d i e z | Clases privadas 🖤
Al finalizar las clases, Jisung nos invitó a todos salir a comer un helado cerca de la escuela. Tuve una pequeña conversación con papá y mamá para avisarles que demoraría en llegar a casa debido a que iba a salir con mis amigos, ellos lo aceptaron y me transfirieron un poco de dinero para mis gastos.
Songyi, Hobi y yo nos subimos al auto de Jisung mientras que Jimin iba en su auto y Sol en el auto de Minji.
En el auto de Jisung, Hobi iba cantando las canciones de Taylor Swift con él; Songyi aprovechó en sacarse varias fotos conmigo para publicarlas en las historias de su Instagram. A los pocos minutos, llegamos a la heladería que Jisung quería y todos bajamos para esperar afuera del local a los otros.
Jimin fue el segundo en llegar. Seguidamente de él, llegan Sol y Minji. Los seis entramos al lugar para buscar una mesa en donde sentarnos. Songyi fue la que encontró un lugar, la cual era una mesa redonda con un mueble acolchado en forma de U.
Minji se sentó entre Jimin y Jisung, a la izquierda de este último nos sentamos Sol y yo, y a la derecha de Jimin se sentaron Songyi y Hoseok.
—Soo, ¿luego me puedes pasar los apuntes extras que haces de la clase de Anatomía? —me pide Sol con un puchero.
—A mí también —dicen Songyi y Hobi a la vez.
De mi mochila saco mi cuaderno de Anatomía para dejarlo sobre la mesa y dejar que ellos tres le saquen fotos a mis apuntes.
—Ustedes deberían de hacer sus propios apuntes —reniego, mirando hacia otro lado.
Sol es la que se encarga de abrir mi cuaderno y buscar los apuntes de la clase de hoy. Mueve con brusquedad las hojas que con eso se gana un regalo de mi parte por tratar de esa manera mi cuaderno. Soy una persona muy cuidadosa y ordenada con todo lo que es mío, eso incluye a mi cuaderno y mi cuidado para no tener ninguna hoja arrugada; pero al parecer Sol no entiende eso y procede a hacer lo que ella quiere.
Jisung también le echa una ojeada a mi cuaderno para luego empezar con sus halagos sobre el orden que mantengo en las hojas, sobre lo colorido que hago mis apuntes y también opinó sobre mi forma de escribir que a él le pareció muy lindo.
De pronto, mi cuaderno pasó a ser el centro de atención de todos los demás. Se lo fueron pasando para que vean los dibujos que hacía para estudiar mejor y los títulos que hacía para que se viese más llamativo.
—Y eso que no han visto sus apuntes en su iPad. —Comenta Sol con una risa de por medio.
—Me gusta ser ordenada —aclaro—. Es parte de mi forma de estudiar: si tengo apuntes como los de Sol, ni siquiera podría mirar mi cuaderno para estudiar; pero si me tomo el tiempo para hacerlos bonitos, claramente me estoy haciendo un favor para después.
—¿Y por qué tienes que hablar de mis apuntes? —Sol frunce su ceño, como si se hubiera ofendido.
—Porque es algo que te pasa a ti —sonrío falsamente—. No por nada me estás pidiendo mis apuntes; porque sabes que con los tuyos ni siquiera te darían ganas de estudiar.
—Son bonitos —tercia Jimin antes de regresarme mi cuaderno.
Lo guardo otra vez en mi mochila a la misma vez que una mesera se acerca a nosotros para dejarnos la carta del lugar. Rápidamente todos hicieron sus pedidos, algunos sí quisieron comer helados mientras que otros quisieron comer otros postres fríos. Por mi parte me pedí unos waffles con crema de avellanas —o sea, Nutella— y mermelada y dos bolas de helado granizado.
Entre nosotros seguimos hablando. Jisung nos hizo conversación a Songyi, a Hobi y a mí acerca de nuestros gustos y pasatiempos. La más "aburrida" de los tres fui yo porque no hago algo en especial como Songyi que hace pilates los fines de semana o como Hoseok que le gusta hacer bisutería. Después, pasamos a hablar sobre lo que trabajan nuestros padres. En este tuve la total atención de los amigos de Sol desde que dije que mi mamá era Blake Jones.
—¿Tu mamá es Blake Jones? —inquiere Minji con un poco de asombro y confusión—. Pero... No te pareces a ella.
—Salí más a mi padre —encojo mis hombros sin ofenderme de lo que dijo.
—Mi prima es fanática de su línea de ropa —dice Jisung—. ¡No puede ser! Tengo una amiga que su mamá es famosa.
—¿Y quién es tu padre? —pregunta Jimin.
—Jeon Jungkook. Mi papá no es famoso como mamá —digo—. Él trabaja en el departamento de homicidios, es detective.
—¿Y cómo es que se conocieron? —inquiere Jisung—. Ambos suenan de mundos distintos.
—Existen las casualidades —es lo único que digo.
No me gusta mucho hablar sobre la historia de mis padres y cómo es que ellos llegaron a ser esposos, porque lo considero algo muy personal y como algo que no cualquier persona pueda saber. Mis amigos lo saben porque son mis amigos y porque a Blake les agrada mucho, pero a personas desconocidas... Simplemente paso.
Otra razón por la cual no me gusta hablar de su historia es porque eso conllevaría a nombrar a mi verdadera madre, lo que daría como resultado a un sinfín de preguntas de mi receptor con respecto a cosas que creen que puedo saber, pero que en realidad sólo lo saben mis padres. Además, tampoco me gusta hablar de ella cuando ni siquiera tengo alguna anécdota que contar.
En fin, son cosas que pasan y yo no puedo hacer nada para cambiarlo.
Unos cuantos minutos después, cuando mi mamá dejó de ser interesante para todos y cambiamos de tema, la comida llegó para todos. Songyi y Minji sacaron sus teléfonos para tomar fotos antes de permitir que pudiéramos comer.
Minji y Jisung no tardaron en mencionar la carrera de mañana mientras que comíamos. Asimismo, la pelinegra se dirigió a Jimin cuando le preguntó la razón por la cual no competiría.
El rubio solo contestó con lo mínimo y siguió comiendo de su copa de helado. Sus amigos se miraron entre sí cuando él no los veía, preguntándose si es que estaba bien.
—Pero sí irás a la reunión del amigo de Se-yeon, ¿verdad? —le pregunta Minji.
—Tampoco iré. —Responde—. Estaré ocupado este fin de semana.
—Pero... ¿Desde cuándo tú eres un chico ocupado los fines de semana? —Minji se ríe en su cara antes de mirar a Sol y hacer que ella también se ría de él—. Tú nunca faltas a una competencia.
—Simplemente no irá —intervengo—. Tampoco es que el mundo se vaya a acabar si es que falta un fin de semana a las carreras. Ustedes son sus amigos, deberían de aceptar su decisión en lugar de presionarlo para que vaya o burlarse.
—Soo-hyun... No lo malinterpretes —Jisung habla con una sonrisa nerviosa para solucionar la situación, pero no le funciona.
No respondo más, creo que ya defendí mucho a Jimin y dejé en claro lo que él quiere que sus amigos entiendan.
Me llevó otro trozo de waffle a la boca seguido de una cucharada de helado. Los demás también comen lo suyo en silencio debido a la tensión que se instauró.
—Creo que para la próxima vez deberías cerrar la boca si la conversación no te incluye. —Dice Minji con un tono agresivo, pero manteniendo su postura calmada.
Regreso a mirarla, suelto mis cubiertos, estos suenan contra mi platillo, empuño mis manos con mucho enojo.
—Suficiente. —Digo, levantándome de la mesa con mis cosas en mano.
Salgo del restaurante para ir a una parada de autobuses y estar en mi casa lo antes posible.
Me considero una persona muy pacífica y relajada. Para mí es patético hacer caso a comentarios groseros o a personas en sí que son groseras conmigo sin siquiera conocer, como lo hace Minji conmigo. Pero cada persona tiene un límite el cual aguantar, y ella ya alcanzó y sobrepasó mi límite con ese comentario.
Entiendo que yo no era parte de su conversación, pero ya no soportaba escuchar su voz chillona burlarse o renegando solo porque Jimin no iría a esa patética reunión.
Exhalo para relajarme y no seguir malhumorada, lo mío no es eso. Sigo caminando hasta la parada de autobuses, me siento en la banca y espero con los brazos cruzados.
Al menos no tendría que esperar mucho para que llegara el transporte, en la pantalla indicaba que estaba a unos pocos metros.
***
Blake se emocionó mucho cuando le conté que por la tarde vendría a la casa un chico a estudiar conmigo. Preparó sus famosas galletas con chispa de chocolate y salió a hacer unas pequeñas compras para tener algo que invitarle a Jimin.
Mi único aporte a la espera de la visita del rubio a la casa fue acomodar mejor la sala y bajar todo lo que creía que sería necesario para nuestra primera sesión. Igualmente, repasé un poco del tema que le enseñaría hoy a Jimin.
Unos pocos minutos más de la hora acordada, Jimin aparece. Veo desde la ventana de mi sala que se baja de su camioneta y camina en dirección a la puerta. En ese instante me levanto y voy apresurada a abrirle; Jimin no se esperaba que abriera la puerta sin siquiera él tocar el timbre.
—¿Me viste llegar? —asiento con una sonrisa—. Bueno, hola.
—Ven, pasa. Ya tengo todo listo para empezar.
Jimin me sigue por detrás, lo guío a la sala y lo invito a sentarse donde gustara.
En eso, Blake baja por las escaleras mientras que alza su voz para canturrear mi nombre. Aquí vamos.
—¡Soo-hyun! —canturrea Blake—. ¿Ya está aquí tu amigo?
Blake finalmente baja todas las escaleras y llega a la sala. Ella se asombra como si Jimin fuera algo de otro mundo y se acerca a él para saludarlo.
El rubio le sonríe con amabilidad. Ambos hablan un par de cosas, aunque Blake no le deja responder con muchas palabras al chico.
—Mamá... —le digo— Mamá... —ella no le hace caso y sigue hablando con Jimin. El chico hasta me hace una mirada para saber lo que estaba ocurriendo—. ¡Mamá! —espeto. Blake por fin deja de hablarle a Jimin y repara en mí—. Él es Park Jimin, mi amigo de la escuela. Está aquí para estudiar... ¿podrías dejarnos a solas?
—Oh, sí. Discúlpame, bebé.
Blake se marcha de la sala para entrar a la cocina. Jimin y yo nos miramos por unos segundos antes de que yo tomara asiento a su lado.
Enciendo mi computadora, espero a que cargue y busco entre mis archivos la presentación que me puse a hacer luego de que llegué a casa.
—Bien, iniciemos. —Doy un aplauso para llamar la atención del rubio.
—Por cierto, Soo-hyun, te traje tu waffle del restaurante.
Jimin me entrega una bolsa de papel color marrón, en el centro de este estaba la marca del restaurante.
—Ah, gracias. —Respondo sin ningún gesto de por medio—. No era necesario que me lo trajeras.
—Niños, aquí les dejaré unas galletitas y cajitas de jugo de piña —tercia mamá. Deja la bandeja de madera sobre la mesa del centro a la misma vez que sonreía con ternura—. ¿Qué es eso, Soo-hyun?
—Son waffles, ¿los quieres?
—¿No los quieres en serio? —respondo con un "no" seguido de darle a mamá la bolsa—. Te los dejaré en la refrigeradora por si cambias de opinión. Ya los dejo.
Mamá se va de la sala otra vez y entra a la cocina. Supongo que luego se subirá al segundo piso por las escaleras que están cerca de la cocina.
Jimin toma una cajita de jugo y una galleta de la charola para probarla. Lo veo masticar lentamente mientras que tiene sus ojos cerrados. En sus labios veo unas migajas de la galleta, las cuales caen poco a poco con el movimiento que hace el rubio.
Abre sus ojos y ambos volvemos a mirarnos sin decir algo.
—Están muy ricas las galletas de tu mamá —comenta—. ¿Le echa un poco de canela?
—Estamos aquí para estudiar —le recuerdo—, no para hablar de galletas. ¿Has estudiado o repasado tus clases?
—N-No —responde él mientras que se sigue tragando la galleta.
—Tienes que repasar las clases de la escuela —digo cansada—. Te lo dejaré pasar por esta vez; pero si lo vuelves a hacer mañana, te daré una paliza. En fin, vamos a estudiar el sistema endocrino. Saca tus cosas.
La sala se había convertido en un improvisado laboratorio anatómico, con proyecciones detalladas sobre los huesos y el esqueleto humano. Jimin se sentó más cerca de mí, sus ojos curiosos observando cada imagen con atención, pero su mano inquieta alcanzaba las galletas dispuestas en la mesa.
En serio le gustó mucho las galletas de mamá.
—Comencemos —dije con un tono serio pero entusiasta, explicando la importancia de comprender la estructura del cuerpo humano—. Los huesos son la base fundamental de nuestro cuerpo, proporcionan soporte y protección a nuestros órganos vitales. Es una estructura compuesta de calcio y está formada por tejidos compactos y tejidos esponjosos.
Mientras hablaba, señalaba cada imagen en la pantalla, deteniéndome en cada hueso principal y su función. Sin embargo, noté cómo Jimin, entre sorbos de jugo, empezó a distraerse con las galletas.
—Jimin, por favor, necesito tu atención —intenté mantener la calma, pero mi voz revelaba una ligera incomodidad.
—Lo siento —se disculpó aún con su mirada desviada en las galletas.
Continué la explicación, sumergiéndome más en el punto de los tejidos óseos y los cartílagos. Sin embargo, mi paciencia se desgastaba cada vez que notaba que Jimin volvía a distraerse.
—¿Puedes por favor prestar atención? —mi tono era más firme esta vez, intentando transmitir la seriedad del tema.
—Lo siento, lo siento —murmuró, pero su atención seguía dividida entre la clase y las galletas.
Frustración y preocupación se mezclaban en mí. Respiré profundamente, tratando de mantener la compostura, pero mi voz reflejaba el esfuerzo por mantener la calma.
—Jimin, esto es importante para mí. También debería de ser importante para ti. Por favor, necesito que estés aquí conmigo, concentrado.
Él asintió, intentando enfocarse, pero en cuestión de minutos, su mente se dispersó nuevamente. Mis palabras parecían caer en oídos sordos. Esta vez, sentí que no podía contener mi frustración.
—¿Puedo decirte algo? —dijo Jimin, notando mi molestia—. Creo que esta manera tan seria de enseñar no me ayuda.
Sus palabras me hicieron reflexionar. No quería ser una barrera para su aprendizaje. Quería ser un apoyo. Entonces, decidí cambiar el enfoque.
Cometí el error de aplicar mi forma de estudiar en él sin siquiera hacer una prueba con anterioridad.
—Está bien —respondí con serenidad—. ¿Qué puedo hacer para ayudarte? Dime qué te desconcentra y trataré de adaptar la clase para ti.
—Creo que... no me gusta solo escuchar —admitió Jimin después de un momento de reflexión—. Pero me encantan los ejemplos, cuando puedo verlo o experimentarlo.
Asentí con comprensión. Entonces una idea vino a mi mente.
—¡Entiendo perfectamente! —Digo muy decidida a cambiar la dinámica de la clase—. ¡Vamos a hacer esto más interesante! —dije emocionada, acomodándome mejor en mi lugar para acercarme más a él.
Hice que Jimin estirara sus brazos y se mantuviera en una postura erguida. Posicioné su cabeza para que me mirara fijamente y esta vez no volteara a ver algo más que no sea yo.
—Los huesos son como la estructura que sostiene tu cuerpo —comencé, mi mano moviéndose delicadamente sobre su brazo—. Están hechos de materiales fuertes y flexibles, como tu radio y cúbito que forman el esqueleto de tu antebrazo.
Con cada palabra, tracé suavemente los contornos de los huesos en su brazo, explicándole cómo funcionaban.
—Siempre tuve mis problemas para saber cuál es el cúbito y el radio. —Confiesa con un poco de vergüenza.
—Es fácil. Mira, yo de pequeña también me parecía un poco complicado —miento, pero solo lo hago para que el rubio no se sienta tan penoso conmigo—. A mí me enseñaron con algo fácil. Dame tu mano —Jimin, dudando un poco, me da su mano. Agarro de su muñeca y muestro la palma de su mano—. El dedo pulgar es el radio; y el cúbito, el dedo meñique. Sepáralos por sílabas y notarás que estas rayitas de los dedos coinciden con las sílabas de la palabra.
Jimin parece estar separando las sílabas de las palabras y corroborar lo que digo. Al final sonríe de lado.
—¿Ya viste? —Asiente—. Muy bien. Ahora, los dedos no son el cúbito ni el radio; solo es para que te acuerdes en qué lado están. El radio hacia afuera y el cúbito hacia adentro.
—Entiendo.
Con Jimin seguí indicándole los huesos del brazo. Él fue repitiendo los nombres conmigo; luego, yo le hacía una pequeña prueba para que él me indicara dónde estaba cada hueso.
Noté que este método estaba funcionando cuando Jimin respondió bien a todo lo que le preguntaba, incluso en las preguntas teóricas de lo que era un hueso.
—Y aquí está tu clavícula. Es uno de los huesos que ayudan a mantener tu hombro en su lugar.
Jimin asintió con interés mientras continuaba explicándole sobre la anatomía humana de una manera más práctica.
—Hay más de doscientos huesos en el cuerpo humano —proseguí—, y cada uno tiene un papel importante, como sostener, proteger y ayudar en la producción de células sanguíneas. Recuérdalo.
Jimin apunta todo lo que le digo con mucha concentración.
A medida que recorría su cuerpo, señalando los huesos y sus funciones, noté cómo su interés aumentaba.
—El fémur es el hueso más largo y fuerte del cuerpo; y la columna vertebral sostiene todo el cuerpo —le expliqué.
A medida que avanzaba la lección, Jimin parecía estar entendiendo mucho mejor el tema. La hoja de su cuaderno se iban llenando de más apuntes con cada dato que yo iba soltando junto a unos ejemplos, los cuales son anécdotas mías que he visto en los hospitales en el área de traumatología.
Mientras seguía señalando los huesos en el cuerpo de Jimin, él dejó escapar una risita, como si algo le hubiera venido a la mente.
—Soo-hyun, ¿sabes? Recuerdo un episodio de Hannah Montana en el que cantaban una canción sobre los huesos para estudiarlos —dijo Jimin, con una sonrisa traviesa.
Me detuve por un momento, sorprendida por su comentario, pero luego una sonrisa se formó en mi rostro. Sabía exactamente de qué episodio me estaba hablando; y, por Dios, soy una tonta por no pensar antes en esa canción.
—Sí, se llamaba 'Bones Dance', creo —respondí. Jimin, con un brillo juguetón en sus ojos, quita las diapositivas de mi laptop para entrar a YouTube—. ¿La vas a buscar?
—Pues obvio. ¿Te gustaría intentar algo así mientras seguimos? —propuso. Una cosa es recordar esa canción como chiste, pero otra era tomarla en serio.
Sinceramente, no me sentía segura de que esa canción funcionara para que Jimin pueda aprender.
—Habrá que intentarlo —digo, mostrando un poco de inseguridad.
Entonces, con una mezcla de risas y entusiasmo por parte de él, reproducimos el video de la canción. Hicimos unas cuantas pausas para explicarle a Jimin la función de los huesos que iban mencionando. Mientras que él apuntaba, la canción se seguía reproduciendo y yo volvía con mi explicación.
Al terminar, ambos nos miramos con una sensación de logro. Habíamos encontrado una forma más factible de aprender, una que se sentía mucho más cercana.
Una vez que terminamos el tema del esqueleto y los huesos e hicimos un rápido repaso, lo siguiente que procedí a enseñarle es la piel. Como este era un tema muy corto en realidad, lo pasamos bastante rápido. Después, comenzamos a estudiar todos los sistemas que la maestra nos ha enseñado hasta el momento, como el sistema digestivo, el respiratorio y el endocrino.
—Muy bien, el sistema digestivo es bastante fácil —le digo mientras que voy buscando entre mis diapositivas la imagen del tema—. Imagina que el cuerpo y su sistema digestivo son como el funcionamiento de una máquina expendedora. La comida entra por la boca y aquí se hacen dos tipos de digestiones: la química y la mecánica. La química es gracias a la saliva, que es un ácido que ablanda los alimentos para que pasen con facilidad hacia la faringe y luego al esófago. En cuanto a la digestión mecánica, es el trabajo que hacemos al masticar la comida. Entonces, en el esófago se pasa el bolo alimenticio, el cual, al llegar al estómago, se mezcla con los ácidos llamados jugos gástricos para que se convierta en el kimo. Después, en el intestino delgado se absorben los nutrientes que son necesarias para el cuerpo; mientras que en el intestino grueso, a lo sobrante se le quita el agua para formar las heces, las cuales al final terminan expulsándose por el ano. Fin.
—¿Y qué relación tienen con las máquinas expendedoras? —pregunta Jimin con inocencia.
—La moneda que metemos a las máquinas es la comida que ingerimos. Luego, esa moneda hace su recorrido hasta llegar con las demás monedas, lo que vendría siendo el viaje de la comida hasta llegar al estómago —vuelvo a explicarle, guiándome de la imagen de mi diapositiva—. Échale un poco de imaginación y piensa que si, por ejemplo, tu ingresas monedas mayores al precio que tiene lo que te quieres comprar, entonces la máquina tendrá que darte tu vuelta; así que, el "intestino delgado" de la máquina, se queda con el costo real del producto mientras que el "intestino grueso" se encarga de darte tu cambio y expulsa las moneditas, las cuales vienen a ser las heces. ¿Entendiste?
—Jamás creí que aprendería Anatomía con este tipo de ejemplo —dice Jimin mientras que sigue apuntando en su cuaderno—. Sí entendí. Sigue.
—Bien... ¿El sistema respiratorio te lo sabes?
Jimin se toma su tiempo para responderme. Me quedo un poco intrigada con ello, por lo que intento conectar mi mirada con la suya.
—¿Te lo sabes? —repito.
—Sí... Lo estudié con mi hermana hace unas pocas semanas —me dice.
—¿Estudias con tu hermana?
—Ella va en primaria, también le enseñan esto en su clase de ciencias y justamente tenía que ayudarla a estudiar. —Comienza a explicarme.
—Bien, quiero que me digas cómo funciona el sistema respiratorio como un niño de primaria y yo luego te añadiré los datos más... Avanzados.
Jimin hace caso a lo que le digo y empieza a explicarme lo que él sabe. A veces me meto a ayudarlo con los nombres que no recuerda y dejo que siga explicando el funcionamiento de cada órgano.
En las partes donde veo conveniente intervenir, Jimin guarda silencio, me escucha y apunta todo lo que digo en su cuaderno. Lo explico dos, tres, cuatro veces hasta que él lo capta y dejo que continúe. Al final de todo este ejercicio, le pedí que volviera a explicarme todo el sistema respiratorio junto a los datos extras que le di.
—Muy bien. ¿Quieres seguir? —Jimin suelta un suspiro cansado a la misma vez que se pasa una mano por su cabello. Yo me río de su reacción—. Tenemos cuarenta minutos todavía.
—¿Podemos descansar un poco? —pide, a lo que yo asiento—. Genial.
Jimin pasa a sacar su celular de su mochila para revisar la hora y aprovechar en contestar unos mensajes.
Miro sobre su hombro para ver quién es y veo que se trata del grupo en línea que tiene con sus amigos. Hasta donde llegaba mi vista, algunos hablaban sobre a qué hora irían a la reunión de hoy y demás cosas mientras que otros mencionaban a Jimin para convencerlo de que fuera a la reunión.
Dejé de ser chismosa y me dediqué a mirar mi teléfono para leer los mensajes que me llegaron. Así como Jimin, en mi grupo también se estaban poniendo de acuerdo para ir a la reunión hasta cierta hora y luego irse a la casa de Minji hasta mitad de la madrugada.
Por suerte ninguno de ellos tres me mencionó para que fuera, supongo que lo de la tarde fue más que suficiente para entender que Minji y yo no nos llevamos bien.
—Soo-hyun —me vuelve a hablar Jimin—, ¿estás molesta con Minji por lo que te dijo hoy?
—La verdad es que sí —contesto con honestidad—. Tu amiga no me agrada mucho y yo no le agrado a ella. No sé porqué razón, pero desde la fiesta en casa de Jisung la recuerdo con esos aires de superioridad hacia mí.
—Entiendo —responde el rubio mientras se muerde el labio inferior—. Igual, no te lo tomes personal, Minji suele ser así con las personas nuevas.
—Como digas —digo sin despegar la mirada de mi celular—. Sin embargo, a pesar de que ella quiera ser así, debería de aprender a tener más educación.
El rubio no me dice nada más con respecto a lo que pasó en la tarde, deja que el tema muera ahí. Entre nosotros otra vez quedamos en silencio, solo mirando nuestros celulares mientras que comíamos de las galletas de Blake.
Al final, también terminé yendo a por mi waffle con chocolate para comerlo junto a Jimin. Saqué dos tenedores y me regresé a la sala, entregándole un cubierto al rubio.
No obstante, antes de que siquiera uno de los dos corte un trozo, mi teléfono suena por una llamada entrante de mi padre. Le pido a Jimin que haga silencio en lo que yo hablaba con papá.
—Hola, papi. ¿Cómo estás? —digo una vez que contesto.
—Soo, adivina lo que tengo para ti —responde al otro lado de la línea. Cuando Jungkook me dice aquella oración, solo puede significar una cosa—. Si no estás ocupada, ven a la dirección que te enviaré.
—¡Está bien! —digo emocionada. Jungkook se despide de mí, prometiéndome enviarme la dirección ahora, y yo vuelvo a mirar a Jimin—. Oye, ¿no quieres jugar al detective un rato? —inquiero, mordiéndome el labio inferior con una sonrisa de por medio.
—¿Qué?
*****
El siguiente capítulo va a tener mucho de Psicópata 😭💕
Espero que les haya gustado este capítulo. Voten, comenten y compartan 💜
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