Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6. Más que una amiga





📅 A LA MAÑANA SIGUIENTE

Abro mis ojos bostezando ligeramente. Siento la mano de Marc en mi estómago y al ladear mi cabeza, lo observo mientras duerme tendido boca abajo en la cama. Su largo flequillo le tapa parte de la frente y de sus ojos, siendo el resto de su rostro el que miro sin perder detalle de cada uno de sus rasgos. Su cara es tan perfecta. Con esos pómulos tan definidos y esos gruesos labios que enmarcan una cara que me parece de lo más atractiva.

Siento algo de calor subirme por todo el cuerpo con los recuerdos de la pasada noche. Él. Yo. Esta cama. Ambos dejándonos llevar por nuestro deseo por el otro, sin importarnos nada más. Es extraño, nunca me había pasado que solo con una mirada suya, y ya esté temblando. Que me haga desear estar más cerca de él y que sus manos estén sobre mi cuerpo, aunque solo sea entrelazando sus dedos con los míos.

- ¿Ya despierta, Sunny? -sonrío de nuevo al escucharlo llamarme así. Me mojo los labios y asiento tumbándome justo a su lado. Le aparto el flequillo de la cara dejando un pequeño beso en esa naricita tan mona.

- Buenos días, dios de la guerra, y tengo que deciros que anoche me distéis mucha... -le sonrío de manera juguetona ganándome un sensual guiño de ojos por su parte. Voy a inclinarme para ver la hora que es, cuando, entro en pánico instantáneamente- ¡no me jodas que es esa hora!

Me incorporo en la cama lamentándome por mi pereza y pensando en lo mucho que llego tarde. 

- Son las 12.00, ¿Qué prisa tienes? -me pregunta Marc, después de darse la vuelta para mirar él también la pantalla digital de su reloj.

- Pues que el partido es a las 16.00 y aún tengo que irme al hotel, ducharme, cambiarme, comer e irme. Y en tres horas no me va a dar tiempo -voy a levantarme de la cama para poder llamar un taxi que me lleve al hotel, pero, una de sus manos me agarra del antebrazo impidiéndome que me levante.

- Cálmate. No tienes porqué irte. Puedes ducharte aquí y comer conmigo, y luego, yo te llevo a ver el partido -Marc me tumba en la cama y muy lentamente se sitúa entre mis piernas, haciéndome sentir un ramalazo de deseo en todo mi cuerpo.

- ¿Y la ropa? no pienso ponerme lo mismo que ayer -siento su boca en mi cuello en cuestión de segundos. Mis muslos se abren solos permitiéndole así, más acceso a mi y a mi cuerpo.

- Yo te dejo algo. Seguro que alguna de mis camisas te pueden servir y creo que por ahí tengo algún pantalón de los que nos dan de muestra los patrocinadores. Y por la ropa interior tampoco te preocupes -siento su lengua deslizarse por entre mis pechos y no puedo evitar que un gemido salga de mi garganta.

- Lo tienes todo preparado, ¿eh?

- Es que no quiero que te vayas todavía -Marc alza su cabeza para que sus ojos y los míos se encuentren en una intensa mirada. Siento mi cuerpo temblar a causa de sus palabras y como mi corazón late desbocado por su culpa. Él es tan tan sincero y honesto, que agradezco que me hable abiertamente de lo que quiere de mi.

- Si me lo pides así, con esa cara, no puedo decirte que no -le confieso sintiendo ya la dureza de su pene en mi estómago, algo que me hace moverme un poco y frotarme descaradamente contra ella.

- Tenía pensado un plan B por si me decías que no.

- ¿Y cual era es plan? -una de sus manos se desliza por mi estómago hasta posarse justo encima de mi clítoris. Sus dedos empiezan a moverse en círculos consiguiendo que todo mi cuerpo arda de deseo a causa de su contacto.

- Tú eres mi plan.

📅 MÁS TARDE

Me miro al espejo dándome cuenta de que no estoy tan mal. Unos vaqueros justo de mi talla, que complementan una camisa azul con pequeñas rayitas de Marc, la cual me he remangado y he acabado poniéndole un pañuelo negro suyo como si fuera un cinturón. Termino de arreglarme las trenzas y frunzo los labios sintiéndome cómoda con mi aspecto.

- Estás guapa de cojones, Alba, no te mires más -su voz saliendo del baño me hacen desviar mi mirada del espejo hacia él. Va vestido también de forma informal y decir que está guapo es quedarme corta.

- ¿Tú también vas a ver el partido? -le pregunto pues no sé que hará después de dejarme en el estadio. 

- Soy socio del Barcelona, así que, aprovecharé e iré. No me apetece mucho estar rodeado de gente, pero, ya que vas tú -me acerco a Marc siendo bastante natural para mi últimamente lo de poner mis dos manos en su cintura.

- Que pena que no podamos sentarnos juntos -le hago un pequeño puchero que lo hace sonreír.

- Tu asiento está bastante cerca del mío. Podré girar mi cabeza y verte.

- ¿Y no te importa que vayamos juntos al campo? te lo pregunto porque la gente, si nos ve, podrían...

Marc acalla todas mis preguntas con un beso. Sus brazos se deslizan por mi espalda atrayéndome más hacia su cuerpo. Su boca, su insensata boca, me besa una y otra vez arrancándome un buen gemido de placer a causa de sus besos. Al separarse, deja uno pequeño justo en medio de mi frente.

- Hace tiempo que dejó de importarme lo que la gente piense de mi. Solo voy a acompañar a una amiga al partido -su voz despreocupada al pronunciar estas palabras son como una punzada en mi corazón.

Amiga. Eso duele más de lo que pensaba. Después de todo lo que hemos compartido desde ayer, y me cataloga como su amiga. Y yo mientras, haciéndome ilusiones. Bravo, Alba, eres la hostia cuando se trata de tus sentimientos. Esbozo una pequeña sonrisa y me aparto de su lado para poder coger mi bolso e irnos cuanto antes, pero, él no me suelta, imposibilitándome mi marcha.

- Alba -su tono de voz se ha vuelto algo autoritario. No quiero mirarlo pues sé que verá en mi rostro lo mucho que me ha molestado lo que ha dicho. Pero, ya se encarga él de que nuestros ojos estén uno sobre el otro cuando sus dedos levantan mi barbilla para que lo mire.

- ¿Qué? -le respondo con desgana.

- Que se te nota -me dice intentando ocultar una pequeña sonrisa que me exaspera aún más.

- No se de que me hablas -intento sonar despreocupada para que vea que sus palabras no me afectan, pero Marcos dice que soy muy transparente cuando estoy enfadada, al igual que me sucede ahora.

- Lo dejo a tu elección -lo miro algo confundida pues no sé a que se refiere con lo que me dice- lo de querer ser algo más que una amiga para mi.

Siento los latidos de mi corazón bombear en mi pecho con fuerza. Retengo el aliento unos segundos para dejarlo salir después todo lo lento que puedo. Me está dando a mi, el poder de elegir. De decidir sobre nosotros. O por lo menos, eso es lo que me está dando a entender.

- No te entiendo, Marc -es lo único que se me ocurre decirle, pues deseo que vuelva a repetirme su petición. Uno de sus dedos acaricia mi mejilla a la vez que me da una tierna sonrisa mientras lo hace.

- No tiene porqué ser ahora. Nos vamos a ver el partido, luego te llevo a merendar y si quieres volver a tu hotel a cambiarte de ropa, te llevo. Sé que te vas mañana. Yo vuelvo a Madrid en unos días, para seguir con mis entrenamientos, así que, te doy ese tiempo para decidir si quieres ser algo más que una amiga para mi. Porque yo si tengo claro lo que quiero.

Contengo el aliento sin saber muy bien que contestarle. Recibo una sonrisa forzada por su parte y busco aire con el que respirar después de sus palabras. Deja de acariciar mi rostro, girándose para salir de la habitación, dejándome aún más confusa de lo que estoy.

- ¿Vamos?

📅 MÁS TARDE

Agradecí que Marc casi no le diera importancia a nuestra última conversación. El trayecto de una hora en coche pensé que sería todo un desafío para mis nervios, pero, no ha sido así. Me preguntó por el evento del viernes y le expliqué que apenas sobró comida, como en otras ocasiones. Hablar de mi trabajo, de lo que cocino, es algo que me entusiasma y es lo que me ayuda ahora mismo, a rellenar estos vacíos de silencio.

- Esa es la puerta por la que tienes que entrar -Marc ha dejado el coche en un parking privado cerca del Camp Nou. Caminamos ambos uno junto al otro dirigiéndonos hacia el partido. Hace frío ésta tarde, por eso a nadie debería extrañarle que él llevara un gorro, gafas de sol y una bufanda que casi le tapa toda la cara. Según me ha dicho, le gusta atender a sus fans cuando le reconocen, pero, en la medida de lo posible, le gusta pasar desapercibido.

- ¿Dónde nos vemos luego? -mi pregunta va acompañada de una mordida de labios algo nerviosa.

- En el parking, si te parece bien, que luego hay mucho lío a la salida.

- De acuerdo. Pues, luego nos vemos -le hago un gesto con mi mano a modo de despedida y me giro para ponerme en la fila de la puerta que me lleva a mi localidad.

- ¿Sunny? -me giro al escucharlo decir mi apodo. Marc se baja un poco la bufanda para poder sacarme la lengua- no te pierdas.

Ruedo mis ojos de la forma más dramática que puedo y vuelvo a mi lugar en la fila. Aquí todo avanza rápido, y más siendo la zona donde estoy. En la tribuna derecha, bastante cerca del palco. Desde luego que Marcos no podía conformarse con sacarme una simple entrada, no, él siempre tiene que hacerlo todo a lo grande conmigo.

En cuanto llego a la parte de arriba, siguiendo las indicaciones de una azafata, accedo a una sala bastante amplia, que por su decoración y por lo que me muestra, debe ser la Sala VIP. Un solicito camarero me ofrece una bandeja donde hay gran cantidad de bebidas. Le pregunto por algo sin alcohol y me señala un vaso largo de coca-cola, la cual bebo a sorbitos admirándolo todo.

Reconozco a algunas personas que me son familiares por verlas en la televisión, periódicos... camino hacia uno de los grandes ventanales, desde donde puede verse el campo. Los jugadores están fuera haciendo ejercicios de calentamiento, así que decido ir a mi localidad por si tengo suerte de ver a Marcos. 

Cruzo la puerta que me lleva hacia las gradas. Una azafata me ayuda a localizar mi asiento y en cuanto llego a él, me siento esperando que al rubio se le ocurra mirar hacia donde estoy. Pasan unos cuantos minutos en los que no ocurre nada, hasta que por fin, Marcos eleva su mirada hacia arriba intentando buscarme. Me pongo en pie instantáneamente y agito mis brazos para que él me vea. Que me mande un beso es señal de que me ha visto, así que, me siento satisfecha de que él sepa que ya estoy aquí.

Mi móvil suena con un mensaje. Lo saco de mi bolso y me río al ver que es de Marc.

Desde aquí se te ve aún más guapa. Pareces una WAG'S de algún futbolista

Levanto mi mirada y muevo mi cabeza buscándolo. No me cuesta mucho hacerlo, pues él está unas filas más abajo de donde estoy. Frunzo mis labios mientras recibo un asentimiento suyo de cabeza. Voy a contestarle, hasta que un par de chicas se ponen frente a mi.

- Perdona, ¿eres la novia de Llorente? -me pregunta una rubia de no más de 16 o 17 años, con un escotazo que ni yo en mis mejores tiempos. Ni siquiera sé que contestarles porque no le cuento mi vida a nadie, y menos a tres niñatas que me miran por encima del hombro con una actitud bastante chulesca.

- ¿Os importa apartaros? no me estáis dejando ver el campo -les contesto esbozando una irónica sonrisa.

- Que te he preguntado si eres la novia de Llorente -sigue insistiendo la rubia consiguiendo que de mi boca salga una mueca de hastío. 

- Y yo te he dicho que te quites que quiero ver el campo. ¿Estáis sentadas aquí? ¿se lo pregunto al guarda? -me doy la vuelta haciendo como que busco al de seguridad. Un jadeo sale de la boca de estas en cuanto se percatan que las ignoro. 

- Pues si no es tu novio, que sepas que esta noche me lo voy a follar -dice la rubia poniendo sus dos brazos en la cintura y sacando pecho antes de irse.

- ¡Que tengas suerte entonces!

Les saco la lengua y vuelvo a sentarme concentrada ya, en el inicio del partido. Si Marcos mete un gol o da un pase para que marquen y me lo pierdo, no me lo perdonaré nunca. Veo desde aquí a Marc como habla con el muchacho moreno que tiene a su lado. No vuelve a girarse para mirarme, algo que entiendo porque ahora que saben que él está aquí, no ha dejado de hacerse fotos desde antes de que empezara el partido.

De pronto, me viene a la cabeza el día que conocí a Carlos en el Bernabeú. Fue durante un partido de vuelta de la Champions. Partido que ganamos tras una remontada épica...

" Yo veía el partido en el palco de Marcos con sus padres y sus tíos. Estaba de los nervios, y un idiota delante nuestra, no hacía nada más que ponerse en pie, haciéndose fotos con gente que se acercaba a él a pedírselo. Me tenía frita y no me dejaba ver el partido. Hasta que, me harté y le llamé la atención.

- Oye, perdona, no se si sabes, pero el photocall está arriba. Aquí nos sentamos los que queremos ver el partido -le toqué el hombro y le hablé con mi sonrisa más irónica. Él arqueó una de sus cejas dándome un buen repaso de arriba a abajo que me indignó aún más.

- Lo siento, de verdad que lo siento. Ya te dejo ver el partido -se disculpó él con mucha educación.

El resto del encuentro prosiguió sin incidentes. La madre de Marcos se reía porque acababa de "regañar" a Carlos Sainz, un piloto de automovilismo. Yo no tenía ni idea de quien era. Bastante tenía con el fútbol. Aunque si tenía que reconocer que el morenazo era guapo a rabiar y que tenía unos labios que te daban ganas de comértelos.

Cuando terminó el partido, con victoria nuestra, y una vez que los jugadores se reunieron con sus familias, Marcos se acercó a mi y muy disimuladamente, me dijo las palabras que iban a sellar mi destino.

- Carlos Sainz me ha dicho que quiere conocerte, ¿Qué le digo? "

Por eso Marcos se siente culpable de nuestra ruptura, porque piensa, que al insistirme en que lo conociera, de alguna manera me "obligó" a salir con él. Cuando lo cierto es que lo hice porque el piloto me gustaba y me parecía bastante guapo. Lo que vino detrás tuvo sus momentos buenos y otros muy malos. Y esos, estos últimos, son los que me impiden avanzar con nadie.

Miro a Marc abajo, riéndose y pendiente del partido. Es un gran tío. Tiene todo lo que me gusta en un hombre, y eso que apenas lo conozco. Pero, la conexión que he sentido con él, es algo que no me había pasado nunca. La de que con solo una mirada o un pequeño roce de sus labios, ya esté temblando. Y no hablo solo físicamente, que está claro que nos entendemos muy bien sexualmente hablando, es algo más. Es ese más que me corta la respiración cuando estoy con él, o cuando me habla con esa sinceridad que tanto alabo en Marc. 

Es diferente a mi ex.

Porque no es él. 

Es Marc. Solo Marc.

Saco mi móvil de mi bolso y rápidamente le mando un mensaje. Algo breve y escueto, pero que tiene mucho significado para ambos. En cuanto termino, me quedo el teléfono en la mano esperando que lo mire. Son segundos los que tarda en hacerlo, estando yo, aquí arriba, pendiente de cada uno de sus gestos.

" Quiero ser algo más que tu amiga, quiero ser ese más "

Lo veo desde aquí sonreír. Una sonrisa pura y genuina. Y cuando se gira para buscarme y nuestras miradas se encuentran, entonces, si, confirmamos porque me muero por ser todo de él. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro