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Segundo mes: 5 a 8 semanas

-Novelas Policiales en el pasillo 3- Eunha sonrió amablemente señalando la dirección al chico.

Trabajar en una biblioteca no era lo más divertido del mundo, pero tenía sus cosas buenas. Una de ellas era las increíbles vistas que Eunbi tenía de los estudiantes que salían de la escuela y llegaban allí todas las tardes a estudiar, aunque más que estudiar todos estaban soltando baba por ella.

De hecho, así había comenzado su aventura con Jungkook. Ni siquiera Eunha sabía cómo había sucedido, a ella le gustaba distraer a los demás con sus faldas cortas, no que ella estuviera distraída pensando en un chico que venía a hacer su tarea. Pero si, así fue, el coqueteo se le fue de las manos y conforme el tiempo fue pasando, más de una vez terminaban teniendo sexo en el baño del establecimiento o fuera de este los días libres.

Ella sabia lo que hacía, sabía que estaba mal acostarse con un menor sabiendo las consecuencias, por esa razón nunca le dijo a nadie lo que hacía, Sowon era la única que estaba informada y no hace mucho tiempo. Tenia mucha suerte de tener una mejor amiga como ella, que no la juzgará por lo que había hecho y además estuviera para ella cuando lo necesitará.

Pero aún así, por más que todo estuviera saliendo bien, habían dos cuestiones que no la dejaban en paz. Se sentía profundamente dolida y decepcionada de Jungkook, aunque ella era la culpable, quien la mandaba a enamorarse de un idiota que no la valoraba, un simple niño que aún continuaba en la pubertad buscando cualquier agujero para descargarse.

Le hubiera gustado que el estuviera en ese momento en el lugar de Sojung, cuidando de ella y del bebe, aconsejandola, apoyándola y cumpliendo un rol de padre.

De hecho, si se detenía a pensarlo, si la situación fuera diferente, que su amiga fuera la que estuviera metida en este problema, ni siquiera ella tendría el valor de decir "Yo te ayudare, estare en todo momento que necesites, podras llevar esta situacion adelante porque eres fuerte, y yo estare a tu lado cuidando de ti y del pequeño durante todo el tiempo que tu lo necesites, no importa que, recuerda que me tienes a mi" Cómo lo hacía su Unnie.

Pero su segundo problema era decirle a su familia y amigos, confesarles algo que no tenia justificación. Todavía había tiempo Hasta llegar a ese día, le quedaba un mes para pensar en cómo lo diría, más que nada a su familia, ya que en el tercer mes es cuando comenzaba a notarse físicamente signos de embarazo, por ahora solo parecía estar un poco mas gorda, aunque el miedo a como vayan a reaccionar era grande.

Respiró hondo siendo así el único sonido que podía escucharse. Despejar su mente era lo mejor en ese momento.

Otra cosa que siempre le reprochaba Sojung era "No dejes que las preocupaciones, situación, ni ningún malestar te afecte o agobie, todo lo que tu sientas lo sentirá el bebé así que manten siempre el ánimo arriba."

"Cómo si fuera tan fácil" pensó mientras rodaba los ojos.

Pero de todas formas su Unnie tenía razón e iba a intentarlo.

Centro su vista en la computadora registrando todos los libros que fueron retirados esa tarde. La paz y la tranquilidad se respiraban hasta que llegó un terremoto, eso quiere decir, que había llegado Yerin.

-¿Donde esta mi Perra favorita?- su voz rompió con toda aquella paz mientras se acercaba al mostrador.

-Shhh, ¿eres idiota? -le susurró lo más bajo posible.

-Lo siento, estaba aburrida y decidí venir a verte, hace mucho que no hablamos.- se recostó sobre el mostrador hablando en el mismo tono.

-Si no hablamos mucho es porque tu no recuerdas que tienes una amiga por estar saliendo con mi hermana, además, sabes que no puedo recibir visitas sociales en el trabajo.

La contraria rodó los ojos ignorandola -Oye, ¿quieres un poco de mi sándwich? -preguntó la mayor mostrando lo que en algún momento Eunha hubiera aceptado sin dudarlo.

-No, saca eso de mi vista, me da asco -respondió fría y claramente con su estómago revuelto tan solo por la imagen de la comida.

-Ya que, me quedare aquí igualmente.

-Has lo que quieras pero en silencio, si quieres hablaremos cuando termine mi...horario- pronunció lo ultimo con dificultad.

Una mareo repentino Atacó su sistema y su vista comenzó a nublarse. Pequeños puntos negros comenzaron a cubrir todo su panorama.

-Oye, ¿Estas bien? - pregunto con preocupación la mayor.

-Llama...A...S-sojung -dijo mientras salía de detrás del mostrador.

Dirigió sus pasos al baño pero con gran pesadez en todo su cuerpo viendo como los que antes eran pequeños puntos negros, ahora eran manchas.

-¡Eunha! - la voz de su amiga y un fuerte golpe fue lo ultimo que escucho antes de que todo se tornará negro y cayera inconsciente.

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-¿Familiares de Jung Eunbi?

La voz del médico hizo presencia en la sala de espera donde se encontraba Yerin y una chica de cara larga.

-¡Aquí! ¡Aquí! - SinB salto de su asiento seguida por su novia Yerin.- Soy su hermana, ¿que sucedió?

-Bien, el pequeño golpe que tuvo al caer en el piso afortunadamente no afecto al embarazo. Sufrió un desmayo, pero nada grave, estos síntomas suelen ser normales, el vientre comienza a ensancharse y puede que presione algunas venas cortando la corriente de sangre. Normalmente suele pasar una o dos veces pero si los desmayos son frecuentes es mejor hacer una visita con un médico.

Los ojos de las dos chicas estaban abiertos de par en par sin poder creer lo que escuchaban. Yerin había terminado de oír al medico pero SinB dejo de retener cualquier información luego de escuchar la palabra "Embarazo".

-¿C-como? ¿E-Embarazo? -pregunto Eunbi atónita.

-Tal vez se equivocó de paciente- la de piel blanca señaló la lista de pacientes que el hombre tenía en sus manos.- Somos familiares de Jung Eunbi, debe haber un err...

-¡Yerin! -la alta grito mientras llegaba corriendo Hasta estar junto a las otras dos.

-Que suerte que llegas Unnie, creo que hay un error en el diagnóstico.

-¿Por qué? ¿Que sucedió?

-Mire señorita, el desmayo que sufrió la paciente es debido a un síntoma comun ya que ella está embarazada.

-¡Vez! Unnie, dile que Eunha no está embarazada. -repitió la de piel blanca.

La mayor trago saliva evitando demostrar su nerviosismo.

-¿Y como se encuentra ella ahora?-ignoro de manera olímpica a Yerin.

-Está estable, posee buena salud y despierta, un familiar deberá firmar el alta y podrá irse.

-Bien, muchas gracias- el médico sonrió y se retiró de allí dejando a la alta con dos miradas clavadas en ellas, las dos esperando explicaciones.

-Y bien Sojung, que tienes para decirnos. -Yerin se cruzó de brazos.

La nombrada paso una mano por su cara.

-Si, si esta embarazada.

-¡No puedo creerlo! -SinB se dejó caer en una silla aturdida por la información.-¿Por qué no me lo dijo? Ni siquiera me dijo que tenía pareja.

-Creo que ella debe responderles- acarició su nuca con una mano.

Suspiro y moviendo su cabeza en dirección a la habitacion.
Se acercaron a esta en un silenció sepulcral e incómodo.

Sojung tomó el pomo de la puerta preocupada por su mejor amiga dentro de ese cuarto. Sabía el temor que tenía la pequeña a confesarle esto a otras personas, por más que una fuese su hermana y la otra una amiga de toda la vida, sentiría temor y ahí debía estar ella para tranquilizarla, nuevamente cumpliendo el papel que debería estar haciendo el otro idiota.

Mientras que Eunbi dentro de la habitacion, ya despierta, viendo como lentamente giraba el pomo, trago en seco con la mínima esperanza de que si era Yerin, el médico No le haya comentado sobre la gestación.

En cuanto la puerta dejo ver el rostro de la persona que ingresaba, una sonrisa se formó en el rostro de Eunha de manera inconsciente, pero tan rápido como apareció, desapareció al ver a dos chicas más entrando con ella, y no precisamente con las mejores caras.

-Mierda...

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-¡Jung Eunbi! - la voz del médico sobre salió de entre todas las voces de las personas que estaban allí por la misma razón.

Eunha cerró sus ojos inhalando y seco sus manos en su pantalón. Se levantó del asiento seguida de Sojung quien se había ofrecido a acompañar a Eunbi a su primer ultrasonido.

La pequeña daba pequeños pasos sintiendo como todo su al rededor se volvía en cámara lenta. Miraba a todas las mujeres, de distinto tiempo de gestación, todas iban acompañadas de alguien, la mayoría por sus novios, esposos, hasta había madres y abuelas. Hubiera venido con su hermana ya que tomo la noticia del embarazo con mucha alegría, pero tenía a Sojung y no iba a quejarse.

Al principio, tanto Yerin como SinB, luego de oír la historia completa ya que claramente ella no estaba embarazada del espíritu santo, quedaron en silencio. Una tensión de pocos segundos que parecieron años y que por fortuna desaparecio cuando Eunbi sintió que era rodeada, primero, por los brazos de su hermana y luego por los de su amiga.

Actuaron igual de comprometidas con su situación prometiendo ayudarla en cada momento que necesite y guardando el secreto Hasta que sea el momento de decirlo a sus padres, solo que para Eunbi no era lo mismo, estaba bien tener a más personas que la apoyarán pero solo la alta lograba hacerla sentir que todo saldría bien.

De pronto se le cruzo por la mente y le hubiera gustado que Jungkook estuviera allí con ella, acariciando su recién creciente pancita, hablándole al bebé. Sonrió al imaginárselo pero quitó ese pensamiento de su mente al darse cuenta de la realidad, el no estaba en su vida y tampoco le serviría, ni a ella, ni a su hijo, el cual en este momento tenía que ser su prioridad, no pensar en el chico cobarde sino en el bebé que estaba por venir.

Tenía los nervios a flor de piel, por alguna razón todos los nervios habían emergido y justo antes de entrar al consultorio sus piernas dejaron de funcionar. Sus manos sudaban como nunca antes y justo en ese momento cayó en que situación estaba.

Por primera vez tendría contacto con su hijo, escucharía su latido, le dirían como en ese poco tiempo evolucionó el pequeño formándose en su vientre.

-¿Qué pasa Eunha? ¿No quieres entrar?

Preguntó Sojung al ver a la pequeña detenerse bruscamente.

El primer mes había pasado volando para las dos y Eunbi ni siquiera sentía algo más que ganas de orinar y generalmente náuseas. Sino hubiese sido porque ya estaba enterada de que llevaba una vida, tal vez lo hubiera tomado normal.
Ahora que ya estaban en el segundo mes, en la septima semana, y otras sensaciones se hacían presentes pero no de manera frecuente, era más un inicio de lo que se vendría.
Su busto había crecido, igual que su vientre, los dos levemente.

Aun mas nervios.

-Y-yo...B-be-be...B-bien...S-salir...Y...E-es-cuchar...B-be...

-Espera, espera- la mayor sonrió mientras detenía las palabras sin sentido de la menor- Respira y habla despacio, palabra por palabra.

La menor trago en seco- T-tengo miedo.

-Pero...¿Por que?

Los ojos de Eunha comenzaron a contener cada vez más y más lágrimas mientras que su labio temblaba.

-E-Es que escucharemos al bebé -Trago en seco- Y-y si no lo escucho o...o algo sale mal.

Rompió en llanto conmoviendo a su acompañante quien la envolvió en su brazos.
Eunbi se aferro del cuello de Sojung como si su vida dependiera de ello así que la mayor estaba algo inclinada debido la altura de la pequeña, y acariciando la espalda de esta buscando tranquilizar ese adorable llanto.

Las miradas en aquella sala comenzaron a sentirse sobre las dos, a quienes, les importó poco estar siendo el centro de atención.

-Tranqu...-sintió como la menor apretaba más su cuello deteniendo todo paso de oxígeno. - Tranquila, todo saldrá bien, entraremos allí y te prometo que luego no querrás salir, saldrá todo bien.

Eunha colocó su cabeza en el hueco del cuello de Sowon reposando su cabeza allí, seguía hipando y con algunas lágrimas en sus ojos pero sorprendentemente los brazos de su amiga le transmitían tanta tranquilidad que poco a poco fue calmandose.

-Jung Eunbi, por favor pase.- la voz del obstetra nuevamente se escuchó.

Ella sabia que Debía hacerlo, era ahora o nunca.

Se separo lentamente del delgado cuerpo al que estaba unida y limpio el resto de lágrimas de su rostro con la manga de su chaqueta.

-Bien -sorbio su nariz- todo saldrá bien, entremos.

Sowon sonrió y siguió el paso firme de Eunbi a la oficina donde escucharian al bebé. Esa actitud de firmesa y determinación le había parecido increíble, podía ver que Eunbi, a pesar del miedo era lo suficientemente fuerte como para afrontar la situación y eso la hacia sentir orgullosa.

Las dos entraron y, con una dulce sonrisa, el médico le señaló la camilla, junto al monitor, para que la embarazada tomará asiento.

-Veamos que tenemos aqui -dijo el hombre con una placa dorada en su bata que tenía escrito "Dr Choi Seunghyun".

Colocó sus guantes y tomo un pequeño aparato al que le paso un poco de gel.

-Bien Eunbi, ahora necesito que levantes un poco tu camisa para que yo puede ver tu vientre- ella siguió las ordenes y luego de levantar su prenda tomó la mano de la contraria.

La que estaba de pie, con ternura, devolvio el apretón trasmitiendole fuerzas.

-¿Ustedes son Hermanas, amigas amantes, pareja?- dijo acercando su silla entablando una pequeña conversación.

-Sólo...solo somos amigas -respondió con cortesía la de piernas largas.

En ese instante, el Doctor Choi, colocó el instrumento con aquel gel frío sobre la piel tensa de la más bajita, quien se sobresalto al sentirlo pero al instante se relajo luego de ver la pantalla.

-Debe estar por aquí...¡Oh, aquí!, ¿Pueden verlo?- señaló la pantalla con una sonrisa apuntando una pequeña mancha que con atención podía distinguirse.

Bajo un poco su mano Hasta un teclado y al instante comenzaron a oír un sonido particular.

-¿E-ese es su latido? -pregunto la chica recostada.

El médico asintió sonriendo.-El embrión va cambiando cada cuarenta y ocho horas, por ahora es muy diminuto pero ya tiene la forma de un pequeño ser humano aunque todavía no sea posible verlo. En esta séptima semana ya podemos hablar de avance del desarrollo de varios órganos y claramente, como estamos escuchando el latido de su corazón.

Ambas chicas quedaron hipnotizadas por la imagen, era un poco borrosa, pero la felicidad que les producía era indescriptible.
Sowon bajo su vista un momento para mirar a la pequeña en una escena demasiado conmovedora.

Eunha sonreía como nunca antes, la mayor expresión de felicidad con la que alguna vez la había visto, y sus ojos, que parecían mantener una conversación con la imagen de su futuro hijo, brillaban con ternura y amor.

Sojung no tenia duda de que Eunha, a pesar de todo, seria una excelente madre.

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