III
- ¿Por qué tiene que responderle de dónde son sus padres?- una voz fuerte y profunda, pero no masculina, sino femenina, autoritaria y llena de firmeza y seguridad.- ¿Acaso va a denunciar a los asistentes sociales en caso de que sean inmigrantes sin papeles?
- Señorita Atxa, haga silencio.- exigió el maestro.- No quisiera tener que llamar a su padre otra vez.
- Pues no haga preguntas privadas, eso es micromachismo, si fuera un hombre no le preguntaría.
- Gina, vete al despacho del director.- el tono de voz del profesor era neutral e incluso aburrido, parecía ser algo normal que aquella chica fuera problemática.
Blume se sentía desorientada y considerablemente incómoda. Una figura de piel tostada se levantó de su asiento, unos ojos perfilados, ligeramente almendrados, de un deslumbrante marrón, y unos cabellos largos que se recogían parcialmente en un moño casero y desaliñado con un lápiz atravesando diagonalmente el mencionado moño. Recorrió el pasillo desde su asiento hasta la puerta, con el móvil en la mano, empujándolo hacia el bolsillo derecho de su pantalón marrón canela apretado.
- Dame tú teléfono.- exigió el profesor.
- Una mierda.- respondió cerrando la puerta con un portazo.
Blume se sobresaltó y se quedó helada, pero ante la pasividad del profesor y la naturalidad de la gente de la clase solo le quedó asumir que aquella chica era rebelde, por ende, no recomendable.
- Siéntate en la primera fila por ahora, cuando venga la tutora decidirá si te quedas ahí o no. Jackson, hazme el favor y vete a la parte de atrás.
- Regalado.- emitió el chico levantándose de un salto y recogiendo todo sin que rechazar la orden lo más mínimo.
Aparentemente era un chico conflictivo que no estaba muy contento con estar sentado en la primera fila. El chico en cuestión tenía la piel rosada, sus ojos brillantes, claros, sus cabellos tenían un tono rubio decolorado y restos de un tinte azul pastel mezclado con lila decoraba casi en su totalidad su cabello corto revuelto. Llevaba ropa deportiva muy extravagante en cuestión de colores. El chico en cuestión, Jackson, empujó una de las asas hacia su hombro y se sentó al lado de un asiático, parecían ser amigos por el apretón de manos amistoso.
Se sintió considerablemente cohibida por obvios motivos. El hecho de quitarle el asiento a alguien solo porque era la nueva, ni le parecía del todo correcto. Sea como fuere, cuando terminó aquella primera clase en la que se sentía más perdida que otra cosa, llegó la tutora.
- Tú debes de ser Blume...- asintió avergonzada.- Ya decía yo... Jackson, ven aquí. Tú aprovechas cualquier situación para irte al lado de Saimon, al final voy a pensar cosas...
- Que Saimon sea gay no me convierte automáticamente en gay.
- No soy gay.- reclamó el asiático cruzado de brazos, pero un carraspeo considerablemente amenazador hizo palidecer al asiático de cabellos oscuros y ojos rasgados.- Tú entiendes, Fran...
Blume se sintió perdida, la naturalidad con la que todos actuaban y lo avergonzada que ella se sentía en aquella situación. Al menos no era el centro de atención. La tutora estaba de pie a su lado, la mirada de arriba abajo con una mirada analítica, incluso podría decir que algo prejuiciosa, y aquello provocó que Blume diera un paso lateral para alejarse de la maestra, fue un paso vacilante.
- ¿Dónde está Gina?- preguntó repentinamente opacando todas las voces que empezaron a surgir.
- Alfonso la expulsó de clase y la mandó con el director.
Mandado que no parecía haber cumplido y tal vez, se estaba tomando un rato de descanso. Casi como si la hubieran invitado, la chica que expulsaron regresó a la clase tirando un vasito de chocolate caliente terminado a la basura, había visto la máquina expendedora en el exterior, justo en la salida del instituto...
- Estupendo...- dijo la tutora con sarcasmo.- ¿Y quién te dio permiso para tomarte la clase libre, señorita Atxa?
- De todas maneras Alfonso no me iba a dejar entrar.- se encogió de hombros dirigiéndose hacia su sitio.
Blume se giró hacia la tutora para ver su reacción. Por la forma tan frustrada en la que su expresión se torció, supo definitivamente que aquella chica era sumamente conflictiva y definitivamente no era una buena influencia.
- Bien, déjame que examine los sitios libres...- murmuró la tutora.- Quiero sentarte cerca, pero tampoco al lado de una mala influencia...- lo cual dejó a Blume considerablemente asustada.
Su mirada hizo un barrido por la primera fila. El chico con el pelo teñido, Jackson, compartía asiento con una chica que estaba harta de él por la mirada que tenía la pobre chica, aunque no le dirigió una sola mirada ni palabra en toda la clase, parecía estar metida en su mundo, porque estaba con el teléfono bajo la mesa... Había dos chicos juntos en el pupitre de la línea central, ninguno de los dos parecían ser una mala influencia, pero la maestra lo habría dicho por algo, a no ser que uno tuviera problemas de visión y el otro fuera el "arrastrado" que hacía todo por la maestra... finalmente había otros dos pupitres al lado de la otra pared... La de la ventana... Eran un chico, que estaba mirando por la ventana y una chica, que estaba hablando con otra chica sentada detrás del chico.
- De acuerdo, Elizabeth... siéntate al lado de Saimon... ¿Tendrás problemas para ver desde ahí atrás?
- Sí.- dijo ella sin moverse.
La maestra chasqueó la lengua contra el paladar. Movió sus ojos y momentáneamente puso los ojos sobre una chica de cabellos naranjas, pero inmediatamente negó con la cabeza.
No parecía ser buena idea mover aquella chica, no era buena influencia tampoco... No, espera... Aquella chica era la que había carraspeado amenazante al asiático... ¿No era una chica? Bueno, no importaba mucho... No era una buena influencia, se mantendría lejos...
- Celia, siéntate al lado de Saimon.- La reacción de la chica de cabellos castaños caramelos parecía ser el mejor regalo del mundo, abrió los ojos en shock.- Blume, siéntate al lado de Elizabeth...
El sitio libre, asumió. Elizabeth era una chica rubia con llamativos ojos deslumbrantes marrones, pero no era un marrón habitual, era brillante y parecía un foco de luz. Sus cabellos eran muy cortos, no como los suyos, porque su nuca si estaba cubierta por el pelo. Su piel nívea y sus brazos cruzados sobre la mesa.
Su voz era profunda, y su tono de voz parecía ser una respuesta inamovible, no iba a moverse del asiento, ni siquiera aunque se lo ordenase, tal vez estaba acostumbrada a aquella distancia focal.
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Empezamos a presentar personajes, descuiden, habrán presentaciones formales en los siguientes capítulos, considero un buen momento para poder hacer las presentaciones ahora que ya conocemos más o menos la dinámica o psicología de Blume.
Gina tiene ese carácter fuerte por naturaleza, y me encanta <3
Aquí las opiniones del primer capítulo ---------->
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo
Bye~
By Silvia Line
[1163 Palabras]
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