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Séptimo mes: 28 a 31 semanas

-¿Y que tal este? -preguntó SinB enseñando un pequeño conjunto de ropa para bebe color verde con un gorro con ojos de rana.

A tan solo dos meses del nacimiento de un nuevo integrante de la familia y las hermanas estaban emocionadas comprando el guardaropas del niño.

-Creo que no, las ranas no son mis favoritas. -Eunha negó con su cabeza acompañando el gesto con una mueca de desagrado.

-Es cierto, olvide que prefieres las jirafas. -bromeó llevándose una mueca de fastidio por parte de su hermana.- ¡Mira! Este si que es espectacular.

Tomó otra prenda y la colocó frente los ojos de la mayor. Nuevamente la respuesta fue una cara que expresaba no estar de acuerdo con la elección.

-¿Por qué Rosa? ¿Olvidaste que voy a dar a luz a un niño?

-Primero que nada, es coral, y no sabes nada de gamas de colores. -expresó indignada la menor.- Y segundo, el color no define el género.

-Ya lo se, pero es un poco extremo llegar al coral. Tan solo busca diferentes colores, tampoco quiero que toda su ropa sea color celeste.

-Como tu quieras, de todas formas voy a llevarlo y tranquila, lo pagaré yo. -aclaró con molestia. Su buen gusto estaba siendo herido y ella sabia claramente que siempre tuvo mejor gusto que su hermana mayor. -Tal vez en un futuro te arrepientas y lo quieras.

Dio media vuelta y continuó mirando las pequeñas prendas en silencio.

-¡Ay! -Pretendían continuar enfadadas hasta Jung exclamó colocando a su hermana en alerta.

-¡¿Qué pasó?! -de un solo paso ya se encontraba junto a la mayor colocando una mano en su vientre -¡¿El bebé ya viene?!

Eunha la miro extrañada y luego se miro así misma por un segundo negando con su cabeza.

-Claro que no tonta, no viene nadie. -respondió de mala gana como las anteriores contestaciones.
No era personal, solo que sus hormonas parecían estar más alteradas que nunca y el resultado era una persona muy cambiante de ánimo.

-¿Entonces? -preguntó incrédula la menor.

-Escucha. -indicó mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro. -La canción que acaban de poner en la tienda.

-¿Tanto escándalo por una cancion?

-No es una canción, es la canción. -su emoción al hablar desconcertaba aún más a Hwang. -Sowonnie una vez me dedico esta canción, es Promise de Ateez.

SinB también sonrió observando la felicidad que desprendía su hermana. Estaba muy feliz de ver a Eunha enamorada. Entre su hijo y el amor, a pesar de su fastidios momentáneos debido a los cambios hormonales, en ningún momento dejaba de desprender luz.

-Nunca pensé que te vería así de enamorada. -comentó sonriendo con ternura.

-Voy a decir algo muy cursi, pero si, yo tampoco puedo creer lo enamorada que estoy de ella y lo feliz que me hace. -admitió dejando escapar un suspiro. -Siento que era la última parte que me faltaba para hacerme sentir completa.

Demás esta decir que en el momento en que hablaba su corazón se aceleraba, de hecho, a esta altura ya no cabía en su pecho. Sus ojos brillaban y su presencia destellaba luminosidad.

-¿Ahora me entiendes? Y tú que decías que me veía tonta los primeros meses que comencé a salir con Yennie.

-Lastimosamente para mi orgullo, porque ahora viviré mis propias burlas, si, te entiendo -asumió la derrota -De todas formas sigues viéndote tonta.

-El amor no se puede controlar ni disimular hermanita. -declaró la menor. -Por eso es que siempre sospeché de Sojung Unnie, al final tuve razón y mírense ahora, ya van un mes de relacion.

-¿Y de mi? Nunca sospechaste nada.

-La verdad es que comencé a elucubrar una teoría, aproximadamente cuando tenías 17 años y estabas en la cúspide de tu apetito sexual imparable. -admitió -Este no es solo un rostro bonito, también soy muy inteligente, y siempre crei que tu afán por acostarte con tantos chicos se debía, en parte, a una parte de ti que no querías asumir. Más allá de si alguna vez se te cruzo por la mente o no, sentia que intentabas reprimir tus sentimientos, es decir, si nunca lo pensaste, claramente tu deseo podía tener su origen en tu subconsiente.

-Realmente creo que nunca pensé, durante mi adolescencia, si cabía la posibilidad de que me gustaran las mujeres, y hasta el día de hoy es así, pero Sowon es diferente y es a la única que llegué a mirar con otro ojos. -luego se mantuvo en silencio y analizo la teoría de SinB que había generado la duda. -Tal vez tienes razón o no, hay personas que entraron a mi vida y no por amor, ni siquiera se si por placer, esa necesidad puede surgir por diferentes motivos pero no recuerdo sentir nada por mujeres.

-¿Y por Sojung Unnie?. -introdujo otra pregunta más a la conversacion y una duda más en la mente de la Eunbi mayor. -Si te generó algo y no quisiste aceptarlo, buscaste reafirmar tu orientación sexual mediante el sexo casual. Es más, no digo que fuera una sensación permanente, tal vez fue algo momentáneo, aumentaste la cantidad de chicos con los que salías y luego te acostumbraste.

-No lo se, no tengo ningún recuerdo en el que, en ese momento, Sowonnie me haya gustado. -inhabilitaba la teoria de su hermana pero no podia pensar las cosas con claridad, así que no estaba muy segura de sus respuestas o sus negaciones. -La verdad es que en este momento me da igual, tampoco es un detalle que vaya a cambiar nuestra relación. Voy a profundizar más tarde porque no es algo que pueda analizar de un segundo a otro y, además, el movimiento hormonal no me está ayudando porque me estoy alterando y fastidiando.

-Esta bien, esta bien, dejamos el tema para después. -aceptó desplazar el tema mientras esperaba que su hermana volviera a relajarse.

-Hablemos de otra cosa. -sugirió

-Cuéntame de Yunho.

-El obstetra me dijo que ya, además de mi voz y la de Sojung, puede reconocer otras voces o sonidos y responder.

-Dejame intentar. -pidió con emoción colocando su mano en la barriga de la mayor. - Hola Yunho, soy tu linda tía Eunbi.

Ambas esperaron inmoviles hasta que le respuesta llegó.

-Ahi esta. -Indicó con una amplia sonrisa la bajita -¿Lo sentiste? Acaba de patear.

-Lo senti y estoy por echarme a llorar en medio de la tienda. -avisó presionando sus ojos cerrados con fuerza para detener la emoción.

-No lo hagas que empezaré a llorar yo. -le propinó  un golpe con sus ojos cristalizados debido a la susceptibilidad y las hormonas. - Ahora compremos esto que ya quiero irme a casa.

《●●●》

-Dejame ayudarte Unnie. -Hwang se ofreció tomando las bolsas que le entregaba la vendedora.

-No estoy inválida, déjame cargar al menos una. -la bajita hacia pucheros mientras reclamaba su independencia. -Es ropa de bebé, tampoco son cajones de verdura. Hazme sentir útil.

-Como quieras, toma. -le extendió dos bolsas permaneciendo con la mayoría.

Una vez conforme, se despidieron de la empleada y salieron de la tienda directo hacia el auto de la menor.

El auto se encontraba a tan solo una manzana de distancia debido a las dificultades para encontrar un lugar para estacionar. Pero para lo llenas y ajetreadas que se veían las calles, una manzana era una bendición.

A mitad del camino, una imagen inesperada y bastante desagradable choco frente la visión de Eunha.

-Eunha noona...

SinB miró a las dos personas incrédula, sin comprender sus expresiones, al igual que la otra chica frente a ella.

-Jungkook...

El nombre del chico abrió los ojos de SinB quien, sin conocerle la cara, conocía muy bien su nombre y de inmediato todo cobró sentido.

La niña que estaba a su lado tomandolo por la cintura parecía no entender la situación. La menor de las hermanas estaba segura que aquella chica, sea quien sea, no estaba enterada de nada.

Eunha estaba congelada, no esperaba volver a verlo, y mucho menos con otra persona, muchísimo menos en aquellas circunstancias.

Habia quedado en blanco, no sabia que decir o que hacer. Tampoco lograba definir si sentia odio, queria gritarle, llorar, golpearlo, todo al mismo tiempo o simplemente continuar como si nada hubiera pasado.

Tanto Eunha como Jeon estaban paralizados.
El niño no lograba hilvanar ni siquiera una palabra, posiblemente, por cobardía.
Su cara manifestaba todo el terror que sentía sin siquiera expresarlo verbalmente, y haciendo cuentas rápidas, lo más probable es que temiera por su actual relación pensando que Eunbi, como si fuera una mujer loca y despechada, diría absolutamente todo.

Luego de largos segundos en silencio e incomodidad, una persona se atrevió a hablar.

-¿Se conocen? -preguntó la chica desentendida del tema. -Soy He DaYoo, novia de Kooki.

La presentación y la reverencia de la chica sacó del trance a los otros dos. Por simple educación, ambas hermanas hicieron lo mismo.

-Si, si nos conocemos. -inició Eunbi.- Trabajo cerca de la escuela de Jungkook, soy bibliotecaria.

-Yo siempre iba a estudiar y hacer la tarea en la biblioteca. -continuó Jeon cambiando su mirada a una más oscura.

Intentaba amenazarla pero Eunbi ya había definido sus emociones, irá, una profunda e iracunda irá que, aunque los gestos del menor la estuvieran avivando como si echara leña al fuego, no iba a dejar que explotara.

No iba a explotar, primero por su bebé y su salud, y segundo, porque si quería darle una lección sería en otro momento y con más severidad.

La tensión entre ambos era imposible de disimular. 

-Es cierto, ¿Sabias que muchas veces lo ayudé a estudiar? -sus contestaciones malintencionadas se encontraban bajo su simpatía falsa. -Recuerdo mucho cómo nos divertíamos, por cierto, hace tiempo que no te veo por allí.

-Estoy ocupado y tengo otro tutor. -el tono cortante del chico no eliminó la sonrisa falsa de Eunbi.

-Espero que él te haga más responsable, tal vez así empieces a hacerte cargo de tus obligaciones.

-Kooki tiene buenas calificaciones. -acotó la tal DaYoo intentando defender a su novio.

-No estaba refiriéndome a sus calificaciones cielo. -la expresión de Eunbi volvio a cambiar a una más fría pero sin quitar su sonrisa triunfante. Nada ni nadie, muchos menos Jeon, la haría sentir intimidada o débil.

-Creo que ya debemos irnos amor. -se anticipó a interrumpir la inminente pregunta de su novia.- Fue un placer verte.

-Esperen, aún no se vayan. -los retuvo la mayor.- ¿Hace cuanto están en pareja?

-Siete meses. -respondio rápidamente Dayoo con una sonrisa.

Siete meses...

Eso quería decir que el menor no había esperado ni siquiera una semana para volver a conquistar a otra chica.

-¿En serio? Que coincidencia. -fingió estar sorprendida- Yo tengo siete meses de embarazo. Que pena que el padre no quiso hacerse cargo.

-Realmente lo siento. -lamento la novia del muchacho.

Este no paraba de observar como la pequeña mano de Eunha acariciaba la redonda barriga sietemesina.

-Pero entre nosotras, de mujer a mujer, intenta no meterte con ese tipo de hombres, no cometas mi mismo error; quedate con Jungkookie que es un buen niño. -Garantizó.

-Gracias pero ya debemos irnos. -volvio a interferir el chico alto.

-Jungkook. -nombro Hwang antes de que la pareja retomara su camino y emitiendo palabra por primera vez en toda la conversacion -No me interesa si quiera cruzar una palabra contigo, pero déjame darte un consejo: se más honesto con tu novia.

-¿Por qué dices eso? -preguntó la niña.

-No importa porque lo dice, algún día tu misma lo sabrás. -dicho aquello, Jung se dispuso a caminar pero antes se acercó hasta el oído del menor para hablar. -Y deja el papel de chico malo, entre nosotros, sabemos lo cobardes que eres y como reaccionas cuando una mujer te amenaza, idiota.

Al terminar, sonrió con la suficiente inocencia para desconcertar a la chica, evidentemente, ciega junto a Jungkook.
Camino junto a el manteniendo su frente en alto, con su expresión angelical impoluta y disfrutando no cargar con el peso del menor.

SinB chocó el hombro al pasar y se unió a la caminata junto a su hermana.

Llegaron al auto en silencio y al instante Eunha dejó salir todo el aire que llevaba reteniendo durante minutos en un largo suspiro.

Toda la ira, tensión y presión que habia estado sosteniendo, comenzó a descender en forma de lágrimas.

-No llores, el no merece tus lágrimas. -SinB de inmediato la abrazo e intento limpiar las gotas saladas.

La mayor correspondió al abarazo sin dejar de llorar. Era un llanto silencioso, pero si había dolor en el.

-No lloro por el, lloro por mi bebé. -podia escucharse su voz quebrarse. -Me duele pensar que su hijo no tenga peso en su vida, que haya sido capaz de olvidar de un día para el otro su existencia.

Un nudo se habia formado en la garganta de SinB al escuchar a su hermana llorar y decir aquello con verdadera decepción. Una lágrima se desplazó por su mejilla.

-El ya no es el padre, tu se lo dijiste y tuvo la oportunidad de contribuir hasta con el gesto más mínimo pero ni siquiera fue capaz de eso. -separó el abrazo y limpio las mejillas de su hermana con sus pulgares -Si al menos hubiera comprado los pañales, un biberón o decirte que estaría para cuando lo necesitaras, pero no lo hizo y decidio no hacerse cargo, por lo tanto, el título de padre le queda exageradamente grande y no debes sufrir por Yunho. -la consoló con una sonrisa que fue calmando el malestar de la contraria. -Es mejor que el no esté presente porque no podrá aportarle nada bueno a su vida, el crecerá en una familia rodeada de amor, con las mejores dos madres que alguien pueda tener y por supuesto, las tías más sexis del mundo.

Finalmente Eunbi asintió riendo. Opinaba exactamente igual que SinB quien siempre estaba para abrirle los ojos y disipar cualquier dolor que sintiera.

-No se que haría sin ti. -respondió volviendo al abrazo fraternal.

-¿Vamos a tu departamento a ver una película? -propusó animando el ambiente.

-Esta bien, pero primero vayamos a comprar 2 sandías.

-¿Ahora las sandías son tu nuevo antojo?

-Algo así, ¿Recuerdas que te dije que últimamente estoy sufriendo de ardor de estómago muy seguido? -la menor asintió mientras se colocaba el cinturón de seguridad. -Con todo este mal rato, el niño siente lo que yo siento. Comienza moverse demasiado y el ardor comienza otra vez, pero descubrí hace unos días que la sandía calma mi ardor. Vamos antes que empeore.

Los ardores de estómagos son frecuentes en algunas embarazadas a partir del séptimo mes, y Eunha no se quedaba atrás.

A medida que avanza el embarazo, el crecimiento del útero tiende a desplazar el estómago y los intestinos. Este pequeño desplazamiento favorece el paso de los jugos gástricos del estómago al esófago. Por eso, llegado esta altura del embarazo, se comienza a experimentar los ardores de estomago.

La manera de disminuirlos varía en cada mujer, en el caso de Eunbi era comiendo sandía.

Retomaron su camino, no sin antes, comprar lo que la mayor necesitaba, y continuaron hasta llegar al departamento.

《●●●》

-Si mamá, el sábado estaremos allí. -aseguró Jung hablando por teléfono con su progenitora. -Adios, te amamos.

-¡Saludanos a papá! -gritó la menor entrando al cuarto justo antes de que la llamada terminara.

-¿Puedes explicarme por qué mamá está reclamandome a mi que tú no los visitas? -siguió con la mirada a la menor hasta que esta se detuvo frente al guardarropas.

Hwang abrió las puertas y comenzó a mirar la ropa que había allí dentro saltándose las últimas prendas del talle de madre embarazada.

-¿Me prestas un vestido? -preguntó sacando una de las prendas.

-Claro, de todas formas no podré usar nada de eso hasta dentro de 4 meses minimo. -aceptó mientras miraba a SinB probándose su ropa frente al espejo. -Ahora responde.

4 meses minimo...

Aún le quedaban 2 meses de gestación, los primeros 3 meses los padres no duermen, claramente no saldría a ningún lado, y luego, hacer dieta para volver a su peso normal.

-Esta exagerando, los visitó con frecuencia, solo que la semana pasada iba a almorzar con mamá y cancelé el plan. -sacó otro vestido más pequeño.- ¿Recuerdas cuando viaje a Incheon con Yennie porque su abuelo estaba en el hospital? Fue exactamente ese día, y ella ahora me reclama como si yo fuera la hija abandonica.

-Son dos pares de exageradas, solo te extraña. -Garantizó- Yo recibo llamados de ella y papá casi todas las noches como si no nos viéramos nunca. Solo almuerza con ella y solucionado.

-Si tú lo dices. -respondió mirándose una vez más en el espejo. -Oye, ¿y piensas oficializar tu relación este fin de semana frente a nuestros padres?


-No lo se, ¿No es muy pronto para oficializar? -apoyó su cabeza en el respaldar de la cama con su mirada fija en el techo. -Además, primero llegue a casa con la noticia de un embarazo, ¿y luego voy a confesarles que me enamore de una mujer?, no tiene nada de malo pero puede que sea mucho para ellos.

-Yo fui la primera en ir con esa noticia y sabes que no lo tomaron mal.

-Es cierto.

-No creo que dependa del tiempo, ni de mamá y papá. -dejó el espejo para posar su sugerente mirada sobre la mayor. -Creo que esa es tu excusa para no terminar de aceptar la realidad.

Jung no respondió. Sus sentimientos si eran claros, tan claros como el miedo que le generaba la sociedad y los prejuicios.

Con su silencio terminó por otorgarle la razón a su hermana. Fuera de su departamento, su comodidad y libertad se reducían a gran escala, más con conocidos que con desconocidos.

-Espera, ¿Todavía no tijerearon?

La indecente y sorpresiva pregunta, formulada con muy poca sutileza, llegó hasta Eunha como un golpe en la cara. Su cuerpo se tensó en respuesta y de inmediato reaccionó lanzandole una almohada, cosa que no hizo más que provocar la risa en la menor.

-Eso es un tema mío y de Sojung Unnie.

-¡No puedo creerlo! Claramente eso es un No, ahora muchas cosas tienen sentido. -las palabras de Hwang solo lograban desconcertar cada vez más a la mayor.

-¿Y qué te hace estar tan segura?

-Primero que nada, si esto se hubiese tratado de un chico me estarías respondiendo de una forma completamente diferente. -Jung no respondió, ni siquiera miraba a su hermana porque sabía que tenía razón. -Y segundo, es una de las razones por las que no quieres oficializar ¿No?, todavía no llegaron hasta ese tipo de confianza.

-Como haces para leer mi mente, deducir mi vida entera y tener razón, aciertas en más cosas que yo misma. -suspiró con frustracion- Pero si, creo que me da miedo no poder sobrellevarlo.

-Que no te asuste lo que viene después, que no te asuste estar enamorada, no es más que otra muestra de amor. -la menor tomó asiento en la cama. -Tu podrás ser toda una experta en hombres pero este es mi terreno, así que puedes pedirme ayuda en lo que sea.

-No es necesario.

-¿Estas segura? -entre cerro sus ojos con desconfianza.

El silencio reinó por unos cuantos segundos en los que Eunbi solo desviaba su mirada a diferentes zonas de la habitación.

-¿Cómo...-su voz apenas era audible debido a la vergüenza. Estaba hablando con su hermana, no con una desconocida, pero aún así sentía pudor. -¿Cómo es estar con una mujer?. -preguntó finalmente jugando, con nerviosismo, con sus dedos.

Tales eran sus nervios que su niño comenzó a responder a aquellos estímulos con movimientos y patadas. Colocó su mano en su gran barriga y proporcionó caricias que sirvieron para disminuir el grado de tensión del bebé.

Eunha estaba poco instruida en el tema. Hasta el momento no le había interesado o siguiera intrigado, aún así teniendo a su amiga y hermana  justo a su lado, como una pareja formal.
¿Acaso era lo típico que podía escucharse o ver? ¿Se limitaba a eso o había más?

-Si te refieres a la sensación, bueno, siempre que haya amor será una de las mejores sensaciones que puedas experimentar. Pero si te refieres a las formas, no existe un manual de instrucciones, solo escucha a tu pareja. -aconsejó intentando transmitir la mayor cantidad de seguridad a su hermana -Puede que sea aún más fácil que con un chico, o esa es mi opinión, digo, las mujeres nos conocemos a nosotras mismas y entre nosotras.

-Tienes razón. De todas formas, creo que Unnie no quiere presionarme y el momento no se ha dado.

Mentira.

-Pero tú, con toda la alteración hormal que has tenido todos estos meses, ¿no has sentido la necesidad? -realmente a SinB aún le costaba creerlo -Con la racha que tenias antes me resulta raro que hayas perdido la costumbre tan rápido.

El tono burlesco incitó a la mayor a propinarle un jalón de pelo a su hermana. Esta comenzó a quejarse pero su risa continuaba.

Eunha inmediatamente rodó los ojos y suspiró cansada.

-¿Por que no te embarazas tú y vives tu propia experiencia? -sugirió con ironía.

-Por el momento no pienso en la inseminación artificial. 

Jung cedió ante la risa. Nunca pudo con el genio y las respuestas de su hermana, por algún motivo siempre terminaban riendo.

-¿Quieres que te diga la verdad? Ya que insistes tanto con el tema -dijo la bajita decidiendo responder. - La respuesta es a veces, pero no estoy pendiente del tema.

Bullshits

Una parte de verdad había, pero en otra estaba mintiendo.

Los primeros meses el deseo de Eunbi se habia extinguido, no queria que nadie la tocara y recibir mensajes de anteriores "citas" proponiendole volver a verse, la volvia histérica por lo que, posiblemente, la mitad de sus contactos en su celular estaban bloqueados.
A partir del quinto mes, la histeria desapareció y al mismo tiempo comenzó a notar sus sentimientos por Sojung lo que trajo consigo un incremento exultante de la sensualidad de esta.
Y en la actualidad, si bien temia llevarlo a cabo, a veces, solo a veces, soñaba cosas para nada inocentes con Kim.
Sueños que, al despertar, se convertían en fantasías que pretendía olvidar una vez despierta. Pero no podia ignorarlo todo el tiempo, sobre todo cuando la alta estaba desprevenida y Jung la observaba de arriba a bajo deleitandose con la imagen.

Comenzaba a pensar que su temor aumentaba al mismo tiempo que el deseo entre ellas.

Como cuando Eunbi por accidente mancho el pijama de Sojung con mermelada hace una semana, y al intentar limpiarlo, acabo con su mano dentro de camisa de la contraria.

-Bien, el momento se dará por si solo y no tengas miedo -se reincorporó de la cama -Tengo que irme, prometí estudiar con un amigo de la universidad. Tienes más jugo de naranja en la cocina por si acaso y me llevaré estos dos vestidos.

Rápidamente guardo las demás prendas y tomo las seleccionadas.

-¿Para que los vestidos?

-Luego te explico, adiós, y adiós a mi lindo sobrino, los quiero -se despidió y desapareció por la puerta del cuarto. Poco después escucho la puerta de la entrada cerrándose y supo que al fin estaba sola.

Tomando aire, se colocó de pie decidida en tomarse una ducha. Le haría bien distender su cuerpo y su mente por un rato.

Preparó todo lo que necesitaba y una vez abierta la llave, entró a la ducha dejando que el agua caliente recorriera todo su cuerpo.

Últimamente debia darse dos duchas por día ya que habian comenzado las sudoraciones nocturnas y de vez en cuando, durante el día, continuaba sudando.

Otro punto provocado por las odiosas hormonas que no dejaban de atormentarla. Además, ya comenzaba a sentir más peso y era parte de su día a día cansarse con frecuencia. Y no solo eso, el cambio de centro de gravedad constante y algunas articulaciones flojas la hacían sentir más torpe de lo normal porque no dejaría de tropezarse de no ser porque se concentraba mucho en mantener la estabilidad.

Si, se sentia bastante incómoda, pero más allá de todas las molestias por las que estaba padeciendo preferia pensar que los primeros tres meses habían sido peores, así que estaba conforme.

Luego de una relajante ducha, envolvió su cuerpo en una toalla y salió del baño directo hacia la cocina.

El agua le habia abierto el apetito y decidió buscar algo que pudiera saciar su hambre.

-¿Por que te mueves tanto ahora? -la pregunta fue dirigida a su hijo quien parecía estar muy inquieto en ese momento. -¿Qué te molesta?

Claramente al no recibir una respuesta explícita más que movimientos y patadas, utilizó el mejor método tranquilizante que conocía.

Cantar.

Tomo algunas frutas del refrigerador, un cuchillo,  y al son de la canción comenzó a rebanar.

"How many times do I have to tell you
Even when you're crying you're beautiful too

The world is beating you down, I'm around through every mood

You're my downfall, you're my muse
My worst distraction, my rhythm and blues
I can't stop singing, it's ringing, in my head for you

Mientras Eunbi estaba muy concentrada cantando, no se percató en ningún momento que alguien había entrado en su departamento.

Ese alguien era Sojung quien había salido un poco más temprano de su trabajo y, sin hacer ningún ruido, siguió la voz que sacudía su corazón sin ningún esfuerzo hasta encontrar desde donde provenía.

Tal vez de muchas cosas que habia imaginado nunca creyó encontrar a Eunha, con tan solo una toalla cubriendo su cuerpo, su cabello goteando, cantando con su voz angelical y siendo su novia. Es decir, nunca imagino esta escena, pero era mucho mejor que todas las demás.

My head's under water
But I'm breathing fine
You're crazy and I'm out of my mind

No advirtio de su presencia. Prefirió continuar escuchando las melodías que entonaba la bajita con la voz que tenía el poder de transportarla a otro mundo.

'Cause all of me
Loves all of you
Love your curves and all your edges
All your perfect imperfections

Give your all to me
I'll give my all to you
You're my end and my beginning
Even when I lose I'm winning

Cuando la mayor no pudo contenerse más, camino hasta Jung y la abrazó por la espalda.
La menor sonrió al recibir un beso en la mejilla por parte de la alta y continuo cantando.

'Cause I give you all of me
And you give me all, all of you

Finalizó y podían escucharse sus pequeñas risas de enamoradas.

-Amo cuándo cantas. -volvió a dejar otro beso sobre la mejilla de la bajita y retrocedió un par de centímetros para permitirle voltearse.

-Llegaste temprano. -Dijo la menor dando media vuelta y encontrándose con su rostro favorito.

-Si, le dije a Minji que moría por verte y me permitió salir antes. -informó tomando a Eunbi por la cintura y dejando un corto beso sobre sus labios. -Es la hija del dueño de la empresa así que puede tomarse ciertas atribuciones, o eso supongo.

-Yo también moría por verte. -mordió su labio inconscientemente y luego imito la acción de la alta dejando otro corto beso sobre sus labios. -Y tengo que hablarte sobre varias cosas pero antes iré a vestirme.

Ambas miradas estaban conectadas o más bien aferradas, y si sus ojos hablaran estarían gritando que ninguna queria separarse y que tampoco querían que Eunha fuera a colocarse ropa.

-O puedes quedarte así. -sugirió Sowon sin cambiar su expresión de inocencia o, tal vez, porque por algún motivo sentía timidez.

No está mal pedirle lo que uno quiere a su pareja pero era cierto que la tensión entre ellas era notable. En cualquier momento parecia explotar pero ambas se colocaban límites y esta era la primera vez que Sojung sugería algo más que besos.

-No me digas eso que tendré que recurrir a vladímir. -su voz y su rostro lo suplicaba.

-¿Eh?, ¿Quien es vladímir? -preguntó confundida la alta.

Vladímir, una paja y a dormir...

-Nadie importante, ahora solo dame un beso. -pidió al mismo tiempo que se estiraba para encontrarse con los labios de la mayor.

Y el beso comenzó como cualquier otro, lento, dulce y tranquilo. Pero de repente, la intensidad y la velocidad aumentaron como la temperatura.

La cocina ardía y Eunha habia comenzado a entrar en pánico, más cuando Sojung apretó "un poco" su cadera con sus manos.

"Un poco" significaba que si había sido sutil pero Eunha se encontraba tan sensible que podía sentir hasta el más mínimo roce, por no decir que  creía que era capaz de sentir las finas y delgadas venas dentro de las manos de la mayor.

Si, a ese extremo.

-E-espera Unnie. -la detuvo cuando sintió que su corazón iba tan acelerado que ya había corrido lo suficiente como para grabar hasta la rápido y furioso 40. -Ehm, si, definitivamente recurriré a vladímir. -tomó aire para recobrar todo lo que le faltaba a sus pulmones y que la dejaba jadeando. -Ire a vestirme y...ehm, ya regreso.

-Si, ve que puedes enfermarte. -se apartó dejando que la menor saliera con prisa de su lugar.

Sojung miraba como la menor parecía estar huyendo. Suspiró confundida y preocupada, ¿Ella había hecho algo mal?

Buscando ocupar su mente con otro tema contínuo cortando la fruta que había dejado Eunbi.

Luego de media hora, Eunha regresó y ya vestida.
Y no, no habia hecho nada más que cambiarse, solo había estado pensando toda esa media hora.

Se sento junto a Kim en el sofá quien habia encendido la televisión pero ni siquiera la estaba mirando, solo estaba con su celular. Lo dejó en cuanto llego la menor.

-Eunha, lo siento si te sentiste presionada de alguna forma.

-No tiene que ver contigo Unnie -Explicó -Pero ahora no quiero hablar de eso.

-¿Y de que querías hablarme hoy?

Eunha bajó la mirada hasta sus manos. Comenzó a jugar con sus dedos y tomó aire.

-Ehm, hoy me encontré con Jungkook. -presionó sus labios y levantó su mirada lentamente. -Con su actual novia.

La primera reacción de Kim fue tensar todo su cuerpo, incluso sus facciones se habían endurecido. Decidió respirar y relajarse, no queria arruinar lo que restaba de su día alterandose por un nombre de alguien insignificante, además, primero estaba Eunbi.

-¿Como te sientes? -se movió para sentarse más cerca de Eunha y tomar su mano.

-Al principio me cayó mal saber que esta saliendo con su novia hace siete meses, no por mi, por Yunho; has las cuentas. -suspiro volviendo a bajar la mirada. -Pero ya estoy bien.

-¿Te importa si voy a golpearlo? -la menor negó riendo. -Podria dejarlo hospitalizado, déjame.

Buscó los ojos de Sojung y la miró con todo el amor que sentía por ella capturando la atención de su novia al instante.

-No es necesario. -tomó el rostro de la mayor entre sus manos para acercarla y dejar un rápido beso en la hermosa sonrisa que se le había dibujado. -Ya me haces sentir mejor así, estando conmigo, haciendo lo que haces siempre.

-¿Que es lo que hago siempre? -acercó su rostro sonriente hasta rozar sus narices- ¿Mirarte enamorada todo el tiempo?

-Eso y muchas cosas más. -bajó su mirada hasta los labios contrarios y suprimió la distancia para volver a besarla.

Beso que terminó siendo más largo de lo que esperaban pero cuidando de la inocencia y sensibilidad del momento, desde el principio hasta el final.

-También tengo una buena noticia. -anunció la menor emocionada.

-Dame un titular.

-Universidad. -Kim elevó sus cejas con sorpresa esperando una version detallada. -Recuerdas hace unos, ¿dos años?, cuando decidí dejar la universidad porque decía que era un espíritu libre y tú intentabas convencerme de no hacerlo.

-Claro que me acuerdo, te enfadaste conmigo por decirte que no serías libre por siempre y cuando te dieras cuenta tendrías nada estable, luego no me hablaste por una semana y media.

-Y tenías razón, lo siento. -se disculpó. Una disculpa tardía pero al final lo estaba haciendo ya que quería redimirse y corregir sus errores.- Ya no soy un espíritu libre por obvias razones y no quiero trabajar en la biblioteca por siempre, quiero crecer. Dejar de depender de un jefe y un sueldo escaso y limitado. -Sojung asintió.- Quiero volver a la universidad y terminar el último año de relaciones públicas.

No hacía falta mencionar que Eunha ya era otra mujer respecto a la del inicio. Su vida se encaminó abruptamente con la concepción de su niño y estaba feliz

Al fin había encontrado su rumbo.

Ahora proyectaba un futuro, con su hijo, con Sojung, con una familia; un título universitario, un trabajo estable y un ingreso económico decente.

-Estoy muy orgullosa de ti. -llevó una de las manos de Jung a su rostro para poder besar el dorso. -¿Que te inspiró?

-Muchas cosas. Quiero sentirme orgullosa de mi misma, también quiero ser un ejemplo a seguir para Yunho, ser una buena madre; quiero demostrarte a ti que valgo la pena y que los demás sepan de lo que soy capaz.

-¿Quienes son los demás?

-Mis padres, Yerin, SinB y tú, los personas fuera de ellos no me interesa lo que piensen.

Principalmente porque toda su familia tenían títulos universitarios y ella no.
Es decir, sus padres ya tenían su vida resuelta, Sojung era arquitecta y trabaja en una empresa de construcciones.
Yerin era auxiliar veterinaria, no era veterinaria pero casi.
SinB estudiaba abogacía y estaba segura de que se graduará con honores.
Y luego estaba Eunha quien había dejado la carrera de relacionista pública en su último año.

-¿Estas segura que no te importa lo que piensen? Porque aún no me puedes besar en público sin querer esconderte. Sabes que no te presionó, a mi no me molesta que me escondas pero te haces daño a ti.

-Si, justamente por eso, es uno de los aspectos en los que quiero demostrarte que valgo la pena, es un conflicto interno que voy a resolver muy pronto. -dio un apretón a la mano de Sojung para aumentar la confianza.- Confía en mí, y gracias por no presionarme.

-Nunca la haría.

El celular de la alta comenzó a sonar indicando que estaba recibiendo una llamada.

Era Yerin.

Atendió la llamada colocando el aparato en su oreja para escuchar sonidos y gritos ininteligibles.

-¿Yerin?

-¡Unnie! -apenas podía entenderse, había diferentes sonidos que interferían. - ¡Dile a Eunha que venga al hospital!

-¿Hospital?

-¡Al central de Seul!, ¡SinB tuvo un accidente!

La llamada se cortó y la expresión de Sojung habia intrigado a la menor.
Kim supuso que si Rin la había llamado a ella era porque sabía que Eunha no debía alterarse, así que debia encontrar la manera más sutil de transmitir la noticia.

-Tu cara me está asustando ¿Paso algo malo?

-Eunha, quiero que vayamos hasta el auto. -inició lo más relajada posible.

-¿Qué sucedió? -preguntó ya preocupada. La situación no era normal.

-Necesito que te mantengas tranquila ¿Si? -Jung asintió -SinB tuvo un accidente.

-¡¿Un accidente?! ¡¿Es grave?!

-No lo se.

De repente, un dolor punzante cruzó el abdomen en la zona inferior, de Eunbi. En consecuencia, esta se inclinó hacia delante como reflejo esperando que el dolor se disipará.

-¡Eunha! -exclamó la mayor intranquila al ver a su novia en aquel estado.

-Tranquila, estoy bien. -se reincorporó lentamente intentando controlar su respiración. Su mano estaba colocada en el sitio donde había estado el dolor. -Esto puede pasar, son las falsas contracciones de las que hablo el médico.

Las falsas contracciones o contracciones de braxton, eran algo común a partir de la mitad del embarazo. Se diferencian de las contracciones de parto por ser irregulares y normalmente su duración es de 30 segundos.

Son indoloras, no deberían sobrepasar más allá de una incomodidad pero Eunha si habia sentido dolor. El tiempo era normal y es por ello que no había dicho nada, además estaba preocupada por su hermana y quería saber lo antes posible como estaba, ella iba a estar bien siempre y cuando se mantuviera relajada.

-¿Segura? -la menor asintió. -Esta bien, te llevaré al hospital pero promete que te controlarás.

Luego de llegar a un acuerdo salieron por la puerta directo hacia el elevador. Una vez en el garage de la última planta, subieron al auto y la alta condujo hasta el hospital central de Seul.

Rin ya se había ocupado de enviarle el número y piso en el que se encontraba Hwang, así que ni bien ingresaron al hospital fueron hasta el encuentro con ambas chicas.

-¿Qué pasó? -preguntó Eunbi al encontrarse a Yerin fuera de la habitación.

-Intentaron robarle y le dieron un golpe muy fuerte en la cabeza, los médicos la están revisando ahora mismo.

-¿Y como esta ahora?

-No lo se, el chico que evitó que le robaran dijo que perdió el conocimiento y fue el quien llamó a urgencias. -Explicó- Despertó luego de que yo te llamara pero el doctor aún no me dice nada.

-Estara todo bien. -animó Kim.

《●●●》

Ya habían transcurrido dos semanas luego de ese acontecimiento.

SinB había pasado esa noche en el hospital por una cuestión, más bien, de protocolo. Y ya estaba más que bien, aún le dolía un poco la cabeza debido al golpe pero todo continuaba de maravilla.

Actualmente era lunes por la mañana y Eunha habia despertado en la cama del apartamento de Hwang.

La menor estaba boca abajo, babeando la mitad de la cama y Eunbi comenzaba a recordar porque  hace mucho tiempo no tenían una noche de hermanas. Pero en cierto punto habia crecido con ella así que estaba acostumbrada.

La noche anterior la habían dedicado únicamente para ellas, sin novias, y se habían dormido algo tarde.

-SinB. -la llamó Jung somnolienta y con su voz un poco ronca. -Despiertate.

Comenzó a moverla, cada vez, con más intensidad a medida que pasaban los segundos y no recibía respuesta.

-¿Qué es lo que quieres? -preguntó con su voz aún más ronca que la de su hermana. Continuó quejándose al ver la hora en su celular.- Son las 8 de la mañana y mis clases comienzan a las 11.

-Hazme desayuno.

-Háztelo tú.

-Por favor. -comenzó a hacer pucheros.

-Convenceme. -continuó aplastando su cara en la almohada.

-Te daré la razón en algo. -propusó consiguiendo que la menor abriera un ojo.

-Te escucho.

-Tienes razón en pensar que yo en algún momento de mi vida sentí algo por Sowon Unnie y decidí ignorarlo. -admitió sentándose en la cama.

-Continua.

-Estuve pensando, y me di cuenta había olvidado algo que senti el primer año que conocí a Sojung.
Fue por un par de meses y no puedo asegurarte con firmeza que senti algo por ella, porque no era ese tipo de sensación que sientes cuando alguien te gusta.

-Explicate o volveré a dormirme, ve al grano. -la menor volvió a cerrar su ojo

-Quiero llegar a que no era exactamente esa sensación, era diferente pero a su vez similar y nunca me detuve a pensarlo, nunca le di el peso que tenía, por eso supongo que pasó inadvertido todo este tiempo. -se detuvo para lograr poner en palabras lo que sucedía. - Va a sonar un cliché pero yo la pensaba la mayor parte del día, me dormía pensando en ella y, cuando despertaba, era lo primero que llegaba a mi mente. Además, la extrañana, y mucho, si no la veia los fines de semana los días eran muy extensos. Cuando estaba en clases, solo pensaba en que terminara la hora para volver a verla porque no compartíamos la misma clases; y cuando por fin la veia solo tenía la necesidad de abrazarla, y aún hay una cosa más, siempre estaba pendiente de hacerla reír porque su sonrisa me parecía maravillosa, todo lo que se relacionara a Unnie me alegraba y sobre todo, su felicidad era mi felicidad.

-Si que tenia razón.

-¿Qué fue todo eso? ¿Que significa? Porque no logro entender como es que ella no me gustaba pero a su vez sentía todo eso.

-Acabo de despertarme así que apenas puedo entender la mitad de todo lo que hablas. -expresó pasando una mano por su rostro mientras bostezaba. -Sea lo que sea que hayas sentido, tu misma lo dijiste hoy, lo ignoraste o no se, luego lo olvidaste.

-Deje de sentirme así cuando comencé a salir con chicos. -sentenció.

El rostro de SinB, aún somnolienta y con sus ojos cerrados, expresaba que había tenido razón todos estos años

-¿Tantos años te llevó elaborar una conclusión tan fácil?

Eunha prefirió no responder y utilizó su cuerpo para expresarse. Es decir, pateó a su hermana fuera de la cama provocando que esta cayera directo al piso.

-¿Puedes ir a hacer el desayuno?, por favor.

La menor se puso de pie entre medio de quejas y palabras obscenas que podían entenderse por completo.

-Esta bien, y quiero que sepas que si no te insulto es porque no quiero que mi sobrino escuche todas esas cosas. -advirtió mientras salía de la habitación.

Mientras que su hermana estaba en la cocina, la mayor fue hasta el baño para lavar sus dientes, su cara y peinar su cabello un poco.

Al lograr dejar su rostro medianamente decente, regresó a la habitación al mismo tiempo que su celular comenzó a vibrar.

Era una llamada de Minji.

Si, de Minji.

Tenia su número ya que no había más rivalidad de parte de Eunbi. Sojung le habia dejado claro que ella había sido su cómplice por mucho tiempo; era quien la aconsejaba y acompañaba siempre que lo necesitaba, en pocas palabras, la ayudó a enamorar a Jung.

Y ya que descubrió que la mayor era muy agradable, no vio ningún problema en pasarle su número.

De todas formas era muy extraño que ella la estuviese llamando.

-Hola Unnie.

~Hola Eunbi, ¿Estabas durmiendo?

-No, ya había despertado. Que extraño que me estés llamando.

~Es que Sowon llamó a la empresa para avisar que estaba enferma, y luego me pidió que le llevara unas cosas del trabajo hasta tu departamento.

-¿Se siente muy mal? ¿Que hace trabajando si esta enferma? Y además, ¿Por qué no me dijo nada?

~Dijo que estabas pasando tiempo con tu hermana así que prefería no molestarte y me pidió que no te dijera nada.

-Gracias por no hacerle caso.

~Supuse que lo correcto es que estuvieras al tanto. Ahora debo irme, adiós.

-Adios.

Una vez que la llamada terminó, Eunha lo pensó por un segundo antes de decidir volver a su departamento para cuidar a su novia.

Buscó en el bolso que había traído con ella, la ropa que había seleccionado el día anterior para poder sacarse su pijama.

-SinB, no desayunare aqu...¿Que estas haciendo?

Al ingresar a la cocina pudo observar como su hermana brincaba en su lugar y su celular caía al  piso mientras hacía el intento de cerrar su camisa del pijama.

¿Acaso estaba...?

-Podria decirte que no es lo que parece pero, ehm, es dificil inventar una excusa para esto.

Eunha no logró contener la risa.

-No importa, si quieres sigue enviandole fotos a Yerin, yo venía a decirte que no voy a desayunar aquí. -informó. -Sowonnie está enferma y quiero ir a cuidarla.

La menor inclino su cabeza y luego sonrió. 

-Es cierto, que buena idea.

-¿Por qué?

-Tu misma aceptaste que puedo leerte más que tu misma. -la mayor asintió. -Y se que aunque no me  lo hayas dicho, este tiempo de calidad no fue únicamente porque querías estar con tu hermana favorita, digo, ¿Quien no quiere despertarse y ver este rostro? Pero algo me dice, y no me estoy basando en que anoche te escuche repetir varias veces el nombre de Sojung mientras dormías, que ultimamente te estás tentando demasiado con Unnie y sigues asustada.

-¿Y que se supone que debo responderte a todo eso?

-Nada, absolutamente nada, pero es un buen momento para que entre cuidados, mimos y mucho amor, ustedes cierren algunos temas.

-¿Estas segura?

-Intentalo, pero si no te sientes cómoda no te presiones. -aconsejó Hwang. -Si yo fuera tu, estaría dándole una buena función a todas las hormonas que tienes.

-Voy a pensarlo.

-Estas cosas no se piensan, ¿Quieres que te lleve?

-No, hay un taxi esperándome afuera, de todas formas gracias por todo.

-No hay de que hermanita. -y sin esperar respuesta abrio sus brazos para abrazarla.

《●●●》

Eunha estaba parada frente la puerta de su departamento.
Intentaba no pensar demasiado en lo que había hablando con SinB pero era algo que, de todas formas, la inquietaba.

Sacó las llaves del bolsillo de su chaqueta y las introdujo en la cerradura.

Al ingresar al lugar todo estaba en silencio. Supuso que la mayor estaría recostada en la habitación así que directamente se dirigió allí.
No se había equivocado. Al entrar, Sojung estaba en la cama intentando leer una carpeta, habia más junto a ella y algunos planos.

-¿Eunbi? -preguntó con su voz ronca y cansada mirando hacia la puerta.

-Yo solo quiero saber porque estás intentando trabajar si te sientes tan mal. -mientras le reprochaba subió hasta la cama y dejó un beso en los labios de la mayor.

-Con eso ya me siento mucho mejor. -sonrío con debilidad.

-Estoy hablando en serio. sentenció preocupada manteniendo en su rostro la seriedad.

-¿Minji te lo dijo? -dedujó la chica enferma.

-Si, y estuvo en lo correcto en decirme. -afirmó con el tono de una madre reprendiendo a su hijo. Tal vez ya estaba practicando con Sojung. - ¿Te tomaste la temperatura?

-Si, 38 grados.

-Claramente tienes fiebre. -asumió como si no se notara. -¿Ya desayunaste?

-No pero...

-Entonces vas a desayunar, ¿Cómo esperas mejorar si no ingieres la comida más importante del día?.

-Lo siento, mamá.

-No soy tu madre, solo te amo.

La mayor se reincorporó de repente al escuchar las imprevistas palabras que habían salido inconscientemente de Eunbi.

Y hasta el momento ninguna de las dos la había utilizado para no presionarse pero ¿Si hay amor porque sería una presión?

-¿Hablas en serio? -la sorpresa de Sojung no podia ocultarse, al igual que la sonrisa que habia crecido en su rostro.

-Claro que si. -si bien no lo había pensado al momento de decirlo, habia salido desde lo más recóndito de su corazón y, al fin y al cabo, era verdad.

-Yo también te amo.

Sojung por fin estaba oyendo las palabras que siempre soñó que Eunha le dedicará.

Tomó su rostro entre sus manos y dejó un suave beso en los rosados labios de la menor.

-Bien, iré a preparar el desayuno. -anunció la menor con una tierna sonrisa.

Al salir de la habitación dejó salir un suspiro de felicidad y retomó su camino para mimar a su Sowonnie.

Colocó en una bandeja todo lo que a la alta le gustaba desayunar y claro, también lo que quería ella, y volvió hasta la habitación.

Le sacó el trabajo de las manos a Sowon, ya que otra vez estaba intentando leer las carpetas, y las dejó fuera de su alcance para que únicamente pudiera descansar.

Desayunaron tranquilas, felices, enamoradas. Rieron y hablaron hasta que, poco a poco, la mayor fue quedando dormida gracias a la propia debilidad que le proporcionaba la fiebre.

Eunha organizó y limpió todo lo que habían utilizado para luego continuar hacia el baño.
Queria tener un lindo gesto con su Unnie, además de bajarle la temperatura, así que nada mejor que llenarle la tina con agua y prepararle un baño muy relajante de burbujas.

Realizó todo con mucha dedicación y, al mirar el reloj, se dio cuenta de que la mayor ya había dormido una hora así que era buen momento para despertarla.

Entró en la habitación y se sentó junto a la alta quien abrazaba una almohada con sus brazos y piernas.

-Sowonnie, despierta.

Tomando su hombro, al contrario que con su hermana, inició un delicado y paciente vaivén hasta que Kim abrió sus ojos. Se sonrieron y Eunha dejó un beso en la mejilla de la mayor.

-¿Estoy viendo a un Ángel? -preguntó adormilada tomando una de las manos de Jung.

-Puede ser. -respondió generando risas entre ambas. -Levantate que tengo una sorpresa para ti.

Sojung con más fuerza que antes gracias al desayuno, la pequeña siesta y los cuidados de la persona que amaba, se reincorporó y se dejó guiar por Eunha tomadas de la mano.

Ingresaron al baño y ambas se miraron. De un momento para otro, una conexion hizo temblar a la menor, como si supiera lo que Sojung estaba pensando y como si Sojung supiera lo que pensaba ella.

-Pensé que un baño podría hacerte sentir mejor, así que...ehm, te dejó sola.

Salio del baño sin cerrar la puerta pero no logro hacer más de unos cuantos pasos ya que no podía irse. Se mantuvo contra una pared en silencio, mordiendo su labio y tomando valentía.

Sowon solo suspiro y se miró en el espejo para encontrar desilusión en su rostro. Sabia que entre ambas habia una química que generaba deseo, muchas veces, y aún así Eunha seguía retrocediendo.

Mientras que Eunbi, seguía contra aquella pared a centímetros de la mayor, recordó lo que había dicho su hermana.

"Estas cosas no se piensan"

Y siguiendo su consejo se aventó a: "Lo que sea que suceda ahora, no depende de mi".

-Unnie...¿Q-quieres que te ayude? -preguntó cerrando sus ojos con fuerza aún detrás de la pared.

El rostro de Sojung pasó a tener una dulce sonrisa.

-Si

Esa afirmación fue suficiente para que la menor saliera de detrás del muro y con cautela se acercara hasta Kim.

Volvieron a mirarse por un par de segundos. Las comisuras de sus labios se elevarom formando sonrisas amorosas.

Eunha tomó el final de la camisa de la mayor y se deshizo de ella con delicadeza. Rompió el contacto visual, bajando la mirada para observar la parte descubierta.

Su respiración era irregular y sus cuerpo temblaba. Eso podía comprobarlo la mayor al sentir las manos de Eunbi sobre el borde de su pantalón, el cual fue bajando lentamente conociendo más partes de su novia.

Cuando Eunha volvió a estar frente a frente a Kim, esta tomó su rostro con sus manos y dejó un tierno beso sobre sus labios. Beso que sirvió para aumentar la confianza y claro, el calor del ambiente.

Seguido al beso, Sojung dio media vuelta y corrió el pelo por encima de su hombro para dejarle un panorama completo de su espalda y del gancho del sostén.

Antes de sacar la prenda, la bajita colocó las manos en la espalda contraria sintiendo toda la aterciopelada piel con la yema de sus dedos.
Proporcionó algunas caricias, volviéndose uno con cada parte de su novia que revelaba, hasta llegar a la union de su sostén.

Mordió su labio y cuidadosamente lo desprendió viendo como comenzaba a caer.
La mayor dio media vuelta y una vez estando de frente a Eunbi, atrapó sus labios, esta vez, por largos segundos.

Las manos de la menor, que se encontraban viajando por la espalda de Kim, tomaron otro rumbo hacia el elástico de la ropa interior.
Su intento de deshacerse de ellos no funcionó ya que la mayor había tomado de sus manos para alejarlas.

No había porque apresurarse, además, Jung se estremecía cada vez que se acercaba a esa zona haciéndole suponer a la alta que aún no se encontraba del todo segura. Por lo tanto, aún no avanzarían hasta ese punto.

Dieron por terminado el beso para continuar con una linda sonrisa de parte de la alta que afianzaba la confianza de la menor.

Caminaron hasta la tina y Sojung se introdujo en ella deslizando su cuerpo bajo el agua. Solo su cabeza y sus hombros podían apreciarse sobre toda la espuma.

La idea era clara, hacerlo especial y disfrutar el momento. Sin presiones ni prisas, únicamente manejandose al ritmo que se sentían cómodas.

La bajita se sentó en el borde de la tina y tomó un  bote de Shampoo. Colocó un poco del contenido en su mano para luego esparcirlo por el cabello de Sowon. Masajeó todo el largo y el cuero cabelludo por varios minutos.

Estuvieron de esa forma por un largo rato y el ambiente ya no era tan denso, inclusó cuando Eunha pasaba una esponja por el cuerpo de la alta podian complacerse únicamente con sus presencias.

Cuando acabaron, la mayor se colocó de pie y Eunbi, además de pasar saliva por su garganta frente a tal imagen del cuerpo de su novia, la ayudo a colocarse una bata.

Salieron de allí directo a la habitación tomadas de las manos. Eunha continuó con la idea de mimar a Sojung, por lo que, la sentó en el borde de la cama y ella, colocándose detrás con un cepillo, comenzó a desenredar el mojado y perfecto cabello.

La mayor volteo su rostro para poder observar a Jung y esta, armándose de valor, unio sus labios como tantas veces ya habían hecho, para dejarse llevar por el momento.

El beso era lento pero muy poderoso. La alta subió a la cama hasta quedar frente a Eunbi, y esta, junto la ayuda de la mayor, suavemente fueron sacando la bata hasta que esta solo tapaba las caderas de Sowon.

Sosteniendo sus miradas, Kim tomó la mano de la  menor y la llevó hasta su cuello. Comenzó a guiar la pequeña mano hasta su torso, pasando entre medio de sus pechos y regresando hacia arriba; todo esto bajo la atenta mirada de Eunha quien respiraba con clara dificultad.

Volvieron a mirarse a los ojos antes de iniciar el beso que decidieron no detener. Lo continuaron hasta quedarse sin aire, moviéndose con fuerza y lentitud.

La mayor comenzó a sacar la blusa de la contemporánea mientras sus cuerpos se movían en busca de deshacerse de lo que estorbaba aún ocupadas en sus labios. Continuó con el sostén, el cual lanzó hacia otra parte una vez lo tuvo en sus manos y deslizó su boca hacia el cuello de la bajita.

Cuando sus cuerpos entraron en contacto, a la menor se le hizo imposible no dejar escapar un gemido, teniendo en cuenta que su embarazo tenía a sus hormonas peores que nunca y lograba sentir cada poro de su piel.

Unieron sus bocas y con cuidado, fueron recostandose en la cama hasta entrar bajo las sábanas sin interrumpir la fluidez del beso.
Sus manos recorrían, apretaban, acariciaban y masajeaban todo lo que podía con su velocidad justa y total romanticismo.

La alta, tomo ventaja, y se colocó sobre Eunbi, con extremo cuidado debido al bebé, para dejar sus labios e ir bajando con pequeños besos por todo su torso.

Cada beso tenía el propósito de hacer sentir amada a Eunbi y a cada parte de ella, por eso se tomó su tiempo en dejar un beso en todos los lugares posibles hasta que, llegó a los pantalones.
Tomó de ellos y comenzó a bajarlos hasta quitarlos por completo para luego subir con el mismo proceso de antes.

Regresó hasta la boca de la menor para atrapar sus jadeos en un beso. Poco que poco, con una de sus piernas colocada entre medio de las de Eunbi, empezó con un sutil movimiento de arriba hacia abajo que iba aumentando a medida que el beso iba cobrando más fuerza y las respiraciones era más pesadas.

Eunbi rodó junto a su compañera para posicionarse arriba. Se sentó sobre la pelvis de Kim y continuó con la sesión de besos.

Hasta que en algún punto, decidieron seguir avanzando y Eunha dio la señal mordiendo el labio inferior de la contraria, acción que la tomó por sorpresa pero le gustó. Además de eso, la menor había tomado su mano y la posiciono sobre su trasero indicando que lo apretara.

La mayor obedeció encantada las órdenes que se le estaban dando para luego comenzar a jugar con sus dedos y el elástico de la ropa interior.
Volvieron a girar y Kim llevó su mano lentamente  hasta la zona donde antes estaba jugando para comenzar a acariciar sobre la tela.

Eunha se estremeció al instante y dio un pequeño salto en su lugar lo que generó una risa traviesa en ambas.

Poco a poco dejó la tela a un lado y comenzó a masajear el centro húmedo, muy, muy húmedo de la menor dejando a su imaginación volar.
Utilizando un dedo de arriba hacia abajo, en círculos, con dos y en V, entre otras cosas.

La menor, increíblemente sensible, estaba muriendo de placer y ya no se preocupaba en el volumen de sus gemidos que, de todas formas, eran callados por la boca de Sojung. A su vez, con la única parte de su cerebro que aún podía pensar medianamente con coherencia, se dejó guiar por una frase que llego a su mente.

"Haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti"

Sacó la mano que tenía enterrada en el cabello aún húmedo de Sojung y lo llevó hasta uno de los pechos de esta. Comenzó masajeandolo con suavidad y luego, con su pulgar, dibujo círculos hasta sentirlo rígido.

Aquello estaba desconcentrado a la alta pero aún así le resultó divertido por lo que aumentó la intensidad con la que se movian sus dedos.
Acarició la entrada de la feminidad de Jung e introdujo únicamente la punta de su dedo repetidas veces y con lentitud para sentir el cuerpo bajo de ella retorcerse.

La menor volvió a girar para estar sobre Kim, y aún sin tener experiencia con mujeres, solo se dejó guiar por lo que quería.

Se sento sobre la alta y tomo su mano colocandola sobre uno de sus pechos para que hiciera lo mismo que había hecho hace unos minutos con ella. Con la otra mano la dejo sobre su centro para que continuara mientras la bajita realizaba un movimiento de vaivén sobre sus caderas.

Luego de las instrucciones regresó a devorar los labios de la mayor. Mientras el movimiento se iba intensificando, Eunbi descendió una de sus manos hasta el centro de Sojung moviendo sus dedos con lentitud sobre este, luego cambió la intensidad obteniendo un gemido en respuesta, y volvio a desacelerar volviendo loca a la alta.

Claramente Eunha habia olvidado todo el miedo y los nervios que le generaba pensar en ese preciso momento.

Lo estaba disfrutando como nunca lo había hecho antes.

《♡

Hola que tal, mira vos donde les vengo a cortar el capítulo.

Se los dejo a su imaginación, igual todos sabemos como termina esto así que no es necesario explicarlo.

Nunca en mi vida escribí un capítulo tan largo. Estaba considerando hacerlo en dos partes pero me molestaba porque quiero que cada capítulo esté dedicado a un mes, así que si lo hacia en dos partes me iba a agarrar un tic ah.

Ya no sabia de que manera recompensar mi tardanza, así que acá tienen tremendo capítulo para leerlo en una semana ah.

Y si no ubican la canción que Eunha le estaba cantando al bebé, es All of me de John Legend.

Gracias por leerlo bellos, espero que haya merecido su tiempo.

Hasta el próximo capitulo.

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