Acción 4
Después de guardar sus cosas en la nueva taquilla, y sentirse enternecido, muy marica y cursi al darse cuenta de lo que estaba haciendo, intentó guardarlo todo rápido sin arrepentirse... Viendo aquella pegatina con la bandera de noruega en la puerta interior de la taquilla, sonrió un poco después cerró la taquilla e inspiró tranquilo. Caminó hacia el patio y se sentó entre las piernas del albino.
Se estremeció y después sonrió.
- Awwwwwwwwwwwwwww- dijeron los dos hermanos al mismo tiempo cuando lo vieron sentarse con tanta naturalidad.
- Cállense- exclamó mientras un tenue rosado se colaba en sus mejillas.
- Déjalos, sienten envidia de nuestra bonita relación...- musitó Bert abrazándolo desde la espalda con ternura.
- Perros envidiosos- sonrió burlón siguiéndole el rollo al albino.
- Perra divina...- Álex dió un gesto divo con el cuello y después soltó una risilla.
- Corrección amigo, perre envidiose- guiñó un ojo el novie de la chica, ella rió y besó su mejilla.
- Ugh...- rodó los ojos.
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