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12 | ¿Que ves cuando lo ves?


Durante toda la noche cayó aguanieve anunciando a los mortales que se acercaban nevadas copiosas.

Es que cuando el invierno quiere hacerse sentir ¡Vaya que lo logra!

Esa mañana, los siete chicos y un gran equipo de producción, se trasladaron a una alejada locación a filmar las imágenes para su nuevo MV.

Cuando llegaron a destino, el frío era inmovilizador. Los jardines de la residencia bostezaban de escarcha y se hacía casi imposible permanecer a la intemperie. Comenzó una nevada tupida y debieron refugiarse rápidamente.
La gran casona tenía hogares a leña encendidos en cada rincón.

Yoongi fue el primero en acercarse a Jimin que temblaba de frío y ofrecerle una manta con la que ambos se cobijaron. Quedaron sentados hombro con hombro cubiertos por esa manta colorada a la que, Jungkook si hubiera podido, la hubiera arrancado de cuajo para llevarse a Jimin del lado de Min.
La verdad es que Jungkook siempre se ha sentido amenazado por Yoongi

Y luego de que ellos rompieran, Suga siempre está un paso adelante, satisfaciendo las necesidades de Park y eso lo vuelve loco.

«Estás tan pendiente de Jimin que me dan ganas de golpear tu nariz » —comentó entre dientes el maknae hablando para sí mismo pero que Namjoon lo escuchó.

—Tranquilo, Dongsaeng, ya hemos hablado de esto...

—¿Cómo llamas a lo que acaba de pasar? —señaló con su mentón, el abrazo que Yoongi le regalaba a Jimin bajo esa manta.

—Son amigos.

—No me jodas, hyung, sabes bien que acá pasa algo, o mejor dicho el "bajito" quiere que algo pase.

—¿Bajito? —Nam, rió— qué malvado eres...

—Bueno, para no decirle algo peor.

—¿A cuál de los dos bajitos te refieres?
—Jungkook hizo mueca de disgusto.

—Nam ¿Estás buscando que me enoje?

—Jajaja no. Pero bueno, Jimin y Suga miden prácticamente lo mismo.

Jungkook lo dejó hablando solo y se retiró refunfuñando.

Pasó por delante de los «bajitos» y no pudo evitar echar una mirada fulminante a Yoongi. Se acuclilló por detrás y al oído y le susurró:

—¿Intentas probar un manjar que nunca será tuyo? Él es mío, mal que te pese...

Jimin no pudo escuchar lo que JK había dicho al oído de Min pero intuyó que no era nada bueno al sentir la tensión en el cuerpo de Yoongi cuando Jungkook se retiró.

—Tus manos ya están calentitas —Sonrió Suga con sus manos sobres la de Jimin— iré por un café, ¿Quieres?

—Me encantaría —contestó Jimin, sin dejar de ver a dónde se había dirigido Jungkook.

Yoongi tampoco le perdió pisada y fue tras él.

En la gran mesa donde se había dispuesto el buffet de desayuno para los siete artistas, se encontraron.

—¿Puedes escucharme un segundo sin que los celos nublen tu cabecita? —comentó Yoongi con su voz áspera pero con tono mordaz.

Antes de que JK contestara algo, él continuó.

—No sé qué crees que hago o dejo de hacer con Jimin, pero nada de lo que pienses es real. A Jimin lo quiero como a un hermano, como los quiero a cada uno de ustedes.
Jungkook le echó una mirada de sorna.

—Sí, a ti también, JK, aunque no quieras aceptarlo.

—Yoongi, eres el tipo más frío que conozco, quién detesta los abrazos y las demostraciones de cariño, pero resulta que ahora ¿eres el «Señor ternura» con Jimin? —Volvió a mostrar la sonrisa burlona.
—No te creo que sea solo amistad detrás de eso —continuó— perdón, puedes juzgarme de desconfiado y aunque sea el más chico entre todos ustedes, no soy idiota. ¿Crees que no te veo cómo lo miras?

Giró para observar al chico arcoiris.

—Míralo ahora —JK señaló a Jimin que se encontraba junto al ventanal, su cabello largo enmarcaba su rostro tallado por las hadas.

—¿Qué ves, Yoongi?

—¿Qué?

—Quiero saber, ¿qué ves cuando lo ves?

—Veo a un ángel. —Él  hubiera querido que ese pensamiento quedara para sí, pero cuando su voz gruesa resonó entendió que no había tenido control de  las palabras que cayeron de su boca.

Jungkook se mordió el labio y apretó sus puños ante lo dicho por Suga.

—¿Un ángel? —miró a Yoongi con enojo, levantó una ceja —Un ángel que es mío —Jungkook completó la frase posicionándose frente a él con una mirada implacable.

—Ese ángel es mío, Yoongi. Bien lo sabes. Todos aquí lo saben. Esta separación es momentánea, hyung, él va a volver a estar conmigo. Porque me ama y lo amo. Nunca borres eso de tu chip.

—Te equivocas JK, no quiero nada romántico. Solo quiero cuidarlo porque lo veo triste.

—Sí, sí, claro, muy creíble lo tuyo, como que la lluvia no moja... —pronunció Jungkook antes de retirarse.

Yoongi quedó solo, miró a Jimin allá a lo lejos, que también lo estaba mirando y se cuestionó todo lo que Jungkook acaba de decirle.

¿Él solo quiere proteger a Jimin?
¿O siente cosas por el bellísimo Park?

Maldición, ¿En qué momento te metiste así en mi cabeza, Jimin? .

¿Por qué solo pienso en tu boca y lo mucho que deseo besarla? tomar tu rostro y besarte.
Oh Dios.
Eres el chico del maknae, lo sé, ¡Puta madre!

Uds se aman.
¿Qué estoy haciendo?
Tú solo tienes ojos para el pequeño gigante, lo sé.

¿Cómo reprimo lo que siento?

Tienes razón JK, yo intento probar un manjar que jamás será mío... voy a dejar de joder con esto.
Nunca serás mío, Jimin.
Amas a Jungkook y él te ama a ti.
Se acabaron los juegos.

Debo enfrentar esta tontería que me pasa como el hombre que soy y sea lo que fuere que empiezo a sentir, hoy mismo le pongo fin.


—Toma tu café, Jimin. Dime si está bien para ti.

Jimin sorbió y se deleitó.

—Está perfecto, Yoongi, gracias.

—Te ves tan hermoso hoy, Jimin.

«Maldición, ¿Qué acabo de decir??
¡No tengo respeto ni por mis propias decisiones!» —Se culpó en pensamientos y se mordió.

—¿Quieres que vayamos afuera a hablar?

«¡Y sigo!»

—¿Hablar de qué?

—De lo que me pasa contigo.

«Listo, se lo dije, si JK se entera, me rompe »

—Hace frío, hablemos aquí, Yoongi.

—¿Aún amas a Jungkook? —fue directo al hueso.

—Sí, con delirio.

Yoongi esperaba esa respuesta, aún así, le dolió.

—Él está celoso de mí, porque me acerco a ti y te cuido, Jimin. Él cree que siento cosas por ti ¿Tú también piensas eso? ¿Te he hecho sentir así?

Jimin quería atender lo que Yoongi le decía pero sus ojos acompañaban el recorrido que Jungkook hacía detrás del chico.

—¿Qué dices, Yoon? No. No sé... no me he dado cuenta, yo, es que yo, estoy tan... O sea.. yo, solo pienso en Jungkook, debo sonar patético porque él me dejó, pero...

—No eres patético. Patético es él, que te dejó ir —No vio reacción del rubio hacia sus dichos.

—Quiero que sepas algo —retomó decidido a ir de frente. ¡Que se pudra todo! Pero Yoongi no pudo obviar que Jimin tenía la mirada perdida en lo que hacía Jungkook a lo lejos.

—Jimin, ¿puedes prestarme atención un momento? JK no va a irse, deja de mirarlo un segundo por favor...

Jimin se dio cuenta que él se perdía cada vez que veía a su amor a la distancia y volvió sus ojos al demandante chico de cabellos menta que lo miraba con ojos felinos.

—Quiero que sepas que sí, tú me importas. Mucho. Quiero que sepas que puedo ser capaz de reprimir lo que sea que comienzo a sentir por ti —Fue allí donde Jimin empezó a prestar atención a lo que le decía—Y no lo haré porque sea generoso. Solo lo haré porque los quiero a los dos. Y respeto el amor que se tienen. Pero necesito decirte que eres una persona muy linda y que si tu corazón no tuviera dueño, yo, y-yo —tartamudeó— bueno, me hubiera gustado tener algo contigo.

—¿Soy una persona muy linda? —repitió Jimin.

—Lindo todo.

—Pero estoy roto.

—No hables así de ti. Lo que les haya pasado pueden retomarlo. Intenten sanar. Por experiencia te digo, Jimin. Si lo amas, no lo dejes ir.

«Jungkook lo está intentando. Pero estoy aterrado» ese pensamiento asaltó la mente de Jimin pero por supuesto no salió de sus labios.

Observó a Suga, sabía que nunca iba a poder tener nada con él porque su corazón le pertenecía a otro.
Pero igual se sentía feliz de que alguien le dijera cosas tiernas. Era un pequeño mimo al alma.

—Dime más cosas lindas.

Yoongi sonrió ante este Jimin descarado y demandante de halagos.

—Ya lo sabes. Igual te lo diré, eres lindo por fuera y tan bello por dentro. Eres buen amigo, buen compañero, eres talentoso, gracioso, sensible y eres... hermoso.

—Vaya Yoongi, eso que dices —respiró fuerte— ese no soy yo. Creo que acabas de describirte. Eso veo yo en ti.

Yoongi hizo un "no" con la cabeza y continuó:

—Tal vez en otra vida tenga el placer de conocerte antes que conozcas al maknae y que te fijes en mí, Jimin —Suga giró para irse pero Jimin lo atrajo a sus brazos y lo rodeó con ternura.

—Eres tan especial, Yoongi. Gracias por lo que me has dicho. De alguna forma, aunque no pueda corresponderte, tus palabras son muy poderosas para mí en este momento en que me siento muy frágil...

Ahora hablaba con el corazón y Yoongi acariciaba sus pequeñas manos sin intenciones más que brindarle contención de amigo.

—Tú ya sabes, todos acá saben que estoy loco por JK desde el inicio de la Tierra.

—Lo sé, lo sabemos en realidad.

—Y son sentimientos que no puedo compararlos con ningún otro.
Pero tú Yoongi, tú, eres mi persona preferida.
Eres bello, talentoso, inteligente. Tienes todo para que cualquiera te ame, te venere y caiga rendido.

—Jimin, no me abraces...

«Dios mío, qué hermoso eres» —El pensamiento corroyó la mente de Yoongi mientras intentaba deshacerse del apretón.

—Pues, después de lo que acabas de decirme, voy a tomarme la atribución de abrazarte cuanto quiera —Jimin sonreía mientras ceñía más sus brazos.

—¿Sabes? Estoy muy seguro que eso que crees sentir por mí, solo es una confusión. Tienes el mundo a tus pies, Min Yoongi, solo permítele entrar.

—Sin ti.

—Sí, sin mí. —Era obvio que Jimin tenía en claro sus sentimientos y tal como Jungkook le había prometido, él estaba dispuesto a dar la pelea de su vida por el hombre que amaba.

—Lo haré Jimin, gracias, yo ya lo sabía, pero ahora confirmo que eres un ser especial. Ojalá tu corazón esté a salvo —Tomó la mano de Jimin y le dió un beso chiquito.

Con disimulo, Jimin miró a JK, que observaba esos gestos con angustia.
Sin romper el abrazo, los "bajitos" se encaminaron uno al lado del otro, hacia el gran ventanal.


Mientras se alejaba, Jimin llevó su mano, detrás de la espalda y formó un número cuatro con sus deditos.
Jungkook entendió el mensaje y su sonrisa de conejo bello se instaló en su cara.

Se sumergió en sus pensamientos.
«Mimi quiere su mandala cuatro. No te haré esperar. Vas a sorprenderte cuando lo veas...»






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