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7 ▪︎ W E D N E S D A Y •

Enojo.

Eso era Jungkook desde la tarde anterior; una masa de furia andante.

¿Por qué?

Por el simple hecho de que la astucia e inteligencia de Taehyung habían sido mucho más eficaces que sus propios y ──Por lo visto──, absurdos planes.

Le frustraba inmensamente que las cosas no salieran como esperaba, y lo hacía aún el doble si quién salía perdiendo más era él.

La derrota en cualquier sentido era claramente un sentimiento que no conocía y tampoco le entusiasmaba la idea de experimentarlo pronto.

Su orgullo estaba siendo muy herido últimamente y eso le molestaba en demasía. Internamente sentía que estaba dejando totalmente mal a los virgos ganadores por naturaleza cómo él, y eso era patético ante sus ojos.

Frunció su ceño de nuevo, arrecostandose a la pared tras él, cruzandose de brazos con amargura.

No estaba enojado con el castaño, para nada. Al contrario, le aplaudía su gran jugada sin duda.

Lo había dejado como un idiota atrapado dentro del tren por horas, teniendo que hacer todo el recorrido hasta la última estación y luego tener que tomar allí otro de vuelta que lo dejará cerca a la universidad del escurridizo chico, dónde esperó pacientemente por el resto de la tarde con la esperanza de volver a toparselo, pero por obra divina de quién sabe qué, nunca lo vio salir de allí.

Tuvo que regresar a su casa caminando prácticamente desde la otra punta de la ciudad a altas horas de la noche, derrotado, con frío y de muy mal humor.

Sin duda subestimaba demasiado a Taehyung y este le estaba dando una merecida lección para su sorpresa.

Adoro su inteligencia...

Sonrió como un tonto al pensar en el mencionado.

Respiró profundo, ansioso, viéndo constantemente la hora en su celular. Preguntándose con impaciencia en qué momento llegaría, si se supone que ya debería estar allí.

9:20 P. M.

Por décima vez en la última hora, guardó el aparato en el bolsillo delantero de su saco celeste, bostezando cansado en el proceso a causa de la falta de sueño y buen descanso con los qué últimamente estaba teniendo que lidiar.

Cuando estaba a punto de desistir en la espera e irse sin nada una vez más, el tintineo ruidoso de una campanilla haciendo eco en el casi desolado lugar, avisó sobre la llegada de alguien.

De inmediato una sonrisa abordó su rostro, contento por fín después de muchas horas.

Lo vio entrar, con una canasta verde militar apoyada a su cintura, llena de ropa de tonos opacos, terras, suaves y poco llamativos como era de su peculiar y buen gusto. Vestía únicamente un pantalón negro corto, una camisa del mismo color y el cardigan avellana deshilachado que tanto le gustaba usar. No podían faltar al conjunto casual sus viejos pero cómodos ──Cómo bien siempre defendía──, converse blancos, y sus bonitos lentes que enmarcaban tan hermosamente esos oscuros y profundos orbes.

Otro suspiro tonto salió por parte del joven azabache.

Cuando el recien llegado dejó de rebuscar el dinero en sus bolsillos y centró la vista en su camino, dió inmediatamente con la figura del menor al final del pasillo; y para los oídos de este no fue imperceptible el gran suspiro fastidiado que soltó al verlo.

Algo se removió dolorosamente en el pecho de Jungkook, pero lo ignoró, así como bien venía haciendo en los últimos días.

── Déjame adivinar... ¿Tus contactos otra vez te dieron información de mi agenda? ──Inquirió sarcástico, pasando por su lado casi sin mirarlo para situarse en una de las lavadoras que se encontraban frente a él.

Pues para la mala suerte del castaño, aquellas eran las únicas en funcionamiento en ese espacioso lugar con hileras de las mismas, que ahora parecían ser de mera decoración a los ojos del mayor.

── No ──Negó el pelinegro, sonriendo como un niño orgulloso al saberse una de las tablas de multiplicar de memoria. ── Esto es mérito propio, pues lo recuerdo a la perfección: Primer mércoles de cada mes. Vienes a esta lavandería en la noche porque es cuando tienes libre y cuando menos gente hay que soportar, y además de ser la más cercana a tu apartamento y la más accesible para ti, te gusta aprovechar los cupones que Hoseok te regala, así gastas menos ──Recitó como si fuera de sus memorias más preciadas, sin borrar la sonrisa de su rostro.

Para su desgracia no pudo ver con exactitud la reacción del otro ante su ──Según él── acertada respuesta, debido a que el otro se encontraba aparentemente muy concentrado en meter las monedas suficientes a la máquina para lavar la gran carga de esa noche.

── Cuidado, te pueden escuchar y quién lo haga va a creer que eres todo un acosador con delirios de próximo psicópata.

El nívea río por lo bajo, sintiéndose esperanzado al escuchar el leve tono divertido en la frase del dueño de la dermis color caramelo.

Eso significaba un avance, ¿Cierto?

Esperaba fielmente que así fuera...

── Acosador, tal vez, psicópata... no es mi estilo.

Nuevamente Taehyung no respondió y se dedicó únicamente a meter cada prenda con desgana en el electrodoméstico.

── Me imagino entonces que tampoco estas aquí por tu propia ropa ¿No? ──Preguntó lleno de ironía en un murmuro, evitando aún el contacto visual.

── Así es, eso ya lo hice la semana pasada ──Confesó el otro con una sonrisa culpable. ── Otra vez, vengo a intentar que me escuches ──Puchereó a pesar de no estar siendo visto por el contrario.

Un terrible y aparentemente eterno silencio fue lo único que Jungkook obtuvo como respuesta, hasta qué escuchó un pesado suspiro resignado escaparsele al mayor, el cuál logró animarlo y esperanzarlo de algún u otro modo.

── Supongo qué como eres tan buen acosador, también debes saber cuanto tiempo tardo en lavar la ropa ──Lo miró de soslayo, aún centrado en acomodar las prendas en la máquina. ── Tienes solo esos minutos para hablar, así qué aprovechalos bien.

── ¿De verdad? ──Lo miró esperanzado al azabache, con la emoción comenzando a invadirlo. ── ¿No me vas a sacar de aquí a escobazos? ──Bromeó intentando aligerar el tenso ambiente.

── Debería ──Concordó el castaño, obligándose a no sonreír por la imagen mental──, pero teniendo en cuenta qué este no es mi establecimiento y qué necesito un poco de compañía o me voy a deprimir en este ambiente tan... Deprimente ──Realizó una mueca inconforme al no encontrar otro adjetivo adecuado para describirlo, y al también percatarse que ahora eran prácticamente los únicos allí, soportando el lugar helado y el silencio aterrador. ── Supongo que no tengo opción ──Murmuró más para si mismo, encogiendose de hombros resignado.

El pelinegro asintió alegre a la respuesta ajena. Tambien rcordándose mentalmente hacerle luego un par de sugerencias a Hoseok para mejorar un poco el ambiente del local, pues el mayor tenía toda la razón, en verdad era deprimente estar allí.

── Gracias ──Murmuró esperanzado. ── Entonces, ¿Tengo treinta minutos exactos, no? ──Preguntó más para asegurarse, pues por suerte conocía el tiempo estimado de un ciclo de lavado.

El mayor revisó el temporizador y luego asintió, por fin haciendo contacto visual, dedicándole una corta mirada de advertencia.

── Si, pero quita esa sonrisa porque esto no significa nada, Jeon ──Lo señaló antes de darle nuevamente la espalda y seguir en su labor.

El mencionado sonrió al ser llamado por su apellido, trayéndole recuerdos, pues así solía decirle cuándo estaba molesto u celoso.

── Por ahora con que me escuches es suficiente para mi.

── Bien, empieza entonces... ──Susurró en medio de una exhalación pesada, dándole aún la espalda.

Jungkook trató de iniciar con su discurso previamente preparado, pero mientras lo repasaba en su mente con el objetivo de no cagarla; sin quererlo realmente, sus ojos se centraron en las caderas ajenas y recorrieron con lentitud y disfrute el camino peligroso hacía el perfecto, redondo y llamativo trasero del mayor, haciéndole olvidar cualquier frase coherente que planeaba formular.

Mordió su labio, ladeando su cabeza, sintiendo un cosquilleo recorrerlo y aumentar cuando el dueño de tal delito tuvo que inclinarse para tomar una de las últimas prendas que se encontraban al fondo de la canasta, regalándole una vista más cercana debido a los pocos metros que los separaban y estando en una posición bastante... torturante para el azabache.

Apretó sus manos en la superficie en la que se encontraba apoyado para no caer en el deseo cosquilleante y desesperado de sus manos ansiosas por anclarse a las caderas contrarias y acercarlo a su cuerpo.

No podían culparle, pues de verdad no planeaba tener ese tipo de pensamientos en aquel momento, pero es que esos shorts se ceñian de una forma poco legal a su figura esbelta y le quedaban tan bien. Sin duda era notable que había empezado a ejercitarse porque su trasero se notaba aún más voluptuoso y firme de lo que recordaba.

Salió de sus pecaminosos pensamientos al escuchar un carraspeó acusador, y levantar la vista hasta encontrarse con la mirada de reproche y enfado de Taehyung puesta sobre él.

── Estoy esperando Jungkook, o ¿Tendré que incluir también acoso sexual en los cargos de mi próxima demanda? ──Inquirió con su ceño fruncido y sus brazos cruzados en reproche.

El nívea negó avergonzado y aclaró su garganta.

── Lo siento, n-no quiero incomodarte, pero no lo pude evitar ──Mordió su labio escaneandolo sin descaro una vez más. ── De verdad, estás muy...

El contrario gruñó ofendido.

── Ahórrate tus alagos y piropos, y comienza a hablar mejor, porque el tiempo corre y estoy comenzando a considerar lo de sacarte a escobazos ──Soltó en medio de un bufido el otro, girandose para cerrar con molestia la puerta de la lavadora.

Se golpeó internamente por dejarse llevar por sus instintos primitivos y haber dañado el ambiente ameno y tranquilo en el que ya estaba ganando un poco de terreno.

Jungkook, deja de pensar con el pene, imbécil...

Después de ese reproche interno, se bajó de un salto de la lavadora en la que se encontraba sentado y decidió poscisonarse mejor a un costado del otro, brindándole su debido espacio y distancia, para así evitarse las vistas tan poco sanas y desconcentrantes con las que tenía que lidiar desde el anterior lugar.

── Bien, es difícil empezar de la forma correcta, y no tengo ni idea de como hacerlo ──Jugueteó con el metal en su boca, mientras tomaba valor. ── Yo... sé que la forma en la que actué no fue la más... acertada ──Una mueca incómoda se le escapó al no tener certeza de si dicha palabra era la correcta.

Al ver la mirada de ironía que le dedicó el mayor, supo que para nada lo era.

Suspiró frustrado y frunció su ceño.

── Mierda, bien, la cague y lo hice muchas veces y de la peor forma, estoy consciente de ello ──Aceptó sincero. ── Pero estoy intentando reparar lo que hice, y creo que una prueba de eso es que por fin terminé esa absurda relación con SoHee, y que ahora me doy cuenta que nunca debí permitir que eso iniciará.

Taehyung no respondió y solo lo evadió para ir a tomar el detergente que se encontraba sobre las estanterías de la recepción al final del pasillo.

Jungkook lo esperó en su lugar, siguiendo sus movimientos con la mirada, ansioso por respuestas y buscando las palabras correctas en su mente. Cuando el castaño regresó a su lugar con la misma expresión impasible pero un puchero resaltando en su rostro, decidió continuar:

── Y si, tal vez debí hacerlo hace mucho tiempo pero...

Sus palabras quedaron a medias.

── Tal vez ──Murmuró irónicamente el castaño, soltando un risa carente de diversión. ── ¡¿Tal vez, Jungkook?!, No lo sé, dime tú si ser tratado como el amante por dos malditos años no es suficiente respuesta a tu tal vez ──Recriminó herido, manoteando en lo que luchaba con la tapa del envase, con una expresión frustrada y un resoplido.

── Si, esta bien, tienes toda la razón. Tuve que haberlo hecho mucho antes, ¡Fui un completo idiota al no hacerlo y te pido perdón por eso! ──Inhaló tratando de calmar el nudo de sentimientos alojado en su pecho. ── Pero, entiendeme también a mi. Tú conoces más que nadie mi situación, ¡Sabías que no era fácil para mí lidiar con esto y tampoco sabía cómo carajos hacerlo con toda la mierda que tenía encima!

── ¡¿Y tú crees que yo si lo sabía?! ──Se giró a verlo completamente enojado el de cabellos chocolates, apretando con demasiada fuerza el envase entre sus manos y resoplando en medio de otra risa sarcástica. ── Claro, yo si tenía que saber como lidiar con una relación escondida, en la que tenía que ser el novio de turno, cuando mi supuesta pareja no tenía que estar paseándose por todos lados con su perfecta y muy digna novia ¿No? ──Lo observó ofendido.

── Solo eran apariencias, con SoHee nada fue real y tú eres consciente de ello ──Replicó ahora frustrado el nívea, intentando acercarse más a él sin éxito alguno cuando este se alejó dos pasos, rellenando la tapa del detergente con el ceño fruncido y los labios abultados por causa del enojo.

── ¡El maldito problema no es ella Jungkook!, ¡Nunca lo fue! ──Explicó exaltado Taehyung, virtiendo de manera brusca el contenido de la tapa en el contenedor para el jabón del aparato. ── Al menos no directamente...

── ¡Entonces explícame cuál es, por qué no lo entiendo!

El acanelado no respondió y simplemente bufó, centrado en llenar de nuevo la medida de jabón restante.

── Tae... ──Respiró profundo tocando el puente de su nariz en busca de su propia calma. ── Dímelo, si no tenemos comunicación y hablamos entonces esto nunca se va a solucionar ──Pidió en un murmuro decaído.

Otro bufido mezclado con risa fue su respuesta inmediata.

── Claro, ahora si quieres tener comunicación ──Rodó sus ojos y negó incrédulo, desviando por un momento la vista de su tarea para encararlo. ── ¿No te parece un poco tarde ya para eso? ──Respondió claramente dolido.

── Yoongi dice que nunca es tarde para intentar reparar los errores ──Se encogió de hombros con semblante tenso el azabache.

── Pues, hay algunos irreparables Jungkook ──Dijo casi en un susurro roto el contrario, en medio de una exhalación pesada y la vista perdida en el líquido que vertía por segunda vez en la lavadora.

Con esa dura confesión por parte de Taehyung, el ambiente se tornó aún más tenso, y excesivamente silencioso, a tal punto de ser aterrador. El enfado de ambos siendo espeso y palpable en el lugar.

Jungkook solo seguía con la mirada cada movimiento del otro, sintiéndose aún inconforme de que este no le dijera sinceramente la razón real de tanto enojo, pues desde su punto de vista, él ya estaba pidiéndole perdón por sus actos estúpidos del pasado, y lo más importante de todo, estaba ahí frente suyo intentando mejorar para no volver a cometerlos.

El problema es que eso aún Taehyung parecía no notarlo.

── Si SoHee no era el problema, entonces, ¿Cuál era, Tae? ──Insistió.

Silencio de nuevo.

── Taehyung, respondeme porfavor ──De nuevo intentó acercarse, pero este lo evadió otra vez, caminando hacia otro lugar.

── Mejor vete Jungkook, esta conversación no tiene ningún sentido ya ──Dijo indiferente, virtiendo otra medida más de aquel líquido azulado en el compartimiento con una expresión sería y decaída.

El leve brillo de tristeza en los afilados ojos, abrumó al más joven, sacándole un suspiro pesado y peinando su cabello con notable estrés.

── No, está vez no me voy a ir sin respuestas, por que creo que ambos necesitamos esta conversación ──Insistió volviendo a su lugar, a tan solo centímetros de su lado derecho.

── ¿Para qué, Jungkook?, ¿Ahora que sentido tiene si ya no estamos juntos y yo me voy a ir? ──Replicó con semblante frustrado, dejando por fin el detergente a un lado provocando un sonido retumbante por la fuerza con la que soltó la botella sobre la superficie de metal de otro de los aparatos.

── Por qué así sabré cuál de todos mis errores fue el peor, e intentaré remediarlo o mínimo aprender la lección para no volver a cometerlos ──Explicó con determinación el de rizos azabaches. ── Y aún puedo evitar que te vayas, por eso estoy aquí.

── Ya eso no está en tus manos Jungkook, y tampoco lo estuvo antes porque no soy un maldito objeto de tu propiedad como siempre has creído ──Refutó con verdadero enojo.

El nombrado frotó su rostro con ambas manos, al saber que de nuevo había metido la pata.

── Lo siento, lo sé, se qué no eres un objeto al que puedo reclamar y nunca lo fuiste para mi, pero no lo dije en ese sentido ──Gruñó frustrado consigo mismo. ── Solo digo, que quiero tratar de evitarlo al demostrarte la nueva persona que soy o que almenos quiero ser.

Una mueca indescriptible se asomó en el rostro del mayor, mientras encendía y programaba con molestia el electrodoméstico en frente suyo.

── ¿Y te tomó mes y medio querer hacerlo? ──Murmuró inaudible.

Desgraciadamente inaudible para quién debería haber escuchado aquello.

── Dime Taehyung, ¿Cuál era el verdadero problema de nuestra relación, si SoHee no lo era?.

Frustrado al no haber obtenido una respuesta rápida, Jungkook intentó hablar de nuevo, pero el castaño fue más rápido y consiso con sus palabras.

── Lo que esa relación significaba para mi por más falsa que fuera ──Expresó, con las lágrimas acumulándose en sus orbes oscuros, girandose a enfrentar por fin al causante de ellas.

» A mi no me importaba esconderme de tus padres, de la maldita prensa o de tus amiguitos famosos, Jungkook. Eso lo podía soportar por el tiempo que fuera necesario aunque sabia que no debía hacerlo, pero yo te amaba lo suficiente como para intentar entenderte y darte ese tiempo que necesitabas para aceptarte y enfrentar tu realidad ──Suspiró tragandose sus lágrimas──, pero cuando decidiste empezar tu relación con ella para tapar la nuestra, empecé a entender que el verdadero lio en todo esto, era que yo nunca sería lo suficientemente bueno para que te atrevieras a arriesgarlo todo por lo que teníamos hace tres años.

Abrumado e impactado, sintiéndose como si una inmensa ola de mar lo tapará hasta dejarlo sin respiración y arrastrándolo a lo más profundo del océano; Jungkook lo miró aturdido, mientras sus neuronas intentaban asimilar la crudeza de aquella confesión.

La realidad lo estaba ahogando como una inundación de sentimientos dolorosos y asfixiantes.

El problema no era SoHee, ni sus padres como siempre se habí excusado, el verdadero problema era él y como sus actos sin querer, habían inevitablemente destrozado a Taehyung sin saberlo.

Intentó decir algo, pero era consciente de qué ningún discurso cursi y romántico como el que había planeado, podía remediar lo que el mayor sentía, por lo qué simplemente tragó saliva, y se sintió merecedor de esa mirada rota, dolida y decepcionada que el otro le dió.

Sabía que la había cagado en grande, pero ahora era realmente consciente de la gravedad de ello.

Sólo deseaba que aquello tuviera solución y que de verdad no estaba siendo demasiado tarde para intentar reparar las cosas

Luego de casi cinco minutos en agobiante y tortuoso silencio tenso, el menor se sintió valiente para hablar por fin con la sinceridad que el mayor merecía de su parte.

Esperó pacientemente a que el castaño terminará con la misteriosa llamada que había tenido que salir a atender hace un par de minutos, y a la qué en parte le agradecía por haber cortado con el ambiente dramático y agobiante que los estaba envolviendo.

Si no fuera por esa llamada, estaba seguro de que hubieran terminado entre lágrimas y todavía más graves reproches, y eso era lo que menos quería.

Suspiró abrumado.

Un par de minutos después, Taehyung se adentró nuevamente en el local, con el mismo semblante serio y su ceño sin desaparecer.

El pelinegro quiso empezar con su confesión de una vez para evitar otra discusión, pero un sonido extraño proveniente de la lavadora que Taehyung estaba utilizando, captó la atención de ambos.

Compartieron una mirada extrañada y confusa, la cuál duró poco pues otro estruendoso y alarmante sonido resonó en el lugar preocupandolos.

En cuestión de segundos, el aparato empezó a sacudirse con demasiada fuerza, tanta, que parecía estar a punto de caer desde su alto sitio debido a las inminentes sacudidas, y como si aquello fuera poco; una excesiva y alarmante cantidad de espuma y agua comenzó a filtrarse de la compuerta que parecía estar a punto de abrirse por la sobrecarga de líquido en su interior.

Antes de que algo peor pudiera ocurrir y para evitar un verdadero accidente, el mayor corrió para sostener como pudo desde su lugar la puerta. Aunque pareció ser en vano, porque él era bastante alto con su casi metro ochenta, pero seguía sin ser suficiente para alcanzar adecuadamente el aparato sin necesidad de recurrir al banquito que había empleado antes y que para su desgracia, ya había regresado a su lugar por evitarse los reproches de su amigo obsesionado por el orden.

Recordó con amargura que el armario donde se guardaba aquel últil objeto que le serviría de mucho en ese instante, se encontraba al otro lado del almacén.

Lloriqueó frustrado en voz baja, intentando con la poca fuerza que podía emplear con las puntas de sus dedos que la bendita lavadora no se abriera y todo se fuera al carajo.

En el peor de los casos podría ocurrir una explosión, y si el destino lo quería lo suficiente para salvarlo de esa desgracia y salía bien librado, la otra consecuencia sería soportar no solo el regaño merecído de Hoseok que se le avecinaba, si no también aceptar que este lo betara para siempre del lugar por el seguro daño que ocurriría en los demás aparatos si el agua llegaba a desbordarse por completo.

No quería eso, de verdad ese lugar por más feo y deprimente que fuera, era el más cercano y accesible para su pobre bolsillo.

── ¡Mierda, no, no, no! ──Suplicó temeroso Taehyung cuando la máquina quiso empujar su mano, intentando de todas las formas posibles sostener la puerta o alcanzar antes el botón de detenido.

Jungkook desde su sitio obligó a su mente a funcionar rápido e intentó ir por algo para que el mayor se subiera y pudiera parar la máquina, pero su acción fue detenida cuando casi en cámara lenta vio como la puerta se abrió unos centímetros mojando al mayor quién luchaba incansablemente por poder cerrarla.

Sin pensarlo dos veces corrió de inmediato y poscisonó su diestra junto a la del castaño, contando con la suerte de alcanzar mejor el aparato al ser más alto por un par de centímetros y teniendo los otros cuantos que le otorgaban sus grandes y amadas botas de combate a su favor.

── Gracias ──Murmuró aliviado el castaño, intentando retirar el jabón de su rostro.

El contrario asintió simplemente.

Ambos sostenían y empujaban la puerta que seguía queriendo abrirse a toda costa, resistiéndose a ellos. Ejercieron fuerza a la misma vez hasta que esta se cerró luego de un par de empujes, sin embargo, ninguno retiró la mano una vez esto ocurrió, pues la forma en como se seguía sacudiendo y sonando la aparente poseída maquina, no les brindaba para nada seguridad.

Inevitablemente ambos terminaron bastante mojados y cubiertos de espuma por todas partes, con un charco grande y peligroso de agua jabonosa bajo sus zapatos.

Taehyung intentó desesperadamente limpiar la lavadora de la parte inferior con la manga de su brazo libre, con el miedo latente de que esta explotará pronto a causa del agua que habia recibido, provocandole una risa divertida por aquel acto al nívea.

Se quitó los lentes empañados y mojados con frustración y giró su rostro para mirarlo con enojo, pero aquella mirada dura que quiso darle se debilitó de inmediato ante la sorpresa de su cercanía.

Y es que la distancia física entre ellos era casi inexistente en aquel momento. Con el pecho del nívea a centímetros de la espalda contraria, sus caderas a milímetros de tocarse, la figura grande y musculosa del azabache acorralando al menudo y delgado cuerpo contra las máquinas con la excusa del inconveniente a su favor.

Una sonrisa inmensa se escapó en su mente, aunque por fuera quiso hacerse el inocente para evitar otro mal momento.

Taehyung tragó saliva tenso, y regresó su vista al frente, en lo qué colgaba sus lentes en el cuello empapado de su camisa.

── ¿Cuánto jabón le echaste? ──Inquirió confuso el pálido, rompiendo el silencio tras unos segundos.

El de mirada afilada, lo observó casi indignado.

── Pues lo que se debe poner, Jeon, dos... ──Se cortó a si mismo, con expresión culpable. ──Mierda ──Apretó sus ojos con frustración tocando su cien molesto con su propia torpeza.

El menor entendió su reacción de inmediato, pues recuerda haberlo visto echar tres tapas de detergente bastante rebosantes en medio de su discusión, lo cuál él sabía, ──según los básicos conocimientos de humano independiente que había ganado en las últimas semanas──; era demasiado para una carga de ropa que ni siquiera llegaba a ser completa para el anticuado aparato.

La medida exacta eran dos tapas, no tres y mucho menos desbordantes...

── Hoseok va a matarme ──Se quejó con un puchero infantil el castaño.

── Un accidente le ocurre a cualquiera, tranquilo, seguro va a entender ──Intentó animarlo. ── Y si no lo hace, yo soy testigo de lo que ocurrió, se lo explicaré.

── Sería lo menos que podrías hacer, teniendo en cuenta qué esto ocurrió por tu culpa ──Bufó frustrado.

── ¿Mi culpa? ──Replicó incrédulo el azabache, frunciendo el ceño.

── ¡Si, es tu culpa por ser tan terco e insistente con una conversación que ya es inútil!

El nívea sonrió, atreviéndose a acercar un poco más su cuerpo al ajeno, con la excusa de tener que sostenerse del artefacto con la otra mano también, prácticamente acorralando al castaño entre su pecho y las máquinas.

Taehyung se tensó en su sitio con su respiración acelerandose satisfactoriamente para el menor.

── Yo creo que no es para nada inútil ──Susurró con voz grave, aprovechando la cercanía para rozar el cuello ajeno con el metal de sus labios.

Pudo sentir perfectamente el escalofrío que recorrió al mayor y aquello lo hizo sonreír en grande, aunque el moreno se negaba rotundamente a cambiar su expresión impasible, la cuál era obvio que era tan falsa como el olor cien por ciento real a frutas que los detergentes de aquel lugar juraban tener.

── S-Si claro, sigue soñando ──Carraspeó nervioso. ── ¿Cuánto falta para que esta cosa acabe?, ya me duele el brazo ──Preguntó con incomodidad, cambiando el tema.

── Quedan... dos minutos ──Dijo el pálido al estirarse un poco para ver con claridad el tiempo que marcaba la lavadora.

El de cabellera chocolate resopló frustrado, y se apoyó en su propio brazo el cuál seguía estirado sosteniendo la puerta, que seguía vibrando en amenaza de abrirse de par en par en cualquier instante.

La situación era muy incomoda, sobre todo para el mayor, pero desgraciadamente era conciente de que tenían que seguir en aquella comprometedora escena por el par de minutos restantes por un bien del lugar. Pues aunque Taehyung era fuerte y las últimas semanas en el gimnasio estaban dando un buen resultado, sabía de buena mano que Jungkook lo era aún más, pero si él retiraba su mano, estaba seguro que a pesar de la gran musculatura del pelinegro, el aparato le ganaría en fuerza de alguna manera.

Y la prueba de esto, era que aún con la fuerza de ambos jóvenes, la maldita puerta seguía empujando sus manos, poniendo resistencia y queriéndose abrir de cualquier modo.

Cansado, Jungkook se atrevió a posar su mentón en el hombro ajeno, esperando un poco temeroso la reacción del moreno.

Para su suerte este no objetó y se dedicó simplemente a observar bastante curioso su brazo cubierto de tinta. Aprovechándose de esto, el desvergonzado azabache intentó mover su cadera buscando contacto, recibiendo un codazo sutil pero que logró apartarlo unos centímetros y dejarlo sin aire por una milésima de segundos.

── No te aproveches Jeon o saldrás de aquí sin algo más que mi perdón ──Advirtió el moreno con voz grave.

El culpable tragó saliva ante la advertencia.

── Increíble lo que me gano al querer brindarte una mano ──Fingió indignación Jungkook, formando un puchero.

Cuando el acanelado quiso refutar, el sonido de finalizado del aparato y la calma repentina que esta tuvo, les avisó que el ciclo y centrifugado habían llegado a su fin y con ellos la tortura para ambos.

Respiraron aliviados.

Tomando distancia ──a regañadientes por parte del pelinegro──, el mayor se dispuso a ir por fin por el dichoso banco para subirse y facilitar la tarea de sacar la ropa. Regresó pocos segundos después y se subió en el mencionado. Abrió el aparato y se quejó frustrado al sacar una de sus camisas y notar que la ropa estaba repleta de jabón y restos de espuma.

Habían sido treinta minutos totalmente en vano, porque de limpia la ropa no tenía nada.

Quisó llorar en ese instante.

── ¿Todo bien?

El castaño lo miró con una expresión enfurruñada y de frustración.

── Por tu propio bien mejor no digas una sola palabra más y vete ya, Jungkook ──Pronunció molesto, lanzando desde su lugar las prendas empapadas de nuevo a la canasta que reposaba en el suelo.

Ya le diría a Jimin que le prestara su lavadora y secadora, porque en ese momento solo deseaba salir de allí y no estaba dispuesto a soportar otros treinta minutos de agobiante espera. Definitivamente no, ya había sido un largo y agotador día el que había tenido que soportar, no podría con más.

El azabache por su parte, solo miraba la escena desde abajo con diversión. El tierno puchero y el ceño fruncido que no desaparecía en ningún momento del rostro ajeno sólo le daban una apariencia tierna de infante enfurruñado, que a él lo enterneció en demasía.

Llevado de nuevo por sus impulsos descarados, Jungkook aprovechó para atajar una de las prendas con sus manos, y frente a la mirada confundida del castaño, la dirigió hasta su rostro para olfatearla con una sonrisa maliciosa asomándose en su rostro.

── Mhh, aún usas el mismo detergente con olor a fresas, pero ¿sabes, Osito?, lo mejor es que a pesar de lo artificial, tú delicioso olor natural a rosas predomina por encima de todo.

El sonrojo inevitable que apareció en las mejillas del mayor, ensanchó la sonrisa del descarado chiquillo.

Tragando saliva con fuerza, se bajó de un salto de su lugar y con el ceño fruncido le arrebató la prenda al contrario en medio de un bufido, golpeandole el pecho con la misma, salpicandole agua en el proceso.

── Alardeas mucho cambio pero lo idiota no se te quita por lo visto, Jeon ──Recriminó.

El nombrado solo soltó una risita divertida.

── ¡Dios mio!, ¡¿Qué clase de inundación pasó aquí?! ──Se escuchó un sonido de impresión ahogado desde la puerta, que capturó la atención de los dos.

Hoseok los miraba con expresión de horror, con su hamburguesa a medio morder, y su lata de Sprite a punto de resbalar de su mano debido a la impresión, llevando su vista juzgante del desastre en el piso a ambos menores empapados, quienes lo observaban culpables.

El castaño resopló y tomó la canasta con molestia antes de caminar hacia la salida con expresión frustrada.

── La culpa la tiene el imbécil de tu amigo y tus lavadoras poseídas, Hyung ──Se quejó con un puchero de claro enojo, sin atreverse a mirarlo y saliendo del lugar a toda prisa, con gotas de agua escurriendo de él y dejando un rastro a su paso.

Totalmente confundido, el por un par de años mayor, observó acusatorio al más joven.

── ¿La volviste a cagar? ──Regañó con mirada severa.

── Solo intentaba hablar con él ──Se encogió de hombros inocente, ganándose una negación y una de las aterradoras miradas juzgantes de su Hyung. ── Voy a intentar alcanzarlo.

── ¡Eh, eh, eh! ──Lo detuvo con una señal el de hoyuelos. ── Es mejor que le des un respiro, el pobre se notaba bastante frustrado de verdad, y ya qué él si se me escapó, mejor ve por el trapeador para limpiar este desastre.

Consternado, el de rizos lo miró incrédulo a punto de objetar, pero el mayor habló de nuevo.

── Te estoy evitando una patada segura en las bolas, así qué quita esa mirada ──Advirtió antes de darle una mordida a su hamburguesa. ── Es eso o que los bete a ambos de la lavandería y te ganes otro motivo de odio de Tae, tú decides ──Se encogió de hombros despreocupado.

Jungkook resopló en desacuerdo, pero asintió resignado.

── Está bien, supongo que te debo una salvada de trasero para evitar que te échen por abandonar tu puesto.

── Yo no abandoné mi puesto ──Contradijo el peliblanco, ofendido. ── Tomé mi merecida hora de comida, confiando en que mis amigos no harían una inundación en el local, mientras yo iba por el parlante para alegrar un poco este fúnebre lugar y mira con lo que me encuentro ──Reprochó.

── Ya era hora de que alegraras un poco este cementerio ──Murmuró desganado el menor, caminando hacía el armario de los utensilios de limpieza, intentando no caerse en el proceso por lo resbaloso del piso.

Afortunadamente logró evitar un par de tropiezos...

Mientras su cuerpo se movía casi por instinto, su mente se encontraba ocupada, repasando con atención las palabras que le había dicho Taehyung en su discusión.

Las cosas eran peor de lo que en medio de su idiotez creía.

Definitivamente tenía que esforzarse el doble en los escasos días que aún le quedaban si quería que sus planes tuvieran buenos resultados.

Y lo haría, él haría lo que fuera necesario porque no podía perder a Taehyung, no de nuevo.

7: To Be Continue...

Holii gente bonita ✨️💜

Ay dios este par cada día más complicados jsjsjshs

¿Taehyung si perdonará a Kook? ¿Ustedes que creen? 🤨

Los leo, y espero les esté gustando mucho la historia y lo siga haciendo en un futuro 😭🫶🏻💜

Ya veremos el destino de este par jsjs

Espero, sus votitos y comentarios, muchas gracias por estar aquí de nuevo y les mando un beso enorme a todos. Nos vemos la próxima semana ✨️😊

✨️Stream Love Me Again y por supuesto, Seven ✨️💜💚

7 :: VanTTGirl.

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