7 ▪︎ T H U R S D A Y •
El desespero y el deseo era casi una fragancia que inundaba la habitación.
Los besos hambrientos, casi sin sincronía por el anhelo, y las manos inquietas toqueteando cada rincón del cuerpo ajeno; era una clara muestra de lo mucho que necesitaban al otro después de tanto tiempo.
Los gemidos agudos resonaban hermosamente en el silencio de la oscura habitación, enmascarando el obsceno pero erótico sonido de las pieles chocando entre sí y los gruñidos guturales de uno de ellos.
── ¡Ah, Jun-gkook!
Este gruñó extasiado ante el llamado de la necesitada voz que gemia preciosamente cada letra de su nombre. Cuando sintió el cosquilleo bajo avisando su climax, mordió una de las clavículas color caramelo a su antojo y aferró sus manos a las caderas esbeltas que lo estaban montando de esa manera única y perfecta como sólo él podría hacerlo.
── ¡T-Taehyung, s-si mierda... así cariño, lo haces tan bien!
Una. Dos. Y tres estocadas certeras y profundas, fueron lo único necesario para que ambos alcanzarán el cielo en poco tiempo, derramándose en el otro. Uno en el abdomen marcado y blancusco, y el otro en el estrecho y cálido interior de su amado.
Abrazados y jadeantes, se recuperaron de la inminente sensación por un par de minutos, sin separarse aún, hasta que ambos se encontraron respirando a un ritmo no mortal.
El menor se recostó en las sedosas sábanas con aroma a canela y rosas, llevando consigo el cuerpo tembloroso y aún jadeante del castaño que no dudó en aferrarse a su torso cuál garrapata..
Salió con cuidado de él, recibiendo sonriente el quejido inconforme que este dejó escapar. Cuando el mayor se acomodó correctamente en su pecho y enredó sus piernas con las propias, el azabache los arropó a ambos con la suave tela para evitar el frío de la noche que ya comenzaba a invadirlos al disiparse la bruma caliente en la que estaban envueltos hace segundos.
Jungkook creyó que Taehyung ya había sido vencido por el cansancio y se había dejado raptar por Morfeo, supó que no era así cuando las traviesas y juguetonas manos de este comenzaron a acariciar sus abdominales con parsimonia, delineando con aquellos finos dedos cada cuadrado de los ocho que habían allí para después desviarse hacia sus pectorales dónde tocaba y amasada deleitado mordiéndose los labios.
Un jadeó placentero se le escapó al pálido.
── N-No hagas eso.
El contrario lo miró con una sonrisa maliciosa.
── Es tu culpa por tener un cuerpo tan perfecto que me provoca a cada segundo ──Recriminó con un dulce puchero en sus acorazonados labios.
Jungkook rió y negó en desacuerdo.
── El único perfecto aquí eres tú ──Sentenció tomando el rostro del otro con ambas manos para apretar levemente sus mejillas y depositar un casto beso en sus labios antes de soltarlo, sin dejar de acariciar uno de sus pómulos con los nudillos.
Taehyung sin duda sobrepasaba todos los límites de su imaginación. Era irreal tal y como un ángel.
Admiró aquel rostro que sin dudas era la verdadera definición de perfecto, y con su pulgar repasó cada línea suavemente: Los ojos afilados y cautivadores, la nariz respingada y redóndita, sus labios rellenos y acorazonados, y un menton definido y varonil en contraste con esos preciosos lunares que juntos parecían formar una constelación de estrellas única.
Hubiese suspirando como el tonto enamorado que era ante tal imagen perfecta, si no fuera porque un sentimiento repentino de melancolía lo invadió primero al conectar sus miradas.
── Perdóname ──Murmuró de repente lastimero.
Las cejas oscuras y definidas se fruncieron en confusión al escucharlo.
── ¿Por qué debo perdonarte?
── No debí dejarte ir, nunca debí permitir que llegarás a esa necesidad de alejarte de mi para estar en paz.
La confusión de Taehyung pasó a ser aún mayor ante aquello.
── Pero si no me he ido tonto, aquí estoy ──Reprendió con dulzura, acariciando de igual manera su mejilla y dejando un casto beso en sus labios. ── No me he ido y no me iré por qué lo que más deseó es poder estar a tu lado siempre. Tú eres mi paz, Kook ──Le dedicó una sonrisa cálida y amorosa.
El abrumo se volvió más notorio en el joven.
── SoHee...
Ambos fruncieron el ceño ante la mención de aquel nombre.
Jungkook no entendía muy bien porqué su boca simplemente soltaba aquellas palabras sin un claro contexto, ni siquiera una razón lógica. Parecía como si simplemente su corazón le gritará que dijera todo eso, aúnque su cabeza no entendía el porqué.
── ¿SoHee? ──Se alejó confundido el mayor. ── ¿No es tu amiga de infancia con las que tus padres te emparejan desde que tienes memoria? ──Hizo una mueca de desagrado puro. ── ¿Qué pasa con ella, Jeon? ──Cruzó sus brazos, notablemente descontento.
Jungkook se sentó, aún con la incertidumbre y poca claridad de esas palabras incoherentes, y el incómodo sentimiento de pérdida y dolor que de repente lo había atacado.
── Nada... ──Balbuceo confundido frunciendo el ceño. ──Realmente no sé porqué la mencioné, no hablo con ella desde que se fue a estudiar a Nueva York hace casi un año.
Al ver la clara expresión perdida y confusa del menor, Taehyung relajó un poco su cuerpo y sonrió dulcemente.
── Ay cariño, seguro ya estás delirando por la falta de sueño, es tarde y tienes que ir con tu padre temprano, mejor vamos a dormir.
Jungkook asintió aturdido, dejándose acostar por el mayor y aceptando gustoso el cuerpo acurrucado de este.
── Te amo, Tae ──Confesó con más sentimentalismo del normal aferrandosus brazos al menudo cuerpo que también se negaba a sioktarlo.
El nombrado levantó su rostro y le sonrió en respuesta acariciando su nariz.
── Yo más, conejito.
Sellaron aquella confesión con un lento y dulce beso. Uno que poco a poco fue ganando deseo y mezclando mil sentimientos.
Jungkook tomó de nuevo la cintura del mayor y lo acomodó en su regazo para besarlo con más firmeza y dominancia. El moreno jadeó sonriendo en medio del encuentro.
── Mhh... Tramposo... solo hiciste todo esto para una segunda ronda ──Recriminó encima de los labios ajenos que solo se expandieron en una sonrisa traviesa.
── No necesariamente... ──Dió una succion al belfo inferior antes de separarse con la malicia brillando en su expresión. ── Pero, ahora que lo mencionas, me parece una idea mucho más interesante que dormir sinceramente.
Solo pudieron compartir una sonrisa de complicidad antes de que Jungkook se abalanzará hacia Taehyung para tomarlo en sus brazos y ponerlo de nuevo contra el colchón bajo su cuerpo, sacándole una risa juguetona a este.
Intentando borrar el sentimiento de incomodidad de su pecho, el azabache se centró en iniciar un recorrido de besos en el cuello canela, y sus dedos se ocuparon en acariciar y retorcer las protuberancias marrones en el pecho de este, dando inicio a los gemidos suaves de su parte.
Entre besos hambrientros y trazos húmedos de su lengua, descendió por el abdomen plano del mismo con destino a su deseada recompensa.
El mayor gemia quedito ante cada electrisante toque en su cuerpo.
Pasó por su pecho, su abdomen, hasta la línea de bellos diminutos que formaban una V indicándole el camino a la gloria.
Y entonces...
Despertó.
Agitado, con el rostro sudoroso, las manos hormigueantes aún del tacto que tan real se había sentido, el corazón retumbante y una molesta ereccion entre sus pantalones de pijama.
Ese sentimiento de tristeza y pérdida se volvió aún más grande al regresar a la realidad. Al darse cuenta de su soledad.
Él no estaba ahí, no lo había besado ni acariciado como tanto anhelaba y mucho menos habían acabado de hacer el amor como tanto deseaba.
Aturdido y aún sumido en las sensaciones de ese vívido sueño, giró su rostro para revisar la hora en el reloj de su mesa de noche.
2:50 A. M.
Suspiró y se restregó el rostro en un intento por despertar completamente de su agridulce fantasía.
Fantasía que en realidad era un recuerdo. Uno distorsionado por lo que su corazón deseaba en el presente, pero un recuerdo a fin de cuentas...
Aquello había ocurrido finalizando el primer año de su relación. Estaban en su antiguo pent-house ──que claramente pertenecía a sus padres──. Recuerda feliz como hicieron el amor durante toda la noche, y la mañana y tarde siguiente a esa se la pasaron juntos, jugando videojuegos y viendo películas cursis de romance clasicas que Taehyung le obligaba a ver al usar sus ojitos de cachorro y sus besos dulces a los que nunca se podía negar.
Fue justo antes del huracán desastroso que se avecinaba a su vida.
Cómo la reunión con su padre a la que no fue y las llamadas insistentes del mismo que esa tarde ignoró. Todo era para comunicarle el regreso de SoHee y el inmenso negocio que habían cerrado con los Han del que sin saberlo había sido participe.
Fue en uno de los tantos fines de semana que le podía dedicar a su precioso chico.
Y ese pensamiento rebotó en su mente con más fuerza que nunca. Allí notó uno de sus tantos errores: Él solo le dedicaba dos míseros días a la semana, cuando Taehyung realmente merecía toda su atención y amor los siete días, cada segundo y cada minuto de su vida.
Irónico que hasta ahora si estuviese cumpliendo con ello, aunque había tenido que ser sacudido fuertemente para hacerlo.
Respiró profundo saliendo de su mundo, y se levantó de la cama para caminar hacía la cocina, pareciendo un alma penando entre la oscuridad silenciosa y la soledad aterradora del pequeño lugar.
Se sirvió un vaso de agua fria y se lo bebió de un tirón deseando que eso fuera suficiente para terminar con su... problema, pero las imágenes de la piel canela, perlada y suave, y los gemidos casi reales y expresivos, lo atacaron de nuevo esfumando ese deseo para afirmar aún más su molestia.
Estaba más duro que una roca con un simple recuerdo.
Gruñó.
No tuvo más remedio que optar por una ducha relajante de agua fria que le ayudará.
De verdad necesitaba recuperarlo pronto, estas situaciones ya lo estaban desesperando, llevándolo a muy poco de la locura.
Lo necesito de vuelta...
Con la mente perdida y su cuerpo rígido por el cansancio y la tensión de los últimos días, Jungkook apuró el pasó lento y calmado con el que había iniciado su recorrido hace unos diez minutos.
Después de su distorsionado sueño ──o tal vez, alucinación──, no había podido volver a dormir tranquilamente pues los recuerdos y pensamientos se habían encargado de mantenerlo despierto e inquieto por el resto de madrugada.
Los días corrían más de prisa de lo que deseaba, el tiempo se agotaba y el temido lunes cada vez parecía estar terriblemente más cerca.
Luego de sus fallidoos intentos de los días anteriores, su confianza había disminuido bastante y el ánimo con el que había iniciado su emocionante semana, también parecía ir en picada cada vez más.
Bufó con pisadas molestas y apresuradas.
No se quería dar por vencido pero la actitud de Taehyung consigo era muy poco alentadora y a la vez confusa. Parecía no querer verlo nunca más pero al mismo tiempo su cuerpo y gestos decían otra cosa, volviéndolo todo más complejo para él.
Estaba convencido que aún había una chispa entre ellos, aún había algo que los envolvía al estar en el mismo espacio y su encuentro en la lavanderia se lo confirmaba, al igual que la mirada brillante que notó en él; y eso era lo qué lo hacía aferrarse con fuerza a esa mínima esperanza.
Por eso es que aunque todo parecía ir en contra, y aunque la primera derrota de su vida parecía asomarse insistentemente, se negaba rotundamente a rendirse. Nunca había desistido en nada, y esta vez no iba a ser la excepción, no cuando quien estaba en juego era Taehyung, su amor y lo que este significaba, no cuando había dejado tanto por él y cuando estaba dispuesto a dejar y cambiar mucho más solo para él.
Taehyung significaba todo para Jungkook, y perderlo lo hacía aún más, en todos los aspectos negativos que eso significaba.
Le debía tanto, de mil maneras inexplicables...
Por eso es que tan pronto creyó que era una hora prudente para salir sin poner en riesgo su vida; emprendió camino hacía la estación de metro con la esperanza de poder volver a alcanzarlo allí y decirle todo de una buena vez, sin guardarse absolutamente nada como debió hacer desde un inicio.
Una mueca inconforme apareció en su rostro al darse cuenta que si hubiera tomado su amada motocicleta se habría ahorrado mucho tiempo y todo el típico descontrol de las calles en las mañanas. Lo único bueno es que la estación no quedaba a más de quince minutos de su casa, y por suerte su condición física era buena para soportar tal caminata
Ignorando el monstruoso sonido de su estómago suplicante de comida y molesto por la terrible decisión que tomó al saltarse su desayuno; suspiró y apresuró el paso al divisar a lo lejos su destino.
Pero el sonido y la vibración de su celular en el bolsillo de su chaqueta, detuvo su paso nuevamente. Sacó el aparato ansioso y leyó rápidamente los mensajes recién llegados:
~ Jimin:
Lamento responder hasta ahora pero estaba con Gigi ;)
Olvide decirte que Tae ya no está en mi casa. Regresó ayer en la noche a su apartamento diciendo que ya se sentía listo para volver y que a parte tenía que empacar y dejarlo todo listo.
Y... no quiero asustarte Kookie pero, vi qué ya compró su boleto de avión y su vuelo sale el lunes a primera hora :/
Jungkook resopló como niño haciendo pataleta al leer ese mensaje. Ignoró las miradas curiosas y de ternura de unas cuantas señoras que pasaron a su lado y con el ceño fruncido y un puchero irritado siguió leyendo los mensajes restantes.
Tal y cómo creíamos, solo tienes hasta el domingo amigo :(
Por favor Kook, has las cosas bien y no permitas que se vaya. No lo perdamos TT :"(
No me creo capaz de vivir sin mi mejor amigo a mi lado.
Yo tampoco creo poder vivir sin él...
Su sincera confesion interna fue interrumpida por un nuevo mensaje del rubio.
Solo por eso, te voy a ayudar con un útil dato ;)
Las clases de hoy fueron canceladas por una reunión administrativa del comité de la universidad...
Conociéndolo, va a estar muy ocupado con su maleta y seguro se va a saltar sus comidas, además que dudo que allí haya algo comestible de verdad >< . Así qué, ¿Por qué no le llevas algo o lo invitas a alguna parte bonita y conversan? ;D
Sé que dijo que no quiere que vayas a su casa, y justo por eso vivió conmigo este tiempo, peeerooo, casos desesperados requieren medidas desesperadas ^^
Con una sonrisa animada y emocionado por el acertado plan que su amigo le había propuesto; Contestó con un simple pero sincero "Gracias otra vez, Jiminshi" y guardó de inmediato su celular para cambiar de ruta.
Por suerte el apartamento de Taehyung no quedaba muy lejos del suyo. Solo tendría que caminar un par de calles de vuelta y rogar a todos los santos que este le permitiera la entrada y no le tirará la puerta en las narices.
Cuando solo quedaba una calle para llegar a la casa del castaño, los nervios y la ansiedad estaban desbordando de cada uno de sus poros.
Lo único que tenía claro es qué llegaría con una sonrisa de las que ──según su madre──, eran dulces, y lo invitaría a almorzar a su restaurante favorito, esperando que el hambre fuera su mayor aliado esta vez.
Y si eso no funcionaba, recurriria de nuevo a la opción desesperada: rogar con insistencia por un si, al igual que un niño queriendo subirse a los juegos del parque, como cuando tenía seis años.
Si, así de desesperado estaba...
Se burló de si mismo ante ese pensamiento y caminó con más entusiasmo.
A pesar de encontrarse un poco ensimismado en su caminata, su ojo fue lo suficientemente audaz para reconocer a lo lejos una silueta conocida. Cruzando la esquina pudo divisar a Taehyung acompañado de un chico al que no reconoció, o tal vez ni siquiera se esforzó en hacerlo.
Ambos conversaban de forma animada mientras veían un papel. La forma en como Taehyung reía cómodo y el chico despeinaba juguetonamente su cabello, le irritó en demasía al joven espectador de tan bonita escena.
Frunció el ceño y apretó sus puños sintiendo los celos invadirlo.
Sin perder tiempo, y con la sangre burbujeante de celos, trotó intentando alcanzar al castaño, pero el ánimo con el que aquel par caminaban y hablaban risueños perdiéndose entre la multitud de gente que para su desgracia abordaban esa mañana las calles; estaban yendo de nuevo en su contra.
Resopló y apresuró el paso, esquivando cuerpos y objetos con tanta agilidad como su cuerpo le permitió...
── ¡Tae! ──Llamó por lo alto intentando ser escuchado, pero fue en vano.
La distancia cada vez era más grande y el bullicio de los autos y transeúntes eran sus claros enemigos en su lucha por captar la atención del mayor.
── ¡Taehyung! ──Volvió a intentarlo, agitado, casi corriendo para llegar hasta él.
La pareja de jóvenes alegres, nuevamente ignoraron su llamado, cruzando otra calle y alargando los tortuosos metros que los separaban.
── ¡Kim Taehyung! ──Insistió otra vez con más fuerza pero nuevamente falló.
Resopló y retomó el trote con el ceño fruncido y la mirada fija y disgustada en aquella pareja frente a él. Tuvo que detener su andar cuando una avenida muy transitada se atravesó en su camino.
Soltó un quejido mirando al cielo en reproche con esa divinidad que parecía castigarlo diarios al ponerle tantos obstáculos. Se lo merecía, lo sabía, pero una ayuda en vez de más trabas sería lo ideal en su situación.
Pataleó en su lugar impaciente al ver que el semáforo parecía tampoco estar de su lado al no ponerse en rojo. Mientras esperaba, divisó un puesto ambulante de flores a su costado y sonrió cuando se le cruzó una idea.
Dos calles.
¿Desde cuando la casa de Taehyung se hacía tan eterna e inalcanzable?
Debió ser por esa desagradable sensación de haber tenido que perseguirlo a metros, yendo contra todo sin poder alcanzarlo mientras desde lo lejos lo veía muy animado con su acompañante, lo que la provocaba.
Resopló y llevó la mirada al inmenso ramo de girasoles en su mano e inhaló su aroma para intentar relajarse.
Por fortuna ya estaba a pocos pasos de su casa, y esperaba que solo por esta vez esa divinidad que lo odiaba, estuviese de su lado y el castaño se encontrara allí y no hubieran tomado otro rumbo cuando los perdió una calle atrás.
Aúnque lo dudaba porque la vida no parecía estar para nada de su lado últimamente...
Puchereó y siguió caminando cabizbajo y con la vista perdida.
Esbozó una sonrisa al percibir el aroma delicado y hermoso de las flores, y al recordar una preciosa sonrisa rectangular aparecer cada que veía una de ellas.
Al pasar la calle y por estar enfrascado en sus pensamientos melancólicos, el claxón de un auto lo sorprendió provocando que de la impresión tropezara y por poco callera de cara al pavimento.
Por fortuna sus reflejos fueron más eficientes y alcanzó a sostenerse quedando en cunclillas y aferrándose al ramo para evitar que este se estropeara.
Gruñó al sentir un crujido doloroso en la muñeca que amortiguó su caída.
Con la respiración agitada por el terrible hecho de casi ser atropellado, se levantó en el momento en que el claxón del auto empezó a ser más insistente y los insultos de su conductor a ser más fuertes y agresivos.
Ignoró los alaridos furicos del hombre y las miradas de preocupación que varios espectadores del incidente le dedicaron y como también varios de ellos se intentaron acercar para comprobar su estado; aturdido aún, se levantó rápidamente para seguir su camino, con el cuerpo temblorosos, el corazón acelerado y una mueca incómoda en su rostro por el leve pero insistente dolor que se instaló en su muñeca izquierda.
── Tete de verdad, no te preocupes, ya podremos dividir los gastos luego, por ahora deja que yo pague el primer mes de arriendo ¿Si? ──Sonrió, acariciando el hombro del castaño.
El ceño de Jungkook se frunció con dureza y su agarré al ramo se afianzó como si las pobres flores fueran las culpables de su furia al presenciar dicha escena.
Y entonces, reconoció al idiota dueño de esa sonrisa de anuncio para pasta dental y voz estúpidamente perfecta de locutor, quién se estaba atreviendo a tocar a su chico.
Park BoGum...
El idiota e irritantemente perfecto compañero de curso de Tae, quien siempre le estaba coqueteando descaradamente.
Jungkook bufó acercándose a ellos con paso molesto y casi escandaloso.
── ¿Arriendo?, ¿Por qué este idiota está hablando de un arriendo Tae?
El nombrado se giró a mirarlo confuso, frunciendo el ceño al verlo allí y con esa expresión de querer matar a Bogum en cualquier instante.
Taehyung suspiró con fuerza, rogando por paciencia para no ser él quién golpee a cierto pelinegro de sonrisa bonita, ondas y cuerpo de muerte.
── ¿Qué haces aquí, Jungkook?, te dije que no quería que vinieras a mi casa ── Le recordó con notable enfado.
── Técnicamente estamos fuera de tu casa y esto es territorio público, bonito ──Le guiñó un ojo, haciendo rodar los negros del otro con molestia. ── Ahora respondeme, ¿Por qué carajos hablan de arriendos?
── Hola para ti también, Jungkook ──Saludó risueño el acompañante del mayor detrás de este.
El nombrado lo ignoró felizmente.
── Creo que yo ya no tengo porqué darte explicaciones a ti de lo que hago o dejo de hacer ──Replicó el castaño cruzandose de brazos con disgusto.
El azabache quiso replicar indignado, pero la intromisión de cierto otro pelinegro se lo impidió.
── Oh, pero Tete, ¿Que hay de malo en contarle a Jungkookie que seremos compañeros de piso en Daegu? ──Comentó con una sonrisa irritantemente alegre a ojos del menor. ── Nos aceptaron en la misma universidad, ¿Puedes creerlo, Kook?, ¿No es genial?
Taehyung juró haber escuchado a un Rottweiler gruñir en vez de a su ex novio. Y es que eso parecía Jungkook en ese instante, un perro rabioso a punto de atacar.
── ¿Vas a vivir con este? ──Miró con desdén al tercero.
── Si, Bogum será mi compañero de piso pero creo que eso ya no te incumbe ──Reiteró el mayor. ── Ni siquiera deberías estar aquí, lo mejor es que te vayas.
── No me voy a ir ──Se negó con severidad. ── Vine a traerte esto... ──Extendió el ramo de girasoles ya un poco maltratado──, y a invitarte a almorzar para que podamos hablar con más calma, creo que merecemos esa charla Taehyung.
El castaño apreció el ramo con un poco de recelo durante algunos segundos antes de soltar un suspiro resignado y tomarlo con desgana.
── Te lo agradezco, están muy bonitas ──Miró levemente las flores──, pero voy a tener que rechazar la invitación, porque Bogumie y yo aún tenemos cosas por organizar para el viaje, lo lamento.
── No, Taehy...
── Adiós, Jungkook ──Lo interrumpió el mayor, antes de alejarse sin darle más oportunidad de hablar al nívea. ── Vamos, Bogumie.
── Tae... ──Intentó detenerlo una vez más.
Nuevamente fue en vano pues el mayor se adentró rápidamente a su edificio. Bogum por su parte sólo le dedicó una leve sonrisa que Jungkook detestó y quisó borrar de un puñetazo antes de verlo ir detrás de Taehyung.
Gruñó y golpeó inconscientemente la pared con su mano lastimada aumentando el dolor que provocó muecas de su parte.
Definitivamente la vida le estaba cobrando sus malos actos, y lo odiaba.
Pero el no iba a desistir tan fácil, no señor...
── Taehyungnie, ¿Me estás escuchando?
Al captar el tono levemente más fuerte del contrario, el moreno despegó por fin la vista de los ya deshojados girasoles que no había dejado de ver hace minutos y miró por fin al pelinegro a su lado.
Hizo una mueca de disculpa.
── No, la verdad no, lo siento Bogumie ──Sonrió casi forzado. ── ¿Qué me decías?
Este suspiró y negó dándole una sonrisa dulce de comprensión.
── Nada demasiado importante, no te preocupes. Mejor salgamos que ya llegamos a tu piso.
Al darse cuenta de que era cierto y que por su distracción aún no dejaban el elevador, le dedicó una mirada avergonzado al contrario antes de salir seguido por este.
── Creo que no estas de ánimo para seguir hablando del viaje, así que mejor te llamo mañana para terminar de acordar todo...
── Si, gracias por entenderlo, la verdad es que ahora tengo la cabeza en otro sitio... lo siento, Bogumie.
── No te preocupes, lo entiendo Tete, es claro que tu cabeza... y tu corazón, están en otra parte ──Sonrió comprensivo.
Taehyung intentó negar aquella sabía afirmación de su amigo, pero el sonido de su celular lo interrumpió justo en ese instante. Como si esa fuera su salida de emergencia que lo salvaba de morir ahogado, sacó el aparato con apuro y revisó quien era su salvavidas.
Frunció el ceño al ver que era una llamada de Namjoon. Él nunca lo llamaba a menos que fuera algo urgente, pues siempre prefería los mensajes de texto o decirle las cosas en persona tan pronto llegará a su trabajo.
Cuando el pelinegro le permitió contestar a través de un gesto, este sonrió, entre agradecido y apenado, y se dedicó a contestar.
── ¿Hola?
── Tae, ¿Dónde estás?
── En mi casa Hyung, ¿Por qué?, ¿Pasó algo?
── Si... No, bueno no a mi directamente ──Suspiró con nerviosismo el mayor de ambos. Taehyung frunció el ceño── Jin acaba de llamarme... Es Jungkook, parece que... sufrió un accidente.
La sangre abandonó su cuerpo, sus manos se helaron aferrándose al celular y a las flores como si estos fuera a evitar que desfalleciera allí mismo.
── ¿Q-Que?... ¿Cua-ndo?, ¿D-Donde?, ¿Cómo está él, Hyung?
Cuando Bogum notó a Taehyung temblar y vio sus ojos cristalizarse, se acercó a él con preocupación, pero fue en vano pues este comenzó a caminar ansioso de un lado a otro.
── No sé todos los detalles realmente, Jin solo me dijo que iba en la ambulancia, creo que fue a dos cuadras de tu casa, tal...
Taehyung no quiso escuchar más y cortó de inmediato la llamada con manos temblorosas.
Bogum le dijo algo e intentó acercarse de nuevo pero tampoco le hizo caso. Sin pensar en nada más, se apuró a correr hacía las escaleras y bajar a toda velocidad por ellas, importandole poco los cuatro pisos por los que tendría que pasar.
En su mente sólo se repetían tres tortuosas palabras:
Jungkook.
Accidente.
Muerte.
Y por primera vez sintió mucho miedo.
Aferrado aún a las flores como si aquellas fueran su única fuente de esperanza, Taehyung corrió por las calles con la angustia en su pecho y las lágrimas bañando su rostro.
Se odió a sí mismo por no haberlo escuchado, por no haber aceptado que hablaran correctamente.
Por ser egoísta y querer protegerse...
Por no hacerle caso a su corazón cuando este le gritaba que le diera una oportunidad de defenderse a Jungkook. Se arrepintió de no haberlo besado como quiso hacerlo cuando lo vio llegar con sus flores favoritas, el puchero tierno de molestia y la ropa desarreglada y algo llena de tierra.
Jungkook quería demostrarle que estaba cambiando y él simplemente se lo negó por cobardía, por ese temor constante que tenía de salir otra vez lastimado.
¿Y si ya nunca tendría oportunidad de escucharlo?
Su corazón dolió y sus lágrimas salieron con más fuerza ante ese horroroso pensamiento.
Apresuró el pasó y cruzó la calle con rapidez, aprovechando la soledad de esta. Había caminado dos calles en menos de cinco minutos y su cuerpo se lo estaba recordando, pero no le importó. No le importó el dolor de sus piernas por la fuerza con la que corrió, no le importó su respiración irregular y estar casi hiperventilando por el llanto.
Nada importaba más en ese instante que asegurarse que su idiota pero hermoso ex novio estuviese sano y salvo, pero sobre todo: vivo.
Su cuerpo tembló entre el alivio y el miedo cuando notó una ambulancia al final de la calle.
Tragó saliva con panico y corrió hacía allí.
── ¡Jungkook!
Sintió el alma volver a su cuerpo cuando lo vio sentado en una camilla sin ningún rastro de sangre o rasguño en su cuerpo, siendo atendido por Jin.
De inmediato el nombrado se giró a mirarlo con una sonrisa que en ese momento lo fue todo para Taehyung.
── ¡Dios mio, gracias al cielo estás bien!, me asusté mucho ──Confesó entre lagrimas tan pronto llegó a su lado, abrazándolo sin importarle nada más.
── Tranquilo bonito, estoy bien ──Lo calmó el menor, acariciando su espalda con su mano libre.
── Claro que está bien, si el auto ni si quiera lo tocó ──Intervino el mayor de ambos con voz de reproche y una mirada de desapruebo para el pelinegro.
── ¿Q-Qué? ──Se separó confuso el castaño frunciendo el ceño, desviando la vista de la mano del menor que estaba siendo vendada, a su Hyung que cumplía con su trabajo de mala manera.
── Que este mocoso es un exagerado e inconsciente que nos preocupó y me hizo traer una ambulancia que alguien más si podría necesitar, para nada ──Reprendió apretando el vendaje a propósito para sacarle un quejido al jovensito.
── ¡Auch!, ¡Pero por poco si me atropella!
── ¡La gente dijo que el auto estaba a más de un metro tuyo y el supuesto accidente fue hace más de quince minutos, Jungkook!
── ¿Entonces no hubo ningún accidente? ──Inquirió molesto el castaño.
── ¡Si hubo, por poco me atropellan!
── ¡Pero no lo hicieron, niño dramático! ──Regañó Jin. ── Tranquilo Tae, este mocoso está en perfecto estado para desgracia nuestra ──Miró de mala forma al palido quien hacía una mueca de enfado al ser descubierto. ── Según la gente que lo vio, no ocurrió nada muy grave, solo se tropezó por la impresión que le causó el pitido del auto y al hacerlo cayó y se esguinzó la muñeca. No hubo dañó o lesión más grave que eso y como ya le dije, eso pudo ser atendido en un hospital sin necesidad de hacer todo este escándalo.
La ira fue lo que ahora invadió a Taehyung.
Enfadado, le tiró las flores en el pecho al pelinegro y lo miró con toda la furia que tenía en ese instante, limpiando sus lágrimas con molestia.
── Sabía que eras un imbecil Jungkook, pero no a este nivel ──Gruñó. ── ¡¿Que clase de inconsciente eres para jugar así con algo tan serio?! ¡De verdad nos preocupaste a todos!
── ¿En serio te preocupaste por mi, bonito? ──Dijo con una sonrisa cínica.
El castaño negó molesto.
── Dios... De verdad, ¡Vete a la mierda! ──Gritó antes de alejarse con paso rápido y molesto.
Jungkook quiso detenerlo pero cuando intentó levantarse un tirón a propósito en su muñeca lo detuvo, sacándole una expresión de verdadero dolor.
── Si ya armaste todo este showsito y me hiciste venir hasta aquí, por lo menos déjame terminar mi trabajo y afronta las consecuencias de tus actos ──Regañó con severidad y total seriedad el mayor terminando de acomodar la venda.
Jungkook lo miró enfadado al no dejarlo ir tras el castaño, pero se tragó su reproche y simplemente resopló, golpeando levemente la camilla con su mano libre.
Tal vez se había pasado un poco con su plan para ganar la atención de Taehyung...
Después de un par de minutos escuchando los reclamos de Jin, mientras terminaba de vendar su mano y le daba todas las indicaciones necesarias para su recuperación; en cuanto el mayor terminó su labor, tomó las flores de nuevo y corrió tras el castaño.
Por suerte lo logró alcanzar a los pocos minutos, aunque por más que lo llamó este nunca detuvo su caminar o se giró a verlo. Así que decidió simplemente seguirlo en silencio y dándole su espacio.
Pero claramente la paciencia no era una de sus virtudes tampoco...
── Tae... ──Lo llamó con voz quejosa. ── Ya háblame, insultame o lo que quieras, de verdad lo lamento, yo no pensé que...
── Ese es el problema Jungkook ──Respondió con dureza, deteniendo por fin su paso y encarandolo. ── ¡No mides las consecuencias de tus actos y lo tomas todo como un juego o una maldita broma, y la vida no es así, tienes que entender que cada acto tiene una consecuencia y que los sentimientos de las personas no son tu puto juguete!, ¡Ya madura!
Jungkook se sintió ofendido pero no protestó porque tal vez en el fondo sabía que él tenía la razón. Aún le faltaba madurar en muchos aspectos, pero estaba intentando de verdad hacerlo, simplemente a veces sus instintos eran más fuertes...
── Se qué estuvo mal, pero en parte no fue una completa mentira, si me accidenté y me estaba doliendo la muñeca como el puto infierno, por eso llamé a Jin ──Se defendió con un puchero enfadado, observando su mano vendada. El castaño resopló incrédulo ante eso con su vista al frente y su paso pesado. ── Aúnque no se compara con lo qué me dolió tu desplante ni como preferiste a ese idiota antes de escucharme a mi.
── Tal vez lo hice porque Bogum no me miente con cada cosa que dice o hace ──Recriminó en un murmuro frío y dolido.
── ¡¿Cómo carajos puedes saber si miento o no, cuando ni siquiera me das una oportunidad real para defenderme?! ──Ahora el dolido fue Jungkook. ── Solo te estoy pidiendo que me escuches, una vez, sin reproches ni reclamos, sin evasivas, escuchando mis razones y lo que quiero y pienso ahora...
── ¡Estoy cansado de las palabras! ──Se giró a verlo el mayor, interrumpiendolo de nuevo. ── Estoy cansado de escuchar solo frases que mueren ahí. Necesito más que eso para poder volver a confiar en ti ──Murmuró con voz rota. ── Necesito actos reales que me demuestren más que tus discursos de arrepentimiento que solo nos llevan a lo mismo una y otra vez.
── Ok, pero entonces ahora soy yo quien necesita una respuesta, Si lo hago, si lo intento de la forma que quieres, ¿Me vas a permitir hacerlo sin salir huyendo de mi a cada intento? ──Preguntó en casi un susurro herido.
Ambos se quedaron mirándose de forma intensa durante unos segundos, con la respiración acelerada por la adrenalina del momento, y varias miradas curiosas de los transeúntes a su alrededor.
── Tres días ──Suspiró pesado. ── Es todo lo que te queda Jungkook... ──Advirtió en un murmuro bajo y temeroso. ── Gracias por las flores otra vez ──Dijo arrebatandoselas con delicadeza, para después alejarse con paso rápido.
Y allí en medio de la calle, después de su mañana llena de altibajos y desbordante de emociones; una chispa de esperanza creció de nuevo en el interior de Jungkook y con ella su sonrisa sincera.
Daría todo de sí en aquellos últimos tres días, pues después de ellos ya no habrían más oportunidades.
7: To Be Continue...
Dios mio, capítulo de montaña rusa jsjsjs largo y lleno de emociones 👀🕴🏻
Bueno, no tengo mucho por decir porque creo que ya el cap dice mucho jsjs, así que para no extenderme más solo les digo que espero leer todas sus reacciones/opiniones y teorías acerca de este cap y de lo que viene, porque eso me hace muy feliz y me anima a continuar con la historia ♥️🥺
Feliz cumpleaños a nuestro Kookie y escuchen mucho Seven en su honor 💜✨️
Los veo en el próximo capítulo y mil gracias por el apoyo y amor como siempre, lxs amo 💕🫶🏻🥺💜✨️💚
7 :: VanTTGirl.
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