Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

t r e s | Castigos 🖤

Estaba de más decir que cuando me desperté no me acordaba nada de lo que pasó ayer y el porqué no estoy en mi casa. Solo me senté sobre el sillón donde dormí, derrotada y cansada, un poco decepcionada también, porque nunca antes había hecho algo como esto; así que, sin darme preocupaciones innecesarias, miré el lugar donde estaba, que era la sala. En el otro sillón vi a Songyi durmiendo en el cuello de Hoseok mientras que esté último dormía con su cabeza hacia atrás del respaldar.

Bueno, al menos ya sé quién va a ser el que terminará con tortícolis después de que se levanté de su profundo sueño.

A mi lado izquierdo, en el sillón más grande, estaba Sol con Taehyung y Seyoung durmiendo uno apoyado del otro. Ahí entendí que probabilidad los amigos de Sol y nosotros hemos sido los únicos en dormir aquí.

Luego, busco por mi lugar mi bolso blanco para sacar mi celular. Ya me esperaba las miles de llamadas de mamá y papá, más de mamá; también los mensajes sobre «Soo-hyun, ¿dónde estás?». No soy tonta, sé que llegando a casa me esperaba un castigo y sé que me lo merezco.

Cuando ya tengo mi celular en mis manos, lo enciendo y veo que ya era el mediodía. Mis ojos se ampliaron y todo el cansancio se fue de repente, hasta mi resaca. En mis notificaciones estaban las llamadas de Blake y unas cuantas de Jungkook, igualmente con los mensajes; el último que me enviaron decía que me irían a buscar, y eso fue a las cuatro de la mañana.

De pronto, a la sala entra el chico de cabello negro con mechones gris. Solo me acuerdo que él era el dueño de la casa. Fija su mirada en mí y me saluda con una sonrisa aplanando sus labios.

—Eres la primera en levantarte —dice con gracia—. ¿Te sientes bien?

—Me duele solo la cabeza —contesto. El chico, de quien no me acuerdo su nombre, se va hacia su cocina antes de regresar—. ¿Qué es eso?

—Es una pastilla para la resaca. También te puedo preparar un té si quieres, o café —el chico, una vez que está cerca de mí, toma asiento a mi costado.

—Te acepto el té.

—Bien, acompáñame —el pelinegro me toma de la mano y me lleva con él a su cocina.

Lo primero que veo entrando al lugar es que sobre el mesón de la isla estaba durmiendo Jimin, abrazado de una botella de whisky vacía. El chico intenta despertarlo de un golpe en el abdomen, pero el otro no reacciona.

—¿Cómo te llamabas? —le pregunto al chico mientras este ponía a calentar agua.

—Han Jisung. ¿No te acuerdas de mi nombre?

—No me acuerdo de nada, prácticamente. —Digo con pereza—. No sé porqué tomé en primer lugar.

—Fue culpa de él —señaló a Jimin—. Te había mentido con eso de que él tenía tu cubo de Rubik para que tomaras. En ese momento, Jimin ya estaba un poco pasado de copas; le gusta ver a las personas tomando con él y se vuelve más extrovertido de lo que ya es. Fuiste una víctima suya —añade con su tono burlesco.

—¿Y quién tenía mi cubo de Rubik? —Jisung se señala a si mismo—. ¿Y me lo devolviste? —asintió—. ¿Y dónde está?

—Yo ví que lo guardaste en tu cartera.

—No está ahí —repliqué. Genial, había recuperado la razón por la cual esté aquí y ahora lo he perdido.

—Lo buscaré después —responde él mientras que seguía con la preparación de mi té—. ¿Le echo azúcar a tu té? —niego de inmediato. Jisung asiente y me entrega la taza de porcelana—. Provecho. Iré a ver si encuentro tu juguete.

—Gracias.

Jisung sale de la cocina para dejarme sola con Jimin, quien todavía seguía dormido y no tenía la intención de despertarse hasta más tarde; así que lo que hice fue mirarlo a él mientras que me aburría.

También pienso en llamar a mis padres, solo para que no se preocupen tanto por mí. De seguro Blake no ha dormido nada anoche por estarme esperando y Jungkook debe de estar también agotado por seguir buscándome.

Iba a abrir mi chat con mamá para responderle y no alarmarla mientras que tomando de mi té,bpero tan pronto como iba a comenzar a teclear, escuchó un quejido cerca de mí: Jimin estaba empezando a despertar.

Lo primero que hace es estirar sus brazos hacia los costados antes de curvear su columna y hacer que sus huesos truenen entre sí. Poco a poco va soltando más quejidos hasta que abre sus ojos. Lleva sus dos manos a su cara para limpiarse las lagañas de sus ojos y la baba que estaba corriendo por su mejilla.

Por mi parte, voy con mi taza de té en las manos para, tal vez, asustarlo y comenzar un interrogatorio sobre mi cubo de Rubik. No obstante, Jimin parece estar durmiéndose otra vez porque no se da cuenta de que estoy a su lado. Lo miro cara a cara y confirmo lo antes dicho, estaba durmiéndose.

—Oye, ya levántate —le digo. Jimin frunce sus ojos y los abre de a pocos para después asustarse por mí—. No creo que sea bueno para tu columna que estés descansando sobre algo duro.

—¿Tú quién eres? —Inquiere somnoliento y con una voz casi grave.

—Soy parte de tu imaginación —respondo con sarcasmo—. ¿En serio no te acuerdas de mí?

—¿Te besé o me acosté contigo? —Vuelve a preguntar, sin vergüenza alguna, a la par que va tomando asiento sobre el mesón—. ¿Por qué estoy en la cocina?

—Es que hicimos el amor aquí mismo —le digo otra vez con sarcasmo. Él se da cuenta de aquello y sonríe de lado—. Soy Soo-hyun, no nos besamos ni tuvimos sexo; y la razón por la cual descansaste en la cocina de tu amigo solo tu memoria de borracho lo sabe.

Jisung entra a los segundos a la cocina con mi cubo de Rubik en manos. Me lo entrega antes de pasar a ver cómo está su amigo. También le ofrece una taza de té, la cual Jimin rechaza y se baja del mesón —al fin— para dirigirse a la refrigeradora y sacar una jarra de vidrio que contenía un jugo de color anaranjado.

Los dos amigos comienzan a hablar y a jugar entre sí, ahí me doy cuenta del tipo de cercanía que ellos dos se tenían. Deduzco que es más que probable que ellos se conozcan desde hace años; aunque otra deducción aparece en mí cuando también pienso en que Jisung se le nota que es una persona bastante amigable, cae muy bien con tan solo un intercambio mínimo de palabras, y Jimin parece ser de esos chicos que aceptan ser amigo de todos, así que lo más probable es que ellos sean tan cercanos —sin necesidad de que pasen muchos años— por ser casi idénticos.

De un momento a otro, los dos chicos comenzaron a jugar a las luchas mientras que no paraban de reírse. Yo solo los veía mientras que seguía tomando mi té para acabarlo de una vez.

—Soo-hyun, deberías de matar a Jimin por hacerte tomar tanto anoche —dice Jisung mientras tiene a Jimin agarrado del cuello.

El rubio repara en mí y luego en su amigo. Inmediatamente suelta una risotada.

—¡Ya me acordé de ti! ¡Eres la amiga de Sol!

—Uy, resolviste el caso. ¿Quieres que te dé un premio o qué? —le digo.

—Tú eres la tontita que me creyó ayer que yo tenía su aparatito —dice con tono burlesco.

—Jimin —tercia el pelinegro para detenerlo.

—Bueno, esta tontita lamenta mucho haberle creído a un estúpido como tú... De hecho, lamento haberle creído a un hombre —encojo mis hombros—. Si no fuese por ti, yo no tendría ahora este dolor de cabeza y estaría en casa con mis padres.

—Tampoco te obligué a tomar —responde con toda la seguridad del mundo.

—Literalmemte tú y Sol me hicieron tomar bajo presión, casi casi a la fuerza.

—Es verdad —dice Jisung por lo bajo.

Jimin solo se queda en silencio cuando se da cuenta de que está perdiendo en esta conversación. Se da la vuelta para darme la espalda y hacer como si yo no estuviese atrás suyo. Por otro lado, Jisung solo tuerce los ojos y sonríe divertido por la situación.

Minutos después, recibo una llamada de mi papá. Prefiero colgarle de inmediato, al menos así sabe que sigo con vida. Luego, me acerco a Jisung para pedirle de favor que me llevase a mi casa; Sol todavía seguía durmiendo, por lo que no había forma de cómo llamar a su madre y de que nos venga a recoger. Igualmente, creo que a la mamá de Sol le da igual dónde podría estar ahora su hija y a la hora que regresa a casa.

Jimin y yo no nos despedimos, pues él seguía en su plan de darme la espalda como niño inmaduro. Mi coeficiente intelectual y mi razonamiento no están para ser gastados de esta manera con una tonta ley que niños —literalmente— crearon y que se ve bastante patético en la actitud de un chico que se supone que ya debe de tener madurez.

Jisung y yo salimos de la enorme casa para dirigirnos a un coche descapotable de color rojo con asientos de cuerina blancos. De cierto modo, este auto me recordaba a los que habían en los cincuentas o sesentas, pero lo que lo hacía diferente era la parte delantera y trasera del vehículo; a comparación de los autos antiguos, el de Jisung tenía estos lados de manera más ovalada y no tan rectas. Era casi parecido a ser un Lamborghini, pero sin ser un Lamborghini en realidad.

El pelinegro se acerca a mi puerta para abrírmela y cerrármela cuando ya estaba dentro del auto. De un salto hacia el otro lado del auto, Jisung logra entrar y encender el auto antes de colocar música en su radio.

Lo primero que suena es una típica instrumental de música country antes de que Taylor Swift empezara a cantar You belong with me.

—¿Te gusta Taylor Swift? —Pregunta con una sonrisa Jisung.

—No. —Respondo sin más—. Escucho unas cuantas canciones que me recomienda Hoseok en sus tiempos libres.

—¿Cómo cuáles?

Dirijo mi mirada hacia arriba intentando recordar las veces en las que Hoseok y yo hemos hablado y él me ha relacionado con las canciones de dicha cantante, porque al parecer mi vida le hace recordar eso.

—Bad blood; porque eso sintió él cuando mi ex me terminó, y sabe lo vengativa que soy —empiezo a enumerar—. Fearless, Love story, Cruel Summer y todo el álbum de Folklore solo porque a él le gusta mucho esas canciones.

—¿Y cuál de todas esas es tu favorita?

—Bad blood —respondo encogiendo mis hombros—. Sería buena música de fondo si un día decido realizar como esos operativos para buscar a un criminal fuera del país. Luego, cuando lo tenga enfrente, lo mataré con mi arpón; o podría torturarlo.

Jisung comienza a reírse de lo que me escucha decir. Claramente él no sabe que yo tengo todos los medios para realizar dicho "operativo".

—Eres muy graciosa, Soo-hyun —me dice, risueño.

—Sí, como tú digas.

Luego de eso, Jisung continuó intentando saber más cosas de mí. Más que todo, él quería saber qué es lo que me gustaba. Era divertido hablar con él, hacía preguntas interesantes; pero el problema aquí soy yo, que soy una chica selectiva y no me gusta hablar sobre mí con alguien que recién estoy conociendo.

Si mis habilidades heredadas por mi poderosísimo padre, Jeon Jungkook, no me fallan, podría decir que Han Jisung es un chico que, a comparación de todo son grupo —incluyendo a Sol—, mantiene la calma y no es tan impulsivo u hostil como algunos de los otros chicos. Él es como el adulto grande de la pandilla. Es como un golden retriever, siempre servicial y amigable, no sé si un poco tonto pero eso tal vez lo descubra más adelante; porque sé que a partir de ahora en adelante no habrá algún día que no los vea o nos juntemos de nuevo para salir.

En fin. Saber más de Jisung pasa a segundo plano para mí cuando noto que ya estamos a nada de llegar a mi casa.

—Oye, puedes dejarme aquí. Mi casa queda girando a esta cuadra, así que puedo ir sola —le digo mientras que intento quitarle el seguro a la puerta. Sin embargo, Jisung las había bloqueado por completo—. Oye...

—No tengo un problema con dejarte en la puerta de tu casa.

—El problema no eres tú sino mi papá —refunfuño por lo bajo.

El pelinegro continuaba conduciendo a mi casa hasta que llegamos a un terreno con una fachada combinada entre lo minimalista con lo rústico y moderno. Detuvo el auto justo detrás de la camioneta negra de mi papá antes de poner el freno de mano.

Sabía que era mi momento de salir del auto e ir directo a la entrada de mi casa, pero el silencio en el que estaba junto a Jisung me decía que me quedara un rato más. Creo que este chico está tomando fuerzas para decirme algo...

—Fue un gusto conocerte, Soo-hyun. —Y ahí está eso que dije—. Espero verte de nuevo.

—Relativamente vamos a la misma escuela —encojo mis hombros—. Es muy probable que nos volvamos a ver.

Jisung suelta una sonrisa avergonzado y agacha su cabeza.

—Eres simpática. —Me dice. Después, noto que la mirada de Jisung recae en otra cosa o en alguien, porque dejó de mirarme directamente y mirar sobre mi hombro.

Giro para saber a qué es lo que Jisung le está dando esa mirada confusa; y ahí me doy cuenta que se trata a nada más y nada menos que mi queridísimo padre cruzado de brazos y con una cara de pocos amigos.

La discusión en la casa iba a estar buena.

—Es mi papá —respondo a pesar de que él pelinegro no me lo haya preguntado—. Ya me tengo que ir. Adiós.

Sin dejar que el dueño del auto dijera algo más, salgo tan rápido como puedo del vehículo y camino en dirección a mi papá. Este se meta a la casa, serio para variar, y me espera justo en medio de la sala con mi madre a un lado de él sentada en el sillón largo.

Ambos me miran fijamente. Blake suelta un suspiro de alivio mientras que Jungkook sigue poniendo sus facciones duras como si eso me fuese a intimidar.

—Hola. —Es lo primero que les digo.

—Bebé...

Me habla primero mi mamá, pero Jungkook le hace una seña con su mano derecha para que no dijera algo más.

—¿Dónde has estado?

—Está bien. Entiendo el malhumor y preocupación de ambos, ya que este comportamiento no es propio de mí —suelto un suspiro antes continuar hablando—. Anoche pensaba llegar más temprano, lo juro; pero con mis amigos comencé a tomar y pues terminé quedándome dormida en la sala de la casa en donde fue la fiesta. No fui la única ahí, también estaban algunos chicos que eran amigos de Sol y mis propios amigos.

—¿Y quién es ese tipo que te trajo? —Habló, casi escupiendo las palabras, mi papá.

—Era el dueño de la casa. De él había sido la fiesta —luego de hablar, bostezo y vuelvo a reparar en mi papá con sueño—. ¿Ya puedo irme a descansar? Les juro que estoy muy arrepentida de lo que hice. Hasta a mí me sorprende de que haya sucedido esto. Y también perdónenme por haberlos preocupado tanto.

Blake curvea un poco sus labios mientras que mira con tristeza a mi papá. Al ver que su esposo no hace ni dice nada más, ella se acerca a mí para abrazarme.

—Lo bueno es que estás aquí con nosotros, ratoncita —dice con todo el cariño del mundo—. Seguiremos hablando de esto en la cena. Ahora es necesario que descanses.

—No creas que te saldrás con la tuya, Jeon Soo-hyun. —Dice mi papá detrás de mi espalda—. Vas a recibir tu castigo.

***

A la hora de la cena comimos comida indú, pues Blake andaba con ciertos antojos de aquello. En la mesa estábamos ella y yo adelantándonos a comer mientras que mi papá discutía por teléfono con uno de sus compañeros. Luego de unos diez minutos más de escuchar a Jungkook soltar palabrotas, él llegó a la misa mirándonos a las dos con seriedad.

Mamá empezó la conversación entre los tres, nos estaba hablando de cómo le había ido hoy en una pequeña reunión que tuvo con unos ejecutivos de Chanel. Tal parece que ha cerrado un contrato con esa marca para una propaganda de maquillaje. Mi padre, como siempre, le decía que estaba contento por ella —aunque no lo pareciera en ese instante—; después, ambos regresaron a verme a mí.

La tensión la sentí por parte de ambos. No quise levantar la mirada, así que hice como si estaba contando los granos de arroz que habían en mi porción.

Muy a pesar de que sepa cómo tratar a Jeon Jungkook cuando este está a nada de castigarme, todavía sigo sintiéndome intimidada, por no decir otra palabra, cuando ambos se ponen en mi contra y yo no tenga con quién apoyarme.

Aunque sé que Blake me ayudará si le pongo ojitos de cachorro. Ella es demasiada flexible conmigo.

—Soo-hyun —me llama mi papá. Los miro de reojo y sigo con lo mío—. Soo... ¿Podrías mirarnos un momento?

Me acomodo mejor en mi asiento y los veo a ambos con una sonrisa penosa de por medio.

—Hola...

—Amor, tu padre y yo queremos hablar sobre lo que pasó hoy —esta vez habla Blake. A veces siento que ellos ensayan esto previamente.

—Estoy muy decepcionado de lo que hiciste, niña. Me preocupaba no aparecieras; y si no fuesen por los malditos protocolos establecidos para denunciar una desaparición, tu rostro ya hubiera estado en todas las noticias —dice mi papá con un tono serio y demandante—. Hija, de verdad no sé cómo hubiese reaccionado si me enteraba que algo te había pasado.

—Lo siento —digo con voz baja.

—Por otro lado, estoy contento de que tú misma te hayas dado cuenta que lo habías hecho estuvo mal —continúa hablando—; pero eso no quiere decir que no te vayamos a castigar. A partir de ahora nos acompañarás a Blake y a mí en nuestras caminatas nocturnas. Además, irás con nosotros a todas las galas que tu mamá tenga. Ya no te quedarás aquí en la casa. Y con respecto a ese chico que te trajo a la casa, no lo quiero ver por aquí nunca más.

Blake le dió inmediatamente un manotazo a mi padre por decir lo último. Creo que eso no era parte del castigo pero igual él aprovechó en decirlo.

—¿No me pueden castigar de otra forma? —Replico—. En serio, hay muchas formas de castigarme.

—Sabes que tu papá y yo no aplicamos ese tipo que tú estás pensando porque no nos parece justo... —dice mi mamá. Se toma una pausa para pensar en sus palabras y encoger sus hombros mientras dice:—. Y también porque siempre paras en casa estudiando, arreglando tu habitación o leyendo un libro. ¿De qué otro modo podríamos castigarte? No sé porqué te avergüenza pasear con nosotros, pero ese será tu castigo por un mes y medio.

Miro a mi papá de reojo. Él dió por concluido el asunto ni bien Blake se miraron entre sí antes de seguir con otro tema suyo en el que yo no estaba involucrada. Intento pararme de la mesa, pero papá me retiene, dejándome sentada un rato más hasta que mamá sale en mi defensa y hace que papá me libere.

Ingresando una vez más a mi cuarto, saco de mi estante blanco un libro acerca de la mente criminal; porque sí, a mí me gusta mucho averiguar cosas acerca del funcionamiento del cerebro en los criminales. Me gusta robarle libros de este estilo a mi papá. Para mí estos libros son como pequeños cuentos que se dicen para cuando te vayas a dormir.

Reviso las imágenes descriptivas del libro antes de seguir leyendo más páginas. En un capítulo hablan sobre el caso de Tedd Bundy, uno de mis casos favoritos pues papá me lo contaba antes de dormir.

Mientras jugaba con las hojas del libro, me doy cuenta que entre ellas —casi al final— había una foto de mi papá con quien vendría ser mi abuelo y yo cuando era bebé. Era evidente que esa foto era de la boda de mis papás, pues todos las personas que estaban atrás de ellos vestían de gala y justo estaban posando a un costado de una mesa con un gran banquete. Rápidamente eso llama mi atención y reviso la siguiente foto que estaba con la primera en este libro; ahora era mamá quien estaba conmigo cuidándome entre sus brazos, con su actitud tan embobada por mí.

Un vacío se instala en mi pecho cuando recuerdo que hace unos tres años más o menos ví a mi papá arrodillado en medio de la sala, impotente y abatido, con Blake a su lado.

Mi abuelo había sido "asaltado" muy cerca de casa, a plena luz del día, cuando había ido a su panadería favorita para desayunar; sin embargo, nunca logró llegar al lugar pues tres personas lo interceptaron y le quitaron la vida. Y digo "asaltado" entre comillas porque muy bien sé que eso es mentira. Es mejor decir que mi abuelo ha tenido sus enemigos durante todo su trabajo y fueron ellos los que vieron la oportunidad de enviar sicarios para que lo mataran.

Ese día mi papá había llorado como nunca, pues digamos que ellos se reconciliaron muy tarde. Jungkook me contó su historia con su papá, cómo es que funcionaba todo en ellos; y ese día comprendí el porqué mi papá me trataba de una manera distinta, a veces su comportamiento iba de extremo a extremo, de verme indiferente a verme como una amiga más suya o viceversa.

Guardo las fotos en su lugar ni bien escucho que papá me llama al otro lado de la puerta.

—Soo, ya tienes que dormir —me dice—. No olvides apagar las luces.

—No puedo dormir —respondo con una sonrisa curvada—. Necesito a mi papi...

—Niña ya estás grande —replica él. Ambos nos quedamos en silencio antes de ver a mi papá entrar a mi habitación y mirarme con una cara derrotada.

Los dos sonreímos antes de que Jungkook se vaya acercando a mí para arroparme (pese a que todavía no me había puesto mi pijama).

—¿Qué estabas haciendo? —Inquiere el pelinegro. Mira el libro que he dejado a los pies de mi cama—. ¿Otra vez tomaste un libro mío?

—En mi defensa, son interesantes.

—Lo sé —vuelve a mirarme, tomándome la mano—. Te compraré tus propios libros por tu cumpleaños.

Mi papá aprieta mi mejilla con delicadeza cuando ve que estoy sonriendo.

Continuamos hablando por unos minutos más hasta que papá ve que poco a poco me voy quedando dormida por sus caricias en el dorso de mi mano. Somnolienta le sigo el hilo de la conversación, ambos reímos por las bobadas que se me escapan sin querer hasta que finalmente no puedo más y quedo totalmente dormida.

Lo último que mis sentidos captan es a mi papá besándome la coronilla de la cabeza antes de musitar algo para él:

—¿Por qué debiste ser tan linda? Sigues siendo mi bebé.

Espero a que papá se vaya de mi habitación para abrir un poco mis ojos y sonreír otra vez. Me gustaba tanto que papá y yo seamos iguales y a la vez diferente; y también me gustaba que sin importar qué, él y yo siempre podemos hacer como si nada hubiese pasado y nos seguimos queriendo.

****
Falleció el señor Jeon :c (los que leyeron Psicópata entenderán el dolor de jk)

BUENO YA VAMOS 3 CAPÍTULOS. QUE BENDICIÓN

Me gustaría actualizar más, pero siento que la universidad me está quitando mucho más tiempo que antes :')

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro