Capítulo 12
Jueves: nuevos sentimientos.
Avanzó tan rápido como el peso en su espalda le permitió, sumado a ello los constantes golpeteos que recibía por parte de Ino que intentaba resistirse a ser cargada.
No obstante, la irritante voz de la rubia lo sacó de sus pensamientos, ella estaba pataleando, pero aun así, Sasuke no se permitió soltarla.
—¡Detente! —le gritaba mientras su mano se aventuraba a empujarlo suavemente en sus anchos hombros—. ¡Uchiha, para!
No importaban las veces que Ino le implorara que se detuviera, ni los golpes que le otorgara, ni tampoco el chillante ruido de su voz, el chico no se detendría incluso si le amenazaran. ¿Por qué? ¿Por qué le había molestado tanto el hecho de encontrarla con Itachi? No tenía ninguna certeza sobre aquello.
—¡Uchiha, bájame! —le ordenó sin obtener ninguna respuesta a cambio.
Después de un largo recorrido a través de ramas, gritos desesperantes y rezongones mentales, se paró en seco; ya no podía más con ella sobre él y no precisamente porque Ino pesara (de hecho la rubia era sorprendentemente liviana), sino porque con cada paso una nueva duda surcaba en su memoria, y no tener respuestas lo estaba poniendo en muy mal estado.
—Hmp —rezongó de pie, aún sosteniendo las largas piernas de la chica entre sus manos.
—¡Uchiha, suéltame! —le pidió una vez más.
El muchacho bufó fastidiado.
—Sí tú lo dices —fue entonces cuando desvaneció el agarre para dejarla caer pesada y dolorosamente sobre la tierra.
Ino cayó de lleno acompañada de un grito de dolor a causa de su tobillo dañado.
—¡Maldito bastardo! —rápidamente llevó una mano a su maléolo para comenzar a masajearlo. Le dolía bastante, lo demostraba con una mueca de disgusto, la cual Sasuke observó y no pudo evitar mofarse de ella—. Bien, ahora te burlas de mí. Eres un cretino.
Y éste la ignoró triunfantemente.
—Debemos regresar a Konoha —le dijo indiferente.
Ella lo contempló extrañada, su corazón palpitó apresurado.
—¿Debemos? —un destello de ilusión se transmitió por sus ojos—. ¿Quieres decir que tú también vendrás?
Sasuke asintió en silencio con su cabeza. La mirada que le regaló a Ino fue tan sincera que ella no pudo evitar congelarse, sus ojos negros eran muy hermosos bajo la luz del día, se podía apreciar un brillo especial.
El azabache se acercó a Ino y como todo un caballero, le extendió su mano derecha para ayudarla a levantarse; en cuanto su tez rozó con la de Ino sintió miles de choques recorrerle por todo el cuerpo, pasando por su estómago y terminando en quién sabe dónde.
—Hmp —tenía todo un cuestionario formulado para Yamanaka, esperando aclarar de una vez por todas su maldito desconcierto que no dejaba de atosigar a su alrededor—. ¿Se puede saber por qué demonios estabas junto a Itachi? —la sangre fluyó rápidamente agolpándose en su cabeza.
Ino chasqueó la lengua. Primero la insultaba, después se portó amable y finalmente le volvía a gritar. Sasuke estaba lejos del estereotipo de chico galante y misterioso.
—¿Por qué te interesa? —acomodó su traje, intentando apoyar su pie dañado sobre el suelo con algo de trabajo.
—Hmn —caminó hacia ella para enfrentarla, reduciendo la distancia entre ellos.
Ino se sobresaltó ante la cercanía y por mero instinto, tuvo que obligarse a retroceder con pequeños pasos acompañados de dolor. A veces las reacciones ofuscadas de Sasuke le provocaban cierto miedo.
—Hey, Uchiha. ¿Qué te pasa? —lo dijo más con un susurro, mas con un evidente ceño fruncido.
—¿Sabes lo que significa Itachi para mí? —movió más sus pies torno a adelante, pisando casi los de ella.
La pregunta en sí tenía un doble significado. En realidad quería expresarle lo contrario: ¿sabes lo que significas tú para mí?
—Sé que lo odias, pero él no es un villano —de pronto el aire le faltó al sentirse atrapada por los ojos grisáceos de Sasuke—. Tal vez... si le dieras una oportunidad, Itachi podría...
No terminó de hablar porque Sasuke gruñó furiosamente, obligándola a callar. El camino se terminó y chocó contra la corteza de un árbol, inmediatamente él la acorraló sin ningún tipo de escapatoria. Uchiha llevó ambas manos al tronco, un brazo justo al lado de la cabeza de ella, reduciendo notoriamente el espacio entre ellos, juntando su cuerpo con el suyo; separados por escasos centímetros y clavando su mirada oscura y fría en todo su cuerpo.
La respiración de la joven comenzó a acelerase y sus piernas flaquearon.
Era tanta la proximidad que la respiración de Sasuke exhalada por sus fosas nasales se filtraba por su boca, no obstante, la expresión de furia no se desvanecía del rostro de él.
—¡Cállate, no te atrevas a mencionar su nombre! —su corazón comenzó a latirle rápidamente, a sabiendas de que lo que lo ponía en esa situación no era por Itachi en sí, si no por otro tipo de acontecimiento.
—¿Por qué estás tan molesto? —lo enfrentó.
—No sabes nada acerca de él y yo —aplicó más fuerza sobre el árbol, casi fundiendo sus dedos con el tronco.
—Sé más de lo que te imaginas —se colocó a su altura, Sasuke era unos cuantos centímetros más alto que ella—. Itachi no es mala persona.
—¡Que no digas su nombre, mierda!
—No debiste traerme contigo —le dio un golpe a su pecho descubierto para apartarlo y éste consiguió moverse a un lado—. Con Itachi me encuentro mejor que contigo.
Y eso, eso fue precisamente la gota que derramó el vaso.
Apenas Ino dio un paso con ayuda de su pie sano, él la tomó bruscamente de la cintura y la estampó con salvajismo contra el árbol, y no conforme con eso, aprisionó sus manos con uno solo de sus brazos por arriba de su cabeza, mientras que con la otra ejercía presión en la cintura de ella, impidiendo así cualquier movimiento. Aunque Ino forcejó un par de veces no obtuvo ningún efecto. Sasuke tenía control sobre su cuerpo.
—Vuelve a repetir eso o...
—O, ¿qué? —sonrió de lado, imitándolo a él.
—Te mataré —fue demasiado frío que tuvo como consecuencia un escalofrío en Ino.
—¿Qué es lo que te molesta, Uchiha?
Sasuke apretó con más fuerza sus brazos, dejándole al instante notorias marcas rojas.
—No quiero verte cerca de Itachi.
Ino dejó escapar una carcajada llena de sátira. ¿Escuchaba bien? ¿Podría ser que Sasuke estuviera...?
—¿Acaso tienes celos, Uchiha? —se propuso pronunciar con demasiado énfasis.
Sasuke relajó un poco su entrecejo, cambiando su expresión a una menos severa. ¿Celos? Ni siquiera le pasó por la cabeza aquella idea que se le antojaba estúpida.
—¿Celoso yo? —rió fingidamente—. Ni en tus mejores sueños, Yamanaka.
—Perfecto. Entonces hazme el jodido favor de quitarte de mi camino para que yo pueda ir con Itachi.
Fue más como para incitarlo, la situación comenzó a tornarse divertida para ella. Ciertamente, jamás tendría la oportunidad de volver a encontrarse con esa faceta en Sasuke, y podría decirse que ese comportamiento le provocaba sentimientos encontrados.
Con dificultad logró librarse de la presión que ejercía en sus brazos.
—No te dejaré ir.
Ahora capturó la barbilla de la joven con su mano, pegó su frente a la de ella y sus ojos expedían todavía algo de recelo. Sus labios podían casi rozarse –casi- de lo juntos que se encontraban, y la mano rebosante del muchacho en su pequeña cintura estaban torturando su estómago. Y una vez más, Sasuke pronunció algo que juraría que pudo hacerla explotar gracias a todas las emociones que la transitaron.
—Acaso... ¿me gustas?
Pronunció Sasuke con voz tenue, sin perder detalle alguno de las facciones de Ino. Ésta abría levemente sus ojos por la sorpresa, sin embargo, lo que terminó por deleitar a Sasuke fue el color carmín que comenzaba a llenar las mejillas de la rubia. Le pareció verdaderamente adorable.
—Acaso... ¿tú me gustas también?
Fue Ino quien habló esta vez, siendo presa de sus sentimientos. Sasuke sonrió de lado, pero esta vez no fue una sonrisa amarga de superioridad o una alterada por la insolencia, sino que fue una sonrisa pura y franca.
En ese acto, se acercó más a ella rozando la punta de su nariz con la de Ino, posteriormente palpó un poco sus labios con los suyos, degustando la sensibilidad y la suavidad de ellos.
Quizás a Sasuke sí le gustaba Ino, seguramente sería algo más fuerte que gustar.
¿Se atrevería a besarla? Su corazón se lo imploraba.
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