Martes
¡Aléjate de nuestro padre!
Clark sonríe nervioso viendo a los chicos Wayne rodear a Bruce como una pequeña muralla protectora, a pesar de que todos llevan sus disfraces Clark puede ver la desconfianza grabada en sus rostros y podría apostar que si las miradas mataran hacía tiempo los 4 lo hubieran enterrado tan profundo en la tierra como fuera posible, tal vez enviándolo al mismo núcleo terrestre. Aclara su garganta y juega nerviosamente con el ramo de girasoles a su espalda.
—Damián, Tim, Jason, Dick —les saluda en el mismo orden en que se encuentran alrededor de Bruce que simplemente los mira ligeramente irritado, aunque Clark puede percibir como la comisura de sus labios se estiran en diversión u orgullo, o tal vez ambas cosas—, yo... tengo una cita con su padre.
—Mantente lejos de nuestro padre, alienígena —Damián blande su espada contra él bufando molesto secundado por sus hermanos.
Los cuatro son perfectamente conscientes de que el kriptoniano simplemente necesitaba soplar para mandarlos a todos a volar, pero confiaban en que su sentido de la moral, o su deseo de salir con su padre, lo obligue a no hacer tal cosa. Por su parte Clark mira a Bruce desesperado y cada vez más desanimado al notar que el hombre no parece muy dispuesto a impedirle a sus hijos lo que estaban haciendo. Baja a tierra suspirando y extiende el ramo hacia él, ramo que es cortado en dos por el filo de la espada de Damián.
—Está bien, saldremos en otra ocasión —les regala una sonrisa triste viendo los pétalos caer antes de girarse para salir de la mansión a pie.
Damián guarda su espalda satisfecho pero una molesta sensación en su cuello le hace girarse encontrándose con la enfadada mirada de sus tres hermanos mayores, incluso Jason parecía bastante irritado por sus acciones.
—Eso fue extremo Damián —le regaña Tim frotando el puente de su nariz—, el alienígena solo quería ser amable.
—No sabemos que tenían esas flores —se defiende ofendido. Había sido idea de ellos el interceptarlo y no dejarle ir a ningún lado con su padre.
—¡Son simples girasoles! —Jason alza sus brazos y eso hace estallar la discusión entre ellos que casi termina en golpes de no ser por el carraspeo de Alfred.
—El Amo Bruce se fue —señala un poco divertido.
Los cuatro jadean y corren hacia fuera justo para ver a Clark abrazando afectuosamente a Bruce antes de tomarlo en brazos e irse volando a solo dios sabrá donde. Los cuatro miran el cielo con la boca abierta, se miran entre ellos y corren a la baticueva a por el batijet. No los dejarían solos; sólo Dios sabe que cosas le haría el alienígena a su padre.
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