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7 ▪︎ M O N D A Y •

Una suave melodía de Jazz acompañada por la tenue y calida iluminación de las pequeñas lamparas sobre cada mesa, le otorgaban ese ambiente ameno y hogareño al lugar, junto a la intimidad en la que se sumia cada una permitiendo una privacidad que los comensales agradecían internamente.

Así como Jeon Jungkook lo estaba haciendo en ese momento. Aprovechándose de la lejanía de su mesa y la poca visibilidad que está tenía, para besar sin descaro el cuello de su pareja, como si no estuviesen en un lugar público y reconocido, con el riesgo constante de ser vistos por cualquier conocido de sus padres, o incluso peor, por algún insoportable paparapzzi que estuviese tomando el lugar de su sombra ese día.

La privacidad, la buena música o la exquisita comida que servían allí, tal vez solo eran una excusa barata para ocultar la adrenalina y placer que le generaba la sola idea de desobedecer a sus padres y acabar con su perfecta reputación de familia estúpidamente ejemplar.

Gruñó, borrando sus pensamientos poco deseados en ese momento, y se concentró en succionar con fuerza la piel contraria, recibiendo un gemido bajo, ahogado y tembloroso como respuesta. Sonrió con arrogancia ante dicho sonido y tomándolo como luz verde para continuar, dirigió una de sus manos hacia el interior de los muslos ajenos.

Pero sus movimientos fueron inmediatamente detenidos por la diestra ajena apresando su muñeca, al tiempo en que sus labios dejaron de saborear el cuello ya marcado como suyo.

── Jungkook, dije que quería hablar ──Reprochó con severidad el castaño, frunciendo el ceño y soltando su mano, alejándose de su cuerpo hasta dónde la pared al otro extremo del asiento se lo permitió.

Contrariado, el pelinegro lo miró sin comprender su rechazo. Suspiró con pesadez para obligar a su cuerpo y hormonas a calmarse, pues al parecer el tema era más serio de lo que realmente pensaba.

── Estamos hablando, bonito ──Intentó aligerar el ambiente con un tono socarrón, y una sonrisa galante y juguetona.

El mayor resopló con cansancio, apoyando sus codos en la mesa y cubriendo su rostro con ambas manos, en un acto claro de frustración.

── ¿Puedes tomarte algo enserió por una vez en tu vida, por favor? ──Pidió observandolo con los ojos cristalizados con lágrimas que pedían a gritos ser liberadas.

Al ver el estado del contrario, Jungkook frunció el ceño, se acomodó el traje y regresó a su asiento al frente de este con expresión cansada y de disguto ante el repentino cambio de ambiente.

── Dime entonces, ¿Que ocurre?, ¿Qué es eso tan serio que tienes que decirme? ──Inquirió confundido y ansioso al ver el semblante triste y molesto del otro.

── Estoy cansado, Jungkook... ──Expresó con un suspiro pesado el mayor, antes de continuar al ver que el cerebro del pelinegro estaba trabajando a mil para intentar entender sus palabras. ── Ya no puedo seguir así. No podemos. Llevamos dos años escondiendonos como si fuéramos un par de delincuentes cuando no estamos haciendo nada malo.

El nívea llevó sus dedos al puente de su nariz, suspirando con pesadez al comprender la conversación que nuevamente se avecinaba.

── Tae, tú sabes que...

── Si, ya lo sé ──Lo interrumpió el nombrado con severidad y molestia. ── Ya sé qué no puedes con la sola idea de tener que decirle a tus padres que su perfecto hijo estrella, es homosexual ──Bufó.

── ¿Si ya lo sabes, por que estamos teniendo esta conversación de nuevo, entonces? ──Replicó el azabache con el enojo comenzando a contagiarsele.

── ¡Por qué estoy harto, Jungkook!, ¡Ya no puedo con el sentimiento de que estar contigo es un puto delito cuando no debería ser asi! ──Confesó con voz rota.── Ver como todos alardean de lo perfectos que se ven juntos tú y SoHee es abrumador, me hace sentir como el tercero en discordia, como el maldito amante que tiene que vivir en las sombras.

── Pero sabes que no es así, osito ──Contradijo con tono cariñoso el menor, intentando aligerar la situación y tomar la mano contraria por encima de la mesa, pero el mayor fue más rápido al retirarla con enfado. ── No eres mi amante Tae, te amo y sabes que SoHee solo es una fachada que tuve que tomar como última opción, pero en poco tiempo terminará eso.

── Hace cinco meses me dijiste lo mismo ──Lo observó dolido. ── Y así ha sido desde el inicio... A este paso creo que eso solo terminará el día de su boda y cuando tenga que ser yo el que la interrumpa de una manera humillante y patética ──Murmuró fastidiado con ese solo pensamiento.

El contrario dejó escapar una carcajada divertido ante la escena que se creó en su mente.

── No sería una mala forma de anunciar lo nuestro... Sería muy único la verdad, tal vez podríamos...

── Se acabó, Jungkook ── Pronunció con seriedad y decisión el castaño, logrando con esas simples palabras desvanecer todo rastro de diversión en el nívea.

Un silencio aterrador se instaló entre ambos.

── ¿Q-ue?... ──Lo miró consternado este, sintiendo la sangre abandonar su cuerpo de repente.

El mayor limpió las lágrimas rebeldes que corrieron por sus mejillas y mordiendo su labio en un intento por mantener la firmeza y valentía que previamente se había tardado tanto en ganar; asintió simplemente.

── Ya no puedo seguir con algo que parece no tener fin nunca... Es un circulo vicioso. Cada día siento que solo lucho contra la corriente y que un día voy a caer por el precipicio al darme cuenta que nunca tendrás el valor suficiente para enfrentarte a tus padres y al qué dirán de la sociedad, y es sumamente frustrante y agotador ──Confesó con sinceridad, entre lágrimas.

El pelinegro negó aterrado ante esa respuesta.

── No, no, cariño... no es así... ──Dijo desesperado. ── Solo dame unos días, ¿Si?... solo unas semanas más y prometo que voy a organizar todo para...

── Ya conozco esa promesa Jungkook... ──Suspiró con dolor y negó. ── Simplemente ya no puedo más, esto solo me está haciendo daño, cada vez más.

── ¡Mierda, no! No me digas eso Taehyung, rompe conmigo en otro momento pero no hoy... ──Suplicó intentando acercarse, más fue en vano pues el mayor solo tomó su saco y su maletín con apuro antes de levantarse de la mesa, necesitando salir de allí cuanto antes.

── T-Te amo... c-como no imaginas, Kook ── Susurró con notable dolor, antes de respirar profundo para calmar su fuerte llanto e intentar ser coherente con sus siguientes palabras.── Pero si tú no puedes darme el lugar que merezco, entonces... tengo que dármelo yo mismo, por mi propio bien.

» Esto... no es sano para ninguno de los dos, y lo mejor es dejar las cosas hasta aquí y que tú puedas resolver tu vida a tu ritmo, sin llevarme a mi por delante en medio de todo el caos.

En total desacuerdo y con el miedo de perder a la única fuente de amor y alegría en su vida, Jungkook se levantó con brusquedad de su asiento negando e intentando cortarle el paso para evitar que se fuera.

── No, Tae, precioso, hablemos por favor y te prometo, te juro que esta vez...

── ¡Llevo dos años escuchando lo mismo Jungkook, se acabó! ── Gritó frustrado el castaño, importandole poco las miradas curiosas de la mitad del restaurante sobre ellos. ── Lo siento de verdad... te deseo lo mejor, y ojalá no te lleves a nadie más en tu propia tormenta.

Y con esas palabras, el castaño entre lágrimas logró esquivar con un poco de suerte el gran y fornido cuerpo del menor y se fue con pasó apresurado de allí.

Cuando el azabache reaccionó de su propio shock e intentó ir tras él, un mesero se interpuso en su camino demostrándole que el destino no estaba para nada de su parte aquél día.

── Joven, disculpe pero aún no cancela la cuenta.

Gruñó furioso, y con la ansiedad apoderándose de su cuerpo. Sacó su billetera y con apuro prácticamente tiró todos los billetes que tenía sobre la mesa, antes de empujar al hombre para trotar hasta la salida.

Con el corazón a mil, abrumado por las emociones que lo estaban atacando, siendo la ansiedad y el desespero las más fuertes; Miró hacía todas partes intentando ver a su castaño entre el tumulto de gente que se encontraba en la calle abarrotada por culpa de un incendio que ocurría a unos pocos metros de allí.

Bufó al no verlo por ningún lado, dando una patada a la pared, en un intento por desahogar su frustración y el enojo consigo mismo.

Con manos ansiosas y las lágrimas acumulándose en sus orbes, marcó sin descanso el número de Taehyung, pero este nunca contestó...

─ Kook... ──Un lejano llamado llegó a sus oídos pero lo ignoró por completo.

» Jungkookssi ── Una vez más ese molesto sonido.

── ¡Jungkook!

Ante el último y severo llamado y el golpe seco que lo acompañó, el mencionado brincó levemente en su sitio reaccionando. Sacudió un poco su cabeza regresando a la realidad y alejó a regañadientes su vista del desolado escenario para luego posarla de manera desinteresada sobre quien tenía en frente.

── ¿Eh?... ¿Qué sucede?

── Eso mismo me pregunto yo, ¿Qué pasa? Parece que no has escuchado nada de lo que dije en toda la noche ──Reprochó con molestia y decepción la fémina. ── Estás en otro planeta, totalmente disperso de lo que pasa a tu alrededor. Has estado así en el último mes, ¿Que ocurre, Kookie?

El nombrado respiró profundo, en una búsqueda interna de valor.

── Seré directo y totalmente sincero contigo por que supongo que es lo mínimo que puedo hacer ── Habló pausadamente, permitiéndose los segundos de confusión de la chica para organizar sus propias palabras, antes de continuar con un tono decidido: ── Quiero que terminemos SoHee.

El alivio que lo invadió y el orgullo que sintió por su valentía repentina y su convicción, lo sorprendieron de manera grata.

── ¿De qué estás hablando? ── Preguntó entre la confusión y burla la pelirroja.

── Lo que escuchaste ──Dijo con frialdad el pálido. ── Esto se acabó.

La joven se tomó un par de minutos para procesar las palabras del pelinegro, antes de fruncir su ceño y mirarlo consternada.

── ¿Que tontería estás diciendo, Jungkook? ──Soltó algo parecido a una risa. ── Llevamos dos años juntos, nos conocemos desde pequeños y pronto nos estaremos comprometiendo, es ridículo ──Negó── Tus padres...

── Mis padres ya saben de esta decisión ──Aclaró el azabache.

── Y obviamente no estarán de acuerdo con ello, ¿o si? ──Dijo con casi satisfacción ella.

── Claramente no, arruiné su gran negocio y nunca me lo perdonarán ──Expresó con diversión y deleite el nívea. ── Pero eso ya no me importa, como tampoco debería hacerlo a ti, porque te estás salvando de casarte con un pobre y patético desheredado a quien en muy poco la primera clase del país y la farándula entera van a odiar y rechazar ──Sonrió con burla y orgullo.

── ¿De qué estás hablando? ──Lo observó confundida ante sus palabras.

── Ya no soy un buen partido SoHee, mis papás me quitaron todo el dinero, las tarjetas y los autos. Me borraron del testamento y de su vida al enterarse que me gustan los penes ──Confesó con una sonrisa cínica sintiéndose extrañamente aliviado y cómodo al poder decirlo con libertad y sin miedos después de tantos años.

A la chica pareció abandonarla su alma al oír aquello. Jungkook no supó realmente que parte de todo fue lo que más le impactó, pero para ser sincero, poco le importaba.

── ¿Qué? ──Expresó esta con una mueca entre el asco por la crudeza de la declaración del mayor y la consternación.

── Soy gay, me gustan los hombres ──Afirmó el pelinegro con seguridad.

── Pero... ¿Cómo?, ¿D-Desde cuando?

Jungkook suspiró profundo, clamando por paciencia a cualquier divinidad, pues su único deseo era terminar con aquella incómoda y molesta conversación de una vez por todas.

── Siempre ha sido así, pero mis papás nunca lo aceptaron, por eso me obligaron a tener algo contigo para intentar "Rehabilitarme" ──Río sin gracia, negando con desapruebo por los actos desesperados de sus progenitores. ── Tú más que nadie sabes que eso nunca fue posible. Entre nosotros no hubo nada más que salidas, y apariencias frente a los demás. Ni siquiera hubo besos reales en dos años de tal relación ──Señaló con ironía. ── Por eso te pido que no hagamos esto tan dramático y complicado, y sigamos cada uno con nuestras vidas.

── Espera, ¿Eso quiere decir que solo me usaste todo este tiempo? ──Reclamó la pelirroja con frustración.

── Si, y lo lamento mucho por eso So, pero de cierto modo... nos usamos mutuamente ──Se encogió de hombros despreocupado.

La nombrada lo miró ofendida, sin entender sus palabras.

» Tú relación con ese chico... ¿Song Kang? Con él que llevas viéndote hace seis meses ──La miró curioso. ── No soy estúpido So, lo sé hace mucho tiempo ──Confesó con diversión

La expresión de la joven pasó por mil estados antes de resoplar con molestia, negar y tomar sus cosas para luego levantarse con furia de la mesa.

── Eres un completo imbécil Jeon Jungkook, lo arruinaste todo ──Lo señaló enojada, antes de sonreir con cinismo. ── Pero ¿Sabes qué?... Está bien, has lo que quieras con tu maldita vida, ya no tengo porqué seguir siendo parte de todo este show. Es cierto, me acabas de hacer un favor.

── Exacto ──Se río el mayor──, no entiendo porque te enojas entonces, podemos seguir siendo amigos como lo hemos sido siempre, desde pequeños ──Dijo confuso ahora él ante su reacción.

Una carcajada fingida fue su respuesta, mientras con frustración la chica peinaba su larga cabellera hacia atrás.

── Me enfada que no hayas tenido los pantalones para detener todo este circo desde el principio ──Confesó ella a punto de romper en lágrimas de enojo. ── Nos hubiéramos evitado tanto desperdicio de tiempo, y tanta infelicidad mutua si tan solo no te hubieras comportado como un maldito cobarde por ser el títere de tus padres.

── Tú también lo estabas siendo SoHee ──Frunció el ceño ahora enojado, Jungkook. ── Te prestaste también para esto solo por no aceptar que te gustaba alguien de otra clase, así que los dos tuvimos la culpa y pudimos detener esto mucho antes. Los dos fuimos cobardes.

Abrumada por descubrir también su parte de culpa, la chica resopló. Se bebió de un trago lo que quedaba en su copa de vino y le dedicó una mirada fría y decepcionada al nívea quién lucía tan impasible y calmado a diferencia suya.

── Es cierto, los dos estamos jodidos, pero mierda Jungkook, ¿Dos años? ──Negó frustrada.── Perdón, pero yo no puedo ser tu amiga después de esto. No te quiero volver a ver, no vuelvas a contar conmigo para nada. No me interesa saber nada de quién solo pensó en si mismo, sin importarle el daño que estaba haciendo a los demás ──Lo observó con decepción. ── Adiós.

Y sin más, se fue de allí totalmente molesta, una molestia que enfadó a Jungkook pues si bien era cierto que él lo había hecho por más tiempo, ella tampoco era una santa o una víctima en todo esto. Lo estaba usando de igual forma hace meses ¿Y tenía el descaro de reclamarle?.

A sus ojos ambos tenían la misma culpa y la misma responsabilidad de no haber actuado mucho antes para terminar con el teatro que estaban protagonizando.

En el fondo se sintió mal por terminar así las cosas con ella, pues inevitablemente le tenía aprecio. Crecieron juntos y eran grandes amigos antes de ser obligados por sus padres a iniciar con una relación de pareja por simples negocios, apariencia y como un metodo desesperado por tapar que los Jeon tenían un hijo homosexual; eran cercanos y se llevaban muy bien, pero sin embargo, no podía hacer tampoco nada si ella quería que las cosas terminarán de ese modo.

Para él, el mundo podría acabarse en ese mismo momento si quería, pues le importaba muy poco los demás. Ya en ese punto de su vida le daba igual lo que pensarán de él o las opiniones de terceros. Ahora solo tenía un propósito y era remediar sus cagadas del pasado y recuperar la felicidad que por idiota había perdido.

Soltó el aire con fuerza, y peinó con ansiedad un mechón rebelde que se escabulló en su frente.

Al ver a un mesero pasar cerca de allí, le hizo una seña para que este se acercará.

── Por favor me trae otra copa de vino ──Pidió una vez el hombre estuvo frente a él. Este asintió sin dudarlo con amabilidad. ── Gracias, y... Emh, el chico, el que canta Jazz todas las noches aquí, ¿No vendrá hoy? ──Inquirió intentando sonar menos ansioso e interesado de lo qué en realidad estaba.

El hombre sonrió amigable, ante la pregunta.

── Oh, si, Taehyungnie nunca falta, seguro tuvo algún retraso pero en cualquier momento llegará ──Informó amable.

Jungkook intentó ignorar la molestia que le causó la confianza y cercanía que demostró tener el chico con el nombrado.

Tendría que hablar luego con su amigo para que le pusiera limites a sus empleados definitivamente.

── Está bien, gracias por la información ──Fingió una sonrisa y desvío su mirada con hastío.

El joven frente a él, captando la repentina hostilidad de su cliente, apretó sus labios y con una leve reverencia desanimada se retiró para cumplir con su pedido.

Jungkook gruñó.

Últimamente solo podía sentirse de mal humor, y comportarse como un idiota. Detestaba eso.

Necesitaba con suma urgencia a su fuente de alegría o teme que se convertiría en un completo amargado insoportable, tal como su hermano mayor.

Ese solo pensamiento lo estremeció.

── Vaya, no lo tomó tal y como esperabamos, pero... mínimo por fin pudiste acabar con eso.

── Si, siento un peso menos encima sobre mis hombros y se siente bien por fin estar haciendo las cosas como se debe ──Comentó con una pequeña sonrisa de orgullo propio, sin despegar la vista del escenario.

── ¿Y lo vio todo? ──Inquirió con temor la voz contraria a través de la bocina.

── No, llegó hace un par de horas a penas ──Informó con un suspiro. ── Aunque no sé si eso es bueno o malo... ──Hizo un puchero enfurruñado, a pesar que el contrario no lo estuviese viendo.

── Es bueno definitivamente, ya sabes que no le gustan ese tipo de escenas y menos en su lugar de trabajo ──Le recordó el rubio, con un suspiro abrumado. ── Carajo, va a matarme cuando se enteré que te estoy ayudando en todo esto ──Murmuró preocupado, sonando más como un berrinche.

» Más te vale no cagarla esta vez Jungkook, es tu última oportunidad y espero no la desaproveches porque si no, Yoongi y yo te golpearemos por ser doblemente un idiota ──Advirtió en un intento por sonar intimidante su tierno cuñado y mejor amigo.

── Es lo único que deseó Jiminie, recuperarlo ──Dijo sincero, con un suspiro melancólico acompañado de un puchero que intentó disimular. ── Y créeme que si no lo hago, yo mismo me golpearé hasta quedar inconsciente ──Frunció el ceño ante ese pensamiento. ── No me importa que tenga que hacer, ni si me tengo que convertir en un intenso y maldito acosador, pero Taehyung volverá conmigo.

── Eso espero, tienes poco tiempo pero confío en que ya aprendiste la lección y sabrás hacer las cosas bien esta vez, por eso decidí ayudarte ──Lo animó el contrario.

── Gracias por el voto de confianza mimi ──Agradeció conmovido. ── Y por ser mi complice ──Sonrió travieso para si mismo.

── No hay de qué, solo quiero ver a mis dos amigos felices, así eso me cueste la vida ──Bromeó el rubio. ── Si mañana amanezco desmembrado, cuida a mis hijos gatunos por mí, eso incluye a tu hermano.

Ambos rieron ante el comentario del rubio.

Hablaron durante un par de minutos más sobre sus vidas y banalidades, antes de despedirse, con la promesa de que Jungkook le contaría absolutamente todo lo ocurrido luego.

Con la sola compañía del vino y los pocos comensales que quedaban en el lugar, el azabache se sumió en la suave melodía del piano y el saxofón siendo preciosamente adornados por la angelical y majestuosa voz de un castaño que entonaba con sentimiento cada palabra al ritmo de Frank Sinatra.

Un par de horas más tarde, siendo ya casi la media noche, cuando no quedaba nadie a parte de él y ya la música había finalizado, igual que su tercera botella de vino; Jungkook tomó el valor suficiente para acercarse a la barra, la cuál quedaba mucho más cerca del escenario, teniendo más probabilidades de ser notado por el mayor, quién terminaba de guardar sus pertenencias, perdido en sus propios pensamientos.

Cuando tomó asiento allí y notó a los pocos minutos como el castaño se acercaba distraído y concentrado únicamente en cerrar su bolso, todo su cuerpo tembló en nerviosismo, pero para su mala ──o buena── suerte, su lengua levemente embriagada fue mucho más rápida que cualquier otro de sus sentidos.

── Check To Chek, gran elección para finalizar la noche... ──Murmuró casi tembloroso el pelinegro, cuando el mayor estuvo lo suficientemente cerca como para escucharlo.

Los movimientos del castaño se detuvieron abruptamente, frunciendo su ceño y levantando de inmediato la vista para cerciorarse de qué lo que había escuchado, ──o mejor dicho──, a quién había escuchado, era real y no producto de su imaginación.

Jungkook no pudo evitar sonreír al notar de cerca los leves y preciosos cambios que había notado en su aspecto desde la lejanía: Su cabello castaño brillante y a simple vista suave, estaba levemente más largo, con preciosas ondas, sus brazos se veían sorprendente más trabajados, por la forma en la que la elegante camisa blanca se ceñía a estos; y su rostro seguía igual de perfecto y hermoso tal cuál lo recordaba, con aquellos lunares que tanto adoraba besar.

Su sonrisa se expandió aún más cuando el mayor lo recorrió con la mirada de igual forma, reprimiendo una titubeante mueca de sorpresa, al notar el cabello largo, el piercing en el labio y sus tatuajes que ahora cubrían por completo su brazo derecho.

Con un carraspeo incómodo y un suspiro ruidoso, este desvío la mirada, fingiendo inútilmente no haberlo visto.

── Estoy de acuerdo, es una gran canción, ¿No crees Taehyungnie? ──Inquirió una tercera voz haciendo acto de presencia al otro lado de la barra.

── Namjoon, ¿No se supone que ya habíamos cerrado? ──Preguntó entre la molestia y el desconcierto el nombrado.

── Para los clientes si, para los amigos este lugar siempre estará abierto ──Dijo con tono alegre el moreno. ── Además, Jungkook deja buenas propinas ──Añadió dándole un guiño y una sonrisa complice al susodicho antes de volver a desaparecer en el interior del bar.

Taehyung rodó sus ojos. A regañadientes soltó su bolso en la barra, al ver que sus temblorosas manos no cooperaban en la simple tarea de guardar sus partituras adecuadamente.

── Cuando me llegó el pedido de la canción debí suponerlo todo ──Se quejó en un susurro molesto.

El pálido sonrió orgulloso al escucharlo, pues sabía que al pedir aquella canción, los recuerdos inevitablemente llegarían a ambos.

── Sé que no soy una grata sorpresa desgraciadamente ──Hizo una mueca rabiosa el pelinegro. ── Pero recuerdo que los modales eran una gran cualidad tuya que nunca faltaba ──Murmuró con tono suave. ── No nos vemos hace poco más de un mes, un: "Hola, Jungkookie, que guapo estás" no estaría mal ──Intentó bromear. ── Yo sin duda te diré lo hermoso que estás ──Guiñó un ojo.

El mayor respiró profundo antes de atreverse a mirarlo con semblante impasible.

── ¿Que haces aquí Jungkook?, ¿Cómo supiste dónde trabajo? ──Preguntó con su ceño fruncido.

── Lo supuse al recordar que un dia dijiste que te encantaría ganar dinero solo haciendo lo que más amabas: cantar ──Le recordó, intentando demostrarle que siempre escuchaba todo lo que le decía. ── Y... también tengo mis contactos ──Aceptó con una sonrisita culpable.

De nuevo el castaño rodó sus ojos.

── Lo noté.

── Solo necesitaba verte de nuevo, escucharte y... que hablemos ──Pidió por lo bajo, casi con miedo de soltar aquellas palabras.

── ¿Hablar?, ¿De qué?, ya no tenemos nada de qué hablar K... ──Se cortó a si mismo, para tragar saliva ante el diminutivo que iba a mencionar. ── Jungkook ──Corrigió con un carraspeo, colgándose su bolso al hombro, dedicándole una corta y rápida mirada antes de pasar por su lado, con dirección a la salida.

Sin perder aquella valiosa oportunidad, el azabache se bajó de un salto del taburete para seguirlo hacia el exterior del restaurante.

── Yo creo que si tenemos de qué hablar, aún no me has dejado decirte todo lo que yo pienso ──Mencionó severo el menor, con su ceño fruncido.

Taehyung frotó su cien con cansancio antes de girarse para encararlo.

── Tus contactos también tuvieron que haberte mencionado que planeo regresar a Daegu la próxima semana, ¿No es así?

El contrario gruñó ante el molesto recordatorio de ese detalle. Asintió fastidiado desviando su mirada cuál niño enfadado.

── Si, Jimin también me lo dijo...

El mayor se cruzó de brazos con una mirada acusatoria al escucharlo pronunciar el nombre de su traídor mejor amigo.

Al darse cuenta de su metida de pata, Jungkook sonrió con inocencia y rascó su cabeza.

── En su defensa, yo lo obligué, él es inocente de toda acusación ──Defendió de inmediato. ── O bueno, le pedí a Yoongi que lo obligará a ayudarme ──Sonrió con travesura.

El castaño apretó sus labios y negó soltando un suspiro, dejando caer sus brazos a los costados de su cuerpo, agotado.

── Como sea ──Inhaló necesitado de aire. ── De verdad ya no tiene caso todo esto, solo estás perdiendo tu tiempo con una situación incómoda que nos podemos ahorrar... lo mejor es que no vuelvas a buscarme ──Pidió con severidad, dándole la espalda, deseando con urgencia que cualquier taxi apareciera rápido para poder huir de allí cuanto antes.

El pálido resopló abrumado. Intentó acercarse, para acudir a sus métodos de seductor, como intento desesperado; pero fue detenido cuando la campanilla del restaurante resonó anunciando la salida de alguien más.

── Buenas noches Taehyungnie, nos vemos mañana ──Se despidió con una sonrisa amable, el chico de anteojos que Jungkook reconoció como el mesero confianzudo que lo atendió antes.

Frunció su ceño de nuevo al oír el mismo diminutivo cariñoso.

── Ey, Wooshik... Disculpa, ¿Te molestaría acercarme a mi casa? ──Casi que suplicó por ayuda el mayor a través de su mirada.

El pelinegro a sus espaldas intentó intervenir de inmediato, pero el nombrado fue mucho más veloz para suerte del castaño.

── Claro, no hay problema, vamos ──Aceptó su compañero con su infaltable sonrisa que a Jungkook comenzaba a irritarle.

── Gracias, Hyung ──Taehyung respiró aliviado y le dedicó una sonrisa de agradecimiento.

Jungkook frunció aún más su ceño, apretó sus puños y golpeó el interior de su mejilla con su lengua, sintiendo los celos y la molestia recorrerle el cuerpo.

── Adiós Jungkook ──Con una breve mirada, fue lo último que recibió por parte del acanelado, antes de verlo alejarse con su compañero hacía el otro extremo de la calle a paso rápido.

Frustrado y sin saber muy bien qué hacer, el pálido solo vio cómo el de anteojos desbloqueaba un viejo y desgastado chevrolet color verde lima, al qué Taehyung se subía con apuro en el asiento del copiloto, como si su vida dependiera de ello.

Solo un par de minutos después vio el auto pasar frente a él, alejándose a toda prisa.

Sin soportarlo, Jungkook se atrevió a gritar, esperando que el mayor aún lo pudiera oir con claridad:── ¡Me conoces, sabes que no me rendiré tan fácil, Taehyung!

Gruñó cuál niño haciendo una rabieta, y cubrió su rostro con ambas manos para intentar calmarse.

Lo recuperaré.

Le demostraré que mi devoción por él es tan profunda como el mar...

7: To Be Continue...


Bueno bueno, holi mi gente bonita ✨️

Por fín les puedo traer el primer capitulo de esta historia que tan emocionada me tiene 🥺💜

Les comento que no sé cada cuanto habrá actualizacion lo qué si quiero hacer es intentar que los días coincidan así como hoy: Es decir que si nos toca el día martes, subirlo un martes para mayor coherencia.

Intentaré cumplir con eso, y aunque no sean actualizqciones diarias, también intentaré subir un capítulo por semana. No prometo nada pero de verdad me esforzaré para que así sea 😭😭💜💕

Bueno, espero que estén listxs y tan emocionadxs como yo, por acompañar a Kook y a mi en esta travesía de recuperar a Taehyung 🥺🫠😼💚

Sin más que decir, muchas gracias por estar aquí, por el apoyo y continuo amor y nos vemos en el próximo capítulo ♥️✨️

7 :: VanTTGirl.

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