Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

2.1

Segundo beso; luego del primero vinieron más, pero solo aquel beso que me hizo dar cuenta de mis verdaderos sentimientos es el de esta lista.

Las tardes de domingo en la universidad eran tranquilas, sin obligaciones y tiempo libre para hacer cuanto quisiera, afuera hacía frío y nada del mundo haría que me levantara de mi lugar.

Exepto tal vez, mi compañero de habitación; Lee Jeno.

Un muchacho menor que yo, pero bien podría hacerse pasar por mayor. Es uno de los estudiantes más conocidos del campus, aunque el lo niegue y no hable con nadie. Su círculo de confianza es pequeña y cuando lo hace no deja de hablar en ningún momento, mientras los demás hablan sobre él y su misteriosa forma de ser, en realidad es tímido y divertido una vez lo conoces.

Concentrado frente a mi portátil, sentado sobre mi silla giratoria en un pequeño espacio creado por mi compañero de cuarto y yo, para tener un lugar cómodo donde estudiar o como yo en ese momento, para pasar el rato y revisar mis carpetas. Así como mi habitación era ordenada, también mis archivos, guardando los que ya no necesitaría en cierto lugar y los demás en sus respectivos espacios.

Detrás mío escuchaba la voz de Jeno vacilar sobre algún tema, no estaba prestando atención a lo que decía y tampoco me interesaba averiguar si sus palabras estaban dirigidas a mí o hablaba solo. Tenía la habilidad de escoger ciertas partes de conversación.

—¿Tendría oportunidad?—El tono interrogativo me advirtió que debía responder algo, pero no sabía de qué estaba hablando. Decidí por responder con una exclamación de afirmación. Jeno bufó—No me estás escuchando— Me di la vuelta y lo miré sin interés—¿Que tengo que hacer para que me prestes atención?— Regrese mi posición inicial y volví a ignorarlo.

Claramente, una vez que Jeno comienza hablar es difícil hacerlo cerrar su boca. Ya casi terminaba con mis asuntos y comenzaría a adelantar algunas de mis tareas, así luego no tendría que preocuparme por ellas.

—¿Ser más interesante?— Escuché como se quejaba como un niño a mis espaldas, era fácil de hacer enojar como un pequeño.

—Tal vez me escucharás si me llamara Na Jaemin ¿Verdad?— Negué aún metido en mis asuntos.

—Tampoco lo escucho—Y no era mentira, nuestra relación no se acercaba a una de charlas largas y monótonas. Más bien eran besos, caricias y discursos tontos de Jaemin siempre tan dulce y pegajoso.

Si alguien con quien me gustaba hablar de cualquier cosa y por horas era con un chico de primer año, amigo de Jaemin, pero era raras las veces donde nos cruzamos. Y por supuesto, Donghyuck aunque solo eran estupideces o mis charlas tratando de motivarlo.

—¿Y Lee Donghyuck?— Por un instante frene mi tipeo y sonreí

—No imboques al diablo— Jeno se estremeció, recordando ese día que le jugamos una broma con el hecho de que mi Haechan había cumplido seis el sexto día, del sexto mes, del año seis.

—¿Si digo su nombre tres veces aparecerá?— Preguntó burlón y algo desconfiado.

—Intentalo—

—Lee Donghyuck, Lee Donghyuck, Lee Donghyuck—

Por unos segundos la habitación quedó en total silencio, como si realmente esperábamos a que Haechan apareciera por arte de magia o de un estilo demoníaco. Luego de esperar un pequeño tiempo, Jeno quiso abrir su boca para reírse y burlarse de la estupides que estábamos haciendo, cuando justo en ese instante la puerta se abre y un sonriente Donghyuck aparece.

—Jeno aquí— Su frase fue cortada por un grito aterrorizado del nombrado y la forma en la que golpeó su cabeza con la pared por el susto. Yo solté una fuerte carcajada por la situación, agradeciendo la puntería de mi amigo por aparecer en los mejores momentos y más oportunos. —¿Que les sucede?—

—Nada. Realmente te amo— Lo mire aún riendo, no podía calmar mi risa. La situación era única

—¡Oh! Yo igual— Ambos nos miramos, sentía que el significado en esas palabras se sentían diferentes a cuando la decíamos en otros momentos, en momentos donde los besos eran inocentes y aquellos hechos en la fiesta no existían. —De todas formas. Jeno conseguí los apuntes que me pediste—

—¡Gracias Haechan!— A pesar del susto anterior, Jeno se levantó y fue directo a abrazarlo. Yo los mire de costado con advertencia.

Obviamente no estaba celoso, era algo que no me gustaba y creía tóxico. Pero sabía que Jeno solo hacía aquello para molestarme, con su tonta teoría de que en realidad me gustaba Donghyuck y mis "cuidados de amigo" eran algo más que eso.

Y últimamente me he estado preguntando lo mismo, si realmente había otra explicación para mí cercanía con él. Pero yo era feliz con Jaemin, quería creer que era así, Donghyuck había existido en mi vida desde que llegué a Corea ¿Por qué ahora sería diferente? La primera vez que me robó un pequeño beso inocente no me había sorprendido, solo me reí ¿Por qué ahora sería diferente?

En esos momentos me había perdido en mis pensamientos, en mis recuerdos y en mis opciones. Solía hacerlo mucho, pensar demasiado las cosas y cansarme antes de poder realmente hacer algo. No me había dado cuenta que Jeno se había ido del lugar y quedaba solo con Donghyuck.

Apague mi portátil en silencio, él seguía aún parado a un lado de mi silla. Una vez que se apagó retire la silla unos centímetros para dejar espacio suficiente para que él pudiera acomodarse. No necesite abrir la boca cuando Donghyuck ya estaba acomodándose sobre mi falda, acomode su flequillo, ese mechon rebelde que siempre se despeina.

Lo miré a los ojos y luego a los labios, queriendo volver a probar esa experiencia en la fiesta. Él lo sintió también, acercando su rostro al mío. Mis manos en sus mejillas que se  tiñeron de un color carmín, dejando que su piel pintada por el sol resaltara a la vista. Era perfecto de aquella forma, con su vista pérdida y su nariz que se mostraba tan chiquita, sus labios hacia afuera como un pez.

—Sabes que si me besas, no podrás echarle la culpa al alcohol— Asentí, haciendo que nuestras narices se toquen.

—No me importaría—Me acerque aún más, susurrando sobre su boca
—No necesito excusas para besarte— y uni nuestros labios en un beso hambriento, mi boca cubriendo la suya. Tome cada uno de sus suspiros y todo el aire que había en el, acaricié sus labios con los míos.

Deje que me tomara algunos mechones de mi pelo, lo acerque aún más a mi cuerpo, separando nuestras bocas solo para tomar aire y volver a unirlas. Me permitió entrar en su cavidad bucal, con mi lengua explorando esa sensación de compartir el mismo aire, haciendo un desastre en nosotros mismos.

Haciendo un desastre en nuestra amistad.

Haciendo un desastre en mi noviazgo.

La puerta estaba siempre abierta y cualquier persona podría entrar y encontramos en esa situación. No parecía importarle. Podría ponerle llave y bloquear el paso a cualquier intruso, pero Jeno tenía la propia y podría entrar de todas formas. Tampoco me importaba. Tal vez si Jaemin nos miraba compartir un beso apasionado, así como los que compartía con él.

No, los besos con Donghyuck eran diferentes. Se sentían diferentes y la mecánica era distinta, sentía la diferencia entre los sabores de la boca de ambas y no podía elegir un favorito.

Aún así, ese no era el segundo beso de esta lista. No, el segundo beso era algo más profundo y escondía otra verdad que tardaría en comprender.

Nos separamos con la respiración agitada, observé sus labios hinchados de ser torturados y su cabello despeinado. Una vista que podría acostumbrar a ver.

—Renjun, hay algo que quiero y debo decirte— Asentí a sus palabras. Lo sujete por los brazos y descendí por ellos hasta llegar a sus muñecas, dándome cuenta de que había algo mal en ellas.

Haechan soltó un quejido fuerte y más manos temblaron, baje mi vista hasta las suyas y las pude ver. Unas heridas en ellas, abriendo unas antiguas. Debido al movimiento anterior se habían agrandado y lo que parecían nuevas marcas en ellas empezaron a sangrar. Lo miré asustado y no deje que siguiera con sus palabras, rápidamente tome un par de cosas y lo arrastre hasta la enfermería.

—Renjun, solo fue un error—

—¿Por qué no me llamaste?— Frenamos en la puerta, sus muñecas comenzaban a sangrar otra vez. Me odie por no prestar atención en ellas —Sabes que puedo estar contigo cuando sea que lo necesites. No importa si tus temores parecen ser tontos—

—Lo siento— Se disculpó como un niño

—¿Cuando fue?— Calme mi enojo, no era momento para ponerme de ese estado.

—Anoche, eran las tres de la mañana y no quise despertarte—

—No me importaría abrazarte a esa hora, en ninguna me molestaría— Lo abrace como el necesitaba.

Lee Donghyuck era el sol en los días oscuros, pero lamentablemente tenía su propia oscuridad dentro. Donghyuck era depresivo crónico, no había razones para lo que hacía, simplemente caía en crisis y no podía evitar empezar a sentirse vacío, sin vida y sin ganas de vivir. Era algo en lo que ambos estábamos trabajando, desde que la madre de Donghyuck murió esto ha sido su historia, sentía la necesidad de cuidarlo y protegerlo.

Donghyuck era mi prioridad.

Por eso me sentaba en la puerta de la enfermería, esperando a que se recuperará. La enfermera ya conocía su caso y sabía que lo enviara otra vez al psicólogo de la escuela donde ya tiene todo su historial, sería lo ideal para su salud aunque me dolía verlo así y sus ojos me miraban con odio cuando lo "Entregaba" como él solía decir.

Escuché unos pasos venir y mire como Jeno se acomodaba en la silla de al lado.

—¿Como se encuentra?— Lo miré a él y luego a la puerta cerrada.

—Va a odiarme—

—Sabes que se enoja contigo los primeros minutos y luego recapacita. El sabe que tú lo quieres— sonreí de lado.

—Es mi prioridad— Susurré recordándome una y otra vez las palabras en mi mente.

—Se me eriza la piel cuando ustedes dicen eso— Solté una carcajada. Jeno era experto en romper momentos serios, profundos o tristes. —¿No crees que debes dejar de hacer esto todo el tiempo?— Corte mi risa u lo miré.

—¿Que cosa?—

—Hacer que Donghyuck dependa de ti, no estarás siempre con él— Fruncí las cejas con fuerzas, como si pudieran romperse sobre mi rostro.

—No importa lo que suceda, siempre estaré cuando me necesite— Tal vez no estaba seguro sobre mi futuro, pero estaba seguro que en mi vida estaría el sol siempre a mi lado. Mi sol era Donghyuck.

—¿Que te hace pensar eso?— Me estaba enojando por esta tonta conversación. No era la primera vez que me la daban, yo sabía manejar la situación y fui el primero en correr con un especialista para tener en claro que hacer.

Sabía todo lo que necesitaba para poder acompañarlo y conocía la rutina, luego de que Donghyuck tuviera su cita con el doctor yo iría después y hablaríamos sobre él, conocería su estado actual y superaremos nuevamente este pequeño tropiezo.

—Haechan y yo somos almas gemelas y pase lo que pase encontraremos siempre la forma de seguir unidos—

—Eres injusto Renjun. ¿Como puedo enojarme contigo si dices esas cosas?eres malo— me levanté hasta donde estaba el parado y lleve mis manos hasta sus muñecas.

Las tomé con cuidado y observé las vendas sobre ellas.

—Ahora solo serán— comencé la oración y el chico frente a mi termino.

—Heridas de otra batalla—

—Son tiernos. Cuando se casen quiero ser el padrino— Ambos miramos a Jeno y nos reímos.

Fue la primera vez que sentí cierta incomodidad cuando escuché esas palabras, no eran palabras extrañas, pero se sentía diferentes. Podría sentir como cada pequeña cosa se sentía diferente, todo se sentía diferente.

No sabía que era eso nuevo que se iba encendiendo dentro mío.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro