Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

7 ▪︎ S U N D A Y •

¡Beep Beep, Beep Beep!

Por décima vez el molesto sonido, retumbó en su cabeza. Con un gruñido y un nuevo manotazo desganado apagó el irritable aparato.

Se giró dándole la espalda al odioso despertador y se cubrió por completo con las sábanas para así intentar ignorar los fastidiosos y potentes rayos del sol que se colaban por su ventana y le daban directamente en el rostro, interrumpiendo su intento de invernacion.

Pasaron aproximadamente diez minutos entre vueltas sobre su acolchada cama, apretando sus parpados con molestia para intentar volver a dormir, pero desdichadamente, no lo logró.

Con un resoplido enojado, se deshizo de las mantas y se sentó en su cama con la espalda pegada al respaldo y su mirada perdida sobre la columna vacía que separaba su improvisada habitación del mini salón principal. No supó realmente por cuanto tiempo estuvo perdido en esa pared y sus propios pensamientos, hasta que inconscientemente sus manos tomaron su celular de algún lugar entre las sábanas para revisar la hora y el día:

Domingo, 3:30 P. M.

Su estómago por puro instinto de supervivencia gruñó al ser consciente de la hora y de las dos importantes comidas que se había saltado. Sin embargo, no le dio importancia. En cambio, un prominente puchero se formó en su rostro con la vista fija en la pantalla.

Horas.

Tan solo quedaban unas escasas horas para que el amor de su vida se alejará para siempre de él, y por más que lo quiso, no lo pudo evitar...

Su primera, más grande y dolorosa derrota en la vida, le había llegado como un puñetazo de realidad en el rostro y era más desolador de lo que habia imaginado.

Lo intentó todo, o al menos todo lo que estuvo en sus manos, pero inevitablemente falló. Y en el fondo sabía que lo merecía y que tal vez siempre había sido obvio como terminaría ese absurdo plan de intentar sanar mil heridas, enmendar cientos de errores y reparar un corazón destrozado en simplemente siete días.

Se sentía, no, definitivamente era un completo y desgraciado idiota.

Ilusamente creyó que lo podría hacer. Que como bien decían: con amor todo era posible... pero de nuevo, fue un soñador. No podías reparar un jarrón roto por más dedicación y buen pegamento que pongas; No era así de sencillo y lo había aprendido a fuerzas.

Suspiró con pesadez desbloqueando el aparato.

Hasta el día anterior seguía teniendo esa mínima esperanza que con los días se desvanecia poco a poco, hasta el momento dónde se encontraban riendo y hablando sobre ese sofá como en los viejos tiempos, la conservó. Justo antes de atreverse a sincerarse con él, ese brillo en los oscuros ojos del otro le daban silenciosamente esa fuerza para decirle todo lo que sentía desde que habían terminado, ese destello de esperanza en el que había decidido confiar, fue su mayor motivación para hacerlo, pero, aparentemente una vez más, solo estaba viendo desde su anhelo.

Otra vez estaba alucinando y fantaseando cosas que no eran reales y que desgraciadamente ya no sucederian por más que las deseará.

Cuando Taehyung se alejó de él con las lágrimas en su rostro y esa expresión de dolor, casi angustiante, como si su simple cercanía lo lastimara, lo entendió. Por primera vez comprendió y aceptó con resignación su gran y merecida derrota.

Con un suspiro entrecortado deslizó un par de veces la pantalla de su celular y sin darse cuenta, ya se encontraba presionando en su galería de fotos. Recostó con desgana su cabeza sobre el acolchado respaldo y no fue necesario bajar mucho en la aplicación para encontrar lo que inconcientemente buscaba, pues realmente era lo único que había allí.

No miró el número de cuantas eran, ni el tiempo de más que tardó analizando cada una de ellas. No era importante, no cuando cada fotografía que conservaba allí revivia un recuerdo en su mente y le daba un pinchazo de culpa y dolor a su corazón.

Llegó a la más antigua de estas, hace exactamente tres años, y con los ojos cristalizados se permitió recordar; Revivir ese preciso momento dónde su vida cobró sentido y cambió por completo.

Aquel dia había llegado de nuevo al país, después de vivir casi toda su preadolecensia en el extranjero, exactamente en Los Angeles. Cinco años que permaneció encerrado en un internado en el que lo habían inscrito sus desnaturalizados padres con la vaga excusa de una educación de primera, un buen futuro y una dosis de disciplina que claramente no tuvo.

Nunca le importó nada realmente. Fue llevado siempre por el ejemplo de unos padres ausentes, con un matrimonio destruido y una vida de apariencias y materialismos; Jungkook nunca se conoció a sí mismo. Sus gustos, sus disgustos, sus metas u deseos en la vida, lo que quería o no en ella. Su juventud se basó en todo lo insano, en vivir la vida de niño rico y caprichoso que le habían enseñado. Una vida llena de excesos nocivos como el alcohol y el sexo desenfrenado.

Desde sus quince años, sus dias se basaban en escapadas del internado para irse a bares y fiestas, gastar su dinero en estupideces, tatuarse, perforarse u acostarse con cualquier persona que estuviese dispuesto para él; Todo en un intento inútil por llenar el vacío con el que había crecido o más bien en un llamado desesperado de atención por mínimo que fuera de esos padres que siempre lo ignoraban.

Por eso, cuando regresó a Corea por un pedido desesperado de su madre que necesitaba hacer bien su papel frente a los posibles nuevos inversionistas de la empresa de su padre; Lo hizo con la ilusión de ser el hijo que estos deseaban, con la meta de cumplir cualquier pedido que estos hicieran para así obtener al menos una pizca de cariño u orgullo de ellos con el cuál pudiera conformarse.

Se creyó un idiota al darse cuenta que nunca iba a ser así, porque ellos solo esperaban tener un muñeco de exhibición y no un hijo. Y como Yoongi por su parte nunca cedió ante ellos, todo recayó en él. El primogénito y dueño del apellido Jeon quien obedecía tontamente con ese incesante deseo de ser aceptado y aunque sea un poco querido.

Jungkook nunca supo que era el amor. Como debía sentirse ni mucho menos como manejarlo. Que estaba bien y qué no, en una relación. Su sexualidad fue incierta toda su vida, o mejor dicho, fue dada por sentada por sus padres y él mismo terminó por hacerlo también.

Era un hombre Heterosexual, como las personas "normales".

O al menos lo era cuando estaba sobrio y se obligaba a olvidar los acostones que tenía con chicos de su universidad en Estados Unidos o con cualquiera de esos desconocidos que se topaba en las fiestas a las que asistía cada fin de semana. Lo era cuando no tenía extraños pensamientos al ver a algún hombre atractivo.

Al cumplir sus diecinueve fue cuando realmente fue consciente de todo aquello, y entonces empezó a considerarse alguien bisexual. O nuevamente, se obligó a serlo por seguir al menos un poco fiel a esos absurdos, arcaicos y homofobicos deseos de sus progenitores quienes siempre habían dejado muy claro que nunca aceptarían tener un hijo gay, por lo desprestigioso, repugnante y sumamente vergonzoso que esto sería para ellos y su apellido.

Sus dedos hicieron zoom a la fotografía con una sonrisa llena de tristeza.

Era gracioso como todo lo que querian sus padres, lo que era o lo que quería ser e incluso más quedó en total duda y dejó de ser importante, al conocer al mejor amigo del nuevo novio de su hermano. Un chico de veintitrés años; risueño, alegre y muy sociable. Castaño, con ondas hermosas, ojos afilados, oscuros y cautivadores, una piel igual de dorada que el dulce caramelo, y una peculiar y preciosa sonrisa rectangular. Dueño de un estilo algo anticuado para su edad y una vibra de artista en todas sus letras.

Un autentico ángel...

No supó como o cuando, pero al conocer a ese chico no solo su sexualidad, si no toda su misma vida se replanteó de inmediato.

Recuerda con algo de vergüenza como al socializar con él y convertirse en su amigo, quedó totalmente embobado, comportándose como un adolescente enamorado y tonto, casi un acosador buscando excusas para verlo, para estar cerca o para si quiera saludarlo a lo largo del día.

Por suerte para él, Taehyung siempre fue alguien con quien era sumamente fácil conectar y caer rendido ante sus encantos a pesar de lo tímido que a veces se podía llegar a mostrar. Y fue así como en poco tiempo terminaron convirtiéndose en amigos bastante cercanos.

Recuerda perfectamente como fue exactamente tres meses después que todo lo que creyó tener controlado, se le salió de las manos en el momento en que se atrevió a besar a ese precioso, arrasador e insuperable hombre, tras una fiesta y unos cuantos tragos.

Allí empezó todo.

Cuando supó que la atracción era mutua, no lo pensó y le propuso una relación sin compromiso ni etiquetas que Taehyung aceptó sin mucha duda. Sin embargo, al pasar el tiempo ambos supieron que lo de ellos iba mucho más allá del sexo o de lo carnal.

Ambos se complementaban muy bien, y pasaban momentos increíbles estando juntos; Jungkook olvidaba todos sus problemas cuando estaba con el mayor. Sus miedos y temores desaparecían y se convertía en un chico feliz y sin preocupaciones que podía pasar horas jugando videojuegos, comiendo, riendo y compitiendo de manera infantil con el chico que le gustaba. Quién podía estar eternidades viéndolo pintar tan concentrado y pacífico, escuchándolo cantar para ayudarlo a dormir o riéndose tontamente al verlo frustrarse tiernamente cuando fallaba en una nota al tocar alguno de los infinitos instrumentos con los que era tan bueno.

Libertad.

Eso significó siempre Taehyung para Jungkook. La libertad de ser él mismo que nunca se le había dado en su vida.

Con Taehyung podía dejar de aparentar y ser realmente quien era: Jungkook, un simple chico que amaba la comida, holgazanear en su casa viendo películas de superheroes o llorando con películas cursis y románticas, fanático de los videojuegos y todo lo referente a la tecnología y la creación de la misma. Un hombre que perdía la cabeza y el corazón mismo cuando un hermoso castaño le sonreía o lo besaba, que adoraba hacerlo suyo y sentirse tan amado como nunca lo fue.

No ese Jeon Jungkook petulante y rico con ropa estúpidamente cara, un peinado perfecto, sonrisa cínica y un ego del tamaño del mar; el supuesto Don Juan con las mujeres que en el fondo buscaba tener una familia tradicional como el digno futuro heredero de la prestigiosa empresa de autos Jeon que se enorgullecia de ser.

No, él no era ese papel ridículo y cliché que sus padres lo habían obligado a encarnar.

Y en el fondo siempre lo supo, pero el miedo al rechazo y al sentirse aún más solo de lo que lo hizo toda su vida, fue lo que lo llevó a cometer sus peores errores después.

Como obligar a Taehyung a ser su novio en secreto, a vivir escondidos mientras él seguía cumpliendo con su papel frente a la sociedad. Pedirle que soportará mientras fingía una relación con su mejor amiga de infancia para complacer un capricho de sus padres y asegurar una fortuna que no les pertenecía. Y sobre todo pedirle esperar de su parte una valentía que nunca se esforzó por tener realmente.

Hasta que Taehyung fue quién nuevamente se encargó de darle una sacudida necesaria a su vida cuando se cansó de todo aquello de lo que era tan poco merecedor...

Una vida que ahora estaba bien, después de muchas dudas, de temores de lágrimas y de pasar por mucho dolor, pero sin él.

Sin su verdadero amor, sin su libertad.

Taehyung era bondadoso y comprensivo, pero sabía cuánto daño le había hecho inconscientemente. Un daño que no tenía porque soportar ni mucho menos revivir...

Y ahora resignado y derrotado, suponía que ese era su castigo por ser un cobarde. Era un precio justo que tendría que pagar para ser libre; perder por consecuencia a quién le había dado luz a su oscura existencia.

Entre lágrimas silenciosas, el pelinegro dejó de nuevo a un lado el aparato, con la última foto que se habian tomado la mañana de ese mismo y fatídico lunes en que todo acabó, con ambos abrazados y acurrucados sobre esa misma cama, ocupando toda la pantalla; volvió a esconderse debajo de las calurosas sábanas, rogando que el tiempo pasará rápido y deseando que este también pudiera calmar su culpa y ayudar a superar a su primer y verdadero amor.

El mismo que ahora sabía que había perdido por estupidez y pura cobardía...

De nuevo el insistente sonido de su celular hizo presencia en el silencioso lugar por casi veinteaba vez en las últimas horas.

Era casi media noche, y por puro instinto de supervivencia y como buen humano dependiente de la comida; por más desdichado que estuviese, no pudo ignorar por mucho tiempo más el ruego de su cuerpo por algún bocado. Así qué se había despertado hace aproximadamente tres horas para dedicarse a comer alguna fritura que tuviese en su alacena mientras intentaba ──O mejor dicho, se obligaba── a concentrarse en estudiar para sus próximos e importantes exámenes finales que definirian su futuro diploma.

Ya no tenía una vida estable económicamente por tiempo indefinido como lo era hace semanas, y aunque Yoongi siempre estaba para apoyarlo, parte de su cambio era poder sentirse independiente y útil por primera vez en su vida, por lo qué prefería hacer las cosas bien y obtener un buen título que le diese un empleo con el que pudiera mínimo sobrevivir.

Si se concentraba más en su futuro y dejaba de pensar en lo demás, tal vez el dolor iba a disiparse más rápido...

O eso deseaba.

Otra nueva notificación resonó en el eco del salón. Sentado sobre su sofá, en medio de la oscuridad, removiendo sin mucho ánimo los fideos instantáneos que se había preparado rápidamente para calmar su incesante hambre, se quedó observando el aparato sobre la mesa con una expresión impasible; Cuando minutos después la pantalla se volvió a iluminar con otro mensaje, no pudo evitarlo más y con un resoplido cansado lo tomó con algo de molestia.

No estaba de humor para hablar con nadie.

¿Tan difícil era entender su indirecta?.

Con un bufido desbloqueó el aparato, encontrandose más de veinte llamadas perdidas de Jimin y Yoongi y casi quince mensajes en el chat grupal que compartía con sus amigos.

~ Jimin:

La despedida de Tae será a las 7 en el restaurante de Nam. Es literalmente tu última oportunidad y aunque puede que me odie de nuevo por un momento, espero verte allí ;D
3:00 P. M.

¿Oye Kook, dónde estás?
7:45 P. M.

JUNGKOOK MÁS TE VALE ESTAR EN CAMINO POR EL BIEN DE TODOS >:C
8:20 P.M.

¡JEON JUNGKOOK, PEDAZO DE IDIOTA, IMBÉCIL Y COBARDE, CONTESTA ESE MALDITO APARATO!
8:45 P. M.

TIENES SUERTE QUE ESTAMOS ENTRETENIENDO A TAEHYUNG BIEN, PERO POR MI AMOR A LOS GATOS, TE JURO QUE SI NO ESTAS AQUI ANTES DE MEDIA NOCHE, YO MISMO IRÉ A TRAERTE DE LOS HUEVOS, SI ES QUE TIENES >:[
9:30 P. M.

¿ARRIESGUÉ MI AMISTAD CON TAE SOLO PARA QUE TE RINDIERAS COMO UNA PUTA GALLINA AL ÚLTIMO DIA?
TE CREÍA MÁS HOMBRE JEON
10:25 P. M.

Frunció su ceño con su ego algo lastimado al leer las furiosas palabras del rubio, más no les dió importancia y fue a leer los demás.

~ Jin Hyung:

Mira mocoso, sé que te dije que no me iba a meter en este tema, pero como tú amigo y casi mejor hermano mayor, mi deber es recordarte lo que te dije el jueves: si ya iniciaste con todo esto, lo más lógico es que te hagas responsable de tus actos hasta el final y asumas las cosas con pantalones.
9:45 P. M.

Rindiendote a horas del final no es la forma correcta de demostrarle a Taehyung que todavía lo amas y todos tus discursos de perdón se van a la basura con esto.
9:48 P. M.

Yo no escuché tu llanto de bebé abandonado durante semanas para que me salgas con que ya te rendiste y lo vas a dejar ir así, niño idiota.
10:00 P. M.

Mira, yo sé que no ha sido fácil y que debes creer que ya no vale la pena hacerlo, pero si no lo intentas nunca sabrás el resultado que obtendrás.
Confío en que no eres tan estúpido para perder tu última oportunidad, así qué te veo aquí.
11:30 P. M.

PD: Y deberías estar agradecido, porque estoy haciendo a Taehyung cantar todas las canciones de Jazz existentes mientras Jimin intenta embriagarlo, y todo, para conseguirte un poco más de tiempo mientras tú te comportas como un idiota cobarde y conformista.
11:35 P. M.

PD2: Gracias a Namjoon y Yoongi sigues vivo porque te juro que Jimin y yo estamos a punto de ir a golpearte en los mismisimos huevos, hombre.
11:38 P. M.

Una mueca de niño regañado se asomó en su rostro al leer los mensajes del mayor, y con un sentimiento extraño e indeciso, continuó con los restantes.

~ Hobi Hyung:

Jungkookie, no te puedes rendir así :(
10:30 P. M.

¡Aquí no aplica el tonto "si lo amas déjalo ir", porque los dos se aman y yo sé que Taehyung no se quiere ir TT!
10:31 P. M.

Ustedes hacen una pareja hermosa, carajo, y si, la cagaste en grande, pero creo que todos (incluso él) hemos visto como de verdad estas cambiando e intentando ser mejor persona, y estamos muy orgullosos de ti por eso.
¡No te puedes dar por vencido estando a tan poco de lograr tu objetivo Kook!
10:45 P. M.

No pierdes nada haciendo el último esfuerzo, y si desgraciadamente no sale como esperábamos (Qué no creo que suceda porque Taehyung te adora) sabes que estaremos aquí para ti se cual sea su respuesta, pero inténtalo porfavor,
solo una vez más :") ♡
10:50 P. M.

Con las repentinas lágrimas cayendo sin permiso por su rostro, el menor siguió leyendo los mensajes de sus amigos con la vista tan nublada como el cielo en esa noche.

~ Namjoonie Hyung:

Jungkookssi, sabes que no me gusta inmiscuirme en cosas de pareja, mucho menos cuando soy relativamente más cercano a Taehyung que a ti. No te conozco bien, pero a leguas sé que no eres un mal chico, se ve que realmente lo amas y que estás cambiando y convirtiéndote en alguien mejor para él y eso es algo admirable. Repito que no quiero meterme su relación o en sus sentimientos, pero si me preguntas, yo creo que él lo que menos espera es que también lo intentes hoy.
Tal vez no lo reconozca en voz alta, pero lo vemos en sus ojos, él necesita confirmar que de verdad vas a luchar hasta el final por recuperarlo como se lo prometiste.
11:00 P. M.

Entiendo lo desalentador y frustrante que debe ser obtener una negativa y un rechazo una y otra vez, pero recuerda que muchas veces lo que nuestras palabras dicen no es lo mismo que nuestros corazones quieren
11:05 P. M.

Tal vez creas que un último intento solo romperá más tu corazón, pero no descartes la posibilidad de que también lo pueda reparar ;)
11:08 P. M.

Vamos a intentar retener a Taehyung hasta media noche, confiamos en que tomarás la mejor decisión.
11:12 P. M.

Jungkook tragó saliva con dificultad y limpió sus lágrimas en un intento inútil por detener su llanto, ese que tanto llevaba reprimiendo.

Masacrando su labio con sus dientes con ansiedad, leyó el último mensaje pendiente que era de su hermano.

~ Yoongi Hyung:

Siempre fuiste un cobarde, eso lo sabemos bien todos. Pero si algo he admirado de este nuevo Jungkook es la perseverancia y la convicción con la que has deseado cambiar tu vida, y estoy orgulloso de eso.
Tanto tú como yo hemos aborrecido siempre el apellido y el maldito lazo de sangre que compartimos con quien se hace llamar nuestro padre, pero en las últimas semanas estoy agradecido de compartir genes con alguien como tú. Por eso te digo que comportarte como un puto cobarde ahora, no es lo que esperaba de ti Jungkook, y me decepciona demasiado porque ese hermano seguro de si mismo, incansable, rebelde, decidido y testarudo, que hacía lo que se le salía de los huevos es el hermano que quiero tener, no este que se rinde sin más.
11:38 P. M.

No quiero tener un hermano cobarde y sin pantalones que dejó ir al amor de su vida así de fácil, que tiró su oportunidad de ser feliz a la basura por resignarse y echarse a morir.
¡No, Jungkook ese no eres tú, joder!
11:45 P. M.

Le prometiste a Taehyung luchar por él hasta el último día y estás rompiendo otra promesa ¿Eso quieres?, ¿Que se vaya con esa imagen de ti?, ¿Que vea que sigues siendo el mismo cobarde de siempre?, ¿Entonces cual era el maldito punto de todo tu drama de la semana?, ¿Ilusionarlo y confundirlo para después dejarlo ir y ya?
11:47 P. M.

Ya estás grandecito para saber lo que haces, y si esto es lo que quieres, no puedo hacer nada al respecto, solo decirte que me decepciona mucho y ojalá no te arrepientes tarde de no haberlo hecho.
11:55 P. M.

Y quiero advertirte, que si esa es tu decisión, ya no estaré para limpiarte los mocos y que esperes una merecida paliza de Jimin y de paso un puñetazo mio, por comportarte otra vez como un imbecil.
Y créeme que yo tendría más miedo por la de Jimin que realmente pega duro cuando está enfadado.
11:52 P. M.

Te quiero de verdad, pero cuando haces este tipo de cosas solo me dan ganas de usarte como saco de boxeo, cabron.
11:57. P. M.

Con el ceño fruncido y dolido, lanzó a un lado su celular con frustración, recostandose en el respaldo del sofá con un resoplido hastiado, mientras limpiaba sus lágrimas con enojo.

¿No decían que aceptar y respetar una decisión también era una muestra de amor?

Taehyung merecía ser feliz, y había entendido con mucho dolor que solo podría serlo lejos de él. Ya no quería hacerlo sufrir más, ser el causante de sus lágrimas otra vez, ver ese dolor en sus preciosos ojos cuando lo miraba, sentir que su simple cercanía lo lastimaba.

Estaba agotado de sentir que nadaba contra una corriente furiosa que solo tenía una dirección y era totalmente contraria a la del castaño.

Cerró sus ojos con dolor en medio de una exhalación pesada.

Pero entonces recordó el lunes... la forma como él lo observó casi con un brillo de alegría por verlo de nuevo, uno que en ese momento disfrazó muy bien con indiferencia pero que permanecía allí adornando la noche de sus ojos.

Cómo su cuerpo tembló el martes cuando lo sostuvo entre sus brazos por unos segundos en el asiento del metro, o la sonrisa divertida que le regaló después de dejarlo astutamente encerrado en el vagón del mismo.

O el miércoles y la forma en que se estremeció al tenerlo cerca, y como a centímetros, podía sentir su respiración acelerada y su corazón desbocado con tan solo un roce de sus cuerpos.

El terror y miedo que reflejaban sus lágrimas cuando corrió tres cuadras para asegurarse que estaba bien después del casi accidente del jueves, y el alivio y fuerza con que lo abrazó de inmediato al verlo a salvo.

Las bromas que compartieron, o las sonrisas cálidas, divertidas y juguetonas que pudo sacarle el viernes, y cómo ese mismo dia, después de su fugaz enojo por haberlo hecho cantar en aquel funeral, se recostó en su hombro con comodidad y gusto durante todo el trayecto en el taxi de regreso a su casa.

Y más importante aún, como hace tan solo unas horas, específicamente el Sábado; fue él quién lo acercó a su cuerpo con tanto anhelo, tentando un beso que los dos se morían por sellar pero que el miedo y la incertidumbre logró detener por desgracia.

Con la respiración acelerada y el corazón latiendo desenfrenado en su pecho, Jungkook miró el reloj que marcaba la media noche sobre su pared y de inmediato se levantó para correr a su habitación por algo para cambiarse rápidamente.

Porqué justo allí supo que aún quedaba una mínima pero poderosa esperanza, para intentarlo una última vez, ese Domingo.

Su séptimo y último intento, y el que lo acabaría o reviviría todo...

Gruñó al no encontrar un lugar libre para aparcar el Mercedes que su hermano le había prestado por esos meses para cuando no pudiese usar su motocicleta; y con el mismo afán y prisa con la que había manejado peligrosamente por las calles durante los últimos quince minutos, retrocedió un poco y dejó mal estacionado el vehículo en el primer espacio que vió en una esquina de la calle.

Importandole poco una posible multa si alguna patrulla pasaba o incluso el mojarse con la fuerte tormenta que habia iniciado al él salir de su casa; se bajó rápidamente y corrió con todas sus fuerzas, deseando que aún no fuera demasiado tarde.

Al estar frente a la entrada del restaurante tomó una bocanada de aire que entró a medias a sus pulmones, debido a los nervios y a la fatiga por haber corrido media calle en menos de dos minutos. En el momento en que se sintió lo suficientemente valiente para entrar, alguien más salió del interior del lugar deteniendo sus movimientos.

── Oh, Hola Jungkook, que gusto verte por aquí ──Saludó con una sonrisa de hoyuelos amable el chico.

── Bogum ──Balbuceó simplemente en respuesta el menor, con voz agitada. ── Ta-Taehyung... ¿Aún está? ──Tragó con dificultad.

── Si, claro, está adentro despidiéndose de los chicos. Nadie quería irse aún pero él dijo que no quiere estar ebrio y desvelado antes del viaje ──Explicó con diversión. ── Ya sabes que es muy sensible al alcohol pero por suerte no ha bebido mucho y aún está sobrio, justo vine a buscarle un taxi para que pueda volver a casa.

El menor no supo como reaccionar así que solo asintió pensativo. La sola mención del maldito viaje y el ver como Taehyung parecia seguir convencido de hacerlo, volvía a hacer polvo sus esperanzas en cuestión de segundos.

── ¿Quieres... que le diga que venga? ──Inquirió curioso el hombre de irritante sonrisa.

Jungkook resopló y negó derrotado, con la vista en el suelo durante unos segundos antes de levantar su vista y encarar al contrario.

── Solo... Cuídalo mucho en su viaje porfavor ──Murmuró en contra del nudo molesto y agobiante que se formó en su garganta.

Tenía razón...

Ya no había caso para estar allí...

El hombre sonrió con dulzura y soltó una risa que frunció de inmediato el ceño del pálido en molestia y desconcierto.

Estaba intentando ser amable, ¿Y el idiota se reía?

Bufó en sus adentros, controlando sus ganas de golpearlo.

── ¿No te dijo? ──Preguntó sorprendido y con una irritable diversión. ── Yo ya no viajaré con él.

── ¿Qué? ──La sorpresa y la confusión se hizo notar en el tono bajo del de ondas.

── Taehyung viajará solo ──Repitió con calma, Bogum ── Wooshik, mi novio, y yo nos comprometimos y decidimos irnos a vivir a Nueva York. Él obtuvo un trabajo allí, por eso rechacé el puesto en Daegu para aplicar a otra beca en una universidad de allá y así poder estar cerca de él.

Jungkook parpadeó sorprendido con lo que escuchaba. No sabía que lo impactaba más de todo lo anterior dicho. Ignorando la sorpresa del más jóven el más alto prosiguió.

── Le dije a Tae que se puede quedar en el apartamento que íbamos a compartir, ya pagamos la primera cuota de arrendamiento así que no te preocupes que estará en un buen lugar ──Le sonrió compasivo, antes de continuar con un suspiro y ahora una expresión serena: ── Aúnque... para ser sinceros y si me preguntas, el único realmente emocionado por ese viaje era yo...

El azabache de nuevo permaneció en silencio, sólo con un ceño fruncido y desconcertado ante lo que el otro decía.

── Jungkook... sé que no soy de tu total agrado porque crees que me gusta Taehyung, aunque claramente no es así, y soy conciente que tampoco tengo derecho a intervenir de este modo; pero como su amigo y por el gran cariño que le tengo a ese chico y por la felicidad que merece tener, te diré lo que él no se atreve a aceptar aún ──Suspiró pesado antes de continuar :── Tae no quiere irse. Nunca ha estado realmente seguro de este viaje y lo dudó aún más cuando reapareciste. No se quiere ir porque en el fondo sabe que no se quiere alejar de ti y que aún te ama, solo tiene miedo a repetir la historia, se está obligando a negarlo y a fingir que ya tomó una decisión cuando no es así, no es lo que realmente quiere, y quienes lo conocemos bien, lo sabemos.

Abrumado ante la sorprendente y repentina confesión de quien tanto aborrecía, solo pudo jadear sin aire y parpadear, tratando de analizar que tanto de aquello podría ser cierto.

Bogum, por su parte sólo le dedicó una última sonrisa empatica, antes de volver a adentrarse en el lugar sin más.

Confuso y lleno de sentimientos encontrados, el azabache se giró con la vista puesta sobre la calle; fijándose en como las furiosas gotas impactaban con ímpetu sobre el pavimento y como el cielo rugia entre constantes truenos.

Era irónico que su cabeza y corazón estaban tan estruendosos como aquella lluvia.

¿Y si realmente valía la pena entrar?

¿Y si Bogum solo se estaba burlando de él y mintió solo para verlo pasar la mayor humillación de su vida?

¿Taehyung realmente aún lo amaba como todos afirmaban?

Ya no distinguía la realidad de sus fantasías y deseos. Se estaba volviendo loco.

Para cuando pareció que su conciencia había tomado la decisión por él y dió un par de pasos bajo la tormenta, el ruido de la campanilla de la puerta a sus espaldas y un llamado, detuvo su cuerpo y creyó perder su corazón en ese mismo instante.

── ¿Jungkook?

El nombrado tragó saliva con dificultad y se giró lentamente a encarar a quien lo llamaba con un alivio escondido.

No dijo ni una palabra, tan solo se quedó estático bajo la lluvia, viendo directamente a aquellos afilados y preciosos ojos que lo observaban con mil destellos indescifrables.

── Aquí estoy ──Se acercó con paso lento, deteniendose a un par de metros, para mantenerse aún bajo la pequeña carpa que cubría el frente del restaurante. ── B-Bogum me dijo que me estabas buscando... ──Murmuró nervioso el castaño.

Para mi desgracia, te debo una, sonrisitas...

Una sonrisa esperanzada iluminó su rostro. Había llegado la hora de jugar al todo o nada, con la esperanza de no salir derrotado.

No lo dejes ir de nuevo, Jungkook.

── Vine a hacer mi último intento, hasta el último día, tal y como te lo prometí, cariño.

Sin esperar una respuesta del mayor, el pálido respiró profundo y se acercó solo dos pasos para que pudiera ser mejor escuchado por encima de la torrente lluvia.

── Nunca te lo dije, pero soy un maldito afortunado por conocerte, Taehyung... ──Inició con toda la sinceridad en sus palabras, con la respiración agitada y el palpitar de su corazón incesante. ── Y no lo merezco, lo sé, no merezco haber tenido esa suerte de conocer a un ángel tan precioso como tú, pero le agradezco infinitamente a quien sea que te haya puesto en mi camino por haberlo permitido. Y sabes que no creo en religiones o astrología, ni esas estupideces, pero empiezo a creer que nos conocimos en otra vida y que en esta mi alma te estaba buscando de nuevo con desesperación, porqué mierda, ya no puedo vivir sin ti ──Confesó con todo el peso que aquellas palabras conllevaban. ── Te amo Tae, como un maldito loco. Amo tus ojos, tus labios, tu cabello, tus manos, tu perfecto cuerpo y esas benditas curvas que tan mal me ponen. Adoro tu preciosa sonrisa y la forma en como la cubres al reír escandalosamente, y podría describir mil cosas más pero me llevaría toda la vida hacerlo, porque simplemente adoro cada cosa de ti... pero, adoro aún más la forma en como me complementas.

Taehyung mordió su labio y apretó sus manos a sus costados sintiendo su pecho retumbar y su respiración acelerarse sin razón. Cómo si aquella tormenta furiosa estuviese cayendo con toda su fuerza únicamente sobre él y no sobre quién decía tan impactantes palabras.

Con un paso más cerca, este continuó sin darle oportunidad de responder.

── No hice las cosas bien, y sé que irte sería el mayor y más merecido de mis castigos, y estaba dispuesto a aceptarlo, te juro que hasta hace minutos yo estaba dispuesto a hacerme la idea de vivir sin ti y permitirte ser felíz lejos, pero joder, perdoname, si, otra vez estoy siendo un puto egoísta porque simplemente para mi ya no hay vida sin ti ──Confesó agobiado. ── Tú me enseñaste lo que es el amor y la libertad, pero eso solo lo quiero vivir a tu lado y aprender de ello contigo ──Las lágrimas comenzaron a confundirse con las gotas de lluvia, pero esta vez al pelinegro le importó poco que el mayor lo viese en ese estado, porque dichas lágrimas solo eran otra súplica sincera de su corazón por otra oportunidad.

El castaño desvío la mirada, soportando sus propias lágrimas, con un rostro de angustia pura.

── Jung-kook.... y-yo, no sé... n-necesito ai-re... l-lo siento... ──Balbuceó el mayor, casi acesante con su labio inferior tembloroso, apretando sus parpados y caminando hacía la calle con rapidez, esquivando su cuerpo sin importarle mojarse.

Se sentía asfixiado y mareado, no realmente por las palabras o la presencia del menor, si no más bien por sus propios pensamientos y deseos revoltosos e indecisos que estaban haciendo estragos desde la mañana en su interior.

Caminó unos cuantos pasos, pero no pudo ignorar las pisadas apuradas y decididas detrás de él. Sabía que Jungkook no se rendía fácil, pero a lo largo de esa semana se preguntó infinidades de veces si realmente él valía tanto para que el menor siguiera rogando por su perdón de esa manera.

Un perdón que internamente ya le había dado desde ese lunes cuando lo vió frente a él...

Pero sus miedos e inseguridades le impedían aceptarlo tanto para si mismo, como para Jungkook.

── ¡Taehyung! ─Siguió hablando por encima de la lluvia que parecía ganar más fuerza cada vez, siguiendo sus pasos a centímetros de separación. Ambos caminando sin un rumbo fijo. ── ¡Sé qué no soy perfecto, y tampoco te prometo serlo. Seguramente cometeré mil cagadas más, pero quiero aprender de ellas contigo; si quieres, si me lo permites, yo prometo dar todo de mí para que funcione esta vez, para nunca lastimarte o dañarte de nuevo! ──En cuestión de segundos, vio la punta de las botas del otro frente a sus propios pies, más no se atrevió a encararlo.

── Cariño... ──Escuchó un sollozo de su parte antes de continuar con voz entrecortada. ── S-Si me das otra oportunidad... Ya no habrán más salidas escondidas, ya no serás nunca más un maldito secreto, porque ya sé quien soy, me acepto y... no me avergonzaria gritarle al puto mundo cuanto te amo, sin importar quién lo vea, ni mucho menos que mierda opinen ──Hizo una pausa antes de continuar en voz baja pero agitada. ── T-Te prometo que te amaré como mereces cada hora, cada minuto y cada segundo de mi vida.

Un silencio aterrador y angustiante se hizo presente. La tormenta siendo lo único perceptible entre ambos, mientras cada uno lloraba silenciosamente en su sitio, con la respiración irregular y el frío ──No precisamente del clima── atravesando sus cuerpos y calando sus almas.

Taehyung miraba el suelo mientras lloraba bajito y tembloroso, y Jungkook por su parte sólo veía al otro con el cuerpo empapado y el rostro bañado de lágrimas de miedo profundo por perderlo.

Un segundo, dos, cuatro o siete minutos... realmente ninguno supo cuanto tiempo estuvieron en ese momento angustiante y lleno de incertidumbre. Tampoco importaba ya en realidad, no cuando para Jungkook las lágrimas y el silencio del castaño ya eran una respuesta lo suficientemente clara y dolorosa para su corazón.

El pálido agachó su mirada entre sollozos, derrotado y destrozado, dispuesto a alejarse ahora si para siempre del castaño, pero lo que no esperaba era ver en ese preciso instante cómo este estiraba su mano en espera de la suya.

Confundido, levantó el rostro encontrandose con los ojos brillantes y la sonrisa sutil pero sincera que le estaba dedicándo Taehyung.

── Creo que merecemos otra oportunidad... ──Confesó lo suficientemente alto como para ser escuchado por sobre la lluvia, acercandose unos pasos más al menor. ── Tengo miedo Jungkook, estoy aterrado de que volvamos a lastimarnos ──Confesó en un sollozo ──, pero... sería un gran mentiroso si te digo que ya no te amo y que estar lejos de ti es lo que quiero, porque yo mismo siempre he sabido que no es así... Todavía te amo demasiado, y por eso aún y con esta terrible sensación de no saber si es lo correcto o no; quiero arriesgarme y que nos demos otra oportunidad para hacer las cosas bien juntos ──Inhaló con fuerza. ── ¡Mierda, yo tampoco puedo vivir sin ti, así seas un completo idiota! ──Confesó casi a gritos pero con alivio y sinceridad, sintiéndose liberado.

Jungkook se sintió revivir en aquel instante, saliendo de nuevo de una oscuridad en la que solamente Kim Taehyung era su única luz, y estaba infinitamente agradecido por ello.

Inhaló profundo para calmar sus emociones, una sonrisa gigante y llena de brillo opacó la tristeza y las lágrimas que se estaban adueñando de sí, al oír al castaño. Sin dudarlo ni un segundo, tomó la mano que este le ofrecía y entrelazó sus dedos, demostrando a través de ese gesto cuanto se negaba a dejarlo ir de nuevo.

Se acercó lentamente, retirando con delicadeza los mechones empapados que cubrían el precioso rostro que tanto adoraba, aún sonriente y alegre, recibiendo con gusto el suspiro tembloroso y la respiración errática del mayor.

── Gr-gracias, prometo no defraudarte, Osito...

Cuando el pelinegro intentó besar los labios ajenos, Taehyung detuvo sus movimientos poniendo su mano libre en su pecho y dedicándole una mirada de advertencia.

── Solo, tengo una condición, Jeon.

── La que quieras, precioso.

── Vamos a hacer las cosas bien esta vez, iremos despacio y sobretodo... quiero que antes que nada, tomemos terapia de parejas ──Pidió en un susurro nervioso ante la respuesta del azabache, pero al ver que este permaneció en silencio, continuó: ── Está claro que nos amamos realmente, pero ambos tenemos mucho por superar, y muchos fantasmas por derrotar, qué si no combatimos, van a volver a separarnos y esto no va a funcionar. Y aunque sé que tú ya estás tomando ayuda psicológica, creo que también sería bueno que yo lo hiciera y que al mismo tiempo los dos lo hagamos en conjunto para que todo salga bien.

El menor respiró profundo pero con una sonrisa dulce y un asentimiento, concordó con las palabras del acanelado.

── Estoy de acuerdo, es lo más sensato que podemos hacer... ──Aceptó de inmediato, acariciando su rostro con ternura. ── Mientras sea contigo, yo estoy dispuesto a todo, Taehyung.

Compartiendo una sonrisa, perdidos en los ojos del otro y olvidándose por completo de la lluvia sobre ellos ──y del seguro resfriado que los atacaría pronto como consecuencia──, fue el mayor quién nuevamente se atrevió a acabar con el escaso espacio que los separaba:

Tomándolo de la nuca, unió sus labios en un suave pero anhelado contacto, que les devolvió el alma a ambos.

Compartieron un suspiro de gusto, Taehyung aceptando feliz las manos del menor sobre su cintura, acercandolo con posesividad a su grande y rigido cuerpo, mientras la lengua de este recorría con torturante lentitud su labio inferior, desesperandolo en el proceso.

Con un gruñido de queja, el mayor tomó con ambas manos el rostro del pálido y acabó con la cruel tortura, siendo él quien introdujo su propia lengua en la cavidad ajena para así iniciar una lucha desesperada. Ambos completamente jadeantes, buscando control.

El azabache sonrió en medio del encuentro, y obediente siguió con el ritmo impuesto por el contrario, abrazando con fuerza el cuerpo tembloroso y tiriteante de este entre sus propios brazos para intentar brindarle calor.

Aunque en ese instante, para ambos, el frío o la lluvia, realmente eran lo menos importante...

En ese momento, Jungkook agradeció infinitamente haber luchado incansablemente durante esos siete días, pues estos habían valido totalmente la pena porque ahora creía que podía decir orgullosamente qué por fin tenía de vuelta consigo al amor de su vida.

Inesperadamente y para sorpresa de todos, siete días si habían sido suficientes para recuperarlo...

7: To Be Continue...

Dejo esto aquí y me retiro lentamente 😼

Ahora mismo podría decirles mil cosas pero como ven, aún no está puesta la palabra "Fin" porque aún nos falta el epílogo. Así que mejor me guardaré mis palabras para ese momento.

Ya está lo suficientemente largo este capítulo, por eso yo mejor me despido y nos vemos muy pronto ahora si, en el último capítulo de esta historia 💜🥺✨️

Espero leer sus opiniones, reacciones y emociones de este fuerte y dramático capítulo.

Y también, felicidades a quienes siempre tuvieron fe en que Kook lo lograría, porqué efectivamente fue así jajshs 😻☝🏻💜

Lxs amo, gracias por su apoyo y amor, bye 💕

7 :: VanTTGirl.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro