Reflexión (6)
Se quedó, irónicamente, congelado cuando un cálido tacto se apoyó en sus hombros. Y sus ojos grises se abrieron en demasía por la sorpresa de haber bajado tanto la guardia que no había notado el acercamiento.
- ¡No te acerques!- exclamó, aunque fue más un reclamo, y se apartó con un brusco movimiento de sus brazos, y sus dientes apretados por la intimidación temporal se convirtió en una amenaza, su ceño se frunció y sacudió su cabeza, moviendo su mirada hacia otra dirección de forma violenta.
Ignoró la presencia y empezó a andar por el pasillo hacia el comedor. Sus manos tensas apretaban la tela de su ropa y cuando soltó la susodicha, sus dedos estaban blancos de tensión y sus muñecas, posteriormente sus manos, temblaron. Aquello solo podía deberse a dos motivos: miedo o ira; y por supuesto no iba a aceptar que era miedo o un susto por no haberlo escuchado acercarse. Tragó saliva nerviosamente y tomó aire para adentrarse en el comedor.
La copa de sangre se sintió revitalizante hasta cierto punto, pero aquella revitalización se convirtió en una moralidad en los pies cuando el lobo castaño se sentó a su lado en clase. Necesitó tomar aire para tranquilizarse, y después de eso, poner la cara más neutral que pudo para no verse como un total desesperado por volver a su habitación a ser un ermitaño, pero al mismo tiempo también quería verse lo suficiente "poco disponible" a entablar una conversación que no fuera por una burda tontería como solía ser el caso de aquel lobo castaño.
- ¡Paul! ¡Adivina quién ha conseguido ligar! ¡Estoy que me salgo!- el grito del castaño hizo que el vampiro azabache apretase los dientes y con una de sus manos tapase el oído más cercano a él, sus gritos eran demasiado altos para su sensibilidad auditiva.
¡Ten un poco de consideración!
Su ceño se frunció mirando con desdén al castaño, después subió los ojos hacia el licántropo moreno, este rodó los ojos en respuesta, y sus ojos canela se cruzaron con los suyos momentáneamente, y fue un silencio desagradable, también una parada repentina.
- Eric... Por tercera vez esta semana... No me importa que te estés ligando al chupacabra, a un yeti, a un bigfootㅡ
- Jackalope...- interrumpió.- Nunca he mencionado nada de chupacabras...- murmuró como si fuera un reclamo.- Y los yetis son demasiado fríos para aceptar contacto de nadie, me sorprende que sigan existiendo... Y los bigfoot son muy tímidos y cerrados...- se cruzó de brazos haciendo un puchero.
- ¿Los jackalope no son... herbívoros?
- Ci...- respondió de forma infantil.
- ¿Te recuerdo que eres un licántropo?
- Dije que había conseguido ligar, no que lo había hecho bien... Pero de eso no tenías que enterarte...
El moreno rodó los ojos.
- Es muy temprano para que digas tonterías... No lo digo a malas... Pero piénsate las cosas antes de hacerlas, por favor...
- ¿Eso va por mí?- Luis rechinó los dientes al susurrar aquello.
- ¿Por qué iría a ir por ti, egocéntrico?- preguntó Eric entrecerrando los ojos.
- Pch...- el castaño se giró hacia su hermano.- No te metas en problemas...- susurró en bajo y subió los ojos hacia el vampiro.- No lo dije por ti...- negó y siguió avanzando hacia su asiento.
Luis notó un cambio en la voz del moreno, ciertamente sonaba desanimado, parecía ser un tono de voz algo resentido... Luis apretó los labios y bajó la mirada hacia su pupitre, se mordió el labio y chasqueó la lengua contra el paladar al tener ese sentimiento dentro...
Subió la mirada hacia el maestro, este alivió el sentimiento de su pecho, y pudo sentirse un poco más liberado en cierto aspecto. Soltó un suspiro largo y bajó los ojos hacia sus manos, cruzadas sobre la mesa, temblorosas, y aquello le hizo encarnar las cejas con duda, escondió sus manos bajo la mesa, incomprensivo con aquel sentimiento tan punzante y ajeno a su cuerpo. Inspiró para calmarse y soltó el aire cuando la voz del maestro llenó la clase, cortando el silencio casi dramáticamente.
Si tan solo había un momento en el que sentía realmente paz era en los momentos de soledad cuando podía disfrutar de una lectura pacífica en su fría y oscura habitación. La biblioteca también era una opción, pero el día anterior tuvo la mala suerte de casi tocar el sol, y no fue agradable sentir la adrenalina bombardear su cuerpo de tal manera. Quedaban algunas horas hasta el amanecer, estaba sumamente relajado, incluso se había puesto la ropa de dormir porque no planeaba salir hasta la noche siguiente para volver a retomar las clases. El pasar de las páginas era sumamente tranquilizador para él... Al menos aquellas horas le habían dado una tregua, no escuchaba ninguna clase de ruidos en ninguna de las dos habitaciones.
Aquello era un alivio personal, también lo dejaba concentrarse y sumergirse en lo más profundo de la lectura sin que absolutamente nada ni nadie se atreviera a perturbar aquel estado mental zen en el cual la lectura lo estaba guiando en aquella relajante, pacífica e inesperadamente buena lectura... Tenía que admitir que no esperaba un contenido de tal calidad por una portada o un título como el que tenía la historia... Tal vez estaba de buenas maneras cuando escogió el libro, y no se arrepentía de absolutamente nada.
Solo quería ver como terminaba el destino de aquellos personajes, sobre todo de los dos protagonistas, porque, en serio, la tensión romántica lo estaba matando y mira que odiaba leer romances...
Un par de toques en la puerta lo sacaron de aquella burbuja inmersiva y casi dejó caer el libro del susto contra su rostro. Su olfato inconscientemente actuó por su cuenta y sus orejas casi vibraron, frunció el ceño inconscientemente al presentir el tenue olor a licántropo al otro lado de la puerta, y por orgullo ni siquiera se movió de la cama, y prosiguió con la lectura, intentando NO despistarse por el olor, ni por los estímulos externos, y aquella vez sí, sin que nada más lo molestase.
Hasta que otros dos toques en su puerta volvieron a irritar e hinchar la vena en su cuello. Frunció el ceño y emitió un siseo en alto. Claramente había escuchado aquel sonido fuera, porque inmediatamente al abrir la puerta, el contrario estaba tan o más sorprendido que aquella madrugada cuando le gritó que no se le acercara.
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Jackalope es una especie de conejo con cuernos de ciervo.
No lo tomen en cuenta, no es importante para la trama.
Aquí las opiniones ------------>
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos leemos en el próximo capítulo
Bye~
By Silvia Line
[1105 Palabras]
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