𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟑
Soltó una carcajada, era una dualidad entre emoción y asombro. Una caricia sobre su cuero cabelludo provocó una sonrisa radiante en sus labios, y subió los ojos hacia el dragón de piel oscura. Este sonrió de lado y asintió con la cabeza, cosa que provocó pequeños saltitos. Hearst inspiró profundamente y agarró el báculo entre sus dos manos.
- Estás avanzando mucho y muy bien...- murmuró.- Iremos a Mesina una vez más, intentaremos destruir el sello ahora que conoces la magia...- Hearst miró fijamente a Sharxor.- Así podré enseñarte adecuadamente...- ella asintió con la cabeza un par de veces.
- ¿Y si mis hermanos están allí? ¿O el dragón rojo? Podría hacerte daño...
- No si estás presente...- murmuró sonriente.- Ellos jamás te dañarían.
- No quiero ser la carnada.
- No vas a ser la carnada, encanto...- apoyó su mano sobre su cuero cabelludo.- Porque en ningún momento van a hacerte daño...- negó.- Y tampoco permitiré que te obliguen a algo que no quieres... Voy a protegerte...- murmuró.
Hearst sonrió enternecida por esto y asintió con la cabeza.
- Llegaremos durante el anochecer, mientras todos duermen, no nos verán llegar entre las nubes, y podremos adentrarnos en el palacio...- Hearst asintió con motivación.
Hearst estaba de acuerdo con ese plan. Al anochecer, ambos emprendieron el vuelo hacia Mesina una vez más. La muralla se alzó imponente ante ellos con fuego de los vigilantes que pudieron disimular al adentrarse por la muralla desde el exterior a través de los conductos y las fosas o canales residuales. Sharxor estaba en la forma humana, la única forma de poder adentrarse a través de aquellos estrechos y angostos pasillos de piedra. El olor era cuestionable, iba por delante, guiando a Hearst entre los conductos, los canales, los pasillos y emergieron a la superficie, llegando hasta la entrada del palacio.
Se adentraron en el interior, la majestuosa entrada era sumamente elegante, les recibió con solemnidad y recorrieron las escaleras hasta la zona superior del palacio, la zona más segura y protegida por las personas del culto, no era agradable tener que esconderse tanto. Hasta que llegaron a la sala de la librería. La elegancia y la oscuridad mística del lugar embaucó profundamente a Hearst. Una vez ahí, ambos tuvieron que esquivar la vista de múltiples miembros del culto de Tuskdeus. Hearst refunfuñó, y Sharxor se rio entre dientes por ese bufido. Los jóvenes aprendices salieron de la sala, dejando a ambos solos, y Hearst pudo acercarse al atril en donde se encontraba el libro con aquel sello mágico de Evaría. Hearst se vio repentinamente intimidada, agarró el báculo entre sus dos manos, lo apretó un poco, estaba nerviosa, bastante nerviosa. Sharxor apoyó una mano en su hombro.
- Puedes hacerlo...- le sonrió amablemente poniendo sus manos a su espalda, entrelazadas en sus lumbares.- Aprendiste magia para esto. Te aseguro que vas a poder hacerlo, creo en ti.
- ¡No va a hacerlo! ¡Dralilac!- los dos se estremecieron y se giraron hacia la entrada de la biblioteca.
El de piel oscura y el de piel escamosa rojiza se fulminaron con la mirada mutuamente. Sharxor extendió su brazo hacia un lado para que Scarfire no viera a Hearst, esta miró la espalda de Sharxor, este la miró de reojo.
- Hazlo.
Hearst asintió con la cabeza y se giró hacia el libro. Sharxor volvió su mirada hacia Scarfire, su postura se puso a la defensiva y su mirada se ensombreció. Scarfire se acercó de forma imponente.
- No te atrevas, Scarfire...
- ¡No pienso permitir que liberen tus poderes!
- ¡Scarfire!- una voz ajena accedió a la librería.- Oh, cielos...- susurró Rostian abriendo los ojos con sorpresa.- Hearst. Hearst, por favor... Tus hermanos están haciendo lo imposible para salvarte, por favor...- suplicó.
- ¿Dónde están ellos?- preguntó ella bajando el báculo.
- Hearst, cielo... Rompe el sello...- le pidió Sharxor conteniendo el avance de Scarfire.- Por favor...
- Hearst. Te lo suplico...- Rostian se acercó casi precipitadamente.
Sharxor gruñó audiblemente, siendo una clara amenaza ante el acercamiento ajeno, tenía que hacer un movimiento arriesgado, muy arriesgado, sobre todo teniendo en frente a Scarfire empujando. Igualmente se arriesgó y movió su cola para hacer tropezar al clérigo. Empujó con una patada hacia atrás al dragón rojo y contuvo a Rostian una vez más, sujetándolo aquella vez con un brazo para impedir su avance, y con el otro agarró fuertemente el brazo por encima del codo a Scarfire e hizo palanca para evitar que ninguno de los dos pudiera acercarse.
- ¡Hearst! ¡Ahora!- exclamó.
- ¡Hearst, no!- exclamó Scarfire.
- Hearst, por favor...
- ¡No te dejes engañar!- exclamó Sharxor.- Te prometo que—
- ¡CÁLLATE!- gritó Scarfire con desesperación y dolor en su voz, ciertamente aquel apretó en su brazo por encima del codo de parte del dragón de piel oscura lo ataba dañando severamente.- ¡Todo lo que sale de tu boca son embustes!
- Oh, pero bien que te los creíste, ¡Estúpido...!- sonrió ladino.
- ¡Hijo de—!
Scarfire se liberó con un violento movimiento de su brazo y lo aplacó con la cabeza. Ambos cayeron al suelo, todas las estanterías temblaron. Rostian se quedó congelado viendo esta pelea físicamente a puros puñetazos. Las colas de ambos daban agudos y potencialmente críticos latigazos que no dejaban de ser esquivados mutuamente. Los alaridos y gruñidos que se escapaban de parte de ambos y como las estanterías temblaban y se tambaleaban. Hearst volvió su vista hacia el atril, temerosa de que Sharxor resultase herido.
- Hearst...- Rostian se acercó a ella y quedó al límite de las escaleras.- Hearst, por favor...- ella se giró para verlo de reojo.- Tus dos hermanos quieren lo mejor para ti... Han ido a la tierra maldita de Zen para poder protegerte de Sharxor... Él no es bueno...- negó con la cabeza.- Solo te está utilizando para que destruyas ese libro...
Hearst titubeó.
- Si destruyes ese libro, todos vamos a morir, Sharxor quiere destruir a todos aquellos que no le son fieles, quiere gobernarnos a todos bajo su mano... Quiere erradicar a Libra...- subió las escaleras y sujetó su mano, pero ella la apartó, vaciló.- No permitas que te siga corrompiendo, sé que eres una buena chica, no importa lo que él te diga...
- ¡HEARST!- ella se estremeció y vio a Sharxor, sobre Scarfire, enterrando sus garras en el cuello de este, inmovilizándolo.- ¡Hazlo! ¡Por favor, encanto! ¡No te dejes engañar por nadie!
- No te dejes engañar por él...- susurró Rostian con una súplica.
El báculo de agua que Hearst sostenía, cuya gema brillaba en color amatista iluminó la sala entera. Rostian retrocedió varios pasos. Sharxor sonrió confiado. Scarfire jadeó aterrado y sus ojos se abrieron en shock. Del báculo emergió una onda expansiva, la luz que emitió este báculo y una luz roja que emergió del libro estalló de forma irreversible. Esta misma onda expansiva provocó que el clérigo casi saliera volando, se estampó la espalda contra una de las estanterías, jadeó con falta de aire, tosió. El sello del libro estalló y este se desintegró. Sharxor sonrió radiante y su mirada morada se iluminó intimidante.
- Perdiste.- sonrió macabro mirando a Scarfire.
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Aquí las opiniones ---------------->
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo
Bye~
By Silvia Line
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P.D.: Dralilac: Dragón - Lilac (Color)
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