
3. Posada
La posada había empezado hace una media hora y yo estaba llegando tarde.
La puntualidad era mi fuerte, pero si quedaron en ir a recogerme no podía quejarme.
—Pensé que tendríamos que esperarte afuera mientras te arreglabas, pero eres bien puntual — menciona Aldo, el cual maneja.
Río levemente.
—No soy muy amiga de la impuntualidad — informo.
—Soy esa — menciona Roier que me mira con diversión cuando se voltea para observar a la parte de atrás del auto.
Lo bueno es que no había tanto tráfico como pensamos y llegamos alrededor de diez minutos después.
Nos bajamos del auto y saludo a los chicos adecuadamente.
—Gracias por traerme — le agradezco a Aldo, este solo sonríe.
—¿Cuál gracias?, págame wey — extiende su mano.
Roier ríe y golpea la palma de la mano de su amigo.
—Esta jugando, Ally — aclara el de gorra, este pasa su brazo por mi hombro — No le hagas caso al Aldo huevo.
—Es broma, Ally, cuando quieras me presto para chambear — río ante la palabras del de lentes.
—¡Ya entren!
Todo tres nos volteamos viendo a Juan que estaba en la puerta de su casa esperándonos.
Ingresamos a la casa y nos dirigimos al patio saludando a todos los presentes.
Deje mis regalos debajo del árbol para luego y me senté junto a Molly y Rivers.
Note que aún hacía falta gente, así que no me preocupo pensar que fuimos los últimos.
Molly fue la primera en sacarme plática, estaba directamente hablando con ella cuando escucho que Rivers me llama.
—Oye, Ally — me volteo a verla — Le quitaste el puesto al mojón.
La rubia mira al frente y veo a Osvaldo.
Este se sienta frente a mi escuchando a su mejor amiga.
No sabía que él había llegado antes, no lo había visto.
—Pero la silla de allá se ve más cómoda, ¿Si o qué? — pregunto al de lentes y este ríe mientras asiente.
Osvaldo se recuesta en su silla y cierra los ojos.
—No, ya se acostó a dormir — hablo fuertemente para que las chicas me escuches y de igual forma Osvaldo — Anda bien pedo.
Todos rien y de igual manera yo.
—No, yo no he tomado nada — aclara el de lentes — Y ni voy a tomar, hoy me toca manejar.
—Seguridad ante todo, me parece perfecto.
Él sonríe.
—¿Tu tampoco vas a tomar hoy? — pregunta Ama.
Niego.
—Yo no voy a manejar, hoy me toca divertirme — comento viendo al chico frente.
Ama me extiende una lata de cerveza y así empieza la noche.
[...]
Ya habíamos entregado los regalos del amigo secreto y el regalo secreto feo.
Cada quien vuelve a su asiento y empiezan a dañar las fundas de sus regalos o los envoltorios.
En el amigo secreto le había tocado a Aldo, así que abrí el regalo que me habia dado.
Empiezo a dar brincos cuando me doy cuenta de lo que es.
—¡Mira Osvaldo es una cobija de Taylor! — le enseño al chico que está próximo a mi — Me encanta mi mujer — chillo mientras la abrazo.
—¿Una pila? — escucho preguntar a Osvaldo.
Este me mira, yo le había regalado eso en el regalo secreto feo.
—Es para que te pongas las pilas — menciono con una sonrisa.
Él ríe sonoramente y se levanta para mostrarle a Roier lo que le di.
[...]
La posada se había extendido a la madrugada.
Olivia y Filis cantaban una canción en ingles, pues habíamos empezado a hacer karaoke desde hace un rato.
Ahora todo me provocaba gracia, creo que ya había tomado mucho.
Estaba sentada en el fondo junto a Molly, Ama y Juls.
—Todos ustedes tienen a alguien — digo deprimida.
Creo que ya había llegado a esa etapa del alcohol.
—Yo no — menciona Molly.
—Molly eres de las mías — la abrazo y ella me corresponde mientras ríe — Yo también quiero que alguien me quiera como Filis a ti — le digo a Ama — O que me mire como Produ mira a Rivers.
Todas voletamos a ver a la pareja que se miraba con una sonrisa mientras sus manos están entrelazadas.
—Solo quiero ser la opción de algún chico, nunca me toman en serio — murmuro antes de tomar otro trago de mi cerveza.
—No digas eso, Ally — Juls toma mi mano y la acaricia — Ya llegará el indicado.
—Estoy cansada de esperar, me iré a Europa para conseguirme a uno — mis amigas rien al igual que yo — Me siento bien aguitada porque no tengo a nadie.
Nos quedamos en silencio unos segundos hasta que Molly habla.
—¿Sabes con quién te verías bien? — miro a la pelirosa — Con Mariana.
—Oye si — afirma Ama — Eres casi igual de alta que él y con él es con quién más has congeniado, se verían muy lindos juntos.
Nunca lo había visto de esa forma...
Solo me limito a escuchar a mis amigas, ellas siguen diciendo otras cosas.
¿Osvaldo?
Sí es muy lindo, casi mi tipo de chico, pero no lo había visto de esa manera, será...
Mi mirada lo capta en medio de la habitación.
Tiene una botella de agua en su mano y está viendo a sus amigos cantar.
Recorre su mirada por la habitación y su mirada choca con la mía, sonríe instantáneamente mientras se acerca.
Mi corazón empieza a latir con fuerza.
—¿No van a cantar? — pregunta el de lentes cuando llega a la mesa donde estábamos.
—Estamos conversando un rato — menciona Juls.
Osvaldo me mira directamente y me siento nerviosa.
—Ya vuelvo, voy al baño — murmuro para las chicas.
Voy a paso rápido y cuando llegó al baño me encierro mirándome en el espejo.
No, Allison, no tienes que escuchar lo que dijeron.
Él es un amigo, nada más.
No puedes sentir cosas por él ahora mismo.
¡Dios!, odiaba sentir tan fuerte, odiaba ilusionarme rápido.
Intenté tranquilizarme, solo son ideas mías.
Mojo mis manos y las paso por mi cabello, me acomodó el mismo y salgo del baño.
Paso por la sala y noté que las chicas ahora están cantando, así que fui a la cocina por un poco de agua.
Estoy apunto de empujar la puerta cuando está se abre hacia mi lado, está a punto de golpearme, pero me muevo rápidamente a un lado.
—¡Ay, ¿Te pegue?! — pregunta Osvaldo alarmado.
—Casi me pegas — digo indignada, pero en son de broma.
—Perdóname, perdóname, Ally — se disculpa saliendo de la cocina y acercandose a mi.
El de lentes toma mi mano.
—Perdón — repite — Pero mira si yo no empujaba la puerta tu me ibas a pegar a mi — enuncia.
—¿Y qué prefieres?, ¿Haberme pegado a mi o golpearte tu? — cuestiono viendolo con gracia.
Él se queda callado pensando.
—¿Por qué lo piensas? — golpeo su hombro.
—Es broma, es broma — repite — Que me golpeé a mi.
Él me mira con una sonrisa y me es inevitable pensar que se ve lindo.
—Bueno, más te vale — lo señalo antes de entrar a la cocina.
—Oye, ¿Quieres que te pase dejando en tu casa?, iré a dejar a Juls y Molly — menciona el de lentes.
No había notado que seguía aún atrás de mi.
—Gracias, pero Aldo y Roier me trajeron, así que lo mejor sería que me vaya con ellos, pero te agradezco mucho por la invitación es un lindo gesto — le sonrió.
—Bueno, será par ala próxima.
Él se arrima al mesón de la cocina y yo solo me limito a tomar una botella de agua.
Estoy bajo su atenta mirad ay eso me pone nerviosa.
Intento abrir la botella, pero no logro desenroscarla.
—Deja te ayudo — menciona Osvaldo.
Elevo mi mirada y al segundo él ya está a centímetros de mi.
Está muy cerca y sus manos tocan las mías.
Me concentro en su tacto, él toma la botella con cuidado y me alejó.
No le toma ni un segundo abrir la botella y me la entrega.
—Gracias — musitó cuando me la extiende.
—De nada — me sonríe nuevamente.
Ambos nos dirigimos a la puerta de la cocina.
Él va adelante mío, pero sostiene la puerta para que yo pase primero, le agradezco nuevamente y volvemos a la sala junto a nuestros amigos.
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