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- Mi madre técnicamente tiene familia alemana, pero nunca la he escuchado hablarlo, así que no sé si sabe el idioma y mi padre habla rumano con su hermano y unos amigos que viven en frente, aunque no he aprendido del todo el idioma, sí conozco algunas palabras.
- No sé si es ofensivo, pero pensaba que tú padre era africano.
- La gente lo suele pensar...- asintió con la cabeza lentamente.- Pero no, es de Rumanía.- Gina asintió intrigada.
- Entonces solo hablamos español e inglés...- soltó una carcajada.
- Sí, eso parece...- las dos sonrieron.
- Al final va a resultar que el sexymbol que no se esfuerza en las clases y que está más pendiente de su novio que del resto del mundo va a ser el más intelectual de nosotros...
- ¿Qué quieres decir?
- Sa sabe como cuatro o cinco idiomas.- Blume alzó las cejas con sorpresa.- Español, inglés, japonés y no sé qué más, no le he preguntado, pero una vez dijo que hablaba más idiomas.
- Bueno, si le gustan los idiomas, no veo el punto malo.- Gina asintió con la cabeza, totalmente de acuerdo con ella.
- Elizabeth sabe tres idiomas.- mencionó.- español, inglés y sueco. Por su padre.
La conversación se quedó ahí ante la presencia de los padres de Blume. Ella volvió a tensarse, dándose cuenta en ese momento de lo relajada que estaba delante de Gina, casi enseñando deliberadamente el pecho al inclinarse hacia delante sobre la guitarra. Su corazón palpitó fuertemente y guardó la guitarra rápidamente, acomodando la ropa y todo su vestuario. Carraspeó avergonzada.
- ¿Me enseñarás a tocar la guitarra alguna vez, verdad?- Blume asintió con cierto nerviosismo.- Quiero decir, sin presiones...- se disculpó al sentir que fue muy persuasiva.- Me gustaría realmente aprender a tocar un instrumento, no quiero que pienses que voy a obligarte a ello, si no quieres, no hay problema.
- No sobre pienses mucho sobre eso, me gustaría enseñarte, solo me pone un poco nerviosa ser mala maestra.
- Seguro que eres una profe fenomenal.
Blume se ruborizó y desvió los ojos. Ambas salieron de la habitación.
Gina cada día se sorprendía más cuando veía a los padres Blume, no era la primera vez que veía a Isaac e Isis, pero se seguía sintiendo como la primera. La diferencia de estatura de sus padres era impresionante a la par que enternecedora, su madre parecía una muñeca de tan pequeña que era, pero tenía una personalidad muy extrovertida y abierta con todo el mundo, aunque fuera de baja estatura se hacía notar con sus extravagantes palabras, oraciones y sobre todo comentarios subidos de tonos que la hacían resaltar y ser el centro de atención, al menos cuando era más joven. Al ser madre se había calmado un poco, por suerte― según Isaac―. Su padre, por lo contrario, no solo era enorme de estatura, sino que era muy introvertido y silencioso, no quería llamar la atención de nadie― aunque era imposible por su estatura, por su peinado y por su atractivo físico―, pero sobre todo tenía una gentileza impresionante y era muy afectuoso con Blume, tanto que a veces sentía envidia de que uno de sus padres fuera más frío que el hielo aunque intentase decir algo cálido o afectivo. Simplemente no le salía.
- No sabíamos que estabas aquí, Gina...- la madre de Blume la saludó sonriente.- Os habríamos dado más tiempo a solas...- sonrió sugerente, a lo que Blume se sonrojó todo lo que pudo y más.
- ¡M-Mamá!- exclamó ella.
- Descuiden, el tiempo de calidad no hay que forzarlo.- meneó con la cabeza la castaña, siguiéndole el juego a la madre de Blume.- Sino, pierde su esencia...
Isis sonrió de lado.
A la semana siguiente
El tiempo se le había pasado demasiado largo a Blume, pues en menos de un parpadeo― como bien dicen― ya volvía a ser festivo. Ambas, la castaña de cabello largo y la azabache de cabellos cortos teñidos a morado se plantaron en la casa de la primera. Blume tenía que reconocer que sentía un poco de nervios, era su primera vez en casa de Gina...
En realidad era su primera vez en casa ajena desde que se cambió del instituto y aquello irremediablemente la ponía nerviosa de alguna manera. Incluso había tomado ciertas inspiraciones profundas en el camino― disimuladas, por supuesto― para tranquilizarse y que la familia de Gina no la conociera tan nerviosa.
Aunque jamás esperaría que lo primero que lo primero que la recibiera fuese un pequeño gecko amarronado que trepó por la pierna de Gina confiado hasta su hombro. Blume dio un brinco hacia atrás porque no esperaba que Gina tuviera una pequeña y escamada mascota, pero la sorpresa mayor estaba por llegar:
- No sabía que tenías mascotas...- Gina se rio entre dientes acariciando la cabecita del gecko.
- Sí, nuestra casa parece un zoológico...- varios maullidos resonaron como si de una bienvenida se tratase, una imponente felina siamesa se encontraba sobre el respaldo del sofá recostada, mirándolas fijamente como si las estuviera juzgando.- Mía, la gatita pretenciosa y engreída de mis padres...- señaló a la felina, la cual maulló en respuesta al escuchar su nombre.- Manāw, es este curioso e intrusivo amiguito.- el pequeño lagarto la miraba con curiosidad, sus enormes ojos negros estaban fijamente clavados en ella y con su pequeña lenguita daba una visión considerablemente tierna.- Si Manāw ha podido salir, significa que Lāy también debería estar por aquí y que mi hermana no cerró bien sus hábitats...
- ¿Tienes dos lagartos como mascotas?
- No exactamente...- negó con la cabeza mirando por las zonas oscuras, debajo de los muebles, mientras el gecko se subía a su cabeza, manteniendo el equilibrio milagrosamente por los movimientos de Gina mirando por las zonas bajas.
Blume la miró confundida, la gatita se estiró y saltó desde la parte superior del sofá, hacia el brazo del mismo, donde se sentó, juzgándola con la mirada. Gina registró gran parte del comedor, sobre todo debajo de los muebles, como si estuviera buscando algo perdido con sumo detalle.
- Lo siento por esto, Lāy tiende a esconderse en los rincones más frescos de la casa...
- No, no pasa nada...- Blume movió su mano, pensando que estaba buscando a un pequeño lagarto escurridizo, aunque tenía que reconocer que le parecía enternecedora la visión del pequeño gecko sobre sus cabellos marrones, sacando la lengua de vez en cuando.
- Te acompaño a la habitación para que puedas relajarte...- Blume asintió con la cabeza.- Yo de mientras voy buscando a Lāy...
- De acuerdo...- asintió con la cabeza.
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El lagarto es demasiado adorable <3
Saben esos lagartos con ojitos saltones?
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA... No sé, los amo demasiado <3
Son adorables <3
Me gustaría tener uno de esos, pero necesitan un hábitat específico y no tengo espacio en casa 😔😔😔
Aquí las opiniones del primer capítulo ---------->
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos leemos en el próximo capítulo
Bye~
By Silvia Line
[1151 Palabras]
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