
Final: Capitulo 26.
Peter Pettigrew; era un hombre muy bajito, con el pelo descolorido y casi calvo. Su piel estaba sucia, casi como la de Scabbers y parecía que le quedaban algunos rasgos de su transformación animaga, como la nariz puntiaguda y los ojos pequeños.
Nos miró a todos, respirando rápida y superficialmente. Sus ojos se dirigieron rápidamente hacia la puerta, y casi pude ver las ruedas girando en su cabeza intentando idear un plan para escapar.
No pude evitar gruñir haciendo que se sobresalte, y casi quise sonreír con satisfacción al ver la mirada asustada en su cara al notar mi presencia.
-Re...Remus. Si...Sirius. Mis queridos amigos -volvió a mirar la puerta y a pesar de su evidente miedo hacia mí, intento escapar siendo detenido por los dos hombres que forcejearon
Viéndose acorralado por nuestras varitas, miró en todas direcciones hasta posar su desesperada mirada en Harry.
-Harry... mírate, eres igual a tu padre, a James -se acercó a él con las manos casi implorando-. Fuimos grandes amigos -rápidamente me moví y lo separé del chico, empujando su cuerpo con fuerza
Casi al instante Sirius se le vino encima, molesto como el infierno.
- ¿COMO TE ATREVES A HABLARLE A HARRY? -rugió Black-. ¿COMO TE ATREVES A MIRARLO A LA CARA? ¿COMO TE ATREVES A MENCIONAR A JAMES DELANTE DE ÉL? -
Los ojos grises de Sirius, duros como el acero lo miraban, juzgando y maldiciendo por las acciones del pasado, por la ambición de poder que lo llevó a entregar a sus amigos llevándolos así a la trágica muerte.
- ¿Vendiste a James y Lily a Voldemort, cierto? –
Vi como lo interrogaban de lejos y no quise acercarme más, este era un momento en el que yo no participaba.
Solo estaba aquí para evitar que se escapara, vivo o muerto.
-No era mi intención hacerlo -su voz suplicante le quitaba cualquier verdad a lo que decía, diría cualquier cosa con tal de salvarse el culo-. Él, El señor de las tinieblas... no tienen ni idea de la clase de armas que posee... ¿qué hubieras hecho tú, Sirius? ¡¿qué hubieras hecho tú?! -la acusación en su voz solo parece hacerlo enojar más
- ¡HUBIERA MUERTO! ¡Hubiera muerto antes que traicionar a mis AMIGOS! -la respuesta que le da Sirius no parece gustarle y se mueve en dirección a la puerta, intentando escapar otra vez
Harry se interpone en su camino mientras que yo lo interceptó por el otro lado, sacando mis garras con un chasquido y gruñendo en advertencia, lista para lanzarme.
Desde ahora se convierte en mi presa.
-Ava –
Escucho a alguien decir mi nombre, pero no reconozco quien es, estoy más ocupada escuchando los latidos del corazón de Pettigrew y el bombeo de la sangre en su cuerpo, de solo escucharlo se me hace agua la boca, ansias de sentir el gusto metálico y salado de ese líquido rojo.
-Ava... tienes que controlarte, no dejes que tu naturaleza te domine -el toque de sus manos me quema y al mismo tiempo me devuelve a la realidad-. Princesa, te necesito aquí conmigo -
Parpadeo varias veces mientras vuelvo a tener el control de mi cuerpo, otra vez Sirius me demuestra que él puede ser mi ancla a la tierra, el único capaz con el poder de mantenerme cuerda.
Me sonríe como si no hubiera estado a punto de desgarrarle el cuello a alguien, y vuelve a prestar atención a la escena que tenemos enfrente.
Pettigrew está arrodillado ahora, implorando clemencia que no merece.
-Ron... buen amo, yo era tu rata, era una buena mascota, no dejes que me maten -se arrastró hacia el chico pelirrojo que antes se quejaba de la herida, este ahora lo mira con repugnancia
- ¡Te deje dormir en mi cama! ¡EN LA CAMA DE GINNY! -
Pettigrew viendo que no tenía resultado se giró hacia Hermione agarrando el borde de su túnica.
-Dulce criatura... inteligente niña... no lo permitirás... ayúdame -Hermione tiró de la túnica para que Pettigrew la soltara y retrocedió asustada
- ¡No la toques! –
Harry se puso enfrente de Hermione para protegerla del traidor, que se giró lentamente hacia él, temblando sin control.
-Harry... -
-Iremos al castillo... Si. Para que los dementores te lleven -
[...]
Una vez fuera de la casa de los gritos, al aire libre, pude pensar con más claridad y me giré hacia Ron y Hermione que se mantenían quietos y sentados cerca del sauce.
-Ron, no se arreglar huesos como Madame Pomfrey, pero creo que lo mejor será que te entablillemos la pierna hasta que lleguemos a la enfermería -me acerque y rápidamente con un toque de mi varita y algo de magia no verbal su pierna estuvo vendada alrededor de una tablilla
-Gracias, profesora -el chico me miro apenado y colorado hasta las orejas
Mire hacia Sirius y Harry, que admiraban a lo lejos el castillo y parecían estar hablando.
-...yo entendería si quieres quedarte con tus tíos. Pero, si quieres un hogar diferente... -
- ¿Que? ¿Vivir contigo? -la voz de Harry parecía sorprendida pero no disgustada
-Claro, ya me imaginaba que no querrías -dijo inmediatamente Sirius-. Solo pensaba... -agacho la cabeza con arrepentimiento y vergüenza
No te esta diciendo que no, idiota.
-Pero, ¿qué dices? ¡Por supuesto que quiero abandonar a los Dursley! ¿tienes casa? ¿cuándo me puedo mudar? -Harry de repente parecía emocionado y eso hizo reaccionar a Black
- ¿Quieres? ¿lo dices enserio? -en el rostro cansado de Sirius apareció una sonrisa verdadera, de esas que había visto raras veces dirigidas hacia mí y Remus
- ¡Si, muy enserio! -
Me reí de su entusiasmo y el azabache de ojos verdes se giró a mirarme, dándose cuenta de mi presencia.
-Pr-Profesora Williams... yo... -se quedó en silencio, sin saber que decir por el escándalo que me había hecho hace unos momentos
- ¿Cuántas veces te he dicho que me digas Ava, Harry? -le regañe con una sonrisa intentando que vea que no estaba enojada y que todo estaba perdonado
-Realmente lo siento, por todo -me miro apenado y pareció dudar antes de acercarse y abrazarme
Lo envolví con mis brazos y puedo decir que nunca había sentido tanta necesidad de proteger a alguien como al chico que tenía entre mis brazos.
Levante la mirada y sorprendí a Sirius mirándonos con una mirada que no había visto nunca antes.
-Iré a ver como esta Ron -todavía parecía algo avergonzado, pero definitivamente estaba feliz
Se fue hacia sus amigos, dejándonos en silencio.
- ¿Cómo te sientes? -rompí el silencio mientras me abrazaba a mí misma, pese a que no tenía frío me sentía expuesta cada vez que su mirada me rozaba
-Por primera vez en 12 años me siento otra vez vivo, siento la esperanza que hace mucho tiempo deje de tener, eso se los debo a ti y a Lunatico. Nunca voy a poder agradecerles todo lo que hicieron por mi -me miro con una sonrisa que parecía brillar más que las estrellas en el cielo y pude sentir como mis piernas se volvían débiles sólo por él
-No tienes nada que agradecer, Sirius. Solo hicimos lo correcto, eres inocente y no podíamos dejar que Peter... -siempre que estaba nerviosa me retorcía el pelo y empezaba a divagar
-Maldita sea, realmente quiero besarte -
Abrí los ojos, bastante sorprendida y por un momento creí haber escuchado mal.
- ¿Que? -me miró divertido por mi reacción y se acercó unos pasos
-Dije que quiero besarte -mire sus ojos grises que parecían seducirme y lo estaban logrando hasta que caí en cuenta en que esto no podría pasar nunca
-Sirius... -suspire y lo mire con tristeza, no quería lastimarlo, no quería volver a lastimar a alguien- No puedo -
-No puedes -repitió mis palabras-. ¿Qué quieres decir con que no puedes? Hay... ¿Hay alguien más? -su sonrisa se fue y me maldecí en todos los idiomas por ser la causa
- ¡NO! Por supuesto que no, yo... Sirius, estoy maldita -sacudí mi cabeza bloqueando los recuerdos que querían volver-. No quiero lastimarte –
Me miro en silencio por un momento y luego algo pareció cambiar su mirada, está mostraba un fuego que decía estar dispuesto a consumirme y no dejar nada de mí.
-Si sigues hablando voy a tener que callarte -volvió a acercarse y no pude hacer nada más que abrir la boca, pero ningún sonido parecía querer salir
-Sirius... -
Sus grandes manos se posaron en mis mejillas y tuvo que agacharse un poco para que nuestros rostros estuvieran a la misma altura.
Por un momento se quedó quieto esperando una reacción de mi parte, pero yo ya no podía parar lo que él había empezado.
Quería que me callara.
Quería que me besara y no dejara de hacerlo.
Me sonrió con una nueva confianza y dejó escapar un suspiro entrecortado antes de rozar lentamente sus labios con los míos, al principio fue apenas un roce y luego se juntaron marcando un ritmo lento, parecía un beso sorprendentemente demasiado dulce para alguien como Sirius.
Sus labios se sentían más suaves de lo que esperaba y el vello en su rostro hacía cosquillas en el mío. Tracé su barbilla con las puntas de mis dedos, sintiendo el rastrojo de barba que había vuelto a crecer.
Nos alejamos apenas unos centímetros para tomar una respiración vacilante y volver a juntar nuestros labios, en un beso que habíamos estado esperando desde esa noche que Remus nos interrumpió.
Todo desapareció a nuestro alrededor, y solo me deje llevar por el tacto caliente de su mano que se apoyó en mi cintura y subió por mi columna, acariciando mi espalda.
Sentí un escalofrió de placer subir a la par del recorrido de su mano y no pude evitar dejar escapar un gemido que fue ahogado por su boca, lo sentí sonreír en mis labios y fue en ese momento que tuvimos que separarnos por la falta de aire.
Ambos nos miramos un par de segundos que fueron eternos, Sirius me miró sonriendo con un anhelo en sus ojos grises que parecían más hipnóticos que de costumbre, y cuando entreabrió los labios listos para hablar, un grito nos sacudió de nuestra fantasía.
Los dos corrimos hacia los chicos que miraban a Remus, parecía estar petrificado y haber palidecido considerablemente.
En el cielo, detrás de él, la luna llena se elevaba en lo más alto, resplandeciendo en un halo hechizante.
¡Ahora no!
- Remus, ¿te tomaste la poción? -le mire bien, parecía estar agitado y su frente había ha empezado a brillar por el sudor
-No -después de un momento respondió, ahora respirando con dificultad y agarrando sus costillas
-Dijiste que habías ido a buscar a Snape por la opción, Remus -la irritación en mi era cada vez más evidente
-No lo encontré, ¡¡¿bien?!! -me gruño haciendo que instintivamente diera un paso hacia los niños, que parecían cada vez más asustados
-Remus... amigo... -Sirius se lanzó contra él, sosteniéndolo en sus brazos con fuerza, pero sabía que, aunque lo intente iba a descontrolarse y perder la razón
Y todo por una maldita poción.
Dejando escapar un terrible gruñido, la cara de Remus se alargaba, al igual que su espalda se encorvaba, abriendo viejas heridas otra vez, los hombros le sobresalían y el pelo empezaba a brotarle en el rostro y las manos, que se retorcían hasta convertirse en garras.
Mientras que Remus retrocedía abriendo y cerrando el hocico, Sirius desapareció de mi lado para transformarse y saltar en su dirección atrapándolo por el cuello, haciendo que retroceda de nuestra dirección.
El grito de Hermione me alertó de la presencia de Peter que buscaba una forma de escapar.
Mire otra vez en la dirección donde Remus y Sirius se estaban peleando, si Peter escapaba no habría otra manera de probar que Sirius era inocente.
Antes de que Pettigrew pudiera hacer algo me abalancé sobre él empujándolo con todo mi peso directo hacia el piso, hasta pude escuchar el sonido de un hueso romperse, mas no preste atención y sin dejarlo reponerse lancé mi puño con fuerza hacia su cara dejándolo inconsciente al instante.
Upss.
- ¿Él está... -la pregunta de Hermione quedó en el aire mientras mirábamos el cuerpo inconsciente de Peter
-Lamentablemente no, solo esta inconsciente -volví a mirar hacia el bosque, donde Sirius y Remus habían desaparecido
Un aullido se escuchó en la penumbra de la noche que hizo que se me pusieran los pelos de punta.
Me volví en dirección de los niños y me acerqué a comprobar a Snape que parecía seguir inconsciente.
Escuche el sonido pesado de las patas de Sirius y luego lo vi venir antes de que cualquiera pudiera darse cuenta, tenía heridas en el hocico y en la espalda que sangraban, pero no parecía quejarse ni siquiera cuando volvió a su forma humana.
-Hay que salir de aquí antes de que vuelva -Sirius se agarró el pecho jadeante y tomó mi muñeca intentando empujarme junto con los demás en la dirección del castillo
-Sirius... -intente frenarlo y hacer que me soltara, pero era imposible, el agarre que tenía en mi era firme
-No -jadeó y se volvió a mirarme-. No lo digas -suplico
-Sirius, mírame -agarre su rostro entre mis manos y la necesidad de besarlo otra vez me invadió, mas no hice movimiento de acercarme-. Tienes que llevar a los chicos a un lugar seguro, tienes que proteger a Harry... Estaré bien -
Esas últimas palabras eran una mentira, nada bueno iba a salir de esto si Remus me encontraba en plena transformación.
Probablemente tratemos de matarnos entre nosotros, esa es nuestra naturaleza, solo ore a Godric para que saliéramos con vida de esto.
-Tengo que irme y tienes que dejarme ir... Sirius, por favor -apreté mis dientes y luche por el control
Solo un poco más, solo un poco más.
Me miró dolido por mi rechazo, pero asintió y me soltó dejando una última caricia en mis manos.
-Ava, cuídate -lo mire una última vez a los ojos antes de correr directo hacia el bosque, internándome en lo más profundo, lejos de las personas que amaba
[...] Mañana después de la luna llena [...]
Mire mi reflejo en el espejo del baño, algo de mi sangre y probablemente de Remus, se había secado en mi rostro y en algunas partes de mi cuello, que se adhería a mi piel.
De mi ropa no había quedado nada más que pedazos de tela rota, como cada vez que me transformaba. En el proceso me había topado con Lupin, que me había atacado dispuesto a defender su territorio de caza.
Nos habíamos herido mutuamente en la pelea, por suerte mis heridas habían sanado momentos después, lamentablemente no podía decir lo mismo de Remus, era una suerte que estuviera vivo.
Casi lo había matado.
Cerré la llave de la ducha y me envolví en una toalla mientras que pensaba en lo próximo que iba a hacer ahora, en algunas horas el mundo mágico y los padres de los alumnos se iban a enterar de que dos Licántropos enseñaban en Hogwarts como profesores.
Evidentemente no podía seguir trabajando en el colegio, aunque Dumbledore diga lo contrario.
Lo bueno era que Sirius había sido nombrado oficialmente libre hace unas horas, el Ministerio de Magia estaba claramente avergonzado por la falta de profesionalismo de Barty Crouch y demás responsables a la hora de juzgarlo sin un juicio justo, y era totalmente aceptable que lo difamen luego de ese error.
Volviendo al presente, guardé mis cosas en los baúles y los hice levitar en dirección a la salida, donde seguramente me esperaba uno de los carruajes para llevarme a Hogsmeade.
De lejos podía escuchar el flash de las cámaras y a los reporteros hacer preguntas, seguramente buscando información del ex fugitivo y único capaz de escapar de Azkaban, Sirius Black.
Black parecía está en un aprieto contestando preguntas, no pude evitar reírme por su cara de perro y el evidente aburrimiento.
-Ava, me gustaría charlar un poco, si no es una molestia –
Me giré al oír a Dumbledore llamarme, lo que atrajo la atención de algunas personas, entre ellas Sirius.
-No es una molestia, profesor -me gire dándole la espalda, no quería verlo cuando tomara esta decisión
-Después de todo el problema que tuvimos con el señor Black, y de que se enteraran de la condición que comparte con el señor Lupin, quiero decirle en nombre de los profesores y el mío, que puede seguir trabajando y enseñando como profesora. En este colegio enseñamos a respetar a los demás y a dar oportunidades -me miró con esa sonrisa amable que siempre trae-. El señor Lupin lamentablemente decidió rechazar la oferta, así que quería probar suerte con usted -
-Le agradezco la oportunidad que me dio profesor, fue una gran experiencia para mi enseñar a los estudiantes, pero voy a tener que rechazar su oferta -mire en dirección a Sirius, que posaba para algunas fotos-. Creo que es hora de hacer algunos cambios en mi vida -
-Si esa es su decisión, espero que esos cambios traigan algo bueno en su futuro -me guiño un ojo a través de sus anteojos-. De todos modos, las puertas de Hogwarts siempre estarán abiertas para usted, profesora -
Sin mirar atrás llevé mis baúles hacia el carruaje y me marché hacia Hogsmeade.
¿Era egoísta de mi parte irme sin despedirme, porque no quería que nadie saliera lastimado por mis demonios?
Porque sabía que si me quedaba alguien iba a salir herido... justo como la última vez.
Entonces sí, era una total y completa egoísta, pero yo sabía que mi partida probablemente salvaba la vida de Sirius.
Eso era lo que me decía para evitar no volver corriendo a sus brazos.
Que él estaba a salvo mientras yo estuviera lejos, lejos en donde no pueda lastimarlo.
Llegó el final, y yo sé que quieren matarme porque no terminaron juntos xD
Pero esto ya lo tenía pensado desde mitad de libro, estaba ansiosa por ver sus reacciones.
Estén atentas/os a la segunda temporada.
Ahora lo más importante: ¿A dónde piensan ustedes que fue Ava?
L.P <3
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