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Capítulo único

♪♪♪ ~ My lover's got humour
She's the giggle at a funeral
Knows everybody's disapproval
I should've worshipped her sooner
If the heavens ever did speak
She is the last true mouthpiece
Every Sunday's getting more bleak
A fresh poison each week

We were born sick
You heard them say it
My church offers no absolutions
She tells me: Worship in the bedroom
The only heaven I'll be sent to
Is when I'm alone with you
I was born sick, but I love it
Command me to be well
Amen, amen, amen

Take me to church
I'll worship like a dog at the shrine of your lies
I'll tell you my sins so you can sharpen your knife
Offer me that deathless death
Good God, let me give you my life

Take me to church
I'll worship like a dog at the shrine of your lies
I'll tell you my sins so you can sharpen your knife
Offer me that deathless death
Good God, let me give you my life

If I'm a pagan of the good times
My lover's the sunlight
To keep the goddess on my side
She demands a sacrifice
To drain the whole sea, get something shiny
Something meaty for the main course
That's a fine looking high horse
What you got in the stable?
We've got a lot of starving faithful
That looks tasty
That looks plenty
This is hungry work

Take me to church
I'll worship like a dog at the shrine of your lies
I'll tell you my sins so you can sharpen your knife
Offer me that deathless death
Good God, let me give you my life

Take me to church
I'll worship like a dog at the shrine of your lies
I'll tell you my sins so you can sharpen your knife
Offer me that deathless death
Good God, let me give you my life

No masters or kings when the ritual begins
There is no sweeter innocence than our gentle sin
In the madness and soil of that sad earthly scene
Only then I am human, only then I am clean
Amen, amen, amen

Take me to church
I'll worship like a dog at the shrine of your lies
I'll tell you my sins so you can sharpen your knife
Offer me that deathless death
Good God, let me give you my life

Take me to church
I'll worship like a dog at the shrine of your lies
I'll tell you my sins so you can sharpen your knife
Offer me that deathless death
Good God, let me give you my life ~ ♪♪♪

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Basado en este video:


Disfrútenlo, seguro les gustará ;-)

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Aburrido de que siempre lo insultaran, criticaran, empujaran y se rieran. Arrepentido de ser tan débil de carácter, manipulable, inocente y torpe. Entristecido de ser él quien siempre recibía las burlas, algún que otro golpe y sobre todo la humillación de verse tan sumamente aplastado por esos americanos. ¿No eran ambos ingleses? ¿Porque debían tratarlo así, sino? ¿Solo porque era de Gran Bretaña ya había derecho de poder maltratarlo? A Gregory no lo trataban así...

Dirigió sus torpes pies tambaleándose por la debilidad por el pasillo de la casa, arrastrándose hacia la habitación de sus padres y dando un tétrico y horripilante chirrido al abrir la puerta encontrándose con una escena no tan... Agradable a la vista, pero estos no se percataron de su presencia, ambos adultos estaban demasiado ocupados en los gritos y las plegarias por los movimientos que por darse cuenta de lo que sus ojos azules habían visto. Aludido y traumatizado por lo recientemente visto, cerró de nuevo la puerta con ese chirriante sonido que le helaba la sangre y se deslizó arrastrando los pies al baño. De aquí, entre los cajones, buscó una pequeña cuchilla de afeitar de su padre y le retiró el corte para después cerrar el cajón y adentrarse en su propia habitación, cerrando con cerrojo en el acto para no ser descubierto fácilmente, no quería ser descubierto tampoco.

Además de que dudaba que con lo ocupados que estaban sus padres gritando y golpeando las paredes se dieran cuenta de lo que iba a hacer. Delante de su armario había un pequeño cajón secreto cuya existencia desconocía tanto sus padres, como el mundo entero, de aquí sacó un tablero rectangular de una particular forma muy conocida por todos y una anilla maldita como muchos la llamaban, decidido de hacer eso. Se cruzó de piernas delante del tablero dándole la cara a la puerta, poder ser pillado en el ajo era prácticamente imposible, técnicamente, la habitación era pequeña, modesta, para él estaba bien.

Depositó la anilla en el centro, por encima de las letras y tomó la cuchilla robada para alzar la manga delicadamente y depositarla sobre su brazo haciendo que sus lágrimas se saltarán por el próximo dolor que sentiría, cerró los ojos e hizo un corte horizontal, abrió sus ojos, no dolió tanto como pensó, dejó caer la cuchilla al ver con la rapidez que empezaba a salir la sangre de su brazo, este mismo lo volcó sobre el tablero manchandolo de sangre en la parte de la anilla, juntos donde la había colocado y provocando a los demonios y los entes del inframundo quien en seguida se dirigieron de disciplina y delicioso néctar rojizo del brazo del muchacho. Al ver esas pequeñas gotas en la anilla maldita tragó saliva al sentir una presencia y tras eso, con un poco de papel, detuvo el riego y bajó su manga para después tomar la madera maldita proclamando esa sangre que previamente la había manchado como de su pertenencia y murmuró temeroso las palabras: "¿Hay alguien ahí?".

Sus manos perdieron consciencia y se sintieron dormidas, como si un ente depositara su calidez sobre ellas y está madera de deslizó por el tablero de forma inmediata hacia el: "Yes" que había en la esquina superior izquierda del tablero. Al recuperar la consciencia de sus manos las retiró inmediatamente de la anilla y se retiró del tablero atemorizado, sintiendo el leve impacto de algo contra su espalda, seguidamente un leve quejido. Bajó su mirada a su mano, estaba reposando la sobre otra mano más pálida, manga negra larga hasta la muñeca, la siguió atemorizado, no había nadie en su habitación hasta ese momento, solo él mismo, y no parecía ser nadie de clase intenta do gastarle una broma. Hasta ver el rostro del muchacho y quedarse hipnotizado por los ojos rojos del ente.

- Damien Thorn...

Pero aún así lo reconoció, a pesar de había vuelto a la vida perdiendo todos sus recuerdos de la mente de todos y de la suya propia menos sus padres, recordó ese nombre al ver sus ojos tan eternos, profundos y amenazantes que solo pudo quedarse de piedra, resultaba inútil moverse o hacer movimientos bruscos.

- Me parece que es un poco peligroso e inepto que un muchacho bueno como tú, haga ese tipo de cosas y provocará con ese dulzor a los míos...- escuchó la voz de ultratumba del azabache refiriéndose al tablero de la Ouija que se encontraba ahora a espaldas del rubio menor. Pip lo miró por unos segundos, las gotas de sangre se habían consumido como si de agua en el desierto se tratase. Palideció por eso.- Tienes suerte de que yo me diera cuenta a tiempo del dulzor, podrías haber acabado peor y haber tenido un problema mayor al que ahora tienes. Porque evidentemente no voy a ignorar el hecho de que usaste tu sangre para llamarnos...

El rubio estaba atemorizado, no solo había confirmado su creencia de que lo que Damien decía de ser un demonio era verídico, pero ahora, ¿Que tipo de problema podría tener al usar su sangre? ¿Acaso era una provocación para ellos? Todavía no podía asimilar que Damien realmente dijese la verdad, vale, si, sus ojos echaban fuego y podía invocar bolas de fuego o en su el mismo calor del infierno que usaban en sus manos, podría atemorizar a quien fuese y afirmar ser el hijo de Satanás, pero nunca lo tomó en serio. Quizás debería cambiar sus ideales, natalidad y pensamiento a partir de ahora...

- ¿A-a que te refieres?- habló con temor tratando de retroceder del mismo, pero este lo tomó del hombro y lo empujó precipitadamente contra el suelo, dañándose con el tablero en el acto, pero que Damien no tuvo la compasión de retirar, más bien lo apretó más contra la espalda del joven- D-Damien...- suplicó ante tal dolor, forzando con su mirada a que lo soltara y pudiera retirar el tablero. Obedientemente después volvió a recostarse en el suelo en vez de escapar, eso le pareció tan patético que se retiró y levantó del lugar para después mirar el tablero y consumirlo en llamas para que no volviera a provocar a nadie, y solo con un chasquido.- ¿Porque hiciste eso?- se levantó incómodo y como si hiciera algo mal, como si tuviese que esperar el permiso de Damien para levantarse del suelo en su propia casa, habitación y suelo.

- No quiero que vuelvas a hacer lo que hoy hiciste...- tomó su muñeca izquierda de forma brusca haciendo que se quejara de dolor por los cortes, arremangó la manga de la chaqueta y la camiseta blanca que el muchacho llevaba encontrándose con ese papel que, al ser retirado, obtenía un corte horizontal ahora abierto de nuevo, sangrando profundamente y goteando por sus manos. Probó ese néctar bajo la mirada de sorpresa del de zafiros en sus ojos y después lo miró detenidamente sin quitarle la vista de encima, ni siquiera un solo parpadeo...

Con su pulgar selló y apretó la herida consumiendo la misma con llamas en su mano, detuvo el goteo pero obtuvo pequeñas y cristalinas lágrimas en los ojos del menor por el dolor. Pero cuando retiró su mano ahora solo había una pequeña y hermosa cicatriz curvada en una particular forma de semicírculo. Pip lo miró con sus pupilas temblando y dedujo que no quería que nadie probabara su sangre, pero lo afirmó el ser recibido en sus brazos, golpeándose contra su pecho cálido, pétreo y horriblemente suave y provocativo y permaneciendo allí por varios minutos en silencio. Esperando a recibir orden de hacerlo, pero no lo vería necesario...

- Pip, no quiero que lo vuelvas a hacer...- repitió después de ese cómodo y plácido silencio en el que estaban sumidos de forma tan tranquilizante que quebrar el silencio parecía un sacrilegio.- es peligroso...

Asintió con la cabeza. En ese momento Damien se percató del moratón que había en la frente del chico, cerca de su ojo, el cual había mantenido oculto hasta ese momento y ahora pareció verlo al tenerlo cerca, dedujo el motivo.

- Nadie va a tocarte nunca más a mi lado- señaló con el dedo índice ese pequeño bollo amarillento. El rubio lo miró avergonzado por ser descubierto tan rápidamente.

- ¿Que sucede con mi sangre?

- La sangre mortal es un manjar para nosotros, es por eso que cuando alguien hace un derrame de sangre con fin satánico nos alimentamos de ellos apareciendo en la forma astral en su consciencia como entes divinos para poder consumirlos hasta la muerte, siempre mintiendo y diciendo que nosotros somos los buenos. Por eso no quiero que lo hagas de nuevo, tienes suerte de fui yo el primero en darme cuenta de que eras tú, porque sino podría haber venido cualquier otro...

- Sentía que quería ser consumido en ese momento- miró la pared que daba al cuarto ahora en silencio, sus padres ya debieron acabar su acto de amor- no quería ver a nadie más...- lo miró- nunca más...

Se quedaron en silencio, Damien interpretó sus palabras de la forma que pudo y suspiró profundamente para después deslizarse por la habitación de forma rápida y confiada acompañando al joven muchacho rodeando sus hombros con un solo brazo y ambos acabaron sentados en la cama. Comenzando unas pequeñas palabras que podrían cambiar la vida del muchacho. El azabache interpretaba las pocas ganas de vivir con el bullying recibido en la escuela, las risas y los comentarios horrendos que le dedicaban día a día... Quizás algún trauma y la soledad que debía convivir con él y aguantarlo todo el día... Podría quedarse con él, pero la vida del infierno era mucho más divertida, la escuela era una tortura, una cárcel disfrazada, en el infierno no tendría que preocuparse por nada, ni si quiera por la vida, no haría falta que nada de eso lo preocupase. Pero eso debía significar corromper esa alma tan pura e inocente que tenía el muchacho y un alma tan resplandeciente era doloroso y cruel incluso para él...

O quizás no hiciera falta corromperlo.

- siempre puedes venir al infierno conmigo, permanecer allí junto a mi y sin quieres volver... Puede ser en mi compañía... Después de todo, supongo que yo soy el único que te habla sin burlarme, no?- murmuró eso último con un retintin algo distinto, quizás con algo de calidez y esperanza. Pip suspiró y no pareció pensárselo mucho, tanque asintió a los pocos segundos de forma segura- ¿Seguro que vas a querer vivir en ese horno infernal?

- No será peor que vivir aquí...- señaló su modesto cuarto, pero no con asco o repulsión, sino que, contrariadamente, no se refería a su cuarto, se refería a su casa, ciudad, pueblo, estado, país, etc... Al igual que a sus compañeros y los que no lo eran tanto...- ¿Puedo ir?- suplicó con un sofocante ímpetu de apoyarse de sus piernas con las manos y acercarse hasta eliminar el espacio personal del demonio para casi lanzarse a abrazarlo con su obvia respuesta afirmativa.

- Necesitarás ayuda para aguantar el sofocante calor que hay en el infierno...- suspiró extendiendo una mano hacia un punto indeterminado en el cuarto y en la pared se abrió el portal mostrando un verdadero universo caótico, rojo, negro y naranja era gran parte de lo que se podía distinguir allí. Pip, sorprendido, tan solo abrió los ojos en shock por el paisaje y después miró a Damien.- No hay porque temer, podrás volver siempre que quieras, solo avísame para ello- puso una mano sobre su cabeza con gesto amable y sutil y después entró de un paso cambiando su aspecto y recibiendo alas escarpadas y una cola de demonio ambos atributos negros como el carbón, pero de una textura aparentemente suave y delicada. Le extendió la mano desde el interior del portal y con esa conexión un pequeño cristal y brillo fueron sellados para que el menor accediera sintiendo la ardiente bofetada que ese lugar causaba. El portal se cerró a su espalda anulando el punto de frescor, Pip se miró a si mismo, no notaba nada con él, quizás no había pasado nada, todavía. La rapidez de Damien por llegar a algún lugar le intuyeron que algo pasaba o algo debía mostrarle.

Llegaron a un hermoso palacio de roca negra como el carbón, ardientes detalles de cascadas de lava y hermosas tallas de piedra de mármol imponente por el tamaño que mostraban una entrada de puerta ancha y grande, digna de ser la entrada a una palacio. Ambos se precipitaron por entrar y dirigirse por alguna parte del castillo, todo ese reto sin soltar la mano del demonio, pero al mismo tiempo sintiéndose horriblemente pesado y cansado. Como si ese lugar el robase fuerza y vitalidad, hasta que llegaron a una elegante habitación esencialmente negra y roja, con un brasero de lava como decoración y luces de iluminación tétrica y rojiza, con un gran ventanal de cristalera rojiza y opaca por el exterior, pero transparente por el interior que ocupaba la pared entera y dejaba entrar mucha luz venida de la lava ardiente que caía por toda la zona incansablemente, brindando luz y vitalidad sangrante al lugar. Damien recibió al menor agotado y asfixiado entre sus brazos mientras buscaba lo necesario para permitirle estar allí sin morir, a pesar de que el mínimo humano perdería el conocimiento por el extremo calor... Si Damien soltaba o dejaba de tocar a Pip, este moriría en cuestión de segundos, ya que Damien lo mantenía con vida en ese infierno, así buscando su salvación hasta que encontró la pequeña daga que le robó a su padre, una daga retorcida y afilada como una aguja que servía para muchas utilidades, pero la más importante era el poder que tenía, la transformación o maldición que convertía la vida eterna de sufrimiento en ese infierno, ósea, prácticamente morir y poder habitar ese lugar y la deslizó por la cicatriz del brazo izquierdo de Pip abriendo la herida una vez más, ahogando un grito en él, pidiéndole perdón y suplicando que no aguantase un poco más... Solo un poco más...

Pip sentía ardor en su muñeca y vio como su piel estaba al rojo vivo, esa daga era como un mordisco de una serpiente venenosa, como si estuviese herido por una infección, sentía dolor, quemazón y una fuerte agonía en su brazo, pero Damien no soltaba su brazo, más bien lo apretada y sostenía para no soltarlo. Había tirado la daga al suelo y ahora está solo se escuchaban los gritos ahogados del mismo.

- Pip... Aguanta por favor...- viendo como una marca escamada crecía por su brazo cerca de la herida, después está se absorbía por su piel y finalmente en su muñeca aparecía una marca de una estrella satánica indicando que ahora estaba maldito y pertenecía al infierno. Ósea, que podía habitarlo sin morir de asfixia...- ya está... Ya está...- murmuró mientras los sollozos del menor se apaciguaban en su pecho en un fuerte abrazo después de tanto dolor, el azabache suspiró y lo abrazó con sus brazos y las alas para dar un toque de sobreprotección. Así conseguiría mínimamente animarlo...- ahora ya podrás venir cuántas veces quieras... Y cuánto tiempo quieras...- un pequeño anillo amarillo de similar resplandor celestial se alzó sobre la cabeza del menor con un toque inocente y tierno, así como seguidamente la aparición de alas de ángel en su espalda y eso se le hizo sorprendentemente tierno. Así que simplemente besó su frente mientras el otro se retiraba la boina.

Con esa sonrisa amable siempre en su rostro.

- Gracias, supongo...- murmuró eso último con algo de vergüenza por la buena obra hecha de parte de Damien.- Puedo quedarme contigo, entonces, ¿No?- el azabache río ante la inocencia del muchacho y lo abrazó solo por darle una muestra de cariño que no solía hacerse presente en su forma de ser. Asintió con la voz y con la cabeza.

- Siempre...- le guiñó un ojo- nunca te separes de mi, no voy a dejar que te dañen.

- gracias...- sonrió.

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Ay! Me enamoré del fanfic ★v★

No sé, me gustó la forma de expresarme y por cierto, este es el primer Dip que escribo <3

Espero que no sea el último :0

Porque si, tenía otra idea con este fanfic, pero tampoco me desagradó el qu escribí, bueno, no hay de que preocuparse xdxd si a vosotros os gustó me vale :-)

En fin, espero que os haya gustado y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Ecchisforlife

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