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Silver giró los ojos hacia los barcos.
- Disparen los cañones mientras viro el sentido del barco. Y desplieguen las velas, hace buen viento hacia el oeste... Nos largamos a Tortuga, dejaremos al novato allí.
- Eso ha sonado a que le vamos a dar una patada en el trasero sin parar en el puerto.
- Acabamos de salir de Tortuga, es una pérdida de tiempo volver a plantarnos allí porque nos hemos encontrado con un grumete que se iba a ahogar porque su capitán o su capitana era tan imbécil que se atrevió a atacar un puerto lleno de corsarios y armamento.
- ... Es una buena descripción.
El rubio le sonrió sarcásticamente al rubio oro y después giró tanto como podía el barco, y atravesó su espada, clavándola en el mástil en el que el timón estaba anclado y tras eso. El barco empezó a girar radicalmente.
- ¡Kenai!- este asintió con la cabeza y mientras el rubio saltaba a la cubierta y se agarraba a uno de los cabos para observar la situación desde arriba, el rubio oro quitó la espada del margen y agarró el timón con una esfuerzo desgarrador, para inmediatamente girar hacia el otro lado.
La maniobra del barco giró a enorme velocidad, tentando con volcar el barco, y repentinamente se detuvo cuando se dio media vuelta, habiendo golpeado certeramente a uno de los barcos. Mientras se alejaban, los otros barcos intentaron seguirlos, pero con el viento a su favor y los disparos a bocajarro que los integrantes del barco pirata no dejaban de realizar, acabaron por hacer detenerse a sus perseguidores y volver a puerto ante la falta de munición y lo inútil que había sido el ataque.
Silver soltó un suspiro y bajó a cubierta agarrado al mismo cabo, el cual le tendió a Paul una vez sus pies estaban a salvo. Suspiró de nuevo con alivio.
- Dejamos al novato en tortuga, pasamos la noche y nos largamos a Nueva España, ¿Me oyen?
- Si, capitán.
- Y nos encontramos con otro percance de esta magnitud y lo ignoramos por completo... No pienso estar siendo el recadero mercante de gente que transporta gratuitamente como si fuera un alma caritativa...
- ¿Lo vas a hacer pagar?
- Porque no tiene nada más que la ropa... Sino, lo haría.- se encogió de hombros y subió los escalones hacia el timón.
- Tranquilízate...- susurró.
Silver miró mal a Kenai.
- El que debería tranquilizarte eres tú...- respondió.- Estás temblando.
- No tuve cuidado con el timón.- las cejas del emo se encarnaron y miró fijamente al rubio oro.- Estoy bien. Fue solo un tirón en el brazo...
Apretó los labios y, con una mano en el timón, dirigió la otra hacia la zona del brazo por encima del codo, el músculo estaba tenso... Hizo una mueca con el labio.
- Recuérdamelo esta noche...- susurró.
Cuando tuvieron el puerto en frente, Luis se sentó en la borda de forma relajada, tampoco es que tuviera gran cosa más que hacer. Esperó unos segundos y saltó para amarrar el barco, Paul se posicionó a su lado después de poner la rampa, para amarrar el otro cabo.
- Nicolás...- llamó Luis cuando el rubio bajó del barco tembloroso, parecía intimidado por el ambiente.- ¿Conoces a alguien?
- No. Nunca he llegado a estar aquí...- asintió con la cabeza.- ¿Qué se supone que voy a hacer aquí?
- Pregunta por Emir y dile que vas de parte de Luis. Después explícale lo que te ha pasado... Seguro conoce a alguien que te pueda ayudar tiene muchos contactos por aquí.
- ¿Vas a usar a Emir en tú beneficio?- preguntó Paul.
- Tampoco es como que fuese a ser el fin del mundo.- Paul rodó los ojos y sonrió.
- Pueden acompañarlo, nos vamos a quedar aquí, no nos da tiempo a llegar a ningún puerto antes del anochecer.- Luis y Paul giraron su mirada hacia el rubio emo.
El capitán los miraba desde la parte superior del barco, bajaba la rampa lentamente, con Kenai a su espalda.
- Vamos a buscar recursos de reserva...- los dos asintieron con la cabeza.
Lo que no sabían era que ambos iban a estar siguiéndolos con cierta distancia porque, obviamente, la apuesta seguía en pie... Luis y Paul, ajenos a esa "persecución" constante de parte del capitán y el segundo de a bordo, recorrieron las frívolas y tétricas calles sucias y desordenadas de aquella isla. Nicolás los miraba con cierto intimidación, porque cada vez se metían en un territorio más sombrío y las miradas sobre ellos cada vez caían con más lujuria.
Entraron en un establecimiento, aquello resultó tremendamente intimidante para el rubio, que miraba a su alrededor bastante asustado al notar el olor del lugar, la presencia de tanto hombre tan musculado y los tatuajes y cicatrices que había en cada uno de ellos.
- ¿Dónde está Emir?- los dos se acercaron a una mesa en la que había un hombre castaño, asiático; Aleix los miró con sarcasmo.
- ¿Ahora lo vas buscando?- alzó una ceja lentamente.- Espero que sea para cobrarle por hacerte de guardaespaldas.
- Ve al grano.- exigió Luis.
Aleix rodó los ojos y sonrió torcido al ver la impaciencia reflejada en el rostro de Luis.
- Follándose a alguien que no le pagó.
Nicolás perdió todo el color y expresión de su rostro y miró horrorizado a los dos azabaches, preguntándose internamente si realmente lo iban a dejar con alguien que tenía dicho comportamiento.
- Déjate de tonterías.
Aleix rodó los ojos una vez más.
- En la trastienda hablando de negocios, no tardará en salir.
- ¡Luis!
- Ya salió...
El azabache con el pañuelo fue asaltado por el azabache degradado de ojos azules eléctrico. Aunque antes de que lo aplastara, el moreno ya lo había apartado de su camino. Emir se rio entre dientes.
- ¿Acaso ya es oficial que ni siquiera dejas que alguien lo toque? Eres muy celoso...- se rio de forma bromista.
- No estamos aquí por una visita informal.- Luis movió la cabeza señalando a Nicolás, quién se encogió en el sitio al ver a alguien más corpulento, alto e intimidante que Paul, mirarlo fijamente.- Es un grumete que hemos rescatado de morir ahogado. Silver no lo quiere en su barco, había pensado que buscaras donde ponerlo, porque no creo que tenga el currículum para venderse a sí mismo en cualquier barco del puerto.
- Voy a empezar a cobrarte por hacerte favores, Luis...- el azabache con el pañuelo bufó pesadamente.
¿Lo ayudas o no?
Emir sonrió.
- Depende la garantía de beneficio que pueda sacar por aceptarlo en un barco. Al ser un grumete, puede que sea fác—
- Sin que lo traten como una ramera.- Emir borró la sonrisa maliciosa e incluso torció su expresión con disgusto.
- No me exijas condiciones.
Luis se cruzó de brazos.
- Un grumete es un grumete, en el proceso de aprendizaje se tiene que tragar mucho semen para aprender. Si no eres de una familia de marineros, lo único que le espera es eso.
- ¿Y no puedes enseñarle tú?
- ¿Yo? ¿Me ves cara de saber cómo se maneja un barco? Yo manejo el cotarro y controlo lo que sucede en toda la isla, no me importa lo que suceda en los barcos o fuera de ella.
- No es totalmente obligatorio que esté en un barco...- los tres se giraron para ver a Nicolás.- Q-Quiero decir, el oficio de pirata dicen que es rentable, y no esté precisamente bien económicamente. Si puedo conseguirlo de otra forma que no sea con el oficio de acompañante nocturno, lo agradecería...
Emir torció el labio y se llevó una mano al mentón, la otra la cruzó como si fuera un apoyo. Después se cruzó de brazos.
- Puedo conseguir meterlo en algún negocio de la isla.- se encogió de hombros.
- Bien.- Luis asintió con la cabeza.- La próxima vez que vengamos, más te vale que no esté muerto o deseando estarlo.
- No puedo garantizar eso.- soltó una carcajada silenciosa.
- Te mataré a puñetazos, y soy capaz de ello.
La risilla de Emir fue siniestra, pero le tendió una mano como si fuesen a sellar el pacto. Nicolás tragó saliva cuando los dos azabaches se retiraron del local y Emir soltó un suspiro.
- Te quedas conmigo; sea donde sea que te ponga, aunque sea el negocio más inocente de la isla, te van a tratar como una ramera... De esta forma me aseguro que no lo hagan.
Nicolás no sabía cómo sentirse en ese momento, porque el tono bromista que estaba usando con Luis, se esfumó por completo y todo el local se tensó. Tal parecía que solo se relajaba en presencia de Luis porque este parecía tener algún tipo de complejidad con el azabache degradado que lo hacía relajarse y, por ende, que el resto también estuvieran relajados.
El local entero había silencuosado la discusión, las charlas e incluso las risas y aquellos que jugaban al billar se detuvieron abruptamente, casi como si le hubieran dado la orden de hacerlo.
- Sígueme.- Nicolás sintió pavor de las miles de miradas que recayeron sobre su pequeño cuerpo, pero siguió a la enorme e intimidante figura.
Y solo cuando entraron en una especie de trastienda, todo volvió a relajarse y pudo escuchar la partida de billar retomar su curso. Emir realmente daba miedo, aquellos ojos de hielo que habían mirado a Luis con tanta confianza e incluso con cierto cariño y burla, habían borrado por completo las emociones y realmente daba miedo...
- Siéntate tranquilo... Necesito hablar de lo que puedes o no puedes hacer...- Nicolás asintió con la cabeza lentamente, el tono duro y seco se había suavizado un poco.
...
Luis y Paul suspiraron con alivio al salir del recinto.
- No me fío de Emir en absoluto.- dijo Luis empujando los bordes para cubrir mejor su frente.
- Pues ya te ha hecho tres favores...- respondió Paul encogiéndose de hombros.- Según lo que me has dicho.
- Es un entrometido, dos de ellos me ayudó porque quiso... Yo no le pedí ayuda.- Paul sonrió.
- ¿No quieres romper tú orgullo?- preguntó al mismo tiempo que salían de la congestión de la ciudad.
- Obviamente no...
Paul pasó un brazo alrededor de sus hombros, cosa que captó la atención tanto de Luis, como de los dos observantes distantes.
- ¿Y por mí dejarías que tú orgullo se rompiera?
- Te patearé el trasero antes de que eso ocurra.
- Gracias, yo también te quiero...- susurró en bajo.
- ¿Ibas a confesarte preguntándome sobre qué tan grande era mi orgullo, en serio?
- No ha sido una buena idea, ¿verdad?- preguntó alzando una ceja lentamente.
- No, no mucho...- se rio entre dientes.
El moreno acercó sus labios para plantarlos sobre su mejilla, pero antes de eso un quejido que parecía más bien un aumento de la furia por ser interrumpidos, parecía haber sido el acto de un fantasma, pues no había nadie que pudieran delatar como culpable.
Pero definitivamente, la piedra que había golpeado certeramente su sien había dolido, y la sangre que caía también.
Y en realidad, escondidos entre un par de rocas y maderas, el rubio emo golpeaba silenciosamente en la frente y cabeza del rubio oro por haber intentado saborear la apuesta.
- Sin trampas, maldito pirata de pacotilla.
- Soy un pirata, es lo único que se me da bien...
- Te odio a veces...- refunfuñó.
- Pues yo te amo...- ronroneó.
- ...
Silver se lo quedó mirando de mala forma, y movió su cabeza para comprobar que no los hubieran escuchado... Y ambos vieron el beso en la mejilla que Luis plantó a Paul después de quitarse el pañuelo del pelo para usarlo y cubrir la herida hasta que dejara de sangrar... El capitán sonrió victorioso y el segundo de a bordo solo pudo ver cómo la derrota y su virginidad trasera se iban por el cañón más cercano que había... Dejó caer la cabeza derrotado.
- Estás bajo mi merced esta noche, cariño...
- Ya lo estoy de todas maneras.
- Pues ahora de manera íntegra...
- No me hagas mucho daño, por favor...
- No prometo nada...
Kenai tragó saliva lentamente.
Luis sujetó el pañuelo gentilmente contra su sien, el sangrado no era muy grave, se acercaron hacia el océano para poder mojar el pañuelo y limpiar la herida. Fue un momento bastante íntimo, los dos sentados en la arena de la playa, uno delante del otro mientras que el primero palpaba con gentileza la herida en su sien... Paul admiraba los cabellos de Luis, que caían cual cascada y en parte lo había almacenado todo en su regazo para que la arena no lo ensuciara (más). Por un momento quiso extender sus manos y sujetar una de las amontonaciones de pelo y trenzarlo gentilmente igual que algunos piratas se trenzaban sus gruesas barbas...
Luis retiró el pañuelo y suspiró aliviado. Se retiró para acercarse al agua descalzo y con el pantalón por las rodillas para limpiar el pañuelo. Se acercó de nuevo al moreno.
- ¿Te duele?
- No, ya no... Gracias...- Luis sonrió con gentileza.- Con un poco de ron esto se me pasa...
- Nada de ron.
- No me vas a prohibir beber.
Los dos se rieron un poco y se levantaron de la arena. Cuando sus pies se secaron y la arena se desprendió, volvió a ponerse las botas.
- Retomando lo de antes...
- El desastre de confesión que ibas a hacer, sí...
- Luis...- se quejó.
- Perdón.- sonrió.
Paul carraspeó.
- Me gusta pasar tiempo contigo, y otras veces me sacas de mis casillas... Pero pese a eso, me gustaría que si alguna vez dejamos esto de la piratería, que lo dudo...- Luis sonrió y rodó los ojos.- ¿Quieres que lo hagamos juntos?
- Me encantaría...- respondió sonriendo de lado.- Y si dejamos el tema de la piratería, me gustaría que nos instalásemos en un mundo sin reglas, odio la formalidad de las ciudades, y los impuestos... Y los corsarios hipócritas y corruptos.
- Preferiblemente en una república pirata...- le guiñó un ojo.
Los dos se quedaron mirando y después se rieron con un par de carcajadas. Paul acercó una de sus manos a sus cabellos.
- ¿Puedo trenzarlo?- le pidió.
Luis se lo quedó mirando y después sonrió y asintió con la cabeza.
- Mientras se me seca el pelo, así no se enreda...- Paul asintió con la cabeza.- ¿Con qué lo agarro luego?
- ¿Con el propio pelo?
- No seas ridículo...- negó con la cabeza.
Paul bajó los ojos y se rasgó parte de la faja en la que llevaba el revólver escondido. Después de anudar todo el pelo en una misma trenza extremadamente larga, la ató con ese mismo trozo de tela. Paul miró el resultado y sonrió satisfecho, Luis sonrió de lado y besó su mejilla como agradecimiento.
- Estás abusando mucho de los besos en la mejilla.
- ¿Qué significa eso? ¿Quieres que te bese de otra manera?
- No estaría mal...- se encogió de hombros.
Luis sonrió y se acercó para besar sus labios. Los dos cerraron los ojos y se quedaron durante varios segundos en silencio, disfrutando del tacto íntimo. Y al separarse, ambos permanecieron durante unos largos segundos mirándose mientras el sol de la tarde empezaba a caer por el horizonte, creando una tonalidad naranja y rosada en el cielo. Podría considerarse el momento idóneo e idílico para un momento como aquel. Las estrellas pronto empezarían a brillar, y aquello forjaría la vista más hermosa del mundo.
Aquella noche los dos se quedaron en vilo admirando al cielo nocturno y a la mañana siguiente, cuando Silver salió a cubierta, los encontró a uno apoyado en el hombro del otro, el segundo apoyado en la cabeza del otro, los dos dormidos y acurrucados, un tanto empapados por la humedad de la noche... No pudo evitar sonreír y buscar algún tipo de cobertura, manta o incluso sábana con la que cubrirlos, posiblemente antes del amanecer ambos despertaran... Pero hasta que eso ocurriera, se aseguraría de que no pasaran frío...
Después de eso, volvió a entrar en su camarote, viendo al rubio oro desnudo y acurrucado entre las sábanas, abrazando el hueco invisible que había ocupado él durante toda la noche. Sonrió y acarició sus cabellos, para después volver a escabullirse entre sus brazos y abrazarlo con firmeza después de susurrarle: "Te quiero" en voz baja y que este ronroneara como un felino. al ser acariciado, casi como si fuera un "Yo también te quiero".
FIN
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La aparición de Nicolás ha servido para darnos cuenta de que Emir en realidad sí es intimidante, y sí da miedo; y que el hecho de que Luis no se fiara de él, tenía sentido, porque Emir era demasiado grande y tenía demasiada influencia en la gente y contactos en la isla para ser tan softie ewe
Me encantan esos pequeños detalles de que el personaje se mantenga en todo momento, hasta el final, que realmente se muestra como realmente es...
¿Y la confesión de Paul y Luis...?
DAAAAAAMN, no puedo con ellos, son demasiado tiernos <3
Los amo demasiado :'3
Y Silver y Kenai... sefhsedjuhferjgrhebfeikfv *screams*
Me voy a morir con estos dos algún día, no debería volver a ponerlos en una misma historia, sino me va a dar un ataque al corazón por tanta ternura y cariño <3
Aquí las opiniones de esta parte ------------>
Aquí las opiniones de toda la historia ---------------->
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo
Bye~
By Silvia Line
[2886 Palabras]
P.D.: Capítulo final más larguitoooooo >:3
P.d.2.: Me gusta alargar el capítulo final, es más especial 🥺✨💕
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