parte, pero te aseguro que en estos días no he parado de pensar en... Nosotros —digo con un poco de dificultad la palabra— como si hubiera algo más y tú y yo fuésemos los únicos ciegos aquí.

—Sé más clara, Soo. —Jimin titubea un poco y toma la misma postura recta que yo.

—No puedo decir que me gustas —confieso, intentando que él comprenda hacia dónde quiero ir con esto—, pero tampoco puedo decir que me desagrada la idea de mí y de ti juntos, como pareja.

Termino de hablar y el ambiente cae en un silencio sepulcral.

Jimin parece sorprendido por mis palabras, y su expresión se torna pensativa mientras reflexiona sobre lo que acabo de decir. El silencio entre nosotros se vuelve tenso, cargado de expectación y anticipación.

Después de unos momentos de contemplación, Jimin rompe el silencio con una voz suave pero firme.

—Entiendo lo que quieres decir, Soo-hyun. Y aprecio tu honestidad —responde con sinceridad, sus ojos encontrando los míos en busca de alguna señal de cómo me siento al respecto.

Asiento lentamente, esperando ahora que él se sincere como lo acabo de hacer yo. Pero él vuelve a callarse.

—Estás haciendo que mi corazón corra a más de 130 pulsaciones —rompo el silencio con mi pequeña broma. Él se ríe y baja la cabeza—. Quiero saber lo que piensas.

—En este tiempo te he estado conociendo mejor. Hemos pasado mucho tiempo juntos, como todos aseguran —tímidamente, él empieza a elevar su mirada a la mía mientras que sus dedos juguetean con los míos—. También me interesas, Soo-hyun. Eres brillante, con grandes habilidades, empática y divertida... Haces que mi corazón corra a 130 bpm ahora.

Ambos no reímos por lo bajo. Esto solo es obra del nerviosismo.

Después de nuestra sincera conversación, compartimos un momento de silencio juntos. El ambiente está cargado de una energía nueva y palpable, una sensación de cambio que se cierne sobre nosotros.

De repente, Jimin se inclina hacia mí y suavemente me jala hacia su pecho, envolviéndome en un abrazo reconfortante. Me sorprende por un momento, pero luego me dejo llevar por la sensación de seguridad y calidez que emana de él.

Me acurruco contra su pecho, sintiendo el latido de su corazón contra el mío. Sus brazos me rodean con ternura, creando un santuario de paz y tranquilidad en medio del caos emocional que nos rodea.

En ese momento, me doy cuenta de lo mucho que valoro esta conexión especial que tenemos, esta nueva brecha que se ha abierto entre nosotros.

Nos quedamos así, en silencio, disfrutando del calor mutuo de nuestros cuerpos y el latido calmado de nuestros corazones. Asimismo, desde ahora me estoy evaluando y me doy cuenta que este abrazo no me puede disgustar en lo absoluto.

—Mi mamá se pondrá como loca cuando le cuente —hablo con dificultad, pues mi cara está siendo apretada contra su pecho y su brazo—. Y mi papá querrá hablar seriamente contigo.

—Por el momento hay que mantenerlo entre nosotros —responde él con gracia—. Intentémoslo, pero a la vez sigamos siendo amigos.

—Me parece lo más sensato.

*****
O esto puede salir muy bien o puede salir muy mal, ojalá les vaya bien (lo dice la escritora, xd)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro