Capítulo 4: Ira.
Capítulo 4 Ira
Sábado, 09:30 a.m.
Entre tanta niebla Camilo está perdido, únicamente logra ver la carretera por donde corre, a pesar de correr por varios minutos, siente que no avanza.
El joven de bigote se detiene derrapando los zapatos deportivos en el pavimento, arrastrando con eso algunas pequeñas piedras que caen en un precipicio, él no logra ver muy bien el fondo del abismo, pero si nota claramente que ya no hay carretera.
—Esto no puede ser cierto —consideró asustado mirando aquel abismo.
Levantó su mirada y logra ver un cartel, camina procurando no caerse por el abismo, alcanza a distinguir algunas letras casi borradas en aquel letrero.
—No hay escape —Leyó en voz baja.
Él se siente observado a través de la niebla, mira de lado a lado bastante nervioso, entre tanta niebla logra ver una silueta negra que camina en cuatro patas, logra ver una cola larga, sin salida, con el abismo que tiene a su espalda, se agacha y toma una piedra.
— ¡ALÉJATE! —le gritó con ira y aterrado.
Aquella sombra se detiene, se sienta y mueve su cola a lo lejos, Camilo trata de alejarse a paso lento caminando hacia la derecha.
Rápidamente, aquella silueta se pone de pie haciendo que el joven asustado se detenga, el silencio se apodera de la situación y la silueta sale corriendo en otra dirección.
Camilo comienza a correr en la dirección opuesta alejándose de aquel abismo, corre completamente a ciegas con su mirada en el suelo, corre asustado y desorientado.
— ¿Qué era esa cosa? —Se preguntó asustado y agitado mientras corría.
Con su mirada sobre el suelo logra ver algunos pies de color gris y de ellos emanaba algo de humo, al correr también logra sentir que pisa algunos de esos pies, levanta su mirada y ve múltiples sombras a su alrededor, como si estuviera atravesando una muchedumbre.
De repente, se estrella contra el borde de un carro, se golpea en las costillas y cae al suelo, quedando sin aire por un instante.
Logra levantarse lentamente, poniendo sus manos en sus rodillas, tratando de recuperar el aliento, con su mirada puesta en la camioneta sonríe al verla.
Sábado, 09:40 a.m.
Luego de salir del hotel, Kelly, Anderson y Alison caminan por varios minutos, se les ponía notar agotados debido al peso de las maletas que cargan mientras camina desorientados y perdidos.
— ¿Sabes al menos hacia dónde vamos? —Preguntó Alison agitada y cansada, poniendo sus manos sobre la maleta que llevaba en la parte del frente. —Caminar en tacones es un sufrimiento —comentó molesta.
—No lo sé, con tanta niebla y según mi mapa ya debíamos haber llegado —Respondió él, molesto y frustrado, mientras camina con el mapa en una de sus manos, sosteniendo una de las maletas con su otra mano, teniendo otra en la parte del frente y su equipaje lo lleva en la espalda.
— ¿Dónde están los demás? —preguntó preocupada Alison al no saber a dónde la llevan.
—Estamos cerca, o eso cr... —se sorprendió
Anderson se tropieza contra una escalera y apoya sus manos en el otro escalón para no caerse; aquellas escaleras están agrietadas y llenas de moho, están nuevamente frente al hotel.
—Bien hecho genio, volvimos al inicio —Alison se expresó molesta, levanta sus manos demostrando su frustración, golpeado la maleta que tiene al frente.
Todos advierten lo mismo, los ventanales del hotel se hallan partidos, las paredes llenas de moho y con hierba en la mayoría del lugar, el segundo piso de madera está caído con su madera totalmente podrida.
—Seguros ¿De qué es el mismo hotel? —Preguntó Kelly al ver aquel hotel tan deteriorado.
De repente se escucha una sirena de emergencia y entre la niebla se divisan unas luces rojas y azules que se acercan.
—Al fin alguien puede ayudarnos —dijo Kelly emocionada bajando las escaleras y parándose en la carretera moviendo sus manos de lado a lado.
Un vehículo policial se detiene frente a Kelly, se puede ver claramente los números cero y siete en la tapa del motor, y se abre la puerta del piloto del cual desciende una mujer con uniforme de policía, su cabello recogido era de color anaranjado y tenía un ojo de color azul y otro rojo.
— ¿Pasa algo chico? —preguntó aquella mujer policía.
Kelly se acerca a la oficial mientras Anderson la mira a lo lejos, Alison intenta reconocer a aquella mujer, la veía muy confundida y nerviosa.
—Nuestros amigos han desaparecido, y el hotel donde fuimos a hospedarnos ya no está —comentó Kelly asustada con su mirada sobre la oficial.
—Espera, ¿Están desaparecidos? —Preguntó Alison sorprendida desde las escaleras.
Kelly voltea su mirada hacia ella, quien se veía muy confundida y nerviosa.
—Luego te explico —le respondió la chica morena en voz baja.
Alison cierra los ojos y respira profundo tratando de comprender todo.
—Este hotel —se mencionó aquella mujer policía señalándole.
—Si —le respondió rápido Kelly.
—Ese hotel lleva más de veinte años abandonado —Les respondió con frialdad. — ¿Seguros de que no han consumido hongos o algún alucinógeno? —Les preguntó con seriedad mientras coloca sus manos sobre las esposas.
Anderson baja por las escaleras dejando las maletas sobre los escalones mientras descendía lentamente, al quitarse las tres maletas de encima, se la queda viendo a la supuesta oficial entre incertidumbre y miedo.
—Kelly, es mejor que estés lejos de ella —dijo con seriedad sin quitarle la mirada a aquella oficial.
Alison y Kelly fijan sus miradas en él sintiéndose confundidas.
—Ella salió esta mañana del hotel —comentó serio señalándole.
Aquella mujer de cabello anaranjado levanta su ceja derecha escéptica.
—Ella también era la mesera en el restaurante en el que desapareció Daniel —La señala con más agresividad tratando de encararla.
—Anderson cállate —dijo Kelly en voz baja y entre dientes.
—No Kelly, es ella la que ha desaparecido a nuestros amigos —dijo completamente serio y seguro con su mirada sobre la oficial.
Kelly lo mira asombrada mientras da un lento paso hacia atrás, Alison está completamente confundida con lo que ocurre, mientras se toma la cabeza tratando de procesar toda la información que estaba recibiendo en tan poco tiempo.
—Definitivamente, sí, están drogados —La oficial saca sus esposas. —Contra la patrulla joven lo voy a arrestar —ordenó con autoridad acercándose a él, al caminar suenan los tacones de sus zapatos y las esposas.
—No, no, no, espere, esto es solamente un malentendido —se mencionó con preocupación Kelly, tomándola del brazo.
Aquella mujer movía su brazo soltándose viendo aquella chica morena con seriedad y frialdad.
—Por favor no ataque a la autoridad —dijo con molestia mientras se acercaba al joven corpulento, viendo a la chica morena de reojo.
—Bajo qué cargos —objetó Anderson de forma retadora.
Aquella mujer agarra del brazo derecho a Anderson con tal fuerza que lo gira, pone el brazo de Anderson en su espalda, casi que lo torturaba, haciendo algo más de fuerza en aquel brazo; la oficial le da un fuerte rodillazo en la cavidad poplítea del chico sometido que cae arrodillado, se le acerca y en el oído le susurra.
—Porte y consumo de estupefacientes, desacato a la autoridad y acoso —Lo esposa y lo levanta con fuerza. —Todo lo que digas será usado en tu contra, tienes derecho a una llamada y a un abogado, sobre todo tiene derecho a guardar silencio. —Repetía aquel monólogo con desinterés mientras se llevaba al chico esposado.
Kelly preocupada, ve todo lo que ocurre, al igual que Alison, que no sabe cómo reaccionar.
—Esto es un claro abuso de autoridad —le gritó Kelly con firmeza y con cierta molestia.
Anderson arrastra su pierna derecha por aquel golpe mientras la oficial se lo lleva esposado al vehículo policial y abre la puerta trasera.
—No lo es —le respondió fríamente mientras metía a Anderson en el vehículo policial.
—Sí, lo es, lo está arrestando sin cargos —alegó la morena algo alterada, reclamando y parándose frente a ella.
—Cálmate Kelly —se mencionó Alison preocupada por la actitud de su amiga.
Aquella mujer de cabello anaranjado toma a Kelly con fuerza de los brazos y la recuesta con fuerza en el capó de la patrulla, aquella base metálica sonaba y la maleta que llevaba en su espalda se movía, mientras mostraba las esposas como un juego, estas caían por la fuerza de la gravedad haciendo un ligero ruido que lograba escuchar la joven sometida a sus espaldas.
—Esto pasa cuando desobedeces a la autoridad y la ley que aquí soy yo —le dijo en forma retadora mientras la esposa y la levanta con fuerza. —Todo lo que digas será usado en tu contra, tienes derecho a guardar silencio. —enfatizó con cierto carisma y agrado.
—Creo que esto se salió de control —dijo preocupada Alison mientras ve cómo suben a Kelly a la patrulla. —Esto si es un abuso —le reclamó con calma.
La oficial, luego de subir a Kelly, toma del brazo y gira a Alison, la cual queda de espaldas mientras le ajusta los grilletes en las muñecas de sus manos.
—Calladita te ves más bonita — le susurra en el oído.
Luego de hacer subir a Alison a empellones, los tres chicos quedan dentro del vehículo donde se ven algo incómodos y apretujados, la oficial cierra la puerta de la patrulla con fuerza y abre la puerta del piloto.
— ¡ALÉJATE! —Se escucha el grito de un hombre a lo lejos.
Los chicos logran reconocer la voz y se mueven acomodándose dentro de la patrulla, pero, al intentar hablar, no logran emitir ningún sonido, aquella mujer de cabello anaranjado hace cuentas con los dedos de sus manos, hace primero un tres y mira a los chicos dentro de la patrulla policial y luego hace un seis con sus dedos.
—Maldita sea —renegó en voz baja, mientras cierra la puerta del piloto con fuerza y se aleja del vehículo policial.
Los chicos ven como aquella mujer aterradora se desaparece en medio de la niebla, dentro de la patrulla hacen sonidos como si tuvieran la boca pegada con cinta y tratan de quitarse las esposas, las chicas se mueven muy desesperadas y Anderson hace un ruido más fuerte tratando de calmarlas mientras las mira a los ojos; las chicas respiran agitadas, pero se calman un poco y miran a Anderson que se levanta levemente pasando sus manos esposadas por debajo de él, se vuelve a sentar mientras pasa su pierna derecha en el círculo que hace con sus brazos, y luego pasa su pierna izquierda para así poder tener sus manos al frente, voltea su mirada hacia las chicas que lo miran sorprendidas.
Anderson se agacha recostándose sobre Kelly, que al verlo reacciona moviéndose para alejar su cuerpo haciendo ruidos extraños, ya que su boca no puede articular ni una palabra, Alison que también se mueve e intenta hacer ruidos con más fuerza al sentir las manos del joven pervertido que le tocaba los pies, ambas chicas lo miran enojadas, él intenta incorporarse señalado el tacón de Alison y haciendo ruidos de una forma irónica, gira sus ojos seguido de un suspiro.
Una sombra se posa rápidamente en la parte trasera de la patrulla, los chicos se quedan callados, aterrados, miran el techo, ya que ahora algo empieza a caminar sobre la patrulla, se logra reconocer el sonido de sus pies y manos sobre la cabeza de los chicos, sus pasos suenan sobre ellos.
—Alison, Kelly y Anderson —Se logró escuchar con la voz de una niña.
— ¿Escucharon eso? —pregunta Alison asustada.
—Puedes hablar —dijo Kelly viéndola. —Espera yo también —susurró al escuchar que algo seguía moviéndose sobre el techo del vehículo patrulla.
—Calladas —se mencionó Anderson en voz baja.
Se siente un ambiente de tensión y miedo entre los chicos, que continúan en completo silencio mientras que se escuchan el pisotear en el techo, de repente una mano empuñada golpea el parabrisas con fuerza quebrando por completo el vidrio, las chicas gritan al instante y se mueven aterradas, Anderson trata de calmarlas, pero no lo logra y aquello que está arriba del techo se baja por la parte frontal de la patrulla, se lograba ver una sombra bastante alargada incluso pareciera que tuviera cola, al bajarse con tal rapidez y fuerza movía el auto hacia los lados haciendo sonar el metal de la patrulla,
—Anderson haz algo —exclamó asustada Kelly recostándose en el hombro de aquel joven corpulento buscando seguridad.
—Quédense tranquilas —Respira lento. —Tenemos que irnos de acá antes que vuelva —Levanta el tacón y lo golpea con fuerza contra el vidrio.
Los golpes suenan contra el vidrio, pero no cedía, ni siquiera un rasguño se lograba notar con aquellos golpes.
—El que gritó fue Camilo —se mencionó preocupada Alison. — ¿No vamos a salvarlo? —Preguntó indignada viendo a ambos chicos.
—Alison, ahora es él y luego seremos nosotros, si no nos largamos de este maldito lugar —le respondió con firmeza y agitado mientras golpea el vidrio.
—No creo que lo puedas romper de esa forma —comentó Kelly viendo que el vidrio no se quiebra.
—Tengo una idea —Se detiene y las mira. —Pero no les va a gustar —Les dijo con ironía.
Ambas chicas lo miran perplejas sin saber que va a hacer Anderson.
—Está bien, hazlo —le respondió rápidamente Kelly al ver que no tenían más opciones.
Anderson se recuesta en las piernas de ambas chicas, su cabeza queda tocando la otra puerta de la patrulla y su cara muy cerca, casi que pegada a los senos de Alison, con sus manos esposadas empuja el pecho de Kelly para no golpearla al estirar las piernas, al hacerlo suelta una sonrisa, era casi un sueño cumplido estar en esa posición.
—Lo estás disfrutando, verdad —dijo Alison molesta mientras se incorpora y acomoda para quitarle un poco los senos de su cara.
—Para nada —le respondió con una sonrisa casi riéndose de felicidad.
Anderson dobla sus rodillas y estira las piernas con rapidez y fuerza golpeando la ventana que sonaba con los golpes, Kelly mira hacia la ventana que patea mientras se siente incómoda con lo que pasa, Anderson repite la misma acción unas tres veces, sonríe al tener los senos de Alison en la cara y poder rozar un poco con su mano los de Kelly.
En la cuarta patada el vidrio cede moviéndose un poco, Anderson le da repetidas patadas con fuerza y velocidad haciendo que el vidrio caiga. Él respira agitado por el esfuerzo y la incomodidad del poco espacio que tenía, al ver caer el vidrio sonríe.
— ¿Nos podemos quedar así? —preguntó entusiasmo sonriendo.
— ¡ANDERSON! —Gritaron ambas.
—Ok, ok, es broma —se excusó mientras se levanta y saca la mitad de su cuerpo por la ventana saliendo, cayendo al suelo al hacer contacto con el concreto, suelta un quejido y comienza a levantarse lentamente.
Al estar de pie ve a su alrededor tratando de asegurarse de que aquella mujer no se encuentre cerca, mientras Kelly detrás de él hace lo mismo, aquel joven corpulento camina alrededor del vehículo, mira por el vidrio del copiloto y rodea por completo la patrulla, se percata que el vidrio del piloto está hasta la mitad; se logra escuchar cómo caía al suelo Kelly, ya que se queja un poco esto llamo su atención al escuchar aquel ruido repentino, mientras Alison se acomodaba su tacón antes de salir, comienza a salir minutos después que lo había hecho Kelly.
Anderson le da un codazo al vidrio sin hacerle mucho, únicamente haciéndolo ruido y algo de dolor en su brazo por el impacto, se quejaba en silencio demostrando dolor con los gestos de su rostro, Alison termina de salir y suelta un suave grito al caer al suelo.
Anderson le vuelve a dar otro codazo con más fuerza quebrando el vidrio que hacía eco por todo el lugar, Kelly se le acerca mientras él metía su cuerpo para abrir la puerta, abre la puerta y entra en ella, comienza a revisar la patrulla buscando algo en específico.
— ¿Por qué no hiciste eso con el vidrio de atrás? —preguntó Kelly molesta mientras él busca algo dentro de la patrulla.
Anderson pone su pierna derecha dentro de la patrulla con la otra afuera, la mitad de su cuerpo se mueve mientras él inspecciona el interior.
—Porque, obviamente, los vidrios de la parte de atrás son más resistentes —le respondió sin mucho interés.
Busca las llaves de la patrulla, pero no las encuentra, abre la guantera de donde sale una pequeña llave amarilla y la toma con su mano derecha, saliendo de la patrulla.
—Están diseñadas obviamente para que no escapes —le respondió en un tono de ironía mientras se para frente a ella.
Con un poco de dificultad Anderson mete la llave en las esposas que tiene puestas, estas se abren y él sonríe complacido, sintiendo felicidad y emoción.
— ¡Perfecto! —alardeó con algo de entusiasmo.
Las esposas caen al suelo y él se ubica detrás de Kelly, mientras que muy lentamente la libera.
—Sabes, siempre te quise tener esposada —le susurro cerca del oído. —Pero no esperé que fuera de esta forma —Susurro con algo de ironía en su voz soltando una sonrisa al final.
Kelly solamente se sonroja con aquellas palabras, pero se le nota en su rostro molestia, ya una vez libre de las esposas acaricia su muñeca izquierda.
—Eres libre. —Comentó con empatía y una sonrisa, mientras le pasaba, por un lado.
Anderson se acerca Alison que lo mira fijamente, este sonríe y le muestra las llaves, la mueve sutilmente provocando que suelte un ligero sonido, ella coopera poniéndose de espalda mientras él sin problemas la libera.
—Vámonos de aquí antes que esa tipa, nos mate —se mencionó él con liderazgo y confianza.
—Sí, pero antes hay que hacer algo muy importante —añadió Alison, haciendo que él la voltee a ver.
Casi al instante Alison le da una muy fuerte y sonora bofetada que hizo eco en todo el lugar, Kelly ve la situación algo impactada y él queda cubriéndose el rostro, reflejando gestos de dolor, pero extrañamente soltando una corta risa.
—Te he salvado la vida, linda forma de agradecerme. —Dijo él con algo de sarcasmos y con su mano derecha sobre su mejilla.
Ella solo le sonríe y fija su mirada en Kelly.
—Gracias, fue muy valiente de tu parte —comentó algo apenada mientras movía su mano. —Kelly, ven agradecerle a nuestro querido amigo. —lo señala con sus manos, con su mirada puesta en ella.
Anderson levanta un poco su mirada mientras ve a Kelly que se acerca, ella levanta la mano y él cierra los ojos esperando el golpe, ella lo ve, estaba ahí esperando el impacto de aquella bofetada, y deja su mano sobre su hombro haciendo que el abra los ojos.
—Gracias por sacarnos de esa patrulla —se expresó con empatía y amabilidad mientras le sonreía. —Gracias por todo lo que has hecho hoy. —Agregó con empatía y una sonrisa golpeando suavemente su hombro con su mano derecha.
Él sonríe con aquellas palabras, ella, sin nada más que agradecerle, le pasa, por un lado.
—Vámonos, no tenemos tiempo que perder. —Mencionó Kelly con seriedad y firmeza, quitándose la maleta y la arroja al suelo.
Alison solamente suspira y la sigue, detrás de ella iba Anderson, los tres caminan cerca para no perderse entre la niebla caminando sin tener un destino o saber qué harían, sus maletas se quedaban en aquel lugar, una de las maletas que llevaba Anderson que estaba mal acomoda en la escalera, comenzaba a caer entre los escalones, su trayectoria era detenida por una chica, su cabello era azul con una mezcla de morado y rosado, sus ojos eran amarillos, tenía manchas verdes alrededor de su cuerpo, junta sus dedos que tenía un color rosado en la punta, más abajo se degrada en un color morado y azul, una cola se asoma y con ella agarraba la maleta y la deja sobre las escaleras.
—Puedo salvarlos —susurró ella con ternura viendo en la dirección en que los chicos se alejan.
Mirando de lado a lado para asegurarse que aquella mujer de cabello anaranjado no estuviera cerca, se aleja en la misma dirección tratando de alcanzarlos.
Sábado, 09:50 a.m.
Camilo muy experto en mecánica saca las herramientas que están guardadas en la parte trasera de una de las camionetas, cambiar una rueda para él era relativamente sencillo, en unos cuantos minutos ya tenía las dos primeras ruedas puestas, mientras iba por la tercera, detrás de él escucha una voz muy familiar.
— ¿Necesita ayuda? —le preguntó la voz de una mujer.
Aquel joven alto detiene lo que hacía y se levanta lentamente con una llave de cruz en sus manos, sin mirar atrás, viendo solo una figura algo distorsionada por el reflejo del vidrio.
— ¿Qué quieres? —preguntó con frialdad.
—Ayudarte —le respondió con amabilidad.
—Kelly, tú no eres para nada una mecánica —Se gira para verla.
—Pero quiero ayudarte, siempre quise ayudarte —le responde con amabilidad mientras se acerca a él y pone las manos en su pecho.
—Y ¿Por eso me reemplazaste con mi hermano? —le preguntó con ironía mientras levantaba su ceja derecha.
Ella sonríe y desvía la mirada.
—Tú tienes una manera de amar muy distinta —aleja su mirada apenada.
—Demasiado distinta —La agarra de la muñeca y la aparta perdiendo todo el interés en aquella conversación.
Camilo le da la espalda, se agacha y continúa con la tercera rueda, a la que le falta colocar algunas tuercas con la cruceta, los músculos de sus brazos se marcan mientras la ajusta.
—Hazme un favor y tráeme las herramientas que están en la parte de atrás de la otra camioneta —dijo serio y señalando aquella camioneta sin siquiera mirarla.
—Está bien —Ella le respondió mientras se aleja.
Él empieza a sentir una muy ligera sospecha mientras la mira y se levanta al terminar con aquella rueda.
Kelly se acerca con las herramientas y se las entrega en la mano, él las recibe viéndola con desinterés dándole nuevamente la espalda para acercarse a la última rueda que le falta.
—Termino esto y vamos por los demás —dijo muy secamente casi sin interés.
La chica morena no le respondía, ambos caminan cerca de la camioneta y a comparación del reflejo de Camilo que se veía nítido, el reflejo de ella se veía algo distorsionado, era un detalle que el noto desde el momento en el que ella llegó.
Él se agacha y se dedica a terminar con la última rueda, mientras ella da un salto para poder sentarse sobre el capó mientras lo veía a él de reojo, pasan algunos minutos y únicamente le falta ajustar algunas tuercas cuando escucha un sonido muy familiar.
—Le dieron una bofetada a Anderson —dijo en voz baja y mirando a su compañera de reojo. —Después de esto, ¿Quieres tomarte unas buenas y frías cervezas? —le preguntó con amabilidad.
Kelly mira que se levanta con la cruceta en la mano y le sonríe.
—Me parece bien —le respondió con amabilidad.
Él se acerca a ella y le toca la barbilla, fijando su mirada en sus ojos, viéndola con cierta sensualidad.
—Me dijeron que eres hiedra venenosa —le sonreía. —Pero yo te quiero así —le susurró sonriéndole dándole una suave caricia en la barbilla.
—Tu imperfecta forma de amar —le sonrió y susurró. —Solamente yo la sé entender —Lo toma de las mejillas.
Ambos acercaron sus labios para besarse, pero Camilo levanta la cruceta y le da un muy fuerte golpe en la cabeza a Kelly, que cae del capó donde se encontraba sentada y la mira con un leve odio.
— ¿Quién eres? —le preguntó serio y con firmeza mirándola.
Ella se toma de la cabeza que comienza a sangrar y entre lágrimas le decía.
—Soy yo Camilo, Kelly —le respondió llorando por el dolor y la sangre baja por su rostro.
—Kelly, nunca diría "está bien" diría "oki doki" —recalcó con seriedad mientras la mira. —Además, ella odia la cerveza, prefiere el tequila. —añadió con confianza al conocerla un poco.
Aquella mujer se reía de forma siniestra mientras se levanta y su cabello le cubría el rostro.
—Por último —La mira levantar su mirada. —Kelly nunca me haría un favor, ya que los dos nos odiamos. —Finalizó con seriedad y firmeza.
Ella se seguía riendo de forma macabra y sus ojos cambian de color, el izquierdo azul y derecho rojo, su cabello se volvió anaranjado y su piel blanca.
—Un gusto —le sonreía aquella mujer mientras una gota de sangre se deslizaba por su rostro.
Camilo mira la camioneta y fija de nuevo su mirada en aquella mujer, cerrando sus ojos suelta un suspiro.
"Espero que ustedes lo logren" pasó por su mente, por un instante abriendo los ojos.
Camilo le lanza la cruceta, pero ella la agarra y ve como aquel joven de bigote, comienza a correr, aún brota sangre de la frente de aquella mujer, baja, por un lado, de su nariz y con su dedo índice limpia un poco su sangre, pasa su lengua lentamente por su dedo con una mirada completamente pérdida, sonríe mientras mira en qué dirección salió corriendo aquel joven asustado.
—No hay escape Camilo —dijo de forma cínica mientras ve como se pierde él entre la niebla.
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