Capitulo Extra 2 (desde el punto de vista de Caleb)
Era oficial, ahora sí que estaba reprobado, últimamente estaba sacando puras medias y debía de mejorar si o si y para empeorarlo todo, estaba recontra seguro que en Filosofía tenia ganado un cero, ahora sumando todas mis medias más la última que saqué cinco en Lengua mi media había caído. ¿Demonios que se suponía que debía de hacer ahora? Necesitaba sacar al menos una media para que pudiera seguir jugando al fútbol, aunque no lo crean no soy él típico deportista tonto, aunque a veces aparento que no me importaba una mierda, pero no era así, siempre me he optado por sacar buenas calificaciones no por mí, sino porque mis padres siempre me lo exigieron.
A la mierda si pensaban que este chico era un cabeza hueca, en especial las chicas que lo único que andaban diciendo es que era bueno para una cosa y la verdad es que me agradaba que hablaran eso… yo por lo general no estaba pensando en andar con alguien, no tenía el tiempo para estar pensando en algo serio me conformaba con los polvos ocasionales que tenía, sabía de ante mano que las chicas lo único de deseaban era mi polla y la reputación que lograban al pasar una noche conmigo. Ahora corría peligro que no siguiera jugando al fútbol si no lograba convencer a mi tierna y amargada compañera de Filosofía.
Anoche Domingo le había mandado mensajes pidiendo una oportunidad y disculpándome por ser un completo idiota, pero la chica me mando al carajo a pesar que le había mandado unas de mis fotos súper sexys de mis abdominales, no pude obtener convencerla y ahora si o si tenía que lograrlo para poder mejorar mi nota y sobre todo porque quería llevarla a dormir a la cama conmigo.Aún recordaba cuando bajé en la madrugada por un vaso de agua y todo estaba hecho un desastre, la mesa y el suelo estaban repletos de latas y vasos de cervezas vacías. No entendía como mi amigo Colín podía estar jugando a la play a estas horas, mi amigo me vio parado en el marco de la puerta y grito.
—¡Caleb, ven y juega conmigo!
—¡Joder! Deja el maldito juego y ve a dormir.
—Oh, vamos hombre, deja de ser aguafiestas.
No logre contestarle porque me distraje con lo que estaba haciendo mi otro amigo en el sofá, prácticamente era una sección porno. Él estaba sentado y la rubia en su regazo solo vestida con ropa interior estaba sentada a horjacada sobre él y se frotaba contra su entrepierna. Cam me notó que estaba mirando embobado la escena que armaba.
—¡Cal! ¿Al fin se te pasó la rabieta? —preguntó y luego volvió su atención a la rubia sin escuchar siquiera mi respuesta.
No es que no estuviera acostumbrado a ver este tipo de escenas, no era quien para hablar, no era ningún santo ¿Qué podía decir? Los jugadores siempre andábamos cachondos, cuando no estábamos en la cancha, estábamos con una o dos chicas era normal para mí o para los chicos.
—Te estuve esperando a que bajaras toda la noche —me informó Cameron. Sus enormes hombros se encorvaban mientras agarraba fuerte a la chica, tenía que admitir que era un chico fuerte, musculoso, además era el defensor del equipo y por no decir era el mejor. —Enserio ¿Por qué no bajaste? —se quejó.
—Me quedé dormido —contesté yendo a la nevera por un vaso de jugo de naranja.
—¿Y soñaste bonito? —preguntó sonriendo fuerte que me molestó un poco. Tanto su pregunta como su indirecta.
—¿Por qué la pregunta?
Cameron soltó otra risotada haciéndome fruncir el ceño.
—Por que pensé que soñaste con la tierna y delicada de tú compañera de Filosofía.
—¡Por Dios! ¿Qué acaba de decir Cam? —masculló Colín desde la sala de juegos.
—Nada —dije rápidamente.
—Dice el gilipollas que tiene miedo apostar su auto —se burló Cam.
Fruncí el ceño al recordar lo que habíamos hablado ayer por la noche.
—¡Cállate Cam! Tenemos compañía —contesté indicando a la chica.
—Va. Ella ni sabe de qué carajo estamos hablando.
—Si, bueno, luego me explican que es lo que hablaron anoche ¡Entienden! —espetó Colín otra vez desde donde estaba jugando a la Play.
—Por el amor de Dios —gimió Cam— solo espera a más tarde, solo confía, ya que te gustara tanto como a mi me está gustando.
La mirada de complicidad que intercambiaban me ponían de los nervios no sabía ¿Por qué no había aceptado esa propuesta? Ahora lo que más me preocupaba era la bendita tarea, tenía que ponerme en contacto con Alina haber que pasaba, solo esperaba que me disculpara por lo tonto que había actuado ayer. Una vez que me bebí dos vasos de jugo de naranja me dirigí a mi cuarto nuevamente, sin hacer caso a las risotadas de mis amigos, necesitaba pensar qué diablos iba a hacer con lo de Cam y lo más importante que iba a hacer con mi dulce e inocente compañera.
(……)
Ahora me encontraba en clases de Historia donde no lograba tomar atención al profesor, todo pensamiento se centraba en ella, de cómo carajos iba a convencerla a que me disculpara por lo tonto que me había portado en la fiesta del Sábado que mi amigo Cameron había organizado, prácticamente no escuchaba nada a lo que él profesor estaba explicando, solo sabía, no, estaba seguro que Alina no se iba a deshacer tan fácilmente de mi, no sabía que yo era un chico que no se rendía nunca, esperaba que Dios me ayudara ahora más que nunca para poder convencerla, aunque muera en el intento.
—¿No sabes a que hora saldremos de aquí? —Pregunté aburrido a Colín.
Su expresión cambió al escuchar mi pregunta.
—¿Por? ¿Tienes que ir a verla?
—Solo… Necesito salir de aquí cuanto antes.
—Faltan dos minutos campeón, solo sé paciente.
No perdí el tiempo alistando mis cosas a la mochila y salí del aula cuando apenas sonó el timbre que decía la hora de receso. Caminé a toda prisa por el pasillo en busca de mi compañera de Filosofía, mientras avanzaba la vi y empecé a correr hacia donde ella estaba saliendo de su aula. Alina me vio y comenzó a caminar más rápido, bueno en realidad comenzó a correr, esto era un poco divertido ¿Qué? Solo me iba a divertir un poco con esta niña testaruda.
—¡Deja de seguirme! —gritó Alina mirándome por encima de su hombro y comprobando cuanta gente curiosa nos estaba observando caminar juntos por los pasillos, mi compañera actuaba como si yo fuera el mismísimo diablo.
—Me gustaría hablar contigo —insistí a pesar de que ella estaba por perder la paciencia ¡Demonios! No sé en que estaba pensando, normalmente yo no me metía con niñas así pero me gustaba sacar de quicio a mi compañerita ya que me la ponía todo fácil—. También que saliéramos no sé… Por ahí ¿Qué dices?
Alina me lanzó una mirada de hielo con esos ojos claros, hacía que pensara bien en lo que iba a decir, no quería estropear esta grandísima oportunidad.
—Bien… retiro lo dicho. No quise enojarte.
—Escucha Caleb —habló mientras se daba vuelta haciendo que su melena le cayera sobre sus hombros— no salgo con chicos engreídos e irresponsables.
—Yo tampoco salgo con chicos de esas características —me burlé acercándome a ella—. Y para que lo sepas no soy ni engreído e irresponsable.
—Sí, claro ya me di cuenta.
—No me conoces.
—Sé lo suficiente —dijo cruzándose de brazos a continuación bajando la mirada al percatarse de que con esa postura realzaba sus atributos. Hacía todo lo posible por no mirarle los pechos dando un paso hacia adelante.
—¿Qué pasa contigo? ¿Enserio estas enojada?
—¿Y que si lo estoy? —replicó retrocediendo un paso.
—Nena ¡No tengas miedo! —me burlé para que Alina pueda darme alguna razón de la opresión que sentía por mi en estos momentos.
—¿Tenerte miedo? No te ofendas si crees que tú me das miedo porque no es así.
—Entonces soy yo el causante de tu miedo ¿Es así? ¿Y por qué no sales huyendo? Eh.
—No tengo porque hacerlo.
Suficiente, no estaba de humor para estar discutiendo o lanzarme indirecta con ella, la diversión acababa era hora de dejarle las cosas claras y hacerle saber quien llevaba los pantalones. Acorte la distancia que nos separaba y le susurre al oído.
—¿No es suficiente toda esta pelea? Se que no te agrado, pero podría apostar que te quedas toda la noche despierta fantaseando conmigo —susurré ¡Maldita sea! Podía captar el olor de su perfume o ¿Era el de su cabello? No lograba identificarlo pero me encantaba. Quién jugaba con fuego acababa quemándose, nena. Me daban unas ganas locas de tomarla en brazos y cumplir sus fantasías porque estaba seguro que era así, ya que estaba tan ruborizada.
Genial ese olor me afectaba de maneras que no debería ya que estaba reaccionando, por suerte hoy estaba con pantalones holgados ya que otro determinado miembro de mi anatomía se dio cuenta de la cercanía y despertó sacudiéndose con interés lo que me hizo apretar los dientes. Mi pene estaba listo para cumplir con su deber, para empeorar las cosas su olor flotaba entre nosotros dejándome completamente interesado otra vez en ¿Cuál era su aroma? Cerré los ojos tratando de aguantar todo los sentidos de mi cuerpo, que se volvían locos involuntariamente mientras ella tenia la mirada baja para luego volver a mirarme molesta.
—Estas invadiendo mi espacio personal y la verdad no quiero contraer alguna enfermedad de los idiotas como tú.
¿Qué? Con que así eran las cosas, ¿Quería jugar? Pues a jugar se dijo.
—O tal vez quieres espacio ¿Por qué te excita mi cercanía? —Creo que eso le molestó o se sintió ofendida porque intentó darme una bofetada, pero fui más rápido agarrando su mano suave y delicada. —Eres toda una fiera —dije para luego acercarme y oler de nuevo su cabello que olía increíble— una que debe ser domada ¿No crees?
Alina nuevamente me sorprendió soltando una risotada.
—¡Eres un cerdo! ¿Lo haces muy a menudo? Y para tú información no necesito ser domada por nadie y menos por un idiota como tú —dijo molesta, segura y firme, vaya que me encantaba verla así toda molesta, enfadada se veía increíble.
Simplemente arquee las cejas para enfadarla más.
—¿Qué? —pregunté haciéndome el tonto alejándome un poco para poder mirarla a los ojos, sí, a esos ojos claros e inocente que ahora me miraban duramente.
—Eres un completo idiota eso ya sabias ¿Verdad?
Quería reír, hacía tan difícil quedarse concentrado con lo que me decía o como intentaba mostrarse enfadada.
—¿Siempre eres así? —pregunté.
En lugar de ira en sus ojos claros vi en ellos remordimiento ¿Enserio? Creo que fui un imbécil no tenia porque hablarle así.
—¿Así como? Lo siento… Sabes, eso no debería importante.
¿Qué mierda? ¿Se había disculpado conmigo? ¿De donde era esta chica? Generalmente si hubiera dicho esto a otra chica me hubiera mandado a la mierda.
—¡Alina! —gritó su amiga o lo que sea— ¿Quieres venir un momento por favor?
—Valentina… En un minuto voy, tranquila.
Vaya la tal Valentina había traído refuerzos, dos chicas más que nos miraban como si Alina estuviera siendo dañada.
—Que no se preocupen, ya yo me iba —repliqué con la mirada aburrida en mi rostro que había perfeccionado hace años.
—Valentina, enseguida voy.
—Bien, te esperamos entonces —espetó su amiga mirándome toda ceñuda como si yo lo hubiera echo algo, que raro comportamiento tenían hoy en día las chicas. Tal vez se daban cuenta de lo que deseaba hacerle a su amiga.
—¿Qué les pasa? —pregunté un poco impactado por la actitud de sus amigas— solo estamos hablando, no es como si quisiera hacerte daño.
Mentira, si deseaba y planeaba hacerle daño, pero de una manera rica, tierna donde nunca olvidaría y volvería por más.
—No les hagas caso —dijo en un susurro.
Maldición ¿Por qué parecía tan derrotada de nuevo? Pero esas largas piernas y esos ojos miel me estaban enloqueciendo.
—Claro que no pienso hacerles caso —me jacte.
Volvió a mirarme enojada otra vez.
—¡Idiota!
—¡Malcriada!
—Perdedor!
—Fiera!
—¡Cretino!
Esto se estaba volviendo divertido.
—¿Cretino? Eso ya me han dicho muchas veces —me burlé— y no entiendo porque de ofenderme con ese adjetivo ¿Qué las chicas no saben que más decir?
—¡Malcriado y Engreído!
—Eso lo soy sin lugar a dudas, no tengo culpa de ser un chico millonario, malcriado y engreído —dije dando un paso adelante y ella dando uno atrás chocando con la pared.
Justo en ese momento cuando las cosas se estaban poniendo muy divertidas y calientes el verdadero idiota apareció, sí, el idiota de mi mejor amigo Cameron Smith. Como le gustaba arruinar las cosas.
—¿Todo bien Cal?
—Si Cam —contesté un poco molesto— solo hablaba de la tarea con Alina nada más— dije volviéndome hacía la chica que tenía mi cuerpo duro— Nos vemos más tarde nena, estoy deseando hacer pronto nuestra tarea.
Ya tenía bastante con esto por hoy, realmente necesitaba una ducha fría ahora mismo. Así que decidí marcharme para ocultar la tensión que tenía tanto de Alina como del idiota de Cam. Cuando me había despedido mi compañerita me hizo una mueca como si no supiera que me deseaba tanto como yo a ella.
—¡Venga Cal! Ya empezaste a trabajar, ese es mi hombre —dijo Cam alegremente— ¿Eso quiere decir que estas aceptando la propuesta?
—Solo… Cállate.
—Estabas prácticamente encima de ella, solo faltaba que la desnudaras.
No me hacia mucha gracia su comentario, pero era cierto que la tenia arrinconada a la pared del patio del colegio donde todo los demás estaban observando, me imaginaba que idioteces estarían inventando en estos momentos. Y la verdad no me quejaría, de todas maneras ya había logrado captar la reacción que le daba a su cuerpo y el suyo al mío… ¡Maldición! La necesitaba cuanto antes… mucho mejor si era pronto.
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Hola espero que les haya gustado este capitulo, habían varias personas que me pedían un capitulo de Caleb y aqui esta.
Espero les guste y nos vemos luego. Los quiero.. y gracias..!!
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