Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

11.- La moto ardiente


Nota:

Perdóoon, tarde muchísimo en subir este cap!! Os ruego que me perdonéis la vida 😂😂!!

Espero que, para compensar, este capítulo os guste.

Bye 💋

🔒🔒🔒🔒🔒🔒🔒

—¡¡Cuidadooo!!—Grité, desesperada mientras me agachaba.

Pero ninguno de los de mi grupo me hizo caso.

Es más, se quedaron allí parados, tan panchos.

—Anda, Marcusito, cuánto tiempo—Dijo Aiden, tan tranquilo, hablándole exactamente igual que si se lo hubiera encontrado en la panadería.

—Muy buenas—Le dijo Naya, con la misma tranquilidad.

Vale, todos parecían habérselo encontrado en la panadería.

Ninguno mostraba ningún tipo de interés por las armas que nos apuntaban, así que decidí imitarles y hacer como si nada.

—¿Qué te pasa?

Digamos que fingir tranquilidad no era mi punto fuerte.

—N-nada, nada, pero oye...¿sois...conscientes de que nos acaban de disparar?

—Ya, pero no nos han dado, ¿no?

—Y-ya, hombre, pero...

—¡¡Eh!!—La voz de Marcus me interrumpió. ¿Cómo podía existir un tipo taan pesado?—Ya no estáis en mi bando, ¿verdad? Eso significa que ya no estáis en mi ejército y que, por lo tanto sois el enemigo—Dijo, con su marcado acento italiano.

—A-ah...

—¡¡Oh, vamos, mira que sois lentos!!

Al ver que no reaccionábamos nos apuntó con la pistola y me diparó—no sé por qué a mi—en la cara.

¡Pero tranquilos!

Lo esquivé con un movimiento de cuello, sin siquiera alterarme, con una mueca tranquila, incluso. Me quedó bastante bien, incluso diría que me salió elegante.

Mis nuevos aliados también tuvieron que esquivar algún que otro disparo, pero ellos se alteraron bastante, incluso soltaban grititos y daban saltos para esquivar. No entendí muy bien por qué se volvían tan desmesuradamente locos por un par de balas.

—¿Hola?—Los llamé—¿Tenéis algún arma o algo para defenderos? ¡Yo tengo dos pistolas, os doy una si queréis!

Resultó que Naya tenía un cuchillo y Aidan una espada.

Se veía que les gustaban las armas blancas. La verdad es que era mejor así, porque esas no hacían mucho ruido.

A Drac le di mi otra pistola. Disparamos mientras ellos se enfrentaban a los otros con sus armas. O al menos Aiden lo hacía, porque de repente vi a Naya tan tranquila retocándose el pinta labios usando el cuchillo como espejo. Le iba a decir algo, pero me di cuenta de que tenía a todos los soldados atentos. Miró de reojo y lanzó el cuchillo directo al pecho de uno de los soldados, que cayó al instante. Se fue tranquilamente hacia el, le sacó el cuchillo del pecho y puso una mueca de asco al ver que se le había manchado. Por alguna razón los soldados ni siquiera le apuntaron. Solo se quedaron con los labios entreabiertos mirándola. Casi se podían ver corazoncitos en sus ojos como en los dibujos animados.

Cuando volvió con nosotros la felicité:

—Buena técnica—Reí, disparando a tres tíos.

—Gracias, la llamo la técnica "ligar-matar". Te enseñaré ha hacerla cuando quieras—Me guiñó el ojo y se fue a por el cuchillo que acababa de lanzar.

Cuando volvió, otra ración de disparos nos envistieron.

Aiden se protegió la cara con su espada, Naya usó su cuchillo y sus manos, a Drac ni siquiera le dio tiempo a defenderse, pero estaba detrás de Aiden, así que no le dieron y yo me protegí con los brazos.

—Chicos, ya hemos reducido bastante el ejército, podemos irnos.

—Necesitamos una distracción, al menos, no vamos a decirles "bueno, nos ha gustado jugar con vosotros, pero nuestras mamis dicen que vayamos a cenar".

—Ya...¿Alguno tiene...no sé, algo para lanzarles? ¿Una bomba de humo, por ejemplo?

—Yo no tengo—Naya se vació los bolsillos.

—Ni yo—Dijo Drac.

Aiden negó con la cabeza. Estábamos perdidos.

Entonces, por primera vez en mi vida, pensé un poco.

—¡Ya sé!

Cogí mi estuche de cápsulas y saqué la moto.

Estaréis preguntándoos de qué diablos me iba a servir una maldita moto en esa situación.

—¿Tenéis un mechero?

Aidan me tendió una con una mueca de confusión.

Lancé la moto hacia ellos de malas maneras y abrí el depósito de la gasolina de una patada.

Nadie—creo que ni siquiera yo—entendía nada hasta que encendí el mechero y lo tiré dentro. Las llamas empezaron a formarse lentamente.

No nos quedamos a contemplar mi moto arder.

Algunos escaparon del incendio, otros se quemaron. Pero nosotros ya corríamos en dirección contraria.

—Buena idea, a sido la distracción perfecta.

—Gracias—Sonreí—. Ya estamos suficientemente lejos, sacaré la casa, ahí hay comida.

Solo con decir eso me gané un par de miradas confusas.

—¿De dónde?—Preguntó Aiden—¿De la chistera?

—Ja, ja—Reí irónicamente y abrí una cápsula—. Muy gracioso.

Cuando la casa apareció de la nada, Aiden dio un saltito bastante cómico. Se quedó unos segundos alternando la vista entre yo y la casa, la casa y yo y otra vez yo y otra vez la casa.

Y lo mejor de todo: todos me miraban con la misma estupefacción que él.

Solté una carcajada y me reí abiertamente de sus muecas alucinadas. Era divertido ver como todos a la vez miraban la casa y luego a mí. Incluso iban coordinados.

—¿P-p-por eso te persiguen? ¿E-eres una...maga extraña?—Preguntó Drac.

Solté una carcajada.

—¡Claro que no! ¡Es una especie de tecnología nueva que han inventado hace poco!

Aún así, seguían desconfiando. Miraban la casa como si le fueran a salir patas o algo así.

—¿Que pasará con Bi?

—¿Eh?—Pregunté como una idiota—H-hombre, no sé, cuando vuelva ya veremos.

No parecieron muy conformes con mi idea. Yo solo improvisaba y ya está. Parecía que ellos esperaban un plan o algo por el estilo.

—No me miréis así. Tardará en recuperarse, tenemos tiempo de sobra para pensarlo y paso de preocuparme por problemas futuros. Ahora lo que tenemos que hacer es empezar a confiar en mis recursos y entrar en la dichosa casa para comer. Luego ya nos instalaremos un poco mejor.

—Pero...¿nos vamos a quedar aquí? Marcus...

—Marcus acaba de ver arder a su ejército, si es que no se a quemado el también. No hay de que preocuparse, montará un plan para asaltarnos, pero antes le hará falta un nuevo ejército.

—Y-ya, bueno...

—Vamos a dentro, anda.

Al ver que se quedaban parados, repliqué:

—¡Moved el culo, atajo de vagos!

Se apresuraron a entrar todos en la casa. Les asigné una habitación a cada uno. Ninguno tenía equipaje ni nada, así que no tardaron nada en instalarse.

—¿Está casa tiene baño?—Me preguntó Naya.

—Claro, está en la tercera puerta a la derecha.

—¿Puedo ducharme?

—Sí, si quieres te dejo algo de ropa. Te contaré algo: mañana nos iremos a País Dados a por Ryan.

—¿Qué haremos mientras no lo encontremos?—Dijo ladeando la cabeza, confusa.

—No sé, creo que podríamos probar algo llamado "clases".

—¿Qué es eso?

—Eh...si no recuerdo mal era: cada una de las habitaciones de un colegio, en el que se aprenden cosas—Me encogí de hombros. Toma, anda—Le tendí un pantalón de chándal gris y una camiseta blanca con el logo de los Rollin Stons—. Mañana te daré una ropa algo más bonita.

—Pero tardaremos mucho en llegar a pie, y además tenemos que esperar a Bianca...

—La recogeremos de camino, si no está curada, que se aguante. Y tardaremos poco, tengo una lancha y por aquí debería haber mar.

—Vale, eh...gracias.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro