Ahora no es que les diera por meterse con su casillero, es que ahora les daba por tratarlo como una mierda y llegar a casa con la ropa sucia, rota, manchada y algunas veces había tenido que escapar de una lluvia de huevos podridos, ¿De donde sacaban esos idiotas tantos huevos en mal estado?

También había algunos días, como ese, que llegaba a su casillero y, o lo estampaban contra los lockers, le pegaban algo a la espalda, le metían una patada o, si tenía suerte, solo lo ahorcaban contra el casillero hasta que estuviera a punto de perder el aire y/o la consciencia. Suspiró pesado... Por suerte aquella vez solo había sido un papel a su espalda. Lo tiró sin ni siquiera leer lo que había escrito en él y buscó la carta que tendría que estar en la parte de arriba de su casillero. Una vez la tuvo en sus manos, acomodó la mochila a su espalda y tomó un último detalle para la clase antes de cerrar la puerta y caminar hacia la clase. ¿Qué le habría respondido?

No es que estuviera ansioso, al contrario, le daba igual, simplemente quería reírse en su cara un rato mientras escribía la respu. . .

"No es que me vayan los duros o los agresivos, es que me gustas tú. Y sé que me aceptarás porque yo soy diferente a él."

¿Nada más? ¿Solo eso? ¿Es en serio?

Vaya, no tenía que decirle a eso. Pero tampoco iba a ser un borde de mierda y no enviar ninguna carta... aunque tampoco tenía nada que decirle. Porque su admirador no tenía planeado presentarse o dar su nombre, así que poca cosa podía hacer o decir, la verdad.