7 ▪︎ E P I L O G U E •
Nota autora del futuro: Para leer la versión original y sin censura del smutt pueden ir a mi inkspired y allí encontrarán la versión inicial ♡.
Los truenos retumbaban en el cielo, los rayos centelleaban entre las opacas y múltiples nubes, mientras el fuerte viento parecia quererse llevar todo a su paso. La tormenta parecía caer con toda su fuerza esa noche, pero sin embargo, aquello parecía no ser relevante para la pareja de jóvenes que se besaban con devoción bajo la intensa lluvia.
No había cuentas exactas del tiempo que llevaban allí después de asincerarse mutuamente y dejar esos absurdos juegos de negación a un lado. Tampoco sabían a ciencia cierta cuántos besos habían compartido en los últimos minutos, sólo deseaban permanecer ahí infinitamente, después de horas y días de dolor, dudas e incertidumbres; porqué aquellos besos, ahora llenos de sinceridad, eran la luz que ambos necesitaban; no después de siete días o dos meses, si no también de tres años de una agridulce relación.
Con un último suspiro de satisfacción, Jungkook fue quién se aventuró a finalizar su encuentro a regañadientes, pues sus labios ya picaban por un poco de tregua de la ansiosa lengua y los traviesos dientes del mayor.
Ambos se miraron a los ojos, con la respiración agitada, los labios rojizos, brillantes e hinchados por el incesante contacto, y un par de sonrisas bobas de pura dicha.
── Podria estar así por una eternidad contigo, bonito... ──Susurró el pelinegro cerca del oido del otro, estremeciendolo ante el tono bajo y suave de su voz y la calidez de su suspiro. ── Pero... creo que deberiamos volver al restaurante, o al menos buscar un lugar para refugiarnos o vamos a enfermar si seguimos aquí.
Taehyung negó en un quejido bajo, casi sonando como un niño en desacuerdo con un castigo. Lo que hizo sonreír al menor, más aún cuando este escondió su rostro en la curvatura de su cuello y se abrazó con fuerza a su torso.
── S-Si tengo frio ──Aceptó con una mueca de incomodidad ──, pero no quiero volver adentro... ──Murmuró simplemente en respuesta el castaño.
── ¿Q-Quieres que... te lleve a tu casa? ──Propuso con tono dubitativo y nervioso. Se aclaró la garganta para después explicar: ── Y-Yoongi me prestó uno de sus autos, así que estaremos más resguardados.
Taehyung tragó saliva con fuerza, pero se limitó a asentir sutilmente, alejándose un poco con repentina vergüenza. Jungkook sonrió y unió de nuevo sus manos.
── Tranquilo ──Con delicadeza lo tomó por el mentón para pedirle que lo mirará. Cuando sus ojos volvieron a conectar, le sonrió para brindarle calma. ── Solo te llevaré a tu casa. Ya luego podremos hablar cuando te sientas listo, no quiero presionarte de ningún modo ahora.
Taehyung suspiró soltando el aire que inconscientemente retenía, y asintió con una sutil sonrisa de agradecimiento, afirmando más su agarré contra la mano del pálido.
Con paso un tanto apurado para poderse resguardar cuanto antes de los cántaros incesante que caían sobre ellos; Jungkook lo guió hacia dónde se encontraba estacionado el auto.
Desgraciadamente y por el contrario de Taehyung, la vida parecía aún no estar de su lado ni mucho menos haberle perdonado sus faltas tan fácilmente, pues a unos cuantos metros de distancia, pudo ver a un oficial de tránsito bajo una sombrilla, apuntando algo sobre una libreta con una mirada de pura decepción puesta sobre su auto.
── Mierda... ──Bufó el azabache deteniendo abruptamente el andar de ambos y sorprendiendo al mayor, que se encontraba perdido en sus propios pensamientos con la vista sobre sus zapatos.
── ¿Qué pasa? ──Inquirió este desconcertado, llevando su vista de Jungkook al oficial parado al final de la calle. ── ¿Ese es el auto de Yoongi?
Culpable el otro asintió.
── Digamos que la prisa por verte era mucha y... me salté algunos semáforos y sin querer también estacioné mal el auto ──Realizó una mueca avergonzado.
Taehyung resopló y suspiró fuertemente antes de soltar su mano.
── Iré a buscar a Yoongi...
Al escuchar esto el azabache reaccionó de inmediato, deteniendolo.
──¡No, espera! ──Volviendo a tomarlo de la mano lo obligó a caminar apuradamente hacia el otro extremo de la calle, pero con cierto disimulo para no llamar demasiado la atención del oficial. ── Si le decimos a Yoongi ahora, lo más seguro es que me mate y que luego me dé el sermón de la vida, y justo ahora no es el momento para eso.
── Jungkook, estoy seguro que Yoongi lo va a entender. Los vi escribiéndote toda la noche furiosos y haciendo hasta lo imposible por retenerme ahí mientras llegabas, seguramente no va haber mucho que explicarle, va a entenderlo. Asi qué resolvamos esto de una vez ──Replicó el mayor, cansado, intentando alejarse de nuevo, pero el agarre del menor se lo impidió.
El azabache rodó los ojos internamente ante la gran discreción de sus amigos. Luego tendría una sería y larga charla con ellos.
Suspiró con pesadez.
── Mira, te propongo mejor esto: vamos a tomar un Taxi y cuando estemos sanos y salvos rumbo a tu casa, yo le escribo explicándole todo ¿Si? ──Propuso con simpleza, ganándose una mirada severa del castaño. ── ¡No me mires así!, ya sé que esto no encaja para nada con mi cambio ──Resopló. ── ¡Pero en mi defensa!, lo hago porque en este momento no tengo como pagar la multa, no quiero otro motivo para que Yoongi me rompa las pelotas... y más importante aún, ¡Quiero estar a tu lado ahora que puedo! ──Respiró profundo con una expresión de niño regañado. ── Además, en cuanto pueda le devolveré el dinero de esa multa y de paso el auto.
Taehyung inhaló profundo, y solo porque su cuerpo ya estaba tiritando y sus dientes comenzaban a rechinar por el frío, asintió de acuerdo con un suspiro resignado.
── Definitivamente tu no cambias, Jeon ──Reprochó con mirada dura, antes de abrazarse a sí mismo y comenzar a caminar, seguido por un menor con un ceño molesto y un puchero dolido ante el duro reclamo.
Aprovechandose de ir al frente, el moreno sonrió totalmente alegre, y ciertamente divertido con esa pequeña broma que le estaba cobrando al azabache. Tal vez estaba siendo muy malvado por darle otro castigo más de los que el pobre tuvo que soportar hasta ahora, pero sentía que tenía derecho a vengarse de algun modo, aunque fuera por unos minutos y de forma mínima.
Lo cierto es que no estaba ni un poco enojado con Jungkook por escapar así de su multa o huir de Yoongi, pues todo aquello lo había hecho para recuperarlo a tiempo y para estar a su lado; y al contrario de molestarle, ese gesto lo hacia sentir inmensamente feliz y algo alagado de igual modo.
No lo podia negar más; estaba dichoso porque Jungkook hubiese luchado incansablemente hasta recuperarlo.
De reojo lo miró, ocultando bien su sonrisa, mientras esté caminaba a su lado, serio y algo disperso.
Gracias por no dejarme ir...
Solo transcurrieron un par de minutos en silencio, caminando con calma por la acera, agradeciendo el resguardo temporal que les brindaba los techos o mini carpas que tenían las fachadas de los locales. Queriendo terminar ya con la tensión y el drama de los que habían tenido suficiente; el mayor se atrevió a entrelazar sus brazos como si de una pareja de casados se tratara, mientras arrecostaba su cabeza en el hombro del más joven, sorprendiendolo.
── ¿Es impresión mía o eso de hace un rato fue una venganza? ──Preguntó con tono sereno el pelinegro, sin mirarlo pero tampoco rechazando su tacto, como hubiese sido el caso en el pasado.
Cuando se enojaba o algo lo molestaba, Jungkook solía ser muy rencoroso y en busca de mantener su orgullo intacto, se comportaba muchas veces frío, hiriente u arisco. Taehyung sonrió al ver que ahora no era así. No se alejó o le respondió sarcastico, aúnque su mirada dura y la mandíbula tensa le confirmaban que si estaba algo dolido por ello.
── Si ──Confesó entre risas traviesas. ── Solo un pequeño y merecido escarmiento más.
── ¿No te parece que he tenido suficientes ya? ──Puchereó en desacuerdo.
El castaño sonrió, asintiendo comprensivo.
── Si, pero de eso se trata la vida, son necesarios y sin ellos no se aprenden las lecciones.
── Vaya, estar tanto tiempo con Namjoon está teniendo su efecto...── Sé burló el menor.
Taehyung fingió enojo y le propinó un golpe suave en el hombro.
── Idiota ──Reprochó, pero de molestia no había ni una pizca en su tono suave.
Jungkook sonrió divertido y entrelazó de nuevo sus manos, sin romper el contacto.
── Si, tambien hay algunas cosas que nunca cambiarán... ──Suspiró con fuerza. ── Pero te aseguro qué aprendí bien la lección, así que sé bien cuales si deben cambiar, y lo harán, te lo prometo.
El mayor no respondió, pero en cambio, apretó su mano y sonrió, demostrándole a través de ese gesto que ahora confiaba en él, y Jungkook no pudo sentirse más pleno por ello.
Caminaron unos cuantos metros más hasta llegar al final de la calle. Cansado y ahora también friolento, el azabache se giró para ver hacia la desolada calle, con una mueca de frustración.
── ¿Es que hoy hay huelga de taxistas o que mierda? ──Reprochó en medio de un resoplido, peinando hacía atrás su largo y empapado cabello.
Sacó su celular con la esperanza de poder recurrír a las útiles aplicaciones de movilidad, pero grande fue su decepción al notar que también se había quedado sin batería.
Embobado, el contrario miró todos sus movimientos, mordiendo por inercia sus labios ante lo increiblemente atractivo que se veía el menor.
Sin darse cuenta comenzó a repararlo con más cuidado, permitiéndose hacerlo con la libertad que no había tenido los últimos dias; Su cabello ahora de un largo medio, con esas ondas naturales que se le formaban al estar húmedo. Las facciones duras y cada vez más varoniles, los brazos fornidos y la mano tatuada con la que lo sostenía con protección por la cintura, y el piercing que ansiosamente movía con su lengua sobre su labio inferior.
Era injusto y casi ilegal como con el pasar de los días, ese hombre se veía cada vez más perfecto y comestible.
Es un maldito desgraciado...
Gruñó internamente molesto con la vida, por hacer que su ex novio se pusiera el triple de bueno mientras él no estaba a su lado, volviéndolo ahora más débil y vulnerable ante sus encantos.
El frío inesperadamente dejó de ser tan notable para Taehyung, cuando por el contrario comenzó a sentir un calor abrumador esparciendose por su cuerpo.
De soslayo se permitió admirar también cómo bajo la chaqueta de cuero roja con lineas blancas y negras que portaba el menor, se ocultaban los pectorales grandes y firmes de este que tanto extrañaba acariciar y qué gracias a la camisa mojada que se pegaba tan malditamente bien a su torso, resaltaban el doble ante sus ojos.
Taehyung intentó culpar de aquellos pecaminosos pensamientos y de su repentino cambio de temperatura. a las tres copas de vino que sus amigos le habían hecho tomar antes. Aunque lo cierto es que el alcohol poco o nada tenía que ver, porque ebrio no estaba realmente.
Mordió su labio nervioso, comenzando a sentir su respiración agitada, ante cada caricia sutil y distraida que dejaban los dedos del menor sobre su cintura. Otorgándole otro inmerecido cargo al inocente alcohol, el castaño tomó valor y se acercó cuidadosamente más al otro, logrando así esconder su cabeza en la curvatura del cuello ajeno y aspirar libremente su aroma a colonia masculina que se fundía con su olor natural a roble y una mezcla de fruta dulce.
Con la punta de su nariz recorrió escasamente la longitud de este, entre un suspiro que pareció más un ronroneo de gusto. Jungkook se tensó en su lugar, jadeando ante el estremecimiento que lo recorrió desde su espina dorsal al sentir el aliento y los labios frios del mayor rozando su dermis de esa manera tan torturante, después de tanto tiempo.
Agradeció infinitamente que las calles se encontrarán desoladas y que estuviesen pasando por una zona dónde a esa hora ya todo estaba cerrado y con luces apagadas.
Al mismo tiempo se lamentó de qué no estuvieran en la privacidad del auto en ese preciso instante.
Tragó saliva e intentó decirse a sí mismo que solo estaba malinterpretando las cosas y qué Taehyung solo estaba abrazandolo sin dobles intenciones como su cochina mente se estaba imaginando; pero la mano de este jugando con el filo de su chaqueta y el cómo jadeaba acariciando con su nariz su cuello como un gatito buscando afecto, no le estaban poniendo las cosas fáciles.
Dios, ya no quiero ser tu mejor guerrero...
Soltó un jadeo ahogado cuando la lengua del mayor dió una sutil lamida a las gotas de agua que corrían por su cuello. Con ese simple acto su cuerpo se encendió y su mente se quedó en blanco.
── ¿Qu-ue estás haciendo, Taehyung? ──Preguntó en un susurro jadeante y acelerado.
── Nada... ──Contestó inocente este. ── Te dije que tengo frio, estoy buscando entrar en calor...
Un gruñido gutural y profundo se escapó del azabache, afirmando su mano a la cadera del contrario y apretando sus parpados en una búsqueda urgente y desesperada de autocontrol.
── T-Tae... ──Tragó con dificultad. ── Por si no lo has notado, estoy tratando de ser el caballero que nunca fui contigo.
El mayor salió de su escondite solo para conectar sus miradas, ambas flameantes en un retenido deseo.
Taehyung ya no quería más dramas, más lágrimas, más silencios tensos o peleas absurdas. No quería pensar en sus miedos e inseguridades sobre su relación, sobre la decisión que había tomado o sobre lo que tendría que decidir y afrontar también al otro día. Estaba exhausto de todo aquello, y en ese momento solo quería sentirse libre, en paz y amado por un momento.
No quería tiempos, distancias o barreras, ──mismas que sabía que Jungkook se había puesto para su propia comodidad── y lo agradecía, pero en ese instante solo deseaba con todas sus fuerzas que esas barreras se vinieran abajo tal y como lo hicieron las suyas.
Solo unas horas. Sin preocupaciones ni dolores de cabeza, entre los brazos de quien tanto amaba y quien le había prometido amarlo como se merecía desde ahora en adelante. Era todo lo que necesitaba.
Y supo felizmente que lo tendría, cuando los ojos del otro brillaron con el mismo anhelo y deseo ferviente. Sintiendo desde su lugar el retumbar del corazón del menor, igual de acelerado que el propio.
Con una mirada seductora, el castaño se acercó al oído del pálido, lamiendo sutilmente su lóbulo en el proceso al tiempo que su mano se escabullia en medio de la chaqueta para acariciar sobre la tela mojada el abdomen firme y marcado del que orgullosamente era dueño el pelinegro.
── El problema... es que justo ahora, no quiero que seas un caballero conmigo ──Susurró con voz grave, Taehyung.
Jungkook sintió sus jeans apretarle de repente. Soltando otro gutural sonido desde lo profundo de su garganta y una fuerte exhalación, con firmeza tomó las caderas del castaño y con cierta brusquedad, lo pegó a la pared más cercana pero que estuviese lo suficientemente alejada para no ser vistos.
Lo acorraló allí y metió su rodilla entre las piernas del otro, no pudiendo resistir más, atacó sus labios en un beso desenfrenado. Juntando sus lenguas al instante, casi con desespero. Ambos jadearon cuando el mayor mordió su labio al tiempo en que comenzaba a mover sus caderas sobre su pierna en busca de fricción.
── Solo tengo una duda, ¿Dónde quedó lo de... ir despacio? ──Cuestionó con burla, haciendo presión con su rodilla para aumentar el contacto.
Taehyung gimió en su labios, antes de responder:
── Pod-emos empezar a... aplicarlo a partir ¡Mhg¡ de mañana, ¿N-No crees? ──Balbuceó con una sonrisa maliciosa, enredando su manos en el cuello del contrario, para juguetear con las hebras de su cabello, mientras mordía y chupaba sus labios a su antojo.
El pálido correspondió a la sonrisa y asintió, devolviendole el gesto.
── Me parece una... excelente idea ──Concordó, dirigiéndose a su cuello para comenzar a repartir besos, mientras con sus manos acercaba más sus cuerpos y sus pelvis chocaban tortuosamente.
Los sonidos queditos y agudos que tanto extrañaba escuchar y que el mayor soltaba en su oído, fueron como un avivador a su hoguera interna. Pero tras unos segundos, depronto se detuvo, para obligarse a calmarse un momento tras un fugaz pensamiento de alerta.
Inhaló entrecortado y con la respiración agitada vio al contrario abrir sus ojos, con la queja reflejada en su ceño.
── C-Cariño ──Le acarició dulcemente la mejilla, antes de proseguír, con voz agitada: ── ¿E-Estas completamente seguro de querer hacerlo? Yo no...
── Joder, si, Jungkook ──Casi que se quejó de la pregunta, interrumpiendo sus dudas. ── No somos niños, sabemos lo que hacemos y ya dejamos claro todo al respecto de como llevaremos nuestra relación ahora... ¿No crees que nos merecemos una reconciliación completa después de tanto drama? ──Insinuó mordiendo sus labios con coquetería y acariciando su mandíbula.
El pelinegro lo meditó por unos escasos segundos.
── Si, mierda, lo necesitamos ──Concordó, volviendo a unir sus labios con fuerza. ── Solo quería asegurarme de qué de verdad lo quisieras hacer ──Lo miró con preocupación.
Taehyung sonrió con ternura, acariciando su mejilla.
── Si, lo quiero ──Reafirmó. ── Si no fuera así, no hubiese sido yo quién lo insinuara desde el principio, ¿No crees? ──El menor lo miró aún dubitativo pero asintió de acuerdo. ── Bien, entonces, ¿Ya nos podemos ir de aqui de una vez por todas? ──Pidió entre un gemido bajo que hizo sonreír en grande al azabache.
── Entonces, ¿Tú casa o la mía? ──Susurró este en su oído, acompañado de una suave mordida que arqueó el cuerpo del castaño, robandole otro incontable suspiro.
── La... qué quede más cerca ¡Mhg! ──Respondió en medio de un gemido, cuando la mano del más joven acarició despreocupadamente el bulto entre sus pantalones un par de veces.
── Será en la tuya entonces...
Compartieron una última sonrisa llena de complicidad y un último y suave beso, antes de separarse.
Agitados, con sus manos unidas y el cuerpo ardiendo en calor a pesar de estar completamente empapados bajo una torrente lluvia, caminaron con apuro para tomar el primer Taxi que vieran disponible.
Diez desesperantes minutos después, Jungkook le pagó la carrera al conductor rápidamente para después ser arrastrado por el mayor hacia el interior de su edificio.
Olvidándose por un momento de sus modales y la cordialidad que los caracterizaba, no miraron, ni mucho menos tuvieron tiempo de saludar a nadie, o atender las miradas curiosas de la gente al verlos entrar de nuevo tomados de la mano.
Ingresaron al elevador entre besos desordenados y caricias ansiosas agradeciendo que esto acortará la agobiante espera y que en cuestión de segundos se encontraran en el piso correspondiente. Allí casi qué trotaron hasta su puerta y de manera torpe y ansiosa, Taehyung rebuscó las llaves entre sus bolsillos, mientras el pelinegro a sus espaldas repartía castos besos en su cuello y jugeteaba con el borde de sus ajustados jeans, poniéndolo el triple de nervioso.
── Pudimos haber subido por la escalera de emergencia y entrar por la ventana ──Bromeó el menor en medio de una mordida en su cuello que estremeció al otro. ── Nos hubiéramos ahorrado las miradas juzgantes de tus vecinos, y la de mi peor enemigo, el portero.
Taehyung rió en medio de un estremecimiento, abriendo al mismo tiempo y por fin la bendita puerta.
── Se te olvida que yo no tengo delirios de Spiderman como tú ──Replicó divertido, girandose para tomarlo de las solapas de su chaqueta, obligando a ambos a entrar.
Con una sonrisa burlona, el azabache cerró de una patada la puerta a sus espaldas, recibiendo gustoso los labios desesperados del contrario que se encontraron de inmediato con los suyos.
── Y-Ya conoces el camino...──Murmuró en medio del encuentro, rodeando su cuello con sus brazos y profundizando el beso, iniciando una guerra por dominio sin aparente ganador.
Con una sonrisa complice y sin esperar más, Jungkook tomó al mayor por los muslos, obligándolo a rodear su cintura con las piernas, y cómo si sus pies tuviesen memoria propia, se encaminó sin problema hasta la habitación de este; Una vez allí, lo dejó con delicadeza nuevamente sobre el suelo, y mientras su boca besaba con premura el acanelado cuello, sus manos se encargaban de quitarle el saco con desesperación en lo qué a duras penas, este intentaba hacer lo mismo con su empapada chaqueta.
Entre caricias ardientes y más besos ansiosos y desordenados, ambos se despojaron de las húmedas prendas que los cubrían, hasta qué solo quedó su ropa interior en el camino.
Con delicadeza, Jungkook tomó el menudo cuerpo del moreno entre sus brazos y con suavidad lo recostó sobre el colchón. Iniciando con un camino de besos húmedos y lamidas desde su cuello hasta encontrarse con los botones marrones y erguidos por el frio que esperaban por su atención, la cuál no dudó en darles de inmediato.
Jugó con estos entre sus dedos a su antojo durante un par de minutos deleitandose con los suaves sonidos que el castaño dejaba escapar, mientras su cadera hacía movimientos leves logrando que sus intimidades tuvieran una torturante fricción aún por sobre la estorbosa tela.
── J-Jungkook... ──Rogó el castaño en un murmuro ahogado.
El nombrado lo miró desde su sitio con un sonrisa de satisfacción pura, mientras su diestra dejaba de atender su pecho solo para iniciar un recorrido lento que terminó en el interior de su ropa interior. inició de inmediato con sus caricias expertas que quemaban y deshacian al moreno bajo su cuerpo.
La espalda de Taehyung se curvó en medio de un gemido ruidoso, cuando el pulgar del menor torturó con fricciones lentas su punto alto.
── No sabes cuanto extrañé escucharte, precioso ──Susurró Jungkook en su oído con voz grave, besando y masacrando con sus dientes su cuello, aumentando al mismo tiempo el ritmo de sus caricias.
El castaño solo pudo gemir más fuerte ante ese agobiante gesto, soltando justo después un quejido cuando la mano contraria abandonó su ropa interior y dejó de atenderlo.
Una sonrisa maliciosa y de puro poder se asomó en los labios del más jóven, antes de retirar del camino el estorboso bóxer del mayor con algo de desesperación. Separó sus piernas y con dos falanges, desesperó al castaño y aumentó su anticipación, con movimientos circulares suaves pero continuos en aquella puerta hacía la gloria, quitandole así la respiración momentaneamente al otro.
── Veamos si tu también me has extrañado tanto como yo...──Comentó inocente, ingresando en aquella estrechez de una sola estocada, provocandole un gemido agudo y que su espalda se arqueara en placer. ── Oh, por lo visto si... Estas tan exquisitamente apretado, cariño, que muero por enterrarme en ti ──Gruñó antes de besar con fuerza sus labios.
Taehyung gimió encima de estos.
── Entonces... hazlo de una maldita vez ──Suplicó con voz acelerada.
El pelinegro río con deleite y negó.
── No quiero lastimarte, bonito ──Explicó ante el ceño fruncido del otro. ── Llevamos meses sin hacerlo, tengo que prepárarte bien.
Y antes de poder replicar de nuevo, Jungkook ya se encontraba entre sus piernas, flexionando sus rodillas y humedeciendo tres de sus propios dedos.
Taehyung sintió su oxígeno desvanecerse ante esa imagen; el menor se veía sumamente caliente antes sus ojos, con su nueva apariencia, en esa posición y haciendo tales actos.
Todo pensamiento coherente o no tanto, dejó de ser importante para él cuando sintió las humedas caricias que despreocupadamente el menor dejaba en su punto más sensible; Jadeó sin fuerza, pero tampoco pudo hacerlo correctamente porque de inmediato dicho y escurridizo músculo se adentró con ímpetu en su cuerpo.
Sus gemidos comenzaron a ser más fuertes y constantes al sentir el agobiante ritmo que había impuesto el otro, intercambiando hábilmente su sinhueso y sus falanges preparándolo para su próxima probada de cielo. Succionando, dejando multiples caricias húmedas y ardientes, tan arrasadoras, junto a eso expertos movimientos que lo llevaban a un extasis inminente. Y cómo si aquello no fuera ya demasiado para el pobre castaño, la diestra del pálido se encargó al mismo tiempo de atender con experticia y dedicación su hombría.
Los chasquidos obscenos y chapoteantes de la boca y manos del pelinegro haciendo su trabajo se mezclaban en el aire con los gemidos fuertes y agudos del castaño, que se aferraba con fuerza a las sábanas y a las hebras oscuras del menor por la placentera y agobiante doble estimulacion a la que estaba siendo sometido.
── Oh... D-Dios... Jungkook ¡Ah! ──Balbuceó sintiendo su clímax cerca, jaloneando levemente sus cabellos.
Entendiendo el mensaje, el nombrado detuvo sus movimientos con una malvada sonrisa al escuchar el quejido frustrado del otro. Disfrutando del poder que le otorgaba Taehyung en estas situaciones, se relamio gustoso, y entre castos besos y suaves mordiditas ascendió hasta estar de nuevo a su altura.
── Te odio, J-Jeon ──Se quejó agitado el mayor, sacándole una risa divertida.
── Ya lo sé, cariño, pero igual me lo repites en un rato ──Se burló con un guiño de puro egocentrismo, trazando sus preciosas curvas con sus manos, con devoción. ── ¿Tienes condones, bonito?
Taehyung respiró profundo intentando recordar dónde los había dejado. Al no hayar respuesta, con un resoplido y un puchero descontento miró al otro.
── S-Si, pero ahora mismo no sé en cuál de todas las malditas maletas los metí... así qué porfavor dime que tu tienes ──Se mordió el labio ansioso.
Jungkook rió enternecido, dejando un casto beso sobre el puchero del otro y seguidamente asintió.
── Por suerte para nosotros, creo que aún tengo un par guardados en mi billetera ──Dijo levantándose rápidamente a buscar los mencionados.
── ¿Y... se puede saber con quién pensabas usarlos? ──Reclamó el contrario con una ceja levantada en desconcierto.
Jungkook, que se encontraba buscando sus pantalones en medio de la oscuridad, se detuvo un momento para mirarlo y sonreirle divertido.
── Con cierta persona que me terminó hace unas semanas, casualmente en nuestro restaurante favorito para follar a escondidas.
Las mejillas del mayor se tornaron de rojo al escucharlo y retuvo su sonrisa culpable, fingiendo inocencia después.
── Bueno, sus razones tuvo esa persona seguramente...
El azabache negó con diversión, mientras tomaba por fin sus pantalones y sacaba los condones ──Que afortunadamente sí tenía──, de su cartera.
Luego de verificar que no se encontraran vencidos y agradeciendo al ver que todo estaba en orden, abrió uno de los cuatro que encontró allí, se deshizo de su ropa interior y se enfundó en este con agilidad, para luego de la misma forma, acercarse de nuevo al mayor y posicionarse entre sus piernas.
El moreno tragó saliva ansioso, sintiendo su cuerpo temblar y su garganta seca, ante la imponente figura de su ──nuevamente── novio, sobre él; el abdomen firme y definido de este con su perfecto Eight Pack, los tatuajes adornando su brazo derecho de una forma bastante excitante, y el roce de sus pieles nublando sus sentidos. Estaba al borde de la hiperventilacion.
Ambos se miraron a los ojos con deseo y ansiedad absoluta. El calor de sus cuerpos ya siendo abrumador y la necesidad de tener al otro inhumanamente cerca, siendo casi dolorosa y palpable.
── Joder, ¿Que estás esperando, Jungkook? ──Se quejó ansioso el castaño, con la respiración descontrolada.
── Que lo pidas de nuevo para asegurarme que de verdad lo quieres y que no estoy soñando ──Confesó con miedo.
── Ya te dije que estoy seguro de esto ──Afirmó de nuevo, seguro, acariciando el rostro del nívea con una sonrisa dulce. ── Y, ¿Por qué no compruebas por ti mismo si estás soñando o no? ──Lo retó con coquetería, abriendo más sus piernas para él de manera tentadora.
──Oh, joder... ──Un gruñido y una pesada exhalación se escaparon de lo más profundo del menor ante tal descarado acto, y sin poder contenerse más, cumplió con lo exigido; tomó las esbeltas piernas del castaño obligándolo a pegar sus rodillas a su torso en una posición mucho más accesible, y jugando un poco con la paciencia de este, provocó sutiles roces entre sus cuerpos sin llegar a cumplir el desesperado deseo de ambos.
── M-Mierda, J-Jungkook dej-...
La queja se vio interrumpida por el gemido grave de ambos, cuando el nombrado se cansó de su propio juego, y por fin cumplió su objetivo de forma certera y sin previo aviso.
── ¿S-Si? ──Se burló con dificultad en su oído con un nuevo movimiento lento pero igual de arrasador para el castaño.
── I-Imbecil... ──Jadeó el mayor, aferrando sus manos a la ancha espalda del azabache.
Jungkook solo respondió con una risa suave, antes de concentrarse en su tarea, aumentando el disfrute de ambos, que se materializaba en una hermosa y contrastante sonata de placer. Sus bocas no tardaron en encontrarse de igual forma, buscándose con desespero e iniciando una lucha desordenada y ansiosa que ahogaba los incontables sonidos que soltaban ambos.
El pelinegro sonrío en medio del encuentro, extasiado por la estrechez y calidez que lo recibió, cómo tan bien recordaba.
── Maldita sea, te... extrañé tanto, precioso ──Confesó entre jadeos deleitado, afianzando su agarré firme en los muslos ajenos.
── ¡Mhg!, Yo t-también ──Aceptó el mayor, aferrandose a la ancha espalda. ── t-te dije... q-ue no necesito que... seas un caballero, Jungkook...──Se quejó entre gemidos segundos despues, por lo dócil y lento que estaba siendo este, a comparación de cómo eran normalmente sus encuentros. ── Necesito m-más... demuestrame que de verdad te hice falta ¡Ah!
El pelinegro sonrió con algo de dificultad, escondido en el cuello del mayor. Gimió con fuerza y aceleró el ritmo para así cumplir con lo pedido.
── T-Tampoco pensaba serlo, es solo... q-que eres muy... i-mpaciente, Osito ──Se burló entre gruñidos profundos, aumentando la fuerza de sus caderas y repartiendo besos húmedos y dejando algunas marcas en el acanelado cuello, mientras le propinaba un leve azote en los firmes glúteos ajenos.
── ¡A-h, joder, s-si!
La habitación en cuestión de minutos se llenó de sonidos que solo expresaban la maravilla del momento en el que ambos jóvenes estaban sumidos. El ruido de la tormenta siendo totalmente imperceptible y casi opacado por la preciosa y contrarrestante melodía de sus voces en conjunto reencontrandose después de tanto tiempo.
Sus labios no se separaron ni un instante de los ajenos, recuperando todo ese agobiante y desolado tiempo en que estos no se habían acariciado, y entre toques desordenadas y besos regados, el climax de ambos comenzó a anunciarse poco a poco.
Al percatarse de esto, el mayor tomó el control de la situación; con agilidad, en cuestión de segundos y sin mucho esfuerzo, invirtió la posición tomando por sorpresa al pálido.
── Deja que me encargue yo entonces, para... recordarte como nos gusta ──Comentó con voz agitada pero seductora, acomodándose mejor sobre la pelvis del azabache, sacándole un par de sonidos ahogados y gruñidos.
Ambos compartieron una sonrisa complice. Y sin necesidad de más palabras, Taehyung tomó por completo el control con movimientos fuertes y constantes de su habilidosa cadera, aumentando el doble del placer para ambos.
El pelinegro gimió con fuerza y llevó sus manos a las estrechas caderas contrarias, ayudándole a coordinar mejor sus movimientos con sus propias y duras arremetidas.
── ¡Ah!... M-Mierda, Ta-e... adoro la manera en que me montas tan bien cariño, joder.
El nombrado sólo pudo sonreír y gemir en respuesta, aumentando la velocidad con movimientos más fuertes y certeros que daban justo en el punto que lo desarmana por completo, haciendo a sus piernas temblar; afirmandose mejor de los pectorales del pálido que no dudó en acariciar y apretar a su antojo, desestabilizando con ello aún más al menor.
Desde su sitio, abrumado de placer y gozo, Jungkook observó con la vista nublada la erótica imagen frente a él, y se sintió el idiota con más suerte en el planeta por haber tenido el privilegio de recuperar a semejante hombre; su piel canela y brillante por la humedad siendo hermosamente iluminada por la luz de la luna que se filtraba por la ventana, sus cabellos chocolates empapados y pegados a su rostro, las caderas estrechas que tan ágilmente se movían sobre su cuerpo, los afilados y cautivadores ojos cerrados y la cabeza echada hacía atrás por el placer, remarcando así sus clavículas de una manera jodidame sexy e irresistible.
Kim Taehyung era la definición de una obra de arte y él era ese simple mortal afortunado de poder apreciarla y tocarla con la devoción que ahora era realmente consciente que merecía.
Sin poder soportar esos escasos centímetros que aún los separaban, Jungkook se sentó en su lugar sin detener los movimientos del mayor. Por el contrario, rodeó la cintura de este con sus brazos y aumentó la fuerza de su pelvis para dar con más precisión en ese punto exacto que conocía tan bien y que hacía delirar al castaño.
── ¡Oh!... Kook... Justo a-hi si... ──Balbuceó con dificultad este, abrazándose más a su cuerpo y arañando levemente sus hombros.
Una sonrisa inmensa se adueñó del menor al oírlo.
── M-Mierda, porfavor... repitelo de nuevo b-bonito... ya me estaba hartando del feo Jungkook, a secas ──Confesó en su oído con voz dolida, acariciando y apretando con gusto entre sus manos esos firmes músculos que tanto lo enloquecian, en lo qué sus empujes ganaban más fuerza.
── Kook... Voy a ¡Ahg!...
── ¡Mhg!... Y-Yo también, cariño... solo resiste un poco más, bonito y lo haremos juntos.
Ambos unieron de nuevo sus labios en un beso ansioso y desenfrenado, con incontables guerras, succiones y algunas deliciosas mordidas de por medio. Y mientras el mayor se entretenía jugueteando con el metal en el labio del otro, este por su parte se encargó de atender de igual forma su intimidad con un ritmo coordinado con el de sus caderas.
── K-Kook...
── Ta-e...
Con un gemido en unísono, un último azote suave por parte del menor y un certero movimiento final, ambos tocaron el cielo al mismo tiempo.
Abrazados y agitados, Jungkook se encargó de recostar sus cuerpos en la suavidad de las sábanas, sin separarse.
── T-Te amo, bonito... g-gracias... por permitirme estar así contigo de nuevo, no te voy a defraudar ──Prometió el menor, con la respiración agitada, dejando un cariñoso beso en su frente.
── Te amo, Kookie ──Respondió de igual modo el mayor con una sonrisa alegre, aferrándose más al musculoso cuerpo que le brindaba calor. ── Gracias... por no dejarme ir.
Con sonrisas de felicidad pura y esas confesiónes que ahora se sentían igual de cálidas y sinceras para los dos, se dejaron llevar por el cansancio cayendo en los brazos de Morfeo al cabo de unos minutos.
Después de una noche llena de besos, caricias y mimos, ambos jóvenes habian despertado comoda y felizmente abrazado al otro. Aún con sus imborrables sonrisas sobre sus rostros y un par de corazones plenos y vendados tras tantas heridas.
Omitieron por un momento las inevitables preguntas y dudas que tendrían que resolver en algún momento del día y mejor optaron por tomar primero una larga y calurosa ducha juntos, para después sentarse en el único mueble disponible en aquel casi vacío apartamento, siendo la cama su mejor lugar para desayunar lo único comestible que aún había en la alacena del mayor: cereal, acompañado de algo de fresas y banana.
Ambos comían en silencio, vestidos con prendas cómodas que Taehyung por suerte había dejado por fuera de sus maletas para el fin de semana; recién duchados y con la vista puesta sobre las cajas apiladas en una esquina del lugar.
Su felicidad y plenitud eran evidentes, pero ciertamente y para desgracia de ambos aún quedaban muchas cosas por resolver en su nuevo inicio si querían que las cosas realmente funcionarán esta vez.
Y por más que quisieran evitarlo, esa conversación no podía esperar más. Por lo qué tomando valor, como de costumbre últimamente, fue Jungkook quién se atrevió a romper el silencio comodo con algo de duda y nerviosismo.
── ¿A qué hora era tu vuelo?
El mayor tragó su bocado con algo de fuerza y revisó su celular.
── A las siete y media... ──Respondió simplemente, dejando el aparato a un lado.
Con curiosidad, el menor de reojo vio el reloj puesto sobre la mesa de noche el cuál ya marcaba las diez y media de la mañana.
Al ver el semblante pensativo y preocupado del pálido, el castaño tragó su bocado y dejó su tazón a un lado para tomar la mano de de este y arrecostarse en su hombro con cariño.
── Solo dilo... ──Lo animó en un susurro. ── Si vamos a hacer esto, la comunicación es lo primordial.
El pelinegro sonrió levemente y asintió en medio de una exhalación pesada, dejando también su plato del lado, antes de abrazarlo por los hombros y dedicarse a acariciar sus cabellos de forma distraida; mientras posaba su vista sobre el ventanal del balcón que daba una hermosa vista de la ciudad.
── Lo sé, pero sinceramente estoy tan feliz de estar contigo ahora mismo y así, que no quiero arruinarlo...
── Yo también estoy feliz de estar contigo, pero no podemos fingir u evitar que aún hay mucho por hablar y decidir ──Suspiró abatido el mayor. ── Así que solo dilo.
El menor lo sopesó durante un par de segundos, antes de inhalar para darse valor y posar su mirada en sus manos entrelazadas sobre las sábanas.
── Te amo Taehyung, por eso hice todo esto para recuperarte, por ti principalmente estoy cambiando y de verdad deseo que podamos empezar de nuevo... ──Sonrío con tristeza antes de continuar; ── Pero al mismo tiempo, ahora sé que no puedo ser egoísta, y que esa oportunidad en Daegu es algo que mereces y no deberías desaprovechar, mucho menos por mi ──Lo miró con una expresión agobiada. ── No quiero ser de nuevo alguien que te impida ser feliz o cumplir tus metas y sueños, no me lo volvería a perdonar.
Taehyung sonrió levemente al escuchar tales palabras de menor, viendo realmente la preocupación de este brillando en sus preciosos y grandes ojos y sintiéndose orgulloso del cambio sincero que podía notar al pasar de cada minuto.
── Kook, antes que nada quiero que me prometas algo ──El nombrado lo miró curioso, ante sus palabras, por lo qué decidió continuar con su pedido: ── Los cambios no se deben hacer por y para nadie. No quiero que sientas esa presión de que debes hacerlo por mi ──Confesó con voz calmada. ── Yo estaré feliz de ver este cambio solo si sé que realmente lo estás haciendo porque te nace hacerlo para ti, para ser más libre y más feliz y no por complacer a alguien más. De eso no se tratan las relaciones; no es imponer ni exigir, es aprender juntos y tratar de entender y ayudar a la otra persona...
El azabache sonrió encantado al escucharlo. Suspiró como el tonto enamorado que ahora sabía que era y acarició con ternura una de las mejillas del mayor.
── No te miento al decir que fuiste una de mis principales y más grandes motivaciones para ser alguien mejor, pero te aseguro qué realmente lo quiero y lo estoy haciendo también por mi ──Afirmó el azabache con convicción en su voz. ── Siempre querré ser mejor para ti y merecedor de esta nueva oportunidad, pero al mismo tiempo ahora estoy feliz de ser libre y de poder ser yo o mejor dicho, de descubrir quién soy realmente fuera de ese estúpido papel que he vivido durante todos estos años... y por eso ahora quiero hacerlo a tu lado, como te dije ayer.
── Me tranquiliza y enorgullece de verdad saber eso ──Confesó con una sonrisa sincera el mayor. ── No solo yo realmente, los chicos también lo han notado y están encantados con este nuevo tú, el verdadero Jungkook ──Depósito un casto y suave beso en sus labios y continuó: ── Y cómo también te dije ayer, estoy dispuesto a estar en este nuevo proceso para ti, que también lo será de algún modo para mi... y aquí es dónde viene la respuesta a tus anteriores dudas ──Una profunda inhalación llena de nerviosismo llamó la atención del menor quién lo miró curioso.
» Quiero.... proponerte que te vayas conmigo a Daegu... ──Murmuró nervioso, mordiendo sus labios. ── Allí podemos iniciar de verdad desde cero, alejados de todos estos recuerdos dolorosos y empezar una nueva vida juntos.
El nívea se quedó perplejo ante la repentina y sorpresiva propuesta del mayor, con su mirada consternada sobre este y su mente tratando de procesar todo.
Al ver el estado del azabache, Taehyung decidió continuar con su propuesta.
── Mis clases realmente no empiezan hasta dentro de dos semanas por lo qué tienes tiempo de pensarlo y decirme tu respuesta... ──Lo tranquilizó. ── Si decides hacerlo, podrías pedir un traslado y terminar tus últimos dos semestres allí ──Propuso con una sonrisa esperanzada. ── El apartamento que Bogum y yo íbamos a arrendar juntos es gigante, así que podremos vivir ahí sin problemas, y estoy seguro que Yoongi y los chicos irían a visitarnos en cuanto puedan. ──Sonrío alegre por unos segundos antes de desviar la mirada a sus dedos que jugueteaban entre sí con nerviosismo.
» Puede que ahora sea yo quién esté siendo demasiado egoísta, pero sinceramente no quiero perder esta oportunidad, pero tampoco quiero perderte a ti de nuevo... aunque estoy dispuesto a tener una relación a distancia si cree...
── No ──Lo interrumpió de inmediato el pelinegro, llamando su atención y provocando una mueca confundida en este al no saber a qué de todo iba dirigida su fuerte negativa.
El menor al ver el miedo y la duda en los ojos del contrario, cerró sus ojos por unos segundos y soltó el aire que sin saber había retenido. Con un poco más de valor se giró hacia el castaño y con delicadeza tomó su rostro para obligarlo a mirarlo, sonriendo levemente para trabquilizarlo.
── Me refiero a que no quiero que después de todo esta mierda que ya vivimos, también tengamos que afrontar una relación a distancia que sinceramente no creo que nos lleve a algo o que si quiera merezcamos pasar también ahora ──Explicó convencido, recibiendo el asentimiento sliviado del mayor con una mirada enternecida. ── Y no estás siendo egoísta, y si lo estuvieras siendo tampoco podría quejarme o reprocharte después de que siempre me comporté como un idiota caprichoso y te obligué a hacerlo todo a mi modo. ──Resopló avergonzado. ── Se trata de tu futuro Tae, y yo no quiero ser un impedimento en ello... así que cómo tampoco tengo mucho porqué quedarme aquí sinceramente, estoy dispuesto a ser yo esta vez quién deje todo por ti ──Asintió convencido admirando con amor al otro y dedicándole una sonrisa que inmediatamente fue correspondida con alegría desbordante. ── Acepto irme contigo a Daegu, Osito.
Los orbes del mayor brillaron con lágrimas retenidas, pero en vez de soltarse a llorar como realmente quería, se abalanzó a los brazos del menor para abrazarlo con fuerza y unir sus labios en un beso delicado y repleto de amor y alegría.
── Gracias, Kook.
── Gracias a ti, Tae... por permitirme revivir a tu lado. ──Dijo sobre sus labios retirando con cariño los mechones rebeldes de cabello que ocultaban esos afilados ojos que tanto le encantaban. ── Creo que es un momento adecuado para confesarte que te me acabas de adelantar en algo que planeaba hace rato ──Fingió una mueca de enfado.
Confundido, el castaño se alejó para observarlo con una ceja levantada en desconcierto y sorpresa.
── ¿Qué?
El azabache asintió con una sonrisa avergonzada.
── Cuando te dije que me terminaras en otro momento y no justo ese día, era porque planeaba pedirte que viviéramos juntos... ──Confesó tomando por total sorpresa e imprevisto al castaño. ── No me importaban mis padres o todo lo demás, y sinceramente no sé que realmente era lo que planeaba hacer si aceptabas, por eso creo que este golpe de realidad lo necesitaba y llegó en el momento justo para que despertará y organizará mejor mi vida, así que es algo más que te agradezco, bonito.
Taehyung sonrió por milésima vez en la mañana, acercandose de nuevo para abrazarse a él como un auténtico oso. Totalmente feliz y emocionado por poder empezar esta nueva etapa con su adorado e idiota novio al que tanto extrañaba, pero amaba mucho más a esa nueva versión que tenía en frente.
── Bueno, ahora si es un momento indicado. Y ya basta de agradecer, tonto, porque ahora es algo que queremos ambos y que será una nueva etapa que aprenderemos a vivir juntos, como las parejas lo hacen.
── A tu lado quiero vivir y aprender de todo ──Lo abrazó con fuerza recostandolos a ambos sobre la cama, entre risas y suspiros. ── Desgraciadamente no puedo prometerte que no tendré errores o alguna falla, solo te aseguro que no seran tan graves como mis anteriores cagadas; pero lo que sí te puedo prometer es qué, los siete días de la semana, cada hora, cada minuto y cada segundo de ahora en adelante, te amaré como corresponde, Kim Taehyung.
Con una sonrisa y una mirada llena de confianza y amor, el mayor asintió y unió de nuevo sus labios en un beso que cerraba un doloroso ciclo, pero abría un nuevo comienzo y aprendizaje junto a quién a pesar de sus fallas e inevitables defectos como todo ser humano, lo amaba y lo hacía inmensamente feliz.
Y por fortuna, Jungkook se sentía orgulloso y satisfecho porqué tal y como se lo propuso; finalmente sí había reparado sus errores y sanado ──o al menos vendado un poco── las heridas de ambos, y en tan solo siete días, tuvo de vuelta al amor de su vida.
7: F I N.
Dedicado con mucho cariño a la más fiel lectora de este fic: ClaudiaMon032 🥺💜💖
7 :: VanTTGirl.
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