𝐄́𝐩𝐢𝐥𝐨𝐠𝐨
Bechter apretó los párpados antes de abrirlos lentamente. Una cálida luz accedía por la ventana, no impactó directamente contra sus ojos, era agradable y relajante; era la luz de un nuevo amanecer. No sabía cuánto tiempo llevaba dormido, pero su cuerpo se sentía liviano de alguna manera. Soltó un suspiro y se estiró un poco en el colchón, sobre todo las puntas de sus dedos de los pies, se sentía ligero. La sábana suave de la cama era agradable. Cerró los ojos momentáneamente y se volvió a estirar arqueando la espalda. Sintió peso en su costado izquierdo y eso le hizo volver a abrir sus ojos ocre para saber de quién se trataba. Sebaque.
Sonrió un poco y dejó su cabeza caer contra la del clérigo y cerró los ojos momentáneamente, perdido por el calor que el cuerpo del orco emitía; eso también era muy agradable.
- Bechter...- susurró una voz somnolienta.
- Buenos días...- respondió con una voz medio adormecida.
La cabeza del orco se alzó de inmediato con cierta sorpresa y sus ojos parpadearon con incredulidad, dibujó una enorme sonrisa y sus brazos rodearon el cuerpo del humano con fuerza en un abrazo muy apretado.
- Bechter...- le sonrió.- Me alegra que estés aquí...- ronroneó contra su cabeza.- Me alegra que te hayas recuperado por fin...- susurró con esperanzas en su voz.
- Hablas como si llevase muchos días dormido...
- Casi cinco días, concretamente...- Bechter se mostró sorprendido por aquella confesión, no se le había hecho tan largo, de hecho, apenas se había sentido como una siesta o un descanso revitalizante.- Te has perdido de bastantes cosas estos días.
- ¿Ah, sí?- preguntó confundido.- Ahora voy a sentirme culpable por dormir.
- De hecho, es mejor que hubieras descansado, Sharxor te atacó muy duramente y caíste como peso muerto... Si no me hubieras apartado, tal vez sería yo el que estaría en tu situación ahora mismo, tal vez incluso peor...- Bechter negó con lentamente con la cabeza.
- No lo estarías, te hubiera apartado de ese ataque pasara lo que pasara...- Sebaque encarnó las cejas y sonrió un poco bastante enternecido.- ¿Qué ha pasado?
Sebaque se enderezó y se sentó en el colchón de matrimonio, se estiró un poco y crujió su espalda, soltó un suspiro y miró de nuevo a Bechter, recostándose a su lado, los dos mirando el techo, uno apoyado en la cabeza del otro, y el otro apoyado en el hombro de uno. En algún momento, sus manos se entrelazaron bajo la sábana después de volverse a arropar y acomodar de forma adecuada.
- Sharxor entregó sus poderes, ha sido sellado otra vez; esta vez de manera definitiva, Libra tiene sus poderes bajo buen recaudo, nadie podrá entrar en Lambra sin que ella lo deseé... Dual nos hará visitas periódicas...- Bechter asintió con la cabeza.- Maeva ahora forma parte de las expediciones diplomáticas, debemos expandir por todo el mundo que Sharxor ha sido limitado para siempre y que el mundo está a salvo una vez más.- Bechter volvió a asentir, enterrando su cabeza mejor en el hombro y cuello del orco.- Clay y Rostian aceptaron oficial y formalmente ser parejas de Scarfire de forma pública.- esto sorprendió al joven de cabellos revoltosos color sirope, elevó la cabeza hacia él para mirarlo.
- ¿Por qué tuvieron que hacer eso? ¿No lo eran ya?
- Nada era oficial hasta ahora. Scarfire Tuskdeus es el líder del Culto a Tuskdeus, el dirigente de los dracomantes, es normal para él tener que hacer esta clase de anuncios o cosas que aparecen más dignas de la corona o de un poder representativo que no de un líder como otro cualquiera...
- No entiendo eso de "cosas dignas de la corona".
- Los humanos antes se organizaban por reinos o estados según ciertas dinastías o figuras de importancia o calado político de alguna clase...- se rio un poco por el desconcierto de Bechter.- El resumen de eso sería que Tuskdeus es una figura de autoridad de cierta relevancia e influencia; aunque no pueda engendrar, es importante que uno de los dos últimos dragones con gran importancia mediática tenga pareja oficial.
- ¿A nadie le parece extraño que sean dos?
- No tiene por qué. Libra tenía once parejas. Ahora solo tiene dos...
- Cierto...- susurró reforzando un poco mejor el agarre de sus manos bajo la sábana, sonrió volviendo a enterrar adecuadamente su cabeza en el hombro de orco.- ¿Entonces ahora mi hermano es parte de una especie de realeza de prestigio o algo así?
- No. Es la pareja oficial de uno de los dos últimos dragones del mundo...
- Ya veo...- se rio entre dientes.- ¿Y los demás?- preguntó sonriente.
- ¿Los demás?
- Evaría, Hearst... Tú...- movió su cabeza un poco, pero sin elevarla, de hecho, acarició el dorso de la mano de Sebaque.
- Evaría sigue haciendo lo mismo que antes: ser la mano derecha de Scarfire Tuskdeus y actuar con las acciones diplomáticas más formales o especializadas, o cuando Scarfire está demasiado agobiado por las reuniones con las personas de la aldea. Los dracomantes se encargan de la protección, de las reformas, del mantenimiento... Muchos se han especializado en diferentes ramas laborales y ayudan a la ciudad en muchas de las labores.- Bechter asintió con la cabeza.
- Parece irónico que en cinco días las cosas hayan cambiado tanto...
- Sí... Desde que toda la cuestión de Sharxor terminó, las cosas han cambiado mucho y muy rápido...- se rio entre dientes y se giró para besar la sien del Mowet.- Tu hermana está bien, ella también ayuda con algunas labores en la ciudad, reparación en su mayoría, tanto ella como Sharxor están ayudando... Creo que realmente Sharxor quiere redimirse y que Hearst lo perdone por hacerte daño sin tener intenciones reales de hacerlo.
- ¿No quería atacarte?
- No. Quería lanzar el ataque al suelo para apartarme. Pero calculó mal por el estrés de la pelea y te golpeó por el movimiento repentino...
- Ya veo...- asintió con la cabeza.- ¿Y tú que estuviste haciendo? No me digas que estuviste todos y cada uno de esos días conmigo... ¿O sí?
- Principalmente...- admitió acariciando sus pequeños rulos, tenía el pelo muy enredado en ese momento, los rizos eran un desastre, se rio entre dientes por la mirada del Mowet.- No quería separarme de ti, en caso de que agravara tu situación, quería estar cerca para poder curarte.
- Lo entiendo...- sonrió.- ¿Podríamos salir? Me siento un poco rígido...
- Por supuesto... Ya de paso, come algo suave para recuperarte después de cinco días de reposo.
- De acuerdo...- asintió con la cabeza incorporándose con ayuda de Sebaque, este tomaba sus manos con gentileza.
Lo llevó acompañado hasta el salón, evitando que tropezara y asegurándose de que pudiera andar perfectamente. Llegaron a la cocina de la casa, en realidad casi era como el salón, un fuego a tierra de brasas humeantes con una olla colgando sobre ellas por un soporte de metal negro. En este mismo caldero negro de metal vertió agua y varias verduras ligeras troceadas. Bechter se sentó al lado de Sebaque y apoyó su cabeza en el hombro de este, este se rio un poco. En ese mismo momento, Clay entró en la casa.
- Bechter...- susurró dibujando una enorme sonrisa en su rostro y se acercó a su hermano precipitado para abrazarlo con fuerza.- ¿Te encuentras bien?
- Sí...- asintió con la cabeza.- ¿Qué llevas puesto?- preguntó confundido.
- Oh...- se rio un poco.- Unos pantalones hasta la rodilla, son más cómodos y me permiten pelear mejor que con los pantalones que tenía antes...
- ¿Y esta cosa de metal?- señaló la banda de metal que estaba cruzada de forma diagonal por delante de su pecho desde el hombro derecho hasta la cintura izquierda, parecía ser una especie de bolsa de algún tipo.
- Decorativo... Es una casaca. Llevo una daga por si acaso atacan el pueblo.
- Pensaba que no matabas...
- No lo hago. Es solo imponente; la política de Mesina es la diplomacia, pero Scarfire me pidió que la llevase...- Bechter se rio entre dientes.
- Ya veo...- sonrió.- Me alegra saber que todo está bien... ¿Y Hearst?
- Ahora mismo está sobrevolando Mesina...- respondió Clay sonriente.
- Clay...- el castaño claro se giró hacia la puerta.- Oh... Bechter; me alegra que estés despierto...- Rostian se hizo presente en la casa.- Clay, Scarfire te llama. No tardes...- el Mowet se rio entre dientes.
- Voy. Había venido a preguntar por Bechter...- este movió su mano para quitarle importancia.- Nos vemos es tarde...- el de cabellos sirope asintió con la cabeza y sonrió.
- Yo también me retiro... Tengan un buen momento...- les guiñó un poco.- Pero no demasiado bueno, y si lo tienen, limpiadlo todo bien...- sonrió de lado, a lo que ambos respondieron con un sonrojo muy intenso en sus mejillas.
Rostian cerró la puerta y caminó al lado de Clay, riendo entre dientes por la mala mirada del Mowet mayor. En realidad era sarcástica.
- Ese comentario es típico de Maeva, no de ti...- Rostian se encogió de hombros y sonrió de lado.
- Cada quien tiene sus impulsos aleatorios...- los dos compartieron una risilla.
Scarfire los vio llegar y dibujó una pequeña sonrisa mientras sus ojos ascuas se posaban en el cielo, Sharxor estaba a punto de aterrizar, sus fuertes y contundentes aleteos estaban muy presentes por el eco del valle. Hubo un momento de silencio antes de que Sharxor aterrizara en la plaza central frente al palacio y volviera a su forma humanoide con Hearst en sus brazos como una princesa a quien besó su sien delicadamente y que suavemente depositó en el suelo con el cuidado que tendría con una pieza de porcelana.
- Lo tenemos.- celebró ella.- Ya está listo el nuevo mapa de la ciudad...- la joven de cabellos ámbar le tendió el pergamino enrollado al dragón de escamas rojas.
- Bechter ha despertado...- anunció Clay.
- No puede ser...- emitió ella llevándose las manos a los labios.- ¡Sharxor! ¡Voy a ver a mi mellizo! ¡Ya vuelvo!- el dragón de escamas negras y moradas asintió con la cabeza, viendo como ella salía corriendo hacia la casa en la que estaba Bechter recuperándose.
Scarfire sonrió un poco y carraspeó antes de tomar la palabra.
- Quería informaros a vosotros dos antes que al resto...- Sharxor se había retirado, pero no siguiendo a Hearst, sino esperando a que ella regresara a la plaza central. Se encontraba al otro lado del pequeño puente de arco que lo separaba de las escalinatas del palacio.- Conseguí una audiencia con Libra para sacar a tu hermana Rhodes Herise Mowet y a tus padres de Alca; si ella lo considera, iré a buscarlos personalmente.
Clay abrió los ojos con mucha sorpresa y dibujó una enorme sonrisa en sus labios, se acercó un poco y rodeó al dragón de escamas rojas con un abrazo fuerte y estrecho, enterrando su cabeza en su pecho, pues no alcanzaba mucho más allá, era lo mismo que ocurría con Hearst y Sharxor; tampoco es que le importase mucho, la verdad.
- Gracias, gracias, gracias...- ahogó su voz contra las escamas carmín del dragón, este sonrió y acarició sus cabellos color galleta con suavidad, enredando sus dedos y sus garras en él, sin hacerle daño. Rostian sonrió un poco y apoyó su mano en el hombro de Clay.
- Felicidades...- susurró en bajo.
- Mil gracias...- musitó subiendo la cabeza.
- Está bien...- se rio un poco el dragón.- Me alegra saber que te emociona tanto como a mí hacer esto...- Clay asintió con la cabeza, casi frenético.
El esperado momento en el que Scarfire apareció por el horizonte de las montañas más allá de las colinas, casi como si fuera un augurio de Evaría, se sintió como un alivio. Rostian estaba a su lado, apoyando una mano en su espalda alta, sonriente porque Clay tuviera una sonrisa tan amplia en su rostro cuando el dragón de escamas rojas se posó.
Los tres jóvenes se acercaron, sus padres y su hermana los miraron sorprendidos por su aspecto humano y no por su piel quemada, por su forma de vestir y sobre todo por el tipo de personas que había en la aldea, además del dragón y la cabeza o busto azul que levitaba a un lado del dragón y que los había estado siguiendo, de hecho, había sido quien contuvo y explicó la decisión de Libra a Traz para que ellos tres pudieran salir de Alca.
Traz no parecía tener ningún tipo de consciencia de quién era Dual, pero escuchar el nombre de Libra salir de sus labios lo hizo estremecerse y temblar, casi retroceder de inmediato. Dual les entregó humanidad a los padres y a la hermana mayor; pocos segundos después, se desvaneció de nuevo hacia el palacio de Lambra. El aspecto de sus padres era el origen de sus características, un cabello rubio oscuro de parte de su madre, un tono rojizo natural de parte de su padre. Rhodes tenía el mismo tono de pelo de su padre.
- Bienvenidos a Mesina...- Rostian hizo una reverencia con la cabeza frente a los padres de los hermanos Mowet, tenía una mano en su pecho, en su corazón, la otra en su espalda baja.- Es un honor estar en vuestra presencia. Especialmente siendo conocedor de que ustedes llegaron a ver con sus propios ojos el mundo antes de estar en la prisión...
- ¿Quién eres...?- preguntó Rhodes.- Más bien... ¿Por qué tienes los dientes así? No sé si es inadecuado preguntarlo.
- Rostian Medi.- respondió con calma.- Pareja de su hijo Clayton y de nuestro líder, Scarfire Tuskdeus; mis dientes inferiores son así de forma natural, soy un orco...
- Mucho gusto...- murmuró el padre totalmente dispuesto a dar un apretón de manos, indiferente y despreocupado por lo bizarro que era todo a su alrededor.
¿Dragones? ¿Orcos? No parecía importarle en absoluto debido a que aquellos seres habían protegido y cuidado de sus hijos y aquello parecía ser suficiente para él.
- ¿Pareja de Clay?- preguntó la madre al mismo tiempo que su esposo, centrando sus ojos en su hijo; este desvió la mirada, ruborizado.
- ¿Un orco?- finalizó Rhodes con los ojos muy abiertos.
- Creo que vamos a tener mucho que explicar.
- Espera a que lleguemos a la parte de que Bechter casi muere...- susurró Hearst con cierta ironía.
- ¿Bechter qué—?
Fue necesaria toda la tarde hasta el anochecer para explicarles absolutamente todo lo que había ocurrido desde que los tres hermanos y Ezequiel salieron de sus celdas; tocó explicarles, en efecto, el fallecimiento del joven a manos de Traz, también todas las aventuras y problemas por los que habían pasado. Parte de la información no la entendieron bien por la falta de conceptos, de hecho, tuvieron que explicarle y mostrarle a sus padres lo que era la magia, también que Clay no podía usarla, pero que era un excelente luchador.
Les relataron sus vivencias a través de Zen, en la ciudad de los elfos Xica, la pelea que tuvieron con Sharxor, sus intentos de detenerlo, el Palacio de Lambra, incluso los más insignificantes detalles que no parecían ser necesarios, pero los tres hermanos sí lo consideraron.
A todo ese popurrí de relatos entremezclados que cada uno de los hermanos narró, también tuvieron que confesar sus sentimientos hacia sus parejas, y el compromiso en el que Clay se encontraba; Rhodes no pudo evitar ironizar sobre los comentarios que él y ella realizaban sobre la cuestión del amor, pero Clay prometió que ninguno de los tres sentían la necesidad de entrelazarse íntimamente. Scarfire no lo sentía necesario ante la imposibilidad de reproducción, aunque Rostian no tenía limitación por la religión, tampoco tenía interés de un intercambio carnal, no lo veía necesario para demostrar el amor que sentía a sus parejas, y finalmente Clay, que tampoco le importaban esas acciones.
Por otro lado, Hearst y Bechter también tuvieron su momento de relatar sus versiones de sus amoríos; el segundo lo hizo con bastante más vergüenza que la menor de la familia, que sin ninguna clase de tapujos les relató lo mucho que amaba a Sharxor, lo cuidadoso que este era con ella a pesar de todo lo que había hecho, y sobre todo, lo fuerte que era el sentimiento.
Las reacciones de sus padres fueron bastante pacíficas una vez el shock inicial se les pasó, Clay les había confirmado que no era nada malo estar en una relación con dos personas al mismo tiempo. Sus dos mellizos tampoco tenían ningún problema con las suyas... Y en ese momento sería el instante en que ellos empezarían sus vidas fuera de la temible Prisión de Alca...
FIN
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Ahora sí, este sí es el final oficial de la historia.
No duden en hacerme preguntas si hay algo que les ha quedado pendiente o que no saben bien de dónde o por qué ocurre; responderé sin dudarlo.
Aquí las preguntas / dudas / cuestiones ----------->
Aquí las opiniones del epílogo ---------------->
Una vez más, les agradezco muchísimo por haber leído la historia, compartidla con aquellas personas que sepáis que les gusta la fantasía medieval; y sobre todo, agradeceros por todos los comentarios y votos que hayáis dejado en la historia (en caso de que lo hayáis hecho).
Clasificar mi historia en vuestras listas de lectura también es una forma simbólica de hacerme saber que habéis leído la historia aunque sea en el modo fantasma.
No quiero obligar a nadie a hacer un comentario o dar un voto; únicamente me gustaría saber que hay alguien al otro lado de mis palabras que está leyendo y que está sintiendo algo; o no. Pero no lo sabré si no hay ningún comentario haciéndomelo saber...
Mi única preocupación ahora es saber su sincera opinión al respecto, pues, de verdad, tengo curiosidad por saber si les ha gustado, si no, si les ha parecido tediosa o se les ha hecho corta...
No duden en responder o dejar sus opiniones aquí --------->
Por ahora, me despido de todos y todas las que han llegado hasta aquí...
Muchísimas gracias una vez más.
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en la próxima historia
Bye~
By Silvia Line
[2987 Palabras]
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