- ...- Óscar alzó las dos cejas al mismo tiempo y parpadeó con cierta incredulidad, y después quiso dibujar una sonrisa, pero la comprimió apretando los labios, y acabó siendo una carcajadas silenciosa que atentaba con resonar por todo el pasillo.

- ¡Óscar!- exclamó totalmente avergonzado.

- Es que...- la risa se le escapaba sin poder controlarla.- Lo siento, no puedo...- siguió intentando aguantar las ganas de reírse a carcajadas, pero acabó siendo totalmente inútil.- Es que eres muy cuqui... Y muy puro... Por favor...

- Esto es serio.

- No, no lo sé...- negó aún teniendo pequeñas convulsiones, eran als carcajadas que estaba reteniendo.

Inspiró profundamente, bufó.

- Bien, ya está...- carraspeó para retomar la seriedad.- Es que se nota que solo has tenido parejas femeninas, lo siento... Es muy tierna la reacción que tuviste...

- He tenido parejas masculinas...- reprochó entrecerrando los ojos.

Aquello había sonado casi como un berrinche o algo por el estilo, y aquello no hacía más que enternecer al moreno, que en esos momentos deseaba arrullarlo y despeinar sus cabellos aún un poco húmedos...

- ... Pues no se nota...- negó con la cabeza.

- Porque después de que me destrozaran psicológicamente no he sido capaz de volver a tener una relación normal con nadie más que mi hermano y mis padres.

Óscar borró toda la expresión de su rostro, y pocos segundos después sus cejas se encarnaron. Irwin se mordió el labio y desvió la mirada al darse cuenta de lo que había dicho.

- Nos vemos en la cena...- titubeó. Óscar se movió, como si lo hubieran disparado, y sujetó los hombros del castaño para impedir que se alejase o le diera la espalda.

En ese momento fue cuando se dio cuenta de la pequeña diferencia de estatura que había entre él y Óscar.

Óscar era unos pocos centímetros más alto. Estando tan cerca también pudo apreciar la expresividad de sus ojos, y lo brillantes que estos eran, las prematuras marcas de adultez que ya comenzaban a los dieciséis, pero que no se reforzaban hasta los diecisiete y los dieciocho... Sus manos no eran más grandes que las suyas, pero sí eran firmes y confiadas, pero relajadas, porque sus músculos no estaban tensos...

- Lo siento muchísimo...- y ahí estaba...

Óscar no pudo contener más las ganas de apachurrarlo que tenía desde que lo había visto, pero aquella vez con meras intenciones de consolarlo, o cómo mínimo compensar el mal que había hecho y que, sabía, no se repararía tan fácil, pero al menos se dejaba en claro que estaba arrepentido de las palabras que había dicho. Óscar enterró su cabeza en el hombro de Irwin, y este, vacilante, correspondió el abrazo, apretando los labios, queriéndose morder el labio, pero sabiendo que si lo hacía, acabaría sangrando de tanta fuerza que haría. Sus ojos se cristalizaron inconscientemente.

- Lo siento...- susurró una vez más, sin moverse, pero deslizando su mano por si espalda como si fuera un pequeño consuelo y con un pequeño vaivén.- No pretendía... Soy un imbécil a veces...- susurró más para sí mismo que no para Irwin.

- Antes yo...- Irwin aspiró por la nariz.- Joder...- ahogó su voz en el hombro del moreno.- He tenido seis jodidas relaciones... ¿Cómo puedo ser tan patético...?

- No eres patético...- susurró.- No eres patético, Irwin...- apartó su cabeza de su hombro y lo miró fijamente, se dieron cuenta de cuán íntima aquella postura era, y se separó un paso, pero sujetó sus manos casi como si se tratase de una proposición, pero solo era apoyo.- Eres hermoso, tienes una personalidad que, sinceramente, me parece adorable, y...- sonrió un poco.- Eres achuchable...- sonrió un poco más.- Literal y figuradamente...

Irwin aspiró por la nariz una vez más, quería limpiarse los ojos y la nariz, pero en aquellos momentos no tenía un pañuelo encima, así que nada más volvió a aspirar por la nariz, soltó un suspiro profundo.

- ¿Mejor?- preguntó al notarlo un poco más calmado.

- Uhum...- asintió.

Soltó gradualmente sus manos. Quedaron frente a frente, y fue Irwin el que tuvo el presentimiento y la necesidad de mirar alrededor para asegurarse de que ninguna monja estuviera mirando de forma fulminante. Carraspeó y volvió la vista al frente, después hizo un esfuerzo para volver a centrar sus ojos sobre los orbes avellana del moreno.

- Se me hace un poco raro que no sea mi hermano el que me consuele...- hizo una mueca con el labio.- Pero gracias... En serio...- asintió con la cabeza.

Óscar sonrió complacido y asintió con la cabeza, después revisó a su alrededor y se inclinó hacia delante para besar su frente. Irwin se quedó de piedra, después tragó saliva duramente, intentando controlarse, y sus manos sudaron frío, sentía un nudo en su garganta en ese momento.

- ¿Ha sido muy atrevido? Voy muy rápido... Lo siento...- se apartó.- Mejor me voy...- susurró como si hubiera hecho el ridículo, se apartó otro paso.- N-Nos vemos en la cena...

Irwin titubeó. Pero las palabras se quedaron atascadas en su garganta por culpa del nudo en su garganta. Se mordió el labio y prefirió volver a su habitación. Adam no estaba allí, le pareció extraño que no estuviera en su cama haciendo básicamente nada con el teléfono. Se acostó en la cama unos segundos para procesar lo que le había sucedido, notó cierto rubor en sus mejillas al recordar el cálido contacto de los labios de Óscar en su frente.

- Mierdaaaaaa...- quiso cubrir su rostro con la almohada, pero solo le atinó a cubrir su rostro con las manos, sus mejillas estaban muy calientes, se mordió el labio y sonrió mientras suspiraba.- ¿Cómo es posible que esté así de atontado por solo un par de días?- se quejó en la soledad de su habitación y negó lentamente con la cabeza chasqueando la lengua contra el paladar.

Al regresar su hermano para cambiarse de ropa y ponerse algo más cómodo, se encontró con su hermano medio teniendo una crisis existencial, medio a punto de soltar un grito porque no esperaba su intromisión en la habitación, por lo que procedió a sentarse en la cama, lamentablemente no pudo ser frente a frente como solían hacer en casa, así que se sentó en el borde de la cama.

- Cuéntame... ¿Qué ha pasado?

- Crisis existencial...

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Este capítulo solo se puede resumir de una manera: "confort".

Porque Irwin no solo recibió el confort en el abrazo de Óscar y sus palabras calmadas, sino que también va a recibir el confort de su hermano (en el capítulo siguiente, claro).

Mañana veremos un poquito más la relación de estos dos hermanos, y lo mucho que uno apoya al otro y viceversa.

🥺🥺🥺

Aquí las opiniones ----------->

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

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