Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6.2

No tardamos mucho tiempo en decirle a las personas sobre nuestro compromiso, Jeno nos grito por el teléfono que Mark le había confesado lo que había visto y nos hablo durante una hora sobre lo traicionado que se sentía porque no se lo habíamos platicado, también nos dió las razones por la cual debimos hablarlo. Luego fue la hermana de Donghyuck, fuimos de sorpresa hasta su casa y luego de cenar todos juntos, tome la mano de mi prometido y le dije a su hermana.

—Sus padres no están, y eres la única de la familia directa de Donghyuck— Ella me miro confundida por mi repentino cambio de humor. Mi voz se volvió seria —Quiero pedirte la mano de tu hermano menor— Antes de poder decir otro cosa, su hermana pego un grito y luego comenzó a llorar.

Donghyuck rápidamente se levantó de su silla y fue a ver qué le ocurría, ambos se abrazaron y le dijo.

—Mi hermanito se va a casa. Estoy tan feliz—

—Ahora puedes soltarme— Terminamos la velada con un brindis por nuestro próximo matrimonio.

Mis compañeros de trabajo habían quedado en un primer momento, en estado de shock y luego me felicitaron en todos los idiomas, Chenle comenzó a decir cosas en chino por la felicidad, hablando sobre lo hermoso que es vivir y poder estar en el lugar cuando sus dos personas favoritas por fin se casaran.

—No le digas a Jeno que dije eso—

También Yangyang me llamo por la noche cuando pedí a la empresa que me dieran días de licencia por mi matrimonio, sabía que se iba a enterar de esa forma, solo tuve que hacer esa llamada y luego recibí una yo del chico que me preguntaba si era cierto.

—Claro que si. Te lo iba a decir luego, a través de una carta— Él empezó a reír, hace algunos días me había contado que él y el chico del correo empezaron a hablar y salir como amigos. —Puedes venir con el si lo deseas. También voy a invitarlo—

Armar la lista de invitados no fue muy difícil, al ser amigos desde siempre, nuestros amigos eran los mismos y los que no lo eran, pronto se harían parte del grupo. Haechan estaba aprendiendo chino y Chenle lo ponía a prueba, así cuando llamaba a mis amigos de mi país natal, el podría entender. Comencé a asistir a sus eventos y actividades en el teatro, el director nuevo era muy bueno y podíamos tener largas conversaciones, sus colegas eran grandes personas o eso parecían ser.

—Ninguno de los dos tiene padres— dijo de repente mientras armábamos la lista.

—No— La habitación quedó en silencio.

—Es un poco triste. Ninguno de nuestros padres estará en el día más importante para ambos— Asentí de acuerdo. Luego recordé las últimas palabras de mi madre cuando fui a verla.

—Mi madre me dijo que ella estaría a mi lado en mis días felices y triste— El sonrió.

—Eso es lindo—

—Y si ellos no están, tenemos a nuestros amigos que fueron como familia, a tu hermana que siempre fue como una madre— Mire a un costado, en un mueble donde un jarrón plateado estaba en una esquina —O puedes llevar a tu abuela al casamiento—

Donghyuck comenzó a reír por el pésimo chiste de mal gusto y comenzó a golpearme con una almohada del sofá. Era nuestro lugar favorito.

Esos tres meses en los que estuvimos preparando todo lo necesario pasaron rápido, cada detalle fue repasado con cuidado. Estábamos a una noche de que nuestro día especial llegara, ambos estábamos nuestra cama a un paso de ser una habitación compartida por dos novios, a una de dos esposos hasta el resto de nuestros días.

—Mañana cuando te bese, serás mi esposo— Le dije mientras me abrazaba, su cabeza en mi pecho. Empezó a reír y su rostro giro hasta verme.

—¿No vas a besarme hasta después de la boda?— yo negué.

—No. Creo que es tradición—

—Eso no existe— Beso mis labios en un rápido movimiento.

—¡No hagas eso! ¡Vas a tener cinco años de mala suerte!— Dije sin sentido y el volvió a besarme. Más lento que las últimas veces.

—Puedo soportar cinco años— Sonreí en medio de sus besos.

—Deberiamos hacerlo como despedida de soltero— Sus ojos brillaron con picardía y espere al momento.

Comenzamos a besarnos lentamente, como si fuera una película de romance en la que los protagonistas se volvían uno con una música de fondo. Mis besos se volvieron más traviesos con el paso del tiempo y el los disfrutaba, respondía a cada uno de mis movimientos.

—Te amo mucho— Lo bese una vez.

—Te amo mucho más— Bese su mejilla. —Eres el sol de mis ojos—

—¿Por qué mi belleza te ciega?— Comencé a reír cada vez más fuerte, asentía cada una de sus tonterías. Eran esas palabras los que me hacían feliz cuando iba a dormir cada noche.

Las personas iban y venían, de un lado a otro. Mark me hablaba mientras otras personas me maquillaban, Jeno del otro lado me indicaba que en cinco minutos llegaría el juez que llevaría acabo la ceremonia.

—Ya casi terminamos— Le indicó la estilista que me estaba atendiendo, eran los últimos toques que necesitaba.

—Renjun— Por el espejo observé cómo Jeno me levantaba los dos brazos y cerraba los puños. Me daba fuerzas desde su lugar. —Tranquilo. Todo valdrá la pena, creeme—

—Disfrutalo— Esa vez fue Mark —Vamos bebé— El y su esposo se fueron juntos. Una vez que la maquilladora termino su trabajo y me dió algunas palabras de aliento, se retiró y me dejó solo.

Me mire al espejo, el momento estaba a punto de suceder y la hora de decir "Si, acepto" pronto llegaría. Tan solo unos minutos para que mi estado civil se cambie y pronto comenzaría una nueva etapa en mi vida. Ya no viviría con mi novio, viviría con mi esposo, el amor de mi vida. De esta y de todas las que pueda existir.

Estábamos a un paso de que Lee Donghyuck se convierta en mi esposo, mi nombre llevaría el suyo y el suyo el mío. Mis nervios florecían con cada segundo que pasaba, el tiempo pasaba cada vez más lento y no sabía cómo controlar mi ansiedad. Respire profundo, una, dos bocanadas de aire, intentando que mis pulmones se llenen de aire como debe ser que una persona deba respirar.

La puerta de la habitación donde estaba sonó, con un grito le indique a esa persona que entrara. Fue cuando la hermana mayor de mi futuro esposo apareció en mi campo de visión.  Le sonreí tímido, habíamos hablado muy poco y casi no nos conocíamos, ella, con dulzura al igual que una madre, me devolvió la sonrisa y se acercó a mí.

—¿Estás nervioso?— Pregunto tranquila. Yo asentí a sus palabras.

—Mis manos están sudando— Confesé y ella se rió por lo bajo. Se acercó a mí y con sus manos tomo las mías. Las acercó más a ella y con un suave susurro me dijo aquellas palabras que resonarán todo mi vida.

—Cuida de mi hermano. Desde este momento te entrego una parte de mi sol, sé que podrás amarlo hasta el final— Le agradecí esas palabras. Pero no ayudaron a mi nerviosismo y eso ella lo noto —No pasará nada malo, tu lo amas y el te ama. Es todo lo que importa—

—No quiero arruinarlo—

—No lo harás. Llegaron hasta aquí siendo ustedes mismos, merecen ser felices—

—¿Como está él?— ella sonrió aún más grande.

—Mas nervioso que tú, si es posible— Ahí entendí que éramos dos idiotas que nos preocupamos por una tontería. Solo sería cuestión de ir, hacer nuestros votos y terminar con todo esto.

Luego tendríamos nuestro festejo en un lugar abierto hasta que la noche llegue, para después tomar el coche que nos espera fuera y al final viajar a nuestra luna de miel, tres días en Tailandia tan solo nosotros dos y nada más.

La música sonó por todo el salón, Donghyuck camino desde una punta y yo desde la opuesta hasta que nos encontramos en el medio donde el juez nos esperaba junto a los padrinos y testigos. La idea había sido de él, había dicho que significaba nuestra historia, dos puntas opuestas que se encontraron en el medio del caos. En ese punto donde dejamos todo atrás y nos transformamos en uno solo. Dos corazones latiendo como uno.

—Te ves hermoso— Le susurré cuando llegamos al punto indicado.

—No tanto como tú— Sonrió, con ese brillo en los ojos. Tan reluciente como siempre lo fue, con esa mirada en la que todos mis problemas se esfuman, esa que hace a mi corazón latir con fuerza.

El juez guío la ceremonia y seguimos cada paso que debíamos. Mi ojos no podían apartar la mirada del hombre a mi lado, ese que entró a mi vida sin avisar y que se había vuelto parte escencial de mi. El hombre que teme, que sufre, que lucha con su propia mente, que estuvo a punto de dejar todo más de una vez, el que se estreso día y noche para una boda perfecta.

—Huang Renjun— Donghyuck comenzó con sus votos —No sabía que estaba enamorado de ti hasta que otros me lo dijeron. Siempre fuiste la persona que estuvo ahí en todos los momentos, me viste destruirme por dentro y aún así te quedaste. Fuiste quién soporto cada una de mis dudas y con paciencia me esperaste, cuando te fuiste de repente, creí que no volvería a verte. Aún así, aquí estás y prometo ser yo quien esté ahí cuando lo necesites. Me enseñaste a amarme y creer en quien soy yo, me enseñaste a amarte y quererte. Te amo—

—Lee Donghyuck— Intentaba recordar las palabras que tenía planeadas, a la vez que buscaba que mi garganta no se secara de los nervios. Respire y lo ví —Al principio fuiste una molestia, luego te convertiste en mi mejor amigo. Ni siquiera creía en las almas gemelas, hasta que mi cuenta que mi existencia no tenía sentido si no estaba a mi lado. Cuando estuvimos lejos, creí que sería fácil, pero había noches en las que lloraba por no tenerte a mi lado, lloraba porque tú estabas triste y no podía hacer nada para ayudarte. Fuiste a China a pesar de tus miedos y fue el mejor beso que alguien pudiera darme, me haces ser tan asquerosamente cursi que te odio por eso— Todos rieron por mi comentario —Mentira. Creo que nacimos para ser el sostén del otro y me tiemblan tanto las piernas que siento que voy a caer. No puedo esperar a decir "Acepto" y esta noche abrazarte mientras te llamo "Esposo". Te amo—

El juez dijo las palabras clásicas, esas que nunca creí que serían dirigidas a mi o a mi esposo. Primero fue Donghyuck quien respondió mientras una lágrima por su mejilla, yo sé la limpie con cautela. Las próximas palabras fueron para mí y con una bocanada de aire dije la tan esperada palabra.

—Acepto—

—Ahora los declaro a ambos esposos— Ambos sonreímos lo más grande que podíamos. —Pueden darse un beso—

Ese es el sexto beso de esta lista, el beso del sí. Nos besamos lentamente, el primer beso como legítimos esposos, olvidando donde estábamos, que las personas nos esperaban para celebrar nuestra unión. Lo bese de esa forma en la que mis más profundos y sinceros sentimientos eran transmitidos, pude sentir en cada fibra de mi ser el amor que Donghyuck tenía para entregarme, como si fuera el primero. Me sentí un niño que cumplía uno de sus deseos, me sentía completo y no pude evitar sonreír en medio del beso, el hizo lo mismo y en lugar de alejarse, volvió a unir más profundo nuestros labios. Mi felicidad tenía un nombre y apellido, un hombre que se lleva cada uno de mis suspiros y es el momento en el que puedo decir, que ese hombre, es mi esposo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro