Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 18

Viernes: noche casi eterna.

Alguna vez has sentido el tipo de sensación, lo más cercano a un deseo prohibido, que se coloca ferozmente en el vientre haciéndolo arder... ese tipo de emoción que percibes al no querer despedirte de una persona. Ese tipo de sentimiento que Ino sentía justo en ese momento.

Tenía que ser sincera; ella amaba a Sasuke con ferviente locura, nunca dejó de hacerlo. Y al día siguiente se separarían cuando Ino volviese a la entrada de su aldea. Nuevamente, Sasuke se alejaría de ella, porque no importaran los pocos -o muchos- sentimientos que el azabache comenzaba a experimentar, su anhelo de venganza era una prioridad mayor que sin consecuencia ella podía entender.

Por eso dolía y rogaba a la luna resplandeciente de esa noche que jamás colmara. Por primera vez, se sintió tan tranquila y feliz al estar rodeada únicamente de árboles en aquel bosque, pues en el fondo era consciente de que Sasuke le atribuía cierto afecto, y ello, dolía aún más. Una dolorosa separación, sin duda.

Y la luna no ayudaría en nada si se empeñaba por ser opacada por el radiante sol. ¡Por favor Dios, haz el fulgor de la noche eterno! Eterno como su amor por él.

La joven escapó un sollozo perdido, con la insensata curiosidad rebosante en él. ¿A él también le dolería su separación? ¿Cuáles serían precisamente sus pensamientos?

Lo desconocía, temiendo que la respuesta pudiera provocar un daño mayor en ella, aún más grande que la fractura en su tobillo. No obstante, el tiempo no se congelaría por simple capricho suyo, y lo sabía.

—Sasuke —lo llamó pausada y delicadamente, expresando un derroche sentimental en su mirada cristalina.

El aludido le otorgó la espalda, como si descifrara la doble intención de su voz.

—Hace frío —fue lo único que pronunció, evidenciando lo obvio.

Una tortuosa noche fría, tan fría que los conectores de los huesos se entumían.

Después del prologando y tedioso mutismo formado entre sus almas, fue Ino quien valientemente se animó a interrogarlo.

—¿De verdad regresarás a Konoha? —le tomó del hombro, sintiendo ese fuerte impulso por retenerlo.

Uchiha no se dignó a mirarla, porque ver su semblante destrozado le hacía sentir culpable en cierta medida; no comprendía exactamente las recientes emociones en las que se vio envuelto, pero podría decirse mentalmente que Yamanaka era la causante de que su mente se mantuviera alejada de todo sufrimiento; sí, tenía que reconocer el gran esfuerzo de Ino por haberse quedado tan gravada en él, aún más, cuando sentía ese inexplicable hormigueo en sus costillas cuando sus miradas se encontraban. Ino se había convertido en un ser que resultaba ser un completo misterio. Un enigma sin resolver.

—Sasuke, responde —le pidió en un murmuro en vista del letargo.

Uchiha giró levemente su cabeza, mostrando una cara seria e indiferente, nada congruente con lo que sus pensamientos le gritaban.

—No —negó sutilmente.

Ino sintió su mundo derrumbarse, su corazón se detuvo por milésimos segundos que sintió como si fueran horas, y de pronto, el frío de la noche se hizo mucho más cruel y vehemente. Si no fuera poco, también sus ojos comenzaron a humedecerse, acompañado de un sabor amargo instalado en sus papilas gustativas.

Quiso llorar, pero pudo contenerse heroicamente, así que lo soltó. Ella ya lo sabía, siempre supo que su venganza era prioridad.

Con toda la desilusión en su pálido rostro, Ino se apartó lo suficiente como para tener un poco de espacio para respirar.

Sasuke no presentaba una expresión en su semblante. Se giró completamente para encarar a Yamanaka y cuando lo hizo fue presa de la hermosura de sus ojos.

—Serías... —alzó su cabeza al cielo, sumergido en el manto estrellado—. ¿Serías capaz de abandonar el pueblo que te vio nacer? —metió las manos en sus bolsillos, el frío estaba entumeciendo sus dedos—. No eres el tipo de persona que renuncia a sus pretensiones materiales e huir hacia la nada —hizo una pausa para contemplar las facciones de ella, que lo miraban con desconcierto y una ceja enarcada—. Eres débil, Ino. No escaparías de la aldea, ni siquiera por amor. Así de cobarde eres.

—¿Qué es lo que insinúas? —tanta palabrería la estaba sacando de quicio. Era la primera vez que observaba a Sasuke sumamente reflexivo, la primera vez que solía ser comunicativo y ella deseaba que guardara silencio—. Sé directo, sin rodeos —demandó.

—Hnmp.

Apoderó su brazo y la acercó a él para tomarla de la cintura y degustar su delicado tacto. Ino jadeó levemente ante el inesperado comportamiento, pero nunca opuso resistencia. Sasuke la apegó tanto a su cuerpo que pudo sentir la respiración acelerada en su pecho, una tranquilidad lo embargó. Posteriormente palpó la espalda de la chica. ¿La amaba?

—Ino —susurró en su oído—. ¿Vendrías conmigo?

La chica abrió los ojos. ¿Qué se supone que respondería? No podía, no podía dejarlo todo y salir corriendo sosteniendo su mano, porque por encima estaba el amor que tenía por Konoha y sus amigos. No podría dejarla aunque fuese el amor de su vida quien se lo pidiera.

Lo único que pudo hacer fue aferrarse lo más fuerte que le fue posible al abrazo cálido de Sasuke, apretó la ancha espalda de él, ahogando un lamento en su pecho.

Sasuke lo entendió, comprendía su mudez y lo que ésto significaba. En el fondo le gratificaba, porque acompañarlo en su aventura representaba renunciar a su sensibilidad, y no esperaba arrastrar a su abismo a Ino.

Miró con desilusión sus ojos, acariciando su mejilla.

—Hace mucho frío —repitió.

Ino fingió sonreír, el ambiente entre ellos se había vuelto incomprensible y hasta algo incómodo. La despedida que ya ambos habían comenzado.

—¿Dónde dormiremos, Uchiha? —lo señaló girando drásticamente su tono de voz a uno completamente energético y mandón.

Sasuke sonrió mentalmente, agradeciendo la capacidad de Yamanaka para darle vida a lo muerto.

—En un árbol —contestó áspero, retomando su acostumbrada personalidad al momento que la soltaba y se apartaba de ella.

—¿Eh? —expresó horror.

—¿Qué?, ¿algún problema?

—¡Por su puesto! ¿Hablas en serio?No me parece que dormir en un árbol sea lo más cómodo.

—Sí —se cruzó de brazos, recargándose de espaldas sobre el tronco.

—¿Qué hay de la cueva?

—Está demasiado lejos para volver.

—Pero... —infló los mofletes, disconforme.

—Hn, haz como quieras, yo me largo a dormir —afirmó dando un salto a una primera rama, siendo detenido por la chillante voz de ella.

—¡Hey, espera! —agitó sus brazos—. Tú ganas, dormiremos en el bendito árbol —resopló, esperando paciente a que Uchiha la ayudara a subir.

Sasuke sin más opción acudió a su auxilio, la sostuvo nuevamente con fuerza y la cargó hasta que ambos pudieron subir a una rama bastante alta, donde a perspectiva del morocho, era el lugar perfecto para pasar la noche.

.

N/A: Sigan votando.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro