7 ▪︎ T U E S D A Y •
── Creo que ahora si lo perdí ──Resopló frustrado el menor lanzándose de espaldas al colchón. ── Fue más frío que comerse un tarro de helado en plena nevada de diciembre, Hyung ──Lloriqueó como un niño pequeño al perder su paleta.
── Tiene sus razones también, entiendelo un poco, te comportaste como un completo imbécil ──Reprochó el contrario.
── Ya lo sé ──Bufó el menor──, pero, ¿Como voy a sí quiera intentar reparar mis errores, cuando ni me dirige la palabra por más de dos minutos y se larga con otro?
El pálido sonrió divertido desde el marco de la puerta al notar el puchero rabioso de su medio hermano.
── Estás totalmente jodido Jungkook.
── Dijiste que viniste a subirme el ánimo y es lo que menos estás haciendo, idiota ──Lo miró indignado el nombrado, tomando asiento en su cama con expresión decaída.
El otro rodó sus ojos y se acercó para sentarse a su lado.
── ¿Qué más quieres que te diga?, ya todo lo sabes. ¿Qué te lo mereces? Si, te lo tienes bien merecido ──Le dedicó una mirada severa a la que el menor asintió resignado. ── Pero como bien te hemos dicho Jiminie y yo: esta es tú última oportunidad para hacer las cosas bien, la debes aprovechar y sino lo haces es porque entonces definitivamente eres un estúpido de mierda.
── Lo sé, y lo estoy intentando joder ──Se levantó con expresión molesta el de rizos──, pero notar por mi propia cuenta que ni si quiera me puede ver a los ojos sin el fastidio en su mirada, es malditamente desalentador y doloroso ──Se frotó el rostro frustrado. ── ¿Y si de verdad ya no le intereso?, Tal vez de verdad ya no hago parte de sus planes de vida, lo cuál sería totalmente entendible ──Hizo una mueca rabiosa.
── Es una posibilidad, si ──Respondió con su cruda sinceridad el mayor de ambos, ganandose una mirada molesta. ── Pero... como alguien que tuvo que acompañar diariamente por varias semanas a Jimin, para que intentará animar a su mejor amigo; creo que no es el caso.
── ¿Qué?, ¿Cuántas semanas exactamente? ──Inquirió el otro con preocupación y culpa.
── Yo que sé, Jeon ──Frunció el ceño con desconcierto, encogiendose de hombros. ── ¿Tres semanas?, no tengo ni puta idea, pero sé que Jiminie y yo dejamos de hacer muchas cosas interesantes solo por intentar sacar a Taehyung de su cueva y que dejará de ahogarse en lágrimas y los tarros de helado de fresa que nos obligaba a comprarle, mientras repetía mil veces las mismas cursis canciones de amor.
Una escena del castaño envuelto en su cobija de osito, mientras escuchaba baladas y Jazz a todo volumen, hipando entre sollozos y comiendo helado con lágrimas acumulándose en sus mejillas, abordó la mente de Jungkook y se sintió terrible de tan solo imaginarlo en ese estado por su culpa.
Con paso desanimado y un suspiro abatido, regresó junto al pálido de mirada felina, dejándose caer con desgana a su lado.
── Soy una mierda de persona y sé que no lo merezco, Yoongi ──Comentó con tristeza y la vista perdida en algún punto insignificante de la habitación.
El mayor respiró profundo preparándose para tomar ese papel de hermano mayor que hasta ahora podía desarrollar con él.
── Lo fuiste, si ──Aceptó sincero. ── Pero, lo importante es que ahora estás cambiando. Aprendiste de tus errores y estás haciendo todo para remediarlos e intentando recuperar a quién amas, eso sin duda te hace una mejor persona Jungkook; y después de todo, ese es el verdadero significado de madurar como ser humano.
Al percibir las sutiles palmaditas de aliento en su espalda, el menor se giró para dedicarle una mirada de agradecimiento y una debil sonrisa.
Si que se arrepentía cada vez más de los actos y pensamientos que tenía hace un mes atrás, y al mismo tiempo, agradecía que en tan solo unas cuantas semanas tanto de aquello hubiera desaparecido u cambiado drasticamente para bien en su interior. Así como ese rencor y repudio interno que siempre tuvo por quién ahora lo animaba a no desistir en su batalla.
Yoongi era su medio hermano. Aquel hijo que su padre tuvo con su amante de tantos años antes de que él naciera, con la misma mujer que atormentaba siempre a su pobre, infeliz y triste madre con su sola existencia.
Min fue ese adolescente a quien los Jeon tuvieron que acoger en su casa cuando la progenitora de este murió tras un trágico accidente.
Jungkook tenía tan solo nueve años cuando todo en su vida dio un giro repentino y abrupto, muy difícil de entender para su corta edad. Creció sin comprender muchas cosas, sin saber muchas otras, cómo por ejemplo: el porqué tenía que albergar tantos sentimientos negativos en contra de quien se suponía debía ver como un apoyo u ejemplo a seguir, alguien a quien creía poder recurrir por sabiduría u ayuda cuando lo necesitará. Alguien que pudiera jugar con él al baloncesto, ayudarlo con su tarea, animarlo a hacer aquello que no se atrevía, e incluso corregirlo cuando era necesario.
Hasta el día de hoy por fin lograba entender un poco de todas esas dudas. Porqué en su proceso de intentar ser alguien mejor, entendió que parte del joven caprichoso, rebelde, egocéntrico y narcisista que había sido en el pasado ──y que tal vez, aún era──, fue gracias a ese choque de realidad que tuvo que enfrentar cuando era pequeño.
También comprendió que sus padres tenían parte de la responsabilidad de ese Jungkook que un dia fue, y del qué ahora se avergonzaba.
Los consejos de su hermano mayor y su sabiduría, habrían sido muy útiles si los hubiese escuchado antes, en todas esas veces que este intentó acercarse a él y que por estupidez se negó a escuchar. Tal vez, si hubiese permitido que Yoongi entrará en su vida, hubiese podido evitar muchas cosas, y el perder al amor de su vida era claramente una de ellas.
── ¡Vamos hombre!, quita esa cara de tragedia, todo va a salir bien ──Lo animó el mayor sacándolo de sus pensamientos, con una palmada amistosa en su hombro.
── La verdad, después de ayer, no lo sé Hyung...
Min rodó sus ojos ante el pesimismo del contrario.
── Es normal su reacción, no te ve hace más de un mes y seguramente piensa que no lo buscaste por alguna pataneria típica de las tuyas.
── Si me dejará explicarle no creería eso ──Se quejó entre un puchero rabioso Jungkook.
── Bueno, aún tienes seis días para intentarlo, y con lo terco y perseverante que eres, seguramente lograrás cansarlo y que mínimo te escuche ──Le aseguró, con una mirada de aliento. ── o te manda a la mierda porque ya se hartó de ti, una de dos ──Se burló satisfecho con la mueca enfurruñada que logró causarle al de ojos de cordero.
── Uff, gracias por el ánimo ──Dijo sarcástico este, propinandole un leve golpe juguetón en el hombro.
Yoongi sonrió.
── Que Jimin no sepa esto, pero desde mi parecer, Taehyung sólo te está dando tu merecido, pero te ama ──Aseguró. ── Ya te dije lo difícil que fue para él recuperarse de su ruptura, estoy seguro que podrá darte otra oportunidad.
── ¿Tú crees que lo haga? ──Preguntó el contrario con la ilusión brillando en sus oscuros, grandes y bonitos orbes.
── Que sí, mocoso ──Bufó el pálido, levantándose de la cama con cansancio. ── Y si no lo hace, pues esto te servirá como una lección para no volver a cagarla con nadie más en un futuro.
Jungkook simplemente asintió dándole la razón a su verídico pensar. Y trató de ignorar ese sentimiento de miedo y desilusión que se instaló en su interior, ante el solo pensamiento de no tener otra oportunidad con Taehyung.
── Hyung... ──Llamó con un suspiro pesado luego de un par de minutos en silencio, sumido en sus propios pensamientos. Captando la atención del mayor que se encontraba distraído tecleando algo en su celular. ── Gracias ──Murmuró simplemente con una sonrisa que este le devolvió con brevedad.
── No hay de qué Jeon. Después de todo, esto hacemos los hermanos ──Se encogió de hombros con tranquilidad. ── Y de verdad espero que Taehyung te perdone, porque esto de ser tu psicólogo personal ya me está hartando.
Jungkook le dedicó una risita inocente por primera vez en el poco tiempo que llevaban tratándose, acto que enterneció al mayor.
── Me lo debés ──Señaló con semblante bromista el de rizos. ── No lo hiciste por muchos años, ahora te toca desarrollar bien tu papel de hermano mayor y soportarme.
El contrario le mostró el dedo del medio burlón, provocandole una carcajada.
── Olvídate de las cursilerias que te dije, sigues siendo un completo imbécil.
── Y tú, un anciano amargado.
── Por eso respetame, mocoso ──Le lanzó una almohada con supuesto enfado, el pálido.
Entre risas y bromas mutuas por un par de minutos más, se les fue el tiempo, hasta que el teléfono de Yoongi vibró en sus manos con un nuevo mensaje.
── Ya me tengo que ir, tengo que llevar a Jimin a su clase de danza.
Jungkook asintió comprensivo, pero a los pocos segundos su cerebro captó perfectamente el mensaje, por lo qué una enorme sonrisa se asomó en su rostro, la cuál su hermano comprendió al poco tiempo.
Este suspiró resignado.
── Supongo que me queda cerca y no tengo opción... Vamos, entonces ──Se dió la vuelta con falso fastidio, no sin antes dedicarle una casi e imperceptible sonrisa complice al más joven.
El menor sonrió animado, levantándose de inmediato para tomar su chaqueta y sus llaves con apuro para después ir tras él, al asegurarse de cerrar su apartamento correctamente.
── Cada vez me doy cuenta que definitivamente tengo el mejor hermano mayor del mundo, ¿Ya te lo he dicho, Hyung? ──Comentó con voz melosa, rodeando al mayor por sus hombros en un gesto cariñoso, una vez lo alcanzó en el pasillo.
── Si claro, sigue jodiendo y te irás caminando, por lame patas ──Advirtió el palido. ── Además esto no te saldrá del todo gratis.
Jungkook resopló dejando de abrazarlo y fingiendo indignación, aunque tenía que aceptar que la calidez que sentía en su interior por la buena relación que ahora podía mantener con el mayor, lo hicieron sentir bastante felíz y animado para enfrentarse a lo que viniera luego, pues sabía que ahora y después de muchos años, por fin tenía alguien en quien apoyarse y confiarle sus sentimientos verdaderamente.
Agradeció con sinceridad el poder tener un hermano mayor como Min Yoongi.
Taehyung respiró aliviado, deteniendo su propia maratón al notar que el metro aún no llegaba a la estación para su fortuna.
Inhaló profundo calmando su agitado estado y se recargó en una de las columnas alejadas del mar de gente, para descansar un poco. Soltando un bufido para si mismo, al recordarse porqué odiaba tanto los martes.
Jimin era quién siempre se encargaba de recogerlo todas las mañanas para irse juntos a la universidad como el buen mejor amigo que el rubio era, usando a Yoongi como chófer personal y aprovechándose del tiempo libre que el mayor disponia en las mañanas, y de su preciado Mercedes Benz que el hombre amablemente había puesto a su disposición.
Para su desgracia, su transporte era obligado a cambiar todos los martes pues estos eran los días en los que Jimin tenía sus clases de danza contemporánea en su prestigiosa academia que quedaba al otro extremo de Seúl. Y por ello es que Taehyung tenía que recurrir al metro como un medio desesperado de transporte accesible y medianamente rápido.
Porque claramente los lujos de un Taxi o Uber no entraban en sus escasas posibilidades de universitario independiente y con un salario mínimo en su trabajo.
Sinceramente odiaba con toda su alma tener que exponerse al ajetreo y el ambiente desastroso y enloquecedor del metro en esas horas picó, pero desgraciadamente no tenía más opción.
En momentos como esos es que extrañaba tanto tener la facilidad de una moto a su disposición, que le permitiera llegar puntual y con tranquilidad hasta su universidad...
Frunció su ceño, sacudió su cabeza deshaciendose del pensamiento y se regañó internamente por este.
Y entonces, su de por sí mala mañana, empeoró al recordar de inmediato la verdadera razón del porqué había tenido que correr hasta allí como un lunático apurado empujando a todos y todo a su paso.
Desde la noche anterior no había podido dormir tranquilamente gracias a la presencia de cierto individuo de nuevo en su vida, y la consecuencia de eso habia sido una batalla consigo mismo para obligarse a despertar hace un par de horas atrás, luchando con las cobijas, su cansancio físico y con los recuerdos y las emociones que había tenido que enfrentar nuevamente y desenterrar de lo más profundo de su corazón la noche anterior.
Y ni hablar de lo poco que pudo disfrutar de sus amados Waffles y fresas de desayuno que prácticamente ni tocó por andar sumido en recuerdos y pensamientos que sabía que no le hacían bien, pero que tampoco pudo evitar.
Entonces agradeció que esa mañana no hubiera tenido que ver a su traidor mejor amigo, porqué lo que menos le daría serían palabras cariñosas u abrazos de agradecimiento.
Se cruzó de brazos, molesto con el solo recuerdo. Su mañana hubiese sido mucho más amena sin duda, si tan solo Park Jimin no hubiese metido la nariz dónde no lo llamaban.
Adoraba a su mejor amigo, claro estaba, pero en ese instante solo quería ahorcarlo por ser un traídor y desleal en todas sus letras.
Se supone que debería estar de su lado solamente...
Exhaló con pesadez, peinando su cabello hacía atrás un tanto abrumado, acomodando sus lentes con desgana y obligándose a salir de su tortuosa y desastrosa cabeza cuando percibió el tren acercarse.
Entró en el vagón a paso calmado tan pronto las puertas se abrieron, agradeciendo que las demás personas a su alrededor lo hicieran de igual forma, sin empujones ni palabras groseras de apuro de por medio como ya era constumbre. Rápidamente buscó un lugar para sentarse, tomándolo tan pronto encontró un sitio libre en la hilera de asientos del frente, pues se sentía lo suficientemente agotado como para no soportar más de dos minutos parado manteniendo el equilibrio que muy seguramente perdería con facilidad por su pésimo estado anímico de esa mañana.
Ya estaba lo suficientemente jodido como para también tener que pasar una vergüenza cayéndose en frente de tanta gente. Sin duda no soportaría algo como eso, por lo qué era mejor ser precavido.
Aferrando sus manos a su maletín sobre sus piernas, desconfiando totalmente y con razón de la pésima seguridad de ese lugar; Taehyung arrecostó su cabeza en el cristal que lo separaba de la puerta de su lado, para permitirse un rato de descanso en los veinte minutos de trayecto que aún le quedaban.
Sintió alivio al notar que la mayoría de personas habían preferido irse hacía los otros vagones o la mayoría en el suyo logró tomar asiento, dejando así libre el camino hacía cualquiera de las salidas, cosa que le beneficiaban a su torpeza y distracción.
Cuando la melodía que indicaba el cierre próximo de las puertas se hizo presente, el castaño estaba listo para cerrar sus ojos y sumirse en su anhelado descanso, pero al escuchar los pasos apresurados de alguien acercarse y notar segundos después una figura adentrarse con prisa en el vagón, todo el sueño y cansancio abandonaron de inmediato su sistema.
Frunció su ceño sin poder creer lo que sus ojos veían por lo qué parpadeó un par de veces para asegurarse que era cierto y no se trataba de una alucinación por la falta de sueño.
Cuando los desesperados ojos de aquel individuo dieron con su figura entre la gente, una inmensa sonrisa se asomó en el rostro del mismo.
En cambio el castaño por su parte, rodó sus ojos y resopló con cansancio dejando caer su cabeza en el respaldo del asiento con notable molestia.
Cuando el contrario se plantó frente a él, fingiendo ser un pasajero más sin borrar su sonrisa, acorralandolo para sostenerse de la barra de metal de su asiento, Taehyung no tuvo más opción que fingir demencia y aplicar la ley del hielo, como si la presencia del azabache fuera tan invisible como la de un mismo fantasma.
Bufó con todas las ganas de qué el otro notará su enfado, y rápidamente buscó sus audífonos para ponérselos y reproducir a todo volumen la primera melodía que apareció en su playlist.
Si que sería un viaje largo...
Aproximadamente cinco minutos después, la inusual calma con la que había iniciado el recorrido, se había esfumado por completo para convertirse en el desastre que comúnmente implicaba el viajar en metro. Los vagones ya se encontraban repletos, no cabía un alma más en todo el tren a tan solo dos estaciones de las cinco por las que tenían que pasar antes de llegar a su destino.
Los asientos se encontraban repletos al igual que los pasillos, los diferentes ruidos de conversaciones telefónicas, y amistosas entre los pasajeros inundaban el lugar rompiendo con la paz de minutos atrás.
Taehyung agradeció no ser claustrofobico, aunque en ese preciso momento si se sentía acorralado, necesitando urgentemente una escapatoria debido a la presencia de cierto pelinegro, que cada vez se encontraba más cerca de su cuerpo, seguramente a causa de los empujones y el tumulto de gente a sus espaldas.
La penetrante e insistente mirada de este sobre él durante todo el trayecto, no estaba pasando desapercibido para el mayor, aunque él sí se esforzaba por mantener su postura tranquila y desinteresada, fingiendo no notar ql contrario y estar enfrascado en la supuesta música que se reproducía en sus oídos, la cuál había tenido que detener minutos atrás al ser consciente de su distracción y que muy probablemente podía pasarse de estación si se dejaba envolver por la música.
Pero como tenía una dignidad que conservar, pretendió seguir escuchando música sin saber de nada ni nadie a su alrededor. Cerró sus ojos intentando convencerse a sí mismo de que la presencia del contrario era inexistente en aquel lugar.
Pasaron al rededor de dos minutos, en los que poco a poco el acanelado se estaba sumiendo en el sueño, hasta que la voz del nívea resonó por primera vez en la mañana:
── Disculpe señora, ¿Me podría ceder el puesto porfavor? ──Murmuró hablándole aparentemente a la mujer sentada a su costado.
Taehyung suspiró tranquilo sabiendo que lo único que lograría el joven sería quedar como un maleducado al querer quitarle el asiento a una pobre anciana de aproximadamente unos setenta años. Lo mucho que recibiría de ella seguramente sería una mala mirada, un regaño o en el peor de los casos, ser golpeado con el fino bolso de marca que esta portaba, si le llegaba a ir tan mal.
Se lo tendría bién merecido de todos modos...
── Disculpeme, sé que es muy maleducado de mi parte querer quitarle su puesto, pero ──Hizo una pausa con expresión afligida antes de continuar: ── Sufro de un problema en las articulaciones y si estoy parado por mucho tiempo comienza a doler muy fuerte.
Taehyung frunció su ceño desconcertado ante el cinismo del menor, y lo sucio y desconsiderado que estaba siendo solo por querer fastidiarlo.
El castaño abrió sus ojos y se dirigió a la mujer: ── No le crea ni una sola palabra ──Señaló al contrario sin siquiera mirarlo. ── Lo único atrofiado en este sujeto, es su cerebro.
Una sonrisa cínica se asomó en el rostro del nombrado, que el mayor pudo notar al volver a su postura inicial. Ignoró la mirada curiosa que este le dedicó el azabache, seguramente reclamándole por su intervención cuando supuestamente debería no estar escuchando nada a su alrededor.
── ¿Le va creer a un desconocido que usted no sabe si realmente me conoce, antes que a un pobre muchacho enfermo que le ruega por un asiento para calmar sus dolores? ──Puso su habitual cara de niño inocente que tan convincente era.
Taehyung gruñó, negando con total desapruebo, sin poder creer los alcances del otro.
La mujer desconcertada, miró a ambos jóvenes por un par de segundos, con el ceño fruncido en confusión cuestionandose internamente sobre quien decía realmente la verdad.
── Le aseguró que no miento, puedo llamar a mi médico para que se lo confirme si quiere ──Hizo el amago de sacar su celular, aunque al soltarse del agarre casi pierde la estabilidad y tuvo que sostenerse rápidamente de nuevo, logrando que su codo crujiera ante el brusco movimiento.
El de rizos soltó un dramático quejido ante el sonido que fue perceptible para varias personas.
Al notar la mueca de dolor claro, la mirada de pesar en los demás pasajeros, y recordar como el pelinegro a lo largo del recorrido levantaba cada cierto tiempo sus piernas seguramente en busca de calmar la molestia; la fémina sintió que realmente el muchacho estaba siendo sincero.
Además el castaño nunca le había dirigido la palabra al otro, y ella creyó fielmente que si en realidad lo conociera, seguramente lo hubiese saludado u iniciado una conversación con él como cualquier persona normal.
Eso era lo más lógico, ¿No?
Y la mujer era fiel creyente de qué un jovensito tan guapo y aparentemente bien educado, no podía tener el descaro y la desfachatez de mentirle en su cara a una pobre anciana como ella.
La mujer suspiró y le sonrió comprensiva al más joven, levantándose con calma del asiento.
── Está bien muchacho, puedes sentarte, me bajo en la próxima estación de todos modos ──Explicó dulcemente, sosteniéndose del brazo del nombrado. ── Que Dios te bendiga y te sane pronto, chico guapo.
── Gracias de verdad, es usted muy buena y disculpe las molestias ──Dijo con su expresión más dulce y su mejor sonrisa, ayudandole a la mujer a dirigirse a la puerta en cuanto el tren se detuvo en una nueva estación.
El castaño, perplejo, miró toda la escena sin poderselo creer.
Segundos después, tuvo al menor prácticamente corriendo para sentarse a su lado, con una sonrisa contenta, que a los ojos de Taehyung se parecía más a la expresión de un niño endemoniado después de cometer la peor travesura de su vida y salirse con la suya.
Y de algún modo eso habia sido lo que ocurrió: Jungkook se había salido vilmente con la suya.
── Te vas a ir al infierno después de esto ──Susurró indignado.
El contrario a su lado se encogió de hombros sin borrar su sonrisa traviesa.
── En la guerra y en el amor todo se vale, cariño ──Murmuró cínico.
El castaño le dedicó una breve mirada molesta y de desapruebo, gruñendo cuando el contrario solo se dignó a guiñarle un ojo con galantería y a apoyar su brazo en el respaldo de su asiento.
Fastidiado con la situación, Taehyung intentó levantarse prefiriendo ahora estar parado que tener que soportar la presencia del otro que tan de mal humor lo ponía. Pero todos sus planes se vinieron abajo cuando una familia de cinco, se posicionaron justo frente a él, cortándole el paso y dejándolo nuevamente sin escapatoria, frustrado y acorralado en aquel asiento, al lado del irritable ser que tan solo quería golpear en ese momento.
Se mantuvo rígido con la espalda recta y separada del asiento, sus manos ansiosas jugando con la cargadera de su maletín, una expresión molesta, y el cuerpo girado hacia la derecha para no tener que ver al otro.
Pasó lo que creyó fue un minuto en calma y sin ninguna acción o comentario por parte del pelinegro, hasta que sintió como este le retiró uno de sus audífonos juguetonamente con su indice y con su otra mano lo obligó a arrecostarse al asiento y a apoyarse en su brazo.
── Cierra los ojos, sé que estás cansado, te aviso cuando lleguemos, osito ──Susurró dulcemente en su oído, provocandole un cosquilleo en su cuerpo que se negó rotundamente a aceptar.
De un manotazo retiró la mano que permanecía jugando con los cabellos de su nuca, y se enderezó en su asiento retirando sus audífonos con molestia.
── Estoy bien así, gracias ──Dijo severo. ── Y no me llames así.
── ¿Así cómo?, ¿Osito? ──Repitió deleitado y sonriente.
── Si, ya no lo soy por si no lo recuerdas.
── Tú siempre serás mi osito.
Exasperado el mayor rodó sus ojos y resopló antes de mirarlo con la molestia reflejándose en su ceño fruncido y en su mirada dura a través del cristal de los lentes vintage, que tan guapo y maduro lo hacían ver.
Si no fuera por la situación en la que estaban, Jungkook lo hubiese besado hace mucho.
── ¿Que quieres realmente Jungkook?
── Ya te lo dije ayer antes de qué te fueras con el camarero ese, necesito que me escuches ──Pidió con expresión seria por primera vez a lo largo de la mañana.
Ante el reclamo disfrazado en esa frase, Taehyung rodó sus ojos.
── Wooshik es mi compañero de trabajo y amigo, solo le pedí un favor porque realmente no tenía dinero suficiente para irme a casa.
── Yo te hubiese podido llevar, no tenia la moto ayer, pero nos íbamos en un Taxi ──Replicó con una mueca molesta.
── Ni siquiera sé porqué te estoy dando explicaciones de mis actos ──Resopló frustrado consigo mismo el acanelado, tocando el puente de su nariz, estresado.
── Tal vez es la constumbre ──Sonrió complacido el otro.
El mayor solo desvío la mirada sin deshacer su ceño, alegrandose en el momento en que vio el camino despejado y afortunadamente pudo alejarse del menor con éxito.
Caminó con pasó rápido perdiéndose entre la gente, como si huyera del peor de los asesinos, hasta que creyó haberlo perdido. Se situó junto a la salida más cercana del segundo vagón, arrecostandose a la pared de este con un suspiro sofocado saliendo de sus labios.
Varios minutos después y una estación menos, logró ver de nuevo al menor acercarse a trotes, exhaustos.
Lloriqueó internamente y miró al cielo en una súplica desesperada por ayuda divina.
En ese momento, lanzarse a las vías del tren estaba siendo la solución más tentadora y factible para sus problemas.
O lanzarlo a él...
No, no podría, para su desgracia.
── Solo cinco minutos, escúchame y no pido más ──Fue la suplica del menor, tan pronto lo tuvo en frente. ── De verdad quiero remediar las cosas y hacer todo bien esta vez, Tae.
── Claro, como el llevar a SoHee a terminarle en mis narices y hacer un escándalo en mi lugar de trabajo ──Lo miró con verdadero enojo. ── Eso para ti es hacer las cosas bien ¿No, Jungkook?
El nívea lo miró entre la confusión y la vergüenza.
── Namjoon me lo dijo ──Explicó cansado. ── ¿Cuál era el punto de todo eso?, ¿Hacerme sentir culpable o algo así?
Ahora Jungkook frunció el ceño y negó desconcertado.
── ¡No, por supuesto que no! ──Aclaró. ── Si, acepto que tal vez fue algo estúpido de mi parte... pero solo quería demostrarte que esta vez era cierto y que ya no tengo nada con ella.
Taehyung sólo negó girando la mirada hacía la pequeña ventana de la puerta, negándose rotundamente a escucharlo y centrándose únicamente en el panorama frente a él.
No quería caer de nuevo, no lo soportaría su pobre corazón...
Ambos permanecieron en silencio, al costado del otro y cada uno sumido en sus propios pensamientos.
Cuando llegaron a la siguiente parada, Jungkook intentó acercarse de nuevo para iniciar con la conversación, pero nuevamente el mayor se alejó de él con prisa, dirigiéndose hacía el siguiente vagón. Siendo más astuto y rápido, se perdió entre la gente, y esperó pacientemente hasta escuchar la melodía que indicaba la apertura de las puertas, y en el último minuto, arriesgó todo ──Incluso su propia vida── y salió apurado del tren.
Respiró aliviado al sentirse libre e inhalar el aire fresco, sintiendo la brisa llevarse todo el estrés y el abrumo del momento con ella.
Desde afuera notó como el menor se dió cuenta de su jugada maestra y pataleó en su lugar tras la puerta, reclamándole a través de señas con un puchero rabioso y tierno en su su rostro, intentando desesperadamente que estás se abrieran; cosa que ya era imposible, pues el tren ya había arrancado de nuevo.
Ahora quién sonrió victorioso y satisfecho de salirse con la suya, fue Taehyung.
Idiota...
Aúnque el pensamiento tuvo que ser negativo, la sonrisa dulce y contenta que se asomó en su rostro, expresaba lo opuesto.
Con un suspiro, se sentó en la banca más cercana, esperando al siguiente tren que lo llevará hasta la próxima estación, su verdadero destino. Llegaría un poco tarde a sus clases, estaba consciente de ello, pero era un sacrificio necesario por su propia tranquilidad.
No sabia que podía pasar si seguía encerrado con su mayor acosador en aquél tren...
Solo esperaba que ese raramente grato sentimiento de sentirse acosado y perseguido, desapareciera pronto dándole paso únicamente a la molestia y enfado por su propio bien.
Pues se negaba a permitirse caer una vez más en las peligrosas redes de Jeon Jungkook.
7: To Be Continue...
Dios, me siento en un parcial escribiendo todo contra reloj jsjsjs
Disculpen si hay algún error o incoherencias en el capitulo, estoy escribiendo esto justo hoy martes y con la presión de subirlo a tiempo no sé si todo esta correcto 🥹🥹😭😭
Bueno, espero todo esté bien y que les guste el capitulo y como se va desarrollando la historia que es lo más importante 💜✨️♥️
Aún nos quedan muchas travesías de Jungkook por ver, entonces yo no me alargo más y me despido aquí jsjs.
Nos vemos la próxima semana con el siguiente capitulo y no olviden votar y comentar para hacerme saber que les está gustando el fic porfi 🥹🛐✨️
Muchas gracias por estar aquí, se les quiere mucho y nos leemos prontito 🫶🏻💜
7 :: VanTTGirl.
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