Sabía de sobra que era homofóbico, no era como si él estuviera totalmente de acuerdo con lo que sentía por el ruso pero no podía evitarlo, lo volvía loco tenerlo cerca; sentía la temperatura aumentar, un cosquilleo recorrer su piel y su pulso acelerarse un poco más; todo eso con solo escuchar su voz o al tenerlo al frente, esto era muy raro para él ya que siempre estuvo alrededor de personas atractivas y hermosas, pero en ese momento no sentía algo igual, nada como su piel quemando por el deseo.

Extra

Aquellas palabras desagradables se repetían en su cabeza; una y otra vez, llevaba tiempo, o mejor dicho días rondando y molestándolo sin cesar, tanto que no podía concentrarse en las reuniones de trabajo o con sus amigos.

Distraído, miró a su aliado pensando en lo que diría a continuación.

—China, yo —hizo una pausa —quisiera fortalecer nuestra alianza.

Vio la sorpresa en su amigo asiático y como se quedó estático antes de llevar su taza de te a su boca, el mismo soltó una risa que parecía más un jadeo y comenzó hablar nervioso bajando su taza. —Yo... nunca lo pensé de ti, tú tan centrado con tu trabajo y tan indiferente con todas las alianzas —aclaró soltando un suspiro —, igualmente, nunca es tarde para probar algo nuevo —aceptó con una sonrisa.

— ¿Es en serio? ¡¿tú también?! —exclamó sorprendido, irritado se levantó de su lugar.

— ¿Qué?

— ¡No puedo creer que tú... ! —exclamó irritado e indignado, pero se interrumpió a sí mismo al haberse imaginado algo no deseado —qué desagradable —murmuró para sí ¿como era posible que el gran China haya aceptado ese acuerdo tan asqueroso, repugnante y desagradable?

— ¿Rusia, de qué hablas?

Por la ira apretó las manos en puños e inhaló profundo. —Tú- has aceptado este trato y seguro que muchos más ¿cómo es eso posible? Creí que eras alguien honorable.

Notó al chino levantarse de su lugar sin prisas y caminó hacia él pero mantuvo su distancia. —Cuida tus palabras, Rusia. Si yo acepté fue porque tú me lo propusiste —le aclaró sin apartar la mirada de él, haciéndolo molestarse más cuando lo escuchó reír — Rusia ¿sigues siendo casto?

Aún sorprendido y molesto negó ¿qué tenía que ver eso con él?

—Me refiero entre nosotros, no con los humanos. No es lo mismo una mujer humana que un country —antes de dejarlo hablar el asiático continuó: —. Siempre hemos sido más resistentes que ellos en todo sentido y esta no es la excepción.

Por un momento pensó en acercarse y golpearlo pero no lo hizo, dejó que tomará el bolso que había traído y lo vio caminar a la salida.

—Sé que estás furioso, asqueado y tendrás muchas cosas rondándole por la cabeza, pero te aseguro que no llegarás a nada con esa mentalidad, es más, agradece ser potencia, no todos tienen la opción de negarse —el asiático se tomó un momento para reírse y prosiguió: —. No te estoy diciendo que vayas por ahí proponiéndole o aceptando esa clase de tratos a cualquiera pero si no es para algo bueno mejor no opines, de todas formas casi todos lo hacen.

Pensó en los demás countrys; sus amigos, sus vecinos, sus hermanos y compañeros. Eran demasiados, no podía creer que fueran así. —No, hay personas con más dignidad que tú.

—Quítate esa venda de los ojos, puede que te arrepientas después de tus acciones, no todos toleraran tu trato, sobre todo si le echas en cara su "horrible pecado" —abrió la puerta del lugar y se despidió antes de salir. —Seguiré manteniendo contacto contigo solo por el trabajo hasta que te bajes de esa nube, adiós, Rusia.

En ese momento, estando ahí solo gruñó por la molestia que sentía, al recordar cuando llegó China y lo saludó pasó bruscamente su mano por la zona que tocó, sintió asco de solo pensarlo pero una nueva duda se instaló en su mente ¿de verdad China había considerado su oferta? ¿Es que solo la idea le habría parecido agradable? Pero qué desagradable, no podía sentirse más sucio en ese momento, simplemente horrible.

Paso días enteros torturándose con aquellos pensamientos, era terco, mantuvo completa distancia con el asiático e intentó no dejarse llevar por los demonios en su mente, no quería juzgar a nadie pero cada vez desconfiaba más, no sabía qué hacer, las cosas hubieran ido bien de no ser por Reino Unido, que necesitaba unos papeles, viejos contratos con URSS. Tuvo que buscar entre cosas viejas, cajas y carpetas, pensó que sería fácil y entretenido de alguna manera, desestresante para ese momento, pero entre tantos papeles se encontró con los que no debió: contratos, muchos contratos, titulados con el mismo nombre, con distintas condiciones pero con todas las palabras vilmente grabadas con la intención de sustituir y suavizar cada condición.

Apartó los papeles de su vista, asqueado por lo visto, odió cada uno de esos trazos, odió reconocer las firmas de sus aliados, sintió asco pero lo más fuerte ardía en su pecho y garganta, la ira, rabia de tantas mentiras, de tener que enterarse de esa manera, si le hubieran advertido antes, se lo hubieran explicado de otra manera tal vez, hubiera sido diferente.

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Y bien, aquí la cosa se puso fea xD estoy aquí pa contestar preguntas que tengan sobre esta locura, les recuerdo que es un AU y ninguno de los día está relacionado.

Gracias por ver, cuídense <3 <3 <3