-No sabes cuánto te agradezco lo que estas haciendo, Ava -Andrómeda me sonrió a través de las lágrimas en sus ojos-. Eres una buena chica –

Mire con discreción a nuestro alrededor, no era seguro hablar de Sirius en el medio de Hogsmeade.

Le había dicho que, si teníamos que hablar sobre él, lo llamara Canuto u Hocicos.

-Me alegro de haber podido juntarlos otra vez -le sonreí-. Desde que Canuto escapó ha estado muy solo, solo nos tiene a mí y a Remus, el chico piensa que es el responsable de lo que paso con sus padres. Solo necesita un poco de esperanza -

-Yo creo que ya encontró la esperanza que estaba buscando -me lanzo una mirada llena de insinuaciones que decidí esquivar, concentrándome en hacer otra cosa

¿Tan obvio era?

[...] Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería; Escocia [...]

Las vacaciones de navidad terminaron y había llegado el momento de volver.

Ya me gustaría a mí estar en estos momentos devorando una buena comida en el gran comedor con todos los alumnos, pero todo lo contrario a eso, me encontraba corriendo en dirección al bosque prohibido tratando de aguantar.

Esta sería la segunda luna llena que pasaba en Hogwarts y nada peor que sea justo en la vuelta al colegio.

Deje de correr por el dolor intenso que estaban causando mis costillas, parecía que querían quebrarse y salirse de mi débil y tembloroso cuerpo.

Intente regular mi respiración, pero se me estaba haciendo difícil lograrlo con todos mis sentidos intensificados al máximo.

Busque apoyo en uno de los árboles solo concentrada en mi respiración, con el silencioso canto de los grillos y la oscuridad del bosque acompañándome.

Pum-Pum...Pum-Pum

Eso era todo, los latidos acompasados siguiendo el ritmo de mis respiraciones lentas y profundas.

Pum-Pum-Pum-Pum...Pum-Pum-Pum-Pum

Solo que esos no eran mis latidos y tampoco mis respiraciones.

Me reincorpore del árbol en el que estaba apoyada y gire mi cabeza con rapidez hacia el lugar en el que había escuchado el sonido de ramitas quebrarse.

Un aroma particular llego a mí, advirtiendo la llegada de alguien conocido.

-Se que estas ahí -hable levantando la vista al cielo estrellado, hacia la luna poco visible

El dolor en mis costillas volvió con más fuerza, enviando una fuerte punzada que recorrió toda mi columna.

Me encorvé ante el dolor repentino, casi inconsciente de que la otra presencia se acercaba a mí, hasta que sentí el calor confortable de sus manos agarrando las mías.

-Solo... solo dime que puedo hacer para ayudarte -tartamudeo con los ojos desesperados

Su aroma llego hasta mis fosas nasales, y tuve que reprimir el gruñido de satisfacción que quise soltar.

-Vete -hable con seriedad apretando los dientes con fuerza- Vete lo más lejos que puedas de mi -

Solté un respiro tembloroso, tratando de ignorar la sensación de agujas perforando mi cabeza.

No podía transformarme, no delante de él.

-Escucha. ¿No voy a irme, Okey? -sus tibias y callosas manos agarraron con delicadeza mi rostro, conectando su mirada con la mía-. Voy a ayudarte a pasar por esto. Ya no estás sola, Ava -

Deje que su pulgar acariciara mi mejilla con suavidad, aunque ese momento se vio interrumpido por mis repentinos quejidos de dolor.

Me aleje de él con brusquedad sintiendo mis ojos cambiar de color, y el familiar ardor en mis encías por los colmillos saliendo.

-Ava -sentí el calor que irradiaba su cuerpo aproximándose al mío y me llené de pánico

-Sirius, ¡ALEJATE! -lo enfrente enseñándole mis colmillos y ojos dorados, gruñendo al ver su mano extendida con la intención de tocarme

-Princesa -retrocedió un paso al ver mi clara advertencia, pero no se rindió-. Solo confía en mí. Confía -dio un paso adelante y cuando no hice nada para apartarlo dio otro- en -con cada palabra que daba se acercaba más y más- mi –

El espacio que nos separaba era escaso, levante mi rostro notando la diferencia de alturas, para ver sus deslumbrantes ojos grises.

-Ahora date la vuelta -me sonrió poniendo sus manos en mis hombros para seguidamente girarme

-Darm... ¿qué? -intenté girarme, pero no me dejo

Escuché el sonido de su ropa caer contra el suelo y repentinamente me puse nerviosa pensando en que se estaba desnudando a mis espaldas.

¿Qué era lo que intentaba hacer?

- ¿Sirius? -al no recibir respuesta me gire lentamente, baje la mirada al suelo encontrándolo convertido en perro y sus ropas esparcidas por el suelo

Me quedé mirándolo un momento, había tomado su decisión.

Había decidido ayudarme y ya no había tiempo de cambiarla.

Realmente estaba loco.

Viendo que no había nada que lo hiciera cambiar de opinión me puse en cuclillas, apoyando las manos contra el suelo convirtiéndolas en puños que sangraron por la repentina aparición de mis garras, al sentir los huesos de mis costillas romperse por fin.

Mi columna se rompió y dobló, buscando la forma correcta para amoldarse al igual que mis brazos y piernas.

Con la transformación completa, tome respiraciones lentas levantando mi cabeza para mirar al perro que veía atentamente cada movimiento que hacía.

Levantó la pata con la intención de acercarse, pero le enseñe los colmillos en advertencia, se detuvo y con vacilación agacho la cabeza en señal de sumisión.

Viendo que mi especie, la de los lobos, era superior a la suya correspondí su reverencia de respeto, inclinando mi cabeza también.

Aunque todavía un poco vacilante, se acercó con cuidado y chocó despacio su hocico con el mío, le deje hacerlo.

Por alguna razón su presencia me mantenía calmada, como un ancla a mi humanidad.

Rozo su delgado pero fuerte cuerpo contra el mío un poco más juguetón, invitándome a adentrarme al bosque con él.

Sinceramente, me encanto escribir este capítulo, siento que Sirius y Ava están más cerca que nunca. Mi idea era desarrollar su relación un poco más lenta y a su tiempo, y creo que lo estoy logrando.

Ya me dirán ustedes qué les pareció.

Lizzie_Potter <3