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Fama (Jung Hoseok)

Amelia


El sexto sentido siempre he dicho que existe totalmente, hoy desde que me levanté en la madrugada tenía esa sensación de que mi rutina se cambiaría que algo no estaría como siempre.

En parte sabía que es por la cantidad de gente que viene de turista a la ciudad en estas fechas por el festival de música, las calles se llenan más de los normal.

No me quejo en realidad, ya que al poseer una pequeña panadería esto ayuda a que mi negocio siempre esté lleno de clientes en estas fechas. Pero no era eso lo que presentía, era más la sensación de que debía quedarme en cama o algo así.

Decidí ignorar todo eso, me alisté de manera normal y salí como todos los días para abrir mi panadería, la mañana tenía mis clientes habituales y uno que otro turista, todo estaba muy relajado por eso pensé que si habían sido ideas mías. La hora del cierre estaba por llegar, terminé de limpiar y me disponía irme a casa, cuando escuché algunos gritos, pero no eran de auxilio ni alarmantes, estaba en la puerta cuando alguien entro de pronto, sentí algo de terror más porque cubrió mi boca.

Él sujeto me tenía sostenida de la cintura, abrí mis ojos tratando de quitarme el shock del momento.

—No grites, si esas chicas me encuentran me comerán vivo.

¿Quién se cree?

Lo patee en la entre pierna, para sacarlo de mi local, el me miro adolorido, en lo que se recomponía baje la cortina de mi panadería, di un silbido a las chicas que lo buscaban.

—¿pero qué?

Se levantó y volvió a correr, yo camine directo a mi casa. Al momento de irme acostar mire al chico en las noticias, al parecer era alguien famoso, un tal Jung Hoseok, conocido con Jack o algo así, me daba igual creo que no era mi tipo de música, porque en realidad nunca lo había escuchado.

Podría utilizarlo como publicidad, pero la verdad me da algo de pereza investigar de él, pero las locas de sus fanáticas podrían ser un problema, en fin es mejor así.

Al día siguiente seguía con la sensación de no querer levantarme, por eso al llegar a la puerta de mi establecimiento entendí por qué. Estaba un sujeto alto moreno de traje parado esperando recargado en la puerta, es algo atractivo, pero ¿Quién usa traje a las seis de la mañana?

Buenos días señorita Amelia Sáenz —me extendió una tarjeta bastante elegante —mi nombre es Kim Namjoon, soy el representante de Jung Hoseok, me ha pedido que viniera a comprar alguno de sus productos.

Mire la tarjeta y después al sujeto, dejando de lado que sabe mi nombre, me causa intriga que el tipo de ayer quisiera comprar algo de mis productos, después de que casi lo deje sin descendencia, no me da buena espina. Tal vez intente hablar mal de mí repostería, no eso no pasara.

—Es una pena que viniera tan temprano, pero abrimos hasta las ocho de la mañana, si desea venir más tarde con mucho gusto lo atiendo, además de que no creo que tenga algo que le guste a su cliente.

—Es que no puede venir más tarde, si llega a venir con clientes regulares será el mismo problema de ayer, con las multitudes acechándolo.

—Aun no tengo listo nada, rara vez se me queda producto del día anterior.

—Déjeme rentar el lugar por unas dos horas, esperare por lo que prepare.

Estaba a punto de hablar cuando un tipo vestido de negro con lentes oscuros y cubre bocas bajo de una camioneta negra, dando un portazo, mire al tipo moreno que solo torció los ojos como algo fastidiado.

—Llevo demasiado tiempo esperando a esta mujer, me estoy estresando Namjoon.

—Le decía a su manager que el lugar está cerrado y que no hay nada, especialmente para patanes como usted.

Levante la cortina del local, abrí la puerta y se las iba a cerrar en la cara cuando es tipo metió el pie.

—Hoseok no seas terco, déjame hablar a mí.

Su manager intentaba quitarlo, yo estaba empezando a molestarme.

—Esta mujer me está empezando a irritar, mira chica, si no haces lo que te pido, iré a mis redes sociales y diré que tu pan es terrible, aunque no sea verdad, créeme que no volverá nadie a pisar este lugar.

Abrí la puerta haciendo que se cayera al piso, me sujete el cabello para irme a la cocina, literalmente hare que se trague sus palabras, sé que quiere tomar venganza por lo que le hice ayer, pero no voy a dejar que me intimide, maldito tipo egocéntrico.

—Cierren la puerta por favor, y no toque nada.

El manager lo ayudo a levantarse, mientras me quite el suéter y coloque mi mandil, una cofia y lave mis manos, poniéndome a realizar lo que tendría a la venta el día de hoy, dejaba listo los ingredientes secos, para llegar y hacer la mezcla con los húmedos y no perder demasiado tiempo, lo que siempre preparaba primero era los croissants con chocolate, unos bollos rellenos de crema pastelera de vainilla y otra de crema francesa, después hacia las donas y otros tipos de bollería, como baguettes.

Yo hacia todo sola, tenía mi sistema bastante organizado, además siempre preparaba lo justo, para que la merma fuera poca y la variedad adecuada, tenía clientela frecuente, y como en todos lados algunos curiosos. En lo que estaba la primera tanda de pan, salí de la cocina para mirar a mis invitados, ambos estaban sentados en el piso, uno medio dormido y el otro jugando con su teléfono, supuse que no han desayunado y el olor del pan les abrirá el apetito.

Prepare un poco de té de naranja, unos baguettes con jamón serrano y queso, se los lleve a los intrusos.

—No sé si sea de su agrado, pero es lo que suelo comer en las mañanas como aperitivo.

—Gracias señorita, no debió molestarse.

—Es lo menos que puedo hacer, después de todo rentaron el lugar —dije no muy feliz, mire al otro bajarse el cubre bocas y oler con desconfianza él te —no le puse veneno, un cadáver arruinaría la higiene del lugar.

Su manager rio un poco.

—Pueden pasar a la cocina, aquí hay donde se puedan sentar.

Me siguieron, les mostré los bancos cerca de una de las barras de la cocina, les hice un espacio entre algunos ingredientes y se pusieron a comer, el tipejo se quitó el cubre bocas y los lentes oscuros, ambos eran bastante atractivos, pero el famoso tenía una cara algo delicada, mas angelical, pero es un dolor en el trasero, todo por un berrinche.

Ellos empezaron a charlar en coreano, no me intereso tanto, pero el moreno parecía estar fascinado con el pequeño snack que les prepare, continúe haciendo lo mío como si ellos no existieran, saque el pan del horno para que se enfriara, metí la segunda tanta y fui a limpiar charolas y vitrinas, me sentía con algo de ansiedad, siempre tengo música de fondo, porque me relaja, pero ahora solo podía estar atenta del movimiento de los dos,

Me sentí observada por un minuto mientras decoraba los bollos de crema, miré de reojo y el tipejo no me quitaba los ojos de encima.

Solo fue una pequeña patada no es para que se ponga así.

—¿Cuánto tiempo tienes con este negocio?

Me hablo como si nada.

—Tres años, antes estaba estudiando —constaste sin despegar mi vista de la duya.

—En menos de dos horas, llenaste tus vitrinas de manera concreta y organizada.

—Esto es una ciencia en sí, si calculas bien todo puedes organizarte con todo.

Fui al refrigerador por un poco más de crema.

—¿Esa la preparas tú?

—Sí, estas las hago en mi casa, y después traigo los recipientes que refigero y etiqueto, en qué fecha los realice, para controlar calidad.

—¿Puedo probar?

El manager no le quitaba la vista con una ceja alzada, también le parecía curioso que el tipo estuviera tan tranquilo, tome una cucharilla y coloque un poco de crema, se la entregue, el la comió como si fuera lo más rico del mundo, cerro sus ojos un minuto y después me observo.

—Me llevare todos estos.

—¿Todos?

Tenía como cincuenta bollos de crema, es de los productos que más vendo.

—Sí, envuélvelos para llevar, tengo grabación y los quiero en mi camerino.

Me hizo prepararles otra docena más y después se fueron como si nada, fue demasiado extraño todo esto, pero al menos logre mi objetivo de cerrarle la boca, mi pan podría quitar el mal humor de cual quiera.

Pensé que había terminado ahí, pero volvió al día siguiente pero esta vez solo, así lo hizo como por una semana, en la cual ya hasta charlaba conmigo mientras yo seguía con mis cosas.

Una vez se quedó dormido en la barra, me acerque para verificar que siguiera vivo, me resulta curioso la clase de confianza que ha adquirido, mire su perfil y en realidad es muy atractivo su cara perfilada, su piel blanca y tersa, además sus labios delgados que tenían un lindo todo rosado.

—Si me sigues mirando, el que te cobrara seré yo.

Di un salto por el susto, creí que dormía, no dije nada me giré mejor para irme a seguir con lo mío. Pero el me tomo de la mano.

—Amelia.

—¿Si?

Me hizo mirarlo de nuevo.

—¿No te parezco atractivo?

Me solté y sujeté mi mano como si su toque hubiera dolido.

—¿Qué se supone que debo contestar a eso?

—Solo di que sí y todos felices.

—¿Por qué te la pasas aquí?

—Me siento cómodo, pero no cambies el tema.

—¿Por qué te interesaría lo que yo dijera? Tienes muchas fans que te lo dicen todo el tiempo.

Suspiro y se acomodó un poco más en su banco.

—Pero tú no eres una fan, tu no me vez como un artista, quiero saber que piensa alguien de mi de manera simple.

—Eres egocéntrico, pero supongo que tienes una razón de porqué serlo, eres arrogante, en cuanto a lo atractivo —pensé un poco —sí, lo eres, ¿Feliz?

Se levantó del banco y dio unos cuantos pasos rápidos hacia mí.

—No, aun no soy feliz.

Me arrincono contra la mesa donde amasaba, puso su pierna en medio de las mías para evitar que esta vez lo pateara, su mano sujeto mi nuca y me llevo directo a su boca, diría que solo me robo un beso, pero se llevó mi aliento también, quería quitarlo empujarlo y darle una paliza, pero no voy a mentir, sus labios son tan suaves, su lengua y aliento se sienten tan jodidamente bien.

—Ahora sí.

Tenía una sonrisa de oreja a oreja, ¿Por qué tiene que tener linda sonrisa también?, lo atraje de la camisa de nuevo hacia mí, esta vez sus manos sujetaron mis caderas para pegarme más a él, su cabello se enredaba en mis dedos.

El beso iba subiendo de nivel, quería tocarlo un poco más, pero todo se detuvo cuando un ligero olor a quemado llego a mí, me separe corriendo para ir al horno, donde empezaba a salir el humo.

—Ay no.

Saqué la charola con el pan totalmente negro, mordí mi dedo pulgar jamás había quemado nada desde que abrí mi local, en definitiva, no debo de distraerme.

Su manager entro a la cocina sacudiendo las manos por el humo, nos miró a ambos de pie y luego se dirigió hacia Hoseok.

—Tenías ensayo hoy, debías estar temprano en el estudio.

—Vine por mi pan, pero Amelia lo quemo.

Casi lo mato con la mirada.

—Más tarde mando por él, ahora tenemos que irnos.

—Está bien —tomo un pan de otra charola —tenemos una conversación pendiente.

Se fue dejándome totalmente alterada, me desconocí por un momento, no es que no me gustara lo que hizo, pero no sabía que tuviera esa fuerza de atracción en mí, la mayoría del tiempo me hacía preguntas que respondía sin dejar de trabajar, pero siempre estaba atento a todo lo que le contaba, ya se me había hecho una costumbre verlo en las mañanas en el local antes de abrir.

Me fui a mi perfil de Spotify, sentí de pronto curiosidad por escuchar lo que tocaba. Era una especie de rapero combinado con pop, indie e incluso rock.

Lo que resto del día de fondo tenia puesta su música en la panadería, la gente que entraba lo reconocía de inmediato y me felicitaba por el gusto musical, en verdad era más popular de lo que pensaba, después investigue que solo estaría en la ciudad un mes por sus negocios, él no decía nada respecto a su trabajo, solo se concentraba en mí, decía que eso lo hacía sentirse normal.

Entre más hablaba con los clientes más me daba cuenta de lo que había pasado para llegar hasta donde estaba, ahora me sentía un poco mal por hablarle feo los primeros días, pero es que puede ser algo irritante en verdad.

Ya iba camino a mi casa, cuando la camioneta de Hoseok se paró en medio de la calle, abrió la puerta de atrás y me secuestro prácticamente, volvió a cubrir mi boca.

—De regreso al hotel —el chofer solo asintió —Namjoon no me llevo mis postres, así que tuve que venir yo por él.

Quite su mano de mi boca.

—¿Estas loco?

—Si.

Estaba vestido con un traje blanco con negro, su frente estaba descubierta, y su aroma era tan rico, parecía que venía de alguna entrevista o fiesta, metió su nariz en mi cuello.

—Siempre hueles tan bien, tan hogareña.

El roce de su nariz en mi cuello me erizo la piel, trague saliva sentía el corazón latir a mil por hora, pero no debía engañarme, también quiero que continúe.

—Mi plan para esta noche, es llevarte a mi habitación, quitarte la ropa y hacerte el amor toda la noche, mañana no abrirás el local, porque también te la pasaras en mi cama.

—¿Acaso soy de tu propiedad?

—¿No lo sabias? Desde el primer día que comí de tus pastelillos, decidí que así seria, por eso todo el interrogatorio, necesitaba saber todo de ti, antes de poder siquiera pensar besarte.

Sus labios buscaron los míos, dejo pequeños besos cálidos, mientras sus manos acariciaban mis muslos.

—¿No es eso injusto?, tu sabes todo de mí, en cambio yo.

—¿Segura no sabes nada?

—Solo que tu nombre es Jung Hoseok y amas mis pastelillos.

—Es más que suficiente para mí.

Volvimos a besarnos, sé que se ira en un par de días, pero no quiero arruinar el momento, solo será su entretenimiento por estos días, no quiero hacerme ideas equivocadas, ambos nos quitaríamos el estrés del trabajo, es un trato justo.

Entramos por el estacionamiento subterráneo al hotel donde se quedaba, me llevo casi corriendo al elevador que nos llevaría a su suite, pero en el trayecto nos tocábamos, nos comíamos la boca, su mano ya había explorado cada rincón de mi entrepierna. Apenas se abrió la puerta del elevador la ropa fue desapareciendo, no sé en qué momento ni de donde saco un preservativo, pero eso no importaba.

Su miembro fue envuelto en el látex, para después levantarme por las caderas y literalmente atravesarme contra la puerta del su cuarto, su musculatura se marcaba bastante bien por la fuerza que ejercía, no hubiera imaginado que poseía tal cuerpo por la ropa tan holgada que siempre lleva baba, sus ojos miraban mis pechos balancearse con las penetraciones y después relamía sus labios al notar como su duro miembro desaparecía dentro de mí.

El juego se extendió a la cama, me coloco en cuatro siempre dominando lo movimientos, pero atendiendo cada parte sensible de mi cuerpo para seguir dándome esas corrientes de placer que hacia toda esta situación más intensa y deliciosa.

Mis gemidos llenaban el lugar y sus gruñidos los acompañaban, nuestros se disfrutaban mutuamente, las salvajes penetraciones, me hacían tocar el cielo, hasta que sentí llegar a mi orgasmo, siendo seguida por él. Nos tumbamos en la cama, el acomodo algunos mechones llenos de sudor de mi frente, me contemplo por unos minutos con la respiración agitada.

—Amelia —acaricio mi mejilla —me iré en unos días.

—Lo sé.

Parpadeo un par de veces.

—¿Ah sí? Pensé que no te interesaba saber de mí.

—Curiosidad.

Siguió tocando mi rostro.

—A lo que voy es que no quiero que pienses que esto lo estoy haciendo solo por dejar alguna anécdota en la ciudad, si me dejas, quiero que me acompañes a dos de mis fechas antes de regresar aquí a la ciudad.

—No puedo dejar mi panadería.

—No lo harás, tengo a personas dispuestas a trabajar en lo que regresamos, no pienso dejarte en paz.

—¿Por qué lo haría?

—¿Por qué no? —me beso —igual si decides que no soy tu tipo, puedes volver a la normalidad, el único que se arriesga perder a la chica que le gusta Jung Hoseok y no Jack, soy yo.

—¿Te arriesgarías a hacer público esto?

—¿Y tú?

Detesto que me contesté con otra pregunta, asentí antes de volver a besarle. Ahora dudaba si volver hacerle caso a mi sexto sentido.


Claro que si, es de Hoseok de nuevo, no me juzguen su concierto, nuevo disco, y todo el me dejo mal como hobi biased, pero adivinen ¿quien esta haciendo un OS de jk vampiro? ¿Lo quieren rudo o lindo? es que quiero hacer una cosa muy heavy, las leo bellas.

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