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Capítulo 2: Avaricia.

Capítulo 2: Avaricia

Sábado, 6:30 a.m.

Anderson despierta agitado y sudando debido a una pesadilla, voltea su mirada hacia la otra cama donde está Camilo, quien aún sigue dormido, suelta una breve espiración y se levanta de la cama buscando algo en su maleta, saca un delgado frasco que destapa dejando caer dos pastillas en su mano, se las toma sin ningún problema, guarda aquel medicamento en su maleta y sale de la habitación.

Camina por el pasillo y ve la puerta del cuarto de al lado entreabierta, en completo silencio continúa hasta alcanzar la escalinata y al pisar los primeros peldaños las viejas maderas rechinan un poco, por lo que hace su paso más lento, al llegar a la recepción ve a aquella anciana que sigue allí, tomando su café.

—Buenos días, joven —saluda la anciana.

—Buenos días —le respondió sin mucho interés, pero detallando que aquel pocillo de peltre que tenía ahora se ve un poco estropeado.

Anderson continúa con su camino y antes de salir del hotel ve en el reloj de la entrada que marca la una y treinta y siete de la tarde.

— ¿Qué? —Se preguntó en voz baja algo confundido. —No creo que sea tan tarde.

Al salir del hotel la densa niebla continúa cubriendo el pueblo, Anderson comienza a bajar y se sienta en uno de los escalones, mientras saca una cajetilla de cigarrillos de su chaqueta de cuero; dentro de esta tan solo quedan los dos últimos cigarros, toma uno con su mano y lo lleva a sus labios, mientras que el otro lo guarda en su chaqueta mientras lanza a lo lejos la cajetilla que se pierde en la densidad de la niebla.

Busca el encendedor con sus manos, palpa los bolsillos del pantalón, al encontrarlo, cubre el cigarrillo que tiene en la boca para encenderlo con la débil llama que sale de la mechera; lo enciende, cierra los ojos y toma aire aspirando del cigarrillo, el cual comienza a encandecer en su parte opuesta, saca el cigarrillo de su boca soltando una gran bocanada de humo hacia el aire.

—Ya me hacía falta mi dosis diaria de cáncer —dijo complacido mientras fuma.

Bajando por las escaleras le pasa por el lado una mujer de piel blanca, con cabello anaranjado que lo mira de reojo sin saludar, esta mujer lleva una falda corta que muestra gran parte de sus piernas, recostado sobre los escalones Anderson la mira de forma lujuriosa mientras ella baja las escaleras.

— ¿Y a qué hora abren? —preguntó para sí mismo en voz baja.

La figura de aquella mujer se disipa entre la densa niebla.

—Estúpida niebla —se quejó de forma indiferente mientras fuma.

Anderson mira hacia los lados y se percata que las dos camionetas no están allí parqueadas.

—No, no, no, no nos vas a hacer esto Samuel —dijo un poco molesto arrojando casi completo el cigarrillo para luego pisarlo.

Sube corriendo los escalones y entra al hotel, a paso ligero cruza la recepción, sube la escalinata y por el corredor llega a la habitación que tiene la puerta entre abierta, se asoma abriendo la puerta por completo y ve que solo una cama está ocupada, en la otra logra ver a Daniel que se levanta algo cansado y sorprendido por su entrada, luego se dirige hacia la puerta de la habitación de las chicas, toca algo fuerte y de manera desesperada grita.

—Abran, ¿Dónde está Alison? —pregunta levantando un poco su voz mientras golpea la puerta.

Aquellos gritos y golpes despiertan a Kelly; así mismo, a los demás chicos en sus respectivas habitaciones, quienes se asoman por las puertas de sus habitaciones.

— ¿Qué pasa? —preguntó Daniel algo entre dormido mientras se rasca los ojos.

Anderson continúa tocando con fuerza y quien abre la puerta es Kelly, que se cubre el cuerpo semidesnudo con las sábanas.

— ¿Estás bien?, ¿Qué tienes? —preguntó extrañada Kelly.

Anderson entra un poco a la habitación, pero Kelly trata de evitarlo, pero sin lograr nada.

Camilo cuando lo ve entrar se acerca a paso ligero hacia la habitación.

—Cálmate lunático —dijo Camilo en un tono amenazante mientras se acerca.

Al entrar Anderson ve a Alison asustada, está junto a Natalia tratando de cubrirse con la sábana.

— ¿Qué quieres? —le gritó Alison.

Anderson queda un poco confundido y pierde un poco su mirada.

—Pensé que... —respondió Anderson en voz baja.

— ¿Pensaste? ¡Qué novedad! —expresa Natalia entre sarcástica y enojada.

Camilo entra al cuarto agarrando por el brazo a Anderson, lo giró con fuerza, viéndolo con un ligero resentimiento, levanta su dedo índice, señalándole de forma amenazante mientras Anderson levanta su cuello.

—Ya conoces las reglas cabrón —Se expresó enojado Camilo.

—No es lo que parece —Se expresó un poco intimidado, levantando levemente su voz. —Las camionetas no están. —Extendió su brazo derecho hacia la salida del hotel.

— ¿Qué? —Dijeron todos al tiempo viendo a Anderson.

— ¿Dónde está Samuel? —pregunta Camilo mirando a Daniel.

Daniel le responde levantando sus hombros dándonos a entender que no sabe.

—No puede ser —apretó sus puños con enojo, perdiendo su mirada.

—Hablamos de esto afuera, déjenos un momento para ponernos algo —dijo Kelly mientras se cubre con las sábanas y empuja a ambos chicos con su mano izquierda sacándolos de la habitación.

Ella cierra la puerta tirándola con algo de fuerza, Camilo y Anderson quedan perplejos en el pasillo.

—Esto debe ser una broma tuya con Samuel —se mencionó enojado Camilo, levantando su mirada hacia él.

—No me gusta andarme con estupideces Camilo —le respondió con indiferencia.

Anderson se aleja de Camilo, pero este lo toma del brazo, haciendo que Anderson lo volteé a ver.

—A mí tampoco, y si es una broma dímelo ahora —dijo enojado apretándole el brazo con fuerza.

Anderson mueve el brazo con fuerza soltándose y lo empuja.

—Que no es una broma imbécil —le levantó la voz.

Camilo se molesta con aquel tono de voz y estos comienzan a pelear lanzándose un par de golpes, Camilo le da un fuerte puñetazo en el rostro a Anderson que le responde con uno de igual forma y una patada en el abdomen, Camilo lleno de ira lo embiste chocando contra el abdomen de Anderson, ambos caen al suelo, Camilo queda arriba de Anderson y comienza a lanzarle varios puñetazos hacia el rostro, Anderson solamente trata de cubrir su cara de los golpes. Daniel se acerca y trata de separarlos, pero se le hace imposible, Kelly sale del cuarto viendo aquella situación.

— ¡Yaaaa, sepárense! —Gritó haciendo que ambos chicos terminasen de pelear.

Camilo es sostenido de los brazos por Daniel y Kelly ayuda a incorporar a Anderson que respira agitado junto a Camilo.

—Deberías controlar tu ira Camilo —dijo enojada Kelly mientras lo mira y Anderson se levanta.

Anderson se limpia un poco de sangre que brota de sus labios, Alison y Natalia salen del cuarto viendo a los demás chicos algo alterados.

—Por favor chicos, estamos en un hotel, así que compórtense —dijo Alison viéndolos a ambos. —Ahora, ¿Cómo que no están las dos camionetas? Y que tampoco está Samuel —preguntó confundida con una leve mezcla de preocupación en su voz.

—Es verdad, no están donde las dejamos anoche —le responde Anderson, algo agitado mientras Kelly le ayuda limpiando su sangre con un pañuelo.

—Quizás despertó temprano para cargar gasolina —mencionó Natalia algo intranquila viendo a los demás.

—No lo creo, conozco a mi novio, es demasiado flojo para hacer eso —le respondió Kelly mirándola.

Daniel suelta a Camilo que mueve sus brazos demostrando estar enojado.

— ¡Ajá! Eso debe de ser una estúpida broma de ese imbécil —vociferó enojado Camilo.

—No estoy de ánimo para bromas —le respondió Alison mientras saca su celular —le marcaré —se expresó algo desinteresada, reflejando lo mismo en su mirada que está fija sobre su celular.

Alison marca el número del móvil de Samuel, luego de un par de timbrazos se empieza a escuchar el tono del celular cerca de ellos.

—Lo escuchan, Samuel está en el hotel —dijo Daniel mientras señala su oreja con la mano derecha.

El tono del timbre se hace cada vez más claro y los chicos bajan las escaleras a paso ligero y empiezan a guiarse por el sonido, arriba en la segunda planta una mano blanca se apoya sobre el barandal de madera, se logra ver a una mujer de cabello anaranjado con un ojo azul y otro rojo, tiene su mirada puesta sobre los jóvenes mientras en su mano izquierda sostiene un celular que suena, sonríe de forma macabra y chasquea los dedos de su mano derecha desapareciendo.

—Suena por este lado —dijo Kelly señalando a la izquierda.

—No, suena por aquel —dijo Anderson señalando el lado opuesto.

—Ok, ok, chicos a la diestra y chicas a la siniestra... —intervino Natalia señalando los dos rumbos.

Se separan en dos grupos de a tres, caminan por todo el hotel siguiendo el sonido, Daniel y Camilo sin detener su marcha, pasan junto a un pasillo que no tiene ninguna habitación y al fondo solamente se ve un viejo espejo, al pasar Anderson se detiene frente a ese pasillo, algo capta su atención y comienza a dirigirse hacia el espejo.

Camilo y Daniel siguen el sonido, suben por otras escaleras, llegando nuevamente al segundo piso.

—Este lugar es más grande lo que parece —Comentó Daniel algo agitado por correr en las escaleras.

—Estamos cerca —mencionó Camilo mirando a su alrededor buscando de donde sale aquel sonido.

Las chicas siguen por su camino encontrándose con más habitaciones, Alison y Natalia siguen de largo dejando atrás a Kelly que encuentra un lápiz en el suelo, con el lápiz en sus manos mira a su alrededor quedando sola.

—¿Chicas? —susurró algo temerosa.

Camina a paso lento por aquel pasillo, al fondo ve una sombra cruzar rápidamente, esto la asusta acelerando su ritmo cardiaco.



—Yo por ahí no paso —se expresó asustada, girando y devolviéndose por mismo camino por el que había llegado.

Anderson, por su parte, camina por un pasillo que llama su atención.

— ¿Y esto, un pasillo sin habitaciones? —preguntó en voz baja algo inquieto.

Al caminar por aquel pasillo, Anderson percibe una brisa fría y comienza a sentirse observado; al llegar al fondo ve un teléfono celular, el cual parece estar dentro del espejo, pero en un parpadeo aparece en el suelo y no da reflejo en el espejo, Anderson se siente un poco confundido al respecto, pero se agacha para tomarlo y el celular deja de sonar.

— ¿Qué pasó aquí, esto es muy raro? —Se cuestionó algo preocupado.

De repente, el teléfono recibe un mensaje de texto que se logra leer como una notificación con la pantalla bloqueada.

—Mira el espejo —Leyó en voz baja, levantando su mirada lentamente hacia el espejo.

Al voltear ve en el espejo la mujer de cabello anaranjado que le sonríe macabramente, su figura se va deformando como un mal reflejo del espejo, Anderson se queda pasmado y comienza a retroceder muy lentamente con sus piernas temblando.

— ¿Quién eres? —dijo aterrado y nervioso.

Aquel reflejo le sigue sonriendo y sus ojos con heterocromía empiezan a volverse completamente negros, sus movimientos corporales son erráticos, mueve su cabeza a los lados de forma brusca y el espejo comienza a quebrarse.

Anderson al verla salir se gira, pero ya la tiene en frente de él, ella con una sola mano lo toma del cuello y lo levanta del suelo, Anderson ve como aquel cabello anaranjado empieza a cubrirle el rostro, como si tuviese movimiento propio, y esos ojos que ahora están completamente negros, le clavan su mirada dejándolo completamente inmóvil.

— ¿Qui...qui...quién eres? —preguntó con la voz entrecortada porque comienza a quedarse sin aire.

—Tu peor pesadilla —contestó aquella mujer de forma muy demoníaca.

Anderson se siente desfallecer y cierra lentamente sus ojos, al abrirlos siente que lo golpean suavemente en la mejilla.

—Despierta —dijo Kelly preocupada.

Anderson intenta reincorporarse, se encuentra boca abajo con su mano derecha en la garganta, la cual suelta de inmediato y se levanta de golpe dándole un cabezazo a Kelly sin querer, ambos se quejan de dolor poniéndose la mano en la cabeza.

—Eres un completo idiota —dijo ella quejándose dolorida, con su ojo izquierdo cerrado y la mano derecha sobre la cabeza.

—Perdón Kelly —le respondió algo agitado con su mano izquierda sobre su cabeza y levantando su brazo derecho ofreciendo disculpas.

Kelly ve el celular de Samuel en el suelo y lo toma.

— ¿Qué hace esto acá? —preguntó confundida, el lápiz en su mano le estorba.

—Qué sé yo — respondió Anderson mientras se levanta del suelo.

—Ten esto —le ofreció el lápiz al joven musculoso.

—¿Y esto para qué? — respondió él, algo confundido al recibir el lápiz, sin interés lo guardaba en el bolsillo derecho de su chaqueta.

Kelly conoce la contraseña y mira cada mensaje de Samuel, buscando respuestas.

—Qué extraño —dijo confundida. —Algo le pasó a Samuel, estoy segura —dijo preocupada tomando del brazo a Anderson. —Ven, vamos con los demás.

—Por supuesto. —le respondió girando levemente su mirada hacia aquel espejo, pero rápidamente devuelve su mirada al frente.

Cuando Anderson gira su mirada y ambos quedan de espalda al espejo, vuelve a aparecer el reflejo distorsionado de aquella mujer que los observa y sonríe de forma siniestra.

Sábado, 6:59 a.m.

A la recepción del hotel llegan Kelly y Anderson y por el otro pasillo llega Alison junto a Natalia.

— ¿A dónde te fuiste? —preguntó Natalia pegando su mirada en Kelly.

—Eso no importa —le respondió indiferente. —Pero encontré el celular de Samuel —muestra el celular levantando su mano.

— ¿Lo encontraste a él? —preguntó Alison preocupada.

—No —le respondió rápidamente. —Pero estoy segura de que algo le tuvo que haber pasado, lo conozco como la palma de mi mano —dijo seria y con seguridad.

Bajando las escaleras del segundo piso del hotel, llegan Daniel y Camilo, los dos chicos se incorporaron al grupo, y en sus rostros se denotan desconcertados.

— ¿Encontraron algo? —preguntó Daniel con curiosidad e incertidumbre.

—Algo, pero nos hace falta encontrar a Samuel —le respondió Alison.

— ¿Qué vamos a hacer? —preguntó Natalia preocupada.

—Debemos informar esto en la estación de policía —dijo con seguridad Kelly.

—Perdóname por llevarte la contraria Kelly —Se pronunció Anderson con tranquilidad. —No será efectivo, debes esperar setenta y dos horas para que la policía haga algo al respecto. —Añadió con gran seguridad.

—Anderson tiene razón —dijo Daniel mirando a Kelly.

—Entonces qué hacemos, ¿Nos quedamos aquí de brazos cruzados? —Se mencionó Alison algo molesta.

—Pues salgamos a buscarlo —propuso Anderson con seguridad.

—No, no, no conocemos este pueblo, y con esa niebla podríamos perdernos. —objetó Kelly oponiéndose a la idea.

—No veo que estén solucionando este problema —dijo molesto Camilo. —Cada uno haga lo que tenga planeado y el que dé mejores resultados gana —advirtió con autoridad mirando a Kelly y Anderson.

—Esto no es una competencia Camilo —repuso Kelly algo molesta. —Es tu hermano el que está perdido. —le increpó con energía.

—Me importa muy poco, yo creo que es otra de sus estúpidas bromas —repuso indiferente y molesto.

— ¡Eh! Camilo eres un imbécil —dijo molesta Kelly. —Ven Alison, acompáñame a la estación de policía —dijo con mesura mirando a Alison.

Alison la ve algo dubitativa e insegura y acaricia su cuello con su mano derecha.

—No te molestes Kelly, pe... pero apoyo más la idea de Anderson, eh... sí, salgan a buscarlo. —titubeó al responder.

Anderson muestra una sonrisa de satisfacción, y Kelly lo mira indignada.

—Bueno, yo te acompaño—dijo Natalia con una sonrisa acercándose a Kelly.

—Gracias, al menos hay otra persona sensata —dijo Kelly algo molesta. —Vamos Natalia.

Ambas chicas se alejan tomando un folleto que estaba en la recepción, Anderson le toca el brazo a Daniel para decirle de forma indirecta que lo siga, Daniel lo sigue y Anderson toma otro de los folletos, se apresuran tratando de alcanzar a las chicas que salen primero.

—Esperen, no se enojen —dijo el chico corpulento tratando de alcanzarlas, al salir del hotel no las logra ver por la niebla. —Kelly, Natalia —Gritó al no verlas. —Chicas no se enojen.

Daniel sale y detalla a su alrededor, no se ve nada, solamente niebla por todas partes.

—Kelly es muy orgullosa, pero estará bien —manifestó Daniel tratando de tranquilizar a Anderson.

Anderson suspira y mira hacia atrás viendo que únicamente está Alison.

—Quédate aquí, por si regresan —dijo con serenidad, viéndola de igual forma.

—Claro, aquí estaré —Respondió Alison despidiéndose de ellos con su mano derecha.

Anderson sale junto a Daniel, Alison suspira y baja un poco la mirada, en la que se refleja mucha preocupación.

— ¿Dónde estás mi amor? —Se preguntó a sí misma en voz baja mirando su celular.

Sábado, 07:28 a.m.

Ambos chicos caminan a paso ligero, Anderson continúa mirando el folleto buscando en este el mapa de aquel pueblo.

—Según esto, la estación está bastante cerca —dijo Anderson con seriedad con su mirada puesta en la guía turística.

— ¿No íbamos a buscar a Samuel? —preguntó el chico gordo, confundido y agitado.

Anderson se detiene y se le queda viendo, bajando el folleto que tiene en sus manos.

—Me preocupan, ellas dos —le respondió algo preocupado. —Les puede pasar algo acá afuera, además no sé ve nada con tanta niebla —Trató de desviar la conversación entrecerrando los ojos tratando de ver algo.

— ¿Te preocupan ambas?, o ¿Únicamente te preocupa Kelly? —preguntó en un tono un poco burlón.

—Me preocupan ambas, gordo, mejor sigamos buscando y no perdamos el tiempo. —Mencionó mientras se sonroja un poco y le da la espalda, ahora, mira el mapa con detenimiento.

Anderson comienza a caminar, Daniel le sigue el paso, caminan unos diez minutos sin rumbo alguno, solo ven calles desoladas con el camino complicado por la densa niebla que no les deja ver.

— ¿Por lo menos sabes hacia dónde vamos? —preguntó Daniel cansado de caminar.

—Para ser sincero —hizo una breve pausa mirando a su alrededor —Creo que estamos perdidos —Añadió deteniéndose y bajando el mapa que tiene en sus manos. —Debimos haber llegado hace rato, pero esta estúpida niebla no me deja ver bien y no puedo distinguir nada.

—Era de suponerse —Se pronunció indiferente, mientras saca el celular de su bolsillo. —Mierda, ni señal hay —Mencionó al ver su celular.

Anderson también saca su celular y se percata de lo mismo.

—Tampoco tengo señal —dijo frustrado. —No entiendo por qué nos dejamos guiar por este estúpido folleto —Se expresó molesto mientras convierte aquel papel en una pequeña bola, arrojándola hacia la nada.

La bola de papel se pierde en la niebla, pero a lo lejos suena que algo se cae en la dirección en que se lanzó el papel.

— ¿Qué sonó así? —preguntó Daniel al escuchar aquel ruido.

—No tengo idea —Respondió su compañero mientras se dirige al lugar donde sonó aquel ruido, detrás va Daniel siguiéndole.

—No puede ser —Dijeron ambos al no poder creer lo que veían en frente de ellos.

Sábado, 07:25 a.m.

Kelly y Natalia caminan sin rumbo establecido, Kelly lleva un caminar ligero mientras Natalia la sigue con un poco más de esfuerzo para alcanzar el mismo paso.

—Es increíble que todos se pusieran del lado de Anderson —dijo molesta la chica morena mientras mueve sus manos de igual forma. — ¿Cómo vas a buscar a alguien en un lugar que no conoces? —se preguntó a sí misma, demostrando gestos de incoherencia en su rostro, tocando su cabeza rápidamente con su dedo medio, abriendo su mano al final.

—Jum —responde Natalia sin poner mucho interés en lo que le hablan —Tienes razón —responde sin interés.

—Parece que soy la única que es coherente en este lugar —se queja. —Es mi novio el que se acaba de perder y ninguno hace algo al respecto. —voltea a ver a Natalia.

—Concuerdo contigo, amiga —le reconoce desinteresadamente.

Mientras sigue a Kelly, Natalia camina precavida con su mirada pegada al suelo, es allí donde alcanza a ver un par de billetes tirados, y sin dudarlo, se agacha para recogerlos, pero el viento sopla evitando que los agarre, ahora, ella ve como empiezan a flotar y su fortuna se aleja, el viento que sopla, hace que la bufanda de Natalia se levante y ella con sus manos trata de evitar eso.

Natalia se detiene y mira a Kelly, quien continúa quejándose y avanzando sin pausa, gira rápidamente su cabeza y decide seguir el billete sin hacer mucho ruido, y ambas chicas se separan.

—Vengan con mami —dijo con confianza mientras perseguía los billetes.

Los billetes continúan circulando por el aire y se separan, mientras Natalia, ya algo molesta, persigue al de la más alta denominación, al ver que por fin este se detiene y ella sonríe, se acerca rápidamente para recogerlo, al tenerlo de sus manos lo dobla repetidamente haciendo ruido algo de ruido.

—Pecunia fácil —Se expresó con confianza — Ahora a buscar el otro billete, la fortuna no se puede dejar escapar —se dice a sí misma.

Mientras busca el dinero ve en el suelo algo dorado, con una gran sonrisa y algo incrédula, se acerca levantando del suelo aquel objeto brillante, entre sus dedos tiene lo que parece ser una joya de oro.

—Debe ser oro de fantasía. —Mencionó incrédula mirando detenidamente la pequeña alhaja que había encontrado.

Al fijar su mirada de nuevo en el suelo veía un camino brillante, cada vez era más grande la cantidad de oro, incluso a llegar a ser monedas, con una sonrisa en su rostro ella seguía el camino recogiendo cualquier cosa brillante que veía.

Caminando sin fijarse con su mirada al suelo, llenando sus manos de riqueza, se topaba con un tacón, Natalia levanta su mirada y ve unas piernas blancas, seguido de una falda negra y corta, desde el ángulo que ella mira se le logra ver la ropa interior que lleva aquella mujer, el rostro de piel blanca con un ojo rojo y otro azul, con cabello anaranjado y aquella nariz que era decorada por unas pocas pecas. Aquella mujer tiene varias monedas en su mano, las cuales mueve y hace sonar, dejando caer unas cuantas al suelo, parece que el oro sale de su mano.

—Te equivocas, es muy real —mencionó aquella mujer de cabello anaranjado, dejando caer todo el oro de sus manos al suelo.

Ambas mujeres se ven frente a frente, incluso se logra escuchar que alguien grita el nombre de Natalia a lo lejos llamando su atención, un poco de viento acompaña el momento moviendo el cabello y las ropas de ambas mujeres, aquella mujer de cabello anaranjado le sonríe y se acerca a Natalia que por instinto y miedo se aleja lentamente caminando hacia atrás.

Kelly no se ha percatado de que Natalia ya no está a su lado.

—Todos ellos son unos hipócritas, todos menos tú Natalia —dice Kelly mientras voltea a ver a su derecha. — ¿Natalia? —preguntó nerviosa mirando a su alrededor sin poder ver nada por la niebla.

—Natalia —Gritó nerviosa. —Esto no es gracioso, Natalia —dijo con seriedad mientras se sentía rodeada por la niebla.

Kelly mira hacia a sus lados, está muy nerviosa y empieza a sentir desconfianza al estar sola en medio de la niebla, ahora se escucha una risa entre la niebla.

—Ya, para Natalia —gritó asustada. —No es para nada gracioso.

Ella logra ver que una sombra se mueve en medio de la niebla.

—Natalia, ¿Eres tú? —preguntó nerviosa mientras se acerca a aquella sombra.

—Ven sígueme —dijo una voz masculina similar a la de Samuel.

—Samuel, ¿eres tú mi amor? —gritó hacia la nada, tratando de ver en medio de tanta niebla.

—Sigue mi voz —se escuchó.

Kelly comienza a correr hacia la dirección en la que escucha aquella voz masculina, detrás de Kelly aparece una mano blanca que trata de asirla, pero Kelly sale corriendo antes de que esta lo logre.

Aquella mujer de cabello anaranjado ve como se aleja esa chica morena y la pierde de vista por la niebla.

Kelly corre persiguiendo aquella voz que no logra reconocer completamente, a ciegas por tanta niebla que hay en el lugar, se siente cada vez más perdida.

Gracias por leer y votar en este capítulo, espero sea de tu agrado y espero pronto verte en los siguientes capítulos con tu lectura y voto, sobre todo comentario. C:

Drakronn. 

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