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s i e t e | Coeficiente intelectual 🖤

Recomendación: Eyes of the tiger —Survivor

*****

El sudor me corría por todo el cuello, mi rostro se estaba volviendo rojo por la agitación y mi respiración era desenfrenada como si me hubiera hecho la maratón de Forest Gump; pero en realidad sólo le he dado ocho vueltas a la cancha deportiva de la escuela.

Los fines de semana son los días en los que entreno junto al equipo de básquet de la escuela. El profesor Dong es muy exigente con todos nosotros, sus entrenamientos son arduos y precisos; si no fuera porque es nuestro maestro y tiene un contrato con la preparatoria más elitista —en cierto aspecto— de Seúl, él sería capaz de destruirnos a todos hasta que estemos agonizando en el piso. No exagero.

En fin, con el maestro Dong no se juega ni de broma.

El robusto hombre de piel bronceada hace sonar su silbato cuando que todos estamos a un paso de morir.

—¡Muy bien, acérquense! —Habla fuerte y claro.

Todos mis compañeros y yo nos vamos acercando con pereza mientras que algunos van secándose el sudor con sus polos o toallas. Otros van a sus mochilas para sacar sus botellas, que en realidad parecen galones, de agua.

—Entrenador —habla uno de mis compañeros desde las bancas—, ¿podemos descansar unos minutos?

El mencionado hace el ademán de pensarse esa idea unos segundos, pero bien sabemos todos su respuesta.

—Déjame ver... No. —Golpea su tablero para llamar nuestra atención—. Como ya saben, la Copa Director empezará en dos semanas. Ustedes bien saben cuáles son las preparatorias que consideramos nuestros más fuerte oponentes, por esta razón es que debemos ser disciplinados y responsables con el tiempo que le brindamos a los entrenamientos. ¿Oyeron?

—¡Sí, entrenador!

—¿Quieren llevarse esa copa?

—¡Sí!

—¿Quieren ser los bicampeones este año?

—¡Sí!

La motivación que nos dio el entrenador ayudó a algunos para sacar fuerzas de donde no las había. Por mi parte, doy una bocanada de aire antes de seguir las nuevas instrucciones de nuestro profesor. Ahora lo que haríamos era practicar nuestros tiros y pases.

Por suerte, me tocó practicar con mi amigo más cercano de todo el equipo. Ambos estábamos igual de agotados por la corrida de antes, pero igual dimos todo de nosotros para que el entrenador notara nuestro rendimiento; aunque este estaba un poco más concentrado en mirar la pantalla de su celular.

Cinco minutos después, el entrenador colocó la canción Eyes of the tiger desde los altavoces para, según él, darnos mayor motivación con el ejercicio. ¿Era normal que me sintiera en una película parecida a Rocky?

Una hora más tarde, el entrenador termina la práctica de hoy con un mini partido entre todos nosotros. Hicimos un juego de quince minutos de solo dos tiempos. Mi equipo fue el azul, el cual salió victorioso debido a que teníamos al jugador estrella de todo el equipo con nosotros, o sea el capitán.

Saliendo de la cancha deportiva techada me voy directo a los vestidores para darme un baño antes de regresar a casa, no sin antes pasar por Woo-hee de su clase de flautín.

Una vez que acabo, me despido de mis compañeros antes de salir y caminar por los pasillos de la escuela hasta la salida.

Pero casi a la entrada de los vestidores me encuentro a Soo-hyun vistiendo una falda negra tablillada, una blusa de algodón color blanco y encima un cárdigan pegado de color beige, el cual se amarraba con dos tiras y estaba en forma de lazo. Veo la parte de sus pies y lleva medias blancas hasta un poco más arriba del tobillo con sus mocasines. Luego veo su cabeza y tiene una diadema de perlas blancas y algunos retoques dorados.

Todo su look gritaba “¡Chanel!”.

—¿Ya me dejas de mirar? —Ladea su cabeza.

—¿Por qué estás aquí? —inquiero una vez que recapacito que esta chica lo puede ver todo—. Es fin de semana.

—La tarea de la otra semana ya está casi acaba, solo me falta realizar mi informe de historia con respecto a la última clase —Soo-hyun para de hablar cuando ve que yo estoy muy perdido—. ¿A ustedes no les ha dejado hacer un informe acerca del Antiguo Régimen?

—No... No lo recuerdo.

—Estás más perdido de lo que creí —vuelca sus ojos. Yo lo miro serio y ella me ofrece una sonrisa cuadrada—. La cuestión es que estoy aquí por Jisung me dijo que te podía encontrar aquí.

—¿Y para qué me quieres ver?

—Pues claro que para pedirte una cita —habla con sarcasmo—. La verdad es que estoy decidida a ayudarte a subir tus notas en Anatomía.

—Pero me quieres cobrar. No tengo dinero ahora, lo siento.

Intento terminar mi conversación con Soo-hyun teniendo yo la última palabra; así que lo que hago es pasar de ella y caminar dirección al estacionamiento para irme en mi Jeep. No obstante, la pelinegro no parece darse por vencida ya que va detrás de mí mientras que habla.

—No puedes decir que no tienes dinero cuando participas en esas carreras ilegales —replica.

—Me gasto el dinero rápido. Yo no sirvo para ahorrar —respondo sin mirarla.

Como creo haberlo dicho antes, el dinero que gano en esas carreras solo son para cuando sucede alguna emergencia o para engreír un poco a mi hermanita. Muy raras veces gasto ese dinero en cosas que van solo para mí.

Soo-hyun continúa hablándome de lo importante que debería de ser para mí mejorar en mis calificaciones y que ella sí me puede ayudar a cumplir esa visión.

Una vez que llegamos al estacionamiento y la pequeña ya no sabe qué más decirme para convencerme, abro la puerta de mi Jeep para subirme y ver por la ventana a Soo-hyun.

—Tan solo serían diez mil wones —insiste.

A pesar de que no sea mucho dinero el que Soo-hyun me esté ofreciendo, aún me siento inseguro por tomar clases con una chica que tal vez llega a la inteligencia de Einstein. Pero por otra parte, mis padres al ser tan exigente conmigo con temas respecto a la escuela, se enojarían conmigo si se enteran que estoy mal en una materia.

Mis padres ya de por sí tienen varios problemas que solucionar en sus despachos y en la casa como para que también sientan esa inquietud de si yo estoy yendo bien en la escuela.

Lo pienso un poco más antes de aceptar la oferta de Soo-hyun. Ella sonríe y da un pequeño brinco de la emoción.

—¡Muy buena elección mi estimado! —Dice con un tono alegre—. Una aclaración es que antes de iniciar con las clases, te haré un pequeño examen para ver cuánto tienes de coeficiente intelectual y cuánta ayuda necesitas en el curso de Anatomía.

—Eso suena a que me tratarás como tú conejillo de indias. —Respondo entrecerrando mis ojos—. ¿También me cobrarás por esos exámenes?

Nopi —dice negando con su cabeza—, eso solo me ayudará a preparar cada clase para ti según lo que me lancen los resultados de esos exámenes.

Soo-hyun nota que no estoy muy convencido aún con la idea.

—No debes de preocuparte mucho, solo repasa un poco los temas de clase y listo.

—¿Y cuándo me tomarás ese examen? —inquiero mientras voy encendiendo mi auto.

—El lunes en el segundo receso... En la biblioteca —Soo-hyun aplana sus labios antes de parpadear dos veces. Casi me sale una sonrisa por sus gestos pero me contengo.

—Está bien. Ahí te veré entonces.

—Ojalá no te arrepientas luego —dice para luego dar un paso hacia atrás. Alza su mano derecha y la agita—. ¡Adiós!

Le correspondo el gesto mientras que voy encendido mi auto y empiezo a salir del estacionamiento.

***

En el segundo receso del lunes, Soo-hyun volvió a aparecerse por mi salón para llevarme con ella a la biblioteca. Vi que en sus manos traía un iPad y una hoja blanca engrapada en la esquina superior izquierda.

Una vez que llegamos al lugar y Soo-hyun arregló todo para mi examen, me puso la hoja blanca enfrente de mí.

—Bien, estoy segura de que al menos has estudiado los temas como te dije —me dice mirándome fijamente. La verdad es que no estudié ni mierda—. El test está sencillo porque son las mismas preguntas que hace la maestra en sus exámenes, así que no será para nada difícil.

—Desapruebo los exámenes de la maestra por algo. —Replico.

Soo-hyun hace una mueca a la misma vez que tuerce sus ojos.

—Te daré a escoger. ¿Quieres iniciar con el examen de anatomía o con el test de coeficiente intelectual?

—¿Para el de coeficiente intelectual tenía que estudiar? —Pregunto un poco desorientado. ¿Por qué tuve que meterme en esto con una chica cerebrito?

Soo-hyun entrecierra sus ojos, ladea un poco su cabeza y creo que ya se va dando cuenta que estoy más perdido que... que... ¡No lo sé, simplemente estoy perdido!

—Primero haré el test —me respondo la pregunta.

—¿Estás seguro?

—Muy seguro. —«¡Mentiroso!», gritaba la vocecita en mi cabeza.

Entonces lo siguiente que sucedió fue que Soo-hyun me entregó el iPad que traía ya encendida. En la pantalla de mostraba una de esas páginas en donde las personas que están aburridas de sus vidas pueden resolver test de coeficiencia intelectual.

—El test está para resolverse en veinte minutos —me avisa mientras mira su celular—. Exactamente te daré ese tiempo para que puedas resolverlo. Si sabes, déjalo en blanco porque cada respuesta mal respondida descontará puntos. Ya puedes iniciar.

Miro con mucha concentración los primeros ejercicios de las páginas y eran secuencias sencillas de entender. Con facilidad pude pasar las seis primeras hasta que llegué a las dos últimas y no pude hallarles el patrón. Vuelvo a ver a Soo-hyun y ella está al pendiente de otras cosas, al menos no me ve.

Seguí con los siguientes ejercicios que eran de hallar el patrón entre las figuras. Esta parte sí estaba más fácil que la anterior. Sin embargo, su siguiente parte comenzó a hacerse más difícil. Era lo mismo que lo anterior, pero más difícil y confuso.

Recordé las palabras de Soo-hyun y preferí no responder las que no sabía para nada, las cuales habían sido la mayoría de preguntas.

Y se supone que Soo-hyun verá el resultado al finalizar este test.

Unos minutos después, logré entregarlo cuando ya no me sabía nada más de las preguntas. Soo-hyun me recibió su dispositivo y le apretó el botón para que soltara los resultados. Esto es una vergüenza.

—Tu coeficiente intelectual es de 58 —frunce el ceño antes de hacer un sonido como si algo le estuviera ardiendo—. Lo normal está entre 100 y 174. Tú estás por casi la mitad de lo bajo.

Ya me lo veía venir. No sirvo para esto. Me rindo.

—Sí, claro. Bueno, te agradezco por intentar enseñarme, pero no se pudo.

Estaba listo para irme hasta que la pelinegra se interpuso en mi camino, alzó su mirada enojona y me señaló de nuevo mi asiento.

—El CI de este test solo es una orientación para mí para saber cómo preparar mis clases —replica con lo mismo—. Ahora pasemos al banco de preguntas de anatomía. Te tomaré diez por escrito y diez de manera oral; y otras cinco extra con el cuerpo, ¿vale?

—No me dejas de otra.

Soo-hyun busca mi mirada para anclarla con la suya y observarme con una sonrisita que no es como las que hace cuando sabe que tiene la razón; es más una sonrisita que se asemeja cuando quiere darle ánimos a alguien.

—Pues claro que no —dice. Su mano hace que alce mi cabeza—. Ya vas a ver que está fácil.

La pelinegra palmea la mesa donde está la hoja con las preguntas. Esta vez Soo-hyun sí se me queda observando cuando ve que estoy agarrando mi bolígrafo, sentía mi pecho palpitar a la misma vez que sentía que todo esto estaba pasando en cámara lenta con una canción dramática de fondo y un fondo oscuro donde un solo reflector alumbra la mesa que estamos utilizando.

Leo atento la primera pregunta: ¿Cuál es el órgano más largo del cuerpo humano? a) El intestino grueso, b) El intestino delgado, c) La piel, d) Ninguna de las anteriores. Yo sé que era uno de los intestinos, pero no recuerdo cuál de los dos. ¿La piel es un órgano?

Marqué la opción B esperando tener suerte al haber escogido esa por intuición.

La siguiente pregunta era: ¿Cuál es la capa más interna del corazón? a) Pericardio, b) Miocardio, c) Miometrio, d) Endocardio. Bueno, desde ya la opción C está descartada porque no es una palabra que termina en cardio; así que debe de pertenecer a otra parte del cuerpo. Después, las otras tres opciones sí logran a ser familiares con lo poco que recuerdo de la clase.

¿Pericardio será? ¿O miocardio? La recomendación que siempre me daba Minji era que descomponga las palabras para saber su significado; pero lo único que sé de estas palabras es que cardio hace referencia al corazón, "endo-", "peri-" y "mio-" no sé qué significarán.

Me lo pienso bien y con mi intuición marco la respuesta A: Pericardio.

Paso a la siguiente pregunta: ¿Qué estudia la macroanatomía humana? Explique. ¡No! ¡No! ¡No! Me sentía en confianza con las preguntas de respuesta múltiples. No sé qué es eso y no se me viene nada a la mente.

Esa pregunta sí la dejo en blanco, porque no se me ocurre absolutamente nada para explicarlo.

Después, la siguiente pregunta era un dibujo de los huesos de la mano. Los huesos de la parte inferior tenían sus números y flechas y yo tenía que colocarles el nombre. También habían unas llaves que dividían la mano en cinco partes, «¿y eso qué es?» me dije.

Ya qué, la siguiente pregunta: ¿Qué es el hueso y de qué está compuesto? Explique. Además, diga cuántos huesos tenemos los hombres y cuántos huesos tienen los bebé.

Lo único que sabía de esta pregunta era que el hueso es algo que forma el esqueleto humano y que está compuesto de calcio, por algo es que de niños nos dicen que debemos tomar leche. Ahora, con respecto al número de huesos que tienen las personas y los bebés no estaba seguro. Sé que los bebés tienen más, pero no sé cuántos exactamente. Creo que era algo de 310 huesos para los bebés y 207 huesos para los adultos.

Puse todo mi análisis en la hoja esperando a que estuviese correcto.

La siguiente pregunta volvió a ser de opciones múltiples y esta se trataba de la función del sistema digestivo, que era una secuencia de todo el viaje que hace la comida hasta ser expulsada.

Veinte minutos después, le entregué mi hoja a Soo-hyun para que la revisara.

—Esto ya lo revisaré en mi casa, porque ya está por acabarse el receso y ambos tenemos clase —me dice mientras va recogiendo sus cosas y las carga en su brazo izquierdo—. ¿Cómo te sientes?

—Humillado. —Respondo sin muchas ganas.

—Es un proceso largo el querer mejorar, pero estoy segura que lo vas a lograr. Ahora si me permites... Hazte a un lado.

No sé si soy solo yo el que se da cuenta de esta dualidad que tiene Soo-hyun para decir las cosas. Hace segundos me daba palabras de aliento y luego, habla de una manera dura, grosera. No me molestaba igualmente, solo me hacía mucha gracia que la chica fuera así.

—Espera, Soo-hyun —la detengo antes de que me deje solo aquí—. En serio quisiera saber por qué te estás tomando este tiempo para enseñarme.

—No lo tomes como si estoy perdiendo mi tiempo en ti, más bien me estoy beneficiando de esto.

Tuerzo mis ojos al recordar que ahora debo de pagarle por cada clase que me dé.

—Sin mencionar el dinero, ¿por qué lo haces?

—Ay —sonríe un poco—, no trates de darle explicación a todo. Solo acéptalo y ya.

—Pero...

Shhh —chuchea—. Ni una sola palabra.

Soo-hyun hace el gesto de hacer volar un poco su cabello mientras que se dirige a la salida de la biblioteca. Voy detrás de ella y casi como si estuviéramos caminando juntos llegamos a nuestros salones.

Las dos últimas horas de clase se pasan volando y por fin puedo ir a buscar a Woo-hee de su escuela. Intento guardar mis cosas tan rápido como puedo y salgo casi corriendo del salón; sin embargo, en la puerta está Soo-hyun con el ceño fruncido y con mi examen en mano.

—¿Cómo que el hueso es "algo"? —Reniega—. No has estudiado, ¿verdad?

—Ahora no puedo hablar.

—Empieza a ser un poco más responsable, Jimin. Ese es tu mayor problema —Soo-hyun va detrás de mí en todo el camino—. Necesito ver un compromiso tuyo con las clases que te daré. De lo contrario, me rendiré.

—Para empezar, yo nunca pedí de tu ayuda. Tú misma fuiste la que vino a mí con la oferta de las clases.

—¡¡¿Entonces no tomarás las clases?!! —espeta ofendida—. Deberías de agradecer que yo me he ofrecido a ayudarte.

—Soo-hyun, ahora no puedo hablar. Tengo que recoger a mi hermana. Adiós. —Le digo una vez que estamos cerca de la salida.

Por fin sigo mi camino solo y voy a pasos apresurados al estacionamiento para llegar a mi Jeep. Una vez me deslizo dentro de la camioneta, la enciendo y emprendo mi viaje hasta la escuela de mi hermana.

Ella ya se encontraba donde siempre esperándome con su mochila detrás de su espalda y su lonchera de cerezas entre manos. Toco el claxon para llamar su atención y Woo-hee comienza a caminar hasta donde estoy. Bajo del auto y ayudo a mi hermana con sus cosas pesadas colocándolas en la parte trasera de la camioneta. También ayudo a Woo-hee a subirse al auto para volver a casa.

Durante el camino a casa Woo-hee me empezó a hacer preguntas sobre cómo estuvo mi día en la escuela. A pesar de que no me fue tan bien el día de hoy, le mentí a mi hermana diciéndole que todo había estado bien. Yo le hice las mismas preguntas a mi hermana y ella prefirió no responderme, no quiso hablar sobre su día y eso hizo que tuviera la necesidad de saber qué pasó ahora con ella.

Poco a poco mi hermana me fue contando que sus amigas de antes la evadieron hoy en la hora del receso por lo que tuvo que quedarse sola dentro del salón comiendo de sus alimentos. También me contó que unas niñas de su clase se burlaron de ella porque no supo pronunciar una oración en inglés.

—¿Sabes qué? —llamo su atención—. Llegando a casa te ayudaré con esa oración de inglés que se te dificulta y luego jugaremos con tus peluches.

—Gracias Jimin-ah —responde mi hermana con una voz más animada—. ¿Y mis papás estarán en la casa?

—Lo averiguaremos.

Llegando a casa, Woo-hee fue la más emocionada por encontrar a nuestros padres. Entramos a la cocina y mamá, como nunca, estaba ahí haciendo todavía la comida para el almuerzo. Mi hermana se lanzó a los brazos de mamá para saludarla y decirle lo mucho que la extrañó.

Yo también me acerqué a mi madre para darle un beso en la cabeza por detrás antes de acercarme a la refrigeradora y tomar un poco de agua helada.

Después me fui a la sala para recostarme un poco y descansar la vista. Mientras estaba en ese trance no podía parar de pensar en la preocupación que muestra Soo-hyun por mi rendimiento académico. Quisiera decir que ella no sabe cosas de mí, pero con aquella vez que jugué ajedrez con ella, me hizo notar que sí puede saber algunas cosas de mí con tal solo verme.

Pero, a ver, Soo-hyun tampoco da ese aspecto de ser una acosadora... ¿O sí?

La verdad es que es muy difícil de entenderla, y estoy seguro de que ni ella misma se entiende; pero aún así haré todo lo posible para tratar de seguir sus indicaciones, de que confíe en mí y así yo descubrir la razón por la cual se está tomando el tiempo de ayudarme a mejorar.

Sí, eso haré.

*****
Ya se fueron los chicos al sm :c

Ush, hace tiempo que no escribo por aquí, vayamos sacándole el polvo a esto


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